‘Continúe observando sus mandamientos’
“Y en esto tenemos el conocimiento de que hemos llegado a conocerlo, a saber, si continuamos observando sus mandamientos.”—1 Juan 2:3.
1. Al practicar la verdad ¿por qué es necesario examinarse uno mismo?
HOY en toda la Tierra hay centenares de miles de testigos dedicados y bautizados de Jehová Dios que se reúnen y participan en declarar las buenas nuevas del Reino de casa en casa y por muchos otros medios. Estos siervos de Dios lo aman y quieren hacer Su voluntad. Es por eso que han dedicado su vida a llevar a cabo Sus mandamientos, observando Sus leyes. Sin embargo, a veces quizás haya algunos que no aprecien plenamente lo que significa ‘continuar observando sus mandamientos,’ es decir, los de Dios. Si uno no continúa haciendo un examen de su modo de vivir y sus motivos, quizás descubra que los poderes de la oscuridad en este sistema lo cieguen a los requisitos de Jehová. Necesitamos continuar llevando a cabo los mandamientos de Dios. Si una persona continúa haciendo la misma cosa, con el tiempo llega a ser hábito suyo, algo que hace con regularidad. No lo hace ahora, y se olvida de ello más tarde. Pudiéramos decir que practica ese “algo” habitualmente, sea lo que sea. De modo que llega a ser para él un modo de vivir, algo que hace sin pensar en descontinuarlo en el futuro.
2. ¿Cómo llega uno a conocer verdaderamente a Jehová?
2 Así sucede con los que observan los mandamientos de Dios. Continúan en este derrotero día tras día, mes tras mes, año tras año, sabiendo que éste es un requisito de Dios. El punto de todo esto es que la única manera de verdaderamente ‘llegar a conocerlo,’ es decir, a Jehová, es por medio de siempre observar lo que quiere que hagamos. Esto no da lugar a que le sirvamos solo cuando tengamos ganas de hacerlo, cuando no estorbe a otra cosa que consideremos de más importancia. Esta constancia es lo que está incorporado en las expresiones “practicando la verdad” y ‘continuar observando sus mandamientos.’
EN “LAS MULTITUDES CONGREGADAS”
3. ¿Qué requiere Jehová que haga su pueblo en lo que toca a reunirse?
3 El salmista escribió: “Entre las multitudes congregadas bendeciré a Jehová.” (Sal. 26:12) Jehová, el Dios de luz, ha mandado a su pueblo que se reúna en su nombre. Las Escrituras Hebreas contienen los mandatos de Jehová impuestos a su antiguo pueblo Israel de reunirse para observar acontecimientos especiales durante el año. En muchos casos era obligatorio que la gente se reuniera así. Además, era para su bendición y beneficio. La obligación de tener reuniones para adoración se transmitió a la congregación cristiana del pueblo de Dios. Básicamente, Hebreos 10:24, 25 requiere que los cristianos se reúnan y que no se olviden de hacerlo. Es con el propósito de animarse unos a otros y edificar su fe, incitándose al amor y a las obras excelentes.
4. (a) A fin de practicar la verdad, ¿qué tiene que hacer una persona? (b) ¿Cómo pudiera uno argüir en cuanto a las reuniones de la congregación, pero qué es bueno tener presente?
4 Hoy la congregación cristiana, en nuestro siglo veinte, tiene que estar “observando sus mandamientos” en cuanto a reunirse para adoración. Individualmente cada uno del grupo tiene que observar este mandamiento si ha de haber una ‘multitud congregada.’ Para practicar la verdad como grupo, cada uno tiene que escuchar los mandamientos de Jehová. Se pudiera argüir que no hay mandato específico en las Escrituras de que tenemos que reunirnos cinco horas a la semana, como se acostumbra entre el pueblo de Jehová en la Tierra. Eso es cierto. Pero ¿no debemos estar agradecidos de que nuestro Dios es generoso, suministrándonos en abundancia cosas buenas espirituales? Nos beneficia espiritualmente cada reunión a la que asistimos. Fortalece nuestra fe. Cuando nos reunimos con compañeros cristianos se nos ayuda a observar los mandamientos de Jehová, a practicar la verdad. ¿No es eso lo que queremos?
5. ¿Cómo, entonces, consideraría el siervo dedicado de Jehová a las reuniones de la congregación?
