Jehová Dios, el Gran Alfarero
“¿Qué? ¿No tiene el alfarero autoridad sobre el barro para hacer de la misma masa un vaso para uso honroso, otro para uso deshonroso?”—Rom. 9:21.
1, 2. ¿Cuáles son algunos de los títulos que las Escrituras dan a Jehová, y cuál es una manera mediante la cual él prueba ser todo eso?
JEHOVÁ Dios es el Todopoderoso. Es el Altísimo sobre toda la Tierra. Y también es el Señor Soberano Universal.—Éxo. 6:3; Sal. 83:18; Jer. 50:25.
2 Entre las muchas maneras en que Jehová Dios prueba ser todo eso es por medio de moldear sus criaturas como un alfarero moldea el barro en sus manos. Su papel como el Gran Alfarero engrandece su omnipotencia, su omnisciencia y su soberanía. Ninguna de sus criaturas puede resistir con éxito su voluntad. Lo que Jehová se propone, lo efectúa: “Así resultará ser mi palabra que sale de mi boca. No volverá a mí sin resultados, sino que ciertamente hará aquello en que me he deleitado y tendrá éxito seguro en aquello para lo cual la he enviado.”—Isa. 55:11.
3, 4. (a) ¿Por qué es importante que reconozcamos el papel de Jehová como el Gran Alfarero? (b) ¿Qué testimonio da el apóstol Pablo en este respecto?
3 Es de la mayor importancia que cada una de las criaturas de Dios reconozca Su soberanía universal y se comporte de acuerdo con ello. Los que lo hacen son bendecidos. Este papel de Jehová como el Gran Alfarero lo hace notar el apóstol Pablo en el capítulo nueve, de Romanos, donde dice, entre otras cosas, lo siguiente:
4 “No depende del que desea, ni del que corre, sino de Dios, que tiene misericordia. Porque dice la Escritura a Faraón: ‘Para esto mismo te he dejado permanecer, para que con respecto de ti muestre mi poder, y para que mi nombre sea declarado por toda la tierra.’ Así, pues, tiene misericordia de quien desea, mas a quien desea deja que se haga obstinado. Por tanto me dirás: ‘¿Por qué halla de qué objetar aún? Pues ¿quién ha resistido su voluntad expresa?’ Oh hombre, ¿quién, pues, eres tú realmente para que repliques contra Dios? ¿Acaso la cosa moldeada dirá al que la moldeó: ‘¿Por qué me hiciste de esta manera?’ ¿Qué? ¿No tiene el alfarero autoridad sobre el barro para hacer de la misma masa un vaso para uso honroso, otro para uso deshonroso?”—Véase Romanos 9:16-21.
5, 6. (a) ¿Qué factor determina lo que hace el Gran Alfarero con un vaso? (b) ¿Cómo se confirma esto con las palabras del profeta Jeremías?
5 Esto no quiere decir que el Gran Alfarero determina arbitrariamente el destino eterno de sus criaturas mucho antes de nacer ellas, como la enseñanza calvinista de la predestinación quisiera hacer creer. ¡De ninguna manera! Sus criaturas determinan su propio destino por el proceder que adoptan. Pero el Gran Alfarero puede, y lo hace, por sus propias razones sabias, justas y amorosas, escoger el tiempo, manera y circunstancias para remunerar a los justos y castigar a los inicuos.
6 Observe lo claro que se expresa este punto en Jeremías 18:6-8: “¡Mira! Como el barro en la mano del alfarero, así son ustedes en mi mano, oh casa de Israel. En cualquier momento que hable contra una nación y contra un reino para desarraigarlo y para derribarlo y para destruirlo, y esa nación realmente se vuelva de su maldad contra la cual hablé, yo también me sentiré apenado por la calamidad que había pensado ejecutar en ella.”
7. ¿Cómo puede ilustrarse el papel de Jehová como el Gran Alfarero?
7 Para ilustrar: Todas las criaturas de Jehová pudieran asemejarse a vasos de barro en el taller del alfarero a quienes Jehová Dios, como el Alfarero, puede moldear y moldea como gusta. Pero queda de la pieza individual de barro como persona con libre albedrío y criatura inteligente escoger cómo quiere reaccionar a los moldeos y apremios de Jehová, sometiéndose a Jehová y a la justicia, o resistiendo a Jehová y endureciéndose en la iniquidad. Pero una vez que la criatura ha manifestado su actitud, Jehová puede moldear y a veces moldea a esa persona más y más, ya sea hacia servicio honroso o hacia uso deshonroso, como convenga a la voluntad y propósitos soberanos de Jehová.
