Ejerciendo paciencia
“Por lo tanto, ejerzan paciencia, hermanos, hasta la presencia del Señor. ¡Miren! el agricultor se mantiene en espera del precioso fruto de la tierra, ejerciendo paciencia en cuanto a ello hasta que recibe la lluvia temprana y la lluvia tardía.”—Sant. 5:7.
1. ¿Quién es el Dios de paciencia, y cómo la muestra?
JEHOVÁ es el gran Dios de paciencia. Esta paciencia se funda en su gran amor y misericordia. Ha demostrado su bondad inmerecida y clemencia en muchas ocasiones. La demostró al dar advertencia a la gente del día de Noé, la cual estaba llenando la Tierra de violencia, al notificar a Faraón por medio de Moisés y al enviar una serie de plagas antes de dar muerte al primogénito de Egipto, al enviar mensajeros angelicales a la gente de Sodoma y Gomorra, al enviar profetas a Israel, y finalmente al enviar a su propio Hijo. La paciencia de Jehová se ha demostrado muchas veces en el transcurso de la corta historia del hombre. Vez tras vez los hombres se han alejado de las sendas de la justicia, pero Jehová pacientemente ha dado corrección y amonestación y así ha desplegado su bondad inmerecida, amor y misericordia para con los hombres a través de los siglos.—1 Ped. 3:20.
2. ¿Cómo ilustró Jesús la paciencia de Jehová?
2 Jesús ilustró bien esto con su relato de “un hombre, un amo de casa, que plantó una viña y la rodeó de una cerca y cavó en ella un lagar y erigió una torre, y la arrendó a cultivadores, y viajó fuera del país. Cuando llegó la temporada de los frutos, despachó a sus esclavos a los cultivadores para recibir sus frutos. Sin embargo, los cultivadores tomaron a sus esclavos y a uno lo golpearon, a otro lo mataron, a otro lo apedrearon. Otra vez despachó a otros esclavos, más que los primeros, pero a éstos les hicieron lo mismo. Por último despachó a su hijo a ellos, diciendo: ‘Respetarán a mi hijo.’ Al ver al hijo los cultivadores dijeron entre sí: ‘Este es el heredero; ¡vengan y matémoslo y consigamos su herencia!’ De modo que lo tomaron y lo echaron fuera de la viña y lo mataron.”—Mat. 21:33-39.
3. ¿Qué registró Jeremías tocante a la paciencia de Dios para con Israel?
3 De manera semejante Jehová como dueño de la viña ha demostrado paciencia en muchas ocasiones. Pero, como Jeremías dijo de Israel: “No escucharon, ni inclinaron su oído, sino que se pusieron a andar en los consejos de la terquedad de su mal corazón, de modo que se hicieron retrógrados en dirección y no adelantados, desde el día que los antepasados de ustedes salieron de la tierra de Egipto hasta este día; y continué enviándoles todos mis siervos los profetas, diariamente levantándome temprano y enviándolos.” No obstante, Jehová continuó amonestándolos, diciendo: “Y debes hablarles todas estas palabras, pero no te escucharán, y debes llamarlos, pero no te responderán. Y debes decirles: ‘Esta es la nación cuyo pueblo no ha obedecido la voz de Jehová su Dios, y no ha aceptado disciplina.’” Aun entonces Jehová mostró paciencia al enviar a su Hijo, quien fue muerto como lo había predicho en la parábola.—Jer. 7:24-28.
PACIENCIA PARA CON INICUOS LIMITADA
4. ¿Es paciencia sin fin la paciencia de Dios? ¿Cómo sabemos si lo es o no?
4 Sin embargo, la paciencia de Jehová no continúa por siempre. Esto lo mostró Jesús en conexión con su ilustración; él preguntó: “Cuando venga el dueño de la viña, ¿qué les hará a esos cultivadores?” Los judíos le dijeron: “Porque ellos son malos, el traerá una destrucción mala sobre ellos y arrendará la viña a otros cultivadores, que le rindan los frutos al tiempo debido.” (Mat. 21:40, 41) Aunque Jehová ha mostrado clemencia semejante al presente mundo inicuo, su Palabra muestra que en breve hará que le sobrevenga la recompensa que se merece por abandonarlo. En una ocasión previa Dios no se contuvo de castigar aun a los ángeles que pecaron en los días anteriores al Diluvio, sino que los reservó para juicio y destrucción. No se restringió de traer castigo merecido sobre el entero mundo inicuo del tiempo de Noé mediante un diluvio global. Y purgó a las inicuas ciudades de Sodoma y Gomorra con un fuego consumidor. Condujo a la nación de Israel en cautiverio a Babilonia y más tarde permitió que Jerusalén fuera arrasada por los soldados romanos al llegar su paciencia al límite de su tiempo señalado.
