El Libro de “buenas nuevas eternas” es provechoso
“Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa.”—2 Tim. 3:16
1. ¿Por qué es que frecuentemente se usa la Biblia en los tribunales en muchas partes de nuestra Tierra?
¿HA ESTADO usted alguna vez en la silla de los testigos o en el lugar en que se paran los testigos en una sala de tribunal, digamos en Escocia o el Canadá o los Estados Unidos de Norteamérica? Antes de que se le llamara para dar testimonio se le hizo jurar decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Pero, ¿por qué, al jurar decir la verdad desnuda, se le obligó a colocar su mano derecha sobre un ejemplar de las Santas Escrituras o la Santa Biblia? Es porque ese libro se considera como el Libro de Dios, la Palabra escrita de Dios, y lo representa. Por lo tanto, cuando uno jura dar testimonio a la verdad, con la mano sobre la Santa Biblia, uno realmente está jurando ante Dios el Autor de la Biblia y así se hace responsable a Él por lo que dice bajo juramento.
2. Puesto que es imposible que Dios mienta, ¿qué se puede decir acerca de su Palabra la Biblia?
2 El Autor de la Biblia es el “Dios de la verdad,” y “es imposible que Dios mienta,” y cuando juramos ante El, El espera que digamos la verdad solemne y el tribunal judicial espera que digamos la verdad. (Sal. 31:5; Heb. 6:18; Tito 1:2) Siendo el “Dios de la verdad,” él nunca podría ser Autor de un libro de mentiras. Si su Libro, la Santa Biblia, fuera un libro de mentiras, mitos y cuentos de hadas y “fábulas de viejas,” ¿cómo sinceramente pudiéramos jurar decir la verdad con nuestra mano derecha descansando sobre tal libro? No pudiéramos hacerlo, y no nos estimularía a decir la verdad. Concerniente a las Santas Escrituras, Jesucristo dijo en oración a Dios: “Tu palabra es la verdad.” Si somos verdaderamente sus seguidores, con oración diremos lo mismo concerniente a la Santa Biblia. Distinguiremos entre ella y los mitos y fábulas.—Juan 17:17.
3. ¿Cómo magnífica la Biblia al Creador del cielo y la Tierra, y qué debería hacer toda la humanidad en este día?
3 ¿Por qué deben ser las Santas Escrituras, la Santa Biblia, el único Libro del único Dios verdadero? El Dios verdadero no es una creación, no es una criatura. Desde la eternidad ha sido antes de la creación. Como debería ser, la Biblia, siendo Su Libro, comienza con una narración de El como el Creador. “En el principio Dios creó los cielos y la tierra,” son sus palabras de apertura. (Gén. 1:1) Hasta el mismo último libro de la Biblia a este mismo Creador se le da verdadera prominencia y dignidad, aunque este último libro se escribió mil seiscientos años después que el primer libro. En este último libro se le dirigen a Él en su trono celestial estas palabras: “¡Digno eres tú, Señor nuestro y Dios nuestro, de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad ellas existen, y fueron creadas!” Y se ve un ángel que “juró por aquel que vive para siempre jamás, el cual creó el cielo y cuanto hay en él, y la tierra y cuanto hay en ella, y el mar y cuanto hay en él.” (Rev. 4:11; 10:5, 6, Mod) Y otro ángel dice a todos los habitantes de la Tierra: “Teman a Dios y . . . adoren al que hizo el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de aguas.” (Rev. 14:6, 7) Esa es la clase correcta de conclusión a la cual debiera llegar el Libro de Dios.
4. (a) ¿Qué hace a la Biblia diferente de todo otro libro? (b) ¿Es cosa extraña que Dios sea Autor de un Libro?
4 Los críticos de la Biblia no tienen que señalar que este libro fue escrito por meramente hombres. La Biblia misma nos informa honradamente de ese hecho. Pero lo que hace diferente de todo otro libro escrito por hombres a éste es que la Santa Biblia es “inspirada de Dios.” Esto es decir: “respirada de Dios,” como lo describe uno de los escritores de la Biblia. Fue como si Dios, por un aliento invisible, pusiera en las mentes de los treinta y nueve hombres que temían a Dios y que compusieron la Biblia lo que debían escribir y las verdades que debían poner en el registro. Este hecho hace a Dios el Creador verdaderamente el Autor de este Libro. Esto no es extraño. Él podría crear un Libro con tanta facilidad como podía crear el cielo y la Tierra y el cerebro en la cabeza del hombre.
5. (a) ¿Por qué es necesario conocer el nombre del Dios que es Autor de la Biblia? (b) ¿Cuál es su nombre, y cuán frecuentemente aparece en la Biblia?
