Prediciendo a aquel a quien pertenece la obediencia de toda la gente
“Júntense para que les diga lo que les sucederá a ustedes en la parte final de los días.”—Gén. 49:1.
1. ¿En qué período de tiempo vivimos, y qué antigua predicción vemos que se está cumpliendo?
ESTAMOS viviendo en la “parte final de los días,” créalo o no lo crea. Vemos que se está cumpliendo una predicción antigua que no ha pasado inadvertida aun por esa organización mundial, las Naciones Unidas. Los turistas que visitan las oficinas principales de las Naciones Unidas en la ribera occidental del río Este en el estado de Nueva York leen la mencionada predicción que está grabada en uno de los muros de mármol:
Ellos forjarán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces: no alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra.
Ya que esta cita ha sido dejada sin una referencia de su fuente, pocos turistas se dan cuenta de que está citada de la profecía de Isaías en la Santa Biblia. Pero el punto principal que observar es que el profeta Isaías dijo que esto había de acontecer al fin de un período de tiempo.
2, 3. (a) ¿Cuándo dice la profecía de Isaías que había de cumplirse? (b) Si la profecía de Isaías se está cumpliendo hoy, ¿dónde, entonces, debemos estar?
2 Citando de una traducción moderna de la Biblia, damos aquí toda la profecía, para mostrar cuándo le corresponde ser cumplida:
Debe suceder en la parte final de los días que la montaña de la casa de Jehová llegará a estar firmemente establecida por encima de la cumbre de las montañas, y ciertamente será levantada por encima de los collados; y a ella deben fluir todas las naciones. Y muchos pueblos ciertamente irán y dirán: “Vengan, y subamos a la montaña de Jehová, a la casa del Dios de Jacob, y él nos instruirá acerca de sus caminos, y nosotros andaremos en sus senderos.” Porque de Sion saldrá la ley, y la palabra de Jehová de Jerusalén. Y él ciertamente hará juicio entre las naciones y enderezará los asuntos respecto a muchos pueblos. Y tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra.—Isa. 2:2-4, Traducción del Nuevo Mundo.
3 Ahora bien, si esta profecía se está cumpliendo actualmente por personas de muchas nacionalidades que ya no pelean unas con otras y que no planean hacerlo porque ya no aprenden más la guerra, entonces hemos de estar en la “parte final de los días”—es decir, los días de este mundo plagado por la guerra. Por consiguiente, un mundo sin guerra ha de haberse acercado, según se ilustra en un pueblo que hoy día es vigilado mucho.
4. ¿Qué pueblo es vigilado extensamente así hoy, y qué mandato profético en Isaías obedecemos?
4 ¿Cuál pueblo? De acuerdo con la profecía de Isaías tendrían que ser aquellas personas que adoran al Dios cuyo nombre se menciona tres veces en esta profecía. Ya que su nombre es Jehová, los del pueblo deben ser testigos de Jehová. Ellos ciertamente ensalzan la adoración de Jehová “por encima de la cumbre de las montañas” y la levantan “por encima de los collados.” Desde las cuatro extremidades de la Tierra, de “todas las naciones” y desde “muchos pueblos,” multitudes se están uniendo en la adoración de Jehová como el Unico Dios vivo y verdadero y están llegando a ser testigos de él. Ellos obedecen su mandato profético escrito en el capítulo cuarenta y tres de Isaías, el versículo doce: “‘Ustedes son mis testigos,’ es la declaración de Jehová, ‘y yo soy Dios.’”
5. ¿Qué muestra el Yearbook para 1962 de este pueblo que éste hizo el pasado año de servicio para invitar a la gente a adorar a Jehová?
5 Dirijámonos, entonces, al Yearbook of Jehovah’s Witnesses para 1962 y consultemos el Índice de países donde están dando testimonio y han organizado congregaciones. Allí contamos 188 países, desde Adén hasta Zanzíbar. Al consultar el cuadro que se extiende en las páginas 34-41 (Vea La Atalaya del 15 de febrero de 1962, págs. 118-121), el cual manifiesta en detalle los rasgos de organización y actividades en cada uno de esos países, nos enteramos de que durante el pasado año de servicio, los testigos de Jehová dedicaron un promedio de 884,587 trabajadores en el campo cada mes, yendo a los hogares de toda la gente sin importar raza, color, nacionalidad, religión ni posición social y declarándole las buenas nuevas acerca del reino de Jehová por medio de su Rey instalado, Jesucristo. Durante ese año de servicio, emplearon 132,695,540 horas predicando así el reino de Dios, en más de 150 idiomas. En realidad ése fue mucho tiempo empleado para invitar a la gente a adorar a Jehová.
6. ¿Copias de qué Resolución leyeron millones de personas durante 1958-1959, y cuál fue una determinación sobresaliente que contenía?
6 Durante diciembre de 1958 y parte de 1959, millones de personas en toda la Tierra leyeron un impreso de cuatro páginas que estos Testigos circularon en 53 idiomas con un total de 72,348,403 copias. Dicho impreso hablaba de una Resolución adoptada en su asamblea internacional en el Estadio Yanqui y el Polo Grounds en la ciudad de Nueva York. El viernes 1 de agosto de 1958 esta Resolución fue presentada a un auditorio contado de 194,418 personas procedentes de 123 países, y la adoptaron por unanimidad, con grande aplauso. Sobresaliente entre las cosas resueltas fue su determinación de continuar viviendo en conformidad con la profecía de Isaías 2:4, que reconocieron que se estaba cumpliendo en ellos.
7. ¿Cómo han vivido en conformidad con esta profecía hasta este día, y de qué hecho es prueba esto?
7 Hasta este día, sin importar las disputas políticas y religiosas de las naciones mundanas, estos testigos de Jehová no han participado en preparativos bélicos ni han alzado espada contra sus hermanos cristianos de otras naciones. Ya no aprenden más la guerra. Esto a pesar del hecho de que su organización mundial está creciendo por decenas de miles cada año. Esto procede de Jehová. Es prueba elocuente de que estamos viviendo en la “parte final de los días.”
8. Para asegurarnos más de esto, ¿a qué profeta nos dirigimos, como se menciona en Isaías 2:3, y qué preguntas surgen con respecto a él?
8 Para asegurarnos aun más de este hecho, examinemos otra profecía que fue dada con respecto a la “parte final de los días.” Fue dada por un profeta que es nombrado antes en la profecía de Isaías. Es conveniente que mencionemos su nombre aquí, porque Isaías 2:3 dice que esas personas que hoy buscan adorar al Dios verdadero, dirían: “Subamos a la montaña de Jehová, a la casa del Dios de Jacob.” ¿Quién es este Jacob, cuyo Dios fue Jehová? ¿Qué profetizó con respecto a la “parte final de los días”?
9. ¿Dónde pasó su vida este profeta?
9 Jacob vino de aquella parte del Asia del sudoeste conocida hoy como el Oriente Medio. Durante veinte años vivió en Siria, donde llegó a ser padre de doce hijos. Pero al tiempo de dar esta profecía acerca de nuestros días, vivía en Egipto, lo que hoy es la República Árabe Unida. Jacob fue hijo de Isaac y nieto de Abrahán. Durante la mayor parte de su vida vivió con su padre y su abuelo en territorio que ahora poseen los países de Jordania e Israel. Él pasó los últimos dieciséis años de su vida en Egipto con toda su familia, como residente extranjero.