8, 9. ¿Qué ejemplos bíblicos muestran cómo el Gran Alfarero trata con vasos a los cuales se hace dignos de ser destruidos?
8 Por eso, leemos que un “espíritu malo” de Jehová Dios vino sobre el rey Saúl, pero esto solo fue después que el corazón de Saúl se había hecho malo, al grado de no recobrarse entonces, y después de que Jehová había rechazado finalmente a Saúl. (1 Sam. 18:10) Igualmente leemos que un “espíritu engañoso” fue enviado desde Jehová a los cuatrocientos profetas de Israel que en primer lugar eran falsos, para que su profetizar engañoso persuadiera al rey Acab y éste fuera a su muerte. (2 Cró. 18:5-27) De manera semejante, Jesús le dijo a Judas: “Lo que haces hazlo más pronto.” (Juan 13:27) Jesús no estaba colocando la idea de traicionarlo en la mente de Judas, sino que Judas había llegado al grado de no recobrarse. ¿No había puesto de manifiesto Jesús a Judas como el que traicionaría a su Maestro, y no es cierto que Judas no había negado esto o protestado en cuanto a su inocencia? Judas no se arrepintió ni cambió su proceder, y por eso leemos que entonces Satanás el Diablo entró en él, y fue solo después de esto que Jesús le dijo: “Lo que haces hazlo más pronto.” Y también sucedió lo mismo con el antiguo Faraón de Egipto en el día de Moisés. Jehová Dios no lo obligó ni arbitrariamente endureció el corazón de Faraón ni lo hizo obrar contra lo que éste considerara mejor, sino que Dios simplemente escogió un método de tratar con Faraón que le permitió buscar su propia ventaja aun más y así endurecer su corazón cada vez más.
9 Bien se refirió el apóstol Pablo a que Jehová moldeó al inicuo Faraón orgulloso de la antigüedad, porque, sin duda, ése es el ejemplo más notable que se registra en las Escrituras en que Jehová Dios ejerció su autoridad y poder al tratar con sus criaturas terrestres como un alfarero maneja el barro. El Gran Alfarero había mandado a su pueblo, los israelitas, a que fuera al desierto por tres días con todos sus pequeños y sus rebaños para adorarlo, y Faraón había rehusado dejar ir al pueblo de Dios. El arrogante Faraón dijo con escarnio y con gesto despreciativo: “¿Quién es Jehová, para que yo obedezca su voz y envíe a Israel? Absolutamente no conozco a Jehová y, lo que es más, no voy a enviar a Israel.” Los medios que Jehová Dios usó para dar a conocer a Faraón quién realmente es Jehová y hacerle que dejara ir al pueblo del Todopoderoso Jehová Dios fueron diez plagas, las cuales plagas están llenas de significado profético para nuestro tiempo.—Éxo. 5:2.
AUTENTICIDAD
10, 11. (a) ¿Cómo consideran algunos los relatos de las diez plagas? (b) ¿Qué respuesta adecuada da a éstos un profesor universitario?
10 La autenticidad del registro inspirado de estas diez plagas la ponen en tela de juicio los críticos textuales que no creen que Jehová Dios sea el Gran Alfarero, capaz de y dispuesto a maniobrar los asuntos de los hombres según Su propia voluntad soberana, y que no aprecian el punto en cuestión de la soberanía universal que estuvo implicado en estas plagas. Nos quisieran hacer creer que todos los relatos de estas plagas se basan en mitos, así como alegan que los relatos de la Creación y el Diluvio se basan en mitos. “Ha habido muchos esfuerzos para justificar estos relatos fantásticos,” es la manera en que lo expresa una autoridad modernista.—The Interpreter’s Bible, tomo 2, página 839.
