Mirando atentamente al Agente Principal de la vida
‘Miren atentamente al Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe, Jesús. . . . Sí, considérenlo con sumo cuidado y atención.’—Heb. 12:2, 3.
1. ¿Cómo y por qué pueden verse a menudo las cosas bajo un nuevo aspecto?
¿HA SABIDO usted alguna vez lo que es mirar cierto objeto bien conocido y luego llegar a verlo bajo un nuevo aspecto? Quizás esté colocado en un diferente marco de circunstancias, o quizás el propio conocimiento de usted se haya desarrollado y hecho más perspicaz, o puede que haya alguna otra razón. A menudo esto es cierto, por ejemplo, cuando uno ha crecido y luego ha vuelto a visitar el lugar y las escenas de su niñez. Quizás el lugar no haya cambiado y uno reconozca ciertos edificios y otras cosas distintivas del local; no obstante, todo parece muy diferente, a menudo más pequeño. En su niñez era todo su gran mundo. Pero ahora, en comparación, solo es un rinconcito.
2. (a) ¿Cómo llegó Eva a ver las cosas desde el punto de vista de otro? (b) ¿Quién obró en Eva, y cómo se puede probar esto?
2 Esto de considerar las cosas bajo un aspecto diferente también aplica a situaciones y problemas, y bien se puede deber a la influencia o sugerencia de otra persona. En otras palabras, uno aprende a ver las cosas desde el punto de vista de otra persona. Esto puede resultar provechoso o no, dependiendo de la fuente de la influencia que obre en uno. Un ejemplo notable de esto se ve en el mismísimo comienzo de la historia humana. Al escuchar la sugerencia hecha por medio de la serpiente, Eva aprendió a ver el fruto prohibido desde el punto de vista de otro. Ya no lo vio como algo prohibido, que ni siquiera debiera tocarse, sino que ahora lo vio como sumamente deseable desde todo punto de vista. (Gén. 3:1-6) Por consiguiente, como muestra la Biblia, Satanás, “la serpiente original,” aquel que realmente obró en Eva, no resultó ser agente o instrumento que llevara a la vida y al esclarecimiento, aunque se hizo pasar como tal. Más bien, como Jesús dijo de él, fue “homicida” y “mentiroso.” Realmente era el “que tiene el medio para causar la muerte, es decir, [el] Diablo.”—Rev. 12:9; Juan 8:44; Heb. 2:14.
3. ¿Qué métodos han caracterizado siempre los objetivos de Satanás?
3 La norma y las tácticas de Satanás desde entonces han sido las mismas. Por medios sutiles y engañosos trata de influir en otros para que vean las cosas desde su punto de vista. Entrena a sus agentes, tanto visibles como invisibles, a adoptar los mismos métodos. El apóstol Pablo, en su día, tuvo razón para referirse a ciertos hombres como “falsos apóstoles, obreros engañosos,” y dice en explicación: “Y no es maravilla, porque Satanás mismo sigue transformándose en ángel de luz. No es, por lo tanto, gran cosa si sus ministros también siguen transformándose en ministros de justicia.” La misma advertencia es apropiada hoy.—2 Cor. 11:13-15.
4. ¿En qué respectos debemos estar en guardia?
4 Teniendo presente esto, ¡qué oportuno y necesario es estar en guardia y no dar por sentadas las cosas! Sin importar lo populares que sean ciertos puntos de vista, sin importar cuáles sean nuestros antecedentes religiosos, debemos estar deseosos de conseguir y mantener el punto de vista apropiado sobre las cosas fundamentales que afectan nuestra adoración y nuestra salvación. Es preciso que aprendamos a seguir mirando atentamente las cosas que son verdaderas y que valen la pena.
IDENTIFICANDO AL AGENTE PRINCIPAL DE LA VIDA Y LA LUZ
5. ¿Cómo mostró Dios que no quedó frustrado ni impedido en sus propósitos por los sucesos de Edén?
