Enseñados por Jehová
“‘Y todos ellos serán enseñados por Jehová.’ Todo el que ha oído la enseñanza del Padre y que ha aprendido viene a mí.”—Juan 6:45, NM; Isa. 54:13.
1. ¿Cómo ha estado estéril la organización de Jehová?
EN EL número anterior de La Atalaya emprendimos una consideración del capítulo cincuenta y cuatro de la profecía de Isaías, y ahora continuamos con el examen de las preguntas en cuanto a la enseñanza de los hijos de Sión por Jehová Dios. ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Quién? ¿Podemos participar de ella? Hemos visto que el dominio y la adoración de Jehová están directamente implicados en esto. Jesús reconoció que era necesario que algún tiempo pasara hasta que llegara el debido tiempo de Dios para el dominio de su Reino. En el capítulo veintiuno de Lucas leemos sus palabras: “Jerusalén será pisoteada por las naciones, hasta que los tiempos señalados de las naciones se cumplan. Verdaderamente les digo: Esta generación de ninguna manera pasará hasta que sucedan todas las cosas.” (Luc. 21:24, 32, NM) Es evidente entonces que hasta que dicho tiempo llegara cuando el reino de Dios por medio de Cristo Jesús fuera establecido, es decir, cuando el Reino naciera, la gran organización universal de Jehová Dios propiamente se representaría como una mujer estéril, como una esposa sin el hijo deseado, una organización que todavía no había producido en cuanto a su propósito hacia la tierra.
2. ¿Cuáles fueron las circunstancias con relación al gobierno de Israel y los hechos históricos que se combinan para establecer el comienzo de los “tiempos señalados de las naciones”?
2 En el antiguo Israel, Jerusalén era su ciudad capital, Sión era la ciudadela de Jerusalén, y ese nombre también se aplicó a la ciudad entera. Por eso Sión era la capital, y como tal era la capital del reino de Jehová sobre esa comparativamente pequeña parte de la tierra. Los reyes de Israel se sentaban en el trono de Jehová. (1 Cró. 29:23) A ellos y por medio de ellos se prometió un dominio eterno, y no obstante este reino que fué típico terminó con violencia en 607 a. de J. C. (2 Sam. 7: 12-16) En contra de ese reino infiel, pero no obstante típico, de Israel y su gobernante impío vino la palabra de Jehová por medio de su profeta Ezequiel: “Por tanto, así dice Jehová el Señor: Por lo mismo que habéis hecho que se traiga a memoria vuestra perfidia, en el descubrimiento de vuestras rebeliones, de modo que en todos vuestros hechos se ven vuestros pecados; por lo mismo pues que habéis venido en memoria, seréis cogidos con su mano. Y tú, ¡oh profano e impío príncipe de Israel! cuyo día ha llegado ya, el tiempo en que la iniquidad acarrea la destrucción; así dice Jehová el Señor: ¡Apártese la mitra . . . y quítese la diadema real! ésta no será más así: ¡elévese lo bajo y abátase lo alto! Haré que haya trastorno, trastorno, trastorno: ni aquélla tampoco será más, hasta que venga Aquel cuyo es el derecho, y a Él se lo daré.” (Eze. 21:24-27) Así empezaron los “tiempos señalados de las naciones” que habían de transcurrir por un espacio de tiempo determinado y terminarían con el establecimiento del antitípico reino teocrático de Dios sobre la tierra, el dar a luz la gran organización universal de Jehová, su justa mujer Sión, su esposa, al niño varón del Reino. En el intervalo hasta entonces Sión sería como una mujer estéril.
