Paz con Dios en medio de la “tribulación grande”
1. (a) ¿Tuvo la profecía de Jesús en Mateo 24:4-22 un cumplimiento literal en la Jerusalén terrestre? (b) ¿Qué indica si esta profecía ha de tener más cumplimiento?
NOTABLEMENTE la profecía de Jesús, según se registró en Mateo 24:4-22, tuvo un cumplimiento literal. Eso fue entre el tiempo de darla él en 33 E.C. y el fin de la “tribulación grande” de Jerusalén en 70 E.C. Tal “tribulación grande” no ha ocurrido de nuevo ni se ha repetido sobre Jerusalén, ni siquiera sobre la reedificada Jerusalén en los días de las Cruzadas que efectuaron los católicos romanos contra los mahometanos en el Oriente Medio. Pues bien, ¿quiere decir esto que toda aquella parte de la profecía de Jesús es ahora solo historia muerta, sin más aplicación? ¡No! Porque hasta la manera en que Jesús frasea su predicción de la “tribulación grande” señala a una tribulación mucho mayor que el sitio y destrucción de Jerusalén en el año 70 E.C. ¡Ciertamente que sí!
2. (a) ¿Por qué confiesan los comentadores de la Biblia que es difícil entender o aplicar la profecía de Jesús? (b) ¿Qué dice A. Plummer respecto a Lucas 21:22?
2 Bien conocidos comentadores de la Biblia de la cristiandad confiesan que a veces es difícil entender o aplicar la profecía de Jesús. Él la dio en respuesta a una pregunta de tres partes, a saber, acerca de cuándo sería la destrucción de Jerusalén y su templo y acerca de la señal de su “presencia” y de la “conclusión del sistema de cosas.” (Mat. 24:3) Estos comentadores dicen francamente que, en la respuesta profética de Jesús a las tres partes de la pregunta, es difícil a veces comprender si se está refiriendo a un rasgo o al otro.a Por ejemplo, con referencia a las palabras de Jesús en Lucas 21:22: “Estos son días para hacer justicia, para que se cumplan todas las cosas que están escritas,” el autor y comentador de la Biblia A. Plummer sugiere lo siguiente: “La referencia, por lo tanto, es a la destrucción de Jerusalén considerada como un tipo del fin del mundo.”b
3. Evidentemente, al hablar de Jerusalén y del sistema de cosas, ¿en qué pensaba Jesús para que fuera cierto Mateo 24:21, 22?
3 Muy evidentemente, con toda buena razón, cuando Jesús habla del tiempo en que “estas cosas” serían y también lo que sería la señal de la “conclusión del sistema de cosas,” Jesús pensaba en algo inmensamente mayor que aquello en que pensaban los apóstoles inquiridores. Él usó como tipo a la infiel Jerusalén de su día condenada a destrucción, y por lo tanto pensaba en la Jerusalén infiel antitípica, a saber, la cristiandad, y también pensaba en un sistema de cosas mayor que aquel del sistema judío edificado alrededor de Jerusalén y su templo. Por lo tanto Jesús podía decir, sin exageración: “Habrá entonces tribulación grande como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder. De hecho, a menos que se acortaran aquellos días, ninguna carne se salvaría; mas por causa de los escogidos serán acortados aquellos días.” (Mat. 24:21, 22) La terrible destrucción de la Jerusalén infiel antitípica, la cristiandad, es parte del fin calamitoso del actual “sistema de cosas” mundial, a lo cual comúnmente se le llama el “fin del mundo.”—Mat. 24:3, Val (1934).
4. (a) ¿Qué rasgos de la profecía de Jesús van más allá de la destrucción de Jerusalén en 70 E.C.? (b) Razonablemente, entonces, ¿de qué manera podía Jesús hablar acerca de Jerusalén?
4 Ciertamente la segunda “presencia” de Jesucristo no aconteció al tiempo de la destrucción de Jerusalén en 70 E.C. Además, los Tiempos de los Gentiles habían de continuar después de la destrucción de ella, y así este “sistema de cosas” mundial había de continuar hasta que por lo menos se ‘cumplieran’ aquellos Tiempos de los Gentiles. Además, hay rasgos de la profecía de Jesús que se extienden desde después de su descripción de la “tribulación grande” de Jerusalén hasta su parábola de las ovejas y las cabras, y estos rasgos no se cumplieron al tiempo de la destrucción de Jerusalén en 70 E.C. (Mat. 24:23 a 25:46) De modo que era solo razonable que Jesús usara a la Jerusalén condenada a destrucción en un sentido doble, literalmente y simbólicamente, típicamente y antitípicamente.