5 Es lógico, entonces, que el siervo dedicado de Jehová hiciera todo esfuerzo por estar con sus hermanos y hermanas cristianos en las reuniones. En vez de hallar excusas para no asistir, buscaría razones para estar en toda reunión posible de la congregación. Naturalmente, usaría buen juicio si estuviera enfermo o si surgiera alguna circunstancia imprevista de importancia seria. Pero, en todo respecto, su conciencia entrenada en la Biblia lo moverá a practicar la verdad siguiendo el mandamiento de Jehová por medio de su Palabra de no abandonar el reunirse.
6. ¿Cómo pudieran las “razones” por perderse una reunión tornarse en “excusas” lo cual conduciría al hábito de faltar a ellas?
6 Si un siervo del Señor no es vigilante, podría permitir con regularidad que asuntos muy secundarios le impidieran disfrutar de esta bendita asociación. A veces una visita de parientes podría impedirle a uno asistir a una reunión en particular, dependiendo de las circunstancias. Pero ¿permitiría uno que cada visita de parientes y toda ocasión de esta índole estorbara el que uno estuviera con los que andan en la verdad entre las multitudes congregadas? ¿Por qué no invitar a los parientes a que vayan con uno? Así mismo, quizás de vez en cuando uno se pierda una reunión por causa de las inclemencias del tiempo, su trabajo, o enfermedades leves. Sin embargo, es cuando estas “razones” se tornan en “excusas” para no estar en asociación con el pueblo del Señor con regularidad que uno principia a andar en oscuridad, más bien que en la luz, que uno llega a ser como uno que miente más bien que como uno que practica la verdad. ¿Pensamos por un momento que al tiempo del éxodo de Egipto los israelitas fieles dejaron que cosa alguna les estorbara el rociar algo de la sangre en los postes de sus puertas, el comer el cordero de la Pascua y el estar listos para salir tan pronto se les notificara? Sabían que el observar los mandamientos de Jehová en este caso significaba su mismísima vida. ¿Es algo menos serio ahora? ¿Son los tiempos diferentes ahora? ¿No estamos viviendo en tiempos críticos, difíciles de manejar? Con cuánta más razón, entonces, debemos mostrar nuestra actitud anuente asociándonos con las multitudes congregadas con regularidad como mandó Jehová.
PRACTICANDO LA VERDAD PÚBLICAMENTE
7. ¿Qué característica sobresaliente del cristianismo primitivo se considera enseguida en nuestra lección?
7 Una de las características sobresalientes de los cristianos del primer siglo fue su declaración pública de las buenas nuevas. Leemos que Jesús pasó por toda Galilea, enseñando en las sinagogas y predicando las buenas nuevas del Reino. (Mat. 4:23) Predicó y enseñó en las montañas, entre la gente a lo largo de la orilla del mar, en los hogares de personas interesadas, en cualquier lugar y en todo lugar donde resultara haber gente con quien hablar. A los doce discípulos que estaba entrenando especialmente dijo: “Al ir, prediquen, diciendo: ‘El reino de los cielos se ha acercado.’” Cuando los doce recibieron sus instrucciones, los envió a las ciudades a enseñar y predicar.—Mat. 10:5-10.
8. ¿Cómo son los testigos cristianos de Jehová diferentes de la mayoría de los adherentes de la cristiandad?
8 Solo es razonable, entonces, que los cristianos del siglo veinte estuviesen haciendo lo mismo. Es evidente que en algún punto del pasado la inmensa mayoría de los adherentes de la cristiandad, en vez de ser “hacedores de la palabra,” llegaron a ser meros oidores, no haciendo nada para practicar la verdad por medio de esparcir la Palabra de la verdad. Pero entre los testigos cristianos de Jehová hallamos “hacedores de la palabra.” Se dan cuenta de que para ser como Jesús tienen que participar en decir a otros las buenas nuevas del Reino. Esta es su comisión tal como fue la comisión de Jesús y de los miembros de la congregación cristiana primitiva. El registro bíblico nos dice: “El que dice que permanece en unión con él está obligado él mismo también a seguir andando así como anduvo aquél.”—Sant. 1:22; 1 Juan 2:6.
9. Bosqueje algunos de los problemas de practicar la verdad que uno pudiera tener al participar en la predicación pública.
9 El practicar esta verdad por medio de participar en la predicación del Reino no siempre es la cosa más fácil para el cristiano. A menudo tiene que aguantar maltrato de parte de opositores. Hay muy pocas personas que, por decirlo así, nacen para la actividad de predicación pública, es decir, que poseen el don de poder hablar libremente a la gente. Por lo tanto, el cristiano fiel tiene que trabajar en ello para hacerse experto y capacitado. También tiene que humillarse para llevar a cabo la obra de predicación pública, dándose cuenta de que es su amor a Dios y a su prójimo lo que lo mueve a compartir las buenas nuevas con otros. Por lo tanto, hay veces cuando al cristiano se le hace difícil participar en este trabajo, y quizás se excuse por no hacerlo.