5. ¿Merece el presente sistema la paciencia que Jehová le muestra?
5 Hay buena razón para creer que la paciencia de Jehová para con este presente mundo se está agotando; porque, como Pablo predijo bajo inspiración, los hombres han llegado a ser “amantes de sí mismos, amantes del dinero, presuntuosos, arrogantes, blasfemos, desobedientes a sus padres, sin gratitud, sin bondad amorosa, sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin gobierno de sí mismos, feroces, sin amor de la bondad, traicioneros, porfiados, hinchados de estimación propia, amantes de placeres más bien que amantes de Dios, teniendo una forma de devoción piadosa pero mostrándose falsos a su poder.” (2 Tim. 3:2-5) Ciertamente Jehová tiene toda razón para estar impaciente con gente como ésta y para obrar contra el presente sistema mundial con sus naciones en riña y bloques de poder internacionales divididos y con enemistades raciales y religiosas.
6. ¿Por qué razones ha tolerado Jehová la iniquidad por tanto tiempo?
6 Jehová ha mostrado tanta paciencia que muchas personas no creen en su existencia. Sin embargo, Jehová tiene una razón para su paciencia, así como le dijo a Faraón mediante su representante Moisés: ‘Para que todos vengan a reconocer mi poder supremo y para que mi nombre sea declarado en toda la Tierra.’ Está permitiendo tiempo ahora para que se dé una amonestación antes de que venga el fin a este sistema presente, un tiempo en el cual su nombre Jehová se dé a conocer, personas de fe sean recogidas y las buenas nuevas en cuanto a su reino se prediquen.—Éxo. 9:16.
7. ¿Qué trabajo efectuará Dios a pesar de los burladores?
7 Aun ahora Jehová procede con dividir a la gente, entresacando a los que, como tamo, sirven solo para la destrucción, pero preparando para preservar a los que aman la justicia y la verdad y que obran de acuerdo con los principios piadosos. (Mat. 3:12) Entre los que se encaran con la destrucción se hallan los que constantemente ponen en tela de juicio aun la existencia de Dios. Dicen: Si hay un Dios, ¿por qué no hace algo en cuanto a las condiciones en la Tierra? Son semejantes a los burladores que Pedro predijo que vendrían con mofa, diciendo: “¿Dónde está esa prometida presencia de él? Pues, desde el día que nuestros antepasados se durmieron en la muerte, todas las cosas continúan igual como ha sido desde el principio de la creación.” Sin embargo, el fin de este sistema vendrá demasiado pronto para tales burladores. Durante 120 años Dios restringió la ira que le ocasionaba la iniquidad de los días prediluvianos y luego trajo el Diluvio sobre ese sistema impío. La paciencia de Dios para con aquel mundo inicuo se agotó. De la misma manera, comenta Pedro: ‘Los cielos y la tierra actuales están guardados para un fin ardiente, estando reservados para el día de juicio y de la destrucción de impíos.’—2 Ped. 3:3-7.
LA NECESIDAD DE PACIENCIA
8. (a) ¿Por qué no puede decirse que Jehová es lento? (b) ¿Qué actitud manifestó Noé?
