Capítulo 4
El esposo que se gana profundo respeto
1, 2. ¿Cómo se gana el respeto, y cómo se ilustra bien esto en el caso de Jesucristo?
EL RESPETO no es algo que uno se gana sencillamente ordenándole a alguien que lo respete. Es preciso ganarse el respeto por la manera en que uno habla y obra y por lo que uno es.
2 Se ilustra esto en el caso de Cristo Jesús. Él se ganó respeto como maestro por la manera en que enseñaba. Después de su Sermón del Monte “el efecto fue que las muchedumbres quedaron atónitas por su modo de enseñar.” ¿Qué le ganó este respeto? El confiar en la palabra de Dios, la Biblia, en vez de en las opiniones de otros hombres. Su única autoridad era Jehová Dios y Su palabra de verdad. Jesús se ganó el respeto tanto de amigos como de enemigos, porque se lo merecía.—Mateo 7:28, 29; 15:1-9; Juan 7:32, 45, 46.
3. ¿Qué obligación le impone Efesios 5:33 a la esposa, y qué requiere esto del esposo?
3 En Efesios 5:33 se suministra la siguiente instrucción: “La esposa le debe tener profundo respeto a su esposo.” Pero el esposo debe obrar con diligencia para merecer este respeto; de otro modo, a la esposa le será muy difícil acatar esta instrucción. ¿De qué manera puede el esposo desempeñar el papel que la Biblia le traza a fin de ganar ese respeto?
AL EJERCER JEFATURA APROPIADA
4. ¿Qué lugar le asigna la Biblia al esposo?
4 La Biblia le asigna al esposo la jefatura o posición de cabeza en el arreglo matrimonial, diciendo: “Que las esposas estén en sujeción a sus esposos como al Señor, porque el esposo es cabeza de su esposa como el Cristo también es cabeza de la congregación, siendo él salvador de este cuerpo. De hecho, como la congregación está en sujeción al Cristo, que así también las esposas lo estén a sus esposos en todo.” (Efesios 5:22-24) ¿Contribuye de veras este arreglo a la felicidad de la familia? Algunas mujeres hablan en contra de lo que ellas describen como machismo, chauvinismo masculino, es decir, una opinión jactanciosa o exagerada que algunos hombres tienen de su posición en relación con las mujeres. Pero digamos desde el principio que las enseñanzas de la Biblia no apoyan tal machismo.
5. ¿Qué debe reconocer el esposo en cuanto a jefatura, y el ejemplo de quiénes debe seguir?
5 La Biblia recalca el hecho de que la mujer no es la única clase de persona que está bajo jefatura; el hombre también lo está. Al dirigirnos al libro bíblico de 1 Corintios, capítulo 11, versículo 3, hallamos que el apóstol Pablo escribió estas palabras a la congregación de Corinto: “Quiero que sepan que la cabeza de todo varón es el Cristo; a su vez la cabeza de la mujer es el varón; a su vez la cabeza del Cristo es Dios.” El hombre tiene a Cristo como cabeza, y es de Dios y de Cristo como ejemplos y maestros que usted, el esposo, debe aprender la manera de ejercer la jefatura que le corresponde como cabeza.
6. En cuanto a jefatura, ¿qué pueden aprender los esposos de Jehová Dios y Jesucristo?
6 Jehová ejerció su jefatura sobre Cristo con bondad amorosa, y la respuesta de Cristo fue: “En hacer tu voluntad, oh Dios mío, me he deleitado.” (Salmo 40:8; Hebreos 10:7) La jefatura de Jesucristo, también, es amorosa. A los que quisieran ser sus discípulos dijo: “Soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas.” (Mateo 11:29) Los que son miembros de su congregación, a la cual las Escrituras comparan con una esposa, ciertamente han hallado ese refrigerio bajo la jefatura de él. Él no los ha explotado, sino que ha sido abnegado en su amor. Es esta misma clase de jefatura la que el esposo debe ejercer sobre su esposa: “Esposos, continúen amando a sus esposas, así como el Cristo también amó a la congregación y se entregó a sí mismo por ella . . . De esta manera los esposos deben estar amando a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa a sí mismo se ama, porque nadie jamás odió a su propia carne; antes bien la alimenta y la acaricia, como también el Cristo a la congregación . . . que cada uno de ustedes individualmente ame a su esposa así como se ama a sí mismo; por otra parte, la esposa le debe tener profundo respeto a su esposo.” (Efesios 5:25-29, 33) Si usted da el ejemplo de sujeción a la jefatura de Cristo, no le será difícil a su esposa —de hecho, puede ocasionarle placer— el tener profundo respeto a la jefatura de usted como esposo de ella.