10, 11. (a) ¿Por qué todas las familias de la Tierra deberían estar interesadas en este Jacob? (b) ¿Con qué grupo de profetas estaba asociado Jacob?
10 Toda persona en la Tierra debería estar interesada en este Jacob. ¿Por qué? Debido a lo que Dios le dijo a Jacob en una visión maravillosa. Jacob acababa de dejar a su padre Isaac en el sur en Beer-seba e iba a Siria a casarse. En su camino al norte durmió en el campo cerca de Betel (ahora Beitin, en Jordania). Esa noche tuvo en sueños su visión de la escalera que llegaba de la Tierra al cielo, y en la parte superior de la escalera Dios habló y le dijo a Jacob:
“Yo soy Jehová el Dios de Abrahán tu padre y el Dios de Isaac. La tierra en la que estás acostado, te la voy a dar a ti y a tu simiente. Y tu simiente ciertamente llegará a ser como las partículas de polvo de la tierra, y tú ciertamente te extenderás hacia el occidente y hacia el oriente y hacia el norte y hacia el sur, y por medio de ti y por medio de tu simiente todas las familias de la tierra ciertamente se bendecirán.”—Gén. 28:13, 14.
11 A causa de esta promesa divina todo el que quiere bendecirse en la Tierra, sin importar de qué familia sea, tendrá que hacerlo por medio de una “simiente” o descendiente de este Jacob. Más tarde Jehová Dios cambió el nombre de Jacob a Israel, de modo que en la Biblia a él se le llama por ambos nombres, unas veces Jacob, otras veces Israel. Como Abrahán e Isaac, Jacob llegó a ser profeta de Jehová. El Salmo 105:14, 15 claramente llama a Jacob un profeta. Después de hablar de los viajes de Abrahán, Isaac y Jacob en la Tierra Prometida, dice cómo Jehová Dios los protegió y expresa: “No permitió que ningún humano los defraudara, sino que por causa de ellos reprendió a reyes, diciendo: ‘No toquen a mis ungidos, ni a mis profetas les hagan nada malo.’”
12. ¿Dónde se mostró Jacob de mejor efecto como profeta?
12 Naturalmente, cada vez que Jacob hablaba a su círculo de familia con respecto a la promesa de Dios a él en Betel, él obraba como profeta. Pero en ningún caso su puesto de profeta se muestra ser de mejor efecto que cuando dio palabras de despedida a sus hijos y nietos. Cuando, ahora, en 1712 a. de la E.C. se hallaba en su lecho de muerte, convocó a sus doce hijos en el cuarto donde estaba enfermo para decirles sus últimas palabras, sentándose con los pies colgando sobre el costado de la cama. Esto fue poco después de haber bendecido a sus nietos, Manasés y Efraín, que eran hijos de José, el undécimo hijo de Jacob. Entonces José servía de primer ministro de Egipto, el principal siervo de Faraón el rey de Egipto.—Gén. 48:1-22.
13. Al dar su profecía final, ¿qué estilo de expresión usó Jacob?
13 Al dar Jacob sus mensajes finales a sus doce hijos, usó el estilo poético de los profetas hebreos, porque Jacob era hebreo, así como lo fueron Abrahán e Isaac. Su poesía no se mostró en hacer que las terminaciones de las líneas o versos rimaran o sonaran iguales. Consistía en hacer que líneas rítmicas dieran pensamientos o ideas paralelos, como, por ejemplo, al hablar de él mismo en una cláusula como Jacob y luego, en la siguiente cláusula, como Israel; ambos nombres refiriéndose a la misma persona. De modo que esta poesía profética es algo más que lo que se llama verso suelto, que es verso sin rima en el cual las terminaciones de las líneas no suenan iguales. La poesía hebrea se expresa en líneas que corren paralelas unas a otras hacia la misma dirección de pensamiento y que así expresan ideas semejantes pero que realmente se explayan en el pensamiento o idea o tema. A medida que examinemos detenidamente la profecía poética en el lecho de muerte de Jacob podremos observar esto.
PROFECÍA EN EL LECHO DE MUERTE
14. ¿Bajo qué fuerza habló entonces Jacob, y qué dice Génesis 49:1, 2 para indicar esto?
14 La escena del lecho de muerte en la casa de Jacob en Egipto, en 1712 a. de la E.C., se describe en el capítulo cuarenta y nueve de Génesis 49. El espíritu de inspiración de Dios vino sobre Jacob en esta ocasión, y él habló como un testigo profético de Jehová. Indicando esto, Génesis 49:1, 2 nos dice: “Algún tiempo después Jacob llamó a sus hijos y dijo:
‘Júntense para que les diga lo que les sucederá a ustedes en la parte final de los días. Congréguense y escuchen, hijos de Jacob, sí, escuchen a Israel su padre.’”
15. ¿Qué rasgos de la poesía hebrea observamos en las palabras de apertura de Jacob?
15 Observe cómo (1) la expresión “Congréguense” es paralela poéticamente a la expresión “Júntense”; (2) la expresión “y escuchen” es paralela a la expresión “para que les diga”; (3) la expresión “sí, escuchen a,” a la expresión “y escuchen”; y (4) la expresión “Israel su padre,” a la expresión “hijos de Jacob.” A través de toda la profecía de Jacob observaremos este paralelismo poético de pensamientos o de expresiones relacionadas. Todo esto sirve para dar extensión al pensamiento y para ensanchar el significado, también para asegurarse más del pensamiento que se da a entender.
16. ¿Hasta qué tiempo estaba mirando proféticamente Jacob en aquel entonces?
16 El patriarca moribundo Jacob vio mucho más allá de los días de los doce hijos que le escuchaban atentamente. Vio mucho más allá del tiempo en que las familias de sus doce hijos formarían doce tribus, las cuales, juntas, compondrían una sola nación unida en la Tierra Prometida de Palestina, una nación llamada del nombre de su padre Jacob o Israel. Jacob esperaba el tiempo de una nación nueva, una nación espiritual del pueblo escogido de Dios, un Jacob o Israel espiritual.
17, 18. (a) ¿Sobre qué fundamentos descansaba la entera nación de Israel? (b) ¿Cómo es algo que corresponde a esto cierto en cuanto al Israel espiritual?
17 Jacob, como el padre común, sirvió de fundamento amplio para la entera nación del Israel natural, o Israel de manera carnal. Los doce hijos de Jacob sirvieron como doce fundamentos secundarios o doce columnas que se asentaban sobre Jacob. Sobre estos doce sostenes o columnas se asentaba la entera nación de Israel, en una hermandad.
