¿Qué posición ocupa Israel a vista de Dios?
“Y ahora si ustedes obedecen estrictamente mi voz y verdaderamente guardan mi pacto, entonces seguramente llegarán a ser mi propiedad especial de entre todos los demás pueblos, porque toda la tierra me pertenece. Y ustedes mismo llegarán a ser para mí un reino de sacerdotes y una nación santa.”—Éxo. 19:5, 6.
1. ¿Por qué fué un pueblo privilegiado el pueblo que se congregó alrededor del monte Sinaí?
LOS más de dos millones y medio de personas que se reunieron al pie y alrededor del monte Sinaí una mañana en 1513 a. de J.C. fueron un pueblo privilegiado. No sólo vieron la presencia de Dios manifestada visualmente de manera aterradora, sino que oyeron que ellos, de entre todos los pueblos de la tierra, habían sido escogidos por Dios para ser pueblo suyo, una posesión especial. Ellos llevarían su nombre, apoyarían su adoración en la tierra y serían gobernados por sus leyes. Este pueblo, el pueblo de Israel, así llegaría a ser una nación santa. Este privilegio sería de ellos con tal que obedecieran todos los mandamientos e instrucciones que el Todopoderoso Dios, Jehová, les daba.
2-4. (a) ¿A base de qué provisión llegarían a ser los israelitas el pueblo de Dios, y cómo respondieron a la oferta de Dios? (b) ¿Qué recibieron como resultado?
2 El acuerdo o pacto que se hizo allí en el monte Sinaí fué un pacto bilateral, dado que algo se exigía de ambas partes. Por parte de Dios él haría de estas personas su pueblo y la bendeciría siempre que cumpliesen su parte del acuerdo, y la parte que les atañía a ellos era ser obedientes a él. Si no cumplían con su parte, él no estaba obligado a cumplir con la suya.
3 Cuando Moisés descendió de la cima del monte Sinaí e informó al pueblo acerca de los mandamientos de Jehová, todos los presentes expresaron que estaban dispuestos a hacer lo que Él exigía de ellos. “De modo que Moisés vino y llamó a los hombres de mayor edad del pueblo y expuso delante de ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado. Después de eso todo el pueblo respondió unánimemente y dijo: ‘Todo cuanto Jehová ha dicho estamos dispuestos a hacerlo.’ Inmediatamente Moisés llevó a Jehová las palabras del pueblo.”—Éxo. 19:7, 8.
4 Puesto que convinieron en ser obedientes, Jehová procedió a darles una ley justa por medio de la cual habían de guiarse. Fué el famoso pacto de la ley o la ley mosaica.
5, 6. ¿Cómo se validó el pacto de la ley?
5 Después que el pueblo oyó la Ley y convino en hacer todo lo que ésta requería de él, Moisés escribió las palabras y roció el documento escrito con la sangre de animales. (Éxo. 24:3-8) Este procedimiento validó el pacto, es decir, lo puso en vigor y lo hizo legalmente obligatorio. “Porque donde hay un pacto, tiene que suministrarse la muerte del hombre que hace el pacto. Porque un pacto es válido habiendo víctimas muertas, puesto que no está en vigor en ningún tiempo mientras vive el hombre que hace el pacto. En consecuencia ni el pacto anterior fué inaugurado sin sangre. Porque cuando todo mandamiento de acuerdo con la Ley se hubo pronunciado por Moisés a toda la gente, él tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos con agua y lana escarlata e hisopo y roció el libro mismo y a toda la gente, diciendo: ‘Esta es la sangre del pacto que Dios ha puesto como carga sobre ustedes.’”—Heb. 9:16-20.
6 Las víctimas animales tomaron el lugar de Moisés, el mediador de este pacto. De esta manera la sangre de los animales substituyó por la de él al legalizar el pacto de la ley y ponerlo en vigor.
EL NACIMIENTO DE UNA NACIÓN
7. ¿Cómo hizo de los israelitas un pueblo singular el pacto de la ley?