3. La evidencia de la Biblia y la historia señala a 1914 d. de J. C. ¿como qué?
3 Previamente en las columnas de La Atalaya y las otras publicaciones de la Sociedad Watch Tówer se ha presentado la evidencia de la Palabra de Dios y los sucesos de la historia de hace más de dos mil quinientos años y de nuestro día que señala al año de 1914 d. de J. C. como el tiempo cuando los “tiempos señalados de las naciones” terminaron y el reino de Jehová Dios nació. Mientras Sión estaba estéril con respecto al niño varón del Reino, el Rey asignado por Dios se sentó, por decirlo así, a esperar. “Jehová dijo a mi Señor: ¡Siéntate a mi diestra, hasta tanto que ponga a tus enemigos por escabel de tus pies! Enviará Jehová desde Sión la vara de tu poder; ¡domina tú en medio de tus enemigos!”—Sal. 110:1, 2.
4. ¿Qué nacimiento oportuno da importancia a la fecha de 1914?
4 La instalación de Cristo Jesús como Rey celestial de Dios sobre su santo monte de la Sión celestial para gobernar es un acto de producir o dar a luz por Sión: “¡Empero yo he constituído mi Rey sobre Sión, mi santo monte! Anunciaré el decreto: Jehová me dijo: Mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy. ¡Pídeme, y te daré las naciones por tu herencia, y por tu posesión los confines de la tierra!” (Sal. 2:6-8) Por eso el Reino nace en el cielo por virtud de que el Rey celestial toma su poder al debido tiempo de Jehová. Es un nacimiento triunfal, oportuno. Ocasiona gran regocijo al Padre, la madre, al Rey del gobierno recién nacido, y a todos los que lo reconocen y están a favor de él. Cristo Jesús esperó ese tiempo, y de esto Pablo el apóstol declara: “Jesús. Por el gozo que fué puesto delante de él aguantó el madero de tormento, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.”—Heb. 12:2, NM.
5. ¿Cómo es representada la organización como esposa de Jehová en los capítulos 12 y 19 del Apocalipsis, y qué cosa logra ella?
5 Los capítulos doce y diecinueve del Apocalipsis relatan la realización de ese gozo. Al leer la profecía del Apocalipsis, piense en la organización-mujer de Dios y su niño varón del Reino. “Y una gran señal se vió en el cielo: una mujer vestida del sol, y la luna estaba bajo sus pies, y sobre su cabeza había una corona de doce estrellas, y ella estaba encinta. Y grita a causa de sus dolores y en su angustia para dar a luz. Y ella dió a luz un hijo, un varón, que está destinado a pastorear a todas las naciones con una vara de hierro. Y su niño fué arrebatado a Dios y a su trono. Y oí lo que era como la voz de una grande muchedumbre y como el sonido de muchas aguas y como el sonido de fuertes truenos. Decían: ‘Alaben a Jah, porque Jehová nuestro Dios, el Todopoderoso, ha empezado a gobernar como rey. Regocijémonos y alegrémonos, y demos la gloria a él, porque ha llegado la boda del Cordero y su esposa se ha preparado.’” (Apo. 12:1, 2, 5; 19:6, 7, NM) Así que el nacimiento del niño varón termina la esterilidad de la mujer de Dios en cuanto al dominio de su Reino sobre la tierra. Hay trabajo que hacer bajo la organización del Reino celestial respecto a los cristianos y a todas las personas de buena voluntad y corazón honrado que pueden llegar a ser cristianos, es decir, que pueden unirse a lo que ahora debe ser la orden del día, a saber, la adoración de Jehová. Esta obra tiene que hacerse durante la existencia de la organización del inicuo viejo mundo.
6. ¿Cómo se manifiesta este gran suceso en el capítulo 66 de Isaías?