5. (a) ¿Por qué no estamos equivocados al aplicar la profecía de Jesús al tiempo desde 1914 en adelante hasta el Armagedón? (b) ¿El pisoteo de qué “Jerusalén” terminó en 1914, y cómo?
5 Pues bien, no estamos equivocados cuando también aplicamos la profecía de Jesús desde el año 1914 E.C. en adelante hasta la guerra venidera del Armagedón, ¿verdad? ¡No! Porque ciertamente tenemos con nosotros hasta ahora a la Jerusalén infiel, simbólica, antitípica, a saber, la cristiandad. Tanto el horario de la Biblia como los hechos físicos de la historia prueban que los Tiempos de los Gentiles, “los tiempos señalados de las naciones,” terminaron en 1914 E.C., aproximadamente el 4⁄5 de octubre de ese año. (Luc. 21:24) Las naciones gentiles no habían estado ‘pisoteando’ a la Jerusalén infiel antitípica (la cristiandad) hasta aquel año de 1914. No obstante, habían estado pisoteando el derecho del Reino que tiene el Mesías de Dios, como Heredero Permanente del rey David, para gobernar en Jerusalén y sobre la nación de David de las doce tribus de Israel. Por lo tanto Jehová Dios terminó aquel pisoteo por las naciones gentiles sobre el derecho del Reino de su Mesías en 1914 E.C. ¿Cómo? Instalando a su Hijo Jesucristo en el monte Sion celestial y así restaurando el reino mesiánico. Desde entonces en adelante Dios ha estado procediendo a hacer de las naciones gentiles el escabel de su Rey Mesiánico Jesús, para destruirlas finalmente en la guerra venidera del Armagedón.
6. (a) ¿Qué puede decirse al comparar el período de tiempo antitípico moderno, en cuanto a lo que ha sucedido hasta este día, con el período de tiempo típico relacionado con la Jerusalén antigua? (b) ¿De qué era esto prueba clara a las naciones de la actualidad?
6 Hace mil novecientos años Jesús se ausentó de la Tierra al ascender de regreso al cielo. Puesto que la Jerusalén antigua fue típica, el período de tiempo desde la ascensión de él y hasta la destrucción de Jerusalén por lo tanto se hace típico. Representa el período de tiempo desde el fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914 E.C. hasta la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en el Armagedón, donde los amantes políticos y asociados de la Jerusalén infiel antitípica, la cristiandad, serán destruidos. (Rev. 16:14-16) ¿Hubo guerras, hambres, pestes y terremotos allá hace diecinueve siglos antes de la destrucción de Jerusalén en 70 E.C.? Sí, e igualmente sucede con relación a este período de tiempo actual desde 1914 E.C., cuando terminó la ausencia de Jesús, hablando espiritualmente. De hecho, el fin de los Tiempos de los Gentiles en aquel año fue marcado por el hecho de que nación se levantó contra nación y reino contra reino en la primera guerra mundial de la historia humana. Hambres, pestes y terremotos acompañaron o siguieron aquella primera guerra mundial a un grado como el cual nunca antes se había registrado. Esto era prueba clara a las naciones de que Jesucristo estaba “presente” en su reino celestial como Mesías, tal como después de su ascensión al cielo y de sentarse a la mano derecha de Dios estuvo reinando entre sus discípulos dedicados y bautizados en la Tierra hasta la destrucción de Jerusalén y después de eso.
7. (a) ¿Qué fueron aquellos sucesos desde 1914 en adelante, según lo que Jesús dijo en su profecía? (b) ¿Por qué no era el “fin” “todavía” después de aquellos sucesos iniciales?