7 Por medio de este acuerdo o pacto los israelitas llegaron a ser una nación con Jehová Dios como su Rey. Sus mandamientos formaron su cuerpo de leyes. Esto hizo de ellos un pueblo singular, enteramente diferente de todas las otras naciones. Ninguna otra nación en la tierra tuvo esta relación estrecha con el creador de la humanidad. “Aquí estoy concluyendo un pacto: Delante de todo tu pueblo haré cosas maravillosas que jamás han sido creadas en toda la tierra o entre todas las naciones, y toda la gente en medio de quien estás verdaderamente verá la obra de Jehová, porque es una cosas inspiradora de temor la que estoy haciendo contigo.”—Éxo. 34:10.
8, 9. ¿Cuáles fueron algunas de las cosas maravillosas que Dios hizo a favor de ellos, y cómo probó esto que ellos eran su pueblo escogido?
8 Durante los años que siguieron a esta asamblea memorable en el monte Sinaí, Jehová Dios ejecutó muchos milagros a favor de este pueblo. No sólo no se les gastaron sus zapatos y ropa durante sus cuarenta años de viajar en el desierto, sino que se les proveyó alimento milagrosamente en forma de maná. (Deu. 29:5; Sal. 78:24) Cuando se enfrentaron a los ejércitos de las naciones enemigas, Dios peleó por ellos, dándoles la victoria. Los guió a una tierra deseable y se la dio como territorio suyo. Se mantuvo en contacto con ellos por medio de profetas y les dio a saber de acontecimientos futuros. Estas y muchas otras cosas maravillosas se hicieron a favor de ellos.
9 Por centenares de años Dios reconoció a los israelitas como su pueblo escogido. Ningún otro pueblo durante se tiempo disfrutó de esta distinción singular. Ningún otro vió ejecutadas delante de sus ojos las maravillas que vió la nación de Israel ni oyó las cosas que esa nación oyó. “¿Ha oído algún otro pueblo la voz de Dios hablar de en medio del fuego de la manera que tú mismo la has oído, y seguido viviendo? ¿O trató Dios de venir para tomarse una nación de en medio de otra nación con pruebas, con señales y con maravillas y con guerra y con mano fuerte y con brazo extendido y con gran pavor semejante a todo lo que Jehová el Dios de ustedes ha hecho por ustedes en Egipto delante de tus ojos?” “A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra.”—Deu. 4:33, 34; Amós 3:2, Val.
RETORNO DE ISRAEL
10. ¿A qué conclusión llegan muchas personas de la cristiandad debido al favor que se le mostró a la nación de Israel?
10 Debido a esta historia de favor divino muchas personas de la cristiandad creen que Dios está apoyando el retorno del día presente de los judíos a palestina. Creen que el establecimiento del Estado de Israel el 14 de mayo de 1948 provino de Dios. También creen que en los últimos días los judíos regresarían a su patria en incredulidad en cuanto a Cristo y que luego serían convertidos al aparecerse él. No puede hallarse apoyo para este punto de vista en la Biblia. Jesús mismo dijo que a los judíos no se les daría ninguna señal salvo la de Jonás, quien durante partes de tres días estuvo como quien estuviera encerrado en una tumba. Se les dio su señal cuando Jesús fué al sepulcro y luego fué resucitado al tercer día. Puesto que ésta era la única señal que había de dárseles y no los convirtió, ¿cómo puede decirse que se les dará otra señal que efectuará lo que esta primera señal no efectuó?
11. ¿Tienen cumplimiento las profecías acerca de un retorno de los judíos en el retorno del día moderno a Palestina? Explique.
11 Hay muchas profecías que hablan acerca de un retorno de los judíos a su patria, sin embargo, pero estas profecías no tienen cumplimiento en el Estado moderno de Israel. Fueron cumplidas más de quinientos años antes de Cristo, cuando un resto judío regresó de Babilonia para volver a ocupar el sitio desolado de Jerusalén. Eso fué en 537 a. de J.C., setenta años después que Jerusalén fué convertida en un montón de ruinas por los poderosos ejércitos babilónicos.
12, 13. ¿Por qué fué desolada la Tierra Prometida?
12 Debe mencionarse que su tierra no hubiera sido desolada por los invasores paganos si ellos hubiesen cumplido con su parte del acuerdo hecho en el monte Sinaí. No habían cumplido su promesa de hacer todo lo que Jehová había hablado. Vez tras vez violaron las leyes divinas que los gobernaban. Pero aunque fueron castigados frecuentemente por medio de ser entregados a sus enemigos, no mantuvieron la adoración limpia e incontaminada.
