¿Tiene usted “fe que resulta en conservar viva el alma”?
“Ahora bien, nosotros no somos de la clase que se retrae para destrucción, sino de la clase que tiene fe que resulta en conservar viva el alma.”—Heb. 10:39.
1. ¿Por qué creen los cristianos en la resurrección de Jesucristo?
TERTULIANO, que fue convertido al cristianismo hacia fines del segundo siglo de nuestra era común, escribió en una ocasión acerca de Jesucristo: “Enterrado, fue levantado de entre los muertos; esto es cierto debido a que es imposible.” A juzgar por lo que el hombre puede hacer, la resurrección de Cristo es exactamente eso... “imposible.” No obstante, las Santas Escrituras nos aseguran que es una realidad. Por ejemplo, en ellas están registradas estas palabras del apóstol cristiano Pedro acerca de “Jesús el nazareno”: “Dios lo resucitó desatando los dolores de la muerte, porque no era posible que él continuara retenido por ella.” (Hech. 2:22-24) Los discípulos primitivos de Cristo realmente vieron al resucitado Jesús, y algunos de ellos hasta comieron, bebieron y conversaron con él. (Mat. 28:5-10, 16-20; Hech. 10:40, 41; 1 Cor. 15:3-8) Hoy los cristianos creen en la resurrección de Jesucristo porque es asunto que consta en la Palabra inspirada de Dios. Además, disciernen, por el cumplimiento de las profecías bíblicas en los acontecimientos actuales, que Jesucristo vive y ahora está gobernando en el reino celestial de Dios.—2 Tim. 3:16, 17; Mt capítulos 24 y 25 de Mateo.
2. ¿Cuán importante es la fe?
2 De los siervos de Dios, se requiere fe. Jesucristo dijo: “Tengan fe en Dios.” (Mar. 11:22) Jehová mismo dijo, según lo citó el profeta hebreo Habacuc: “Pero en cuanto al justo, por su fidelidad seguirá viviendo.” (Hab. 2:2, 4) Se nos asegura que “el que ejerce fe en el Hijo [de Dios, Jesucristo] tiene vida eterna.” (Juan 3:36) Por eso, todas las personas que desean el favor divino y la vida eterna tienen que exhibir fe verdadera.
3. ¿Qué es fe?
3 Se ha citado la declaración de Tertuliano acerca de la resurrección de Jesucristo como ejemplo de la “forma más extremada” de fe. Pero, ¿qué es fe? Se ha definido como “el estado de la mente que trata determinada proposición como verdadera, independientemente de que esté demostrada completamente su veracidad.” (The Encyclopedia Americana, edición de 1956, tomo X, pág. 723) El apóstol Pablo, que llegó a ser cristiano después que se le apareció milagrosamente Jesucristo resucitado y glorificado (Hech. 9:1-19), dio esta definición de fe, la cual definición es inspirada divinamente: “Fe es la expectativa segura de cosas esperadas, la demostración evidente de realidades aunque no se contemplan.” Por la fe de ellos “se dio testimonio de los hombres de tiempos antiguos” de que habían agradado a Jehová.—Heb. 11:1, 2.
4. ¿Qué hizo que Abel tuviera una “expectativa segura” de que las palabras de Dios acerca de la ‘descendencia de la mujer’ se realizarían?
4 La fe bíblica es una expectativa bien fundada, no una esperanza infundada. Abel, el segundo hijo de la primera pareja humana, Adán y Eva, exhibió fe. Abel comprendió que lo que Dios había dicho acerca de que vendría muerte como resultado de comer en desobediencia del fruto del “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo” estaba resultando cierto. (Gén. 2:16, 17) Él podía discernir en sí mismo los efectos mortíferos del pecado que había heredado. (Rom. 5:12) También observaba el cumplimiento del decreto de Dios que trajo afán laborioso a su padre desobediente, Adán. Además, en armonía con la sentencia de Jehová a Eva, ésta estaba sufriendo dolor aumentado durante la preñez. (Gén. 3:16-19) Estos hechos probaban la veracidad de Dios y le daban a Abel la convicción, la “expectativa segura,” de que otras cosas que Dios había dicho se cumplirían, como las palabras proféticas que Jehová le dirigió al Diablo, cuando Dios le habló a la serpiente que ese inicuo usó para producir el pecado humano: “Pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón.”—Gén. 3:15.
