El arrepentimiento que conduce de regreso a Dios
“La cualidad bondadosa de Dios está tratando de conducirte al arrepentimiento.”—Rom. 2:4.
1, 2. ¿Qué debemos comprender acerca del pecado y de cómo Dios lo ve?
CADA uno de nosotros puede recibir estímulo de las siguientes palabras del salmista David:
“Jehová es misericordioso y benévolo,
Tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa.
No ha hecho con nosotros aun conforme a nuestros pecados;
Ni conforme a nuestros errores ha traído sobre nosotros lo que merecemos.
Como un padre muestra misericordia a sus hijos,
Jehová ha mostrado misericordia a los que le temen.
Pues él mismo conoce bien la formación de nosotros,
Acordándose de que somos polvo.”—Sal. 103:8, 10, 13, 14.
2 Aunque Dios reconoce que todos somos pecadores, él quiere ayudarnos y está dispuesto a perdonar. (Sal. 32:1, 2) Sin embargo, el concepto que tenemos de Dios no sería exacto si no aceptáramos su entero modo de ver el pecado. Aunque el Salmo 103 nos asegura que Jehová “está perdonando todo [nuestro] error,” también indica las obligaciones que tenemos, al decir: “La bondad amorosa de Jehová es desde tiempo indefinido aun hasta tiempo indefinido para con los que le temen, . . . para con los que se acuerdan de sus órdenes para llevarlas a cabo.”—Sal. 103:3, 17, 18.
3. ¿Por qué es vital el arrepentimiento?
3 ¿Qué hay si una persona comete pecado serio, y no se arrepiente y busca la misericordia paternal de Dios, sino que sigue en pos del pecado? Éxodo 34:6, 7 nos da una descripción de Jehová. Después de subrayar la misericordia de Dios y el hecho de que es tardo para la cólera y está dispuesto a perdonar el error, añade: “Pero de ninguna manera dará exención de castigo.” (Compare con Números 25:1-5; Ezequiel 33:12, 13.) Por lo tanto, no debemos abusar de su misericordia ni darla por sentado. Entonces, ¿qué debe hacer el adorador verdadero si cae en el pecado?
DANDO PASOS DE REGRESO A DIOS
4. ¿Cómo podemos conseguir perdón? (2 Cró. 7:13, 14)
4 El cristiano que ha pecado contra la ley de Dios necesita perdón. ¿Quién puede extendérselo? En realidad, solamente Dios puede hacer eso. El apóstol Juan escribió: “Si confesamos nuestros pecados [a Dios], él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda injusticia.”—1 Juan 1:9; 2:1.
5, 6. ¿Qué consejo se da en Santiago 5:14–16, y por qué es razonable que siga ese consejo el que ha cometido un mal?
5 En el caso de haberse cometido un pecado serio, Dios aconseja prudentemente que el cristiano ‘que confiesa sus pecados’ debe dar un paso adicional. En un contexto que patentemente se refiere a enfermedad espiritual relacionada con “pecados,” el discípulo Santiago escribió: “¿Hay alguno enfermo entre ustedes? Que mande llamar a los ancianos de la congregación, y que ellos oren sobre él, . . . Y la oración de fe sanará al indispuesto, y Jehová lo levantará. También, si hubiere cometido pecados, se le perdonará.”—Sant. 5:14-16.
6 Este paso es razonable, porque el cristiano que ha sucumbido al pecado serio manifiesta hasta cierto grado debilidad espiritual, y que necesita ayuda. Podría derivar provecho de las oraciones de fe de los “ancianos de la congregación.” Además, estos hermanos están capacitados para ofrecerle consejo y ayuda de la Biblia para que pueda recobrar su fuerza espiritual. Adicionalmente, algunas transgresiones vienen a ser pecados contra la congregación cristiana, puesto que acarrean vituperio y causan tristeza al pueblo de Dios. Cuando esto sucede es más apropiado aún que el pecador busque la ayuda de los ancianos.—2 Cor. 2:10.
