Sujeción a “autoridades superiores”—¿por qué?
“Toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores, porque no hay autoridad a no ser por Dios; las autoridades que existen están colocadas en sus posiciones relativas por Dios.”—Rom. 13:1.
1. ¿Cómo obró en armonía con la voluntad y profecía de Dios la sujeción de José y María a los poderes políticos del mundo?
EN EL año 2 a. de la E.C. José el hijo de Jacob y su esposa encinta, María la hija de Heli, se sujetaron al decreto del emperador romano César Augusto. Fueron a ser registrados en su ciudad natal de Judea. De modo que sucedió que su hijo, Jesucristo, nació en Belén. Esto fue de acuerdo con la voluntad del Padre celestial de Jesús, Jehová Dios, quien había predicho mediante el profeta Miqueas con siete siglos de anticipación que su Hijo nacería allí. (Miq. 5:2; Mat. 1:1, 16, 18; Luc. 2:1-7; 3:23) Así la sujeción a los poderes políticos en este respecto no obró de manera contraria a la voluntad y propósito de Dios, aunque los judíos en Palestina todavía estaban sujetos a los Diez Mandamientos y a otras leyes que Jehová Dios les había entregado por medio de su profeta Moisés.
2. ¿Entre qué dos sistemas de leyes tenían que hacer un ajuste los judíos, y qué regla perfecta para esto les declaró Jesús?
2 Ya que los judíos estaban bajo la ley superior de Dios, tenían que ajustarse a la ley del gobierno imperial que entonces dominaba la tierra de Judá y Galilea, manteniendo el orden y cobrando impuestos y tributo. La regla perfecta para hacer este ajuste fue declarada por Jesucristo a un grupo de judíos, algunos de los cuales estaban a favor del Imperio Romano y otros de los cuales estaban en contra de él. Jesús les dijo: “Por lo tanto, paguen de vuelta las cosas de César a César, pero las cosas de Dios a Dios.” (Mat. 22:15-22) Ni los judíos en pro del Imperio ni los judíos en contra del Imperio podían poner reparos a esta regla.
3. ¿Por qué tienen que obedecer todavía esa regla perfecta los cristianos a pesar de lo que ha significado el año 1914?
3 Los Césares del Imperio Romano perecieron con ese imperio hace mucho, pero lo que fue representado por César en aquellas palabras que Jesús habló hace diecinueve siglos todavía subsiste-no solo el imperialismo y el colonialismo, sino el gobierno político de este mundo. Esto es cierto aun desde 1914 d. de J.C., cuando terminaron los Tiempos de los Gentiles o “los tiempos señalados de las naciones,” así como predijo Jesús en su profecía sobre el fin de este sistema de cosas mundano. (Luc. 21:5-7, 24) Por consiguiente la regla orientadora según la declaró Jesús todavía tiene que respetarse y obedecerse hoy, en particular por los cristianos dedicados y bautizados como son los testigos de Jehová. No solo existen todavía las naciones, sino que Dios también existe, y todas las naciones sobre la Tierra están en juicio delante de él desde 1914. Las personas que son semejantes a ovejas en su disposición para con Dios seguirán la regla de pagar de vuelta a César solo las cosas de César pero a Dios todas las cosas de Dios. Como apóstoles cristianos, Pablo y Pedro se adhirieron a esta regla y escribieron en apoyo de ella.—Mat. 25:31-40.
4. (a) ¿Cuándo y a quién escribió Pablo acerca de este punto en disputa, y por lo tanto con referencia a qué gobernantes? (b) ¿Entendieron a Pablo los que recibieron su carta, y qué hay de los cristianos hoy?
4 Alrededor del año 56 Pablo escribió a la congregación cristiana en la misma capital del Imperio Romano. En el Ro capítulo trece de su carta él trató especialmente de este punto en disputa. Esto fue más de doscientos años antes de que la llamada cristiandad llegara a existir (en el siglo cuarto). Pablo escribió en medio del Imperio Romano pagano, antes de que hubiera llamados reyes cristianos que pretendieran gobernar por derecho divino y “por la gracia de Dios.” De modo que Pablo escribió a los cristianos de Roma, no acerca de los gobernantes políticos de la cristiandad, sino acerca de los gobernantes paganos como César y sus gobernadores y reyes de naciones individuales. En Roma en particular los cristianos tenían que entender bien esta pregunta: Los gobernantes mundanos no son cristianos y no están dedicados a Jehová Dios, y no obstante, ¿deben algo los cristianos a tales gobernantes existentes que tienen dominio del país, sí, también, del país de Palestina y de su ciudad de Jerusalén? Por causa del cristianismo la congregación romana tenía que entender bien este asunto polemístico y obrar con su conciencia iluminada. En su carta a los de ésta Pablo trató con reflexión el asunto. Ciertamente él se hizo entender de ellos y ellos entendieron lo que él escribió. Y no obstante hoy, diecinueve siglos después, hay polémica a causa de lo que Pablo dio a entender, como recientemente se llamó por la fuerza a la atención del mundo por un suceso religioso en la Alemania dividida.a
5, 6. (a) ¿Para provecho de quiénes escribió Pablo Romanos 13:1-7, pero qué pregunta surge en conexión con esto? (b) ¿Qué nos ayudará a conseguir la contestación correcta a la pregunta, y por lo tanto qué hacernos ahora?