5 ¡Son tantos los dioses a quienes adoran los habitantes de la Tierra hoy! Por esta razón, insistimos en saber cuál de todos los dioses fue el que fue Autor de la Santa Biblia. ¿Cómo se llama el Autor divino de la Biblia? En la cristiandad hay clérigos religiosos y también traductores de la Biblia a otros idiomas que dicen que Dios no necesita nombre que lo identifique, porque él es un Dios universal y es suficiente que él sea solo Dios sin un nombre. Pero Dios el Creador no concuerda con esos clérigos y traductores de la Biblia, y él inspiró a sus escritores originales de la Biblia a usar su nombre millares de veces. Él no quería que su nombre estuviera escondido en ningún tiempo, de modo que él llegara a ser un Dios sin nombre. Convenientemente, la Santa Biblia menciona a su Inspirador unas siete mil veces, desde su primer libro, el capítulo dos, hasta sus gozosas exclamaciones de Aleluya, en su último libro, en el cuarto capítulo desde el último, es decir, en Revelación 19:1, 3, 4, 6. El grito Aleluya significa “Alaben a Jah,” y el nombre Jah es una abreviatura del nombre Jehová o Yavé, como prefieren pronunciarlo hoy día algunos clérigos críticos. El inspiró a su profeta Isaías a escribir: “Yo soy Jehová. Ese es mi nombre.” (Isa. 42:8) Él se dignifica con un nombre.
6. (a) ¿Qué es singular en cuanto a los juicios, leyes, profetas y profecías de la Biblia? (b) Como el Dios vivo, ¿qué ha hecho Jehová al ser Autor de la Biblia que hace que este Libro sea tan diferente?
6 La Santa Biblia está escrita en el nombre de Dios, Jehová. Sus juicios y leyes se pronuncian en su nombre. Sus profetas se envían en su nombre, y sus profecías por su nombre se declaran y se escriben con su nombre como firma de garantía. La Biblia da crédito al nombre de Dios. ¿Qué otro libro nos dice tanto acerca de este Dios el Creador? ¿Qué otro libro lo describe tan completamente o lo presenta tan vívidamente? Él no es un dios puesto en mitologías no históricas y sin posible fecha y tradiciones religiosas irracionales que son producto de la imaginación del hombre. Él es un Dios enlazado directamente con la historia humana desde el mismo principio del hombre hasta ahora, pues Él es el Creador del hombre. Él no tiene nada que ver con mitos o mitologías religiosas. Como Dios vivo, él hila sus discursos, sus profecías sus hechos y su proceder de acción directamente con historia fechada, de la vida real, de la humanidad, y da su atención, no solo a sus siervos escogidos o su pueblo escogido, sino también a naciones, sin excluir a una sola de las naciones de hoy día.
7. ¿Por qué no es la Biblia solo un Libro del pasado antiguo, y por lo tanto de qué podemos estar seguros hoy día?
7 Los tratos de Dios con la humanidad no se detuvieron hace mil novecientos años con la escritura del último libro de la Biblia. Ese mismo último libro, debido a que es profético, junto con todos los otros libros y declaraciones proféticas de toda la Biblia, proyectó a Jehová Dios hasta el futuro que entonces estaba distante, sí, hasta nuestro mismo día. A la luz de estas profecías Jehová Dios queda visto claramente como responsable por muchas maravillosas cosas que están sucediendo hoy día. Ciertas cosas casi increíbles de nuestro tiempo solo pueden explicarse entendiendo que Él es responsable de ellas. De una cosa podemos estar absolutamente seguros: Jehová Dios el Todopoderoso está trabajando hoy. El cumplimiento de la profecía bíblica prueba este hecho. En cambio, ese hecho prueba que la Biblia es inspirada, y que es el Libro de Dios.—2 Ped. 1:20, 21.
8. ¿Para quiénes son las “buenas nuevas eternas,” y cuán valiosas son esas nuevas ahora?
8 ¿Por qué estamos especialmente interesados hoy en saber que la Santa Biblia es el Libro de Dios, que es “inspirada de Dios”? Queremos saber esto porque deseamos estar seguros de que su glorioso mensaje es verdadero. Es un libro de “buenas nuevas eternas” para toda nación, tribu y pueblo sin importar el idioma. (Rev. 14:6) Lo que la Biblia anuncia fue “buenas nuevas” hace diecinueve siglos cuando se terminó la escritura de las Santas Escrituras. Con el transcurso de todos estos siglos las buenas nuevas de la Biblia no se han estancado, y no se ha perdido lo interesante de ellas o su atractivo. Sus nuevas o noticias son tan buenas hoy como siempre, porque son buenas nuevas “eternas.” Nunca pierden su valor. ¡De hecho, las nuevas que lleva están más vivas e interesantes hoy que en cualquier tiempo en el pasado! ¿Por qué? Porque las profecías inspiradas de la Biblia se están realizando hoy día, para probar que hemos alcanzado la conclusión de este viejo sistema de cosas con su sobreabundancia de malas nuevas de hoy.