5 Aunque a Satanás le haya parecido que había ganado una victoria completa al causar la desviación de la primera pareja humana perfecta, realmente no fue así. El propósito de Jehová no quedó frustrado por lo que sucedió en Edén, ni por ninguno de los subsecuentes resultados de aquella desobediencia y rebelión iniciales. Al contrario, tan pronto como se presentó aquel disturbio, Jehová predijo lo que él haría y los resultados que daría. Predijo que la descendencia de la mujer “te magullará [a la serpiente, realmente refiriéndose a Satanás] en la cabeza,” lo cual quería decir la trituración y destrucción de Satanás y su influencia al debido tiempo.—Gén. 3:15.
6. ¿Qué pasos dio Dios para promover la fe en su primera promesa profética?
6 Quién sería esta “descendencia” prometida no se reveló cuando se le mencionó por primera vez, pero Dios mantuvo vivas aquella esperanza y aquella promesa dando información adicional de vez en cuando. A Abrahán, Dios le dio la promesa juramentada de que por medio de “tu descendencia ciertamente se bendecirán todas las naciones de la tierra.” A David, descendiente de Abrahán, Dios le prometió: “Ciertamente levantaré tu descendencia . . . y ciertamente estableceré el trono de su reino firmemente hasta tiempo indefinido.” Por medio de los profetas, especialmente David en sus muchos salmos, también por medio de Isaías, Dios dio muchos detalles conmovedores de éste que vendría, que, como “ungido” y rey de Jehová, finalmente trituraría y destruiría a todos los enemigos de Dios. Según el juramento de Jehová, también sería “sacerdote hasta tiempo indefinido a la manera de Melquisedec.” Los reyes y sumos sacerdotes de Israel, cuando eran instalados en su cargo, eran ungidos con aceite especial, pero éste que habría de venir sería ungido por el “espíritu del Señor Jehová” para efectuar una obra grandiosa como se menciona en Isaías 61:1-3. Estas y muchas otras promesas hicieron surgir la esperanza segura de los judíos en un venidero Mesías, o Cristo, pues ambas palabras significan “ungido.”—Gén. 22:18; 2 Sam. 7:12, 13; Sal. 2:1-9; 110:1-7.
7. Describa cómo se reveló la identidad de la descendencia prometida.
7 Finalmente, un poco más de cuarenta siglos después de aquella primera promesa, llegó el tiempo para revelar la identidad de la “descendencia.” No se dejó a conjetura. Se reveló, no por medio de un profeta en la Tierra, sino por medio de un mensajero celestial “enviado de parte de Dios” en una misión especial. Fue el ángel Gabriel, que vino a María “una virgen comprometida para casarse con . . . José de la casa de David,” diciéndole que ella había “hallado favor con Dios; y, ¡mira! concebirás en tu matriz y darás a luz un hijo, y has de ponerle por nombre Jesús. Éste será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y Jehová Dios le dará el trono de David su padre.” Después de inquirir ella cómo podría ser esto, puesto que no estaba teniendo coito con varón, el ángel continuó: “Espíritu santo vendrá sobre ti, y poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso también lo que nace será llamado santo, Hijo de Dios.”—Luc. 1:26-38.
8. En el bautismo de Jesús, ¿qué identificación adicional se dio?
8 La unción de Jesús por espíritu de Dios no tuvo lugar al tiempo de su nacimiento, sino que sucedió treinta años después, cuando fue bautizado en el río Jordán por Juan. Juan mismo dio testimonio acerca de esto, diciendo: “Vi el espíritu bajar como paloma del cielo, y permaneció sobre él,” añadiendo que ésta fue la señal que Jehová, que lo envió a bautizar en agua, le había dicho que esperara. Más tarde, cuando asistió a la sinagoga en Nazaret, Jesús se puso de pie y leyó del rollo de Isaías donde estaba escrito: “El espíritu de Jehová está sobre mí, porque me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres . . .” Después de terminar la cita declaró: “Hoy se cumple esta escritura que acaban de oír.”—Juan 1:32-34; Luc. 4:16-21.
9. ¿Quiénes fueron convencidos primero de que Jesús era el Mesías, y cómo se demostró esto?