5. (a) ¿Cómo exhibió Abel su fe en la venida de la Descendencia de la “mujer” de Dios? (b) ¿De qué manera dio testimonio Dios respecto a los dones de Abel?
5 Abel exhibió su fe en la venida de aquella Descendencia de la “mujer” de Dios ofreciéndole a Jehová un sacrificio animal que podía sustituir ilustrativamente por su propia vida. Su hermano mayor, Caín, sin fe, solo ofreció legumbres que no tenían sangre. Después de eso Caín derramó como asesino la sangre de su hermano, pero Abel murió sabiendo que había agradado a Jehová, “dando Dios testimonio respecto a sus dones” al aceptar el sacrificio que Abel había ofrecido con fe. (Heb. 11:4; Gén. 4:1-8) ¿Puede compararse la fe que usted tiene en el sacrificio de rescate de Jesucristo con la fe que se expresó en el sacrificio que ofreció Abel?
6. Explique cómo la fe es “la demostración evidente de realidades aunque no se contemplan.”
6 La fe también es “la demostración evidente de realidades aunque [estas realidades] no se contemplan.” Por ejemplo, la existencia de las cosas creadas —el Sol, la Luna, las estrellas y la Tierra misma— hacen manifiesto para los cristianos el hecho de que hay un Creador, que Éste es real, aunque no se le pueda ver con los ojos humanos porque es un Espíritu invisible. (Juan 4:24; Rom. 1:20-23) Por consiguiente, los cristianos tienen evidencia de que Dios existe, y por fe perciben “que los sistemas de cosas fueron puestos en orden por la palabra de Dios, de modo que lo que se contempla ha venido a ser de cosas que no aparecen.”—Heb. 11:3.
FE CONSERVA VIVA EL ALMA
7. ¿Qué es el alma, y qué puede sucederle?
7 Antes de definir fe, Pablo había declarado respecto a los cristianos: “Ahora bien, nosotros no somos de la clase que se retrae para destrucción, sino de la clase que tiene fe que resulta en conservar viva el alma.” (Heb. 10:39) Pero, ¿qué es el alma que puede ser conservada viva por medio de tener fe? Usted mismo es un alma viviente. Las Escrituras declaran: “Procedió Jehová Dios a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida, y el hombre vino a ser alma viviente.” (Gén. 2:7) No se dice aquí ni en ninguna otra parte de la Biblia que el hombre tenga un alma inmortal que pueda continuar existiendo después de la muerte del cuerpo. De hecho, Jehová declaró por medio de su profeta Ezequiel: “El alma que esté pecando... ella misma morirá.” (Eze. 18:4) Eso no excluye a ningún humano imperfecto, “porque no hay hombre que no peque,” y “si hacemos la declaración: ‘No tenemos pecado,’ a nosotros mismos nos estamos extraviando y la verdad no está en nosotros.”—1 Rey. 8:46; 1 Juan 1:8.
8. ¿Qué expectativas en cuanto a vida hay para los siervos fieles de Jehová que ya han estado muertos por mucho tiempo y para los que exhiben fe hoy?
8 Sin embargo, los siervos fieles de Jehová que ya han estado muertos por mucho tiempo en el polvo de la tierra viven desde el punto de vista de Dios. Él los resucitará de entre los muertos, usando a su Hijo Jesucristo para restaurarlos a la vida como almas vivientes. (Juan 5:28, 29) Abrahán, Isaac y Jacob están incluidos entre ellos. (Luc. 20:37, 38) Hoy por obras de fe una persona puede ser como ellos. Y puesto que los acontecimientos en cumplimiento de las profecías bíblicas muestran que vivimos en los “últimos días” de este sistema de cosas, ahora es posible exhibir fe que conserve viva eternamente su alma. (2 Tim. 3:1-5) Otros ejemplos pasados de fe en Dios le ayudarán a usted a cultivar la “fe que resulta en conservar viva el alma.”