7. ¿Cómo se alerta a los ancianos al hecho de que se ha cometido un mal, para que puedan prestar ayuda? (Pro. 28:23; 29:24)
7 Manifiesta sabiduría y humildad de parte del cristiano culpable de algún pecado grave el que él se acerque por su propia cuenta a los ancianos. “El que está encubriendo [“que oculta,” Nácar-Colunga] sus transgresiones no tendrá éxito, pero al que las está confesando y dejando se le mostrará misericordia.” (Pro. 28:13) A veces, debido a vergüenza, a un sentimiento de culpa o por falta de tristeza sincera el pecador no se acerca a los ancianos, como aconseja Santiago que lo haga. Cualquier cristiano que esté enterado del pecado debe animar al malhechor a apartarse de su error y a buscar la ayuda espiritual que necesita. Si el malhechor todavía rehúsa ir a los ancianos, el otro cristiano debe alertar a éstos para que puedan proveer la ayuda que se necesita. Todos los cristianos deben querer hacer “volver a un pecador del error de su camino” y así ‘salvarle de la muerte el alma.’—Sant. 5:19, 20.
CENSURANDO CON LA PALABRA DE DIOS
8. ¿Cómo proceden los ancianos al encargarse de una reunión de comité?
8 Cuando el comité judicial se reúne para considerar algún mal que se haya cometido, acuden a Jehová en oración para conseguir su guía. De la manera apropiada para pastores amorosos, los ancianos pacientemente consideran con la persona qué problema parece haber, o qué mal se ha cometido. (Efe. 5:1, 2; 1 Ped. 5:2, 3) Aun cuando haya testigos que establezcan el hecho de que se ha cometido el mal, el comité judicial anima a la persona a considerar francamente, no solo el mal que haya cometido, sino también lo que la haya llevado a hacerlo y lo que piensa acerca de ello. (Deu. 19:15; Juan 8:17) ¿Por qué es necesario esto?
9, 10. Cuando hay una audiencia de comité respecto a un mal que se haya cometido, ¿qué están esforzándose por hacer los ancianos? (Sal. 51:13)
9 Aunque los ancianos que escuchan el caso establecen la culpa o convencen a alguien de que ha cometido un mal, están principalmente interesados en ayudar a su hermano cristiano que se ha descarriado. Quieren moverlo a arrepentirse para que ‘venga refrigerio de parte de la persona de Jehová.’ (Hech. 3:19) Si la persona no confiesa el mal, no reconoce la naturaleza grave de lo que ha hecho ni ve la necesidad de arrepentirse, es posible que los ancianos tengan que presentar evidencia convincente respecto al pecado de ésta y respecto a la justicia.’ (Compare con Juan 16:8.) Pero al dar esa censura que está en armonía con la voluntad de Dios no deben ser vengativos ni ásperos. La Biblia insta: “Censura, corrige, exhorta, con toda gran paciencia y arte de enseñar.” (2 Tim. 4:1, 2) Puede que los ancianos, por su modo de censurar firme, bondadoso y paciente, logren llegar al corazón del pecador, y así ayudarlo a odiar el mal y volverse a Dios.—Jer. 3:12, 13.
10 Podemos aprender del ejemplo que nos dio Esdras. Él mostró claramente a los judíos el error que habían cometido. No lo hizo principalmente para avergonzarlos, sino para conseguir que desistieran, para llegar al corazón de ellos e incitarlos a odiar el mal y a arrepentirse. Era preciso que hicieran una confesión a Jehová y que obraran de acuerdo con ella por medio de hacer lo que pudieran para anular el efecto de su mal. (Esd. 10:7-14) Así mismo, el comité que está encargado de un caso de pecado craso quiere ayudar al malhechor a ver la seriedad del mal y a sentir en su corazón la necesidad de arrepentirse.—Isa. 1:18.
“CENSURA DELANTE DE TODOS LOS PRESENTES”
11. ¿Quiénes necesitan censura bíblica?
11 Con respecto a las reuniones judiciales que se celebran con los malhechores, los ancianos aplican estas palabras del apóstol Pablo a Timoteo: “Censura delante de todos los presentes [literalmente, “a la vista de todos”] a las personas que practican el pecado, para que los demás también tengan temor.” (1 Tim. 5:20) Estos malhechores son personas que “persisten en pecar” (Versión Valera de 1960) o “que siguen pecando” (Versión Popular) hasta el mismo tiempo en que realmente se da la censura.
12. ¿Cómo aplica el comité judicial el consejo que se da en 1 Timoteo 5:20?
