Hallando contentamiento con la organización de Jehová
“Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna.”—Juan 6:68.
1. ¿Por qué pueden las criaturas de Jehová tener plena confianza en él?
JEHOVÁ mantiene y siempre ha mantenido pleno dominio de todo en el universo. Con su omnipotencia mantiene las estrellas, el Sol, la Luna y los planetas en sus órbitas respectivas y amorosamente mantiene y preserva la Tierra como hogar del hombre. Todo lo que hace es absolutamente perfecto y debido a esto sus criaturas pueden tener plena confianza en su gobierno soberano y superintendencia misericordiosa.
2. (a) ¿Cómo ejerce Jehová sus atributos? (b) ¿Por qué, entonces, se quejan algunos, y contra quién, de hecho, están quejándose?
2 Siendo todopoderoso y teniendo poder para observar todo, Jehová ejerce sus ilimitadas cualidades de amor, sabiduría, justicia y poder de manera perfectamente bien equilibrada cuando trata con sus criaturas. Jamás exagera su justicia sin templarla con amor y misericordia. Jamás abusa de su ilimitado poder, sino que siempre lo ejerce con amor y con sabiduría. Jamás se contradice, ni es inconsistente con él mismo en el uso de sus atributos. Puesto que esto es verdad, ¿por qué algunas de sus criaturas se quejan a veces acerca de sus arreglos y maneras de hacer las cosas? Muchas veces se debe a una falta de entendimiento de la manera en que Jehová lleva a cabo sus propósitos, o a causa de tener un punto de vista muy falto de perspicacia de los tratos de Jehová con sus criaturas. Sin embargo, aunque quizás sea verdad que a menudo no apreciamos a grado cabal la razón del porqué Jehová hace ciertas cosas, el quejarnos en cuanto a esto mostraría falta de confianza y fe en Jehová Dios y en su habilidad para efectuar las cosas a su propio modo y tiempo. Este es un error sumamente serio. Hace unos 3.500 años, cuando el pueblo de Dios, Israel, viajaba en el desierto al sur de Palestina, comenzó a quejarse ante sus superintendentes, Moisés y Aarón, acerca de una falta de alimento. Moisés le mostró exactamente lo serio que era su espíritu quejumbroso cuando dijo: “Sus murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehová.”—Éxo. 16:8.
HALLANDO GOZO EN NUESTRAS ASIGNACIONES
3. ¿Qué hace que algunos se quejen tocante a su obra de predicación?
3 Algunos hermanos en el presente que han estado en la verdad por varios años quizás comiencen a mostrar un espíritu de descontento semejante al que mostraron los israelitas del día de Moisés. Por muchos años han estado diciendo a sus amigos y vecinos que la batalla del Armagedón está muy cerca. Sin duda han ido a las mismas casas vez tras vez con el mensaje del reino de Dios. Sin embargo, ahora creen que el Armagedón debe venir rápidamente y comienzan a impacientarse porque Dios no destruye inmediatamente toda la iniquidad. Comienzan a expresar palabras de queja.
4, 5. (a) Describa el relato bíblico de lo que sucedió cuando Jonás predicó a los ninivitas. (b) ¿Cuál fue el gran error de Jonás, y cómo le enseñó Jehová una lección de misericordia?
4 Sería bueno que tales hermanos recordaran al profeta Jonás, que fue asignado a predicar al pueblo de Nínive en el siglo nueve a. de la E.C. Su mensaje fue pasmoso: “Solo cuarenta días más, y Nínive será derribada.” (Jon. 3:4) Tan pronto como la gente de la ciudad oyó esto, inmediatamente se arrepintió de su iniquidad y se volvió hacia Jehová. Aun el rey se vistió con ropa de duelo y mandó a toda la gente que ayunara e invocara a Dios pidiéndole misericordia. Él dijo: “¿Quién hay que sepa si el Dios verdadero se vuelva y realmente sienta pesar y se vuelva de su cólera ardiente, de modo que no perezcamos?” (Jon. 3:9) Debido a esta expresión de arrepentimiento y humildad que hicieron en conjunto, Jehová no trajo la destrucción prometida después de cuarenta días. ¿Cómo se sintió Jonás en cuanto a esto?