7, 8. Mencione algunas maneras en las que algunos esposos no ejercen correctamente la jefatura.
7 La gran dificultad estriba en el hecho de que debido a la imperfección y al egoísmo innato hay veces en que el esposo, aunque desea que se le respete como cabeza de la familia, no le muestra a su esposa el amor y la consideración necesarios. A menudo la esposa dice que no se siente amada por su esposo, que él solo se interesa en su propio placer y satisfacción. Además, algunas esposas se quejan de que sus esposos son dominantes. Tal vez esto haya sido el resultado de los esfuerzos que la esposa haya hecho por usurpar la jefatura de él, y la resistencia que él ha ofrecido a esta usurpación. O quizás el hombre se haya criado en un ambiente en el cual muchos esposos son arrogantes y dominantes. Sea cual sea la causa, este abuso de la jefatura no se gana el respeto de nadie.
8 Por otra parte, en vez de abusar de la jefatura, algunos esposos renuncian a ella. Dejan que sus esposas tomen todas las decisiones. O, mientras le dicen a la esposa que no los “apremien,” aplazan tanto la decisión que los intereses de la familia se perjudican. Quizás no sean perezosos ni holgazanes físicamente, pero si eluden hacer un esfuerzo mental los resultados pueden ser iguales a los que se describen en Proverbios 24:33, 34: “¡Un poco más de sueño, un poco más de adormecimiento, un poco más de cruzar las manos para dormir; y tu indigencia vendrá cual salteador de caminos, y tu necesidad como hombre armado!”—Versión Moderna.
9, 10. Al tomar decisiones que afectan a la familia, ¿las opiniones de quién debería considerar el esposo?
9 Usted se ganará el respeto de su esposa si se muestra resuelto y firme y apto en tomar decisiones. Pero eso no significa que no ha de consultar con nadie más en la familia o que no es preciso dar seria consideración a la opinión de su esposa sencillamente porque ésta no concuerde con la suya. Temprano en el registro bíblico leemos acerca de un problema serio en la familia de Abrahán y Sara, que tuvo que ver con el hijo de estos dos, Isaac, y el hijo de la sierva de ellos, Agar. Sara recomendó una solución que no coincidía con los sentimientos de Abrahán en cuanto al asunto. Pero Dios le dijo a Abrahán: “Escucha su voz.”—Génesis 21:9-12.
10 No debemos concluir de esto que el esposo siempre debe acceder a los deseos de su esposa. Pero puede ser provechoso el considerar con ella las decisiones que afectan a la familia y animarla a expresar sin reserva sus ideas y opiniones. Mantenga francas y abiertas las líneas de comunicación, siempre sea abordable, y considere cuidadosamente las preferencias de ella al tomar sus decisiones. Nunca sea mandón ni tiránico al ejercer su jefatura, sino muestre humildad. Usted no es perfecto, va a cometer errores, y cuando los cometa, querrá tener la comprensión de su esposa. Cuando surjan esas situaciones, a la esposa del hombre humilde se le hace más fácil respetar la jefatura de éste que lo que se le hace a la del hombre orgulloso.
AL SER BUEN PROVEEDOR
11, 12. (a) En cuanto a proveer las necesidades materiales de la vida, ¿qué responsabilidad tiene el esposo? (b) ¿Cómo es que en realidad esas provisiones se hacen por medio de un esfuerzo unido?