8 Los hombres con su breve vida de aproximadamente setenta años a veces se impacientan con el cumplimiento de los propósitos de Jehová. Quieren ver acción inmediata. Pero considerado desde el punto de vista eterno del Dios Todopoderoso, solo un período breve de seis días de 1,000 años cada uno, menos de una semana, ha transcurrido desde la creación del género humano. Pedro explica: “No obstante, que este hecho en particular no escape su atención, amados, que un día es con Jehová como mil años y mil años como un día. Jehová no es lento respecto a su promesa, según lo que algunos consideran lentitud, sino que es paciente con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido sino desea que todos vengan al arrepentimiento.” (2 Ped. 3:8, 9) Noé también entendió esto en los días prediluvianos cuando la iniquidad se hallaba tan desenfrenada en la Tierra. Debe haber tenido que enfrentarse a toda clase de oposición de parte de los burladores de su día mientras construía el arca, pero Noé tuvo confianza en Jehová. Él no era uno que dijera: ‘Bueno, Señor, ha pasado otro año y nada ha sucedido; si no traes el fin para 1641 A.M., renunciaré.’ No, sino que pacientemente continuó con fe hasta que vino el Diluvio más de un decenio después.
9, 10. ¿Cuál es el derrotero sabio que ha de seguirse ahora?
9 El registro bíblico muestra que ahora vivimos en el tiempo del fin de este sistema de cosas cuando los propósitos maravillosos de Jehová finalmente se cumplirán por medio de su reino y las condiciones paradisíacas serán restauradas sobre la Tierra para los que tienen fe. Como escribió el salmista David bajo inspiración de Dios: “No te muestres acalorado a causa de los malhechores. No envidies a los que hacen injusticia. Pues como la hierba se marchitarán velozmente, y como verde hierba nueva se desvanecerán. Confía en Jehová y haz el bien; reside en la tierra y trata con fidelidad. También deléitate exquisitamente en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón.”—Sal. 37:1-4.
10 En vista de esto, ¿qué derrotero deben emprender ahora las personas que viven para merecer el favor y protección de Jehová como se los mostró a Noé, Lot y a los sobrevivientes de Jerusalén? (2 Ped. 2:5-9) El sabio imitará a Jehová demostrando paciencia él mismo, especialmente dedicando tiempo y esfuerzo a examinar a fondo las riquezas de la Palabra de Dios, cosa que significará vida para él. De modo que si usted es persona de la clase que propende a ser irascible e impaciente, deténgase y considere el ejemplo maravilloso de paciencia que el Todopoderoso Dios ha demostrado para con nosotros. Si usted es demasiado presto para decir y hacer las cosas, entonces esfuércese para cultivar la cualidad de la paciencia. Es una virtud o cualidad piadosa que el cristiano tiene que tener, particularmente en este tiempo del fin. Así como Jehová ha demostrado paciencia para con nosotros, podemos demostrarla a otros en nuestra vida hogareña y con los amigos, en el trabajo y entre extraños.—Mat. 18:23-35.
11. ¿Por qué es la paciencia una señal de sabiduría?
11 Muchos consideran que la paciencia es señal de debilidad. En esta era cuando todo el mundo está de prisa la gente frecuentemente se impacienta con otros. Pero la Palabra de Dios nos aconseja: “Mejor es uno que es paciente que uno que es arrogante de espíritu. No te apresures en tu espíritu a sentirte ofendido, porque el ofenderse es lo que descansa en el seno de los estúpidos.” El sabio estará presto para aprender en cuanto a Jehová y sus propósitos y para conducirse él mismo y a su familia en el camino que merezca el favor y la protección de Dios en vez de ser presto para ofenderse.—Ecl. 7:8, 9.
PACIENCIA EN EL MINISTERIO
12. (a) ¿Qué gran trabajo necesita hacerse? (b) ¿Qué preparación se necesita?
12 La paciencia de Jehová no ha de confundirse con lentitud. Así como obró para limpiar la Tierra en los días de Noé, así ahora se ha propuesto arruinar a los que arruinan la Tierra. Pero antes de que venga el fin de este sistema de cosas tiene que hacerse un gran trabajo. Así como Noé sirvió de predicador de justicia en los días anteriores al diluvio, así Jesús predijo que las buenas nuevas concernientes al reino establecido de Jehová se predicarían en toda la Tierra habitada para dar una amonestación a la gente antes de que viniera el fin de este sistema. Ahora se están llamando estas buenas nuevas a la atención de la gente de todas las naciones mediante los esfuerzos ministeriales activos y unidos de los testigos de Jehová. Su ministerio puede compararse con el trabajo de un agricultor en ciertos aspectos, y la ilustración ayuda a recalcar la gran paciencia que se necesita en el servicio ministerial que Dios les ha asignado a los cristianos verdaderos hoy en día. Un hombre que jamás ha sido agricultor no pensaría en salir y comprar un terreno y comenzar a cultivarlo sin primero aprender algo acerca de los métodos de labranza y obtener instrucciones. De igual manera se necesitan un período de estudio, instrucción de congregación y entrenamiento antes de que un individuo pueda emprender el servicio ministerial. Jesús reconoció la falta que hacía el entrenamiento, y envió a sus discípulos de dos en dos para que mutuamente sacaran provecho de la asociación y sugestiones útiles.