7 Como en el caso de hace diecinueve siglos, la guerra internacional, las escaseces de alimento, las pestes y los terremotos fueron un “principio de dolores de aflicción.” (Mat. 24:8) Esto fue particularmente cierto para la Jerusalén infiel antitípica, la cristiandad, porque la I Guerra Mundial fue preponderantemente la guerra de ella, pues de los veintiocho participantes de ella todos menos cuatro eran naciones y reinos que se llamaban cristianos. Pero después de más de cuatro años de la I Guerra Mundial, “todavía” no era el “fin.” No llevó a la guerra del gran día de Dios en el Armagedón. Todavía había mucho trabajo que hacer. Antes de que se permitiera que viniera aquel “fin,” los fieles discípulos de él en la Tierra tenían que efectuar un trabajo mundial. ¿Cuál? “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” Tal como hubo una predicación de las “buenas nuevas” en “toda la creación que está bajo el cielo” antes de la destrucción de Jerusalén en 70 E.C., así ha habido un testimonio al reino mesiánico establecido de Dios en toda la tierra habitada a todas las naciones desde 1914 E.C. Esto también lo han hecho los testigos de Jehová a pesar de persecución.—Mat. 24:9-14.
8. Por lo tanto, ¿qué le queda todavía en el futuro a la Jerusalén infiel antitípica, y cuál es el propósito de Dios en cuanto a los días de tal cosa?
8 La Jerusalén infiel antitípica, la cristiandad, ha tenido su “principio de dolores de aflicción,” y su situación y la del resto del mundo no se ha hecho menos dolorosa desde entonces. La profecía de Jesús indicó que la “angustia de naciones” y la perplejidad de ellas continuarían, sin mejora. (Luc. 21:25, 26) Todavía queda en el futuro la “tribulación grande” que le sobrevendrá a la Jerusalén infiel antitípica, una tribulación que no podrá menos que afectar a sus asociados políticos y patrocinadores de todo el mundo. La descripción que da Jesús de ello aclara que, como el diluvio global del día de Noé, la tribulación amenaza a toda la vida humana en la carne. (Mat. 24:21, 22, 36-39) Si se permitiera que continuara por un tiempo demasiado largo, exterminaría a toda “carne.” Por lo tanto el propósito de Dios es acortar el número de “aquellos días” de esta “tribulación grande” sin paralelo.—Mar. 13:19, 20.
9. Allá en 1925 E.C., ¿qué sugerencia se publicó respecto a la manera en que Dios acortaría los días de la “tribulación grande”?
9 Por causa de sus “escogidos” él acorta los días. ¿Cómo? Allá en el año 1925, en el artículo principal del número de la Watch Tower del 1 de mayo, intitulado “Por causa de los escogidos,” se sugirió que “aquellos días” de la “tribulación grande” fueron acortados en el medio. Se dio la explicación de que la “tribulación grande” había empezado en 1914 E.C. y que no se le permitió proseguir hasta terminar plenamente entonces, sino que Dios detuvo la I Guerra Mundial en noviembre de 1918. Desde entonces en adelante Dios estaba permitiendo un intervalo para la actividad de su resto ungido de cristianos escogidos antes de dejar él que se reanudara la parte final de la “tribulación grande” en la batalla del Armagedón y llegara a su término. Esto permitiría que personas de cualidades de oveja se salvaran.—Mat. 25:31-46.
10. ¿Por qué parecía buena y razonable dicha explicación allá en 1925?
10 Esta explicación parecía buena y razonable allá en 1925, solo siete años después de la I Guerra Mundial y catorce años antes de la inesperada II Guerra Mundial, un conflicto cuatro veces peor que la I Guerra Mundial. Pero aun la II Guerra Mundial no siguió hasta mezclarse con la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en el Armagedón, como algunos habían esperado que sucediera. (Rev. 16:14-16) Aquí estamos, veinticuatro años después de haber terminado la II Guerra Mundial en 1945 y una parte del resto ungido de escogidos todavía están aquí y la guerra del Armagedón todavía está en el futuro, aunque ahora se está acercando mucho. Allá en 1925 la medida bíblica del tiempo según se explicó en el libro “The Time Is at Hand,” publicado en el año 1889, todavía se consideraba correcta. Por lo tanto no se había calculado que seis mil años de la vida del hombre en la Tierra no habrían de terminar sino hasta durante los años 1970. Por supuesto, el viejo cálculo de tiempo para poner en horario los acontecimientos de la Biblia y el cumplimiento de profecías afectó el entendimiento de los asuntos por los Estudiantes Internacionales de la Biblia. Pero ahora la cronología ha sido reexaminada.
11. Según aquella sugerencia, ¿cuánto ha durado hasta ahora el intervalo de tiempo, y entretanto qué les está sucediendo al resto de los ungidos “escogidos”?