9 Los discípulos de Juan el Bautista, al ser presentados a Jesús, rápidamente lo reconocieron como el Mesías. Uno de ellos, que se llamaba Andrés, después de pasar el día con Jesús en su albergue, “halló . . . a su propio hermano, Simón, y le dijo: ‘Hemos hallado al Mesías’ (que, traducido, significa Cristo).” Hacia el fin de su ministerio, Jesús, después de preguntar a sus discípulos cómo lo identificaban otros, les dijo: “Pero ustedes, ¿quién dicen que soy?” y Simón Pedro contestó inmediatamente: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo.” Entonces Jesús comentó que este discernimiento de parte de Pedro no se debía a ninguna revelación de fuente humana, diciendo que “carne y sangre no te lo reveló, sino mi Padre que está en los cielos.”—Juan 1:41; Mat. 16:15-17.
10. ¿En qué otro aspecto puede identificarse a Jesús, y por qué es importante esto?
10 Sin embargo, regresando a aquel que empezó el engaño en Edén, que resultó en la muerte, no estamos interesados en aprender solo acerca de Jesucristo como la descendencia prometida; también queremos saber si se le puede identificar como el agente de Dios que abre el camino del esclarecimiento verdadero y la vida eterna y lleva la delantera en él. El que tal sea el caso ciertamente sería una magnífica y completa respuesta al desafío del Diablo, y vindicaría a Jehová y haría que su nombre fuera santificado. Además, sería una gran ayuda para nosotros sobre las cuestiones vitales de la adoración verdadera y la salvación. Al examinar la Palabra de Dios, la Biblia, encontraremos que esta identificación está claramente confirmada. Estimulando a los cristianos verdaderos, tanto en su día como en el nuestro, Pablo escribió: “Corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros, mirando atentamente al Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe, Jesús. . . . Sí, consideren con sumo cuidado y atención al que ha aguantado tal habla contraria de pecadores en contra de sus propios intereses, para que no vayan a cansarse y a desfallecer en sus almas.”—Heb. 12:1-3.
11, 12. (a) ¿En qué ocasiones se hizo referencia a Jesús como el “Agente Principal”? (b) ¿Cómo nos ayudan estas referencias en cuanto a nuestra salvación y adoración verdadera?
11 Este título, “Agente Principal,” (griego: arkhegós) describe bien el puesto que Dios le dio a Cristo Jesús. Aparece cuatro veces en las Escrituras Griegas Cristianas. En el primer caso, Pedro lo usó cuando, poco después del Pentecostés de 33 E.C., dijo a los judíos que “Dios . . . ha glorificado a su Siervo, Jesús.” Luego dijo: “Ustedes repudiaron a aquel santo y justo, y . . . mataron al Agente Principal de la vida. Pero Dios lo levantó de entre los muertos.” Más tarde, cuando el Sanedrín prohibió a los apóstoles que enseñaran sobre la base del nombre de Jesús, Pedro contestó: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.” Después de decirles que ellos eran responsables de haberle dado muerte violenta a Jesús, “colgándolo en un madero,” Pedro continuó: “A éste, Dios lo ensalzó a su diestra como Agente Principal y Salvador,” y concluyó: “Y nosotros somos testigos de estos asuntos, y también lo es el espíritu santo, el cual Dios ha dado a los que le obedecen como gobernante.” Finalmente, además de la referencia de Hebreos 12:1-3, Pablo dice antes acerca de Jesús en esa misma carta que “le fue propio . . . al traer a la gloria a muchos hijos, hacer al Agente Principal de su salvación perfecto por medio de sufrimientos.”—Hech. 3:13-15; 5:27-32; Heb. 2:10.
12 ¡Tan solo de estos pasajes qué claro se nos señala el camino de la salvación y adoración aceptable! ¡Qué obvio es que no podemos obedecer a Dios como gobernante y tener su favor a menos que reconozcamos el nombramiento de Jesús como su “Agente Principal,” que ha sido investido de ‘toda autoridad en el cielo y sobre la tierra’! (Mat. 28:18) ¡Qué importante es que veamos a éste desde el punto de vista de Jehová, y no desde el punto de vista de Satanás como lo hicieron aquellos líderes religiosos que “mataron al Agente Principal de la vida”! Todavía son posibles estos dos puntos de vista contrarios, y de hecho ambos están en operación activa en nuestro día.