5 Pablo escribió “a todos los que están en Roma como amados de Dios, llamados para ser santos,” y por eso escribió para provecho de la congregación cristiana. (Rom. 1:7) Pero no todas las cosas que discute en esta carta se hallan dentro de la congregación. La pregunta importante hoy es: ¿Se hallan las cosas de que Pablo escribió en Romanos, capítulo trece, versículos 1 al 7, dentro de la congregación o fuera? Entre otras cosas, los versículos que llevan hasta el capítulo trece nos ayudarán a determinar esto. Debemos recordar que Pablo no dividió su carta en versículos y capítulos; él la escribió como una carta, no como un libro moderno ni como una Biblia de estilo moderno. No tenemos prueba de que haya dividido lo que ahora es el Ro capítulo 13:1-7 de lo que le antecede. Por eso, para entender el contexto introductivo, leamos, sin interrupción, desde lo que ahora es capítulo Ro 12:17-13:7 hasta capítulo 13:7, como sigue:
6 “No devuelvan mal por mal a nadie. Provean cosas excelentes a la vista de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, sean pacíficos con todos los hombres. No se venguen, amados, sino cédanle lugar a la ira; porque está escrito: ‘Mía es la venganza; yo recompensaré, dice Jehová.’ Pero, ‘si tu enemigo tiene hambre, aliméntalo; si tiene sed, dale algo de beber; porque al hacer esto amontonarás brasas ardientes sobre su cabeza.’ No te dejes vencer por el mal, sino sigue venciendo el mal con el bien. Toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores, porque no hay autoridad a no ser por Dios; las autoridades que existen están colocadas en sus posiciones relativas por Dios. Por lo tanto, el que se opone a la autoridad se ha puesto en contra del arreglo de Dios; los que se han puesto en contra de éste recibirán juicio para sí mismos. Porque los que gobiernan son objetos de temor, no para la obra buena, sino para la mala. ¿Quieres, pues, no tener temor de la autoridad? Sigue haciendo lo que es bueno, y tendrás alabanza de parte de ella; porque es el ministro de Dios para ti para tu bien. Mas si estás haciendo lo que es malo, está en temor: porque no es sin propósito que lleva la espada; porque es el ministro de Dios, un vengador para expresar ira sobre el que practica lo que es malo. Hay, por lo tanto, razón apremiante para que ustedes estén en sujeción, no solo por causa de esa ira sino también por causa de su conciencia. Por eso ustedes también están pagando impuestos; porque ellos son los siervos públicos de Dios que constantemente cumplen este mismo propósito. Paguen a todos lo que se les debe, al que pide impuesto, el impuesto; al que pide tributo, el tributo; al que pide temor, dicho temor; al que pide honor, dicho honor.”
7. Según el contexto introductivo, ¿dónde, lógicamente, se hallan las “autoridades superiores”?
7 De la lectura supracitada es claro que en los últimos cinco versículos del capítulo doce Pablo les está diciendo a los santos de Dios cómo conducirse entre los hombres fuera de la congregación cristiana, “todos los hombres,” incluyendo aun a un enemigo que hace mal a los cristianos, por consiguiente un individuo que se halla fuera de la congregación, no dentro. Luego, inmediatamente, Pablo pasa a su discusión de las “autoridades superiores,” y así tiene sus ojos enfocados, no en lo que está dentro de la congregación, sino en lo que está fuera de ella. Por eso las “autoridades superiores” se hallan lógicamente en el mundo fuera de la congregación.b Ciertamente no podemos cerrar los ojos al hecho de que hay autoridades fuera de la congregación cristiana.
8. (a) ¿Cuál fue la palabra original que Pablo escribió para “autoridad,” y a quiénes también se aplicó esta palabra? (b) ¿Cómo fue usada esta palabra por Satanás el Diablo y por un centurión romano en Cafarnaúm?
8 Aunque la congregación estaba en Roma, Pablo le escribió en griego, no en latín. La palabra griega que Pablo usó para “autoridad” fue exousía. Los lectores de la antigua traducción griega de los Setenta de las Escrituras Hebreas estaban muy bien familiarizados con esa palabra exousía como aplicando a soberanías o dominio paganos. (Vea Daniel 7:6, 14, 17; 11:5.) Aun Satanás el Diablo reclamó autoridad. Cuando trató de tentar a Jesucristo con la soberanía y el dominio mundiales, le dijo a Jesús: “Yo te daré toda esta autoridad [exousía] y la gloria de ellos, porque me ha sido entregada a mí, y a quien yo quiera se la doy.” Pero Jesús rehusó regatear con el principal enemigo de Dios por autoridad mundana. (Luc. 4:6-8) Más tarde, cuando imploraba a Jesús que curara a su criado, un centurión romano en Cafarnaúm. usó palabras que se hallan en Romanos 13:1 y dijo: “Solo di la palabra y mi criado será sanado. Porque yo también soy hombre colocado bajo autoridad, que tengo soldados a mi mando, y digo a éste: ‘¡Ponte, en camino!’ y se pone en camino.”—Mat. 8:5-9; Luc. 7:8.
