“Proclamar libertad en toda la tierra”
A CONTINUACIÓN se encuentra el discurso público que el presidente de la Sociedad Watch Tower Bible & Tract pronunció a concurrencias en Hawaii, Nueva Zelandia, Australia, las Islas Filipinas, el Japón y en otros lugares en el área del Pacífico. A causa de su animoso tema e importancia lo reproducimos aquí para que goce de su lectura y estudio detenido.
“En el día de expiación harás que la trompeta suene en toda vuestra tierra. Y habéis de santificar el año quincuagésimo, y habéis de proclamar libertad en toda la tierra para todos sus habitantes.”—Lev. 25:9, 10, VA.
1, 2. Este es el día para proclamar ¿qué cosa? y ¿qué hace que sea apropiado?
ESTE es el día para proclamar libertad en toda la tierra, entre todas las razas y naciones. Por esa razón entregamos este mensaje, y nuestra intención es manifestar que descansa sobre la fundación correcta y que suena la correcta nota de libertad.
2 La proclamación de libertad denota que la gente será librada. Esta proclamación será buenas nuevas agradables para todos los que aman la justicia y la verdad y que anhelan verdadera libertad para TODA la humanidad, y no sólo para su propia nación o raza. Desde el fin de la I Guerra Mundial, en el año de 1918, el hambre por libertad ha estado royendo las partes vitales de la humanidad como nunca antes. Muchos están haciendo esfuerzos violentos para satisfacer esa hambre. Por siglos grandes multitudes de personas han yacido bajo la opresión de unos pocos, sean ésos unos cuantos hombres como gobernantes o unas cuantas naciones poderosas. Porque las condiciones del mundo empeoran continuamente, esto hace que la condición de los oprimidos parezca ser más y más insoportable. El disgusto se encuentra por dondequiera. Ciertas ideas y sistemas de gobierno han operado por largo tiempo, y el sentido de rebelión en contra de éstos está creciendo y extendiéndose, especialmente bajo el látigo de los agitadores radicales. Los que han sido oprimidos por largo tiempo, siendo mayores en número, están expresando su simpatía los unos para con los otros y están dándose cuenta de su poder numérico por medio de sus portavoces ellos están haciendo sus demandas con más franqueza e insistencia.
3. ¿En qué han resultado los esfuerzos de los libertadores humanos?
3 Muchos hombres sinceros han apoyado la causa de libertad para la gente, pero ¿qué pueden ofrecerle a la gente? Sólo una teoría o un proyecto humano para conseguir la libertad, el cual es muy deficiente para alcanzar la verdadera libertad y que por fin deja a la gente desilusionada. Al mismo tiempo, muchos hombres que son avarientos en cuanto a poder, se han dado cuenta de que las masas anhelan libertad de las tiranías y opresiones que hace mucho se establecieron y se han presentado como libertadores con el fin de explotar para su propio bien y designios ambiciosos el deseo que tiene la gente de libertad. Como resultado el vulgo llega a estar bajo nuevos ladrones de libertad. Su condición no mejora, si de hecho no empeora, bajo los nuevos gobernantes que son esclavos de su propia ambición. Así como lo expresó aptamente uno de la antigüedad que tenía visión profética: “Mientras les están prometiendo libertad, ellos mismos están existiendo como esclavos de corrupción.”—Citado de 2 Pedro 2:19, NM.
4. ¿Cómo se considera la democracia generalmente? ¿Qué tan segura se encuentra hoy en día?
4 Se cree generalmente que la verdadera libertad consiste en tener un gobierno independiente y poder gobernarse a sí mismo. En muchos países la democracia, que quiere decir el gobierno de la gente por medio de sus siervos públicos, se presenta como el máximo de libertad. Para conseguir el apoyo de la gente y para justificar la entrada de los Estados Unidos de Norte América en la I Guerra Mundial el presidente Wilson inventó el lema, “Hacer el mundo un lugar seguro para la democracia.” Pero hoy, después de más de treinta años, la tal llamada “democracia” nunca ha estado en peor peligro. Es verdad, muchas monarquías absolutas o reinos han desaparecido desde entonces, pero a pesar de esto las opresiones sobre la gente no han menguado ni ha crecido la libertad.
5. ¿Quiénes luchan contra la liberación de los pueblos? ¿Qué medios usan?
5 Algunos hombres desprecian la habilidad de la gente para gobernarse a sí misma mediante siervos escogidos por ella y que reciben su poder del consentimiento de la gente a quien ellos gobiernan. Ciertos personajes políticos y ciertas jerarquías religiosas se resienten de los esfuerzos que hace la gente para conseguir mayores libertades y para tener más dominio del gobierno que está sobre ellos y para hacer que sus gobernantes sean responsables al pueblo. De modo que para luchar contra la liberación de la gente, ellos establecen gobiernos totalitarios o dictaduras personales o severos dominios autoritarios. Glorifican al estado político. Creen que el estado tiene el derecho absoluto de planear todas las actividades de la sociedad humana y de demandar la obediencia indiscutible de todos los ciudadanos. Por eso la humanidad en general hoy está dividida entre dos ideas políticas de gobierno y entre dos ideas en cuanto al límite que debe fijarse sobre la libertad de la gente. Las guerras frías y las guerras calientes que se luchan a causa de estas diferencias políticas ahora están en progreso y las libertades de la gente están sufriendo grandes restricciones y daños. La verdadera libertad por medios humanos parece estar ahora más lejos que nunca, a pesar de todos los lemas del día presente.
NO ORIGINAL CON LA DEMOCRACIA
6. ¿Es apropiado proclamar la libertad en los Estados Unidos también? Si es así, ¿por qué?
6 Los Estados Unidos de Norte América goza de los que alguna gente llama una democracia o gobierno de la gente, y se están haciendo esfuerzos para popularizarlo entre otros pueblos. Pero parece que no todos los pueblos quieren la democracia o la clase de democracia que goza el pueblo estadounidense, porque ven en ella lo que aparentemente son defectos serios; y muchos critican cómo se lleva a cabo la democracia. Ni en ese país, que tiene tantos detalles democráticos notables, goza la gente de verdadera libertad. Allí también hay gran necesidad de liberación. Allí igual que en otras partes del mundo es muy apropiado proclamar el gran mensaje de la verdadera libertad.
7. ¿Originó la república americana las palabras de este tema? ¿De quién viene el espíritu de libertad?