13. (a) ¿Cuál es el significado básico de la palabra griega arkhegós? (b) ¿Cómo es cierto esto de Cristo Jesús, en contraste con el punto de vista trinitario?
13 Otras traducciones, incluso la Versión Valera, vierten la palabra griega arkhegós como “autor,” en vez de “Agente Principal,” en Hebreos 12:2, pero esto no es ni exacto ni está en armonía con otros textos. Por su derivacióna esta palabra tiene la idea de ser principal o primero en orden de tiempo o de rango. Eso es cierto de Cristo Jesús, pero no lo hace autor u originador de la vida o de la salvación. Él no fue, como creen los trinitarios, el autor e iniciador de la creación, sino, como se declara en Revelación 3:14, él fue “el principio de la creación por Dios,” es decir, el primero que fue creado por Dios, el Creador. Esto está en armonía con la expresión evidente de las posiciones relativas de Jehová y Cristo Jesús como leemos en 1 Corintios 8:6: “Realmente para nosotros hay un solo Dios el Padre, procedente de quien son todas las cosas, . . . y hay un solo Señor, Jesucristo, por medio de quien son todas las cosas.” En otras palabras, hay la única Fuente, Jehová, que usa muchos agentes, pero que ha hecho a su Hijo amado, Cristo Jesús, su Agente Principal.
14. ¿De qué única manera podemos apreciar apropiadamente a Cristo Jesús?
14 No sorprende que Satanás, por medio de sus agentes y por medio de la religión falsa, haya hecho todo lo posible por causar confusión y cegar “las mentes de los incrédulos, para que la iluminación [esclarecimiento] de las gloriosas buenas nuevas acerca del Cristo, que es la imagen de Dios [pero no Dios mismo], no resplandezca a través a ellos.” (2 Cor. 4:4) Para evitar esta influencia cegadora, tenemos que adherirnos estrechamente a la Palabra de Dios, la Biblia. Al proceder así podemos aprender a mirar atentamente a Cristo Jesús desde el punto de vista de Dios, como si fuera por sus ojos, y apreciar correctamente a su Hijo como el Agente Principal de la vida y la luz.
15. Según Juan, ¿cuándo y cómo fue usado por primera vez el Hijo como agente de Dios?
15 En relación con esto, es interesante y provechoso repasar lo que Juan escribió sobre este tema al iniciar su relato del Evangelio de Jesús. Otros escritores del Evangelio hacen remontar el linaje de Jesús hasta Adán, pero Juan, con unas cuantas declaraciones breves, concisas y no obstante profundas, nos lleva hasta el verdadero principio, el principio de la creación. Refiriéndose a Jesús por su título prehumano la “Palabra” (griego: Logos), Juan dice que “éste estaba en el principio con Dios.” Entonces mostrando que la Palabra era el agente de la vida, Juan escribe: “Todas las cosas vinieron a existir por medio de él, y sin él ni siquiera una cosa vino a existir.” En cuanto a ser también el agente del esclarecimiento, enseguida dice Juan: “Lo que ha venido a existir por medio de él era vida, y la vida era la luz de los hombres.” Entonces Juan por inspiración hace una declaración muy significativa y estimulante tomando en cuenta el conflicto y la hostilidad que surgieron de la acción sutil y engañosa de Satanás que empezó en Edén. Juan dice: “Y la luz resplandece en la oscuridad, mas la oscuridad no la ha subyugado.”—Juan 1:1-5.
16. ¿Cómo nos ayuda Juan a ver quiénes pueden beneficiarse de este agente?