11 Pero los teólogos que ponen reparos al registro de milagros de la Biblia al hacerlo solamente están revelando su propio prejuicio e ignorancia. La ciencia ya no puede poner reparos a los milagros. Como lo expresó un profesor universitario: “Un científico ya no puede decir honradamente que algo es imposible. Solo puede decir que es improbable. Pero quizás pueda decir que algo es imposible de explicarse en términos de nuestro conocimiento presente. La ciencia no puede decir que todas las propiedades de la materia y todas las formas de la energía se conocen. ¿Qué necesitamos agregar a los milagros para traducirlos en algo posible para poder explicarlos? Nada que podamos hacer puede hacer de un milagro un suceso probable, pero puede ser posible agregar algo de información a él para hacerlo posible. Una cosa que necesita ser agregada es una fuente de energía desconocida para nosotros en nuestras ciencias biológicas y fisiológicas. En nuestras Escrituras esta fuente de energía se identifica como el poder de Dios.”a
12, 13. ¿Qué otro testimonio bíblico corrobora el registro de las diez plagas?
12 Además, no podemos desacreditar esta parte de la Palabra de Dios en el libro de Exodo sin desacreditar las muchas otras referencias a ella en el resto de las Escrituras. Si estos milagros de las diez plagas solo son relatos fantásticos, ¿por qué Josué, Samuel, dos salmistas, Jeremías, Esteban y el apóstol Pablo se refieren a ellos como históricos? Así, 1 Samuel 6:6 habla en cuanto a los sacerdotes y adivinadores filisteos que amonestaron a su pueblo, diciendo, unos cuatrocientos años después que Israel salió de Egipto: “¿Por qué deberían hacer insensible su corazón exactamente como Egipto y Faraón hicieron insensible el corazón de ellos?”—Vea también 1 Samuel 4:8.
13 El registro de las diez plagas también se da detalladamente en los Salmos 78 y 105. Y Jeremías, unos novecientos años después de haber acontecido las plagas, no las trata como relatos fantásticos, sino como hechos: “Tú que estableciste señales y milagros en la tierra de Egipto . . . para hacerte un nombre para ti mismo.” Esteban hizo referencia a Moisés diciendo que éste ‘hizo portentos y señales en Egipto.’ Y como ya se ha notado, el apóstol Pablo se refirió a las plagas como históricas.—Jer. 32:20; Hech. 7:36.
14-16. ¿Cómo pueden ser refutados los que quieren asignar causas “naturales” a las diez plagas?
14 Otros de la cristiandad admiten que las plagas realmente acontecieron pero tratan de atribuirlas a causas naturales. De esta manera quisieran robarle al Gran Alfarero su derecho de intervenir directamente en los asuntos de los hombres. Es verdad que el Nilo se ve rojo a veces; pero el registro nos dice que el agua del Nilo no simplemente era de color rojo como la sangre, como cuando está infestada de ciertos organismos minúsculos o a causa del color del lodo, sino que el agua del Nilo realmente llegó a ser sangre, de modo que los peces y otras criaturas vivas en el Nilo murieron y la gente no podía beber el agua.—Éxo. 7:19-21.
15 Lo mismo es verdad de las otras plagas. No sirve de nada el tratar de explicar que no tenían naturaleza milagrosa simplemente porque pudieran tener correspondencias en la historia de Egipto. ¿Por qué vinieron estas plagas exactamente cuando Moisés dijo que vinieran y se fueron solo cuando Moisés les mandó que se fueran? Y, ¿por qué, después de la tercera plaga, los israelitas, en la tierra de Gosén, ya no fueron afectados por ellas?—Éxo. 8:22, 23.
16 La décima plaga en particular no puede explicarse en armonía con las cosas naturales. ¿Qué plaga mataría únicamente al primogénito del hombre y de la bestia? ¿Qué plaga pasaría por alto los hogares sobre cuyos postes de puerta y dinteles se hubiera salpicado sangre? Estas cosas no pueden explicarse como no siendo milagrosas ni explicarse por medios naturales. El tratar de hacerlo crea más problemas de los que resuelve; revela falta de fe, una renuencia a someterse a la voluntad del Gran Alfarero y un deseo de agradar a los hombres sin fe.
17. ¿Por qué fue imperativo que estas plagas fueran inequívocamente milagrosas?