13, 14. ¿Cómo puede compararse el ministerio con el trabajo de un agricultor, y por qué se requiere paciencia?
13 El agricultor no sale un día y planta la semilla y luego regresa la semana siguiente y recoge la cosecha. En lugar de eso, tiene que vigorizar la tierra, abonarla, ararla, gradarla, plantar semilla, cultivar y desyerbar la tierra y no dejar que se acerquen las aves. Luego quizás tenga dificultad con una plaga de insectos, de modo que tiene que aplicar pulverización a la siembra. No obstante, después de todo eso, tropieza con sequía, y la siembra puede ser destruida. ¿Se rendirá el agricultor e irá a la ciudad a buscar un trabajo u obtendrá otro empleo? No lo hará si es un verdadero agricultor. Más bien, al año siguiente hará las mismas cosas otra vez. Tal vez plante una arboleda que sirva de abrigo contra el viento para que haya menos polvo. Quizás haga un pozo profundo para obtener agua para regar la tierra. Pero no se rinde. Tiene paciencia y sigue trabajando hasta que finalmente recibe el fruto de su trabajo y recoge una cosecha, gracias a la bendición de Jehová.
14 El cristiano verdadero que quiere seguir las pisadas de Jesús, comparte con otros las verdades que ha aprendido. Descubre que, ante todo, tiene que cultivar el terreno. Esto puede hacerse poniendo un buen ejemplo en el vecindario como cristiano. La gente nota la conducta y manera de hablar de uno, y si está en consonancia con los principios bíblicos, entonces más prontamente escuchará el mensaje que uno trae. Aun así, después de muchas visitas y de hablarle en cuanto a las Escrituras, tal vez no haya mucha reacción. Pero no se impaciente. Recuerde, los muros de Jericó no cayeron después de la primera vuelta, tampoco. Más bien, los israelitas tuvieron que andar alrededor de los muros durante seis días y al séptimo día dieron la vuelta siete veces, y finalmente los muros cayeron estrepitosamente. No debemos pensar que vamos a demoler los obstáculos semejantes a muros de las enseñanzas religiosas y tradiciones de credos que han sido edificadas a través de los siglos la primera vez que hablamos en voz alta el mensaje de la verdad. Pero apreciando la importancia del mensaje que llevamos, tenemos que ser corteses y pacientes y mostrar amor. No tratamos con siembras como el agricultor, sino con vidas; por eso se necesita aún mayor paciencia.
15, 16. (a) ¿Por qué no debe desalentarse fácilmente el cristiano en su servicio? (b) ¿Qué buen consejo dio Santiago?
15 Después de visitar a las personas de buena voluntad, de plantar una semilla de verdad acá y allá, de regarla con testificación incidental de vez en cuando o mediante revisitas, cuando el ministro finalmente nota que se manifiesta un poco de interés, cual planta que comienza a despuntar por encima de la tierra, entonces trata de ayudarla a crecer y hacerse fuerte espiritualmente, cultivando el nuevo interés con un estudio bíblico. Pero si la planta se debilita o el interés muere, ¿dirá él: ‘Eso me basta, no puedo ser maestro’? No si él se ha dedicado realmente a Jehová Dios y quiere servirle con todo su corazón, mente, alma y fuerza. El mundo es el campo y la cosecha es grande; por eso hay muchas oportunidades para esforzarse otra vez y mostrar paciencia.
