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Para recordar el canon bíblicoLa Atalaya 1963 | 15 de septiembre
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profecía en símbolos, APOCALIPSIS, el último libro de la Biblia pero no el último en ser escrito, pues fue escrito en 96 d. de J.C., mientras que los demás escritos de Juan parecen haber sido escritos en 98 d. de J.C.
Con un poco de esfuerzo esta lista de libros puede aprenderse de memoria. El hacerlo no solo le resultará muy útil a uno en sus estudios bíblicos sino que también ayudará a recomendar a uno como ministro cristiano.
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Un Dios de amorLa Atalaya 1963 | 15 de septiembre
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Un Dios de amor
LA Biblia identifica a Jehová como un “Dios de amor.” “Dios es amor,” escribió el apóstol Juan. Y Moisés registró: “Jehová, Jehová, un Dios misericordioso y benigno, lento para airarse y abundante en bondad amorosa y verdad.”—2 Cor. 13:11; 1 Juan 4:8; Éxo. 34:6.
Pero algunas personas objetan: Un Dios de amor jamás pediría que uno de sus siervos hiciera lo que Jehová requirió de Abrahán. Nunca pediría de un hombre que ofreciera a su hijo único como holocausto. Algunas personas opinan de esa manera, pero ¿qué hay de usted? ¿Aumenta su amor hacia Jehová este incidente de la Biblia, o hace que Dios le sea repulsivo?
Es para nuestro bienestar eterno que cultivemos aprecio por todo lo que Dios dice y hace. Por lo tanto, en lugar de permitir que este acontecimiento nos aparte de Jehová, deberíamos desear conseguir un mejor entendimiento de él para que nos acerque más a él en amor. Visto correctamente, lo que Jehová requirió de Abrahán, no solo edificará nuestra fe en Él como el Dador de vida, sino que también demostrará el grado de Su propio amor para con el género humano.
Según el registro bíblico, Jehová instruyó a Abrahán: “‘Toma, por favor, a tu hijo, a tu hijo único a quien amas tanto, a Isaac, y haz un viaje a la tierra de Moría y allí ofrécelo como ofrenda quemada sobre aquel de los montes que yo te designe.’ . . . Finalmente llegaron al lugar que el Dios verdadero le había designado, y Abrahán construyó un altar allí y puso la leña en orden y ató de manos y pies a su hijo Isaac y lo puso en el altar encima de la leña. Entonces Abrahán extendió la mano y tomó el cuchillo de degüello para matar a su hijo. Pero el ángel de Jehová comenzó a llamarlo desde los cielos y a decir: ‘¡Abrahán, Abrahán!’ a lo cual él contestó: ‘¡Aquí estoy!’ Y pasó a decir: ‘No extiendas la mano contra el muchacho ni le hagas nada en absoluto, porque ahora ciertamente sé que temes a Dios, porque no me has rehusado a tu hijo, tu único.’”—Gén. 22:1-14.
Pero, ¿por qué pidió Jehová a Abrahán que sacrificara a su hijo, y por qué se preserva en la Biblia este registro? El apóstol Pablo usó el incidente como un ejemplo para animar a compañeros cristianos a ser fieles. Él volvió a llamar la atención de ellos a la promesa hecha por Jehová a Abrahán de hacer una nación grande de los descendientes de este hijo suyo nacido milagrosamente. Pablo citó la promesa: “Lo que habrá de llamarse ‘tu simiente’ será por medio de Isaac.” (Heb. 11:17, 18; Gén. 12:2, 3; 15:18; 21:12) Pero, ¿cómo podría producirse tal nación si Isaac estuviera muerto? No sería posible. Y sin embargo Dios le dijo a Abrahán que matara a Isaac. ¿No parecía ser contradictorio esto de parte de Dios? ¿Cómo reaccionó Abrahán?
La Biblia no registra los sentimientos interiores de Abrahán mientras iba camino
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