11 El esposo tiene la responsabilidad de proveer las necesidades materiales de la vida para su familia. Primera a Timoteo 5:8 muestra esto: “Ciertamente si alguno no provee para los que son suyos, y especialmente para los que son miembros de su casa, ha repudiado la fe y es peor que una persona sin fe.” Para vivir hoy, en muchos países, se necesita mucho dinero, y usted como esposo debe tomar las decisiones que regulen cómo se satisfará esta necesidad. Es probable que halle que, además de traer el dinero que gane a casa, tendrá que preparar con su esposa un presupuesto que ambos entiendan. Lo que esto sencillamente significa es tener un arreglo que controle los gastos. Le ayudará a vivir en armonía con sus recursos, y puede contribuir mucho a evitar la clase de disputas que a veces surgen cuando el dinero se acaba antes del día de pago.
12 Aunque en la mayoría de los casos el esposo es quien gana el dinero para el sustento de la familia, el hecho de que éste se gana a consecuencia de un esfuerzo unido no debe olvidarse. Si usted, el esposo, cree que lo está ganando solo, entonces deténgase y calcule lo que le costaría contratar a un agente de compras, una cocinera, alguien que lavara los platos, un ama de casa, una decoradora, niñera, y así por el estilo. Normalmente, su esposa le ahorra este gasto haciendo el trabajo que, por supuesto, es la porción de ella como socia matrimonial. Y si ella lleva muchos registros de los gastos del hogar puede añadir “contadora” a la lista anterior. Es muy cierto lo que dice Proverbios 18:22: “¿Ha hallado uno una esposa buena? Uno ha hallado una cosa buena.”
13. En lo que respecta a cosas materiales, ¿qué punto de vista deben evitar los matrimonios, y cómo puede beneficiarlos esto?
13 Al proveer las cosas materiales, siempre está presente el peligro —para usted y para su esposa— de adoptar inadvertidamente un punto de vista y enfoque materialista de la vida. Pocas cosas pueden ‘corroer’ tanto el fundamento de la felicidad familiar como lo puede hacer esto. “Nada hemos traído al mundo, y tampoco podemos llevarnos cosa alguna,” dice el escritor bíblico Pablo. “Teniendo, pues, sustento y con qué cubrirnos, estaremos contentos con estas cosas. Sin embargo, los que están determinados a ser ricos caen en tentación y en un lazo y en muchos deseos insensatos y dañinos, que precipitan a los hombres en destrucción y ruina. Porque el amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales, y haciendo esfuerzos por realizar este amor algunos han sido descarriados de la fe y se han acribillado con muchos dolores.” Prescindiendo de la posesiones que un modo de vivir materialista nos pueda traer, nunca podrá compensar el dolor de ver las relaciones familiares debilitarse y desintegrarse. La pérdida espiritual y emocional excede por mucho a la ganancia material.—1 Timoteo 6:7-10.
14. ¿Qué determina si las cosas materiales tienen demasiada importancia en la vida de uno?
14 El materialismo es amor a las cosas materiales, no simplemente tener posesiones materiales. Uno puede ser pobre y materialista, o rico e inclinado a lo espiritual. Esto depende de dónde está su corazón. Jesús dijo: “Dejen de acumular para ustedes tesoros sobre la tierra, donde la polilla y el moho consumen, y donde ladrones entran por fuerza y hurtan. Más bien, acumulen para ustedes tesoros en el cielo, donde ni polilla ni moho consumen, y donde ladrones no entran por fuerza y hurtan. Porque donde está tu tesoro, allí también estará tu corazón.”—Mateo 6:19-21.
15, 16. Además de atender bien las necesidades materiales, ¿qué más debe hacer el esposo a fin de mantener la felicidad en la familia?