FE EN TIEMPOS PATRIARCALES
9. ¿Cómo fue Enoc “transferido para que no viese la muerte”?
9 Como Abel, Enoc, “el séptimo hombre en línea desde Adán,” manifestó fe en Jehová. Enoc profetizó acerca de la ejecución de juicio de Dios sobre los impíos. (Jud. 14, 15) ¡Cómo deben haber plagado sus palabras a los enemigos religiosos de Enoc! Sin duda hasta trataron de matarlo por proclamar el juicio de Jehová. Pero Dios “lo tomó” de modo que Enoc no sufriera los dolores de la muerte. (Gén. 5:24) Así Enoc fue “transferido para que no viese la muerte,” pero primero “tuvo el testimonio de que había agradado bien a Dios.” (Heb. 11:5) ¿Cómo? La palabra griega que se vierte “transferido” en Hebreos 11:5 significa “transferir,” “transportar” o “cambiar el lugar de” y sugiere lo que le sucedió a Pablo. Él fue transferido o arrebatado al “tercer cielo” milagrosamente, recibiendo una visión del paraíso espiritual futuro de la congregación cristiana. (2 Cor. 12:1-4) Enoc, que no sabía nada acerca de un paraíso espiritual, evidentemente estuvo en una condición comparable de arrobamiento, teniendo una visión del paraíso terrestre venidero, cuando Dios lo puso a dormir en la muerte, a salvo de manos enemigas. A usted no se le ha concedido divinamente una visión del paraíso restaurado en la Tierra. Pero, si usted es cristiano, ¿cree usted que existirá? Debe creerlo.—2 Ped. 3:13; Heb. 11:6.
10. Al ejercer fe, ¿qué hizo Noé en lo que tocaba al mundo de su tiempo?
10 Con fe, Noé “mostró temor piadoso y construyó un arca para la salvación de su casa.” Al ejercer tal fe, al ejecutar obras justas y obedientes, Noé condenó al mundo incrédulo por las obras inicuas de éste y demostró que merecía destrucción. (Heb. 11:7; Gén. 6:13-22) Pero, ¿exhibe usted personalmente fe como la de Noé? Hoy, como en el día de Noé antes del diluvio global, las masas de la humanidad comen, beben, se casan y se ocupan en las actividades normales de la vida sin prestar atención a los propósitos divinos. No hacen caso del hecho de que la prometida segunda presencia del Hijo del hombre, Jesucristo, es una realidad. Pero usted no tiene que ser como ellos. En cambio, sea vigilante espiritualmente, exhibiendo fe. ¡Su vida depende de ello!—Mat. 24:36-42.
11, 12. Aunque la adquisición de la Tierra Prometida era una expectativa grandiosa, ¿qué cosa mayor esperaba Abrahán?
11 Abrahán (Abrán) también tuvo gran fe. Su ciudad natal, Ur de los Caldeos, tenía mucho que ofrecer materialmente. Pero Abrahán salió de Ur y se puso a morar en tiendas en la tierra de Canaán. Hizo esto porque tenía fe en Jehová. Abrahán prestó atención al mandato de Dios y creyó en Su promesa de hacerlo una gran nación que significara bendición a la humanidad. Jehová también prometió darle a la descendencia o posteridad de Abrahán una tierra. El hijo de Abrahán Isaac y su nieto Jacob fueron “herederos con él de la mismísima promesa.”—Heb. 11:9; Gén. 12:1-9; 15:18-21.