AUTORIDADES MUNDANAS
9. ¿Qué uso le dieron Jesús y sus enemigos a esta palabra con referencia a autoridades mundanas?
9 Al prevenir a sus discípulos con respecto a la persecución por los enemigos del cristianismo, Jesús dijo: “Cuando los lleven delante de asambleas públicas y funcionarios y autoridades del gobierno, no se hagan ansiosos con respecto a cómo o qué hablarán en defensa.” (Luc. 12:11) Los caudillos religiosos judíos enviaron hombres que afirmaban ser justos para hablar con Jesús, “con el fin de cogerlo en sus palabras, para así entregarlo al gobierno y a la autoridad del gobernador,” dice Lucas 20:20. Cuando Jesús se entregó para ser arrestado en el jardín de Getsemaní, él dijo a sus enemigos: “Esta es la hora de ustedes y la autoridad de la oscuridad.” (Luc. 22:53; Col. 1:13) ¿Qué hizo con Jesús el gobernador Poncio Pilato? “Después de determinar que él era de la jurisdicción [exousía] de Herodes, lo envió a Herodes.” (Luc. 23:7) En armonía con esta autoridad de los gobernantes mundanos, Jesús previamente había dicho a sus apóstoles: “Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y a los que tienen autoridad sobre ellas se les llama Benefactores. Ustedes, sin embargo, no han de ser así.” (Luc. 22:25, 26) Y el último libro de la Biblia, que predice acontecimientos de nuestro propio día, habla de diez reyes simbólicos y dice: “Sí reciben autoridad como reyes por una hora con la bestia salvaje. Estos tienen un solo pensamiento, y por eso dan su poder y autoridad a la bestia salvaje.” (Apo. 17:12, 13) De modo que todos éstos son “autoridades” mundanas.
10. ¿Excluye del mundo a estas “autoridades” el adjetivo “superiores” aplicado a ellas, y qué determina nuestra respuesta a la pregunta?
10 Sin embargo, alguien puede objetar a esto diciendo que en Romanos 13:1 Pablo llama “superiores” a las autoridades y ¿no excluye de este mundo a esas autoridades esa expresión? ¿Pueden algunas autoridades ser “superiores” a Dios? No; pero Pablo nos recuerda que esas “autoridades” están, a pesar de ser “superiores,” sujetas a Dios. ¿Cómo es eso? Pablo dice: “No hay autoridad a no ser por Dios; las autoridades que existen están colocadas en sus posiciones relativas [¿por quién?] por Dios.” Si Dios las colocó en una posición relativa para con él mismo y entre unas y otras, entonces tales “autoridades superiores” deben estar sujetas a Dios, quien es el Altísimo. (Luc. 6:35; Hech. 7:48; Heb. 7:1) “Superior,” según el participio verbal griego que Pablo usó, significa “mantener por encima; ser más alto (o, mejor); sobresalir; ser prominente por encima,” y no necesariamente supremo. Notemos otros usos de este verbo griego.
11. ¿Qué usos se da al mismo verbo griego en 1 Timoteo 2:1, 2; 1 Pedro 2:13 y Filipenses 2:3?
11 En 1 Timoteo 2:1, 2, al considerar oraciones que envuelven a hombres de toda suerte, Pablo dice que deben hacerse oraciones “respecto a hombres de toda suerte, respecto a reyes y a todos los que están en puestos encumbrados.” La expresión “puestos encumbrados” traduce el nombre griego hyperokhé que se deriva del verbo hyperekhein, el participio de cuyo verbo Pablo usa en Romanos 13:1. Pedro usa el mismo verbo griego en 1 Pedro 2:13 y habla de un rey como “siendo superior.” También, en Filipenses 2:3 el apóstol Pablo dice a los cristianos de la congregación cómo deben estar considerándose unos a otros, diciendo: “Considerando con humildad de mente que los demás son superiores a ustedes,” no, por supuesto, supremos como Jehová Dios.
“SUPERIORES” ¿A QUIÉNES?
12. ¿Hay afuera en el mundo hombres superiores en puesto a los cristianos, y qué recuerdan los cristianos en cuanto a esto?
12 No obstante, afuera en el mundo, donde los cristianos se hallan aunque no son parte del mundo, hay hombres que son superiores en puesto y en autoridad a los cristianos verdaderos. Este es el caso con los gobiernos políticos, porque los cristianos verdaderamente dedicados como los testigos de Jehová no se mezclan en la política ni presentan su candidatura para algún puesto político. Más bien recuerdan las palabras del rey Salomón, en Eclesiastés 5:8, de que Jehová Dios es superior al más elevado hombre terrestre, diciendo: “Si ves alguna opresión del que tiene pocos recursos y el arrebatamiento violento del juicio y de la justicia en un distrito jurisdiccional, no te sorprendas por el asunto, pues uno que es más alto que el alto está vigilando, y hay quienes están muy por encima de ellos.”
13. ¿Por qué debería estar sujeta “toda alma,” y cómo se ve que esto no aplica a ángeles celestiales?