5 El registro inspirado nos dice: “A Jonás, sin embargo, le desagradó sobremanera, y llegó a estar enardecido de cólera.” (Jon. 4:1) Jonás tenía un punto de vista muy desequilibrado y egoísta de la entera situación. En un tiempo cuando las vidas de decenas de miles de personas se hallaban en peligro, estaba más interesado en sus propios sentimientos, pensando que se había desprestigiado a causa de que su profecía no se había cumplido inmediatamente. Impacientemente quería que la destrucción de Nínive acaeciera inmediatamente después de cuarenta días, y debido a esto se olvidó de la cualidad de misericordia. Mientras cavilaba con infelicidad en cuanto a su queja bajo el sol caluroso, Jehová hizo que saliera una planta grande para hacerle sombra. Sin embargo, al día siguiente hizo que un gusano secara la planta, y Jonás inmediatamente se puso a quejarse otra vez. En este instante oportuno Jehová le recalcó el punto a Jonás: “Tú, por tu parte, sentiste lástima por la calabaza vinatera, por la cual tú no te afanaste ni hiciste que creciera, la cual resultó ser el simple crecimiento de una noche y pereció como simple crecimiento de una noche. Y, por mi parte, ¿no debería yo sentir lástima por Nínive la gran ciudad, en la cual existen más de ciento veinte mil hombres que de ningún modo saben la diferencia entre su mano derecha y su izquierda, además de muchos animales domésticos?”—Jon. 4:10, 11.
6. ¿Qué punto de vista asumió Pedro de la misericordia de Dios, y cómo podemos evitar una actitud impaciente, quejumbrosa, en nuestro propio ministerio?
6 Sí, Jehová es misericordioso y abundante en bondad amorosa, y cualquier tiempo que permita antes de destruir a los inicuos en el Armagedón es una maravillosa expresión de su amor y paciencia. “No es lento Jehová respecto a su promesa, . . . sino que es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido, sino desea que todos alcancen el arrepentimiento.” (2 Ped. 3:9) ¡Qué punto de vista excelso de las cosas! Al entender la mente de Jehová sobre este asunto y al imitar sus cualidades incomparables, jamás nos impacientaremos, sino que estaremos contentos con esperar que él actúe a su debido tiempo. Seguiremos predicando con el motivo de amor, aprovechándonos de todo momento que Jehová permita para ayudarlos al arrepentimiento. Al hacer esto estaremos llenos de gozo en nuestro ministerio y evitaremos el hacernos quejumbrosos infelices.
7. Explique cómo un espíritu quejumbroso se puede desarrollar en la mente de un misionero.
7 Un hermano puede ser enviado a una asignación en el extranjero como misionero y caer en la trampa de quejarse. ¿Cómo? Teniendo la actitud mental de que todo lo que ve en su nuevo país debe compararse a las condiciones de su propio país. Quizás espere los mismos niveles de vida y comodidades de los que disfrutó en la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower en la ciudad de Nueva York. Si encuentra que esto no es así, comienza a sentirse infeliz y descontento. Entonces este espíritu de disgusto rápidamente se esparce a otras cosas, como a las costumbres, idioma y hábitos de la gente en cuyo país está viviendo. Comienza a criticar abiertamente éstas y muchas otras cosas insignificantes que simplemente cree que no están bien. Quizás algunas de éstas no tengan nada que ver con la predicación de las buenas nuevas del Reino, pero a pesar de eso es franco al quejarse en cuanto a ellas. Se queja de cosas de las que normalmente jamás se, quejaría en su propio país, porque ahora tiene un espíritu de disgusto, de descontento. Tal hermano jamás será feliz en su asignación mientras persista esta actitud.
8. ¿Quiénes en tiempos antiguos llegaron a estar descontentos con sus condiciones de vida, y realmente tenían motivo para quejarse?