12 En el primer siglo, Timoteo, como delegado autorizado del apóstol Pablo, podía cumplir personalmente, ‘a la vista de todos’ los que tenían que ver con el caso, y estando presente el malhechor, aquella instrucción escrita. Hoy día cuando hay que dar esta clase de censura, generalmente la provee un comité de ancianos designado, en vez de una sola persona. Es posible que el asunto no tenga que ver necesariamente con la congregación entera. Hacia el fin de la reunión del comité judicial, después que se haya establecido la culpa, los ancianos ofrecen censura bíblica respecto al mal que se haya cometido. Tienen presentes allí a los testigos que hayan testificado acerca del pecado, y se invita a estas personas informadas a oír la censura bíblica. Así se ofrece la censura “delante de todos los presentes” o ‘a la vista de todos.’ De este modo se puede ayudar a éstos, “los demás” mencionados en 1 Timoteo 5:20, a tener un temor sano respecto al pecado, a ver la necesidad de evitar el pecado y las circunstancias que pueden conducir a cometerlo.
¿ESTÁ ARREPENTIDO?
13. ¿A qué desafío se enfrentan los ancianos al tratar con el pecado serio?
13 Entre los mayores desafíos a los que se enfrentan los ancianos encargados de casos en que se ha cometido un mal está el de decidir si el pecador muestra verdadero arrepentimiento. Es preciso que no juzguen simplemente por las apariencias superficiales. Por lo tanto, puesto que no pueden leer los corazones, tienen que ejercer gran discernimiento, equilibrio y sabiduría al evaluar el mal, la relación de éste con la ley de Dios y lo que el pecador dice y hace.
14, 15. ¿Por qué deben tener cuidado los ancianos al decidir si alguien está arrepentido o no?
14 Los ancianos no deben llegar apresuradamente a la conclusión de que existe arrepentimiento. ¿Por qué? Pues, si equivocadamente juzgan que el pecador se ha arrepentido, eso puede tener un efecto perjudicial en todo el rebaño. Pero, en contraste, sírvase notar un ejemplo bíblico en el cual estuvo envuelto un malhechor de la congregación corintia. Después de haber pasado cierto tiempo expulsado, fue restablecido porque estaba verdaderamente arrepentido. Entonces, ¿cómo tratarían con él los hermanos? Puesto que los corintios confiaban en el juicio a que se había llegado de que él estaba arrepentido, se les animó bondadosamente a ‘perdonarlo y consolarlo,’ ‘confirmando su amor para con él.’ (2 Cor. 2:6-8) Lo mismo es cierto hoy día cuando el comité concluye que el malhechor está arrepentido. Pero si se hubiesen equivocado al juzgar el asunto y hubiesen traído de vuelta a la congregación un malhechor que no hubiese estado verdaderamente arrepentido, habrían estado poniendo en peligro la pureza moral y espiritual del rebaño entero.—1 Cor. 5:6.
15 ¿Qué puede esperar ver el comité en el malhechor para determinar si el malhechor está verdaderamente arrepentido? La persona que está arrepentida no trata de minimizar ni justificar su mal proceder. En su mente reconoce lo malo que ha sido lo que ha hecho, y en su corazón siente profunda pena por haber pecado contra Dios. (Jer. 3:25; Hech. 3:19) Se ve, pues, que los ancianos encargados del caso tienen que asegurarse de que exista esta pena o tristeza.
16, 17. (a) ¿Qué diferencia hay entre la “tristeza del mundo” y la ‘tristeza piadosa’? (Heb. 12:16, 17) (b) ¿Cómo influirán en el juicio que emitan los ancianos las lágrimas o señales de emoción?
16 Tal vez los ancianos tengan que distinguir entre la “tristeza del mundo” y la “tristeza de manera piadosa [que] obra arrepentimiento para salvación.” (2 Cor. 7:10) Una persona culpable de haber cometido algún mal pudiera sentir cierta tristeza ante el fracaso personal, o vergüenza debido a que su falta haya quedado expuesta, o pudiera sentirse deprimida ante la posibilidad de tener que encararse a la disciplina. Pero esta “tristeza del mundo” no significa que la persona esté triste por haber pecado contra Dios o por haber acarreado vituperio a Dios y a Su pueblo, actitudes que indican ‘tristeza piadosa.’ Aunque Esaú derramó lágrimas porque perdió su primogenitura, Jehová sabía que Esaú no estaba verdaderamente arrepentido de corazón. Por eso, si una persona culpable de un pecado serio se deshace en lágrimas, los ancianos tienen que determinar si lo hace por ‘tristeza piadosa’ o no. Puede ser que sí. En el día de Esdras la gente ‘lloró profusamente’ después de oír la sincera oración que él hizo respecto al pecado que la gente había cometido, y Pedro lloró amargamente por haber negado a Jesús.—Gén. 25:29-34; 27:34; Esd. 10:1; Luc. 22:59-62.