9. ¿Qué promesa divina nos causa gran felicidad ahora?
9 Por lo tanto tenemos prueba de que estamos en el tiempo en que Dios traerá su nuevo orden de justicia que Él ha prometido en su Palabra. Todo hombre y mujer de mente recta, todos los que aman la verdad y la justicia, anhelan un nuevo orden de cosas como el que Dios ha prometido en su Biblia. El solo es lo suficientemente poderoso para acabar con este viejo orden y reemplazarlo con un nuevo orden perfectamente justo. Queremos salvación por medio de Jesucristo, salvarnos de este viejo orden corrupto y dador de muerte. ¡Oh qué buenas nuevas es saber que ahora es el tiempo para que el Dios Todopoderoso, Jehová, nos salve de él y nos traiga a su nuevo orden con sus bendiciones de libertad que elimine la guerra, de prosperidad y abundancia, de verdad, de adoración pura de Dios y de vida saludable, sin morir, sí, de la resurrección de nuestros amados que hayan muerto!
‘SABIO PARA SALVACIÓN’
10, 11. (a) ¿Cómo mostró Pablo el valor del Libro de Dios al escribir a Timoteo? (b) ¿Qué constituía los “santos escritos” en aquel tiempo?
10 Para que lleguemos a ser lo suficientemente sabios para obtener esa salvación necesitamos el único libro que nos dice acerca de ello, el Libro de Dios, las Santas Escrituras. Esta necesidad es lo que el apóstol Pablo recalca al superintendente más joven que él llamado Timoteo, cuando Pablo escribe: “Tú, sin embargo, continúa en las cosas que aprendiste y fuiste persuadido a creer, sabiendo de qué personas las aprendiste y que desde la infancia has conocido los santos escritos, que pueden hacerte sabio para la salvación por medio de la fe relacionada con Cristo Jesús.” (2 Tim. 3:14, 15) Entre las personas de quienes Timoteo aprendió las cosas que fue persuadido a creer estuvieron su abuela Loida y su madre Eunice, quien era judía. Desde la infancia de Timoteo Eunice especialmente pudo enseñarle los “santos escritos” a él como su hijito, pues el esposo de ella era griego. Sin duda ella lo llevaba a la sinagoga judía.
11 Los santos escritos que entonces estaban disponibles a Timoteo para aprender eran las Escrituras Hebreas desde el primer libro, Génesis, hasta el libro trigésimo nono y último, Malaquías, escrito centenares de años antes de que naciera Timoteo. A aquellos “santos escritos” hebreos no se añadieron escritos inspirados hasta que el apóstol cristiano Mateo escribió su Evangelio de la vida de Jesucristo, primero en hebreo, cerca del año 41 de nuestra era común, la llamada era cristiana. Pocos años después que se escribió el Evangelio de Mateo, el apóstol Pablo salió en su primera gira misional y visitó el pueblo en que vivían Eunice y Timoteo y declaró las buenas nuevas allí, en cual tiempo sin duda Eunice y Loida creyeron, llegando a ser cristianas.
12. Lógicamente, ¿qué “santos escritos” usó, pues, Pablo?
12 Al declarar las buenas nuevas acerca de Jesucristo como aquel a quien Jehová Dios envió al mundo para la salvación del hombre, el apóstol Pablo usó los “santos escritos” hebreos desde Génesis a Malaquías. El que tuviera el Evangelio de Mateo con él o no, no es cosa segura, pero Mateo continuamente citó de las Escrituras Hebreas para probar que Jesús es el Cristo prometido, el Hijo del Dios vivo. (Hech. 13:1 a 14:21; 16:1-3) Desde el tiempo de su conversión, la madre de Timoteo, Eunice, y su abuela Loida podían instruirlo en las Escrituras Hebreas desde el punto de vista de la “fe relacionada con Cristo Jesús.” Ellas continuaron haciendo esto hasta que Pablo hizo una revisita al pueblo de ellas en su segundo viaje misional pocos años después.
13. ¿Qué añadiduras se hicieron ahora a los “santos escritos”?