18 Algo semejante a eso es cierto del Israel espiritual, “el Israel de Dios,” como un miembro inspirado de él lo llamó más tarde. (Gál. 6:16) Así como la nación del antiguo Israel era una congregación o iglesia grande para la adoración del Dios de Jacob, Jehová, así el Israel espiritual es una congregación o iglesia grande para la adoración de este mismo Dios. El que corresponde al patriarca Jacob es el Señor Jesucristo, porque es el fundamento de esta congregación o iglesia del Israel espiritual. Jesús indicó esto cuando dijo a uno de sus doce apóstoles: “Tú eres Pedro [Piedra], y sobre esta Roca edificaré mi Iglesia.” (Mat. 16:18, Mod) Al edificar esta iglesia o congregación sobre él mismo, Jesús usa a doce apóstoles, que corresponden a los doce hijos de Jacob. En el último libro de la Biblia éstos son llamados “los doce apóstoles del Cordero,” y las doce piedras de fundamento de la Nueva Jerusalén tenían los doce nombres de aquellos apóstoles del Cordero Jesucristo. Pero las doce puertas de la Nueva Jerusalén tenían inscritos los nombres de “las doce tribus de los hijos de Israel.”—Apo. Rev. 21:12-14.
19. ¿De quiénes se compone la clase gobernante celestial, y cómo se les describe en Apocalipsis Rev. 7:4-8?
19 La clase gobernante celestial se simboliza por la gloriosa Nueva Jerusalén. Se compondrá de 144,000 seguidores probados y fieles del Cordero Jesucristo. Están sellados con el espíritu santo de Dios, y retienen este sello hasta el fin de su descanso terrestre. Apocalipsis Rev. 7:4-8 se refiere a ellos como el Israel espiritual y los representa como compuestos por doce tribus. Los nombres de estas tribus los toma de los hijos y nietos del patriarca Jacob. Los coloca en cierto orden, como sigue:
Y yo [Juan el apóstol] oí el número de los que fueron sellados, ciento cuarenta y cuatro mil, sellados de toda tribu de los hijos de Israel:
De [1] la tribu de Judá, doce mil sellados;
de [2] la tribu de Rubén, doce mil;
de [3] la tribu de Gad, doce mil;
de [4] la tribu de Aser, doce mil;
de [5] la tribu de Neftalí, doce mil;
de [6] la tribu de Manasés, doce mil;
de [7] la tribu de Simeón, doce mil;
de [8] la tribu de Leví, doce mil;
de [9] la tribu de Isacar, doce mil;
de [10] la tribu de Zabulón, doce mil;
de [11] la tribu de José, doce mil;
de [12] la tribu de Benjamín, doce mil sellados.
20. (a) ¿Qué ha de observarse en cuanto a ese orden de nombrar las tribus, pero qué número de ellas se preserva? (b) ¿Qué ha de observarse con respecto a todas esas tribus, con qué efecto sobre la entera organización?
20 Ese no es el orden en que nacieron los hijos del patriarca Jacob o Israel. Además, falta el nombre del quinto hijo de Jacob, Dan, y el nombre del nieto de Jacob, Manasés, ocupa el lugar de Dan. El que algo con respecto a la historia de la tribu de Dan dictara que Manasés fuese usado en vez de Dan o no, lo discutiremos más tarde. De todos modos Apocalipsis Rev. 7:4-8 preserva el número doce como siendo el número de las doce tribus del Israel espiritual. También, todos los nombres son nombres de once hijos de Jacob y uno de los nietos de Jacob por José. Observamos, también, que cada tribu tiene un número igual de miembros. De modo que ninguna tribu es mayor, numéricamente, que las otras, sino que la entera organización del Israel espiritual es representada como estando en perfecto equilibrio, cada tribu en sí misma recalcando otra vez el número doce.
21. Al profetizar, ¿siguió Jacob el orden de nacimiento de sus hijos, y como qué podía dirigirse a todos ellos?
21 Sin embargo, cuando el patriarca Jacob dio su profecía del lecho de muerte, no puso a todos sus hijos en el orden de su nacimiento por sus cuatro madres, a saber, la primera esposa de Jacob, Lea, y su criada o esclava Zilpa, y la segunda esposa de Jacob, Raquel, y su criada Bilha. Como su padre común, Jacob podía dirigirse a ellos como “hijos de Jacob” y llamarse él mismo “Israel su padre.”
22. ¿Para beneficio de quiénes realmente estaba profetizando Jacob en aquel entonces, pero quiénes más hoy en día deberían estar interesados también?
22 Jacob congregó a sus doce hijos para decirles lo que les sucedería a ellos o a los prefigurados por ellos “en la parte final de los días.” Eso significa en nuestros días, los cuales son la “parte final de los días” del Israel espiritual en la Tierra, antes de que el pequeño residuo de sus 144,000 miembros entre en la Nueva Jerusalén celestial con el Hijo de Dios, el Cordero Jesucristo. Por consiguiente, lo que Jacob dijo a sus doce hijos hace más de tres mil seiscientos años él lo dijo en realidad para provecho de los del pequeño residuo del Israel espiritual que está en la Tierra ahora en este sumamente maravilloso período de la historia del género humano. Y puesto que éstos son miembros de esa “simiente de Abrahán” espiritual por medio de quien todas las naciones y familias de la Tierra todavía se bendecirán para siempre, entonces las personas de todas las familias y naciones que están interesadas en bendecirse así deberían estar interesadas ahora en examinar con nosotros las palabras del lecho de muerte de Jacob.
RUBÉN
23. ¿Cómo fue que obtuvo su nombre el primogénito de Jacob, y qué preguntas surgieron ahora en cuanto a su posición como primogénito?
23 Hablando con paralelismos poéticos, Jacob profetizó con respecto a Rubén, su hijo primogénito por su primera pero menos amada esposa Lea, una muchacha siria. De modo que al nacer él Lea dijo: “¡Vean, un hijo!” y luego hizo de esta exclamación su nombre, Rubén. Siendo el hijo primogénito de Jacob, Rubén naturalmente tenía los derechos del hijo primogénito de la familia. Como tal tenía derecho a dos porciones en el patrimonio que Jacob su padre dejara. La pregunta era: ¿Entraría Rubén en estos derechos del primogénito? También, el patriarca Jacob, como cabeza de la familia, había obrado como el sacerdote de Jehová para toda la familia y había ofrecido sacrificios en el altar de la familia y había tomado la delantera en orar y en dar instrucción religiosa. Como padre también había obrado como el gobernador de toda la familia y de todos sus siervos y ganado y propiedades. ¿Qué hay tocante a esos privilegios?
24. ¿Cómo habían de conducirse las doce familias después de la muerte de Jacob, y qué preguntas tocante a Rubén deberían zanjar ahora sus palabras?
24 Con la muerte de su padre común los doce hijos no habían de dividirse en doce familias, cada una siguiendo su propio camino; habían de mantenerse juntos como un pueblo, como una nación. Pero ¿quién iba ahora a obrar como sacerdote para este pueblo o congregación? ¿Quién había de obrar en la posición gobernante? ¿Habían de ser asignados los privilegios que ordinariamente pertenecían al primogénito a Rubén por inspiración del espíritu de Dios? De modo que escuchamos las palabras de Jacob con por lo menos tanto interés como tuvieron los doce hijos de Jacob cuando escucharon:
“Rubén, tú eres mi primogénito, mi vigor y el comienzo de mi poder generativo, la excelencia de dignidad y la excelencia de fuerza. Con licencia descuidada como aguas, no sobresalgas, porque has subido a la cama de tu padre. En esa ocasión profanaste mi lecho. ¡Se subió a él!”—Gén. 49:3, 4.