10. (a) Mencione algunas de las cosas que a veces pudieran impedir que uno participara en la obra de predicación, y ¿cuándo podrían las “razones” tornarse en “excusas”? (b) ¿Qué es bueno tener presente en cuanto a la táctica de Satanás, y adónde podemos dirigirnos por ayuda?
10 De vez en cuando puede haber una razón muy buena para no poder participar en la obra de predicar en un tiempo en particular. Hay veces cuando el hogar en el cual uno vive se halla en necesidad desesperada de ciertas reparaciones. El automóvil del cual uno depende para la transportación puede hallarse en necesidad urgente de atención. Quizás haya algo de naturaleza personal que uno tenga que hacer que le impediría a uno el participar en la obra de predicar y enseñar. Pero nuevamente la pregunta: ¿Cuándo se torna en excusa la razón? ¿Permite uno que estas cosas que se interponen hagan que uno deje de practicar la verdad? Cada uno sabe lo que está en su propio corazón, y, por supuesto, Jehová sabe. Pero en la cuestión de vida y muerte a la que ahora se enfrenta toda la humanidad ciertamente nosotros como cristianos fieles queremos tener cuidado de no permitirnos empezar a andar en la oscuridad. Satanás, el dios de la oscuridad, trabaja sobre nuestras debilidades, no sobre nuestras fuerzas. Si puede hacer que nos tengamos lástima, que pensemos negativamente, entonces lo hará tanto más cada vez que surja la cuestión. Para enfrentarnos a sus designios y vencerlos con buen éxito, es preciso que confiemos en Jehová Dios. Necesitamos su ayuda y debemos pedirla en oración. Debemos preguntarnos: ¿Hacemos una práctica de poner los intereses del Reino en primer lugar, o hacemos una práctica de poner otros intereses en primer lugar?
11. ¿Cómo pueden las búsquedas materiales resultar ser una piedra de tropiezo en nuestro esfuerzo por practicar la verdad, y de dónde proviene la fuerza para hacer lo correcto?
11 Tenemos que estar en guardia contra el dejar que cosa alguna nos aleje del amor de Dios. Recuerde que en el tiempo del profeta Ageo éste dijo al pueblo negligente en qué estribaba su dificultad. Sus palabras fueron: ‘Ustedes están de prisa, cada uno a favor de su propia casa, mientras que mi casa está desechada.’ (Ageo 1:9) ¿Vamos a emprender el mismo derrotero y cortarnos de la bendición de Jehová? Si Jehová sacude la Tierra, y las montañas caen tambaleantes en el corazón del mar, ¿qué les sucederá a nuestras casas y a los nuevos entrepaños y a las mejoras que hemos hecho? (Sal. 46:2) Cuán vital, entonces, continuar practicando la verdad, participando plenamente en nuestra obra de predicación pública. Se acerca el tiempo en que esta actividad que jamás habrá de repetirse habrá terminado. Adelante de nosotros está la tribulación grande. En la fuerza del Dios de luz hagamos con nuestro poder lo que nuestras manos hallen que hacer. Recuerde las palabras de Pablo: “Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder.” (Fili. 4:13) Que en “todas las cosas” ésas se incluya nuestra predicación pública para alabanza del nombre de Jehová.
“ANDANDO EN LA LUZ” POR MEDIO DE AMAR A NUESTRO HERMANO
12. ¿Qué otra forma de oscuridad tenemos que evitar, y por qué?
12 Dirigiéndonos ahora a otra práctica de la verdad que es importante, leemos nuevamente del libro de Primera de Juan: “El que dice que está en la luz y sin embargo odia a su hermano está en la oscuridad hasta ahora mismo. El que ama a su hermano permanece en la luz, y en el caso de él no hay causa de tropiezo. Pero el que odia a su hermano está en la oscuridad y está andando en la oscuridad, y no sabe adónde va, porque la oscuridad le ha cegado los ojos.” (1 Juan 2:9-11) El observar los mandamientos de Dios y el practicar la verdad están conectados muy estrechamente con el amor a nuestro hermano. Cuán necio sería el comportarnos rectamente en todo respecto, participar con regularidad en congregarnos con el pueblo de Dios y en la actividad de predicar y enseñar, y al mismo tiempo tener poco o nada que ver con nuestros hermanos cristianos en otras ocasiones, evitándolos, no preocupándonos por su bienestar.