11 Si, como se explicó en 1925, la primera parte de la “tribulación grande” empezó en 1914 y terminó en 1918, entonces el intervalo de tiempo por el cual “aquellos días” de la tribulación se acortan se ha extendido por cincuenta y un años y todavía no ha terminado. Muchos del resto ungido que fueron testigos del fin de la I Guerra Mundial en noviembre de 1918 y otros que han sido añadidos al resto desde entonces han envejecido, y algunos han sido muertos en persecución o han muerto de edad avanzada o por otras causas. Por ejemplo, en el año 1948, de 376.393 personas que celebraron la Cena del Señor, solo 25.395 participaron del pan y el vino en testimonio de que eran de ese resto ungido. Pero el 1 de abril del año de 1969, de 2.719.860 que celebraron, solo 10.368 participaron del pan y el vino. En esto estuvo incluido un número bastante grande de personas del resto que experimentaron el “principio de dolores de aflicción” durante la I Guerra Mundial. Algunos de éstos deben sobrevivir todavía por más tiempo para ver la guerra del Armagedón y pasar a través de ella, en armonía con las palabras de Jesús, en Mateo 24:33-35:
12. ¿Qué profetizó Jesús acerca de “esta generación”?
12 “Cuando vean todas estas cosas, conozcan que él está cerca, a las puertas. En verdad les digo que de ningún modo pasará esta generación hasta que sucedan todas estas cosas. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras de ningún modo pasarán [sin cumplirse].”
13. (a) Según lo que le sobrevino como tipo a la Jerusalén antigua, ¿cuándo no empezó la “tribulación grande”? (b) ¿Dónde, pues, está situada la “tribulación grande,” y qué querrá decir para la cristiandad y sus aliados?
13 Si fuera cierta la sugerencia que se hizo en 1925 de que los días de la “tribulación grande” fueron acortados en el medio, “por causa de los escogidos” (Mat. 24:22), ¿entonces qué? Entonces el intervalo de tiempo entre el comienzo de la “tribulación grande” y la parte del Armagedón de ésta, que sería su cierre, resultará ser unas cinco veces mayor que el largo de la “tribulación grande” misma. No obstante, para corresponder con los acontecimientos del primer siglo, desde el tiempo de la partida de Jesús al ascender al cielo en 33 E.C. hasta la destrucción de Jerusalén en 70 E.C., la “tribulación grande” antitípica no comenzó en 1914 E.C. Más bien, lo que aconteció sobre el antitipo moderno de Jerusalén en 1914 a 1918 fue meramente “principio de dolores de aflicción” para ella y sus aliados políticos. La “tribulación grande” como la cual no ocurrirá una de nuevo todavía está en el futuro, porque significa la destrucción del imperio mundial de la religión falsa (incluso la cristiandad) seguida por la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en el Armagedón contra los aliados políticos de la religión falsa babilónica. En esa “tribulación grande” el sistema de cosas actual tiene que terminar en sus fases religiosa y política.
14. (a) Según la palabra que Jesús usó, ¿cómo será acortada la venidera “tribulación grande”? (b) ¿Por qué puede Dios acortar los días de ella, y por qué es urgente?
14 Son los días de esta venidera “tribulación grande” los que tienen que ser ‘acortados’ [griego, koloboo], cercenados, podados en el extremo, no divididos por el medio. Esto se hace por causa de los “escogidos” de Dios y para que ‘alguna carne’ se salve. (Mat. 24:21, 22) Dios tiene “día y hora” fijos para el comienzo de esa “tribulación grande,” sin demora alguna. (Mat. 24:36) Por tener para ese “día y hora” a todo el resto de sus “escogidos” en seguridad fuera de la Jerusalén infiel antitípica y fuera de su sistema de cosas seglar asociado, Dios puede entonces hacer un trabajo rápido al ejecutar venganza divina y destrucción sobre este entero sistema inicuo de cosas. Como en el caso de la destrucción de Jerusalén en 70 E.C., el número de días de esta venidera “tribulación grande” puede ser ‘acortado,’ no habiendo necesidad de prolongar esos días. Esto permitirá también salvar con vida a ‘alguna carne’ a través de la “tribulación grande,” puesto que la “carne” humana generalmente débil no podría, sin protección divina, aguantar el que se alargara por demasiado tiempo esta “tribulación grande” que será la peor de toda la historia humana.