25, 26. (a) ¿Por cuál expresión recalcó Jacob que Rubén era su primogénito, y de qué debería haberse probado digno? (b) ¿Qué se da a entender por la expresión “la excelencia de dignidad”? ¿Por la expresión “la excelencia de fuerza”?
25 Antes de su noche de bodas con su primera esposa Lea, Jacob no había tenido coito con nadie. Su poder para engendrar hijos no se había acabado para entonces, aunque en ese tiempo (1774 a. de la E.C.) se hallaba en los ochenta y cuatro años de edad. Su último niño no nació hasta más de trece años después. De modo que pudo dirigirse a su primogénito Rubén como “mi vigor y el comienzo de mi poder generativo.” Rubén debería haber sido el mejor hijo de la familia, digno de tener el doble de la herencia de cualquiera de sus hermanos. (Deu. 21:17) Debería haber superado a sus hermanos en todo.
26 A Rubén naturalmente debería haber ido “la excelencia de dignidad y la excelencia de fuerza.” Por la expresión “excelencia de dignidad” parece darse a entender el sacerdocio de la nación. El sacerdocio debería haber sido suministrado por los miembros varones de la tribu de Rubén. Por la expresión “la excelencia de fuerza” puede darse a entender la gobernación o la soberanía real, cuando este pueblo llegase a ser un reino en cualquier tiempo. La dignidad del sacerdocio de Jehová Dios debería haber caído sobre Rubén, y la fuerza del gobierno o del reino debería haber sido puesta sobre su hombro. ¿Qué profetizó Jacob con respecto a esto? ¿Resultó cierta la profecía de Jacob?
27. ¿Qué descalificación recordó Jacob contra Rubén?
27 Jacob recordó una descalificación para Rubén que lo afectó en cuanto a los tres privilegios: el de primogénito, el del sacerdocio y el de gobierno. Rubén había deshonrado a su padre. Había cometido inmoralidad incestuosa con la concubina de su padre, Bilha, la criada de la esposa amada de Jacob, Raquel. Esto fue poco después que la amada Raquel había muerto, después de dar a luz a Benjamín. El registro de la Biblia no explica si el primogénito Rubén violó a la criada Bilha para impedir que ella ocupara el lugar de Raquel en el cariño de Jacob y así llegara a ser más favorecida que la madre de Rubén, Lea; o sí Rubén obró por crasa concupiscencia por Bilha. Sencillamente dice: “Y sucedió que mientras Israel estaba morando en tabernáculo en esa tierra que una vez Rubén fue y se acostó con Bilha la concubina de su padre, e Israel llegó a saberlo.” Y la Versión Griega de los Setenta de las Santas Escrituras agrega: “Y a los ojos de él le pareció malo.”—Gén. 35:22, NM; LXX (Thomson).
28. (a) ¿Cuándo alcanzó a Rubén su pecado, y con qué consecuencias? (b) ¿Cómo había obrado Rubén, pero cómo debería haber obrado?
28 Al tiempo de esta ofensa grave contra su padre Jacob y contra la madre de sus hermanastros Dan y Neftalí, el primogénito Rubén no fue desheredado ni despedido. Mas ahora finalmente, unos cincuenta años más tarde, el pecado de Rubén se encuentra con él, lo alcanza. (Núm. 32:6, 23) Bajo inspiración divina su padre moribundo le dice las consecuencias de su acto vil. Jacob le dice: “No sobresalgas.” Así Rubén es despojado de la “excelencia de dignidad y la excelencia de fuerza” y también del derecho de hijo primogénito a dos partes de la herencia de su padre. ¿Por qué? Porque obró con “licencia descuidada como aguas.” Él demostró o inestable como aguas o turbulento y precipitado como aguas que revientan una presa o que se precipitan enfurecidamente por un valle de torrente. La licencia descuidada que es indiferente a las consecuencias no acompaña a la excelencia. Rubén debería haber ejercido gobierno de sí mismo. Debería haber mostrado el respeto de un hijo por la dignidad de su padre y por el honor de los dos hijos de Bilha, la concubina de su padre.
29, 30. (a) Más tarde, ¿qué caso en la congregación de Corinto, Grecia. fue como el de Rubén? (b) ¿Quiénes sufrieron por la inmoralidad de Rubén, y cómo?
29 Rubén profanó el lecho matrimonial de su propio padre. Esto fue algo semejante al caso que hubo en la congregación cristiana en Corinto, Grecia, mucho después, en el cual el apóstol Pablo expulsó a uno que afirmaba ser cristiano que tomó la esposa de su padre y tuvo relaciones sexuales con ella. (1 Cor. 5:1-13) Hallando desagradable el hablar más directamente a Rubén con respecto a esta conducta desvergonzada, Jacob termina su juicio profético con respecto a Rubén, diciendo: “¡Se subió a él!” Por la inmoralidad de Rubén sus hijos, sí, toda su tribu sufrió. Cómo fue esto se declara en 1 Crónicas 5:1, 2:
30 “Y los hijos de Rubén el primogénito de Israel-porque él era el primogénito; pero debido a haber profanado el lecho de su padre su derecho como primogénito fue dado a los hijos de José el hijo de Israel, para que él no fuese alistado genealógicamente para el derecho del primogénito. Pues Judá mismo resultó ser superior entre sus hermanos, y aquél para ser caudillo procedió de él; mas el derecho como primogénito fue de José.”
31, 32. (a) ¿Cómo no sobresalieron los descendientes de Rubén ni se distinguieron en Israel? (b) ¿Qué exhibición hicieron en los días del juez Barac y en el día que Asiria se llevó cautivo al Israel septentrional?
31 Los privilegios de Rubén de superintendencia en la nación de Israel los perdió porque deshonró su posición natural como primogénito. Ninguno de los descendientes de Rubén llegó a ser uno de los jueces, profetas o caudillos de Israel. Cuando las doce tribus de Israel se establecieron en la Tierra Prometida en el siglo quince a. de la E.C., a Rubén le fue dada su porción de territorio al oriente del mar Muerto y el río Jordán. Más tarde, cuando se libró la batalla en las “aguas de Meguido” para librar a la tierra del opresor rey cananeo Jabín y su general Sísara, los rubenitas no fueron a apoyar al juez Barac ni a la profetisa Débora. Por consiguiente en su cántico de victoria Barac y Débora tomaron nota de la falta de los rubenitas, cantando: “Entre las divisiones de Rubén grandes fueron los escudriñamientos del corazón. Galaad [junto a Rubén] se adhirió estrictamente a su residencia al otro lado del Jordán.”—Jue. 5:15, 17.
32 Siglos después, cuando el reino septentrional de Israel fue llevado cautivo a Asiria, los rubenitas se hallaron entre los primeros en ser llevados. (1 Cró. 5:26) Verdaderamente la tribu de Rubén no sobresalió por encima de sus tribus compañeras en Israel.