13. (a) ¿Qué preguntas pudiera hacer uno lógicamente en este punto? (b) ¿Cómo muestran los ejemplos que envuelven a nuestros hermanos en Malawi y Nicaragua que los siervos de Dios quieren practicar la verdad al mostrarse amor los unos a los otros?
13 Uno pudiera preguntar: ‘¿Cómo podría ser esto?’ Uno pudiera decir: ‘Amo a mis hermanos. Tendría gusto en hacer cualquier cosa por ellos. Pero ¿qué puedo hacer? ¿Qué necesitan?’ Considerémoslo de esta manera: En años recientes ha habido ocasiones en que los siervos de Jehová han sufrido mucho en varias partes de la Tierra. En el país de Malawi, por ejemplo, el pueblo de Jehová fue perseguido en gran manera, y la mayoría finalmente tuvo que huir de sus casas y del país y residir en otro país debido a la oposición a su conducta cristiana. En el país de Nicaragua un devastador terremoto azotó la capital, Managua, y muchos cristianos fieles perdieron todos sus bienes... sus casas, trabajos, lugares de reunión, todo. ¿Cuál fue la respuesta de los siervos de Jehová en todo el mundo? Hubo gran preocupación por el bienestar de estos hermanos espirituales suyos. Se mostró por la ayuda que enviaron a favor de estos cristianos. Fue un maravilloso despliegue de interés cristiano, de atención a los hermanos de uno.
14. ¿A quiénes en la congregación bien pudiéramos tener presentes al practicar la verdad por medio de mostrar interés en nuestros hermanos, y de qué maneras pudiéramos ayudar?
14 Pero traigámoslo a un nivel más local. ¿Estamos igual de interesados en practicar la verdad entre aquellos con quienes nos reunimos con regularidad y a quienes conocemos muy bien en nuestras propias congregaciones? Muchos, por supuesto, si lo están, pero, recuerde, ahora estamos haciendo cierto examen de nosotros mismos. Estos son tiempos en que la gente está sintiendo mucha presión como resultado del costo de la vida que se eleva estratosféricamente. Esa presión aumenta en gran manera si el que se gana la vida para la familia es despedido de su trabajo. Muchos grupos de familia e individuos que viven con ingresos fijos tienen dificultad en obtener las cosas necesarias de la vida, y en los meses venideros esa situación sin duda empeorará. (Hab. 3:17) ¿Qué vamos a hacer como individuos cuando nos damos cuenta de que otra persona o un grupo de familia en nuestro medio, sin tener la culpa, se halla necesitado? Como escribió el discípulo Santiago: “Si un hermano o una hermana están en estado de desnudez y les falta el alimento suficiente para el día, sin embargo alguno de entre ustedes les dice: ‘Vayan en paz, manténganse calientes y bien alimentados,’ pero ustedes no les dan las cosas necesarias para el cuerpo, ¿de qué provecho es?” (Sant. 2:15, 16) Es algo en lo cual deben pensar los que están practicando la verdad.
15. ¿Quiénes más necesitan nuestra consideración, y de qué maneras posibles?
15 ¿Qué hay de algunos de nuestros hermanos y hermanas ancianos en la congregación? ¿Cómo les va? ¿Estamos mostrando que estamos “andando en la luz” al compadecernos e interesarnos en ellos? ¿Continuamos observando los mandamientos de Jehová en cuanto a ellos? Quizás a veces necesiten que alguien vaya por ellos y los ayude a llegar a las reuniones o salir al servicio del campo. Quizás también necesiten ayuda para obtener las cosas materiales necesarias para la vida o que les ayuden con los quehaceres o el mantenimiento de la casa. Estas son maneras de practicar la verdad. A veces los que son de edad avanzada aprecian el que alguien pase a visitarlos, que les hable acerca de la verdad de la Palabra de Dios, que muestre interés en ellos. Se nos dice esto en la Escritura: “La canicie es una corona de hermosura cuando se halla en el camino de la justicia.” (Pro. 16:31) Cuán agradable debe serle a Jehová ver a sus siervos que por muchos, muchos años han estado haciendo fielmente su voluntad, recibir atención de parte de otros que están practicando la verdad, y andando en la luz!
16. ¿Cómo es el respeto a los ancianos en la congregación aún otra manera de practicar la verdad?