13 El desastre que los arrastró a los setenta años de desolación babilónica de Jerusalén y Judá fué predicho con mucha anticipación por el profeta Jeremías, quien dijo: “Y Jehová os ha enviado todos sus siervos los profetas, madrugando y enviando, (aunque no habéis escuchado, ni siquiera habéis inclinado vuestros oídos para escuchar), diciendo: Ruégoos os volváis cada cual de su mal camino y de la maldad de vuestras obras; y habitaréis en la tierra que os dió Jehová a vosotros y a vuestros padres desde la eternidad y hasta la eternidad; y no andéis tras otros dioses para servirles y para adorarlos, y no me provoquéis a ira con las obras de vuestras manos; y yo no os haré mal alguno. Pero vosotros no me habéis escuchado, dice Jehová; a fin de provocarme a ira con las obras de vuestras manos, para vuestro propio daño. He aquí enviaré y tomaré a todas las familias del Norte, dice Jehová, y a Nabucodonosor rey de Babilonia, siervo mío, y los traeré contra este país y contra todos sus habitantes, y contra todas las naciones de al derredor; a las que destruiré del todo, y las convertiré en asombro y en silbido y en desolaciones perpetuas. También toda esta tierra será una desolación y un asombro; y estas naciones servirán al rey de Babilonia setenta años.”—Jer. 25:4-7, 9, 11, Mod.
14. ¿Cuáles son las diferencias entre el retorno desde Babilonia y el retorno del día moderno?
14 Cuando terminó este período de desolación, un resto de los judíos regresó, a su patria para reedificarla. Puesto que Dios había mantenido la tierra vacía de habitantes humanos y de bestias domesticadas, ellos volvieron a un territorio deshabitado. Pero no ha sucedido así con el movimiento del día moderno de los judíos a Palestina. Tampoco hay paralelo alguno en su móvil al regresar. El resto que salió de Babilonia no retornó en incredulidad, sino más bien en fe. Estaban dedicados a la adoración de Jehová y querían restablecerla en su patria desolada. Sin embargo, no sucede igual con los repatriados del día moderno. Éstos no van a Palestina a revivificar la adoración incontaminada de Jehová allí ni a reedificar su templo.
15. ¿Por qué no puede ser reedificado el templo ni pueden efectuarse los deberes sacerdotales de la Ley?
15 Aun si quisieran reedificar el templo en su sitio divinamente asignado no podrían hacerlo, porque una mezquita mahometana se levanta en el lugar. También les falta un sacerdocio autorizado. La destrucción de los registros genealógicos en 70 d. de J.C. hace imposible que los judíos del día moderno restablezcan el sacerdocio aarónico a fin de efectuar los deberes sacerdotales requeridos por la ley mosaica.
16, 17. ¿A quién acude la república de Israel para ser reconocida y por ayuda, y cómo es esto contrario a las instrucciones divinas?
16 La república de Israel recibió su existencia de las potencias de este mundo, y ha buscado el ser reconocida por esas potencias. Se ha hecho parte del sistema mundano de cosas. Esto es contrario a las instrucciones que Dios dió a los antepasados de Israel. Él les dijo que no buscasen ayuda de parte de Egipto, el cual es símbolo del mundo. “¡Ay de los que bajan a Egipto por socorro, y se apoyan en caballos; y ponen su confianza en carros de guerra, porque son muchos, y en caballería, por ser muy fuerte; pero no miran al Santo de Israel, ni acu- den a Jehová!”—Isa. 31:1, Mod.
17 En vez de confiar en carros y caballería, el Estado moderno de Israel está confiando en tanques, aviones de propulsión a chorro, columnas motorizadas y cosas semejantes. Pasa por alto los propósitos de Dios de dominar a esta tierra mediante su propio gobierno y mediante el Rey que él ha escogido. Tal como Israel rechazó a ese Rey en el primer siglo y escogió más bien a César, así lo rechaza Israel en este siglo veinte. Por lo tanto es un error pensar que el retorno del día presente de los judíos a Palestina tenga el apoyo de Dios.
EL ISRAEL CARNAL DESECHADO
18, 19. ¿Por qué rechazó Dios a la nación de Israel?
