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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1981 | 15 de marzo
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de todos, incluso los 144.000 matriculados. Por lo tanto, es preciso que los miembros en perspectiva de la “congregación” glorificada pasen por un período de juicio antes de que sean aprobados por Jehová el Juez Supremo. Eso explica por qué, inmediatamente después de mencionar a Jehová, el versículo pasa a decir: “y a las vidas espirituales de justos que han sido hechos perfectos.” Los miembros de la “congregación” cristiana engendrada por espíritu son quienes han sido justificados por fe. (Rom. 5:1; 8:1-4) Por eso se hace referencia a ellos como “justos que han sido hechos perfectos.”
Por consiguiente, se les exhorta a que “presenten sus cuerpos en sacrificio vivo, santo, acepto a Dios, un servicio sagrado con su facultad de raciocinio.” (Rom. 12:1) Así ‘salen a él fuera del campamento, soportando el vituperio que él soportó.’ (Heb. 13:13) Estos cristianos engendrados por espíritu realmente tienen “vidas espirituales” ahora en la Tierra y reciben la exhortación de andar en conformidad con el espíritu por el cual fueron engendrados.
El apóstol Pablo se refiere a las “vidas espirituales” de estos cristianos justificados en el mismo capítulo, en Hebreos 12:9, donde dice: “¿No hemos de sujetarnos mucho más al Padre de nuestra vida espiritual y vivir?” El texto en griego dice literalmente: “El Padre de los espíritus.” Él es el padre de la congregación engendrada por espíritu a la cual Pablo estaba escribiendo y por eso la Traducción del Nuevo Mundo parafrasea la expresión aquí dándole una nota personal, al decir “Padre de nuestra vida espiritual.” Esta expresión antecede a Hebreos 12:23 por 14 versículos, de modo que está en el contexto inmediato.
En Hebreos 12:1 el apóstol Pablo aparta la atención de sobre los hombres y mujeres fieles de tiempos precristianos a quienes había estado considerando y la dirige a la congregación cristiana engendrada por espíritu y al derrotero de servicio divino que se extendía ante estos cristianos engendrados por espíritu. Por eso, en Hebreos 12:23 no está volviendo a lo que había estado considerando en el Heb capítulo 11. En vista de estos hechos la expresión “las vidas espirituales de justos que han sido hechos perfectos” presenta a la “congregación de los primogénitos que han sido matriculados en los cielos” desde un punto de vista diferente y por lo tanto no es una repetición innecesaria de lo que se ha dicho en el Heb 12 versículo 22. Por eso, no es necesario tratar de aplicar esa expresión a otra clase de personas temerosas de Dios como los hombres y mujeres fieles de tiempos pasados desde Abel hasta Juan el Bautizante.
Se ve más claramente que Pablo limita la aplicación de todo el contenido de Hebreos 12:22, 23 a la congregación cristiana engendrada por espíritu cuando pasa a decir: “Y a Jesús el mediador de un nuevo pacto, y a la sangre de la rociadura, que habla de una manera mejor que la sangre de Abel.” (Heb. 12:24) La congregación engendrada por espíritu está en ese nuevo pacto y por consiguiente Jesús es el mediador de ellos. Los de esa congregación son aquellos sobre quienes la “sangre” de Jesucristo se ha rociado en sentido espiritual de modo que produce mejores efectos en el caso de ellos que los que produciría la sangre del Abel martirizado. (Heb. 11:4) Es decir: realmente se les ha justificado o declarado justos actualmente por la fe que tienen en esa sangre.—Rom. 5:9.
En armonía con todo esto, Pablo pasa a dirigirse en Hebreos 12:25-28 a los de la congregación engendrada por espíritu y los exhorta a demostrar que son dignos de su reino celestial, el cual es la “ciudad del Dios vivo, . . . Jerusalén celestial,” a la cual se han acercado. Actualmente el resto de la congregación engendrada por espíritu compuesta de 144.000 miembros está mucho más cerca de las cosas que Pablo enumera en los Heb 12 versículos 22 y 23 de lo que lo estuvieron los cristianos hebreos del primer siglo. Y una grande muchedumbre de “otras ovejas” se regocija con los del resto de que esto sea así. Realmente, esta “grande muchedumbre” hoy anda por fe justamente de la misma manera en que lo hicieron los hombres y mujeres fieles de tiempos precristianos.
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¿Cómo debe disciplinarse a los hijos?La Atalaya 1981 | 15 de marzo
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¿Cómo debe disciplinarse a los hijos?
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