12 La adquisición de aquella Tierra Prometida era una expectativa grandiosa. Pero en fe Abrahán esperaba con placer algo aun mayor. “Esperaba la ciudad que tiene fundamentos verdaderos, cuyo edificador y creador es Dios.” Este patriarca fiel, guardador de fe, esperaba un gobierno celestial, bajo el cual viviría en el futuro. Abrahán, Isaac y Jacob no abandonaron con muestra de falta de fe su relación con Jehová y regresaron a Ur, lo cual habría resultado en la destrucción de sus almas. De modo que Jehová “no se avergüenza de ellos, de ser invocado como Dios de ellos.” Mantuvieron fe en Dios hasta la muerte, y dentro de poco serán resucitados a la vida aquí en la Tierra, parte del dominio de esa “ciudad” o gobierno celestial, el reino mesiánico de Dios. (Heb. 11:10, 13-16, 20, 21) Dios no le está mandando a usted que emprenda exactamente la clase de vida nómada que llevaron Abrahán, Isaac y Jacob. No obstante, ¿es la fe de usted lo suficientemente fuerte como para impelerlo a dejar atrás las comodidades materiales si una asignación en el ministerio cristiano requiriera eso? ¿Es la fe de usted de tal calidad que la posible pérdida de cosas materiales a manos de perseguidores violentos no le haría abandonar a Jehová?
13. Debido a su fe, ¿qué sucedió en el caso de Sara?
13 Noé, Abrahán, Isaac, Jacob y otros hombres fieles de tiempos antiguos tuvieron esposas que también mantuvieron fe en Jehová. Considere a la esposa de Abrahán, Sara, por ejemplo. Aunque fue estéril hasta que llegó a tener unos noventa años de edad y “había pasado más allá del límite de la edad,” habiéndole cesado su ciclo menstrual, por fe “recibió poder para concebir descendencia, . . . puesto que estimó fiel [a Dios] que había prometido.” De Abrahán, él mismo “como si estuviese muerto” en lo que tocaba a la función reproductora, resultó prole. Ella dio a luz un hijo, Isaac, y por medio de él con el tiempo se produjeron hijos “como las estrellas del cielo en multitud y como las arenas que están a la orilla del mar, innumerables.”—Heb. 11:11, 12; Gén. 17:15-17; 18:11; 21:1-7.
14. ¿Qué hizo posible que Abrahán casi ofreciera a Isaac?
14 Abrahán fue probado de modo que “ofreció, por decirlo así, a Isaac,” su “hijo unigénito,” es decir, el único hijo que tuvo por Sara. (Heb. 11:17, 18) ¿Qué hizo posible que Abrahán hiciera esto? La fe en Jehová. Es interesante que aunque no se menciona la resurrección de los muertos en el relato de Génesis, Abrahán tenía conocimiento de ella y fe en que Jehová podía resucitar a Isaac, pues el apóstol Pablo declara: “Pero estimó que Dios podía levantarlo aun de entre los muertos; y de allí lo recibió también a manera de ilustración.” (Heb. 11:19) En solo un momento el cuchillo de degüello que Abrahán tenía en la mano hubiera terminado con la vida de Isaac, pero la voz de un ángel impidió esto, de modo que, de hecho, Abrahán recibió a su hijo de la muerte.—Gén. 22:1-19.
15. ¿En qué expresó fe José estando ya para morir?
15 Muchos años después, en Egipto, José, hijo de Jacob, dijo a sus hermanos: “Me estoy muriendo; pero Dios sin falta dirigirá su atención a ustedes, y ciertamente los hará subir de esta tierra a la tierra acerca de la cual les juró a Abrahán, a Isaac y a Jacob.” (Gén. 50:24-26) José tenía fe en que habría un éxodo de los israelitas de Egipto, de modo que lo mencionó cuando se acercaba su fin. (Heb. 11:22) Tuvo una fe indisputable en Jehová hasta la muerte. ¿Tiene usted fe comparable en Dios?