13 Dado que los cristianos no pueden evitar el tratar con los gobiernos mundanos, Pablo dice a los cristianos de Roma: “Toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores.” Él les recuerda que son almas, y que su vida como alma está envuelta. Toda alma, cada individuo, de la congregación tiene una obligación de rendir esta sujeción. Nadie está excluido; y la carrera de Pablo prueba que él no se excluyó. Pero, ¿a qué grado debe rendirse esta sujeción de los cristianos? ¿Hasta el límite? De ninguna manera. Recuerde que Romanos 13:1 no se dirige a los ángeles en el cielo, que están sujetos solo a Dios y a su Hijo glorificado Jesucristo. (Heb. 1:5, 6; 1 Ped. 3:21, 22) Los ángeles celestiales han peleado en tiempos pasados contra los gobiernos políticos humanos y todavía pelearán contra ellos en la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso.” (Apo. 16:14-16; 19:14-20) Romanos 13:1 se dirige, no a ellos, sino a los cristianos aquí sobre la Tierra, donde los gobiernos políticos de este sistema de cosas todavía existen.
14. ¿Cuáles son algunas de las esferas limitadas de sujeción que los cristianos tienen que observar?
14 Aquí en la Tierra hay muchas esferas limitadas de sujeción que los cristianos tienen que observar de acuerdo con la Palabra escrita de Dios. Aun Jesús cuando muchacho en Nazaret “continuó sujeto” a sus guardianes terrestres, José y María. (Luc. 2:51, 52; Gál. 4:1-5) De modo que la sujeción de los hijos a los padres cristianos se manda, en 1 Timoteo 3:4; Efesios 6:1-4; los cristianos más jóvenes deben estar en sujeción a los de mayor edad (1 Ped. 5:5); los esclavos o siervos a sus dueños o amos (Tito 2:9; 1 Ped. 2:18; Efe. 6:5-8); las esposas a los esposos (Col. 3:18; Tito 2:5; 1 Ped. 3:1, 5; Efe. 5:22-24); las mujeres a los hermanos en la congregación (1 Cor. 14:33, 34); y los miembros de la congregación a hermanos que fielmente les ministran. (1 Cor. 16:16) Todos éstos son casos de sujeción relativa, con limitaciones; pues, sobre todo, debemos obrar como Santiago 4:7 dice a los cristianos: “Sujétense, por lo tanto, a Dios; pero opónganse al Diablo, y él huirá de ustedes.”
15. Por consiguiente, ¿qué clase de sujeción es la que debe rendirse a las “autoridades superiores,” y por qué?
15 De la misma manera la sujeción que los cristianos deben rendir a las “autoridades superiores” de este viejo mundo solo es relativa, porque no deja a Dios ni a la conciencia fuera de consideración. Por ejemplo, el apóstol Pablo dice que una razón por la que toda alma debería estar sujeta es que “no hay autoridad a no ser por Dios.”
POR PERMISO DE DIOS
16. ¿Cómo ha sucedido que Satanás posea autoridad, y qué ha hecho él con ella?
16 El poder que Satanás el Diablo tiene, originalmente lo consiguió de Dios. No obstante, no debemos sujetarnos al Diablo ni por un instante sino que debemos oponernos a él. Se le ha permitido una concesión de autoridad invisible sobre este viejo mundo; de otro modo, no pudiera haber ofrecido la autoridad mundial a Jesús cuando trató de tentar a Jesús a pecar. La persona que tiene poder y autoridad puede pasar éstos u otorgar parte de éstos a otros. Satanás, “el gran dragón,” ha hecho esto para con su organización visible sobre la Tierra. Apocalipsis 13:1, 2 representa a esta organización como una bestia salvaje y dice: “Y el dragón le dio a la bestia su poder y su trono y grande autoridad.”
17. Al sujetarse a los gobiernos políticos, ¿se están sujetando a Satanás los cristianos, o qué marca una diferencia?
17 Por supuesto, todo esto ha sido solo por permiso de Dios, y ha resultado en los gobiernos políticos y soberanías que existen hoy día. Sin embargo, Satanás el Diablo no es una autoridad visible, terrestre, a quien se manda a los cristianos que se sujeten. Cuando los cristianos se sujetan a los gobiernos o “autoridades superiores” existentes que son visibles, terrestres, humanos, ellos no se sujetan a Satanás el Diablo, el Dragón. Ellos están obedeciendo el mandato de Dios.
18, 19. (a) ¿Debido a qué declaración de propósito se ha retenido Dios de destruir a Satanás? (b) ¿Qué tenía que probar Dios en cuanto a la “simiente” prometida?
18 Desde antes del diluvio del día de Noé hasta ahora Satanás el Dragón ha ejercido poder y autoridad solo por permiso de Dios. Dios se ha retraído de destruir a Satanás solo a causa de lo que Dios le dijo a Satanás en el jardín de Edén después de que pecaron Adán y Eva. Dios dijo: “Pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu simiente y la simiente de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón.”—Gén. 3:15.