7 Esa república americana fué quien popularizó las palabras famosas que se hallan en el tema de esta conferencia. Después que se proclamó la Declaración de la Independencia el 8 de julio de 1776, se tocó la Campana de Libertad en el Salón de Independencia, en Filadelfia, Pensilvania. En esa campana se encuentra esta cita, “Proclamar Libertad en toda la tierra para todos sus habitantes.—Lev. XXV, 10.” Pero estas palabras en verdad no son ninguna parte de la propaganda americana. No se originaron del republicanismo o democracia americanos. Se originaron de la TEOCRACIA, que significa “dominio de Dios”. No son las palabras de un hombre, aunque fueron declaradas por el profeta hebreo Moisés. Son las palabras de Dios. El Dios que adoraban los hebreos se llama “Jehová”, y estas palabras son parte de Su ley para ellos. Jehová Dios es el gran Libertador y el gran Proclamador de libertad para la gente. El espíritu de la verdadera libertad desciende de Él. Así como escribió bajo inspiración uno de sus proclamadores de libertad: “Ahora Jehová es el espíritu; y donde está el espíritu de Jehová, hay libertad.”—2 Cor. 3:17, NM; Sal. 83:18.
8. ¿Se hace esta proclamación ahora con el fin de agitar cosas parecidas a lo que sucedió en los Estados Unidos en 1776? ¿Cómo determinamos nuestra contestación?
8 De modo que en 1776 la recién nacida república americana hecha por hombres solamente adoptó las palabras históricas de libertad, pero no llevó a cabo el verdadero significado de las palabras. Esa república usó esas palabras sólo como un lema para adelantar su rebelión contra la soberanía del gobierno británico. Implicó esas palabras en una revolución política, en el cambio de su posición colonial a la de independencia como un gobierno responsable entre la familia de naciones. Siguió una revolución sanguinaria, que por fin aseguró la independencia. Sin embargo, nuestra proclamación de libertad en toda la tierra en estos días inquietos no se hace con el fin de agitar algo parecido a aquellos eventos de 1776. Cuando examinamos las palabras según se pronunciaron originalmente, podemos ver que se referían a una libertad lograda por medio de la obediencia al Dios Altísimo, libertad lograda mediante un proceder pacífico. Vemos que se anunció esa libertad por todo el país, no mediante el tocar una campana hecha por el hombre, son mediante el tocar una trompeta de cuerno de carnero, la trompeta de Jubileo.
9. ¿Cuál es la substancia de Levítico 25:9-13?
9 Permítanme citar aquí las palabras originales y su contexto de acuerdo con una traducción moderna: “Santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis la libertad por toda la tierra para todos los habitantes de ella. Será para vosotros jubileo, y cada uno de vosotros recobrará su propiedad, volverá a su familia. El año cincuenta será para vosotros jubileo; no sembraréis, ni recogeréis lo que de sí diere la tierra, ni vendimiaréis la viña no podada; porque es el jubileo, que será sagrado para vosotros. Comeréis el fruto que de sí dieren los campos. En este año jubilar volverá cada uno a su posesión.”—Lev. 25:9-13, NC.
10, 11. (a) ¿Por qué nos interesa esa ley ahora? (b) ¿Quién principió la proclamación de libertad? y ¿quién tiene que continuarla ahora?
10 En el siglo dieciséis antes de nuestra era común o período del Anno Domini, el profeta Moisés entregó eso como la ley de Dios para su pueblo escogido, la nación de Israel. Esa ley no se está observando hoy en día, y por eso sólo nos sería de interés histórico pasajero en estos años inquietos si no fuera por el hecho de que esa ley jubilar tuvo un significado profético. Fué cosa buena para esa antigua nación de Israel, y fué una sombra de cosas buenas substanciales que habrían de venir en lo que entonces era el futuro distante, pero que ahora está muy cerca.
11 Dios, el único cuyo nombre es Jehová y que es el gran Libertador, estaba haciendo allí un cuadro para prefigurar una gran liberación que habría de venir, no solamente a la gente de la nación de Israel, sino a toda la humanidad. Uno de sus inspirados proclamadores de libertad nos dice esto en palabras francas, cuando escribe: “La Ley tiene una sombra de las cosas buenas por venir.” (Heb. 10:1, NM) Además el hombre con quien principió el gran movimiento de verdadera liberación se refirió a esa antigua profecía jubilar e indicó que predecía la obra que él había de hacer. Ese hombre fué un hijo de Dios, y él había descendido del cielo a la tierra para vivir por treinta y tres años y medio como hombre con el fin de dar principio a este gran movimiento de liberación y a su proclamación. Su nombre fué Jesucristo y él nació en la línea real de David, que fué rey de Jerusalén por muchos años. Este Jesucristo principió la proclamación y puso el fundamento para la gran liberación hace mil novecientos años. De modo que sus verdaderos seguidores ahora tienen que continuar la gozosa proclamación y tienen que anunciarla denodadamente como si fuera con una trompeta a todas las razas, pueblos, naciones y lenguas.
12. ¿Cómo manifestó Jesús su autoridad para su obra de liberación? y ¿cómo se compara la obra de él con la de Moisés?
12 Hacia el principio de su predicación u obra proclamadora, Jesús pronunció una conferencia pública en el lugar para reuniones religiosas de su propia ciudad Nazaret, en la tierra de Palestina. En esa ocasión el asistente de la sinagoga judía le entregó el rollo que contenía el libro de la profecía de Isaías. El profeta Isaías también se había referido al año jubilar de liberación para el pueblo de Jehová. Por eso Jesús ahora encontró ese pasaje de la profecía de Isaías y lo leyó, diciendo: “El espíritu de Jehová está sobre mí, porque él me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despedir a los quebrantados con una exoneración, para predicar el año aceptable de Jehová.” Entonces Jesús dijo a sus oyentes: “Hoy se cumple esta escritura que acaban de oír.” Y con esa introducción él pronunció una plática que asombró a todos. (Luc. 4:16-22, NM) De esta manera Jesús principió una obra de exoneración o liberación que había de extenderse más allá de los judíos o nación de Israel para alcanzar a todos los pueblos. Su obra de liberación fué mayor que la obra hecha por el antiguo profeta Moisés. La Ley que fué dada por medio de Moisés prefiguró el gran beneficio que vendría a toda la humanidad por medio de Jesucristo. De hecho, Jesucristo fué el Moisés Mayor, y el mismo profeta antiguo Moisés predijo que Jehová Dios levantaría un Profeta semejante a Moisés pero mayor que él. Ese Profeta Mayor fué Jesucristo, y él le trae a la humanidad una liberación que fué prefigurada por la ley jubilar de exoneración.—Deu. 18:15-19; Hech. 3:19-23.
MODELO ANTIGUO DE LIBERACIÓN
13. ¿Cómo vino a entregarse la ley jubilar?
13 Examinemos pues brevemente esa antigua ley jubilar para ver cómo es que significa cosas más grandiosas para nosotros hoy en día. Por más de ochenta años el pueblo de Israel, a quien pertenecía el profeta Moisés, había estado en esclavitud y obligado a desempeñar trabajos crueles y agotadores en la tierra de Egipto. Apoyado por una poderosa fuerza militar, el gobierno opresivo estaba tratando de acabar con esos israelitas. Entonces el Todopoderoso Dios, Jehová, envió al profeta Moisés a su pueblo y por medio de milagros maravillosos, libró a los israelitas del inicuo Egipto y los trajo al monte de Sinaí en la tierra de Arabia. Jehová Dios prometió darles la tierra de Palestina, y los estaba guiando a ese lugar. Pero antes de traerlos a la Tierra Prometida él les dió sus leyes, leyes teocráticas, para gobernarlos cuando por fin se establecieran en la Tierra Prometida. Entre esas leyes estaba ésta que requería la celebración del año jubilar cada cincuenta años, y se declara en detalle en Levítico, capítulo 25.