16 Santiago dio importancia a este punto, diciendo: “Por lo tanto, ejerzan paciencia, hermanos, hasta la presencia del Señor. ¡Miren! el agricultor se mantiene en espera del precioso fruto de la tierra, ejerciendo paciencia en cuanto a ello hasta que recibe la lluvia temprana y la lluvia tardía. Ustedes, también, ejerzan paciencia; hagan firme su corazón, porque la presencia del Señor se ha acercado.” (Sant. 5:7, 8) Santiago reconoció que después de plantar se necesita la lluvia temprana para germinar la semilla y de nuevo se necesita la lluvia tardía para que produzca fruto la siembra. Así sucede con el ministerio. Las aguas de verdad ayudan a que el aprecio de la Palabra de Dios germine y brote en vida en el corazón y mente de la persona, pero solo riego y cultivo continuos ayudarán al individuo a llegar a ser como una planta de justicia, lista para dar fruto para alabanza y honor del Creador.
17. ¿Qué hay de sobresaliente en cuanto al tiempo en que vivimos?
17 Santiago dijo a los cristianos primitivos que ejercieran paciencia hasta la presencia del Señor. En Mateo 24:3, los discípulos le pidieron a Jesús la señal de su presencia o parusía, y les dio evidencia múltiple en una señal compuesta de por lo menos treinta y nueve rasgos distintos. (Vea “Asegúrense de todas las cosas,” página 334.) Parte de esta señal, que ha estado en curso de cumplimiento desde 1914, fue que estas buenas nuevas del Reino se predicarían en toda la Tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones. Esto se ha cumplido literalmente en nuestro día ya que los testigos de Jehová, jóvenes y ancianos, hombres y mujeres, participan activamente en la obra de predicar y enseñar en todo el mundo en 179 países e islas del mar. La evidencia del cumplimiento del propósito de Jehová se puede ver en la expansión y crecimiento continuos de la sociedad del nuevo mundo. En 1914, cuando comenzó invisiblemente la segunda presencia de Cristo, solo había unos cuantos miles de publicadores activos en el ministerio. En 1938 hubo 59,000. Ahora hay más de 916,000. La bendición de Jehová ha estado sobre la obra de plantar y regar, y él ha dado el aumento.
PACIENCIA CON ACTIVIDAD
18. ¿Cómo pueden ejercer paciencia los cristianos ahora?
18 Aunque ya no esperamos la presencia del Señor desde el comienzo del cumplimiento de la señal en 1914, todavía necesitamos ejercer paciencia hasta que la obra de predicar se efectúe cabalmente y Jehová diga que basta en el Armagedón. Cuando Santiago dijo que debemos ejercer paciencia, no se quiso decir que éste fuera un período inactivo de espera, sino en vez de eso debe ser el ejercer fe y esperanza por medio de compartir con otros las verdades que hemos aprendido, al mismo tiempo teniendo confianza en la Palabra de Jehová y en el cumplimiento temprano de sus propósitos. Como predijo el salmista, el pueblo de Jehová está dispuesto en el día de su poder. (Sal. 110:3) Se siente feliz porque puede participar en su servicio, y muchas familias aun han vendido sus casas y han renunciado a su trabajo seglar y se han mudado a nuevos territorios donde su actividad ministerial se ha apreciado muchísimo por las personas de buena voluntad a quienes sirven ahora.
19. ¿Qué buen consejo bíblico debemos seguir, y por qué?
19 Estos cristianos sinceros comprenden la sabiduría del consejo que Jesús dio: “Ningún hombre que ha puesto la mano en el arado y mira a las cosas atrás es muy apto para el reino de Dios.” (Luc. 9:62) Por eso en vez de mirar atrás al sistema del viejo mundo y a las ventajas o ascensos temporarios que ofrece, ven adelante a las bendiciones del nuevo mundo y mantienen fija la vista en la meta del Reino, haciendo todo esfuerzo por adelantar los intereses del Reino mediante actividad ministerial. Siguen el consejo: “Mediante el aguante de parte suya ustedes ganarán su alma [o, ‘vida futura’].” (Luc. 21:19) Comprenden que vale la pena el trabajar pacientemente por el maravilloso don de la vida en el nuevo mundo, de modo que no se desalientan. Entienden que aunque se necesite conducir muchos estudios bíblicos antes de llegar alguien a apreciar la verdad, todo esto es parte del trabajo, del dividir las ovejas y las cabras, que Jesús predijo, y tienen gusto en participar en él. Esperan el tiempo cuando este trabajo quede terminado y cuando todos los que vivan conozcan a Jehová.—Jer. 31:34.