19 Había de permitírsele al Diablo tiempo y libertad de acción para que se dirimiera el punto en cuestión que acababa de surgir: ¿Quién posee la soberanía universal, Jehová Dios o Satanás el Diablo? También, dado que la Simiente o Prole de la “mujer” de Dios fue introducida en el punto en cuestión, Dios tenía que probar este punto: A pesar de la caída del primer hombre perfecto en el pecado bajo la premura de Satanás el Diablo, Jehová Dios puede poner en la Tierra en medio del mundo del Diablo una Simiente o Prole que permanecerá fiel a Dios. El sujetarse esta Simiente a las “autoridades superiores” terrestres no resultaría en que esta Simiente o Prole fuera desleal a Dios ni en que quebrantara la integridad hacia Dios.
20. ¿Qué se ilustró en el caso de Job de la tierra de Uz, y qué se prefiguró por medio de él?
20 El permitir Dios que Satanás use su poder contra hombres piadosos de integridad se ilustra en el caso del paciente Job de la tierra de Uz. Bajo desafío por parte de Satanás el Diablo, Jehová Dios le dijo concerniente al fiel Job: “¡Mira! Todo lo que él tiene está en tu mano. ¡Solo cuida de que contra él mismo no extiendas tu mano!” Cuando el Satanás sin éxito desafió a Dios por segunda ocasión, Dios dijo con respecto a Job: “¡Allí lo tienes en tu mano! ¡Solo ten cuidado con su alma misma!” Job probó otra vez que Satanás el Diablo es mentiroso. Esto prefiguró cómo Satanás fracasaría completamente cuando se le permitiera usar sus poderes contra la Simiente o Prole de la “mujer” de Dios.—Job 1:12; 2:6.
21, 22. Por lo tanto, ¿de qué manera es que las “autoridades superiores” han podido ejercer autoridad? (b) ¿Cómo hizo claro este punto Jesús ante el gobernador romano?
21 Como en el caso de Satanás, así sucede en el caso de las “autoridades superiores” visibles y humanas. Estas no podrían ejercer autoridad a no ser por permiso de Dios a causa del punto en cuestión que está envuelto. De consiguiente, cuando el Principal de la Simiente de la “mujer” de Dios, a saber, Jesucristo, estuvo de pie delante de la autoridad superior terrestre en Judea, el gobernador romano Poncio Pilato, Jesús dijo algo muy esclarecedor. Entonces Jesús estaba siendo enjuiciado por su vida humana.
22 Cuando Jesús rehusó decirle al gobernador romano acerca de su origen celestial, “Pilato le dijo: ‘¿No me va a hablar usted? ¿No sabe usted que tengo autoridad para ponerlo en libertad y tengo autoridad para empalarlo?’ Jesús le contestó: ‘Usted no tendría autoridad alguna en contra de mí a menos que se le hubiera concedido desde arriba.’” (Juan 19:9-11) Solo porque Dios se lo había concedido podía Pilato ejercer su autoridad terrestre contra Jesús para hacer que fuera muerto.
23. ¿Qué entonces, es cierto en el caso de acción contra los otros miembros de la simiente de la mujer, y cómo en Romanos 13:1 concuerda con esto Una Traducción Americana?
23 Lo mismo es cierto tocante a todas las otras “autoridades superiores” políticas cuando proceden contra los otros fieles miembros de la simiente o prole de la “mujer” de Dios, cuando, por ejemplo, proceden contra los “que quedan de su simiente” en nuestros días. (Apo. 12:13, 17) Por consiguiente las palabras de Pablo en Romanos 13:1 se refieren a la autoridad permitida que estas “autoridades superiores” tienen. De acuerdo con este hecho Una Traducción Americana de la Biblia vierte Romanos 13:1 como sigue: “Todo el mundo tiene que obedecer a las autoridades que están sobre él, porque ninguna autoridad puede existir sin el permiso de Dios.”
24. ¿Resulta en daño al pueblo de Dios esa autoridad concedida, y es por derecho divino la autoridad?
24 Prescindiendo de cómo usen esta autoridad concedida los gobernantes humanos imperfectos y pecaminosos, no resultará en daño eterno al pueblo fiel de Dios; más bien resultará en su bien eterno. Dios vigila cómo los hombres con autoridad la usan. Su buen uso o su mal uso no queda sin que él lo sepa, como muestra su propia Palabra escrita. De modo que tal uso debe ser por permiso de Dios, y no porque las “autoridades superiores” gobiernen “por derecho divino.”
“LAS AUTORIDADES QUE EXISTEN” SEGÚN ESTÁN COLOCADAS
25. ¿De qué manera es que están las “autoridades que existen”?
25 Continuando el pensamiento del permiso de Dios, Romanos 13:1 prosigue para decir: “Las autoridades que existen están colocadas en sus posiciones relativas por Dios.” El verbo griego que Pablo usó aquí, a saber, tasso, significa “ordenar; poner en cierto orden,” como en Lucas 7:8, donde lleva el significado de ser colocado bajo las órdenes de otro. De modo que se refiere al arreglo de cosas. (Mat. 28:16; Hech. 28:23; 15:2) No debemos dejar de notar que Romanos 13:1 no dice que las autoridades que existen son creadas por Dios. Él no es su Creador. Él permitió que llegaran a existir. Hasta previó que llegarían a existir. Las predijo puesto que estaba resuelto a permitirles que existieran. Él siempre tuvo presente la relación de estas “autoridades superiores” de la Tierra para con la Simiente o Prole de su “mujer.”