33. ¿Qué posición se da a la tribu de Rubén en la visión de Ezequiel de la distribución de la tierra bajo el reino de Dios?
33 En la visión de Ezequiel de la división de la tierra, para representar la distribución de la tierra bajo el reino de Dios del nuevo mundo, a Rubén no se le da una posición junto a la “contribución santa” de la tierra en la cual yacen el templo de Jehová, la ciudad Jehová-sama y el territorio del capitán. Judá es colocado exactamente al norte de la contribución santa, y Rubén está en seguida al norte de Judá.—Eze. 48:6-22.
34. ¿Qué no es extraño, entonces, en cuanto a la visión de sellar los 144,000, pero qué se les recuerda mediante esto a los que componen los 144,000?
34 No es extraño, entonces, que en la visión del apóstol Juan del sello de las doce tribus del Israel espiritual, a la tribu de Rubén no se le mencione en primer lugar sino que se le nombre en segundo lugar, o después de la tribu de Judá. (Apo. Rev. 7:5; vea la página 652.) Así a los miembros de los 144,000 israelitas espirituales se les recuerda que Rubén perdió los privilegios preciosos por no poner el ejemplo correcto como un superintendente fiel entre el pueblo escogido de Jehová Dios.
35. Por licencia descuidada como la de Rubén, ¿qué consecuencias resultarán a los israelitas espirituales, y cómo se ilustró esto en el caso del cristiano inmoral de Corinto?
35 Cualesquier personas dedicadas, bautizadas, del Israel espiritual que toman licencia descuidada y muestran inestabilidad y se precipitan sin pensarlo al adulterio o a la fornicación no pueden menos que ser derrotados por ello. Pueden mostrar arrepentimiento sincero por su inmoralidad, pero han manchado imborrablemente su registro. Han puesto un ejemplo malo al rebaño de Dios. Como aquel hombre en la congregación corintia que profanó el lecho matrimonial de su padre, pueden ser excomulgados y más tarde ser restablecidos a causa de su tristeza de manera piadosa que resulta en arrepentimiento. Pero después de ser excomulgado así, ese corintio no pudo mostrarse estar capacitado para el puesto ejemplar de superintendente en la congregación cristiana. (2 Cor. 7:9, 10; 2:6-11) No era irreprensible y no era un ejemplo saludable para el rebaño de Dios, como debería ser un superintendente. (1 Tim. 3:1-4; Tito 1:5-9) Como la tribu de Rubén, no era adecuado para tomar el puesto de dirección en el Israel espiritual.
36. (a) Todos los 144,000 están en la congregación ¿en qué rango? (b) Aunque hay una tribu de Rubén en el Israel espiritual, ¿de qué no pueden abusar los 144,000, y por qué no?
36 Por eso, a la luz del humillante juicio que el padre moribundo de Rubén pronunció sobre él, su caso tiene una lección solemne para el pequeño residuo de los 144,000 miembros del Israel espiritual que todavía está en la Tierra. Todos los 144,000 componen la “congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos,” y deben conducirse como tales todo el tiempo. (Heb. 12:23) Pero a causa de obrar descuidadamente, sin pensar en las consecuencias, como Rubén obró, algunos pueden sufrir la pérdida de privilegios especiales en la congregación cristiana aquí en la Tierra, irrevocablemente. Solo por la misericordia de Dios y a causa de someterse a la curación espiritual no son desheredados permanentemente y despedidos del Israel espiritual. Por la bondad amorosa de Dios hay una tribu de Rubén en el Israel espiritual. A causa de esto podemos estar agradecidos; pero no abusemos de la misericordia de Dios y así nos arriesguemos. Rubén sufrió las consecuencias. ¡También nosotros!
SIMEÓN Y LEVÍ
37, 38. (a) ¿A qué grado eran hermanos Simeón y Leví, y qué significan sus nombres? (b) Según las palabras finales de Jacob, ¿en qué había sido su cooperación fraternal?
37 Pasando de su hijo primogénito, el patriarca Jacob dirigió su atención a su segundo hijo, Simeón, y a su tercer hijo, Leví, estos dos siendo hijos de su primera esposa Lea. Profetizando con el estilo de la poesía hebrea, el Jacob moribundo dijo:
“Simeón y Leví son hermanos. Instrumentos de violencia son sus armas de degüello. A su grupo íntimo no vengas, oh alma mía. Con su congregación no llegues a estar unida, oh disposición mía, porque en su ira mataron hombres, y en su arbitrariedad desjarretaron bueyes. Maldita sea su ira, porque es cruel, y su furia, porque actúa severamente. Permítaseme darles una porción en Jacob, pero permítaseme esparcirlos en Israel.”—Gén. 49:5-7.
38 Estos dos hermanos de padre y madre cooperaron juntos, pero esto lo hacían en obras malas. El nombre Simeón significa “Oyendo,” es decir, con aceptación; y el nombre Leví significa “Unido; Adhesión.”
39, 40. (a) ¿Cuál fue la ocasión especial en que Simeón y Leví usaron instrumentos de violencia como sus armas de matanza? (b) ¿Cómo respondieron entonces a su padre sobre este asunto?
39 La ocasión especial en que los instrumentos de violencia fueron sus armas de matanza fue cuando asumieron arbitrariamente vengar el honor de su hermana de padre y madre, Dina. Esto fue antes de que su hermano mayor, Rubén, violara a la concubina de su padre, Bilha. Cuando el campamento del patriarca Jacob estaba cerca de la ciudad de Siquem en la Tierra Prometida, la virginidad de Dina fue violada. Esto lo hizo el hijo del capitán heveo de esa ciudad. Los hermanos de Dina tramaron vengarse. Insistiendo en que el violador tenía que circuncidarse como un israelita antes de poder casarse con Dina, hicieron que todos los varones de Siquem fueran circuncidados. Al tercer día de su circuncisión, cuando los hombres circuncidados tenían dolores tan fuertes que difícilmente podían moverse, Simeón y Leví actuaron.
40 “Los dos hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, procedieron cada uno a tomar su espada y a ir insospechadamente a la ciudad y a matar a todo varón. Y mataron con el filo de la espada a [el capitán] Hamor y a Siquem su hijo. Luego tomaron a Dina de la casa de Siquem y salieron.” El saqueo de la ciudad y el llevarse a las mujeres y a los niños siguieron a manos de otros hijos de Jacob, “porque habían violado a su hermana.” Cuando Jacob no mostró simpatía con lo que habían hecho y reprendió a Simeón y Leví, ellos contestaron: “¿Debería tratar cualquiera a nuestra hermana como a una prostituta?”—Gén. 33:18 a 34:31.
41. ¿Cuál había sido su intención para con José cuando tenía diecisiete años, y cuándo se enteró con respecto a eso su padre?