17 Estos ejemplos bíblicos subrayan la razón por la cual los ancianos no pueden limitarse a una manifestación de emoción como la base para juzgar. Las personas difieren unas de otras en cuanto a temperamento y dominio de sí mismas. Por eso, sea que haya lágrimas o no, lo importante es que al malhechor se le haya conmovido el corazón, que tenga un espíritu de agonía o sentimiento de profunda pena debido a haber ofendido a Jehová y causado daño a su relación con Dios. (Sal. 51:1-4) Por consiguiente, los ancianos probablemente querrán saber si el malhechor le ha confesado el mal en oración a Jehová, y ha buscado el perdón de Dios, como lo hizo David.—Sal. 32:3-5; 41:4; Jer. 31:19.
18. ¿Qué aspectos respecto a confesión hay que pesar en este asunto?
18 Si el malhechor ha presentado voluntariamente una confesión a los “ancianos de la congregación,” eso puede ser una indicación útil respecto a la condición de su corazón. (Sant. 5:14, 16) Pero, ¿qué hay si no ha confesado voluntariamente y el asunto ha tenido que establecerse por medio de ponerlo frente a la prueba o al testimonio de testigos? Todavía hay posibilidad (allí en la reunión) de llegarle al corazón de modo que reconozca su pecado. (Note el ejemplo del arrepentimiento de David respecto a su pecado con Bat-seba, en 2 Samuel 12:1-13.) Pero, especialmente en aquellos casos en que haya sido necesario censurar extensamente al malhechor antes que éste empezara a hacer expresiones iniciales de arrepentimiento deben ejercer cuidado los del comité. Tendrían que estar convencidos de que ha habido un cambio en la condición de corazón del malhechor y de que éste tiene un celo que haya de llevarlo a corregir o enderezar el mal que ha cometido, y que él está absolutamente resuelto a evitar tal mal en el futuro.—2 Cor. 7:10, 11; Rev. 3:19.
19. ¿Cómo debe sentirse el malhechor arrepentido respecto a la congregación?
19 El malhechor debe sentir pesar por la deshonra que le ha acarreado a la congregación de Dios. Cuando David cometió el pecado de hacer el censo y se dio cuenta de lo que había hecho, reconoció el acto insensato que había cometido. Entonces, cuando vio los resultados drásticos que esto tuvo en toda la nación, se sintió impelido a decir: “Mira que yo, soy el que he pecado y yo soy el que he hecho mal; pero estas ovejas... ¿qué han hecho ellas?” (2 Sam. 24:10, 17) Así, pues, ¿manifiesta el malhechor remordimiento genuino debido al vituperio, los problemas y la tristeza que haya ocasionado a la congregación?
“OBRAS PROPIAS DEL ARREPENTIMIENTO”
20-22. (a) Qué “obras,” o “fruto,” examinarán los ancianos? (b) Ilustre la manera en que una persona arrepentida pudiera producir tal “fruto.”
20 El apóstol Pablo exhortó a las personas a ‘arrepentirse y volverse a Dios, haciendo obras propias del arrepentimiento.’ (Hech. 26:20) En los días de Nehemías, cuando los judíos se arrepintieron de haber tomado esposas extranjeras, tomaron acción definitiva que reflejaba el arrepentimiento. (Neh. 9:1, 2; compare con Jonás 3:5-10.) Por consiguiente, al tratar los ancianos con un caso de pecado craso, se interesarán en saber si el malhechor ha ‘producido fruto propio de arrepentimiento.’—Mat. 3:8.