15. (a) ¿Cómo terminó de repente la obra de hacer más miembros del resto judío en Judea? (b) Después de eso, ¿cómo se efectuó el ajuste de cuentas de Dios con Jerusalén y Judea?
15 Hace mil novecientos años, con relación al resto cristiano que fue tomado de la nación judía, el apóstol Pablo hizo una declaración significativa en su carta a los Romanos, escrita alrededor del año 56 E.C. Él citó de Isaías 10:22, 23 y dijo: “Es el resto lo que será salvo. Porque Jehová hará un ajuste de cuentas sobre la tierra, consumándolo y acortándolo [o, ejecutándolo rápidamente; griego, syntemno].” (Rom. 9:27, 28; edición de 1950 en inglés, margen) Allá en 66 E.C. y poco después los judíos cristianos salieron huyendo de Judea y Jerusalén, y así hubo un acortamiento abrupto de la obra de hacer conversos judíos en Judea y Jerusalén para que fueran parte del resto judío. Por consiguiente, en 70 E.C., la sentencia de destrucción que Dios le impuso a Jerusalén y su templo se ejecutó, no en una guerra alargada a través de un sitio de larga duración, sino por medio de un sitio sorprendentemente corto debido al desplome de la defensa que hacían los judíos rebeldes encerrados en la ciudad.
16. ¿Qué fue ‘acortado’ así para Jerusalén, y, no obstante, por qué perecieron tantos judíos?
16 Así la “tribulación grande” de Jerusalén no fue alargada, sino que fue ‘acortada,’ permitiendo que 97.000 judíos sobrevivieran aunque no tenían la protección de Dios, mientras que 1.100.000 judíos perecieron. Ciertamente Jerusalén no estaba entonces en paz con Dios, sino que este desastre vino por la razón que Jesús le mencionó a ella, con lágrimas, al decir: “Si tú, aun tú, hubieras discernido en este día las cosas que tienen que ver con la paz..., pero ahora han sido escondidas de tus ojos. Porque . . . no discerniste el tiempo en que se te inspeccionaba.”—Luc. 19:41-44.
17. Sin embargo, ¿en qué relación se encontraban los judíos cristianos escapados? Y por estar libres, ¿qué podían hacer?
17 Por otra parte, los judíos cristianos escapados que para entonces estaban fuera de la Judea desolada estaban en paz con Dios, tal como todos los demás creyentes cristianos, gentiles y judíos. Ellos eran los “escogidos” de Dios, estaban libres para servirle predicando las “buenas nuevas” de su reino mesiánico en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones.—Mat. 24:14; Mar. 13:10.
18. (a) Al tiempo de la esperada venida del Hijo de Dios para ejecutar juicio, ¿quiénes participarán en golpearse en lamento? (b) ¿Después de qué profetizó Jesús acerca del recogimiento de los escogidos, y qué muestra la historia acerca de este recogimiento?
18 Igualmente hoy día, los del resto ungido de “escogidos” de Dios están en paz con él, aunque están en medio de un mundo en agitación. Ellos esperan que el Hijo de Dios, Jesucristo, venga dentro de poco para ejecutar el juicio de Dios sobre este inicuo “sistema de cosas.” En ese tiempo, según la profecía de Jesús, no solo las tribus judías, sino “todas las tribus de la tierra se golpearán en lamento.” Se hallarán cara a cara con la destrucción en manos de este “Hijo del hombre,” Jesucristo, en su gloria y poder. Pero, ¿qué hay del resto ungido? ¿Participarán ellos en el lamento mundial? ¡No! Porque Jesús profetizó que sus ángeles “juntarán a sus escogidos desde los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta su otro extremo.” (Mat. 24:29-31) Jesús alistó esto después de hablar acerca de la destrucción de Jerusalén. Según los hechos históricos, el recogimiento de estos “escogidos” comenzó por primera vez a acontecer mucho tiempo después de la “tribulación grande” de la antigua Jerusalén en 70 E.C.
19. (a) ¿A qué son juntados los “escogidos”? (b) Para el tiempo de la “tribulación grande,” ¿qué será cierto acerca del resto, y qué espera éste?