16 Bueno, dice usted, es bueno saber que las fuerzas de la oscuridad no subyugaron al portador de la luz, Cristo Jesús, pero ¿de qué provecho es eso para mí? Parecería que las fuerzas de la oscuridad, del mal, de la corrupción y de la violencia, sin mencionar la religión falsa, están más activas que nunca antes, y es más difícil vencerlas. Muy cierto, pero prestemos un poco más de atención a lo que Juan dijo relativo a esto. Después de mencionar que la misión de Juan el Bautista era “dar testimonio acerca de la luz,” el apóstol Juan sigue diciendo: “La luz verdadera que da luz a toda clase de hombre estaba para venir al mundo.” Esto ciertamente significa que, prescindiendo de la clase de persona que uno haya sido, puede beneficiarse de ese agente de la luz. Uno no está automáticamente exento de ese beneficio, con el resultado de que la posición de uno sea desesperanzada, a menos que uno la haga así. En apoyo de esto, note las palabras adicionales de Juan. Primero reconoce que, generalmente hablando, Jesús no fue aceptado, ni por el mundo de la humanidad, aunque éste “vino a existir por medio de él,” ni al ‘venir a su propia casa lo recibió su propio pueblo (los judíos).’ Luego añade: “No obstante, a cuantos sí lo recibieron, a ellos les dio autoridad de venir a ser hijos de Dios, porque ejercían fe en su nombre.”—Juan 1:6-12.
17. ¿Qué ayuda adicional dio Jesús mismo tocante a esto?
17 Más tarde, Juan cita las propias palabras de Jesús que esclarecen todavía más esto, mostrando la responsabilidad que tiene el individuo al usar su libre albedrío en lo que toca a ejercer fe. En lo que toca a Dios, Jesús dijo que “tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” Explicando por qué los hombres en general no han aceptado, sino que han menospreciado, esta maravillosa provisión de la bondad inmerecida de Dios, con el resultado de quedar bajo un juicio de condenación, Jesús dijo además: “Ahora ésta es la base para el juicio, que la luz ha venido al mundo pero los hombres han amado la oscuridad más bien que la luz . . . Porque el que practica cosas viles odia la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean censuradas. Pero el que hace lo que es verdad viene a la luz, para que sus obras sean puestas de manifiesto como obradas en armonía con Dios.”—Juan 3:16-21.
18. ¿Cómo deberíamos decidir en cuanto a la alternativa que afrontamos?
18 Si usted ama la oscuridad más bien que la luz, si no está dispuesto a sufrir censura y corrección, ni dispuesto a reconocer la necesidad de cambiar su punto de vista y su proceder, ésa es responsabilidad de usted. Pero si usted comprende de corazón que le es necesario efectuar un cambio, si está dispuesto a aprender a practicar lo que es verdadero en armonía con la voluntad de Dios, ejerciendo así fe en Dios y en su Hijo amado, entonces lo invitamos a participar con nosotros en una consideración más amplia de este tema.
CÓMO PODEMOS IDENTIFICARNOS CON EL AGENTE PRINCIPAL DE JEHOVÁ
19. ¿De qué manera está identificada la congregación cristiana con Cristo Jesús?
19 Como ya se hizo notar, a los cristianos primitivos, bajo la dirección de los apóstoles fieles, se les hizo estar conscientes de su identificación estrecha con Cristo Jesús como Agente Principal de Dios y como cabeza de ellos. Casi cuarenta años antes de que Juan escribiera su relato del Evangelio de Jesús, Pablo había suministrado algunos detalles sobre este tema de la posición singular que Dios le había dado al “Hijo de su amor,” al decir que “él [el Hijo] es antes de todas las otras cosas y por medio de él se hizo que todas las otras cosas existieran, y él es la cabeza del cuerpo, la congregación.”—Col. 1:13-18; vea también Efesios 2:19-22.
20. ¿De qué clase de peligro advirtió Pablo, y cómo operaba?