14. ¿Cuáles problemas con que nosotros ahora nos confrontamos fueron resueltos por esa ley? ¿Por qué de una manera justa?
14 Entre los grandes problemas con que la humanidad hoy se confronta están los de la distribución de la tierra, la preservación del terreno en buenas condiciones, el de acabar con la pobreza entre toda la gente, y el de poner a todos los miembros de la sociedad humana en un mismo nivel. La ley jubilar ilustró cómo se resolverán estos problemas vitales por el Dios de toda sabiduría cuyo nombre es Jehová. Él es el Autor de la ley jubilar y también de su gran cumplimiento sobre toda la humanidad. Era una ley justa. No obró injusticia ni penalidad ni siquiera sobre los que se habían hecho ricos al tiempo de llegar el año jubilar. Fué mediante un milagro que Jehová Dios trajo a los israelitas a la Tierra Prometida, y mediante más milagros libró a esa tierra de los pueblos inicuos que adoraban al Diablo y que no tenían ningún derecho en ella. Esto requirió años, y luego la distribución de la tierra entre los israelitas requirió todavía más años, catorce años en todo según la tradición, después de lo cual la tierra pudo trabajarse pacíficamente y entró en vigor el sistema jubilar. De modo que esa tierra era una tierra dada por Dios, y Jehová tenía el derecho de dictar cómo debía usarse. Toda la tierra es creación de él. Él hizo provisión, no, no para que grandes propietarios se apoderaran de la tierra y forzaran a la gente común a las ciudades, sino para que cada familia tuviera una porción de terreno de tamaño regular que debía permanecer con esa familia de generación en generación. Ni siquiera el mismo rey podía arrebatar legalmente de una familia esa herencia que se había entregado a sus antepasados. Un rey trató de hacer eso por medios disimulados y Jehová hizo que fuera ajusticiado.
15. ¿Cómo se desarrollaron la pobreza, la falta de terreno y Ja esclavitud en Israel?
15 Dios prometió a los israelitas que no habría pobres en su tierra mientras ellos observaran su ley. (Deu. 15:4) Pero Dios preconoció que debido al pecado, la imperfección y el egoísmo de este mundo muchos de los israelitas llegarían a ser pobres, entre tanto que otros se harían ricos y tratarían de retener sus riquezas egoístamente al costo de sus hermanos israelitas. De modo que añadió estas palabras: “Nunca dejará de haber pobres en la tierra, por eso te doy este mandamiento: abrirás tu mano a tu hermano, al necesitado y al pobre de tu tierra.” (Deu. 15:7-11, NC) Para sufragar sus gastos algunos israelitas se verían obligados a vender parte de su terreno heredado o quizás todo y así llegarían a estar sin terreno por un tiempo. Otros quizás tendrían que vender miembros de sus familias o hasta venderse a sí mismos, llegando de este modo a ser esclavos de sus hermanos israelitas o de los extranjeros en la Tierra Prometida. Si uno de sus familiares no podía comprar su terreno para devolvérselo o satisfacer sus deudas y conseguirle su libertad, o si en el intervalo él mismo no conseguía los medios para adquirir dichos beneficios, entonces el año jubilar constituía una esperanza muy brillante para él.
16. ¿Cómo fué el Jubileo un año de liberación para el terreno y para la gente?
16 El año jubilar fué uno de exoneración, de liberación. Hacía frente a todos estos desarrollos lamentables, porque en ese año todos los esclavos israelitas debían ser libertados. Todas las propiedades ancestrales que se habían vendido habían de devolverse a los dueños legítimos, y las familias habían de ser reunidas. En cuanto al mismo terreno, el año jubilar era un año de descanso para él. Cada séptimo año era un año sabático para el terreno, cuando éste debía quedar en barbecho. El año cuadragésimo nono por lo tanto era un año sabático, pero además de eso el año quincuagésimo también era un año sabático para el terreno, de modo que recibía un año adicional para recobrarse. Podía comerse lo que crecía de sí mismo, pero no podía cosecharse y almacenarse. De este modo no sólo tenían los israelitas la oportunidad para recobrarse materialmente y principiar de nuevo, volviendo a tener posesión de sus propiedades y estando al par con sus compañeros, sino que el terreno también tenía oportunidad para recobrar su potencia productiva. Debido a la bendición que recibirían de Dios por su fidelidad, el año cuadragésimo octavo produciría una cosecha tan abundante que suministraría alimento para los tres años sucesivos, hasta que segaran la cosecha que sembrarían el año después del Jubileo.
17. ¿Cómo manifestó Jehová a Israel que él tomaba muy en serio esa ley del año sabático?
17 Debido a lo que esta provisión sabia y amorosa prefiguró para el futuro de toda la humanidad, Dios tomó muy en serio el arreglo que tenía que ver con el año sabático y el año jubilar. Porque no observaron apropiadamente esos años sabáticos Dios castigó a los israelitas desterrándolos para que la tierra dada por Dios pudiera descansar por setenta años mientras que los israelitas desobedientes eran cautivos en la tierra de Babilonia. Ellos mismos se habían vendido a ese cautiverio debido a su pecado contra la ley de Jehová. Pero de acuerdo con el espíritu del año sabático y sus beneficios él obró misericordiosamente como su Libertador. Quebrantó el poder del opresor enemigo y los restauró a su propia tierra. Allí Jehová volvió a manifestar que Él es el Dios y Autor de libertad.
18. ¿Cómo no obró ninguna injusticia esa ley a los que compraban terreno o esclavos legalmente? ¿Se llevó a cabo con revolución y derramamiento de sangre?
18 Mediante el hacer que los dueños de esclavos libertaran a sus siervos israelitas y mediante el requerir que los compradores restauraran las propiedades ancestrales a sus dueños legítimos, Dios no obró injustamente con los que habían hecho compras legítimas. Todas las compras tenían que hacerse sobre la base del número de años que todavía quedaban hasta el Jubileo. Además, todo el terreno pertenecía al Creador de la tierra. Por esa razón su ley dijo: “Las tierras no se venderán a perpetuidad, porque la tierra es mía, y vosotros sois en lo mío peregrinos y extranjeros.” (Lev. 25:23, NC) Tenían que recordar, también, que todos ellos eran esclavos libertos, que una vez fueron oprimidos en Egipto y más tarde en Babilonia. Y así como Jehová había tenido misericordia para con ellos por causa de su nombre y los había libertado de la servidumbre en la tierra del enemigo, ellos también tenían que manifestar la cualidad divina de misericordia y libertar a sus esclavos israelitas el año jubilar en obediencia al mandato del gran Libertador. “Porque es para conmigo que los israelitas son esclavos, siendo mis esclavos que yo saqué de la tierra de Egipto, yo, el SEÑOR, su Dios.” (Lev. 25:55, UTA) De modo que todo el arreglo fué justo y misericordioso. Fué llevado a cabo sin revoluciones violentas y sin derramamiento de sangre. La trompeta jubilar por lo tanto anunciaba paz y gozo en toda la tierra.