21 Si el culpable ha pecado contra otro individuo, ¿le ha confesado su pecado a esta persona y le ha pedido perdón? Por ejemplo, en el caso de haber cometido adulterio, ¿ha hecho una confesión a su cónyuge inocente y le ha pedido perdón? O si el malhechor es culpable de fraude, ¿ha dado paso alguno para compensar por la pérdida que ha causado a otra persona? En algunas circunstancias tal vez no pueda reparar todo el daño que ha causado, pero, ¿presenta señales de que dará pasos razonables para compensar por cualquier pérdida? (Luc. 19:8) El punto es éste: ¿hasta qué grado ha producido la persona culpable el “fruto propio de arrepentimiento”?
22 Tal vez el pecado se haya debido a no haber hecho caso del consejo bíblico. Por ejemplo, quizás el culpable haya participado con regularidad en diversión con compañeros de trabajo mundanos, y esta asociación malsana lo haya conducido a la inmoralidad. Entonces, ¿ha abandonado esa asociación el que ha errado? (Pro. 13:20; 1 Ped. 4:3, 4) Además, ¿ha hecho el esfuerzo de reunirse con regularidad con el pueblo de Dios, y ha manifestado un deseo sincero de alabar a Dios como adorador puro? Ninguno de estos ‘frutos’ de por sí es el único criterio por el cual se decide si el pecador está arrepentido o no. Los ancianos se interesarían en ver que el individuo tenga asociación sana, que asista a las reuniones cristianas y sea celoso en el servicio del campo, porque aceptan el punto de vista de Dios de que debe haber “obras propias del arrepentimiento.”
23. ¿Qué tiene que considerar el comité en el caso del pecado repetido?
23 El comité judicial debe estar intensamente interesado en mantener limpia la congregación y debe ejercer cuidado especial si el malhechor ha llevado a cabo en secreto pecado craso durante largo tiempo. Lo mismo sería cierto si se estuviera tratando con una persona que hubiera establecido un patrón de pecar y luego al parecer se hubiera arrepentido. Puede que esta persona haya obrado mal varias veces, pero, porque pareció que se había arrepentido, se le haya censurado cada vez y se le haya permitido permanecer en la congregación. Ahora ha vuelto a pecar. En casos como éste, los ancianos, puesto que están pensando también en el bienestar de todo el rebaño, tienen que considerar si la vida del pecador verdaderamente da señales de que éste está produciendo “fruto propio de arrepentimiento.” ¿No ha manifestado esta persona por su modo de vivir que es muy dudoso el que ella pertenezca a la congregación de Dios?—Sal. 119:104; Rom. 12:9.
24. ¿Qué cosa determina si es menester celebrar más reuniones con un malhechor? (Ose. 5:4; Mat. 21:30)
24 A veces el pecador es empedernido o belicoso, y no manifiesta verdadero arrepentimiento a pesar de los esfuerzos sinceros y pacientes de los ancianos. (Ecl. 8:11) Estos no tienen la obligación de reunirse vez tras vez con tal malhechor como si estuvieran rogándole o, por medio de súplicas, tratando de hacer que se arrepintiera. Pero en algunos casos los ancianos quizás piensen que es necesario volver a reunirse con el pecador, si no hay prueba clara de cómo se siente, qué motivos tiene, y si hay o no arrepentimiento. Después que él haya tenido tiempo para orar y reflexionar sobre la consideración bíblica que se haya tenido en la reunión, puede que quede clara la cuestión de su arrepentimiento.
25. ¿Por qué es pesada la responsabilidad que tienen los ancianos al manejar casos?
25 La responsabilidad de los ancianos respecto a determinar si hay arrepentimiento verdadero es pesada. Ellos deben mostrar misericordia y ayudar a los que se han descarriado y que están verdaderamente arrepentidos. Pero también tienen que ejercer cuidado para no mostrar compasión inmerecida que pudiera resultar en que en la congregación quede “levadura” peligrosa.—Gál. 5:9.
AYUDANDO A LA CONGREGACIÓN
26. ¿Cómo pudieran manejarse algunos casos si son pocas las personas que están enteradas del mal?
26 En algunos casos un pecado grave no ha llegado a conocerse comúnmente, y probablemente no llegue a conocerse así. Tal vez solo unas cuantas personas estén enteradas del pecado, como, por ejemplo, miembros cercanos de la familia o los pocos testigos. (Aunque éstos son “los presentes,” se les debe hacer comprender que el chismear acerca del asunto sería un acto falto de amor.) Por eso, una vez que el comité judicial esté seguro de que el malhechor está arrepentido, no hay por qué hacer más público el asunto, pues todos “los presentes” han oído la censura bíblica sobre el asunto, y el pecador está arrepentido.