41 Años después, cuando su hermanastro José había llegado a tener diecisiete años de edad, Simeón y Leví quisieron matarlo porque envidiaban el que José fuera el hijo favorito de su padre. Rubén, su hermano mayor, no quería matar a José, ni Judá el hermano que seguía a Simeón y Leví. Y los hermanos aun más jóvenes, los cuatro hijos de las dos concubinas de Jacob, eran amigos de José o lo toleraban. Y los aun más jóvenes Isacar y Zabulón no tenían voz predominante en el asunto. Por eso cuando José les hizo una visita de inspección cerca de la ciudad de Dotán, aparentemente fueron Simeón y Leví los que tomaron la delantera en “conspirar astutamente contra él para darle muerte.” La sugerencia de Judá los desvió de matarlo, y Rubén regresó a entre ellos demasiado tarde para impedir que vendieran a José como esclavo para ser llevado a Egipto. (Gén. 37:2-36) Al debido tiempo, después que José fue hallado vivo en Egipto como su primer ministro, Jacob supo cómo había acontecido la repentina desaparición de su hijo. Probablemente Jacob tuvo esto en mientes también cuando habló de los “instrumentos de violencia” de Simeón y Leví.
42. Si no hubiese sido por usar instrumentos de violencia, ¿en qué posición pudiera haber entrado Simeón o, después de él, Leví?
42 Cierto, José fue el hijo primogénito de Raquel la esposa amada de su padre, pero nació años después de Simeón y Leví, como el undécimo hijo de Jacob. Por eso, si no hubiera sido por su violencia vengativa contra los habitantes de Siquem sin el consentimiento de su padre, pudieran haber entrado en la posición de acaudillamiento después que la perdió Rubén, Simeón teniendo la primera oportunidad y Leví después de él. Pero la expresión de juicio de Jacob sobre ellos en su lecho de muerte mostró claramente que ambos habían perdido esa oportunidad.
43. ¿Cómo, en el último día de su vida, mostró Jacob que no había tenido ni había querido tener responsabilidad de comunidad por el crimen de ellos?
43 Así, en el último día de su vida Jacob se limpió de toda conexión con la violencia cometida contra la ciudad de Siquem. La violación de su hija Dina no la compensó. El alma de Jacob, que estaba por morir allí en Egipto, no quería intimidad con Simeón y Leví en tal crimen. La misma disposición de Jacob se hallaba en contra de unirse con la congregación de personas de violencia extremada como ésa. Antes de terminar su curso en la vida declaró que no tenía responsabilidad de comunidad por ese derramamiento de sangre. Simeón y Leví habían dejado que la ira les ganara; habían obrado arbitrariamente al actuar de tal manera vengativa sin primero consultar a su padre. Lo habían hecho un hedor a todo Canaán.
44. ¿Sobre qué pronunció Jacob su maldición, y qué estaba determinado a hacer con respecto a las posibilidades futuras de Simeón y Leví?
44 Ahora, sin embargo, unos cincuenta años después, Jacob, en su aliento de moribundo, no maldijo a Simeón ni a Leví. Maldijo la ira de éstos, “porque es cruel.” Maldijo su furia, “porque actúa severamente.” No podía aprobarla aun en sus propios hijos, aunque fue derramada por causa de su propia hija. Los perdonó, pero no iba a cambiar las consecuencias para con ellos. No podía nombrar a ninguno de ellos a la posición de dirección o al gobierno. No los hizo a ellos ni a sus tribus parias en Israel, mas ahora rompería su unidad y cooperación en obras de ira cruel y furia severa. Bajo inspiración profética Jacob les asignó un lugar en la tierra que Dios había prometido darle a él y a sus descendientes. Entraron en él 239 años después, pero Jacob predijo que no serían vecinos en la tierra.
45. En armonía con la determinación de Jacob, ¿qué clase de porción en Israel le fue dada a Simeón y a Leví?
45 Proféticamente, y como un heredero de la Tierra Prometida, Jacob dio a Simeón y a Leví una “porción en Jacob,” pero para ninguno de ellos fue una porción sólida, una porción intacta. Jacob dividió a los dos hermanos en la tierra. Así, no solo fueron Simeón y Leví desunidos uno de otro en la tierra, sino que cada uno fue dividido dentro de sí mismo. Cuando el profeta Moisés bendijo a las tribus de Israel poco antes de cruzar el río Jordán para entrar en la Tierra Prometida, Moisés ni siquiera mencionó el nombre de Simeón. (Deu. 33:16-23) La tribu de Simeón estuvo situada en islitas de territorio acá y allá a través de la grande división de territorio repartido a la tribu de Judá. Ninguna de estas regiones enclavadas en el territorio de Judá estaba junto a la ciudad de Jerusalén, que llegó a ser la capital nacional. Cuando las tribus contribuyeron ciudades de su territorio a los sacerdotes levitas para servir como ciudades de refugio para que huyeran a ellas los homicidas involuntarios, ninguna ciudad fue contribuida por la tribu de Simeón. Cuando cuarenta y ocho ciudades fueron asignadas a todos los levitas, incluyendo a los sacerdotes, solo trece de éstas fueron contribuidas por las tribus de Judá, Simeón y Benjamín. De modo que los levitas deben haber establecido su residencia en pocas ciudades de la tribu de Simeón.—Jos. 20:7-9; 19:1-9; 21:3, 4.
46. Por las instrucciones de Dios a Moisés, ¿con qué privilegio fueron honrados los levitas, y cómo los capacitó esto a congregarse todos otra vez para trabajar?
46 No por la profecía de Jacob, sino por instrucción subsecuente de Jehová al profeta levita Moisés, la tribu de Leví fue honrada con el privilegio del sacerdocio y el ministerio en el templo de adoración de Jehová. Por consiguiente, los levitas no obtuvieron herencia en la Tierra Prometida, puesto que Jehová Dios fue su herencia en realidad. Lo que pudiera haber sido su porción de territorio en la Tierra Prometida fue dado a la tribu de uno de los hijos de José; de modo que la entera nación de Israel tuvo doce territorios tribales. Todas estas tribus, las doce, contribuyeron con un total de cuarenta y ocho ciudades para la residencia de los levitas cuando no servían en el templo de Jehová. De modo que los miembros de la tribu de Leví fueron esparcidos de peor manera que Simeón, a saber, en toda la tierra de Israel. Solo en el templo de Jehová se congregaban otra vez todos los levitas, para un buen trabajo en el servicio de Jehová en sus fiestas señaladas regulares y en el día de expiación. ¡Cuán maravillosamente fue establecida la verdad de las palabras de Jacob a Simeón y Leví: “Permítaseme esparcirlos en Israel”!
47, 48. (a) ¿Cómo aplicó esto con respecto a Simeón y Leví aun en la visión de Ezequiel de la división de la tierra? (b) ¿Qué recalca la continua separación de los dos hermanos?
47 Esto aplicó aun en la visión profética de Ezequiel de la división de la tierra bajo el entrante reino de Dios. Los miembros de la tribu de Leví estaban situados en la “contribución santa” alrededor del santuario de Jehová. La tribu de Simeón estaba separada al sur de la Contribución Santa, exactamente debajo de la tribu de Benjamín, que lindaba con el sur de la Contribución Santa. (Eze. 48:8-14, 22, 24) Así Simeón no estuvo en contacto directo con el gobierno de la tierra. Y en la visión de Ezequiel del asiento de gobierno, la ciudad llamada Jehová-sama (que significa “Jehová Mismo Está Allí”), las puertas de Simeón y de Leví no están juntas, sino que la puerta de Simeón es séptima y al sur, aunque la puerta de Leví es tercera y al norte.—Eze. 48:31, 33; vea la página 655.