16 Es preciso que también tengamos presente que el practicar la verdad incluye el mostrar respeto a los ancianos que presiden de manera excelente. El consejo del apóstol Pablo es: “Ahora les solicitamos, hermanos, que respeten a los que están trabajando duro entre ustedes y presidiéndolos en el Señor y amonestándolos; y que les den consideración más que extraordinaria en amor por causa de su trabajo. Sean pacíficos los unos con los otros.” (1 Tes. 5:12, 13; Heb. 13:17) ¿Es así como consideramos a los ancianos en nuestras congregaciones?
17. ¿Cómo, en cambio, pueden los ancianos mostrar que están practicando la verdad?
17 Por supuesto, también es evidente que los que están presidiendo tienen que estar practicando la verdad, interesándose intensamente en el bienestar de las “ovejas.” No deben enseñorearse de sus hermanos, pues entonces no estarían reflejando los caminos de Jehová, el Dios de luz. Están bajo mandato directo de Dios de que “pastoreen el rebaño de Dios . . . no como obligados, sino de buena voluntad; tampoco por amor a ganancia falta de honradez, sino con verdaderas ganas; tampoco como enseñoreándose de los que son la herencia de Dios, sino haciéndose ejemplos del rebaño.”—1 Ped. 5:2, 3.
18. Bosqueje la sabiduría del consejo autoritativo de Pablo al pueblo de Dios.
18 Finalmente, debe tenerse presente que el practicar la verdad, andar en la luz, observar los mandamientos de Jehová, y mantenerse libre de la oscuridad de este inicuo sistema de cosas, requiere de todos nosotros que sigamos el consejo autoritativo del apóstol Pablo en sus palabras de sabiduría a la congregación colosense: “De consiguiente, como escogidos de Dios, santos y amados, vístanse de los tiernos cariños de compasión, bondad, humildad de mente, apacibilidad y gran paciencia. Continúen soportándose los unos a los otros y perdonándose sin reserva los unos a los otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó sin reserva a ustedes, así también háganlo ustedes. Pero, además de todas estas cosas, vístanse de amor, porque es un vínculo perfecto de unión.”—Col. 3:12-14.
19, 20. ¿Qué acontecimiento en los días de Moisés nos recuerda el mundo en el que vivimos hoy, y cómo podemos ser bendecidos personalmente como resultado de practicar la verdad al observar los mandamientos de Jehová?
19 Aquí, pues, hallamos algunas de las maneras en que podemos practicar la verdad y observar los mandamientos de Dios en estos días en que hay oscuridad total sobre la gente como resultado de haber cegado Satanás la mente de la gente, para que las gloriosas buenas nuevas acerca del Cristo no resplandezcan a través a ella. Mientras la oscuridad del mundo se hace más densa, la luz de verdad de la Palabra de Dios se hace más brillante. Nos hace recordar los días de Moisés cuando los israelitas estaban en Egipto en esclavitud. La novena plaga, o golpe, contra el Faraón empedernido de Egipto fue de una oscuridad densa sobre el país. Nos enteramos de ello en estas palabras: “Inmediatamente extendió Moisés su mano hacia los cielos, y empezó a acaecer una oscuridad tenebrosa en toda la tierra de Egipto por tres días. No se vieron unos a otros, y ninguno de ellos se levantó de su propio lugar por tres días; pero para todos los hijos de Israel resultó que hubo luz en sus moradas.”—Éxo. 10:22, 23.
20 Vivimos en tiempos trascendentales, y mientras el mundo anda a tientas en la oscuridad, no conociendo la salida, la luz de verdad del Dios de luz y su luz del mundo, el Señor Jesús, resplandece brillantemente. Cuán apropiado que con regularidad consideremos lo que significa para todos nosotros practicar la verdad y continuar observando los mandamientos de Dios, andando en la luz. Lo que eso significa para los días futuros se declara en estas palabras del apóstol Juan: “Sin embargo, si estamos andando en la luz, como él mismo está en la luz, sí tenemos participación los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado.” (1 Juan 1:7) Estemos agradecidos por nuestra unión con el Dios de luz, en quien no hay ninguna oscuridad en absoluto.
[Ilustración de la página 87]
En las reuniones semanales de los testigos cristianos de Jehová, centenares de miles de personas se congregan para edificantes consideraciones bíblicas
[Ilustración de la página 90]
Al hacer cosas para nuestros hermanos y hermanas cristianos ancianos y enfermizos, mostremos amor e interés