18 Cuando la nación de Israel no se valió de la oportunidad final que Dios le dió para conseguir su aprobación y llegar a ser un reino de sacerdotes, él la rechazó. Los israelitas ya no podían contar con su favor como pueblo escogido de Dios. Habían dejado de cumplir el acuerdo nacional hecho en el monte Sinaí. Habían dejado de mantener la adoración incontaminada de Dios, y en cambio habían permitido que las tradiciones humanas y la filosofía humana la corrompieran. No recibieron a Aquel a quien Dios había prometido enviar, sino que lo rechazaron y aceptaron en lugar de él a César e instigaron la muerte violenta de Aquél. Por estas razones fueron desechados y ya no fueron la nación santa de Dios. Su casa material de adoración fué abandonada por Dios, exactamente como Jesús dijo que sucedería.
19 “Jerusalén, Jerusalén, la asesina de los profetas y apedreadora de los que son enviados a ella,—¡cuántas veces quise recoger a tus hijos, de la manera que la gallina recoge a sus polluelos bajo sus alas! Pero ustedes no lo quisieron. ¡Miren! su casa se les deja a ustedes.”—Mat. 23:37, 38.
20. ¿Cuál es una prueba visible de que Israel fué abandonado por Dios?
20 La prueba de que se les había dejado llegó con la destrucción de Jerusalén en 70 d. de J.C., en el cual tiempo el templo fué destruído por última vez. Ya no podía efectuarse la adoración de Jehová en el lugar que él había escogido y de la manera especificada en el pacto de la ley. En 136 d. de J.C. el emperador romano Adriano dedicó un templo a Júpiter Capitolino en el sitio del templo, y luego en 691 d. de J.C. ‘Abd-al-Malik’ edificó una mezquita mahometana en el lugar. Esta mezquita, la Cúpula de la Roca, todavía permanece allí.
EL ISRAEL ESPIRITUAL
21, 22. (a) ¿Por qué ha puesto Dios su favor en una nueva nación, y de qué consiste esta nación? (b) ¿Por qué no pueden los judíos señalar a las conexiones carnales con Abrahán como prueba de que son la simiente de Abrahán?
21 Dios ha puesto su favor en una nueva nación que consiste, no de israelitas carnales, sino de israelitas espirituales. Estos manifiestan la fe de Abrahán, fe que el Israel carnal no mostró. Son los verdaderos “hijos de Abrahán” y tienen mayor derecho a las promesas que se le hicieron a Abrahán que el que tienen los hombres que señalan a los vínculos carnales con ese patriarca. “No obstante, no es como si la palabra de Dios hubiese fracasado. Porque no todos los que brotan de Israel son realmente ‘Israel’. Ni porque son la simiente de Abrahán son todos ellos hijos, sino, ‘Lo que será llamado “tu simiente” será por medio de Isaac.’ Es decir, los hijos en la carne no son realmente los hijos de Dios, sino que los hijos por la promesa son contados como la simiente.” (Rom. 9:6-8) Esto significa que los judíos naturales no pueden señalar a las conexiones carnales con Abrahán como prueba de que son la simiente de Abrahán. Recuerde que Ismael fué un hijo de Abrahán según la carne, sin embargo fué rechazado. Se ve, pues, que se requiere más que vínculos carnales y circuncisión carnal. Tiene que haber fe y una circuncisión del corazón.
22 Moisés aclaró este hecho cuando dijo: “Y tienen que circuncidar el prepucio de sus corazones y ya no endurecer su cerviz.” (Deu. 10:16) El apóstol Pablo comentó acerca de este mismo punto: “Porque no es judío el que lo es por fuera, ni es la circuncisión la que está afuera en la carne. Pero es judío el que lo es por dentro, y su circuncisión es la del corazón por el espíritu, y no por un código escrito.”—Rom. 2:28, 29.
23. ¿Por qué son judíos en el verdadero sentido de la palabra los miembros de la nueva nación?
23 La nueva nación que lleva el nombre de Jehová ha experimentado esta clase de circuncisión. Su pueblo se compone de judíos en el verdadero sentido de la palabra, porque producen alabanza para Dios mediante su fe y obediencia. Son un contraste directo con el Israel carnal, que siguió un proceder de desobediencia y obstinación desde el tiempo que dejó el monte Sinaí.
24. ¿Cómo se le mostró favor especial al Israel carnal después de 29 d. de J.C., y por cuánto tiempo?