19 El recogimiento empezó a acontecer después de terminar la I Guerra Mundial en 1918. El resto de los “escogidos” fue juntado, no al cielo, sino a unidad de organización y de acción por todo el mundo, para que predicaran a todas las naciones las “buenas nuevas” del reino establecido de Dios, para el cual habían sido escogidos como herederos de Dios y coherederos de Jesucristo. (Mat. 24:14; Rom. 8:16, 17; 2 Tim. 2:11, 12) Para cuando la “tribulación grande” antitípica estalle el número total de este resto ungido estará completo; el escogimiento de herederos del Reino habrá terminado. Este resto ungido, como clase, espera sobrevivir la “tribulación grande” y la destrucción de este “sistema de cosas” actual y entrar en el nuevo sistema de cosas de Dios bajo el reino celestial de su Mesías, Jesús.—Rev. 7:1-8.
‘ALGUNA CARNE SE SALVARÁ’
20. (a) Por lo general, ¿de qué región religiosa han sido tomados los del resto de “escogidos”? (b) ¿Por qué no será necesario alargar la “tribulación grande,” y cuál es el propósito de Dios?
20 Desde el “principio de dolores de aflicción” en 1914 E.C. la mayoría de los que componen el resto de “escogidos” han sido personas tomadas de la Jerusalén infiel antitípica de hoy día, a saber, la cristiandad, y la minoría de ellos de la región del paganismo. Cuando, evidentemente muy pronto ya, Jehová Dios haya completado la obra de recoger de todas partes bajo el cielo a su resto de “escogidos,” él no tendrá por qué ejercer paciencia por más tiempo al tratar con la cristiandad y sus amantes políticos de este sistema de cosas. Como le sucedió a la Jerusalén de los días de los apóstoles, Jehová puede terminar su ajuste de cuentas con la cristiandad y el resto de este sistema de cosas de manera rápida, sin prolongar la acción, en un período de tiempo reducido. Aunque Él como el exacto Marcador de tiempo tiene un día y hora definidos para comenzar la “tribulación grande,” él puede podar cualquier cosa que tienda a alargarla. Eso se propone hacer.—Mat. 24:21, 22, 36.
21. (a) ¿La “carne” de quiénes será salvada de la “tribulación grande”? (b) ¿Cómo será diferente la situación de éstos de la situación de la “carne” judía que se salvó de la destrucción de Jerusalén?
21 ¿Se salvará ‘alguna carne’ en ese tiempo? Sí, y esto además del resto de “escogidos.” En el primer siglo, en los días de los apóstoles, no eran ningunos de los “escogidos,” fueran judíos o gentiles, los que estaban en peligro al tiempo de la destrucción de Jerusalén y la desolación de Judea. Todos ellos estaban fuera, libres de ataque y captura por los ejércitos romanos bajo Tito. Eran los judíos encerrados dentro de Jerusalén los que estaban en peligro de exterminio en medio de la “tribulación grande” de ella. Debido a la corta duración del sitio romano 97.000 escaparon con vida, aun sin la protección de Dios. Pero, ¿para qué? Para esclavitud en degradación entre los gentiles paganos. Pero en la venidera “tribulación grande” antitípica ninguno de los religiosos que permanezcan con la Jerusalén infiel antitípica y en asociación con los aliados políticos de ella será conservado vivo, sin importar lo corta que resulte ser la “tribulación grande.” Serán destruidos con el presente “sistema de cosas” del cual son parte. ¿Por qué se les debería salvar, cuando no están en paz con Dios?
22. (a) ¿Quiénes son, principalmente, aquellos cuya “carne” se salvará, y debido a qué sobrevivirán? (b) ¿De qué serán testigos?
22 Sin embargo, en la Tierra hoy hay muchas personas que, aunque no son del resto de “escogidos,” están en paz con Dios. Éstos son cristianos plenamente dedicados y bautizados, pero que no tienen una esperanza y herencia celestial como los “escogidos” engendrados del espíritu. Según las estadísticas disponibles, en su mayor parte éstos han huido de la antitípica Jerusalén condenada a destrucción, más bien que quedarse en ella para ser encerrados para destrucción. Éstos componen la ‘alguna carne’ que Jesús indicó que “se salvaría.” No solo porque se acortan los días, sino debido a la protección de Dios sobre ellos, sobrevivirán. El que ellos sobrevivan la “tribulación grande” que tan cerca está no significará lo que significó en el caso de los 97.000 sobrevivientes judíos de la destrucción de Jerusalén, a saber, el que los arrastren a la esclavitud los que componen la “cosa repugnante que causa desolación” de hoy día. Más bien, ellos serán testigos y sobrevivientes de la destrucción de ese desolador repugnante y llegarán a ser libres en el nuevo sistema de Dios.—Rev. 17:1-14; 19:11-21.