48 Esta separación continua de Simeón y Leví recalca cómo Dios desaprueba a los hermanos o a otros que obran juntos en una obra severa, cruel, bajo la influencia de la ira.
49. ¿Cómo mostró el sacerdote Finees que apreciaba ese hecho, y de qué se mostró él mismo digno?
49 El sacerdote Finees de la tribu de Leví mostró que apreciaba ese hecho por la manera en que obró en la llanura de Moab, que estaba situada al otro lado del río Jordán de la Tierra Prometida. Cuando los israelitas se pusieron a tener relaciones inmorales, idólatras, con las hijas de Moab, el príncipe Zimri de la tribu de Simeón con desfachatez trajo una muchacha pagana idólatra, la princesa madianita Cozbi, por el campo de Israel y la introdujo en su tienda para tener placer sexual con ella. ¿Aprobó esto el levita Finees porque esto fue hecho por un hombre de Simeón? ¿Cooperó con Zimri, como Leví había cooperado con Simeón en un hecho abominable? ¡No! Sino que Finees irrumpió en la tienda del simeonita con una lanza y mató tanto a Zimri como a su novia pagana. A causa de este celo por la adoración de Dios, Finees obtuvo la bendición de Dios. Mostró que, como levita, era digno del sacerdocio.—Núm. 25:1-15.
50, 51. (a) ¿Qué no significa la presencia de una tribu de Leví en el Israel espiritual para esa tribu, y por qué no? (b) ¿De qué nos recuerda la profecía de Jacob con respecto a Simeón y Leví, y cómo han sido culpables en este respecto los miembros del Israel espiritual?
50 En la formación de las doce tribus del Israel espiritual Simeón ocupa el séptimo lugar y Leví el octavo. (Vea la página 652.) El hecho de que una tribu lleva el nombre de Leví no significa que los 12,000 de esta tribu sirven de sacerdocio para todo el Israel espiritual. No; todos los 144,000 son sacerdotes. Con respecto a todos los 144,000 está escrito: “Serán sacerdotes de Dios y del Cristo, y gobernarán como reyes con él por los mil años.” (Apo. Rev. 20:6) De modo que el nombre Leví debe recordarnos algo más que el sacerdocio. Igualmente Simeón.
51 Lo que la profecía del lecho de muerte de Jacob nos recuerda en conexión con Simeón y Leví es que una maldición descansa sobre el uso de instrumentos de violencia como armas de matanza para dar salida a la ira cruel y la furia severa. Los que componen las tribus espirituales de Simeón y Leví pueden haber usado tales armas airada y furiosamente en matanza de sus semejantes en combates militares de este mundo o aun en vengarse personalmente o defendiendo el nombre de la familia. Pero ahora que han llegado a ser miembros del Israel espiritual abandonan tales prácticas abominables, sabiendo que “odios, contiendas, celos, arrebatos de ira, contenciones, divisiones” son las “obras de la carne” y no son el “fruto del espíritu” de Dios.—Gál. 5:19-22.
52, 53. (a) ¿Qué acción ha emprendido el resto del Israel espiritual que todavía está en la Tierra para con los instrumentos de violencia? (b) ¿Qué miembros de tribus, por lo tanto, pueden ser colocados juntos seguramente, y por qué?
52 Tenemos evidencia de que hace mil novecientos años, cuando los doce fundamentos apostólicos de la Nueva Jerusalén todavía estaban en la Tierra, los cristianos se aplicaron las palabras proféticas de Isaías 2:4 de que se han incautado incorrectamente hoy día las Naciones Unidas. Asimismo hoy los que están en la Tierra que pueden ser de las tribus espirituales de Simeón y Leví, en realidad, el pequeño residuo de todas las doce tribus del Israel espiritual que hay en la Tierra, renuncian al uso de instrumentos de violencia y armas de matanza y tratan de vivir en conformidad con Isaías 2:4, que dice: “Y tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra.” De modo que los que pertenecen a las tribus espirituales de Simeón y Leví han pasado por un cambio de personalidad. Aunque en el Israel espiritual ocupan un lugar juntos unos con otros, se puede confiar que trabajen juntos seguramente, porque ahora obedecen Romanos 12:17-19:
53 “No devuelvan mal por mal a nadie. . . . No se venguen, amados, sino cédanle lugar a la ira; porque está escrito: ‘Mía es la venganza; yo recompensaré, dice Jehová.’”
JUDÁ
54. ¿Por qué pudo haber estado esperando Judá una reprensión de parte de Jacob, pero cómo resultó su asunto sin reproche para Judá?
54 Como el cuarto hijo de Jacob por su primera esposa Lea, el siguiente que estaba naturalmente en línea para recibir atención por su padre moribundo era Judá. Él también puede haber estado esperando una reprensión, porque sin saberlo había tenido que ver con su ex nuera Tamar. Pero en vez de que Judá cometiera adulterio con una ramera o prostituta de templo, fue hábilmente engañado de modo que desempeñara lo que había descuidado, a saber, el matrimonio de levirato para con la viuda Tamar. Por consiguiente, en este caso Judá ocupó el lugar de su hijo Sela, el hermano de Er, el esposo muerto de Tamar. De modo que los hijos gemelos de Judá por Tamar no fueron hijos de adulterio ni las Escrituras los mencionan con deshonra; en realidad, uno de ellos llegó a ser antepasado de Jesucristo. Cuando Booz, un antepasado de Cristo, tomó a Rut como esposa suya, el pueblo le dijo a Booz: “Tu casa llegue a ser como la casa de Farés, que Tamar le dio a luz a Judá, de la prole que Jehová te dé de esta joven [Rut].”—Rut 4:12; Gén. 38:6-30.
55. ¿Qué recordó sin duda Jacob con respecto a Judá, y por lo que dijo con respecto a Judá qué cuestión zanjó con respecto a Israel?
55 Por consiguiente, el Jacob moribundo no tenía razón para traer a colación este asunto como estando contra Judá. Sin duda Jacob recordó que Judá había estado contra el matar a José y también había tratado noblemente de preservar la vida y libertad de Benjamín, el hermano de José, hasta ofreciéndose a ocupar el lugar de Benjamín como esclavo en Egipto. (Gén. 37:26; 43:8-10; 44:18-34) Por eso, con el estilo poético de la profecía hebrea, Jacob habló y entonces zanjó la cuestión de gobierno futuro en Israel, diciendo:
“En cuanto a ti, Judá, tus hermanos te loarán. Tu mano estará en la cerviz de tus enemigos. A ti se inclinarán los hijos de tu padre. Un cachorro de león es Judá. De la presa, hijo mío, ciertamente subirás. Se inclinó, se estiró como león y, como león, ¿quién se atreve a provocarlo? El cetro no se apartará de Judá, ni el báculo de comandante de entre sus pies, hasta que venga Shiloh; y a él le pertenecerá la obediencia de la gente. Atando su asno completamente desarrollado a una vid y el descendiente de su propia asna a una vid escogida, él ciertamente lavara su ropa en vino y su prenda de vestir en la sangre de uvas. De color rojo oscuro son sus ojos por el vino, y la blancura de sus dientes es de la leche.”—Gén. 49:8-12.