15 El esposo que es buen proveedor de las necesidades materiales meditará en esta admonición bíblica, y además de proveer las cosas que se necesitan de manera material dedicará tiempo a hacer provisiones espirituales para su familia. ¿De qué le sirve pasar tanto tiempo en el trabajo seglar a fin de obtener las cosas materiales de la vida que no le quede suficiente tiempo y energía para edificar a su familia de manera espiritual? A fin de tener la sabiduría necesaria para enfrentarse con buen éxito a los problemas de la vida, es preciso pasar tiempo infundiendo en la familia de uno una devoción firme a los principios rectos. El hacer lugar en la vida para leer juntos la Palabra de Dios y hablar acerca de ella puede lograr eso, como también lo hará el unirse en oración. Como cabeza de familia, usted, el esposo, tiene la prerrogativa de tomar la delantera en esto. Los beneficios superarán por mucho el costo que se paga en tiempo y esfuerzo. La promesa de Dios no fallará: “En todos tus caminos tómalo en cuenta, y él mismo hará derechas tus sendas.”—Proverbios 3:6.
16 El esposo que permite que el Creador dirija sus pasos reconoce con aprecio el equilibrio del consejo que se encuentra en Eclesiastés 7:12: “La sabiduría es para una protección lo mismo que el dinero es para una protección; pero la ventaja del conocimiento es que la sabiduría misma conserva vivos a sus dueños.” Por eso, como buen proveedor, trabaja duro para satisfacer las necesidades físicas de su familia. No obstante, cifra su esperanza, “no en las riquezas inseguras, sino en Dios.” Da el ejemplo al poner el énfasis principal en los intereses espirituales, a fin de que tanto él como su esposa puedan “asirse firmemente de la vida que lo es realmente.” (1 Timoteo 6:17-19) Los esfuerzos del esposo por hacer tales provisiones, tanto físicas como espirituales, le ganan el respeto de la esposa temerosa de Dios.
AL MOSTRARLE HONRA
17-19. En lo que tiene que ver con las relaciones sexuales ¿cómo pudiera aplicarse el consejo bíblico de asignar “honra” a la esposa?
17 El apóstol Pedro habla a los esposos acerca de sus esposas y les dice que les ‘asignen honra como a un vaso más débil, el femenino.’ (1 Pedro 3:7) En este mismo versículo Pedro señala que usted, el esposo que mora con su esposa, debe asignarle a ella esta honra “de acuerdo con conocimiento.”
18 Esto ciertamente aplica en las relaciones sexuales. La mayor parte de la frigidez en las esposas se debe a que los esposos desconocen la composición física y emocional de la mujer. “Que el esposo rinda a su esposa lo que le es debido,” pero la Palabra de Dios aconseja que lo haga ‘de acuerdo con conocimiento, asignándole honra como a un vaso más débil.’ (1 Corintios 7:3) Si usted de veras ‘le asigna honra’ no será áspero y exigente, ni insistirá en satisfacer sus propias pasiones aun cuando ella esté muy cansada o durante períodos difíciles del mes. (Compare con Levítico 20:18.) Y cuando ustedes tengan relaciones, usted no estará tan absorto en su propio placer que pase por alto las necesidades de ella. En este aspecto de la vida, la mujer por lo general responde más lentamente que el hombre. Ella tiene una necesidad especial de ternura y afecto. Al decirle al esposo que “rinda a su esposa lo que le es debido,” la Biblia recalca el dar, no el recibir.
19 Esa clase de dar, por supuesto, debe reservarse para el cónyuge matrimonial de uno. Cierto, hoy día muchos hombres tienen amoríos con otras mujeres. Pero, a fin de cuentas ¿qué ganan? Sencillamente socavan la felicidad de su propio hogar. No le ‘asignan honra’ a sus esposas, y por eso no proveen una base para que sus esposas los respeten. Además, deshonran el matrimonio mismo, un arreglo que Dios originó. En vista de todo el pesar que esto trae, es fácil de entender por qué Hebreos 13:4 nos insta: “Que el matrimonio sea honorable entre todos, y el lecho conyugal sea sin contaminación, porque Dios juzgará a los fornicadores y a los adúlteros.”