26. ¿Con consideración a qué señaló Dios el límite de los pueblos mundanos, y por qué?
26 Vemos esto en el caso de la antigua nación judía de Israel, o Jacob. El profeta de Dios, Moisés, condujo a la nación de Israel (o Jacob) fuera de Egipto y a través de varias naciones mundanas hasta las fronteras de la Tierra Prometida de Canaán. Allí en las fronteras Moisés compuso un cántico profético antes de morir, y en él dijo esto: “Cuando el Altísimo [Jehová Dios] dio a las naciones una herencia, cuando separó a los hijos de Adán unos de otros, procedió a señalar el límite de los pueblos con consideración para el número de los hijos de Israel. Porque la participación de Jehová es su pueblo; Jacob es la porción que él hereda. Jehová solo lo siguió conduciendo, y no había ningún dios extraño junto con él.” (Deu. 32:8, 9, 12) De esta nación y en cumplimiento de la profecía de la Biblia vino el Principal de la Simiente de la “mujer” de Dios, también millares de otros miembros de su simiente. Podemos entender, entonces, por qué Jehová señaló el límite de los pueblos mundanos “con consideración para el número de los hijos de Israel.” Estaba interesado en producir esta Simiente.
27. Teniendo un pensamiento semejante, ¿qué dijo Pablo al tribunal supremo de Atenas, y cómo se ilustró esto en el caso de Abrahán, Isaac y Jacob?
27 Con un pensamiento semejante el apóstol Pablo dijo al tribunal supremo de Atenas, Grecia: “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él, siendo, como es Este, Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos a mano, . . . él hizo de un solo hombre toda nación de hombres, para habitar sobre la entera superficie de la tierra, y decretó las estaciones señaladas y los límites fijos de la habitación de los hombres, para que buscaran a Dios, por si le buscaran a tientas y realmente le encontraran, aunque, de hecho, no está muy lejos de cada uno de nosotros.” (Hech. 17:24, 26, 27) De la historia bíblica puede discernirse cómo Dios decretó las estaciones señaladas para que existieran y los límites fijos de su habitación. Cuando Abrahán, Isaac y Jacob andaban por la Tierra Prometida de Canaán, Jehová permitió que los cananeos paganos ocuparan la tierra y ejercieran su autoridad allí; y Abrahán, Isaac y Jacob tuvieron que reconocerlo. “Siguieron andando de nación en nación, de un reino a otro pueblo. No permitió que ningún humano los defraudara, sino que por causa de ellos reprendió a reyes, diciendo: ‘No toquen a mis ungidos, ni a mis profetas les hagan nada malo.’”—Sal. 105:13-15.
28, 29. (a) Cuando el “error de los amorreos” llegó a estar completo, ¿qué hizo Dios con su pueblo, los descendientes de Abrahán? (b) En la marcha a la tierra de Canaán, ¿qué no permitió Dios que hiciera la nación de Israel?
28 Centenares de años más tarde cuando el “error de los amorreos” en la tierra de Canaán llegó a estar completo y llegó la estación señalada de Jehová para desarraigarlos de la Tierra Prometida, Él condujo a los descendientes de Abrahán, Isaac y Jacob fuera de Egipto por mano de Moisés. Los hizo marchar a través del desierto y los hizo pasar a través de naciones hasta las riberas orientales del río Jordán.—Gén. 15:13-21; Sal. 105:26-45.
29 En esta marcha a la tierra de Canaán Dios no permitió que su nación de Israel molestara, invadiera ni desarraigara a las naciones de Edom (o Esaú; el monte Seir), Moab y Amón. ¿Por qué no? “Porque,” dijo Jehová, “he dado el monte Seir a Esaú como posesión.” “No molestes a Moab ni libres guerra con ellos, porque no te daré nada de su tierra como posesión, pues a los hijos de Lot les he dado Ar como posesión. . . . No te daré nada de la tierra de los hijos de Amón como posesión, porque es a los hijos de Lot a quienes se la he dado como posesión.”—Deu. 2:5, 9, 19.
30. ¿Cómo trató Dios con otras naciones por medio de Israel, y por qué permanecieron en Canaán algunas naciones enemigas?
30 Jehová asignó a otras naciones a destrucción por su pueblo escogido Israel, tales como los amorreos bajo el rey Sehón; también los amorreos bajo el rey Og de Basán, y luego los cananeos al occidente del río Jordán. (Deu. 2:31 a 3:13) Pero cuando la nación invasora de Israel perdió su celo piadoso y dejó de destruir o sojuzgar a los cananeos, tales como los filisteos, los sidonios, los heteos, los heveos, los amorreos, los perezeos y los jebuseos, entonces Jehová declaró que él permitiría que estos enemigos permanecieran como molestia y trampa para los israelitas.—Jue. 2:20 a 3:6.
31. ¿Qué hay acerca de Dios y las otras naciones que había alrededor de Israel tanto antes de los “tiempos señalados de las naciones” como durante éstos?