23, 24. (a) Comparados con el resto de los escogidos, ¿qué se les llama a estos sobrevivientes de la “tribulación,” y cuántos habrá para entonces? (b) ¿En qué clase de relación se encuentran para con Dios, y por qué?
23 Revelación 7:9-17 habla de éstos y dice que salen de “la grande tribulación.” Comparados con el número de los que componen el resto de los “escogidos” de Dios, estos cristianos dedicados y bautizados con esperanza de vida en la Tierra son una “grande muchedumbre.” Hoy ningún hombre sabe cuántos habrá en esta “grande muchedumbre” para el tiempo de la “tribulación grande.” En cuanto a su carne, vienen de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Aunque no son israelitas espirituales como los “escogidos,” están ahora en paz con Jehová Dios. Han abandonado el lado de los enemigos de Dios, tanto dentro como fuera de la Jerusalén infiel antitípica, y se han puesto al lado de los “escogidos” escapados. De modo que tienen una posición favorable delante del trono de Dios y delante de su Cordero Jesucristo, y aclaman a éstos como con palmas gozosamente. Apreciando su condición de salvos en la actualidad y esperando salvación durante la venidera “tribulación grande,” ellos claman en declaración pública:
24 “La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero.”—Rev. 7:9, 10.
25. (a) A pesar de la destructividad de la “tribulación grande,” ¿qué les pasará a los de esta “grande muchedumbre”? (b) Después del Armagedón se esforzarán por demostrar que son dignos de ¿qué?
25 Sin importar lo destructora que sea la “tribulación grande,” sin importar lo intenso que llegue a ser la destructividad de ésta debido a que la “tribulación grande” está concentrada dentro de un período de tiempo acortado, esta innumerada “grande muchedumbre” será salvada viva en su “carne” y entrará en el nuevo sistema de cosas de Dios después de Su guerra en el Armagedón. Esto se debe a que ellos, junto con el resto de “escogidos,” se mantienen en paz y armonía con Dios y su Cordero Jesucristo hasta la “tribulación grande” y hasta que termine, sirviendo a Dios “día y noche en su templo” en compañía del resto escogido. (Rev. 7:14-17) Como ovejas a la mano derecha del Rey Pastor Jesucristo, ellos continuarán haciendo el bien al resto de sus “hermanos” espirituales, mientras éstos estén con ellos en la “carne.” En el sistema terrestre de Dios después del Armagedón estas personas que son como ovejas agradecidamente se esforzarán por demostrar que son dignas de salvación por toda la eternidad para la alabanza de Dios.
“Puesto que todas estas cosas así han de ser disueltas, ¡qué clase de personas deben ser ustedes en actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa, esperando y teniendo muy presente la presencia del día de Jehová!”—2 Ped. 3:11, 12.
[Notas]
a Sobre Mateo 24:3 el Dr. A. T. Robertson comenta: “Ellos hacen tres preguntas acerca de la destrucción de Jerusalén y el templo, su propia segunda venida (parusía, presencia, común en los papiros para la visita del emperador), y el fin del mundo. ¿Pensaban ellos que todas estas cosas sucederían simultáneamente? No hay manera de responder. De todos modos, Jesús trata los tres puntos en este gran discurso escatológico, el problema más difícil que hay en los Evangelios Sinópticos. . . . Suficiente es para nuestro propósito pensar que Jesús estaba usando la destrucción del templo y de Jerusalén que sí sucedió en aquella generación en 70 A.D., como símbolo también de su propia segunda venida y del fin del mundo . . . o consumación de la era . . . Ciertamente en este discurso Jesús mezcla en lenguaje apocalíptico el fondo de su muerte en la cruz, la venidera destrucción de Jerusalén, su propia segunda venida y el fin del mundo. En un momento trata de uno, en otro de otro. No se nos hace fácil separar claramente las varias partes.”—Páginas 187, 188, de Word Pictures in the New Testament, tomo I.
b Vea Word Pictures in the New Testament, por el Dr A. T. Robertson, tomo II, sobre Lucas, páginas 261, 262.