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El ministerio cristianoLa Atalaya 1965 | 15 de septiembre
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congregaciones, los apóstoles no se adhirieron a diversas congregaciones y limitaron su ministerio a esas reuniones de creyentes. Continuaron predicando a la gente fuera de la organización cristiana, poniendo un ejemplo para todos los que llegaban a ser cristianos dedicados. Suministraron buen acaudillamiento que ayudó a mantener la vitalidad y la salud espirituales de las diversas congregaciones. Este modelo de edificante actividad cristiana es tan necesario hoy en día como lo fue en el primer siglo.
25. (a) ¿Por qué puede decirse que el ministerio cristiano en la forma que lo comenzó Jesús no ha pasado? (b) ¿Cuál es el fruto del ministerio hoy en día?
25 El ministerio cristiano que Jesús comenzó ha sido revivificado por los testigos de Jehová. Personas de todas las razas y todas las nacionalidades están recibiendo la oportunidad de aprender de las cosas maravillosas que Jehová se ha propuesto para la humanidad. Porque a todos los de la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová se les insta a participar en el ministerio y porque este arreglo tiene la bendición de Dios, se está introduciendo a una grande muchedumbre de personas en la organización de Jehová. Estas personas de buen corazón reconocen el ministerio cristiano como su responsabilidad y como un medio provisto divinamente para mantenerse espiritualmente vivas. Saben que éste es vital para su salvación así como para aquellos a quienes predican. Mediante éste alaban a Dios por medio de Cristo. “Por medio de él ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre.”—Heb. 13:15; Mat. 24:14.
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Los ministros maduros pueden ayudar a otrosLa Atalaya 1965 | 15 de septiembre
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Los ministros maduros pueden ayudar a otros
“Apacienta mis corderos. . . . Pastorea mis ovejitas.”—Juan 21:15, 16.
1. ¿Por qué es Jesús un ejemplo que podemos seguir con seguridad?
CON el sufrimiento que Jesucristo aguantó por retener integridad a Dios y con el interés vehemente que manifestó con respecto a dar a conocer los propósitos de su Padre, puso un ejemplo excelente para todos los que llegarían a ser sus seguidores. Ellos podrían amoldar seguramente su vida según la de él, porque él hizo lo que era correcto a los ojos de Dios. En el tercer año del ministerio de Jesús, Jehová expresó su aprobación de él diciendo al alcance del oído de Pedro, Santiago y Juan: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado; escúchenle.” (Mat. 17:5) Ciertamente ellos lo escucharon, y obedecieron sus instrucciones de dejar resplandecer la luz de la verdad para provecho de otros. Unos treinta años después Pedro escribió una carta en la que estimuló a todos los cristianos a seguir el acaudillamiento de Jesús como ellos lo habían hecho. “De hecho, ustedes fueron llamados a este derrotero, porque hasta Cristo sufrió por ustedes, dejándoles dechado para que sigan sus pasos con sumo cuidado y atención.”—1 Ped. 2:21.
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