31 Jehová Dios estaba consciente de las otras naciones paganas que rodeaban completamente a su pueblo escogido, tales como Babel (Babilonia), Asiria, Siria y también Egipto, a la cual había plagado pero la había dejado existir. Esto fue antes del comienzo de los Tiempos de los Gentiles en 607 a. de la E.C. Jehová Dios mismo había predicho esos “tiempos señalados de las naciones,” y su Hijo Jesucristo también los mencionó en su profecía sobre el fin de este sistema de cosas mundano. (Luc. 21:24; Jer. 25:8-29; Deu. 28:64-68; Lev. 26:31-41) Por sus profetas Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel Jehová también predijo el orden en que las potencias mundiales, comenzando con Babilonia, se seguirían una a otra durante estos Tiempos de los Gentiles hasta que terminaran en 1914 (d. de J.C.).c
32. ¿Qué predijo Dios en cuanto a los grupos o asociaciones nacionales desde 1914 en adelante, y durante qué tiempo escribió Pablo su carta acerca de “autoridades superiores”?
32 Bajo símbolos pasmosos el último libro de la Biblia ha predicho los grupos o asociaciones nacionales que habrían de existir durante este “tiempo del fin” desde 1914 en adelante; por ejemplo, la organización terrestre visible del Diablo, también la potencia mundial binaria angloamericana, y la Sociedad de las Naciones y las Naciones Unidas. (Apo. 13:1 a 19:20) Jehová Dios también predijo la destrucción de estas “autoridades superiores” en la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso.” El apóstol Pablo escribió su carta concerniente a estas “autoridades superiores” durante los Tiempos de los Gentiles en los días del Imperio Romano. La Atalaya está publicando este artículo acerca de ellas cuarenta y nueve años después de terminar los Tiempos de los Gentiles en 1914.
33. ¿Terminó en 1914 la aplicación de Romanos 13:1, o cuándo es que termina la aplicación de esto?
33 Sin embargo, la aplicación de Romanos 13:1 no terminó en 1914. El fin de los “tiempos señalados de las naciones” en ese año todavía dejó existiendo sobre la Tierra a las “autoridades superiores” gentiles, pero bajo juicio por el reino de Dios que fue establecido en los cielos en 1914, con su Hijo Jesucristo entronizado a su diestra. Estas “autoridades superiores” gentiles todavía existen, aunque arrostran muchos cambios y reajustes. El Todopoderoso Dios continuará permitiendo esto hasta que se termine Su obra de recoger a las personas de disposición semejante a la de ovejas de entre las naciones de acuerdo con Su voluntad. Entonces comenzará la guerra universal llamada Armagedón para destruirlas.
DIFERENCIA DE LEYES
34. ¿Por qué han existido cambios o diferencias en las leyes, y ha sido esto cierto solo de las naciones gentiles?
34 A medida que una potencia mundial tras otra ocupó la posición predominante en el escenario de los asuntos mundiales durante los Tiempos de los Gentiles, hubo, por supuesto, un cambio de vez en cuando en las leyes que los súbditos tenían que obedecer. También las leyes locales de un país diferían de las de otros países, según las ideas legales de las autoridades gobernantes locales. Las leyes de un lugar pueden haber sido contrarias a las de otro lugar. Pero aun las leyes de Dios para su pueblo diferían a veces. Por ejemplo, la nación de Israel estuvo bajo las leyes del antiguo pacto que Moisés había mediado para ella con Jehová; mientras que desde 33 d. de J.C. la “nación santa” del Israel espiritual ha estado bajo las leyes cristianas del nuevo pacto de Dios mediado por su Hijo Jesucristo. Él prohibió a los judíos antiguos que comieran grasa, cerdo y animales inmundos, pero Sus leyes ahora permiten que los cristianos coman estas cosas. No obstante, Dios no se ha contradicho en esto.
35. ¿Cómo se explica el hecho de que muchas de estas leyes gentiles están en armonía con la conciencia cristiana?
35 Las leyes humanas difieren de país en país y de tiempo en tiempo y quizás sean contradictorias, no obstante no todas estas leyes gentiles están contra la conciencia del pueblo de Dios. Muchas de tales leyes están en armonía con la conciencia cristiana, aunque en los legisladores gentiles no influyeran el judaísmo ni el cristianismo. ¿Cómo pudo ser esto? Muy fácilmente, porque todas las naciones y pueblos descendieron del único hombre original Adán y su esposa Eva, en los cuales dos Dios implantó esta sensación de lo correcto y lo incorrecto llamada “conciencia.” Además de ese comienzo original, todos los pueblos han tenido un comienzo más reciente de antepasados justos, de los sobrevivientes del diluvio mundial de hace cuarenta y tres siglos, a saber, Noé y sus tres hijos, junto con sus esposas, u ocho personas en total, que velaban por su conciencia.
36, 37. ¿De qué, según explica Pablo, muestran el efecto esas leyes?
