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¿Recuerda usted?La Atalaya 1978 | 1 de octubre
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por fuerza. Él desea súbditos anuentes que hayan sido educados en conocerlo. Esta educación exigiría tiempo, y también se necesitaría tiempo para seleccionar y entrenar al cuerpo que habría de gobernar. Además, Dios se ha propuesto suministrar una base firme para fe en su gobernación, para revelar los principios de su gobierno; demostrar sus cualidades como Gobernante universal y suministrar clara identificación del Mesías, el Rey que regiría en su nombre.—15/6 pág. 15-17.
● ¿Qué significa temer a Dios?
Significa tener un saludable pavor con relación a desagradar a Dios. Esto está acompañado por amor, de modo que el individuo no teme acercarse en oración al Altísimo. En vez de eso, él confía en que Jehová Dios se interesa en él como individuo y por eso no vacila en orar acerca de los asuntos más íntimos, entre éstos, sus pecados.—1/7 pág. 26.
● ¿Cómo se recompensó abundantemente a Rut la moabita por escoger a Jehová como su Dios y a Israel como su pueblo?
El gran favor que recibió Rut fue llegar a ser un eslabón en la línea de descendencia que condujo hasta el rey David y terminó en Jesucristo.—15/7 pág. 26.
● ¿A quiénes se ‘transfirió al reino del Hijo del amor de Dios,’ y desde cuándo en adelante?—Col. 1:13.
Los fieles discípulos de Jesucristo, los israelitas espirituales, llegaron a estar bajo su gobernación desde el Pentecostés del año 33 E.C.—1/8 pág. 8.
● ¿En qué sentido mora en Jesucristo “toda la plenitud”?—Col. 1:19.
Jesucristo ocupa el lugar principal en la congregación cristiana en lo que respecta a preeminencia y autoridad. También tiene la “plenitud” de todo lo que los cristianos necesitan para su guía e instrucción. Su ejemplo y enseñanza son perfectos; no les falta nada que deba ser complementado con filosofías y tradiciones humanas. Fue según lo que Jehová Dios tuvo a bien el que toda la plenitud morara así en su Hijo.—1/9 pág. 17, 18.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1978 | 1 de octubre
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Preguntas de los lectores
● ¿Qué eran los “diversos bautismos” que Pablo menciona en Hebreos 9:10? ¿Ejecutaban los hebreos bautismo en agua de conversos?
No, el apóstol Pablo se estaba refiriendo a lavados rituales que exigía la ley mosaica.
Considerando la adoración asociada con el tabernáculo antiguo, Pablo escribió: “Esta misma tienda es una ilustración para el tiempo señalado que está aquí ahora, y de conformidad con ella se ofrecen tanto dones como sacrificios. Sin embargo, éstos no pueden hacer perfecto en cuanto a su conciencia al que hace servicio sagrado, sino que tienen que ver solamente con alimentos y bebidas y diversos bautismos. Eran requisitos legales tocantes a la carne y fueron impuestos hasta el tiempo señalado para rectificar las cosas.”—Heb. 9:9, 10.
De modo que los “diversos bautismos” eran rasgos de adoración bajo la Ley. Por ejemplo, con referencia a ciertos animales inmundos, la Ley declaró: “Ahora bien, cualquier cosa sobre la cual caiga alguno de ellos estando muertos será inmunda. . . . Cualquier vasija de que se hace algún uso será metida en agua, y tiene que ser inmunda hasta el atardecer y entonces ser limpia.” (Lev. 11:32) De manera similar, como parte de su limpieza ceremonial pudiera ser que uno tuviera que lavar su ropa y bañarse. (Lev. 14:8, 9; 15:5) Se exigía que los sacerdotes se bañaran, y las cosas que tenía que ver con las ofrendas quemadas se lavaban en agua. (Éxo. 29:4; 30:17-21; Lev. 1:13; 2 Cró. 4:6) Para cuando el Mesías llegó los judíos habían añadido muchos ritos de limpieza que la Ley no requería. Jesús relató: “Al volver del mercado, no comen a menos que se limpien por rociadura; y hay muchas otras tradiciones que han recibido para tenerlas firmemente asidas: bautismos de copas y cántaros y vasos de cobre.”—Mar. 7:4.
Durante los siglos en que Israel fue la nación escogida de Dios, los no israelitas que emprendían la adoración de Jehová no tenían que ser bautizados en agua, pero sí tenían que circuncidarse. (1 Rey. 8:41-43; Hech. 8:27) Juan el Bautista fue el primer hombre que tuvo autoridad para bautizar a otros, y bautizó a los Judíos en símbolo de su arrepentimiento por los pecados que habían cometido contra la Ley. (Luc. 3:3) Sin embargo, el bautismo en agua llegó a ser un requisito para los que aceptaban el cristianismo. Era un medio de exhibir que se habían arrepentido, se habían vuelto y se habían dedicado a Dios.—Mat. 28:19, 20; Hech. 22:16.
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