6 Ninguna profecía sola predice todos los sucesos implicados, ni todos los actos de Dios, sino que se usan muchas profecías, todas de acuerdo las unas con las otras, todo para la alabanza del nombre de Jehová. El profeta que Dios usó para escribir el capítulo cincuenta y cuatro de Isaías también escribió concerniente al nacimiento de la prole de Sión en el capítulo sesenta y seis, donde leemos: “¡Voz que procede del Templo! ¡voz de Jehová . . . ! Antes que estuviese de parto, dió a luz Sión; antes que le vinieran los dolores, produjo un hijo varón. ¿Quién oyó jamás tal cosa? ¿quién ha visto cosa semejante? ¿La tierra será hecha producir en un solo día? ¿o nacerá una nación de una vez? pues luego que Sión estuvo de parto, dió a luz sus hijos. ¿Por ventura traeré al punto de nacer, y no haré dar a luz? dice Jehová. ¿o yo que hago dar a luz, estorbaré el nacimiento? dice nuestro Dios. ¡Regocijaos con Jerusalem y gloriaos en ella, todos los que la amáis! ¡alegraos con ella hasta con alborozo, todos los que os lamentáis por ella! para que maméis, y os saciéis de los pechos de sus consolaciones; para que sorbáis, y os deleitéis con la abundancia de su gloria. Porque así dice Jehová: He aquí que yo haré pasar sobre ella la paz como un río.” (Isa. 66:6-12) Incidentalmente, y entre otras cosas, en armonía con el resto de la Palabra de Dios, esta profecía de Isaías muestra la imposibilidad absoluta de que la mujer de Jehová Dios sea la mujer María que dió a luz al bebé Jesús.
7. (a) ¿Qué hay de extraordinario acerca del nacimiento del niño varón? (b) “¿Quién oyó jamás tal cosa?”
7 ¿Qué hay de extraordinario acerca del nacimiento del niño varón de Sión? Esto: es dado a luz antes de que le vinieran a ella los dolores. En 1914, al debido tiempo de Dios, su organización Sión dió a luz el Reino al instalar Jehová a su Rey Cristo Jesús sobre su trono para gobernar en medio de sus enemigos. “¿Quién oyó jamás tal cosa? ¿quién ha visto cosa semejante?” ¡Nadie! Es desconocida entre las naciones del mundo. Además, como Isaías predijo, el Reino nació sin dolores de parto, y después los dolores de parto siguieron, con lo cual Sión dió a luz sus hijos, no al niño varón, sino hijos, en número plural.
8. ¿Cómo se manifiesta la certeza del nacimiento del Reino en el Apocalipsis 12?
8 Hemos leído en el capítulo doce del Apocalipsis que la mujer de Dios estaba lista para dar a luz al Reino hijo y que en ese tiempo ella grita en sus dolores y en su angustia para dar a luz. El texto en el Apocalipsis manifiesta que el tiempo había llegado para que la organización universal de Dios trajera al punto de nacer el Reino y que el nacimiento era inevitable. El nacimiento tenía que seguir, porque ella es representada como estando en dolor y agonía para dar a luz. Por eso Jehová declara por medio de Isaías, “¿Por ventura traeré al punto de nacer, y no haré dar a luz?” Jehová hace dar a luz.
9. ¿Cuál es el orden de los sucesos profetizados en Isaías 66?
9 Sin embargo, algo más se manifiesta en el capítulo sesenta y seis de Isaías, a saber, el orden en que ciertos sucesos acontecen. Sin dolores de parto, o antes de los grandes dolores de parto o dificultad que siguió, el Reino nació en 1914 cuando Cristo tomó su poder para reinar. Después de eso, tanto en el cielo como en la tierra, vinieron sobre la organización de Dios dolores de parto, angustia, dificultad, tormentos. ¿A qué se debe esto? A tres cosas: (1) una guerra en el cielo, (2) persecución de cristianos sobre la tierra, (3) su acrisolamiento espiritual.
10. ¿Qué sucesos de “dolores de parto” siguieron al nacimiento del Reino?
10 Regresando al capítulo doce del Apocalipsis leemos que después del nacimiento del Reino “estalló guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles lucharon con el dragón, y el dragón y sus ángeles lucharon pero éste no prevaleció, ni se halló más lugar para ellos en el cielo. De modo que fué arrojado hacia abajo el gran dragón, la serpiente original, aquel que es llamado Diablo y Satanás, el cual está desviando a toda la tierra habitada; fué arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados junto con él. Y oí una voz fuerte en el cielo decir: ‘¡Ahora han acontecido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo!’” (Apo. 12:7-10, NM) Los sucesos sobre la tierra señalan a los celestiales. Note, por lo tanto: “Ahora cuando el dragón vió que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz el hijo varón. Y el dragón se airó contra la mujer, y se fué para hacer guerra contra los que quedan de su simiente, los cuales observan los mandamientos de Dios y tienen la obra de dar el testimonio de Jesús.”—Apo. 12:13, 17, NM.