19. ¿Cómo ha sido esclavizado el hombre por el hombre? y ¿cómo se ha tratado el terreno?
19 Esto predice una liberación aun mayor para la humanidad en cuanto a sus deudas y esclavitud y un recobro aun mayor para la tierra. ¡E imagínese, esto está precisamente a nuestras puertas! No hay duda de que el hombre ha sido esclavizado por su prójimo. Esto es verdad, no importa que haya sido mediante poder militar, mediante la usurpación de poder político, mediante grandes monopolios, carteles y sistemas comerciales e industriales, o mediante tramperías e hipocresía de parte de los clérigos religiosos. Más aun, se han apoderado de la tierra los egoístas, los gobernantes y los aristócratas y el clero religioso. En años recientes se han dividido grandes propiedades hasta cierto punto y éstas se han distribuído entre la gente. Pero esto se ha efectuado con mucho disgusto de parte de los dueños, y sólo porque los gobiernos que favorecen esa política han ejercido presión. En Italia, la cuna del catolicismo romano, ha habido fuertes quejas y movimientos violentos a causa de la lentitud con que el gobierno republicano está llevando a cabo sus promesas electorales de distribuir la tierra entre la gente agobiada por la pobreza. Un gobernante oriental anunció recientemente su propósito de dividir sus grandes propiedades y repartirlas entre su pueblo. Pero esto no es parte del cumplimiento del Jubileo prometido para la humanidad. Es sólo parte de los esfuerzos desesperados que están haciendo los gobernantes y los sistemas de este mundo para perpetuar el dominio del hombre por el hombre o que está haciendo la gente para gobernarse a sí misma de una manera independiente de Jehová Dios. Aunque se distribuyeran todos los terrenos laborables de la tierra entre todas las familias de la tierra, todavía se necesitaría una gran liberación para libertar a la humanidad de sus grandes opresores.
LO ESENCIAL PARA LA VERDADERA LIBERTAD
20. ¿Cómo proyectó el gran opresor esclavizar a toda la humanidad?
20 El opresor principal de la raza humana es el gran adversario de Jehová Dios, Satanás el Diablo. Su mismo nombre Satanás significa “opositor”, entre tanto que su nombre “Diablo” significa “calumniador, acusador falso”. Jehová Dios favorece la verdadera libertad para todas sus criaturas. Satanás el Diablo favorece su esclavitud. Él se opone al propósito divino para libertarlas, porque eso quiere decir libertarlas del poder del Diablo. Por esta razón él calumnia o acusa falsamente al Dios verdadero y viviente y quiere que toda la creación crea que Jehová es el tirano. Satanás el Diablo ha codiciado la tierra, y ha tratado de separarla de la soberanía universal de Dios. Satanás pretende que todos los de la humanidad son sus esclavos. Desafió a Jehová Dios a que pusiera sobre la tierra a un hombre que se mantuviera independiente del dominio de Satanás y que jurara su lealtad a Dios y que la retuviera aun bajo la prueba más severa. Se dió cuenta de su oportunidad para esclavizar a toda la humanidad en el hogar original del hombre, en el jardín del Edén, que se encontraba en alguna parte del Oriente en la región de los ríos Tigris y Éufrates. Él entonces era un hijo de Dios y era un poderoso ángel que Jehová el Creador había colocado sobre el primer hombre y su esposa como el ‘querubín ungido que cubría’. (Eze. 28:13-18) Si él lograba apoderarse de nuestros primeros padres Adán y Eva, él podía esclavizar a toda su prole desde su nacimiento.
21, 22. ¿Cómo, pues, principió la esclavitud en el universo de Dios?
21 De modo que el “querubín ungido” se rebeló contra la soberanía universal de Jehová y se transformó a sí mismo en Satanás, u opositor de Dios. Luego para hacer que el hombre se uniera a la rebelión se acercó a Eva, la esposa del hombre. Se hizo a sí mismo un Diablo o calumniador porque acusó falsamente a Jehová Dios delante de ella, diciéndole que Dios la mantenía en ignorancia mediante sus mandamientos y que le estaba negando algo que haría que ella y Adán fueran como dioses, independientes y capaces de decidir por sí mismos en cuanto a lo que era correcto e incorrecto, bueno y malo. Le dijo que era imposible que Dios cumpliera su amenaza tocante a dar muerte a los rebeldes, porque ellos de seguro no morirían por comer de la fruta prohibida. Por eso ellos deberían actuar para libertarse y deberían comer lo que veían que era bueno para ellos. Completamente engañada por este libertador fraudulento, Eva quebrantó la ley de Dios y luego dió de la fruta a su cabeza responsable, a su esposo Adán. Siendo inducido por su esposa, Adán comió, y este acto constituyó una rebelión voluntariosa contra su Hacedor y Dios, Jehová.
22 De esta suerte comenzó la esclavitud en el universo de Dios. Satanás el Diablo llegó a ser el esclavo de su propia ambición egoísta. A causa de su rebelión Adán y Eva perdieron su verdadera libertad bajo Dios y llegaron a ser esclavos del opositor de Dios, Satanás el Diablo. A causa de sus apetitos egoístas todos nosotros fuimos vendidos por ellos a una esclavitud de la cual es imposible libertarnos nosotros mismos. Por esto toda la humanidad, lo cual incluye a todos nosotros en este día, ha descendido de antepasados que eran esclavos.—Génesis, capítulo 3.
23. ¿Cómo ha edificado Satanás una organización invisible? ¿Con qué propósito?
23 Desde ese entonces Satanás el Diablo ha edificado su organización en toda la tierra. No sólo condujo la humanidad hacia la rebelión contra el Creador sino que también indujo a espíritus en el cielo, a ángeles que una vez eran hijos de Dios y tan santos como había sido este “querubín ungido” del hombre, a desertar de la organización libre de Dios y unirse a la de Satanás el Diablo. Se han convertido en diablos o demonios y han inundado la tierra con adoración demoníaca en una forma u otra. Siendo pues engañadores, han inducido a los hombres a que adoren los demonios en vez de al Dios verdadero bajo la creencia piadosa de que están adorando a sus antepasados. De modo que la parte invisible de la organización de Satanás es sobrehumana y es absolutamente imposible que la humanidad, o cualquier gobierno de la humanidad, incluyendo a las Naciones Unidas, quebrante el poder del dominio satánico invisible para libertar a los hombres. No importa que se ofendan porque lo decimos, los hombres no pueden libertar a la sociedad humana ni a los gobiernos humanos de la influencia e ingerencia dominante de Satanás el Diablo. Él se ha hecho lo que las Escrituras sagradas lo llaman, “el dios de este sistema de cosas” que ciega las mentes de los hombres a la verdad. Esto explica la corrupción, la decadencia y la caída de todos los gobiernos hechos por el hombre que han existido sobre la faz de la tierra.—2 Cor. 4:4, NM.