17 Pero si entendemos por qué Jehová envió estas plagas, a saber, para dar a saber a Faraón y a los egipcios el nombre y gran poder de Jehová y para hacer que se declarara el nombre de Jehová a través de toda la Tierra, para endurecer a algunos y para ablandar a otros, entonces vemos razón abundante para que Jehová recurriera a medios sobrenaturales al enviar estas plagas sobre Egipto. De hecho, era absolutamente imperativo que estas plagas fueran inequívocamente milagrosas, sobrenaturales, para que llevaran el impacto que Dios se propuso que llevaran. De otra manera, no habría habido ningún punto en cuestión claramente definido y las plagas no habrían servido para engrandecer el nombre de Jehová, esto siendo especialmente cierto de las últimas ocho plagas. (Éxo. 8:16-19) Para un ejemplo de este principio vea 1 Samuel 6:7-12.
EL VASO MOISÉS
18, 19. (a) ¿Qué vaso humano formó y moldeó Jehová para esta ocasión, y mediante qué sucesos? (b) ¿Cómo manifestó Moisés su lealtad a su pueblo y a Dios?
18 El sobresaliente vaso humano que el Gran Alfarero Jehová Dios formó para esta ocasión y el que también escogió para moldearlo a su propósito fue el hombre de Dios Moisés. Nació después que el Faraón de aquel tiempo había expedido su decreto genocida de que todo hijo recién nacido debía ser arrojado al río Nilo. (Éxo. 1:22) Jehová se encargó de que Moisés fuera salvado siendo infante, que fuera hallado por la hija de Faraón y luego que fuera criado por sus propios padres “en la disciplina y consejo autoritativo de Jehová.” Sus padres tenían fe en Jehová, así como nos lo asegura el escritor del libro de Hebreos: “Por fe Moisés fue escondido por sus padres por tres meses después que nació, porque vieron que el niñito era hermoso y no temieron la orden del rey.”—Efe. 6:4; Heb. 11:23.
19 Tan fielmente desempeñaron para con él sus deberes los padres de Moisés que, aunque después se le instruyó en toda la sabiduría y erudición de los egipcios, permaneció leal a Jehová, a su pueblo y a los justos principios de Jehová. La prueba de esto la dio cuando mató al capataz egipcio que había estado oprimiendo a uno de sus hermanos. Sin embargo, el pueblo de Moisés no apreció sus esfuerzos a su favor, y por eso Moisés halló prudente huir a la tierra de Madián.—Éxo. 2:11-15; Hech. 7:23-29.
20. ¿Por qué no tuvieron éxito los esfuerzos de Moisés a favor de su pueblo?
20 Moisés se había asociado con la causa correcta, la causa de Jehová: “Por fe Moisés, ya crecido, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón, escogiendo ser maltratado con el pueblo de Dios más bien que disfrutar temporalmente del pecado, porque estimó el vituperio” de ser el siervo ungido de Dios “como riqueza más grande que los tesoros de Egipto.” Pero éste no era el tiempo correcto ni obviamente la manera correcta para que el Gran Alfarero librara a su pueblo. Y tampoco, nótese, estaba preparado para esta asignación este fervoroso, leal, ansioso e impulsivo psuedolibertador de su pueblo. Por eso, Jehová siguió moldeando al vaso Moisés para su papel libertador dejando que pasara los siguientes cuarenta años como pastor pacífico en la tierra de Madián. ¡Cuán a menudo debe haber pensado compasivamente Moisés en sus hermanos en esclavitud en Egipto durante aquellos largos años!—Heb. 11:24-27.
21. ¿Qué efecto tuvo en Moisés su estancia de cuarenta años en el desierto como pastor?
21 Al fin de estos cuarenta años Moisés había llegado a estar moldeado en un vaso tierno, de genio apacible y de gran paciencia, plenamente capacitado para ser el superintendente de millones de ovejas de Dios, “por mucho el más manso de todos los hombres que estaban sobre la superficie del suelo.” (Núm. 12:3) De hecho, tan manso llegó a ser que expresó la mayor modestia y renuencia a aceptar la comisión de Jehová para libertar a su pueblo, algo que había tratado de hacer por sí mismo cuarenta años antes. Aun después que Jehová le aseguró a Moisés que Él estaría con él y había habilitado a Moisés a ejecutar tres milagros para probar la naturaleza divina de su comisión, Moisés todavía objetó. Aunque esto hizo que Jehová se encolerizara con Moisés y le diera una reprensión aguijoneadora, no obstante, en su compasión, Jehová le proveyó a Moisés a Aarón para que le sirviera de portavoz.—Éxo. 3:11 a 4:31.