11. ¿Qué manifiestan los hechos de los pasados treinta y nueve años respecto a la persecución de cristianos?
11 ¡Esta es una cosa asombrosa! Demuestra que después del nacimiento del reino de Dios en 1914 y la acción del Rey en el cielo en contra del enemigo de Dios, Satanás el Diablo, el Dragón instiga una persecución enconada contra todos los que adoran a Dios y que son de la simiente de la organización de Dios o llegan a ser hijos de ella. Los hechos conocidos por todos los que están familiarizados con la historia de los pasados treinta y nueve años prueban que todo hombre, mujer y niño que se atreve a defender la adoración del Dios verdadero, Jehová, y los principios justos de su Palabra, y que aboga por su reino bajo Cristo Jesús, está absolutamente seguro de ser el objeto del odio del Dragón y de los ataques de su organización, la organización del mundo, religioso, político, comercial y militar.
12. ¿Cómo coincide la gran señal del capítulo 24 de Mateo con los dolores de parto de Sión?
12 En otros lugares y previamente las publicaciones de la Watch Tówer han discutido en detalle la maravillosa profecía de Jesús que se encuentra en el capítulo veinticuatro de Mateo, y textos relacionados, profecía que manifiesta una gran señal, compuesta de muchas partes, y con la cual armonizan los hechos y sucesos que se han producido desde 1914. Obsérvese que incluído en esa señal que marca el reinado de Cristo Jesús está esto: “Entonces la gente los entregará a ustedes a la tribulación y los matará, y ustedes serán aborrecidos por todas las naciones por causa de mi nombre.” No obstante, “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin consumado [la destrucción final de la inicua organización mundial].” (Mat. 24:9, 14, NM) Tocante a tiempo, entonces, es después del nacimiento del Reino y después del comienzo de la dificultad sobre los verdaderos cristianos sobre la tierra que los hijos de Sión nacen. “Pues luego que Sión estuvo de parto, dió a luz sus hijos.”—Isa. 66:8.
13, 14. Exprese cada una de las preguntas pertinentes hechas aquí, con la respuesta que ahora podemos dar a cada una.
13 “Hace sentarse a la estéril en medio de familia, gozosa madre de hijos. ¡Aleluya!” (Sal. 113:9) Leamos de nuevo Isaías 54:13: “Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y grande será la paz de tus hijos.” Este texto también tiene referencia, como hemos visto, a los hijos de Sión. Aquí entonces podemos hacer unas preguntas pertinentes, las respuestas a las cuales ahora nos son claramente discernibles: ¿Quiénes son los hijos? ¿Quiénes son los padres, es decir, quién es el padre y quién es la madre? El padre, por supuesto, sería un marido; por eso, ¿quién es el esposo? ¿Cómo son enseñados los hijos? ¿Cómo puedo yo recibir esta enseñanza? Y ¿cuáles son los resultados de esta instrucción? La consideración bíblica que antecede a esto nos capacita ahora para contestar estas preguntas brevemente.
14 El Hacedor, Jehová Dios, es el Marido; y él también es el Padre a quien se hace referencia en la profecía. La madre es la gran organización universal de Dios. Los hijos son sus adoradores devotos de entre los hombres. Son enseñados por Dios por medio de su Palabra mediante su espíritu y su organización. Las personas pueden recibir esta instrucción sólo mediante una devoción o dedicación personal, individual, a Dios. Los resultados son las bendiciones de la inmediata adoración de Jehová, con paz, y con vida eterna en mira. Los hechos que ya se han anotado, con respecto a Jehová Dios y su relación con su organización, cuando se aplican a la profecía de este capítulo cincuenta y cuatro de Isaías, nos ayudan a determinar cómo nosotros individualmente podemos entrar en esta esencial relación feliz con Dios y mantenerla y recibir su enseñanza.