20. Según se indica en Efesios 5:28, ¿de qué otras maneras debe mostrársele honra a la esposa?
20 El mostrar honra a la esposa de uno no se limita a las relaciones sexuales. En otros asuntos, también, el esposo que de veras es respetado muestra que le tiene alta estima a su esposa. No es que la ponga sobre un pedestal y se convierta en su esclavo. Más bien, es como leímos antes en Efesios 5:28: “Los esposos deben estar amando a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa a sí mismo se ama.” El hombre que hace esto seguramente no trata a su esposa como si ella fuera una persona inferior. En las comidas él ciertamente no creería que el cuerpo suyo hubiera de merecer todas las porciones selectas, de modo que al de ella le quedaran solamente las sobras... no si la ama como ‘a su propio cuerpo.’ En vez de concentrarse egoístamente en su propia apariencia, se interesará tanto o más que en la de él en la de su esposa, y hará lo que pueda por ayudarla a sentirse complacida con su ropa. El hombre no se golpea a sí mismo cuando no hace algo tan bien como quisiera. Tampoco golpeará el esposo cristiano a su esposa solo porque ella a veces no llegue a la altura de sus expectativas. Muy por el contrario, si alguien la tratara con aspereza, él, lealmente, vendría en su ayuda. Él la ama como ama a su propio cuerpo.
21, 22. ¿Cómo puede el esposo ayudar a la esposa a hallar gozo al desempeñar su papel?
21 Aunque usted aprecia las zonas en las que ustedes dos tienen necesidades parecidas, también es preciso que entienda las diferencias sicológicas entre los dos a fin de poder ‘asignarle honra’ a su esposa. Fundamentalmente, a la mujer le gusta trabajar bajo un techo de autoridad, con tal que ésta se ejerza apropiadamente. Jehová Dios la creó de esa manera. La mujer fue hecha para ser ‘una ayudante del hombre, como complemento de él.’ (Génesis 2:18) Pero si la supervisión es demasiado rigurosa, si no se le deja campo para usar su iniciativa y sus propias habilidades, la mujer puede empezar a sentir que se le ha privado de todo el gozo en la vida, y puede que en ella empiece a desarrollarse resentimiento.
22 Otro factor vital que hay que tomar en cuenta es el deseo natural que la mujer tiene de sentirse necesitada. Casi toda esposa aprecia al esposo servicial, pero el que hace a un lado a su esposa y toma las riendas quizás halle que ha hecho más daño que bien. Uno contribuye mucho a ganarse la lealtad de su esposa por medio de ser bondadoso con ella, mostrarle aprecio y dejarle saber que la necesita, que la honra, que ambos están trabajando como equipo, que es “nosotros” y lo “nuestro,” no “yo” y “tú” o lo “mío” y lo “tuyo.” ¿Realmente deja usted que su esposa sepa lo mucho que usted la aprecia y la necesita? No lo hace pagándole un salario; tiene que mostrarlo de otras maneras.
APRECIE LAS CUALIDADES FEMENINAS DE ELLA
23. Por lo general, en cuanto a emociones, ¿cómo difieren los hombres y las mujeres?
23 Una sicóloga escribió: “Fundamentalmente, la mujer siente mientras que el hombre piensa.” En sí mismo, uno de estos rasgos no es mejor que el otro; sencillamente son diferentes. No nos gustan las personas insensibles; tampoco nos gustan las personas que por no pensar son inconsideradas. Es obvio que la mujer está capacitada tanto para sentir como para pensar, y lo mismo es cierto del hombre. Pero, por lo general, las emociones de la mujer se manifiestan o exteriorizan más fácilmente, mientras que el hombre casi siempre se inclina más a tratar de reprimir la emoción a favor de lo que él considera un enfoque lógico de los asuntos. Aunque hay excepciones, por supuesto, ésta es otra diferencia que hace que el esposo y la esposa sean complementos el uno del otro. Junto con su composición básicamente más emocional, el intenso interés que ella tiene en la gente hace que hable más que el hombre. Y ella necesita alguien que le conteste. En esto muchos esposos son deficientes.
24. ¿Por qué es importante que el esposo escuche a su esposa y hable con ella?
