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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1973 | 1 de febrero
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ungidos por espíritu. Ellos no son los únicos que se benefician de la expresión de bondad y amor de Dios al hombre al dar a su Hijo. El apóstol ungido Juan escribió respecto a Jesucristo: “Él es un sacrificio propiciatorio por nuestros pecados, empero, no solo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.” (1 Juan 2:1, 2) En armonía con esto Revelación 7:9, 14 describe a una “grande muchedumbre” que “han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.” Por lo tanto, sobre la base de la sangre de Jesús esta “grande muchedumbre” obtiene una posición limpia ante Jehová Dios. Pero, como es evidente del contexto del capítulo 3 de Tito, no es a ellos que se hace referencia allí como los que experimentan ‘el baño que trae a la vida.’
El hecho de que ‘el baño que trae a la vida’ se menciona antes del ‘hacer nuevo por espíritu santo’ indica que este baño precede al engendramiento por espíritu. Para que un individuo sea adoptado como hijo espiritual de Dios, primero tiene que ser justificado o declarado justo, es decir, se le tiene que imputar calidad de hijo humano perfecto. Esto se debe a que Jehová Dios, por ser perfecto y santo, no puede aceptar como hijo suyo a nadie inmundo. Sin embargo, sobre la base de la sangre derramada de Jesús, puede justificar a los humanos pecaminosos. Como declara el apóstol Pablo: “No tienen condenación los que están en unión con Cristo Jesús. Porque la ley de ese espíritu que da vida en unión con Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte.”—Rom. 8:1, 2, 33.
Así se puede ver que Jehová Dios limpia o ‘baña’ a aquellos a quienes introduce en una relación de calidad de hijos. Los ‘baña’ en la sangre de Su Hijo, aplicando a su favor el mérito del sacrificio de rescate de Jesús. Por medio de este “baño” que resulta en su justificación, consiguen la posición de hijos humanos perfectos. Esto los coloca en posición de ser ‘hechos nuevos por espíritu santo,’ es decir, de llegar a ser hijos de Dios engendrados por espíritu. Llegan a ser una “nueva creación.”—2 Cor. 5:17.
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¿Por qué estar en dudas?La Atalaya 1973 | 1 de febrero
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¿Por qué estar en dudas?
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