15, 16. (a) Parafrasee Isaías 54:1-3. (b) ¿A quién se dirige, y qué cosa lo prueba? (c) ¿Qué produce Sión?
15 No es, por supuesto, a ninguna mujer individual, ni siquiera a la nación de Israel de la antigüedad, que estas palabras ahora se dirigen: “¡Canta, oh estéril, tú que no dabas a luz hijos! ¡rompe en alabanzas y alza el grito, tú que nunca estuviste de parto! porque más son los hijos de la desolada que los hijos de la casada, dice Jehová.” (Isa. 54:1) El apóstol Pablo le añade a la gran cantidad de evidencia previamente considerada al manifestar que la profecía del capítulo cincuenta y cuatro de Isaías aplica a la organización de Dios de hecho citando Isaías 54:1 al escribir a los gálatas, como leemos: “Pero la Jerusalén que está arriba es libre, y ella es nuestra madre. Porque está escrito: ‘Regocíjate, tú mujer estéril que no produces hijos; prorrumpe y clama en voz alta, tú mujer que no tienes dolores de parto; porque los hijos de la mujer desolada son más numerosos que los de aquella que tiene el esposo.’” (Gál. 4:26, 27, NM) No es una organización de hombres, sino celestial, y produce el Reino y también a individuos.
16 La Jerusalén que menciona aquí Pablo también se llama “Sión”: “la ciudad de David, la cual es Sión.” (1 Rey. 8:1) “Monte de Sión, en que pusiste tu morada.” (Sal. 74:2, NC) “Porque Jehová ha elegido a Sión; deseóla como habitación para sí.” (Sal. 132:13) Sión, la organización de Dios, aparentemente había estado estéril respecto tanto al dominio como a la adoración de Jehová, pero ahora, habiendo dado a luz el Reino, produce adoradores. Por lo tanto los versículos dos y tres del capítulo cincuenta y cuatro de Isaías dicen: “¡Ensancha el lugar de tu tienda, y extiéndanse las cortinas de tu habitación! ¡no seas parca en ello! ¡alarga tus cuerdas, y haz más fuertes tus estacas! ¡Porque te extenderás hacia la derecha y hacia la izquierda; y tu simiente heredará las naciones, y volverán a poblar las ciudades que están ahora desoladas!” Nada semejante a esto aconteció con el Israel antiguo; ni con María la madre de Jesús, aun cuando ella sí tuvo otros hijos además del bebé Jesús. Pero esto sí acontece con respecto a la gran organización universal de Jehová.
17. ¿Cuál es la importancia de Isaías 54:4-8?
17 Que el hacedor de la organización, y esposo suyo también, es Jehová Dios se manifiesta por sus propias palabras: “¡No temas, porque no serás avergonzada! ¡ni te ruborices, porque no serás abochornada! Porque te olvidarás de la afrenta de tu juventud, y del oprobio de tu viudez no te acordarás más. Porque marido tuyo es tu Hacedor, Jehová de los Ejércitos es su nombre; y tu Redentor es el Santo de Israel: Dios de toda la tierra será llamado. Porque Jehová te ha vuelto a llamar como a una mujer dejada, y afligida de espíritu; y como a una mujer, casada joven, cuando haya sido desechada, dice tu Dios. Por un breve momento te dejé; mas con grandes misericordias te volveré a recoger: en un acceso pasajero de ira, te escondí momentáneamente mi rostro; pero con compasiones eternas tendré misericordia de ti, dice Jehová, Redentor tuyo.”—Isa. 54:4-8.
18-20. (a) ¿De qué es una señal el arco iris? (b) ¿Qué seguridad se da a Sión y sus hijos?