56. ¿Qué significa el nombre de Judá, y cómo le dio una aplicación Jacob a Judá, al mismo tiempo mostrando un contraste entre sus hermanos y sus enemigos?
56 Así como Lea alabó o dio loor a Jehová por el nacimiento de éste, su cuarto hijo, ella lo llamó Judá, que significa “Loado; [Objeto de] Loor.” (Gén. 29:35) Jacob dejó que el nombre subsistiera, y en su lecho de muerte le dio una aplicación de él también a su portador, Judá. Sus once hermanos lo loarían tanto por sus cualidades como por el servicio que rendiría a la nación. Por supuesto, sus enemigos no lo loarían, por lo menos no voluntariamente, porque la mano de él estaría en la cerviz de ellos. En la guerra él obtendría la victoria y haría huir a sus enemigos o los pondría en sujeción.
57, 58. (a) ¿De qué manera habían de inclinarse a él los hermanos de Judá, y por qué? (b) ¿Cómo, hasta la conquista de la tierra de Canaán, se mostró que el acaudillamiento estaba reservado para la tribu de Judá?
57 En cuanto a cómo sus hermanos lo alabarían, esto no solo sería por palabra verbal sino también por la manera en que se condujeran para con él. Todos sus once hermanos eran hijos de su padre, pero solo cinco además de él mismo eran hijos de su madre Lea. No a Rubén el primogénito, sino a Judá, habían de inclinarse sus hermanos. Esto significó que sus hermanos lo reconocerían como su superior, su gobernante. En ese tiempo en particular él y sus hermanos se inclinaron a José como el primer ministro de Faraón sobre Egipto, donde estaban viviendo entonces. Pero con respecto a los asuntos internos de las doce tribus de Israel, los hermanos, incluyendo a José, habían de inclinarse a Judá. Esto, por supuesto, era hablar en favor de la tribu de Judá, y predijo que el gobernante a quien la nación se inclinaría sería procedente de Judá.
58 Más tarde en 1 Crónicas 5:2 se declaró el asunto muy bien, diciendo: “Pues Judá mismo resultó ser superior entre sus hermanos, y aquél para ser caudillo procedió de él; mas el derecho como primogénito fue de José.” En armonía con esto, cuando Jehová Dios libró a las doce tribus de Israel de Egipto, donde llegaron a estar esclavizados después de la muerte de José, fue la tribu de Judá la que tomó la delantera en la marcha a través del desierto hacia la Tierra Prometida de Canaán. (Núm. 2:3; 10:12-14) Cuando doce espías fueron enviados por delante a la Tierra Prometida para explorarla y volver con un informe, fue Judá la que produjo a Caleb, uno de los dos espías fieles que sobrevivieron para volver a entrar en la Tierra Prometida. Este Caleb participó activamente en subyugar la porción de la tierra asignada a la tribu de Judá. (Núm. 13:6, 30; 14:6-10, 38; Jos. 15:13-20; 14:6-14) Cuando tuvo lugar el echar suertes para repartir la tierra conquistada, a Judá le fue dada la primera asignación. (Jos. 15:1) En la conquista de la tierra para tomar posesión de ella, Jehová Dios designó a la tribu de Judá para tomar la delantera. (Jue. 1:1-8) En ese tiempo el capitán de la tribu de Judá era Salma, que llegó a ser el tatarabuelo de David. (1 Cró. 2:10, 11; Rut 4:20-22; Mat. 1:5, 6) En la Tierra Prometida el territorio de Judá yacía a todo lo largo de la costa occidental del mar Muerto y se extendía hacia el occidente hasta el mar Mediterráneo.
59. ¿Cómo resultó ser como un cachorro de león la tribu de Judá?
59 De modo que la tribu de Judá era como león entre las bestias del bosque. (Miq. 5:8) Con toda propiedad pudo decir el patriarca Jacob: “Un cachorro de león es Judá.” La tribu de Judá proveyó la dinastía permanente o familia de reyes para la nación de Israel. David llegó a ser la cabeza de esta dinastía de reyes, porque Jehová Dios hizo con él un pacto para una soberanía real eterna en su familia. Al principio la tribu de Judá pudo haber sido como un cachorro de león, cuando el rey Saúl de la tribu de Benjamín gobernó a todo Israel, y David, el matador del gigante, llegó a ser oficial en el ejército del rey Saúl. Pero Dios decidió en contra de continuar la soberanía real sobre Israel en la familia de Saúl debido a la desobediencia voluntariosa de Saúl; y por eso en 1070 a. de la E.C., después de morir el rey Is-boset, hijo de Saúl, las doce tribus de Israel hicieron a David de la tribu de Judá su rey.
60, 61. (a) ¿Cómo vivió David en conformidad con el nombre de su tribu, y qué relación hubo entre él y Jesucristo? (b) ¿Qué debemos esperar nosotros los lectores para una explicación adicional de la profecía de Jacob?
60 Así en una escala magnífica se cumplió la profecía de Jacob, de que los hermanos de Judá lo loarían y se inclinarían a él. (2 Sam. 4:5 a 5:5) En su mayor parte, David, a quien la tribu de Judá proveyó como el caudillo nacional, se portó de una manera loable. Llegó a ser un tipo profético del venidero Rey a quien la obediencia unida de toda la gente pertenecería, como predijo Jacob. En realidad, David llegó a ser el antepasado ilustre de Aquel que fue predicho, Jesucristo; y del rey David, Jesucristo heredó el derecho de gobernar sobre Israel.—Luc. 1:26-33.
61 Sin embargo, para un examen adicional de la profecía de Jacob concerniente a Este a quien la obediencia de toda la gente pertenece debemos esperar la publicación del artículo “Gobernantes asociados del ‘León de la Tribu de Judá.’”
(Vea el número de La Atalaya del 15 de noviembre de 1962.)
[Tabla de la página 652]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Cuadro de los doce hijos de Jacob
Primera esposa, Lea Jacob Concubina, Zilpa
Rubén Simeón Leví Judá Isacar Zabulón (Dina) Gad Aser
(1) (2) (3) (4) (9) (10) (muchacha) (7) (8)
Segunda esposa, Raquel Jacob Concubina, Bilha
José Benjamín, Dan Neftalí
(11) (12) (5) (6)
(Manasés) (Efraín)
[Mapa de la página 655]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Visión de Ezequiel de la Santa Contribución y las doce tribus (Ezequiel 48:1-28)
ASER (2)
NEFTALÍ (3)
MANASÉS (4)
EFRAÍN (5)
RUBÉN (6)
JUDÁ (7)
EL CAPITÁN
Santa Contribución
EL CAPITÁN
BENJAMÍN (8)
SIMEÓN (9)
ISACAR (10)
ZABULÓN (11)
GAD (12)
EL MAR GRANDE
Río Jordán
Mar Salado
V.T.de Egipto
N
O
P
S