24 Dios comenzó a escoger hombres para esta nueva nación en 29 d. de J.C. Hoy sólo un resto de la nación todavía está viviendo en la tierra. Por siete años después que Cristo comenzó el ministerio cristiano, la invitación para llegar a ser miembros de esta nación de israelitas espirituales se extendió exclusivamente a los judíos carnales. Debido al respeto que le tiene a su nombre que estaba sobre los judíos naturales y a las promesas que les había hecho a los antepasados de ellos, Dios dió a los judíos la primera oportunidad de llegar a ser hijos espirituales de Abrahán.—Deu. 7:6-8.
25. ¿Cómo fué puesta a prueba la fe del Israel carnal?
25 Dado que la invitación se extendió a ellos por medio de Cristo, su fe fué puesta a prueba. Si tenían fe en las promesas de Dios dadas por medio de Moisés y los profetas, aceptarían a Cristo por lo que era. Lo reconocerían como el gran profeta que Dios dijo que vendría cuando prometió a Moisés: “Un profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, semejante a ti, y verdaderamente pondré mis palabras en su boca y ciertamente él les dirá a ellos todo lo que yo le ordene.” (Deu. 18:18) Cristo plenamente les dijo: “En realidad, si creyeran a Moisés me creerían a mí, porque ése escribió de mí.” (Juan 5:46) Pero la nación judía no ejerció la fe necesaria.
26. ¿Qué trae la justificación, y cómo dejó de ver esto el Israel carnal?
26 Los de esta nación sentían farisaicamente que podían conseguir el favor y las bendiciones de Dios mediante obras de la ley. Su fariseísmo los cegó al hecho de que Abrahán recibió la aprobación de Dios a causa de su fe. Es la fe la que trae la justificación a los ojos de Dios, no las obras de la ley. “Además, que por ley nadie es declarado justo para con Dios es evidente, porque ‘el justo vivirá por causa de la fe’. ¿Por qué, pues, la Ley? Fué añadida para hacer manifiestas las transgresiones, hasta que llegara la simiente a quien fué hecha la promesa.” (Gál. 3:11, 19) Pero cuando se presentó la Simiente prometida la nación no quiso recibirla, a pesar de las maravillas que ejecutó delante de sus ojos y a pesar de las palabras de sabiduría que habló.
27. (a) ¿Dejaron de mostrar fe todos los del Israel carnal? (b) ¿Cómo es diferente el pacto nuevo, y qué efecto tuvo su in auguración en el pacto de la ley?
27 Sin embargo, un resto de la nación sí ejerció fe. Estos que la ejercieron fueron los primeros que llegaron a ser israelitas espirituales y los primeros que fueron introducidos en un pacto o acuerdo nuevo con Jehová Dios. Fué un pacto que reemplazó al pacto hecho en el monte Sinaí, que se les dió a los israelitas como una guía hasta que llegara la Simiente prometida. Jeremías predijo este pacto nuevo y que sería diferente. En vez de ser puesto en tablas de piedra sería puesto en corazones.—Jer. 31:31-33, Mod.
28. ¿Qué experimentó el resto judío?
28 El resto de la nación judía que ejerció fe fué introducido en este nuevo pacto. Los de este resto experimentaron circuncisión del corazón. El deseo de su corazón era obedecer a Dios en todo lo que él requería de ellos. Tenían un móvil interior que los llevaba a hacer lo que era recto a los ojos de él. Con el conocimiento acertado que habían obtenido de la Palabra escrita de Dios y con este deseo de hacer la voluntad de Dios no les hacía falta una ley de muchos mandamientos negativos diciéndoles lo que no debían hacer. Por eso cuando el pacto nuevo fué inaugurado en el Pentecostés, en 33 d. de J.C., el antiguo pacto de la ley dado en el monte Sinaí ya no les era obligatorio. Había sido abolido. Cristo lo había terminado cumpliendo su propósito.
29. ¿Cómo fué validado el pacto nuevo, y por qué es éste superior al pacto de la ley?