8 Esto nos hace recordar a una muchedumbre mixta de fugitivos que salió de la tierra de Egipto para viajar con los israelitas en el desierto 1.500 años antes del tiempo en que Jesús anduvo en la Tierra. Había estado viajando por más de un año bajo la dirección de Jehová cuando comenzó a quejarse. No había pasado hambre, no se le habían acabado los zapatos ni la ropa en el viaje. Tenía suficiente para satisfacer sus necesidades cotidianas. No obstante no estuvo satisfecha con esto. Comenzó a comparar su vida nómada con su vida en Egipto previamente, y debido a esto, aun los israelitas se unieron a ella en clamar: “¡Cómo nos acordamos del pescado que comíamos de balde en Egipto, de los pepinos y las sandías y los puerros y las cebollas y el ajo! Pero ahora nuestra alma se halla seca. Nuestros ojos no se posan en cosa alguna sino en el maná.” (Núm. 11:5, 6) ¡Qué falta de gratitud por la provisión de Jehová de pan milagroso desde el cielo!
9. ¿Cómo es el apóstol Pablo un excelente ejemplo para los misioneros y precursores especiales del día moderno, y qué evitarán al imitarlo?
9 En vez de imitar a esta muchedumbre mixta y a estos israelitas desagradecidos, debemos esforzarnos por ser como el apóstol Pablo, que vivió bajo muchas condiciones variadas y en muchas tierras diferentes. Refiriéndose a sus variadas experiencias como misionero, dijo a los cristianos filipenses: “He aprendido, en cualesquier circunstancias que esté, a bastarme con lo que tengo. Realmente sé vivir con escasez, realmente sé tener abundancia. En toda cosa y en toda circunstancia he aprendido el secreto, tanto de estar saciado como de tener hambre, tanto de tener abundancia como de padecer necesidad. Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder.” (Fili. 4:11-13) Sin importar adónde iba Pablo había aprendido a adaptarse a las condiciones allí y a ser feliz y a estar contento en cualquier asignación que Jehová le daba. Hoy en día los misioneros y los precursores especiales pueden aprender mucho de su excelente ejemplo y así evitarán las frustraciones y congojas que causa el quejarse infelizmente acerca de sus asignaciones.
RESPETO A LA AUTORIDAD TEOCRÁTICA
10. ¿Por qué tienen algunos dificultad tocante a la autoridad teocrática, y en qué puede resultar esto?
10 Puesto que Jehová usa a hombres imperfectos para representarlo dentro de su organización terrenal, se les hace difícil a algunos el reconocer y respetar la autoridad teocrática. Estos pierden de vista el hecho de que es Jehová quien nombra a tales individuos y se ponen a ver únicamente al hombre débil, imperfecto. En vez de respetar la posición que tiene un hermano, rápidamente se quejan cuando comete algún error menor a causa de sus faltas heredadas. Este es un grave error y puede resultar en mucho desagrado y descontento en una congregación del pueblo de Jehová.
11. (a) ¿Qué queja hicieron más de 250 israelitas contra Moisés y Aarón en el desierto, haciendo surgir qué punto en cuestión? (b) ¿Cómo expresó Jehová su cólera por esta falta de respeto a sus representantes nombrados?
11 Hace muchos centenares de años, un grupo de más de 250 hombres cometió tal error al considerar a los representantes de Jehová, Moisés y Aarón. Estos hombres creyeron que estaban igualmente bien capacitados para superentender la nación de Israel como estos dos y por eso “se congregaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: ‘Ya basta de ustedes, porque la entera asamblea son todos santos y Jehová está en medio de ellos. ¿Por qué, pues, deben ustedes alzarse por encima de la congregación de Jehová?’” De modo que acusaron impropiamente a Moisés y Aarón de enseñorearse de la congregación. Datán y Abiram, dos de este grupo, más tarde le dijeron a Moisés que estaba tratando de ‘hacerse príncipe’ sobre ellos. ¿Era cierto esto? ¿Se habían colocado Moisés y Aarón en sus posiciones de superintendencia para sus propios fines egoístas, o los había colocado allí Jehová? Al día siguiente se le hizo saber a la entera nación la respuesta de Jehová mismo. Dividiendo de par en par la tierra y mediante fuego, Jehová eliminó a los rebeldes y sus familias, confirmando así la declaración de Moisés: “En esto sabrán que Jehová me ha enviado a hacer todas estas obras, que no es de mi propio corazón.” ¡Nunca cometamos tal error fatal al quejarnos contra los representantes nombrados por Jehová!—Núm. 16:3, 13, 28.