20 Sin embargo, enseguida le pareció necesario a Pablo advertir del peligro de ‘dejarse mover de la esperanza de esas buenas nuevas que ustedes oyeron.’ Muchas veces escribió y habló de este peligro e identificó su causa básica. Dijo a los hombres de mayor edad de la congregación de Éfeso: “De entre ustedes mismos se levantarán varones y hablarán cosas torcidas para arrastrar a los discípulos tras sí.” A otra congregación escribió: “Que nadie los seduzca de manera alguna.” Seducir significa desviar, sonsacar de la rectitud o del deber, y especialmente inducir a una mujer a entregar su castidad. En armonía con esto, note lo que Pablo dijo a la congregación de Corinto: “Porque estoy celoso de ustedes con un celo piadoso, porque yo personalmente los prometí en matrimonio a un solo esposo para presentarlos cual virgen casta al Cristo. Mas tengo miedo de que de algún modo, así como la serpiente sedujo a Eva por su astucia, las mentes de ustedes sean corrompidas y alejadas de la sinceridad y castidad que se le deben al Cristo. Porque, como están las cosas, si alguien viene y predica a un Jesús que no sea el que nosotros predicamos, . . . con facilidad lo soportan.”—Col. 1:23; Hech. 20:30; 2 Tes. 2:3; 2 Cor. 11:2-4.
21. ¿Cómo fueron entrampados por Satanás tanto Adán como Eva, y qué advertencia se nos da por ello?
21 Parece que, aunque la serpiente sedujo a Eva, fue Eva misma quien sedujo a su esposo, usando su influencia con ese fin. El registro dice simplemente respecto al fruto prohibido que ella “dio de él también a su esposo cuando él estuvo con ella y él empezó a comerlo.” (Gén. 3:6) Pero no podemos imaginarnos que simplemente fue alguna clase de acción callada o llamamiento mudo de parte de ella. Aunque ambos fueron seducidos de su anterior rectitud e integridad, no fueron iguales en lo que tocó a ser engañados. Tenemos la declaración inspirada de que “Adán no fue engañado, sino que la mujer fue cabalmente engañada,” es decir, se influyó en ella de modo que creyera lo que era falso. Esto no la exoneró ni la excusó de estar “en transgresión,” porque ella sabía bien que lo que se había expresado mediante la serpiente era una contradicción de lo que Dios había dicho. (1 Tim. 2:14; Gén. 3:1-5) Observamos, pues, lo astutamente que usó Satanás sus instrumentos, tanto al principio de la historia humana, como también en los primeros días de la congregación cristiana, y no menos en nuestro día. La pregunta principal que nos interesa es: ¿Cómo podemos evitar el que se nos engañe o seduzca? Actuando de manera diferente a la primera pareja humana, queremos asegurar y conservar nuestra identificación con Jehová por medio de su Agente Principal. ¿Cómo podemos hacer esto de la mejor manera?
22. (a) ¿Cómo podemos obtener el punto de vista de Dios sobre asuntos que requieren atención y decisiones? (b) Cuando abordamos la Biblia, ¿qué peligros debemos tener cuidado de evitar?
22 Para evitar que se nos entrampe de alguna forma, tenemos que aprender a ver todas las cosas como las ve Dios. Tenemos que aprender a seguir mirando las cosas desde su punto de vista, sea en cuanto a asuntos de doctrina, o entendimiento de las condiciones mundiales, o problemas personales y decisiones sobre qué proceder emprender cuando afrontamos diversas presiones. ¿Cómo puede hacerse esto? Adhiriéndonos estrechamente a la Palabra de Dios. Eso en gran parte es la razón por la que fue escrita. Como dijo el salmista: “Tu palabra es una lámpara para mi pie, y una luz para mi vereda.” (Sal. 119:105) Sin embargo hay algo más que es importante. Muchos han prestado atención cuidadosa a la Biblia con un ojo agudo y crítico, examinándola desde el punto de vista de la sabiduría y filosofía humanas, con el resultado de que su fe, y también la fe de los que les escuchan, va minándose cada vez más en lo que toca a aceptar la autoridad de la Biblia como la Palabra inspirada de Dios. Otros, devotamente religiosos a su manera, con regularidad leen y estudian la Biblia, pero la leen como si fuera usando los ojos de otro. Es decir, ante todo aceptan el punto de vista y autoridad de una de las iglesias de la cristiandad, o de un grupo religioso de alguna clase, y entonces tienen que hacer, por fuerza, que su entendimiento de lo que leen concuerde con las tradiciones sostenidas por esa iglesia o grupo. Hay mucho de verdad en el antiguo adagio de que no hay nadie tan ciego como el que no quiere ver, y nadie tan sordo como el que no quiere oír algo que contradiga ideas acariciadas que están fuertemente atrincheradas.
