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Evite los peligrosLa Atalaya 1962 | 1 de marzo
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donde parece que él tuvo muy presente este tema. Después de describir la posición superior dada por Jehová a Cristo Jesús, él advierte de la necesidad de que “pongamos más que la acostumbrada atención a las cosas que nosotros escuchamos, para que nunca nos deslicemos.” Luego, después de mostrar cómo una entera generación de israelitas en el desierto perdió su posición delante de Dios y con la cual él ‘se disgustó,’ él otra vez nos amonesta a tener cuidado para que no desarrollemos también “un corazón inicuo falto de fe por alejarse del Dios vivo.” Más tarde, dirigiéndose a los que ya habían ‘aguantado una gran contienda bajo sufrimientos,’ él hace la súplica: “Por lo tanto, no desperdicien su libertad de palabra, la cual recibirá una grande remuneración.” Luego otra vez, basándose en la experiencia de los israelitas, aconseja del resultado triste “si nos apartamos de aquel que habla desde los cielos.” Finalmente, después de una magnífica palabra que dice por qué Jesucristo mantiene su posición, porque él “es el mismo ayer y hoy, y eternamente,” él advierte: “No se dejen llevar por enseñanzas diversas y extrañas; porque es excelente que al corazón se le dé firmeza por bondad inmerecida.” Estas son expresiones que vale la pena tener presente en cuanto a cosas contra las cuales deberíamos fortalecernos. No se deslice gradualmente ni, por falta de fe, se aleje del Dios vivo ni se aparte para no escucharle. No desperdicie su libertad de palabra a favor de la verdad ni se deje llevar por enseñanzas extrañas contrarias a la verdad.—Heb. 2:1; 3:10-12; 10:32, 35; 12:25; 13:8, 9.
16. ¿Qué exhortación positiva se da para ayudarnos a mantener nuestra posición?
16 En el lado positivo y constructivo Pablo nos exhorta a los que pertenecemos a la casa sobre la cual el Hijo, Cristo Jesús, es la cabeza, a ‘afianzarnos firmemente de nuestra libertad de palabra y de nuestra exultación por la esperanza firmes hasta el fin,’ y a ‘hacer fuerte nuestro asimiento de la confianza que tuvimos al comienzo firme hasta el fin.’ Después de hablar de las provisiones misericordiosas hechas por medio de Jesús, el “gran sacerdote sobre la casa de Dios,” él dice: “Mantengamos firmemente la declaración pública de nuestra esperanza sin titubear, pues fiel es el que prometió.” Él confía que nosotros “no somos de la clase que se retrae para la destrucción, sino de la clase que tiene fe para la conservación viva del alma.” Finalmente, después de un recordatorio adecuado de que el reino al que servimos es uno que “no puede ser conmovido,” él resume bellamente la actitud y manera de proceder esenciales que deben tenerse si vamos a mantener nuestra posición delante del Hijo del hombre, cuando dice: “Sigamos teniendo bondad inmerecida, por medio de la cual podamos rendirle a Dios servicio sagrado que sea acepto, con reverencia y temor piadoso.”—Heb. 3:6, 14; 10:21, 23, 39; 12:28.
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Los cristianos deben testificarLa Atalaya 1962 | 1 de marzo
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Los cristianos deben testificar
“Bajo Dios, todo cristiano debe estar en el grupo de los que testifican. Ya en el siglo cuarto el conocido padre de la iglesia, Jerónimo, declaró: ‘El bautismo es la ordenación de los legos.’ Más recientemente el Dr. Juan R. Mott escribió: ‘Los grandes períodos de la iglesia han sido aquellos en que los laicos han tomado su lugar en el ministerio de la iglesia. . . . A todos se les ha llamado a testificar para Cristo. Más de 235 pasajes de la Biblia colocan esta responsabilidad directamente sobre los hombros de los fieles.’”—The Lutheran Witness, 20 de octubre de 1959.
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