24. ¿Cómo vendrá la liberación del hombre? ¿por el hombre, por la democracia, o por qué cosa?
24 Hombres que se ensalzan a sí mismos y que se presentan como los libertadores de la gente se están engañando a sí mismos y también a los que siguen tras ellos como sus guías. Las democracias y las repúblicas de la gente no abren el camino hacia la libertad. La TEOCRACIA, el Gobierno de Dios, su gran Reino Jubilar, es lo que libertará a la humanidad. Este arrebatará a esta tierra, la creación de Dios, de las garras del terrateniente opresivo, Satanás el Diablo, y restaurará el dominio de la tierra y de sus habitantes a la soberanía universal de Jehová, como miembros libres de su familia universal de criaturas inteligentes.
SERVIDUMBRE DE CORRUPCIÓN
25, 26. ¿Quién se presentó como el Apóstol de libertad? ¿Quién se opuso a él?
25 Pero hay otras cosas aparte de la organización de Satanás de las cuales la humanidad necesita ser librada. El Hijo de Dios, “el hombre Cristo Jesús,” indicó claramente cuáles son estas cosas. Él manifestó, también, cómo se llevará a cabo la liberación de esas cosas. Él no estaba engañando a la gente cuando se presentó como el Apóstol de la libertad, sino que su Padre celestial Jehová Dios lo envió a desempeñar esta misión para dar descanso a la humanidad de todos sus afanes. Él fué ungido con el espíritu de su Padre. Por eso él correctamente tomó en sus labios la profecía de Isaías y se aplicó a sí mismo la comisión que allí se declara, “para proclamar a los cautivos libertad, y a los aprisionados abertura de la cárcel; para proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de la venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran.” (Isa. 61:1, 2) Se opusieron a él, no, no especialmente los gobernantes políticos Poncio Pilato y el rey Herodes, sino los opresores religiosos de la gente, a saber, los sacerdotes y sus escribas y las sectas religiosas de los fariseos y saduceos, clérigos que, según dijo Jesús, “atan cargas pesadas y las ponen sobre los hombros de la humanidad, pero ellos mismos no quieren moverlas ni con un dedo suyo.”—Mat. 23:1-4, NM.
26 Para impedir la liberación de la gente, esos opositores religiosos querían matar a Jesús, y él les dijo: “Ustedes son de su padre el Diablo y quieren cumplir los deseos de su padre. Ese era un asesino cuando principió, y no permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él.”—Juan 8:44, NM.
27. ¿A qué otra cosa eran esclavos los judíos según les manifestó Jesús?
27 En esa misma ocasión Jesús les manifestó cómo eran esclavos que no podían escaparse mediante sus propios esfuerzos, y que él los tendría que libertar de todos los esclavizadores. Sí, ellos estaban en el poder de Satanás el Diablo, pero también estaban sujetos a algo más personal que el Diablo. Los que esclavizan a la gente usan mentiras para apoderarse de ella. Por eso Jesús el Hijo de Dios dijo: “Si permanecen en mi palabra, ustedes verdaderamente son mis discípulos, y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.” Los judíos demostraron que se sintieron ofendidos debido a esta insinuación de que eran esclavos. Así se ve que Jesús expuso la servidumbre en que estaban al decir: “De cierto les digo, Todo obrador de pecado es esclavo del pecado. Además, el esclavo no permanece en la familia para siempre; el hijo permanece para siempre. Entonces si el Hijo los liberta, realmente serán libres.”—Juan 8:31-36, NM.
28. A pesar de su descendencia y leyes, ¿por qué no estaban ellos libres?
28 Estas palabras del Hijo de Dios prueban que todos los de la humanidad son esclavos del pecado, porque todos obran el pecado. Los judíos a quienes hablaba Jesús eran descendientes del fiel patriarca Abrahán y Dios les había dado su ley por medio de Moisés. Porque eran descendientes de Abrahán por su mujer libre, su esposa Sara, los judíos pensaban que eran libres, y que no estaban sujetos al poder de Satanás el Diablo. Ellos también trataban de establecer su propia justicia mediante el guardar la ley de Moisés, y tenían un sacerdocio bajo esa ley para ofrecer sacrificios animales por sus pecados en contra de la Ley; y por eso se consideraban a sí mismos justos y no esclavos del pecado. Pero esa misma ley de Moisés, en vez de declarar que los judíos eran justos, los condenó como pecadores y como merecedores del castigo de Dios por sus pecados. Ellos eran pecadores igual que el resto del mundo y sus bocas no podían jactarse de su propia justicia. Mediante esa ley de Moisés y sus diez grandes mandamientos recibimos conocimiento manifestando que nosotros no tenemos justicia propia, sino que somos pecadores incapaces de ayudarnos a nosotros mismos. “Ahora nosotros reconocemos,” dice el apóstol Pablo, “que todas las cosas que dice la Ley las dice a los que están bajo la Ley, para que enmudezca toda boca y todo el mundo sea merecedor de castigo ante Dios. Así es que por obras de la ley ninguna carne será declarada justa ante él, porque mediante la ley viene el conocimiento correcto del pecado.”—Rom. 3:19, 20, NM.
29. ¿Por qué es que no somos esclavos del pecado y la corrupción debido a la creación de Dios?
29 ¿Cómo es, pues, que todo el mundo es esclavo del pecado y está en cautiverio a la corrupción? No se debe a que toda la creación visible y material sea mala, corrompida o perversa en sí misma; no es porque el gran Creador Jehová Dios haya hecho al hombre y a la mujer malos en su principio. Esa es una imposibilidad, porque Jehová Dios no es la fuente del pecado, imperfección y corrupción. Manifestando que la culpa la tenemos nosotros y no Jehová Dios, leemos: “Su obra es perfecta; porque todos sus caminos son justicia: un Dios de fidelidad y sin iniquidad, justo y recto es él. Ellos han tratado corruptamente con él, ellos no son sus hijos, es defecto de ellos.” El sabio rey Salomón concuerda con estas palabras de Moisés y dice: “He aquí, solamente esto he hallado; a saber, que Dios hizo recto al género humano; mas ellos se han buscado muchos artificios.” (Deu. 32:4, 5, AN; Ecl. 7:29) El registro inspirado de la creación del hombre nos informa que Dios hizo a Adán y Eva absolutamente perfectos, los colocó en el paraíso del Edén, y les mandó que produjeran hijos perfectos para llenar esta tierra y que extendieran su perfecto hogar paradisíaco hasta los fines de la tierra. Pero antes de producir hijo alguno, Adán y Eva se unieron con Satanás el Diablo en su rebelión y llegaron a ser pecadores contra su Creador y Legislador.