36 La conciencia es inherente en el hombre, Dios habiéndola hecho parte del hombre. Miles de años han pasado desde el Diluvio, y no obstante no ha sido eliminada toda la conciencia ni aun de los que no han sido el pueblo escogido y dedicado de Dios. Por consiguiente, muchas de sus leyes muestran el efecto de una conciencia dada por Dios que todavía subsiste a cierto grado. Sobre este mismo punto Pablo dijo esto a los cristianos de Roma:
37 “Los hacedores de ley serán declarados justos. Porque siempre que la gente de las naciones que no tiene ley hace por naturaleza las cosas de la ley, esta gente, aunque no tiene ley, es una ley para sí misma. [¿Cómo se explica eso?] Ellos son justamente los que demuestran el asunto de que la ley está escrita en su corazón, mientras su conciencia está dando testimonio con ellos y, entre sus propios pensamientos, están siendo acusados o hasta excusados.”—Rom. 2:13-16.
38, 39. (a) Cuando los cristianos se someten, ¿qué hacen en cuanto a las leyes de las “autoridades superiores”? (b) ¿Qué muestra el caso de Daniel bajo Medo Persia y sus tres compañeros bajo el emperador Nabucodonosor en cuanto a la obediencia, y cómo muestran hoy los cristianos que no son desaforados para con Dios?
38 Por eso, cuando los cristianos se sujetan a las “autoridades superiores” gentiles con sus diferentes sistemas de gobierno y ley, se conforman a esas leyes que muestran la función de la conciencia de acuerdo con lo que Dios escribió originalmente en el corazón del hombre. Dado que la sujeción de los cristianos a las “autoridades superiores” mundanas solo es relativa, no los obliga a obedecer ninguna ley mundana que esté en contra de las leyes del Legislador Supremo, Jehová Dios. Aun durante los Tiempos de los Gentiles el profeta Daniel rehusó obedecer la ley medo persa que le prohibía orar con regularidad cada día a Jehová. La liberación milagrosa de Daniel del foso de los leones probó que había hecho lo correcto al no sujetarse al rey Darío hasta el punto de quebrantar la ley de Jehová Dios.—Dan. 6:1-23.
39 A pesar de ser cautivos en Babilonia los tres compañeros hebreos de Daniel no obedecieron la ley del emperador que requería que se inclinaran en adoración delante de un ídolo de oro. El salir ellos vivos, sin siquiera chamuscarse, del horno ardiente recalentado, probó que habían hecho lo correcto al rehusar por causa de su conciencia obedecer al emperador y quebrantar la ley del Altísimo Dios contra la idolatría. (Dan. 3:1-30) Igual que aquellos testigos de Jehová de tiempo antiguo, los testigos de Jehová de hoy día rehúsan obedecer las leyes hechas por el hombre que están contra la ley de Dios. No son desaforados para con Dios; y por eso ellos obedecen todas las leyes de las “autoridades superiores” gentiles que no son contrarias a la ley de Dios. Así pueden estar en sujeción como ciudadanos observantes de la ley.
40. (a) Si están colocadas por Dios, ¿cómo están las “autoridades que existen” con relación a Dios mismo? (b) ¿Tienen estas autoridades una superioridad sobre la Tierra, y por qué no pueden los cristianos sino sujetarse a ellas?
40 De nuestra ojeada a la historia bíblica y de nuestro estudio de la profecía bíblica según se cumple entre las naciones gentiles, hallamos que Romanos 13:1 es veraz al decir: “Las autoridades que existen están colocadas en sus posiciones relativas por Dios.” Jehová el Altísimo no es el Dios de las naciones mundanas y sus “autoridades superiores,” y no obstante tiene dominio sobre ellas. Al arreglarlas o al colocarlas en sus posiciones relativas y al determinar su sucesión al poder mundial, Jehová no hizo arreglos para que ellas fueran superiores a él mismo o a su Cristo. Pero ¿tienen las autoridades una superioridad relativa sobre la Tierra? Sí, aun hacia los cristianos. Se les permite ejercer una autoridad que los cristianos verdaderos no tienen. ¿Por qué se dice esto? Porque tales cristianos no participan en la política y no buscan ninguna autoridad mundana como emperadores, reyes, gobernadores, alcaldes, etc. Estas autoridades que existen al tiempo presente son una parte actuante de este mundo que pronto habrá de ser destruido en el Armagedón; y los cristianos no son parte de ese mundo condenado a la destrucción. Pero mientras existan las autoridades por permiso de Dios, los cristianos deben estar sujetos a un grado relativo.d
[Notas]
a Vea el libro The Powers That Be, por el clérigo Dr. Clinton D. Morrison, primero publicado en Gran Bretaña en 1960. También, el libro God and Caesar in East Germany, por Ricardo W. Solberg, publicado en 1961. Vea la revista ¡Despertad! del 22 de noviembre de 1960, páginas 12-15.
b Vea The Divine Plan of the Ages, por Carlos T. Russell, publicado en 1886, páginas 250 (§ 1), 266 (§§ 1, 2). También The Time Is at Hand (1889), página 81.
c Vea Isaías 13:1 a 14:4; 44:28 a 45:5; Jeremías 25:12-29; Ezequiel 21:18-27; Daniel, capítulos 2, 7, 8 y 11:1 a 12:4.
d Vea Zion’s Watch Tower de junio de 1882, página 5. También The Watch Tower del 15 de mayo de 1914, páginas 158, 159.
[Ilustración de la página 298]
Manuscrito Vaticano Núm. 1209, indicando el texto desde la conclusión de Romanos 12:10 hasta 13:8