20. ¿Qué está envuelto en obtener la bendición de Jehová en nuestra obra de predicación?
20 Mientras una persona siga haciendo el trabajo de predicar y enseñar de la manera que dirige Jehová por medio de su organización, no será obra hecha en vano sino que tendrá la bendición de Jehová. Siempre acuda usted a él por guía y pida en oración que lo ayude mediante su espíritu. Como Pablo explicó la relación del ministro con Dios: “¿Qué, entonces, es Apolos? Sí, ¿qué es Pablo? Ministros por medio de quienes ustedes llegaron a ser creyentes, así como el Señor concedió a cada uno. Yo planté, Apolos regó, pero Dios siguió haciéndolo crecer; de modo que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios que lo hace crecer.” El pasaje sigue explicando que uno segará del ministerio en conformidad con lo que ponga en él, diciendo: “Pero cada persona recibirá su propia recompensa según su propio trabajo.” ¿Valúa usted el privilegio que tiene de ser colaborador de Dios? Si así es, haga cuanto esfuerzo pueda para hacer que su ministerio sea bueno a Su vista. “Porque nosotros somos los colaboradores de Dios. Ustedes son el campo de Dios que está bajo cultivación, el edificio de Dios.” (1 Cor. 3:5-9) Como parte del campo de Dios bajo cultivación, ¿está usted creciendo a la madurez espiritual? No sea usted semejante al serpollo de una vid, siempre alimentándose, pero nunca produciendo fruto; sino más bien estudie, asista a las reuniones de congregación, y esfuércese verdaderamente por ser buen maestro, haciéndose fuerte en la verdad, preparado para producir fruto como colaborador de Dios. Entonces aplicarán a usted las palabras de Pablo: “Por lo cual, amados hermanos míos, estén firmes, inmovibles, siempre con mucho que hacer en la obra del Señor, sabiendo que su trabajo no es en vano en relación al Señor.”—1 Cor. 15:58.
21. ¿Por qué ya no debemos seguir la dirección del viejo mundo?
21 Hay toda razón para ser pacientes y constantes en nuestro ministerio ahora que han pasado los tiempos de los gentiles y vivimos en el tiempo de la segunda presencia de Cristo. En vez de proceder en un derrotero de libertinaje y conducta relajada, siguiendo la dirección de las naciones de este sistema del viejo mundo, el cristiano tiene algo mejor para lo cual vivir. (1 Ped. 4:3) Quiere trabajar para el adelanto de los intereses del Reino. Él tiene la maravillosa esperanza del Reino y todas sus bendiciones que Jehová ha prometido, y sabe que la palabra de Dios jamás vuelve vacía a él. (Isa. 55:11) Con el tremendo aumento en la sociedad del nuevo mundo, que cada uno avance con ella aumentando en madurez espiritual, progresando a la madurez de entender la Palabra de Dios y participando de lleno en su servicio.
22. ¿Qué consejo dio Pablo a los colosenses?
22 En cuanto a los que dicen que “esperarán y verán,” manifestando falta de fe, son de la misma clase que aquellos que esperaron fuera del arca del día de Noé para ver lo que sucedería. No tuvieron confianza en la Palabra ni propósitos de Dios, y se ahogaron a causa de ello. La fe verdadera del cristiano combina conocimiento y esperanza. Requiere paciencia y aguante. Escribiendo a los colosenses, el apóstol Pablo recalcó la necesidad de tener paciencia en la vida diaria. Él mencionó que no cesaba de orar. Quería ver a los colosenses llenos de conocimiento acertado, y sabía que eso requeriría tiempo y esfuerzo. Los animó a seguir dando fruto y a aumentar en conocimiento acertado, haciéndose fuertes y poderosos espiritualmente, aguantando cabalmente toda oposición y mostrándose pacientes en el sufrimiento. Él dijo que si hacían estas cosas estarían andando dignos de Jehová agradándolo cabalmente por medio de dar fruto en toda obra buena, y ésta ciertamente es la meta de todo cristiano verdadero. (Col. 1:9-11) Hay toda razón para que nosotros estemos agradecidos de que Jehová sea paciente al llevar a cabo sus propósitos, porque significa una oportunidad para que sirvamos ahora, y un futuro de vida eterna en un nuevo mundo de justicia.—2 Ped. 3:15.