30. ¿Cómo, pues, llegamos todos nosotros a estar sujetos al pecado, a la corrupción y a Satanás?
30 Mediante esto llegaron a ser esclavos del pecado, y fueron arrojados fuera del paraíso del Edén y a la tierra que no estaba cultivada ni sojuzgada. Siendo que ellos ahora eran esclavos del pecado, no podían producir hijos perfectos y justos. Por eso todos nosotros sus descendientes nacimos como esclavos del pecado. Desde nuestro nacimiento somos imperfectos y sujetos a la corrupción. También nacimos en este mundo inicuo de Satanás el Diablo, “el dios de este sistema de cosas.” Por consecuencia nacimos sujetos a su poder.—Gén. 1:26-28; 2:7, 8.
31, 32. (a) ¿Qué otro rey ha reinado, y por qué sobre todos nosotros? (b) ¿Por qué no viene la vida por la ley mosaica? entonces ¿cómo es posible?
31 Juntamente con estas circunstancias otro rey falto de misericordia ha estado gobernando sobre nosotros y hemos sufrido como súbditos de él y se nos ha cargado con tristeza y dolor. ¿Quién es este rey que ha llenado nuestra vida con aflicción y dolores de corazón? Es la muerte, y los sepulcros incontables testifican cruelmente en cuanto a su dominio implacable. ¿Cómo se hizo rey de toda la humanidad la muerte? Se debe a que nuestros primeros padres pecaron contra el gran Legislador y Dador de vida antes que naciera cualquiera de nosotros. Dios había amonestado al primer hombre Adán que si desobedecía a Dios y pecaba él moriría. Por otra parte, si Adán continuaba obedeciendo a Dios él seguiría viviendo sobre la tierra paradisíaca para siempre y sería el padre de una tierra llena de hijos perfectos. Pero Adán y su esposa se vendieron al pecado, y Dios los sentenció justamente a la muerte. Le dijo a la mujer Eva que ella daría a luz hijos con gran dolor y tristeza. No hijos perfectos, sino hijos imperfectos, pecadores, condenados a la muerte desde su nacimiento. Pues leemos: “¿Quién podrá sacar cosa limpia de inmunda? Ninguno.” (Job 14:4) De modo que todos nosotros nos encontramos sujetos al cruel rey de la muerte desde nuestro nacimiento porque nacimos de Adán, y ni siquiera la ley de Moisés fué la vía de escape de su dominio. Esto explica por qué todos son pecaminosos, imperfectos y moribundos.
32 Por lo tanto leemos: “Por medio de un solo hombre el pecado entró al mundo y la muerte por medio del pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habían pecado—. Porque hasta la Ley el pecado estaba en el mundo, pero a nadie se le acusa de pecado cuando no hay ley. No obstante, la muerte rigió como rey desde Adán hasta Moisés, aun sobre los que no habían pecado a la manera de la transgresión de Adán.” Pero, entre tanto que la ley de Moisés sólo manifestó que toda la humanidad, incluyendo a los judíos, eran pecadores, la bondad inmerecida de Dios proporcionó socorro para el hombre y proveyó los medios para que la humanidad caída pudiera lograr la justicia, cuyo galardón es vida eterna en un justo nuevo mundo. Por esto leemos en seguida: “Pero donde abundó el pecado, la bondad inmerecida abundó aun más. ¿Con qué fin? Para que, así como el pecado gobernó como rey con la muerte, así también la bondad inmerecida pudiera gobernar como rey mediante la justicia con vida eterna en perspectiva por medio de Jesucristo nuestro Señor.” Entonces la vida eterna en un mundo restaurado de justicia sólo es posible mediante Jesucristo el Hijo de Dios. Para probar este hecho, el argumento bíblico ya citado sigue diciendo: “El salario que paga el pecado es muerte, pero el don que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor.”—Rom. 5:12-14, 20, 21; 6:23, NM.
EL COSTO DE LA LIBERACIÓN
33. ¿En qué sentido, pues, nos libra verdaderamente el Hijo de Dios?
33 Ahora podemos apreciar por qué Jesucristo el Hijo de Dios dijo: “Si el Hijo los liberta, realmente serán libres.” Ni nosotros, ni ningún gobierno humano sobre la tierra, puede libertarnos de la esclavitud al pecado, al error, a la muerte y a Satanás el Diablo. Si la ley de Moisés no pudo hacerlo, entonces ningún gobierno humano nos puede justificar por la ley y darnos una reputación limpia a la vista de Dios. ¿Cómo, pues, podemos ser librados de la condenación a la muerte que descansa sobre nosotros debido a que nacimos en pecado? Únicamente por lo que la bondad inmerecida de Dios hace para nosotros por medio de su Hijo Jesucristo. Únicamente por medio de él podemos lograr descanso jubilar de nuestra esclavitud al pecado y a la muerte bajo Satanás el Diablo. Esto se prefiguró por el arreglo del año jubilar. ¿Cómo?
34. (a) ¿Qué día principiaba el Jubileo? (b) ¿Qué prefiguraron esos sacrificios?
34 Tenga presente este hecho importante acerca de esa ley profética: La trompeta jubilar había de tocarse el día diez del séptimo mes judío, es decir, “en el Día de Expiación,” no antes que se ofreciera el sacrificio para la expiación del pueblo, sino después. Por esto el año jubilar no podía principiar sin que primeramente se expiaran los pecados de todo el pueblo de Israel contra la ley de Dios por los sacrificios hechos en el templo de Dios por sus sacerdotes. (Lev. 25:9) Todos esos sacrificios de expiación en el día de expiación prefiguraron el solo sacrificio suficiente que el “hombre Cristo Jesús” como el Sumo Sacerdote ofrecería a Dios por los pecados de toda la humanidad. Este sacrificio no fué un animal inferior como un novillo u oveja o cabra, sino que fué su propia vida humana; y él presentó el valor de este sacrificio humano, no en el templo en Jerusalén sobre la tierra, sino en el mismo cielo, en la misma presencia de Dios, porque Jehová Dios no reside sobre la tierra en templos hechos por el hombre. Acerca de esto leemos: “Él entró, no, no con la sangre de cabras y de novillos, sino con su propia sangre, una vez para siempre en el lugar santo y obtuvo una exoneración eterna para nosotros. Porque Cristo entró, no en un lugar santo hecho por manos el cual es una copia de la realidad, sino al cielo mismo, para comparecer ahora ante la persona de Dios a favor nuestro.”—Heb. 9:12, 24, NM.
35. ¿Cómo murió Jesús? y ¿cómo no se anularon los beneficios de su muerte?