EGIPTO Y FARAÓN EN EL DÍA DE MOISÉS
22. ¿Qué contrastes notables suministraron Egipto e Israel en aquel tiempo?
22 Sería difícil concebir un mayor contraste que el de Moisés, el más manso de todos los hombres sobre la Tierra, y el Faraón de Egipto, uno de los más arrogantes gobernantes de todos los tiempos. Tampoco un mayor contraste en religión que entre la adoración de Jehová Dios como la practicaban los israelitas fieles y la religión de los egipcios. Por eso, se nos dice que “la adoración egipcia era un contraste completo con la adoración hebrea en particular . . . El culto de los grandes dioses [de Egipto] seguía un modelo general en que al dios se le trataba como un rey terrestre. Se le despertaba del sueño cada mañana con un himno, se le lavaba y vestía (i.e., a su imagen), y se le servía el desayuno. . . . Difícilmente podía ser mayor el contraste entre el Dios siempre vigilante y que se bastaba a sí mismo de Israel . . . y aquellas deidades egipcias terrestres de la naturaleza.”b
23. ¿Por cuáles deidades y enseñanza se caracterizaba la religión de Egipto?
23 En este tiempo no solo era Egipto la potencia mundial dominante, especialmente fuerte desde un punto de vista económico, sino que, más que todas las otras naciones, estaba dedicado a la religión del Diablo. Adoraba las fuerzas de la creación visible, en particular el Sol, el calor, la luz y los animales inferiores. Egipto tenía veintenas de deidades, y ninguna otra nación antigua era más devota y constante en el servicio de sus dioses que los sumamente supersticiosos egipcios bajo el gobierno autocrático de sus sacerdotes. Su enseñanza principal era la reencarnación o la transmigración de las almas, que prometía galardones en la vida futura dependiendo de su conducta en la vida presente, una enseñanza que daba a los sacerdotes un poderoso dominio sobre la gente.
24. ¿Qué papel desempeñaban los sacerdotes de Egipto?
24 Los sacerdotes eran muy numerosos, estaban exentos de impuestos y la gente los tenía en la más alta estima. Se vestían de lino blanco y se bañaban dos veces al día. Aun las tareas más comunes no podían desempeñarse sin referirse a alguna disposición reglamentaria sacerdotal. Los egipcios tenían más fiestas religiosas que cualquier otro pueblo; su tierra estaba cubierta de templos; y cada población tenía su dios custodio y templo, para el cual algún animal era sagrado, y cuyo templo sostenía a un cuerpo grande de sacerdotes. Según el historiador Juan Lord, el dominio que los sacerdotes tenían sobre la gente era semejante al de los sacerdotes de la cristiandad durante la edad media.c
25. ¿Qué puede bien decirse que fue el rasgo más repulsivo y degradante de la religión de Egipto?
25 La cosa más repulsiva y degradante en cuanto a la religión de estos egipcios era su adoración de animales. Un gato, cualquier gato callejero, era estimado más altamente que un humano. Un extranjero que accidentalmente había matado a un gato fue despedazado literalmente por una chusma enfurecida. Los toros Apis eran adorados como dioses mismos, porque se creía que en ellos realmente moraban dioses. A estos toros se les mantenía en templos pródigos y al morir se les enterraba en gigantescos féretros costosos mientras todo Egipto estaba de duelo. Entre otros animales que se consideraban sagrados se hallaban el cocodrilo, el pez oxirrinco y la mosca icneumón. De algunos animales, tales como los gatos, todos se consideraban sagrados; de otros, solo algunos, tales como los toros que tenían determinadas marcas.
26. ¿Cómo se consideraba al Faraón de Egipto?
26 Descollaba prominentemente en la religión de Egipto también su gobernante Faraón. Concerniente a él se nos dice:d “Faraón mismo era uno de los dioses, y una figura central en la vida de sus súbditos. Cada rey reinante inmediatamente era el Horus encarnado, el dios halcón del cielo, y Horus . . . el heredero legítimo sobre el trono de su padre Osiris. El bienestar de Egipto estaba directamente asociado con el del rey. . . . Cada rey era el sucesor de la entera línea de antepasados reales, remontándose a más allá de las dinastías humanas históricas . . . a las dinastías de los dioses mismos sobre la Tierra, y en la muerte cada rey se unía a aquella augusta compañía,” ¡en la mente de los egipcios!