29 Así como sucedió con el antiguo pacto, así sucedió con el nuevo pacto: tenía que haber un sacrificio que lo validara. Fué validado con algo mejor que la sangre de animales, sin embargo. Fué validado con la sangre vital perfecta de Cristo. Esto hizo al pacto nuevo superior al pacto antiguo. También era superior por tener un sacerdocio mejor, un mediador perfecto y promesas mejores. “Pero ahora Jesús ha obtenido un servicio público más excelente, de modo que también es el mediador de un pacto que es correspondientemente mejor, el cual se ha establecido legalmente sobre mejores promesas.”—Heb. 8:6.
30, 31. ¿Quiénes son la verdadera simiente de Abrahán, y por qué se les podía comparar a la arena en la orilla del mar?
30 Ahora esas personas introducidas en este pacto son el Israel verdadero de Dios, la verdadera simiente de Abrahán. La promesa dada a Abrahán, que se registra en Génesis 22:17, 18, aplica a ellos y no a los descendientes carnales de Abrahán, quienes, como nación, no han escuchado a Dios y no han mostrado la fe y obediencia de aquel patriarca. La promesa predice cómo estarían asociados con la principal Simiente de Abrahán, Cristo Jesús, como una familia real.
31 Dado que no fué la voluntad de Dios dar a conocer en el día de Abrahán el número de personas que formaría al Israel espiritual, lo dejó como número indefinido. No fué revelado. Él dijo: “Seguramente multiplicaré tu simiente como las estrellas de los cielos y como los granos de arena que están en la orilla del mar.” Así como las estrellas y las arenas no se pueden contar, así el Israel espiritual era incontable porque Dios todavía no había revelado su número.
32. ¿Dónde se indica en la Biblia el número del Israel espiritual?
32 No fué sino hasta después de inaugurar el pacto nuevo que se dió a conocer este secreto. El número está registrado para nuestra información en Apocalipsis 14:l. Allí se describe a los israelitas espirituales y se les representa con la Simiente principal, Cristo Jesús, en el monte Sión celestial. “Y yo vi, y ¡he aquí! el Cordero de pie sobre el monte de Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil teniendo su nombre y el nombre de su Padre escrito en sus frentes.” De modo que el Israel espiritual se forma de sólo 144,000 miembros bajo el Sumo Sacerdote, Cristo Jesús. Sólo éstos son introducidos en el pacto nuevo y forman una nueva nación que lleva el nombre de Jehová.
33. El desechar la casa de adoración nacional judía, ¿significa que judíos individuales no pueden conseguir el favor de Dios? ¿Por qué?
33 El favor de Dios ahora descansa sobre esta nueva nación y no sobre el Israel natural. Pero el que se haya desechado la casa de adoración nacional judía no significa que los judíos individuales no puedan entrar en el favor de Dios. El que se haya rechazado a esa nación no significó que se rechazó a todo individuo dentro de ella, porque un resto de la nación ejerció fe y fué introducido en el pacto nuevo. (Rom. 9:27) Así como este resto obtuvo el favor de Dios por ejercer fe en él y en su Hijo, así judíos individuales hoy pueden obtenerlo por el mismo medio. Tienen que reconocer que Dios ha reemplazado al antiguo pacto de la ley con un pacto nuevo y mejor. Tienen que reconocer su sacrificio mejor, la humanidad de Cristo, y que el pecado heredado desde Adán se limpia permanentemente por medio de su sangre. Tienen que reconocer a Cristo como el Rey nombrado por Dios, y al Israel espiritual como el verdadero Israel de Dios. En otras palabras, judíos individuales pueden obtener el favor de Dios de la misma manera en que lo obtienen los no judíos.
34 ¿A qué conclusión nos vemos obligados a llegar concerniente al Israel carnal?
34 En vista de lo que hemos considerado, es evidente que el Israel carnal no ocupa una posición favorable a vista de Dios. En vez de ser la nación santa de él, él lo ha desechado, abandonado, a causa de su obstinación, desobediencia y por haber rechazado sus actos de bondad amorosa. El Israel que ocupa una buena posición a vista de él es el Israel espiritual. A causa de que los que han sido escogidos para formar el Israel espiritual han mostrado la fe y la obediencia de Abrahán, ellos son los verdaderos hijos de Abrahán. Por lo tanto, no es el Israel carnal, sino todo el Israel espiritual, el que será salvo. Los que lo componen son quienes reciben la bendición de ser la propiedad especial de Dios, un reino de sacerdotes, y una nación santa.