35 Jesús, que había nacido perfecto por el poder milagroso de Dios, retuvo su inocencia, y murió, no porque hubiera pecado, sino como un sacrificio. Murió a manos de sus enemigos religiosos, porque dió testimonio a la verdad y porque predicó que el reino venidero de Dios era el único gobierno legítimo de la tierra y la única esperanza de toda la humanidad. Para que el sacrificio humano de Jesús no fuera anulado sino que permaneciera para el beneficio de la humanidad, Dios levantó a su Hijo Jesucristo de entre los muertos como un Hijo espiritual glorificado, concediéndole la vida inmortal. Porque había muerto fiel a la soberanía universal de Jehová Dios, Dios lo resucitó de entre los muertos para ser el Rey celestial del nuevo mundo.—1 Ped. 3:18, 22.
36. Por eso ¿hasta cuándo no podía principiar el gran Jubileo?
36 De esto podemos ver que la gran liberación jubilar para la humanidad no podía principiar verdaderamente sino hasta después que el sacrificio de expiación que quita el pecado se hubiera ofrecido por el Sumo Sacerdote de Dios, Jesucristo, sobre la tierra y luego fuese presentado a Dios en el cielo.
37, 38. (a) ¿En qué año fué el Jubileo? y ¿en qué día se derramó el espíritu? (b) ¿De qué liberación fué esto una prueba, y para quiénes?
37 Es interesante notar este hecho: El Jubileo se celebraba el año quincuagésimo. Para corresponder a esto, cincuenta días después de la resurrección de Jesús de entre los muertos llegó la fiesta judía de las semanas o Pentecostés. (Pentecostés significa “día quincuagésimo”.) Fué en este día de la fiesta de Pentecostés que el espíritu santo de Dios fué derramado sobre los fieles discípulos, y que principiaron ellos una gran obra de predicación y de liberación espiritual.
38 Este derramamiento del espíritu sobre ellos fué una señal visible de que Jesucristo había ascendido al cielo y que había entrado a la presencia de Dios y que le había ofrecido el valor de su sacrificio humano. Era prueba de que Jesucristo ya estaba sentado a la diestra de Dios en el cielo como el gran Sacerdote y Rey parecido al antiguo Melquisedec, que fué “sacerdote del Dios Altísimo”. (Hech. 2:1-36; Gén. 14:18; Heb. 7:1-27) De ese modo los fieles discípulos de Jesucristo que empezaron a recibir el espíritu santo en ese día de Pentecostés o día quincuagésimo fueron libertados de la condenación del pecado y fueron libertados de su cautiverio a Satanás el Diablo, que es el “dios de este sistema de cosas”. Las Sagradas Escrituras nos informan que los discípulos ungidos que se probarán fieles hasta la muerte por fin llegarán a ser 144,000. Estos, también, habrán de experimentar una resurrección espiritual de la muerte, una resurrección a la vida inmortal en el cielo, para reinar allí con su Guía Jesucristo en su reino celestial del justo nuevo mundo.—Apo. 14:1, 3; 2:26-28; 3:21.
EL GOBIERNO DE LIBERACIÓN
39. ¿Por qué es éste el tiempo de dar a conocer las nuevas tocantes al Jubileo?
39 Ahora, después de diecinueve siglos durante los cuales la humanidad en general ha sufrido, ha gemido y ha muerto en servidumbre al pecado, a la imperfección, al egoísmo, a la organización mundial de Satanás, y a la muerte, AHORA ha llegado el tiempo para dar a conocer las buenas nuevas del gran Jubileo del nuevo mundo como si fuera por el toque de una trompeta. Cuando el hombre tuvo su principio el gran Libertador Jehová permitió que la humanidad llegara a estar en servidumbre al pecado, a la muerte, y al Diablo, pero nunca fné su propósito que la humanidad continuara para siempre en dicha servidumbre. Hace muchísimo en el paraíso del Edén inmediatamente después que el pecado hubo entrado al mundo por medio de Adán y junto con eso la muerte y el dominio de Satanás la Serpiente engañadora, Jehová Dios declaró una profecía de liberación para la humanidad que vendría mediante un Libertador, la Simiente de la mujer de Dios. Esta Simiente de su mujer, profetizó Dios, heriría la cabeza de la gran Serpiente, Satanás el Diablo, el originador de lo que es malo y perverso. (Gén. 3:15) Esa Simiente de la mujer de Dios es su Hijo Jesucristo. Dios es el gran Marcador de tiempo, El que fija los tiempos y las sazones y hace que todo camine exactamente de acuerdo con su horario. Así se ve que él ha fijado un tiempo definitivo para que termine el dominio de Satanás. Eso quiere decir que él también fijó el tiempo cuando él mismo gobernaría sobre la tierra por medio de su reino prometido. Nosotros ahora estamos en el “tiempo del fin” del dominio de Satanás. Ese “tiempo del fin” principió hace unos treinta años, en 1914. Esa fecha puede determinarse por el horario del Libro de Dios, la Biblia.
40, 41. (a) ¿Por qué marcó 1914 el tiempo para el reino de Dios? (b) ¿Qué evidencias tenemos de que principió allí y que estamos al fin del mundo?
40 Allí terminaron los “tiempos señalados de las naciones”, porque esas naciones están sujetas a Satanás el Diablo y son opresoras del pueblo de Dios. Las naciones, estando sujetas al esclavizador diabólico, han dominado la tierra malamente y no han traído liberación a los pueblos oprimidos. Siendo que los “tiempos señalados” de su poder caducaron en 1914, el tiempo entonces llegó para que Dios el Creador reasumiera su poder sobre la tierra, la creación de él, así como lo ejerce sobre el resto del universo. (Luc. 21:24, NM) Hizo esto instalando su reino en los cielos para que gobernara la tierra y sus pueblos de allí en adelante, y puso ese gobierno en manos de su Rey ungido, Jesucristo. No debe haber incertidumbre acerca de esto en la mente de ninguna persona honrada. Poco antes de su muerte de sacrificio Jesús predijo la señal que daría evidencia de que estábamos en el “tiempo del fin”, en la “consumación de este sistema de cosas”, y que se estaba acercando el fin consumado de este mundo opresivo de esclavitud. Ya vemos esa señal. Toda persona informada conoce la historia del mundo desde 1914. Principió con la primera guerra total, con nación entera luchando contra nación entera, con reino entero luchando contra reino entero.
41 Esa primera guerra mundial fué acompañada de los horrores producidos por la escasez de alimentos, pestilencias, terremotos, persecución violenta de los verdaderos cristianos que son herederos del reino de Dios, el fracaso de todos los esfuerzos y alianzas para conseguir la paz, el aumento del temor entre las naciones sin conocer ellas ninguna salida por medios humanos. TODAS estas experiencias de la presente generación fueron predichas por Jesucristo y marcan nuestro tiempo como el “tiempo del fin” del mundo de Satanás y como el tiempo para que el reino de Dios domine en medio de todos sus enemigos visibles e invisibles. Jesús dijo: “Cuando vean que sucedan estas cosas, sepan que el reino de Dios está cerca. Verdaderamente les digo, Esta generación de ninguna manera pasará hasta que sucedan todas las cosas.”—Luc. 21:31, 32, NM.