13 Para este tiempo Timoteo había llegado a ser cristiano él mismo y la congregación cristiana local daba buen informe de él. Por lo tanto Pablo se llevó a Timoteo consigo en su viaje misional, que ahora se extendió desde el Asia Menor a Grecia, incluyendo la ciudad de Tesalónica. (Hech. 16:4 a 17:14) Fue entonces que se añadió el segundo libro griego inspirado a los “santos escritos” hebreos, pues bajo inspiración Pablo escribió su carta de consuelo e instrucciones a la congregación cristiana perseguida en Tesalónica, en la cual carta él menciona tres veces a Timoteo. (1 Tes. 1:1; 3:2, 6) Después de eso el apóstol Pablo fue inspirado a escribir más añadiduras a los “santos escritos” hebreos, incluyendo una primera carta a Timoteo.
14. (a) ¿A quiénes se usó para escribir los “santos escritos” inspirados? (b) Cuando Pablo escribió las palabras “Toda Escritura es inspirada,” ¿cuánto de los “santos escritos” se había completado ya, y qué incluyen hoy?
14 En esta obra de añadir a las Escrituras Hebreas inspiradas el apóstol Pablo tuvo la compañía de otros cristianos judíos fieles, tales como Lucas el médico, Marcos, Santiago y Pedro. Cuando Pablo escribió una segunda carta a Timoteo, que fue la última carta inspirada de Pablo, él y Timoteo habían estado asociados en la obra por quince años. Durante todos aquellos años se hicieron las otras añadiduras a las Escrituras Griegas Cristianas, con la excepción de posiblemente el libro de Judas, el escritor del cual era hermano de Santiago, y también los cinco escritos del apóstol Juan, que se escribieron para el fin del primer siglo de nuestra era común. Por consecuencia, cuando Pablo escribió su carta final a Timoteo y dijo: “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa,” sin duda había veintiún libros inspirados, todos dirigidos a los cristianos, además de los treinta y nueve libros de las Escrituras Hebreas. (2 Tim. 3:16) Hoy la expresión de Pablo: “Toda Escritura es inspirada de Dios” incluye los escritos de Judas y Juan, pues éstos también fueron escritos bajo inspiración del espíritu santo de Dios y fueron añadidos a la colección de escritos cristianos inspirados, para completar la inspirada Santa Biblia.
15. ¿Cómo únicamente podemos ser ‘sabios para la salvación’?
15 Hoy, por lo tanto, “toda Escritura” incluye los sesenta y seis libros de la Biblia, como ahora está dividida ésta en orden. Los que practican el judaísmo o la religión de los judíos rechazan los veintisiete libros de las Escrituras Griegas Cristianas. Pero en cuanto a nosotros, si vamos a tener éxito en obtener la “salvación por medio de la fe relacionada con Cristo Jesús,” debemos aceptar estos escritos inspirados de sus apóstoles y discípulos. Debemos aceptar “toda Escritura” que es inspirada de Dios el Padre de Jesucristo. Solo de esta manera podemos llegar a ser ‘sabios para la salvación.’ Los que rechazan parte de los inspirados “santos escritos” no son sabios y ciertamente no obtendrán la salvación a la vida en el nuevo orden de Dios.
PARA HOMBRES DE DIOS
16. ¿Qué obstáculo a obtener la salvación hay que afrontar, pero qué debemos hacer?
16 Hay enemigos que se oponen a que usted obtenga la “salvación por medio de la fe relacionada con Cristo Jesús.” Ellos se resienten de esta salvación que ellos mismos no desean. El apóstol Pablo señaló a éstos, cuando escribió acerca de las persecuciones que él tuvo que soportar y entonces declaró: “De hecho, todos los que desean vivir con devoción piadosa en asociación con Cristo Jesús también serán perseguidos. Pero los hombres inicuos e impostores avanzarán de mal en peor, extraviando y siendo extraviados.” Por eso es que Pablo pasó a decir a Timoteo: “Tú, sin embargo, continúa en las cosas que aprendiste y fuiste persuadido a creer, sabiendo de qué personas las aprendiste.”—2 Tim. 3:12-14.
17. ¿Qué se puede decir en cuanto a las personas que enseñaron a Timoteo?
17 Las personas de quienes Timoteo aprendió lo que aprendió no eran impostores inicuos que estuvieran extraviados ellos mismos y que también estuvieran tratando de extraviar a otros. Pablo, de quien Timoteo aprendió tanto por quince años, no era ningún impostor. Si Pablo hubiera sido un impostor no pudiera haber aguantado toda la persecución que sufrió “en asociación con Cristo Jesús”; Pablo hubiera renunciado y se hubiera envuelto en alguna cosa que le hubiera evitado la persecución. Tampoco eran impostoras la madre de Timoteo, Eunice, ni su abuela Loida, quienes le enseñaron los “santos escritos” desde la infancia. Todos estuvieron enseñándole a Timoteo la verdad para su salvación, y no tratando de extraviarlo para obtener ganancia egoísta de él.