FE EN JEHOVÁ COMO LIBERTADOR
16, 17. (a) Por fe, ¿qué decisión tomó Moisés? (b) ¿Hacia el pago de qué galardón miraba atentamente?
16 Moisés fue el hombre que Jehová usó en 1513 a. de la E.C., cuando liberó a Israel de la esclavitud egipcia. (Éxo. 3:1-10; 12:37, 38) Obrando con fe, los padres de Moisés lo habían ocultado durante tres meses después de su nacimiento, finalmente poniéndolo a flote en el río Nilo en un arca de papiro. Esto resultó en que la hija de Faraón lo descubriera, y ésta “lo crió como hijo suyo,” de modo que “fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios.” También llegó a ser “poderoso en sus palabras y hechos.” (Éxo. 2:1-10; Hech. 7:21, 22; Heb. 11:23) Pero la educación egipcia y el materialismo de las cámaras reales no convirtieron a Moisés en un adorador de los muchos dioses falsos de Egipto. ¡De ninguna manera! “Por fe Moisés, ya crecido, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón, escogiendo ser maltratado con el pueblo de Dios [los israelitas] más bien que disfrutar temporalmente del pecado.” ¿Por qué? “Porque estimó el vituperio del Cristo [el privilegio de ser el ungido de Dios] como riqueza más grande que los tesoros de Egipto.” (Heb. 11:24-26) Como miembro de la casa real, Moisés pudo haber buscado fama en Egipto. Pero si hubiera hecho esto, probablemente hubiera sido olvidado, como las veintenas de faraones egipcios cuyo título principal a notoriedad quizás sea su tumba adornada, una simple curiosidad recobrada del polvo de la tierra por la pala del arqueólogo. Diferente de ellos, se recuerda a Moisés como hombre de fe a quien Dios le dio un maravilloso privilegio.
17 Moisés ejerció fe y “miraba atentamente hacia el pago del galardón,” la vida humana eterna por medio de la resurrección en la Tierra en el nuevo orden de Dios. (Heb. 11:26) Con fe, Moisés salió de Egipto y regresó años después, celebrando allí la primera pascua con sus compañeros israelitas y luego partiendo junto con ellos de Egipto. “Por fe pasaron por el mar Rojo como en tierra seca, pero los egipcios al aventurarse sobre ella fueron tragados.” Después de la muerte de Moisés, la fe produjo a Israel victoria tras victoria en Canaán, incluso la conquista de Jericó, donde Rahab la ramera no pereció porque había recibido a los espías israelitas de manera pacífica. (Heb. 11:27-31) ¿Tiene usted fe permanente en Jehová y en el poder que él tiene para efectuar liberación?
OTROS EJEMPLOS DE FE
18. Debido a su fe, ¿a hacer qué capacitó Jehová a Gedeón y Barac?
18 Pablo reconoció que le faltaría tiempo si considerara otros ejemplos de fe (Heb. 11:32), como el de Gedeón, quien, por el poder de Jehová y con un grupo de solo trescientos hombres, hizo huir a los madianitas opresores y aplastó su poder militar. (Jueces, capítulo 7) Y, ¿qué hay de Barac, que fue animado por la profetisa Débora? Con fe, se enfrentó a la fuerza militar muy superior de Sísara, y Jehová le dio la victoria a Barac, celebrada en el cántico conmovedor de Débora y Barac.—Jueces, capítulos 4, 5.
19. ¿Cuál fue el último acto de fe de Sansón?
19 Hubo, también, Sansón, poderoso enemigo de los filisteos. Aunque finalmente llegó a ser el cautivo de ellos a quien cegaron, causó la destrucción a muchos de ellos al tiempo de su propia muerte, derribando las columnas de la casa donde se habían reunido para hacer sacrificios al dios falso Dagón. Pero Sansón no fue un suicida cualquiera, no fue un individuo encogido de temor, dado a lo mórbido. No causó el desplome de la casa en desesperación, deseando así ponerle fin a una vida desdichada y pensando que había sido un completo fracaso. No. Exigió fe de parte de él pedirle a Dios suficiente fuerza para tomar venganza sobre los filisteos congregados, enemigos de Jehová y Su pueblo.—Jue. 16:18-30.