42. Por lo tanto ¿qué está a la mano para la liberación de la humanidad?
42 El reino de Dios por medio de su Hijo Jesucristo es el único gobierno de liberación. El gran sacrificio de expiación de Cristo Jesús el Sumo Sacerdote se ha presentado en el cielo, y durante los últimos diecinueve siglos sus fieles seguidores han recibido el beneficio de esto debido a su fe. Ahora además de esto se ha establecido el gobierno teocrático de Jehová con Cristo como su Rey. Como el libertador de la gente éste tiene que destruir completamente la organización mundial del Diablo, visible e invisible, y traerla a un fin completo. Esto lo hará en la guerra universal del Armagedón, la batalla final hacia la cual todas las naciones ahora están marchando bajo la influencia de Satanás y sus demonios.—Apo. 16:14-16.
43, 44. (a) ¿Cómo predijo Jesús la proclamación jubilar de ahora? (b) ¿Qué se prueba por su proclamación?
43 Siendo que ahora es posible cubrir los pecados de la humanidad por medio del sacrificio de Cristo y siendo que el reino de Dios ya se ha establecido, AHORA es el tiempo para que se proclame fuertemente el Jubileo para toda la humanidad. ¿Quién deberá proclamarlo? Los seguidores ungidos de Cristo y todas las personas de buena voluntad que reciben el mensaje con fe y gozo. Jesús dijo: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin consumado.”
44 Jesús incluyó esta predicación del Reino a todas las naciones entre los muchos detalles de la señal que marcaría el “tiempo del fin” y el tiempo de su presencia en el Reino. De una manera notable desde 1919 estas buenas nuevas del reino de Dios establecido se han estado predicando por los testigos de Jehová en todas partes de la tierra a todas las naciones. Cada año este testimonio del Reino aumenta a pesar de la oposición y persecución religiosa, política, judicial y militar. En esto, pues, tenemos otra poderosa prueba visible de que el Reino que libertará a la humanidad está en poder, dominando ahora en medio de sus enemigos antes de destruirlos en el Armagedón.—Mat. 24:3-14, NM; Mar. 13:4-9; Luc. 21:7-28.
45. (a) ¿Cuándo y cómo será quebrantado el poder de los esclavizadores? (b) Por esto ¿qué tienen que hacer los amantes de la libertad ahora?
45 Cuando el testimonio del Reino, la tocada moderna de la trompeta jubilar, se haya dado en todo lugar tan extensamente como Dios ha decretado, entonces en el día y a la hora que él mismo ha señalado la batalla del Armagedón vendrá repentinamente como un ladrón sobre el mundo de Satanás. Su poder esclavizador sobre esta tierra y sus habitantes será quebrantado y removido para siempre. Todos los que siguen en esclavitud voluntaria a él serán destruídos con él. Por eso AHORA es cuando hay que tocar la trompeta jubilar por medio de dar testimonio al reino de Dios, al gobierno que dará vida eterna en un nuevo mundo libre. Con el poder que recibe de la verdad concerniente al reino de Dios la gente de buena voluntad que oye la trompeta jubilar tiene que esforzarse para libertarse del mundo esclavizador de Satanás. Tiene que huir al reino de Dios sabiendo que es el gobierno legítimo de toda la humanidad, la única contestación a la oración que Jesús nos enseñó, “Nuestro Padre en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Cúmplase tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.” (Mat. 6:9, 10, NM) Él también nos aseguró, “Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.” Él dijo, también, que la Palabra de Dios en la Santa Biblia es la verdad. (Juan 17:17) Por esto ahora en este corto período antes del Armagedón escuche usted la proclamación jubilar, aprenda la verdad, y luego actúe en armonía con ella sin demora alguna, para que pueda usted ganar su libertad. Entonces, como hombres y mujeres libres, unan sus fuerzas en todo el mundo para “proclamar libertad en toda la tierra para todos sus habitantes”. ¡Mediante este curso usted podrá vivir a través del Armagedón y nunca jamás morir!
46. ¿Cómo completará la liberación de la humanidad el nuevo mundo?
46 La guerra justa de Dios en el Armagedón libertará a la humanidad del dominio de Satanás. Entonces principiará el nuevo mundo y completará la liberación de la humanidad. Ese rey, la Muerte, ya no dominará, sino que todos los efectos pecadores que se deben a nuestro nacimiento de Adán el cual trajo la muerte serán removidos de todos los que obedecen el reino de Dios. Sí, la muerte será obligada a librar a los que ahora retiene en los sepulcros, porque Cristo Jesús hará sonar su voz y todos los que están en los sepulcros oirán su voz y saldrán. A todos se les enseñarán los justos requisitos y la verdad del Dios Altísimo, y todos los obedientes serán levantados de su condición pecaminosa e imperfecta a la perfección humana.
47. Para corresponder al Jubileo, ¿qué se hará con la tierra?
47 Para siempre será verdad, “De Jehová es la tierra y cuanto ella contiene; el mundo y los que en él habitan.” (Sal. 24:1) Ya no monopolizarán los terrenos los propietarios voraces, ni arderán más guerras para extender los límites territoriales o para adquirir más recursos naturales, arruinando de esa manera la superficie de la tierra y privando a la gente de sus hogares y reduciéndola a la pobreza. Ya no quedará la tierra desolada e inhabitable debido a la erosión y agotamiento del terreno. El Rey Cristo Jesús asignará a cada súbdito fiel una porción de la tierra para que la cultive y goce de ella para dar gusto al gran Propietario Jehová. Bajo la bendición divina la tierra llegará a ser muy fértil y producirá bastante para todas las necesidades humanas. El paraíso llegará a ser una realidad global.
48. ¿Cómo logrará la humanidad el derecho a la vida eterna?
48 Cristo Jesús el Rey concederá los beneficios de su perfecto sacrificio humano a todos sus súbditos obedientes, para cumplir la profecía, “Se llamará . . . Padre sempiterno.” (Isa. 9:6, NC) Los que entonces prueben su lealtad a la soberanía universal de Jehová y a su Rey serán declarados dignos del derecho a la vida eterna en el mundo sin fin, mundo de paz, salud y felicidad.
49. De este modo ¿qué palabra dada por Dios vindicará él mismo?
49 Allí, pues, el gran Libertador celestial, Jehová Dios, vindicará la palabra que él ha dado, “que la misma creación también será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios.” (Rom. 8:21, NM) Dejemos que las gloriosas buenas nuevas de esta libertad que ahora está a la mano se proclamen fuertemente en toda la tierra a todos los habitantes de ella. Haga usted su parte.