12. ¿Cuál es el peligro de considerar a los siervos nombrados desde un punto de vista carnal, y cómo mostró Jehová esto en sus palabras a Samuel, en 1 Samuel 16:7?
12 Como sucedió con aquellos rebeldes irrespetuosos hace mucho tiempo, ningún hermano disfrutará actualmente de contentamiento verdadero con la organización de Jehová mientras considere a los siervos nombrados desde un punto de vista carnal o humano. Constantemente estarán notando los defectos de un siervo y abiertamente se quejarán acerca de la manera en que él hace las cosas, quizás creyendo que ellos mismos podrían hacerlo más eficazmente. Sin embargo, es bueno recordar el mandato de Jehová a su profeta Samuel, que fue comisionado con la responsabilidad de ungir al siguiente rey de Israel. Samuel echó un vistazo a Eliab, uno de los hijos de Jesé, y se sintió seguro de que éste tenía que ser el escogido por Jehová debido a su apariencia personal impresionante. Sin embargo, Jehová advirtió a Samuel: “No mires su apariencia y lo alto de su estatura, porque lo he rechazado. Porque no de la manera que el hombre ve es la manera que Dios ve, porque el simple hombre ve lo que aparece a los ojos; pero en cuanto a Jehová, él ve lo que es el corazón.” (1 Sam. 16:7) Comprendiendo esto, todos los cristianos dedicados respetarán el nombramiento de Jehová de un individuo, aun si conforme a todas las apariencias y desde un punto de vista mundano no parece ser el más capacitado.
13. ¿Qué contribuye mucho al gozo que experimenta un siervo nombrado, pero qué podría destruir tal gozo?
13 Tal respeto y sumisión y cooperación de todo corazón de parte de los publicadores y precursores de una congregación ayudan a hacer gozoso y remunerador el trabajo de un siervo nombrado. Es por eso que Pablo dijo a los cristianos hebreos: “Sean obedientes a los que llevan la delantera entre ustedes y sean sumisos, porque ellos están velando por las almas de ustedes como los que rendirán cuenta; para que lo hagan con gozo y no con suspiros, por cuanto esto les sería gravemente dañoso a ustedes.” (Heb. 13:17) Cualesquier quejas que hagan contra tales hermanos en puestos de superintendencia privaría a la congregación de mucho gozo. Sería “dañoso” a la congregación e indicaría un espíritu de descontento por el arreglo de cosas de Jehová.
14. ¿Qué no debe hacerse nunca aunque un superintendente llegase a ser descuidado en sus deberes? Dé un ejemplo bíblico que respalde su respuesta.
14 Sin embargo, ¿cuál debería ser la actitud de una congregación si el superintendente se hiciera descuidado en arreglar las reuniones y no tomara la delantera en el servicio? Quizás pasen dos o tres meses antes de que el siervo de circuito visite la congregación. ¿No sería apropiado en este caso que un hermano se quejara públicamente en cuanto a esto, aun yendo al grado de hacer que todos los publicadores firmaran una petición para enviarla a la Sociedad pidiendo que este hermano sea removido de su puesto de superintendencia? ¡No, esto definitivamente sería incorrecto! Recuerde que David no trató de usurpar el trono del inicuo Saúl en Israel, aunque sabía que él habría de ser el siguiente rey. No se sintió justificado para actuar a fin de matar a Saúl, aunque Saúl era un inicuo que había perdido el favor de Dios. Respetó el hecho de que Saúl era “el ungido de Jehová” y estuvo anuente a someterse a este arreglo hasta que Jehová creyera conveniente removerlo de su puesto.—1 Sam. 24:6.