24 ¿Le habla usted a su esposa? ¿No solo acerca de su trabajo, sino también del de ella? ¿Se interesa usted en ello y le muestra ese interés? ¿Cómo le fue el día? ¿Qué hicieron los muchachos? No venga a casa y pregunte: ‘¿Qué hay de comer?’ y, después de comer, esconda la cabeza tras un periódico, gruñendo en respuesta a los esfuerzos que ella hace por hablar. Interésese en su esposa, sus pensamientos, sus actividades, su parecer en cuanto a las cosas. Anímela en sus proyectos, encómiela en sus logros. Si se le encomia por lo que hace, quizás comience a hacer otras tareas que tal vez haya pasado por alto. ¡La crítica puede ser un veneno sutil y deprimir, pero la alabanza genuina que se da cuando se merece es curativa y es un estimulante que levanta los ánimos!—Proverbios 12:18; 16:24.
25, 26. (a) ¿Qué mensaje le transmite un regalo a una esposa? (b) ¿Qué clase de dar se le hace más importante a ella?
25 ¿Le trae usted un regalo de vez en cuando? No es preciso que sea un regalo costoso... tal vez solo un artículo pequeño que diga: ‘Estaba pensando en ti.’ ¿Y hace usted esto, no necesariamente en una ocasión específica, sino espontáneamente, sin ninguna otra razón que porque quiere hacerlo? Las sorpresas agradables siempre son deleitables. ¿No se complace usted cuando ella lo sorprende preparándole algún plato especial que a usted le gusta? Devuelva sorpresa por sorpresa, y complázcala. Los recuerdos pequeños, impulsados por el amor, significan más que los regalos caros que se dan de rutina —tal vez hasta de mala gana— ofrecidos por un sentido del deber. “Dios ama al dador alegre.” (2 Corintios 9:7) También lo aman las esposas. Aun si las comidas no son especiales, recuerde, “mejor es un plato de legumbres donde hay amor que un toro cebado en pesebre y odio junto con él.”—Proverbios 15:17.
26 La cosa más importante que usted puede dar, es usted mismo... su tiempo, sus energías, su atención y sus pensamientos, especialmente los más allegados a su corazón. A muchos hombres esto se les hace difícil. El hacer expresiones de cariño quizás les parezca como sentimentalismo tonto y hasta cierto grado impropio de un hombre. Pero si usted ama a su esposa, tendrá presente lo mucho que una mirada, una caricia, una palabra, pueden significar para una mujer. Pero la ausencia de estas cosas puede contribuir mucho a que ella se sienta de mal humor, cansada, infeliz. De modo que, siga el ejemplo que se registra en el Cantar de los Cantares de la Biblia. El expresar consideración y afecto por otros es bueno para el que hace las expresiones. La gente se siente irresistiblemente atraída a las personas afectuosas. ¿Y qué es una persona afectuosa? Es una persona que manifiesta su sentimiento y entusiasmo a las personas a las cuales quiere. Ese caluroso amor es contagioso; se le devolverá al dador.—El Cantar de los Cantares 1:2, 15; Lucas 6:38.
27, 28. (a) ¿Qué cosas puede preguntarse un esposo para determinar si está ejerciendo la jefatura de manera apropiada? (b) ¿Por qué es bueno interesarse profundamente en este asunto?
27 Esposo, pregúntese: ¿Es mi jefatura tal que se le hace fácil a mi esposa respetarla? ¿La amo tanto a ella como me amo a mí mismo, o me intereso principalmente solo en mi propia satisfacción y deseos? ¿Cuánta consideración doy a sus necesidades? Antes de tomar decisiones de familia, ¿escucho las opiniones de ella y considero sus deseos? ¿Tomo en cuenta el bienestar de ella al tomar mis decisiones? ¿Le asigno honra como a un vaso más débil, el femenino? ¿Me comunico con ella, y le abro mi corazón?
28 No podrá hacer esto perfectamente. Pero si se esfuerza consistente y humildemente, puede estar seguro de que esto contribuirá mucho a hacer de usted un esposo que se gane el profundo respeto de su esposa.
[Ilustración de la página 49]
Hay cosas pequeñas que dicen mucho