20, 21. (a) ¿Cómo exhibieron fe Jefté y su hija? (b) Cite otros ejemplos precristianos de fe.
20 Jefté, a quien Jehová le concedió la victoria sobre los amonitas opresores, también exhibió gran fe. Por ejemplo, lo hizo cuando cumplió el voto que había hecho a Dios, dedicando su hija al servicio de Jehová como virgen perpetua. (Jue. 11:29-40) ¿Es usted fuerte en fe como Barac, Débora, Sansón y otros testigos precristianos de Jehová? Y, como Jefté y su hija, ¿está usted cumpliendo fielmente su voto de servir a Dios?—Sal. 50:14; Ecl. 5:4, 5.
21 David, con fe en Jehová, venció al gigante filisteo Goliat y llegó a ser un valiente rey-guerrero que combatió en los intereses del pueblo de Jehová. Debido a su fe, fue un hombre agradable al corazón de Dios. (1 Sam. 17:4, 45-51; Hech. 13:22) Samuel sirvió a Jehová desde la niñez, nunca abandonando su fe en Dios. (1 Sam. 1:19-28; 7:15-17) Por supuesto, hubo otros profetas que exhibieron gran fe en Jehová. Refiriéndose a diversos hechos de fe, Pablo habló de los “que por fe derrotaron reinos en conflicto, efectuaron justicia, obtuvieron promesas, taparon las bocas de leones, detuvieron la fuerza del fuego, escaparon del filo de la espada, de un estado débil fueron hechos poderosos, se hicieron valientes en guerra, pusieron en fuga a los ejércitos de extranjeros.”—Heb. 11:33, 34.
22. (a) Puesto que algunos testigos precristianos de Jehová tenían como mira alcanzar una “resurrección mejor,” ¿por qué será una “resurrección mejor”? (b) Pero, ¿de qué manera es que no son “hechos perfectos” aparte de los cristianos ungidos?
22 Los fieles profetas Elías y Eliseo recibieron poder de Jehová para restaurar la vida a los hijos muertos de dos mujeres (1 Rey. 17:17-24; 2 Rey. 4:17-37), y Pablo habló de mujeres que recibieron a sus muertos por resurrección. “Pero,” siguió diciendo él, “otros fueron atormentados porque rehusaron aceptar la liberación por algún rescate, con el fin de alcanzar una resurrección mejor.” (Heb. 11:35) Es una “resurrección mejor” que aquellas efectuadas por Dios por medio de Elías y Eliseo. ¿Por qué? Porque los individuos revivificados tuvieron que morir una vez más, mientras que los testigos precristianos fieles de Jehová serán resucitados en la Tierra en el nuevo orden prometido de Dios y nunca tendrán que morir de nuevo. En cuanto a estos testigos, mostró Pablo subsecuentemente, “aunque se dio testimonio de ellos por su fe, no obtuvieron el cumplimiento de la promesa, puesto que Dios previó algo mejor para nosotros [los seguidores ungidos de Cristo], para que ellos no fueran hechos perfectos aparte de nosotros.” (Heb. 11:39, 40) La resurrección de los cristianos ungidos, los cuales ascienden a 144.000, es a la vida como espíritus en el cielo y comenzó a suceder en 1918 E.C., después del establecimiento del Reino celestial en 1914. (Rev. 12:1-5; 14:1, 4; 20:4-6; 1 Cor. 15:50-55) Los cristianos de esta clase son “hechos perfectos” en los cielos antes de la resurrección terrestre de los testigos precristianos fieles de Jehová.
23. ¿Cuáles son algunos de los otros ejemplos de fe que da Pablo?