15. (a) Muestre cómo uno que se queja en contra de un siervo nombrado realmente está mostrando falta de fe en Jehová. (b) ¿Qué haría un hermano maduro en caso de que un superintendente descuidara su trabajo?
15 David mostró gran fe en Jehová a todo tiempo. Sabía que Jehová estaba en pleno control y estaba contento con esperar Su debido tiempo para actuar. Diferente de David, cualquier hermano que democráticamente arregla una petición o abiertamente se queja en contra de un siervo nombrado está mostrando una lamentable falta de confianza y fe en la habilidad de Jehová para superentender Su organización. De hecho, tal hermano está diciendo que, puesto que Dios no está manejando el asunto con bastante prontitud, él en cambio tendrá que actuar. ¡Qué manera inmatura y falta de perspicacia de considerar las cosas! Jehová no siempre hace las cosas de la manera que creemos que deben hacerse, pero podemos estar seguros de que se harán apropiadamente y al debido tiempo. De modo que lo que debe hacerse es esperar que Jehová actúe, mantenernos ocupados en el servicio, ayudar amorosamente a nuestros hermanos y estimular respeto al arreglo teocrático de las cosas. Cualquier otra acción apresurada socavaría el respeto a la autoridad teocrática y causaría mucho daño espiritual a la congregación.
16. ¿En qué podemos tener confianza, y por eso qué deberíamos estar haciendo diligentemente?
16 Podemos tener plena confianza en que Jehová sabe lo que sucede en cada congregación de su pueblo. “Y no hay creación que no esté manifiesta a la vista de él, sino que todas las cosas están desnudas y abiertamente expuestas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.” (Heb. 4:13) No está dormido y nada pasa inadvertido por él. Él no necesita que un hermano quejumbroso le informe si algo necesita corregirse. Las Escrituras nos dicen: “Los ojos de Jehová están en todo lugar, vigilando a los malos y a los buenos.” (Pro. 15:3) Teniendo presente este pensamiento consolador, podemos contentarnos con hacer nuestras tareas asignadas, felices con el conocimiento de que el Soberano Todopoderoso mismo mantiene pleno dominio de su organización visible.
17. (a) ¿Cómo puede un siervo nombrado desarrollar un espíritu de queja? (b) ¿Qué ha perdido de vista tal hermano, y por eso qué necesita hacer?
17 A veces hasta un siervo nombrado es afectado por el espíritu de queja, sintiendo que tiene demasiado trabajo que hacer. Quizás se sienta sobrecargado al atender al rebaño de Dios o quizás llegue a impacientarse con los hermanos, quejándose de que no cooperan con él o no entienden las cosas tan rápidamente como a él le gustaría. Este hermano ha perdido de vista temporalmente el hecho de que es la organización de Jehová con la que está trabajando y que son “ovejas” de Jehová las que está superentendiendo. Él se siente como si la entera carga de atender a estas “ovejas” ha caído sobre sus hombros. Sin embargo, esto no es verdad. Es Jehová quien asume la responsabilidad de atender a sus “ovejas” y es Jesucristo su Hijo quien dio su vida por ellas. Ningún superintendente debe tratar de asumir la responsabilidad de atender solo las “ovejas” de Jehová. Necesita confiar firmemente en Jehová y mostrar fe completa en él. David, que tuvo experiencia por treinta y tres años como el superintendente de una entera nación, instó: “Arroja tu carga sobre Jehová mismo, y él mismo te sustentará. Nunca permitirá que tambalee el justo.”—Sal. 55:22.
18, 19. (a) ¿Cómo mostró Moisés una actitud quejumbrosa en una ocasión, pero pudiéramos decir que era quejumbroso? (b) ¿Por qué hoy en día los superintendentes tienen toda razón para ser optimistas?