23. (a) ¿Qué contraste hizo Jesús entre sus discípulos y los líderes judíos? (b) ¿Cómo mostró Jesús la relación estrecha que existe entre la actitud de corazón y la visión mental?
23 Preste atención a las palabras de Jesús sobre este punto. Respecto a los líderes judíos que estaban “versados en la Ley” y tenían la “llave de conocimiento,” él dijo: “Te alabo públicamente, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido cuidadosamente estas cosas de los sabios e intelectuales y las has revelado a los pequeñuelos. . . . nadie conoce quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo esté dispuesto a revelarlo.” Identificando entonces a estos “pequeñuelos,” Jesús se dirigió a sus discípulos y dijo: “Felices son los ojos que contemplan las cosas que ustedes contemplan.” (Luc. 10:21-23) Los líderes religiosos estaban en la mejor posición para reconocer y aceptar a Jesús como su Mesías. Sí, estaban bien versados en sus Escrituras, pero estaban mejor versados todavía y profundamente atrincherados en sus tradiciones. Sus motivos malos y egoístas influían en su entero punto de vista, pues deseaban parecer exteriormente justos a los hombres, pero por dentro estaban llenos de hipocresía y desafuero. (Mat. 23:28) Señalando con precisión la raíz de la dificultad, y mostrando la fuerte relación que existe entre la actitud correcta de corazón y el poder ver bien con visión clara y ser guiados correctamente por ella, Jesús dijo a estos líderes y a sus apoyadores: “Bien sé que no tienen el amor de Dios en ustedes. . . . ¿Cómo pueden creer ustedes, cuando aceptan gloria unos de otros y no buscan la gloria que proviene del único Dios?” Si el ojo físico o el ojo mental está proporcionando una visión deformada debido a un defecto malo o motivo malo, entonces eso afectará la vida entera y todo el proceder de esa persona y es probable que acaben en desastre. Como Jesús lo expresó en el Sermón del Monte: “La lámpara del cuerpo es el ojo. Si, pues, tu ojo es sencillo, todo tu cuerpo estará brillante; pero si tu ojo es inicuo, todo tu cuerpo estará oscuro. Si en realidad la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande oscuridad es ésa!”—Juan 5:42-44; Mat. 6:22, 23.
24. Al buscar el punto de vista y la bendición de Dios, ¿qué pasos tenemos que dar, y qué estímulo se nos da?
24 Se ve, pues, que además de adherirnos estrechamente a la Palabra de Dios, también es preciso que tengamos muy presente la necesidad de mantener una actitud correcta de corazón y mente con toda sinceridad y humildad. Es preciso que estemos dispuestos a mirar las cosas bajo un nuevo aspecto, también a ajustar o corregir nuestro proceder según lo que se exige, para ponernos plenamente en armonía con el propio punto de vista de Dios como se enseña en la Biblia. Esto forzosamente llevará a una identificación estrecha de parte nuestra con Jehová y con su Agente Principal. Con un motivo tan digno, podemos esperar con gran interés y confianza un examen de otros detalles de las Escrituras, recordando lo que Jesús dijo, a saber: “Sigan pidiendo, y se les dará; sigan buscando, y hallarán; sigan tocando, y se les abrirá.”—Luc. 11:9.
[Nota]
a Concordance de Strong: Diccionario griego, pág. 16, números 746, X747.
[Ilustración de la página 45]
El derramamiento del espíritu de Dios sobre Jesús después de su bautismo lo identificó como el Ungido de Dios
[Ilustración de la página 49]
La serpiente sedujo a Eva por su astucia. Podemos evitar los lazos de Satanás viendo todas las cosas desde el punto de vista de Dios