23 Recordando otros ejemplos de fe que estos testigos habían suministrado, Pablo escribió: “Sí, otros recibieron su prueba por mofas y azotes, en verdad, más que eso, por cadenas y prisiones. Fueron apedreados, fueron probados, fueron aserrados en pedazos [Isaías, según tradición judía incierta, sufrió esa muerte por orden del rey Manasés], murieron asesinados a espada, anduvieron de acá para allá en pieles de oveja, en pieles de cabra, hallándose en necesidad, en tribulación, bajo maltratamiento; . . . Anduvieron vagando por los desiertos áridos y las montañas y en las cavernas y cuevas de la tierra.” Reflexionando en sus muchos actos de fe, sin duda usted concordará con Pablo, que dijo: “Y el mundo no era digno de ellos.”—Heb. 11:36-38.
24, 25. (a) ¿Exhibieron fe los cristianos primitivos? (b) ¿Existe todavía fe comparable en Jehová?
24 Es fortalecedor de la fe considerar la fidelidad de esta ‘nube grande’ de testigos precristianos de Jehová. (Heb. 12:1) Pero los cristianos primitivos exhibieron fe semejante, como se muestra en las Escrituras Griegas Cristianas. También con respecto a los cristianos primitivos, se ha declarado: “A veces fueron atormentados y arrojados a fieras hambrientas en la arena para divertir al populacho. Pero la persecución solo servía para fortalecer su fe y traer muchos conversos a su causa.”—From the Old World to the New, por Eugene A. Colligan y Maxwell F. Littwin, 1932, páginas 90, 91.
25 Pero todavía existe fe de esa clase en Jehová Dios. Los testigos de Jehová la exhiben intrépidamente. (Mat. 10:28) Tocante a mujeres Testigos en el campo de concentración nazi de Ravensbrück, la Srta. Genevieve de Gaulle, sobrina de Charles de Gaulle de Francia, declaró: “Todas ellas mostraron gran valor y su actitud atrajo con el tiempo aun el respeto de los S.S. Pudieron haber sido puestas en libertad inmediatamente si hubieran renunciado a su fe. Pero, al contrario, no cesaron de resistir, hasta teniendo éxito en introducir libros y tratados en el campo, los cuales escritos causaron que varias entre ellas fueran ahorcadas.” Eugen Kogan escribió en su libro The Theory and Practice of Hell: “No puede uno menos que formarse la impresión de que, hablando psicológicamente, los SS nunca fueron quienes pudieran hacer frente con éxito al desafío que les presentaban los testigos de Jehová.” (Página 43) Y el profesor Ebenstein de la Universidad de Princeton declaró: “Los sufrimientos de los Testigos de Jehová en los campos fueron aun peores que los que padecieron los judíos, pacifistas o comunistas. Prescindiendo de cuán pequeña es la secta, cada miembro parece ser una fortaleza que puede ser destruida pero jamás tomada.”—The Nazi State.
26. ¿En qué resultará la fe cristiana?
26 Si usted tiene y mantiene fe semejante en Dios, esto le traerá vida eterna. El apóstol Pedro escribió acerca de los cristianos que reciben “el fin de su fe, la salvación de sus almas.” (1 Ped. 1:9) Pero quizás usted pregunte: “¿Qué puedo hacer para tener una fe saludable, sustentadora?” Esté seguro de que, con la ayuda de Jehová, mucho puede efectuarse.
[Ilustración de la página 614]
¿Puede compararse la fe que usted tiene en el sacrificio de rescate de Jesús con la fe expresada por el sacrificio de Abel?
[Ilustración de la página 615]
Con fe Noé construyó un arca para salvar su casa. Aunque hoy muchos no tienen fe, ¿muestra usted fe como la de Noé?
[Ilustración de la página 616]
Abrahán demostró fe dejando atrás las comodidades materiales y viviendo en tiendas en Canaán
[Ilustración de la página 617]
¿Tiene usted fe en Jehová como libertador? Moisés la tuvo y recibió liberación en el mar Rojo