18 Moisés, un superintendente nombrado, en una ocasión se permitió entrar en un estado de ánimo quejumbroso mientras guiaba a los israelitas rebeldes en el desierto. Hasta dirigió su queja a Dios en oración, diciendo: “¿Por qué le has causado mal a tu siervo, y por qué no he hallado favor a tus ojos, de modo que has colocado sobre mí la carga de todo este pueblo? ¿He concebido yo mismo a todo este pueblo? ¿Soy yo quien los ha dado a luz, para que me digas: ‘Llévalos en tu seno, tal como lleva el que hace de nodriza al niño de pecho,’. . .? No puedo, por mí solo, llevar a todo este pueblo, porque es demasiado pesado para mí. Por eso, si de esta manera estás haciendo conmigo, por favor mátame del todo.”—Núm. 11:11, 12, 14, 15.
19 Moisés normalmente era un siervo feliz, contento, de Jehová y ciertamente no era un quejumbroso habitual. No obstante en esta ocasión el descontento de los israelitas simplemente llegó a ser demasiado para él, y se infectó con el espíritu de queja. Sin embargo, hoy en día ningún superintendente humano tiene una congregación tan grande que atender, y pocos tienen que tratar con los problemas difíciles que manejó Moisés. También, hoy en día los superintendentes tienen la amorosa guía de la organización que los respalda, junto con el apoyo de Jehová y de su Rey entronizado. Así no hay razón para sentirse sobrecargados ni para quejarse. Por medio de no perder de vista su maravilloso privilegio y considerarlo con gozo, pueden imitar al “Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe, Jesús.” Al efectuar esto, y al tratar con los hermanos con amor, no esperando demasiado de ellos, un superintendente no expresará quejas, sino, más bien, será optimista y feliz, esparciendo así un ambiente gozoso a través de la entera congregación.—Heb. 12:2.
CONTENTOS CON LA VERDAD REVELADA
20. ¿Cómo se quejan algunos de la explicación que da la Sociedad de las Escrituras, y por qué es esto peligroso tanto para ellos mismos como para otros?
20 A veces oímos que hermanos hablan quejumbrosamente de las explicaciones y verdades bíblicas que se publican en La Atalaya. No pudiendo entender a grado cabal por qué se recalca cierto punto o por qué se ha dado un entendimiento más claro de un punto en particular, se ponen a expresar sus dudas a otros. Esto, por supuesto, crea confusión entre los hermanos, especialmente entre los más nuevos, y ciertamente no ayuda al quejumbroso de ninguna manera. Está mostrando un espíritu de descontento para con el conducto de comunicación de Jehová, en muchos casos haciéndolo tan apresurada y prematuramente sin un conocimiento cabal de todos los hechos envueltos.
21. (a) ¿Por qué algunos de los discípulos de Jesús dejaron de seguirlo? (b) En contraste con esto, ¿qué actitud digna de encomio emprendieron los doce apóstoles, con qué resultados?
21 Este mismo espíritu existió entre algunos de los seguidores primitivos de Jesús. En una ocasión, después de escuchar a Jesús que les enseñó algunas fuertes verdades nuevas, algunos dijeron: “Este discurso es ofensivo; ¿quién puede escucharlo?” El registro inspirado nos dice el resultado de esto, diciendo: “Debido a esto muchos de sus discípulos se fueron a las cosas de atrás y ya no andaban con él.” A causa de esto, Jesús preguntó a sus doce apóstoles: “Ustedes no quieren irse también, ¿verdad?” Pedro prontamente contestó: “Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna.” (Juan 6:60, 66-68) Los que tropezaron se disgustaron impensadamente. No emplearon tiempo ni hicieron el esfuerzo de examinar las verdades explicadas para ver si estaban en armonía con la Palabra de Dios. Sin embargo, los apóstoles estuvieron contentos con permanecer con Jesús y ser enseñados por él gradualmente. Esto no quiso decir que entendieron a grado cabal todo lo que él les dijo, puesto que hubo muchas cosas que no podían entender. Sin embargo, tuvieron fe verdadera. Sabían que Jehová no les daría una piedra si pidieran pan, y por lo tanto estuvieron satisfechos con escuchar y aprender, haciendo preguntas cuando no entendían a grado cabal un punto. (Mat. 7:9-11) Fueron ricamente bendecidos por esto y recibieron una visión plena de la voluntad de Jehová en ese tiempo cuando recibieron el espíritu santo en el Pentecostés, en 33 E.C.