27. ¿Por qué toleró Jehová la adoración falsa y la opresión de Egipto por tanto tiempo?
27 Este, entonces, era el Egipto que tenía a Israel en esclavitud y al cual se estaba enviando a Moisés. Verdaderamente constaba de “vasos de ira hechos a propósito para la destrucción.” (Rom. 9:17-22) No obstante, el Gran Alfarero permitió que continuara como una gran potencia mundial. ¿Por qué? Por causa de su gran nombre. Además, ¿no había predicho que la descendencia de Abrahán sería afligida cuatrocientos años? Por eso, hasta que ese tiempo se acabara, se permitió que Egipto oprimiera al pueblo escogido de Dios.—Gén. 15:13.
28, 29. ¿Por qué se permitió que todo Egipto sufriera por la obstinación de Faraón?
28 Al examinar el registro, hallamos que da prominencia especial a los tratos del Gran Alfarero con un solo hombre, Faraón. Puesto que esto es así, bien puede preguntarse: ¿Por qué debería sufrir toda una nación a causa de un solo hombre? ¿Por qué? Por más de una buena razón. Entre otras cosas, Faraón solo no pudo haber oprimido a la nación de Israel ni desafiado a Jehová. Eso requirió una poderosa organización; y por eso, todos los que apoyaron a Faraón en sus medidas desafiadoras de Dios y opresivas llegaron a ser cómplices de sus crímenes. Además, ¿no salió una “vasta compañía mixta” de no israelitas de Egipto y marchó a la libertad con los israelitas? (Éxo. 12:38) Ciertamente que sí. Por eso, nadie puede atribuir injusticia al Gran Alfarero, Jehová Dios.
29 Además, las Escrituras muestran que hay tal cosa como responsabilidad de comunidad. Por eso, en el antiguo Israel los hombres de mayor edad de una ciudad tenían que emprender cierta acción determinada para absolver a su ciudad de culpabilidad por derramamiento homicida de sangre en el caso de un asesinato no resuelto, porque a la entera ciudad se le consideraba responsable. (Deu. 21:1-9) Por la misma razón la entera tribu de Benjamín fue juzgada culpable por rehusar entregar a los hombres inútiles de Gabaa que habían abusado con la concubina de cierto levita hasta matarla. (Jue. 20:8-48) De hecho, tal responsabilidad se reconoce aun en tiempos modernos; un ejemplo es el de la Alemania Occidental, que, aunque ahora es democrática, voluntariamente ha optado por indemnizar a los judíos y otras víctimas de la persecución nazi.
30, 31. ¿De qué interés e importancia son los sucesos en relación con las diez plagas para nosotros hoy en día?
30 El relato bíblico de cómo el Gran Alfarero trató con sus vasos en aquel entonces en los días de Moisés es del mayor interés e importancia para nosotros hoy en día. Una consideración de ello aumentará nuestro aprecio de la sabiduría, justicia, poder y amor del Gran Alfarero, Jehová Dios. También recalcará para nosotros la importancia de ser sumisos a Él, de permitir que nos guíe su Palabra, su espíritu santo y su instrumento visible, su conducto terrestre de comunicación. Porque ¿quién puede resistir su voluntad expresa?
31 Y además, esto ayudará a fortalecer en gran manera nuestra fe, porque hallaremos que estos sucesos tienen un paralelo en nuestro día. Finalmente, ayudará a todos los ministros cristianos a obtener un aprecio aumentado de su propia comisión de predicación, porque suyo es el privilegio de participar en derramar las plagas modernas sobre el Egipto moderno, incluyendo a Babilonia la Grande. ¡Estas razones deben hacer que queramos investigar este tema con interés más vehemente!
[Notas]
a Time, 4 de julio de 1955.
b Vea The New Bible Dictionary—por J. D. Douglas, página 351.
c Beacon Lights of History, tomo 1, págs. 31-42, edición de 1912.
d Beacon Lights of History, tomo 1, págs. 31-42, edición de 1912.