18, 19. ¿Por qué tenemos hoy una necesidad aun mayor de los “santos escritos”?
18 Hoy necesitamos el Libro de Dios, los “santos escritos,” tanto como lo necesitó el superintendente cristiano Timoteo, si no más. Estamos viviendo en aquellos mismos días y sus condiciones contra los cuales Pablo advirtió a Timoteo antes en su carta, diciendo: “Sabe esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar. Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, desleales, sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin gobierno de sí mismos, feroces, sin amor de la bondad, traicioneros, testarudos, hinchados de orgullo, amadores de placeres más bien que amadores de Dios, teniendo una forma de devoción piadosa mas resultando falsos a su poder; y de éstos apártate. Porque de éstos se levantan aquellos hombres que se meten a hurtadillas en las casas y se llevan como cautivas suyas a mujeres débiles cargadas de pecados, llevadas de diversos deseos, [mujeres] que siempre están aprendiendo y sin embargo nunca pueden llegar a un conocimiento exacto de la verdad.”—2 Tim. 3:1-7.
19 Sabemos, que esas condiciones predichas están con nosotros y marcan estos días como los críticos “últimos días.” Para enfrentarse a la situación y llegar a un conocimiento exacto de la verdad y permanecer en la verdad, viviéndola, necesitamos más que el libro de un hombre. Necesitamos el Libro de Dios, con todo su consejo e instrucción. Dios Todopoderoso lo ha provisto para nosotros. Para obtener la salvación prometida, tenemos que ‘continuar en las cosas’ que están escritas en ese Libro. El superintendente cristiano Timoteo era un “hombre de Dios,” y por eso Pablo le escribió a Timoteo como lo hizo. (1 Tim. 6:11) Eso es lo que queremos ser, hombres de Dios, gente de Dios.
20. Para ayudar a uno a llenar los requisitos como hombre de Dios, ¿qué nos ha dado Jehová?
20 En tiempos antiguos tanto el profeta Elías como su sucesor Eliseo eran conocidos como hombres o varones de Dios. (1 Rey. 17:18; 2 Rey. 4:9, 21-27) A un ángel materializado y también a profetas innominados se les llamó hombres de Dios. (Jue. 13:6-8; 1 Sam. 2:27; 1 Rey. 13:1-31; 2 Cró. 25:7-9) El profeta Moisés fue el primero de quien la Biblia habla como de un hombre de Dios, y él fue figura profética o tipo de Jesucristo, quien fue el más grande hombre de Dios que ha estado en la Tierra y quien es el ejemplo para todos sus discípulos. (Deu. 33:1; Jos. 14:6) Para que nosotros los discípulos de Cristo podamos ser hombres de Dios, gente de Dios, que estén ‘enteramente competentes, completamente equipados para toda buena obra’ en estos críticos “últimos días,” Dios nos ha dado su Libro en plenitud, los inspirados “santos escritos.” (2 Tim. 3:17) ¡Cuán agradecidos debemos estar a Dios el Dador!
21. (a) ¿Por qué razones llamamos “santa” la Palabra de Dios? (b) ¿Qué cambio puede hacer en la vida de una persona?
21 La Santa Biblia tiene cualidades que no tienen ningunos de los meros libros de hechura humana, del hacer los cuales no hay fin. (Ecl. 12:12) Los escritos de la Biblia son “santos.” Esto se debe a que son ‘inspirados de Dios’ y fueron escritos con el propósito de vindicar, justificar, glorificar a Dios y santificar a su pueblo, haciéndolo santo. Jesucristo llamó atención a este hecho cuando oró a Dios por sus discípulos y dijo: “Santifícalos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad. Y yo me santifico a favor de ellos, para que ellos también sean santificados por medio de la verdad.” (Juan 17:17, 19) La Santa Biblia tiene poder santificador, puede producir un cambio completo en la vida de una persona de modo que la haga un “hombre de Dios,” una persona separada de este mundo endiablado, una persona completamente dedicada a Dios y a su adoración y servicio. Personas de esta clase son las que Dios salvará para vida eterna en su nuevo orden justo, que tanto se ha acercado. La Biblia por lo tanto es muy provechosa para nosotros. Entonces, ¿por qué no deberíamos preferirlo a todo otro libro? ¡Lo hacemos!