22. Explique qué debe hacerse cuando tenemos dificultad en entender un punto de la verdad, y muestre por qué es éste el único derrotero razonable.
22 Podemos aprender mucho del ejemplo de estos hombres fieles. Es verdad que algunos puntos son difíciles de entenderse al principio, pero, en vez de quejarse o argüir acerca de ellos, enfrentando así de hecho nuestro conocimiento insignificante en contra de la sabiduría ilimitada de Jehová y la experiencia de su organización guiada por espíritu, ¿no sería más prudente considerar más el asunto? Después de estudiarlo cuidadosamente usted mismo, hable con hermanos maduros en cuanto a ello, no de manera quejumbrosa, sino para saber qué piensan sobre el asunto. Si, después de hacer esto, usted aún tiene dificultad para entender el punto, quizás sea mejor dejarlo por un tiempo, esperando esclarecimiento adicional, como hicieron los apóstoles. Lleve el asunto en oración a Jehová, pidiendo sabiduría para entender el punto de la verdad. A usted se le concederá un entendimiento cabal al debido tiempo conforme Jehová lo revele por medio de su organización, con tal que usted permanezca muy cerca de esa organización con fe.
23. ¿Cómo podemos evitar el llegar a ser como los apóstatas que se describen en 1 Timoteo 6:3-5?
23 Ciertamente no queremos llegar a ser como los que mencionó Pablo en 1 Timoteo 6:3-5: “Si cualquier hombre enseña otra doctrina y no se aviene a palabras sanas, las de nuestro Señor Jesucristo, ni a la enseñanza que va de acuerdo con la devoción piadosa, está hinchado de orgullo, no entiende nada, sino que está mentalmente enfermo sobre cuestiones y debates acerca de palabras. De estas cosas provienen envidia, contienda, discursos injuriosos, sospechas inicuas, disputas violentas acerca de insignificancias por parte de hombres corrompidos de mente y despojados de la verdad.” Muchos han llegado a apostatar a causa de permitir que un espíritu quejumbroso los amargue contra la organización de Jehová. Para evitar el llegar a ser como ellos, tenemos que evitar aun el quejarnos de pequeñeces, “insignificancias,” más bien necesitamos estar contentos con la verdad revelada de Jehová.
24. ¿Qué falta revelan los que se quejan en contra de la organización de Jehová, y cómo se contrarresta esto?
24 Como muestran los ejemplos que hemos discutido, el quejarse contra la organización generalmente se origina por una falta de entendimiento de la manera en que hace las cosas Jehová y por una falta de fe completa en él y en sus arreglos. Por lo tanto, a fin de vencer una tendencia quejumbrosa, necesitamos edificar nuestra fe en Jehová y en su organización, obteniendo un discernimiento más profundo y un entendimiento maduro mediante estudio personal, oración y asociación estrecha con su pueblo.
25. ¿Cómo podemos estar seguros de conseguir muchos gozos tanto ahora como en los “sistemas de cosas venideros”?
25 Por eso estemos todos contentos con trabajar en nuestros lugares asignados dentro de la organización, reconociendo a Jehová como el único Fundador y Organizador de su pueblo y apreciando que Jesucristo es su Rey nombrado entronizado ahora en los cielos. Al efectuar nuestro trabajo sin quejarnos tendremos muchos gozos ahora junto con nuestros hermanos en la congregación, y, en los “sistemas de cosas venideros,” disfrutaremos de más bendiciones de las que nuestras mentes pueden comprender ahora a medida que Jehová revele sus propósitos gloriosos a través de los siglos venideros. No se pierda de este futuro deleitable haciéndose un quejumbroso infeliz, falto de perspicacia, antes bien disfrute de satisfacción y tranquilidad de ánimo verdaderos junto con el pueblo probado y fiel de Jehová.—Efe. 2:7.