27, 28. ¿Cuándo puede ser aconsejable informar a la congregación que alguien ha sido censurado?
27 En otros casos puede ser que muchos miembros de la congregación y/o de la comunidad sepan del pecado. O el pecado puede ser de tal índole que, con el tiempo, sin duda haya de llegar a conocerse generalmente. Es necesario manejar de otra manera un caso de este tipo. Para que toda la congregación pueda sentirse tranquila, es preciso que sepa que el asunto está recibiendo la debida atención. Además, todos podrán sacar provecho del consejo bíblico que puede ayudarles a tener la actitud saludable de temer incurrir en pecado.
28 O tal vez haya un caso en que a los ancianos les parezca que debe ejercerse cierto grado de cautela. Por ejemplo, aunque cierto malhechor esté genuinamente arrepentido ahora, tal vez en el pasado haya mostrado debilidades respecto a su resolución de evitar el camino que lleva al pecado. Por eso, en el interés de que la congregación no vaya a ser puesta en peligro por alguien que llegara a ser una influencia corruptora en medio de ella, el comité de ancianos pudiera decidir que debiera pronunciarse un discurso informativo basado en la Biblia.
29, 30. (a) ¿Cómo informarán los ancianos a la congregación? (b) ¿Qué provecho puede venir como resultado de manejar algunos casos de esta manera?
29 En cualquiera de estas dos situaciones, los ancianos de la congregación pueden hacer arreglos para tratar el asunto en la reunión de servicio semanal, no en otras reuniones. En la reunión de servicio se podría anunciar que el comité judicial ha censurado al que antes era malhechor y que éste ha demostrado arrepentimiento. Además, quizás el comité judicial juzgue necesario imponer ciertas restricciones. Entre éstas pudiera estar el no asignarle partes en las reuniones, el no representar a la congregación en oración o, tal vez, no leer textos de la Biblia ni comentar en las reuniones. Si el comité ha impuesto algunas restricciones, puede informar a los ancianos si le parece que éstas deban anunciarse a la congregación. Estas restricciones pueden levantarse gradualmente en el futuro.
30 La misma noche en que se hace el anuncio, pero más tarde en el programa de la reunión de servicio, un anciano asignado podría pronunciar un discurso bíblico firme. No debe mencionar al malhechor por nombre ni revelar ningún detalle específico de la información confidencial que haya salido a luz en la reunión del comité judicial. Pero podría considerar lo que la Palabra de Dios dice acerca del tipo de error o pecado envuelto en este caso, el peligro que representa y como evitarlo. Toda la congregación puede sacar provecho de tal amonestación bíblica.—2 Tim. 4:1,2.
31. ¿Qué actitud deberíamos tener para con el punto de vista que Dios tiene del arrepentimiento?
31 Todos nosotros debemos agradecer profundamente el hecho de que Jehová este dispuesto a aceptar el arrepentimiento genuino. Ciertamente no debemos ‘aceptar la bondad inmerecida de Dios y dejar de cumplir su propósito.’ (2 Cor. 6:1) En caso de que alguien haga eso y se entregue al pecado y no se arrepienta, Dios dirige a la congregación a que dé pasos más decisivos. Se tratará de éstos en nuestro número siguiente.
[Recuadro en la página 30]
¿QUÉ APRENDIÓ USTED ACERCA DEL ARREPENTIMIENTO?
Si cometemos un pecado serio, es preciso que se lo confesemos a Dios, y también debemos aplicar el consejo que nos da su Palabra de procurar la ayuda de los “ancianos.”
En una reunión del comité judicial, los ancianos tratan de establecer la culpa y se esfuerzan por ayudar al malhechor a arrepentirse.
En esta reunión, ‘el censurar delante de todos los presentes’ tiene que ver con los que están allí como testigos o que están enterados del pecado.
La persona que está verdaderamente arrepentida se ha conmovido desde el corazón por haber pecado contra Dios y Su pueblo y por haberles acarreado vituperio.
Los ancianos buscarán prueba de que hay “obras propias del arrepentimiento.”
Aunque el comité está interesado en ayudar al malhechor, también está muy interesado en proteger a la congregación contra la corrupción.