18 Después del diluvio, Dios declaró a Noé su voluntad concerniente a la santidad de la vida y su amorosa consideración para las criaturas sobre la tierra. Con respecto a esto declaró que el arco iris sería una señal, diciendo: “Voy pues a establecer mi pacto con vosotros, de que no exterminaré más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra. Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que hago entre mí y vosotros, y toda alma viviente que hay con vosotros, para generaciones perpetuas: Mi arco he puesto en la nube, y será por señal de pacto entre mí y la tierra. Estará pues el arco en la nube, y yo lo miraré, para recordar el pacto perpetuo entre Dios y toda alma viviente de toda carne que hay sobre la tierra.”—Gén. 9:11-13, 16.
19 Note que Dios declaró: “Yo lo miraré, para recordar el pacto perpetuo entre Dios y toda alma viviente.” Los hombres pueden ver muchos arco iris desde su punto de observación sobre la tierra. Se dice que desde un avión volando muy por encima de las nubes, mirando hacia la tierra en vez de hacia arriba desde la tierra, uno puede ver el arco iris aun más en evidencia. De esta manera Jehová ha dado seguridad completa a los que creen en él. Debido a la alta posición que él ocupa siempre puede observar el arco iris, que él ha constituído una señal y recordatorio y seguridad fortalecedora. La palabra del pacto de Dios da seguridad, no sólo de que la tierra no será anegada en agua por segunda vez, sino, aun más maravillosamente, de que él jamás abandonará a su esposa sino que siempre cuidará tiernamente de ella y de sus hijos. Por eso él dice: “Pues esto para mí es semejante a las aguas de Noé: porque de la manera que he jurado que las aguas de Noé no hayan más de pasar sobre la tierra, asimismo he jurado que no me airaré más contigo, ni te reprenderé. Porque las montañas se alejarán, y los collados serán removidos; pero mi compasión no se alejará de ti, ni será removido mi pacto de paz, dice Jehová que se compadece de ti.”—Isa. 54:9, 10.
20 Luego Jehová con hermosa frase da más consuelo y seguridad, y habla de las bellezas espirituales de su amada organización: “¡Oh afligida, combatida de tempestad y no consolada! he aquí que yo asentaré tus piedras con cemento de antimonio, y echaré tus fundamentos con zafiros. Y haré que sean tus almenas rubíes, y tus puertas carbunclos; y todo tu recinto, piedras de deleite.”—Isa 54:11 y 12.
21. ¿Qué puede decirse ahora concerniente a los hijos de Sión?
21 Jehová se ha identificado como el padre, el maestro de sus hijos y discípulos. A esos hijos dirigimos ahora nuestra atención. El Nuevo diccionario internacional de Wébster, segunda edición, dice que “madre” como nombre “es lo que ha producido o criado algo; una fuente de nacimiento u origen”. Como adjetivo “madre” significa “tener la relación de una madre, como madre iglesia”. Una madre tal es la organización de Jehová Dios, como hemos visto. Es mediante la asociación con esa organización por medio de la vía provista por su Hacedor que las personas pueden llegar a ser hijos de esa organización. Aquellos que son los hijos mencionados en el capítulo cincuenta y cuatro de Isaías son adoradores de Dios entre los hombres, y surge la pregunta en cuanto a cuándo son dados a luz, dentro del lenguaje de esta profecía.
22. Explique la relación entre la resurrección, “el día postrero” y la “esterilidad” de Sión.
22 Refiriéndonos de nuevo a la ocasión en que Jesús citó de esta profecía, se nos recuerda que él declaró que a los que vinieran a él en ese tiempo ‘los resucitaría en el día postrero’. (Juan 6:41-47, NM) Los cristianos primitivos no fueron al cielo al tiempo que bajaron a la muerte. No experimentaron su cambio de resurrección, sino que durmieron en la muerte esperando el debido tiempo de Dios para su resurrección. En lo que tocaba a ellos, la organización de Dios estaba sin ellos como hijos hasta el tiempo en que fueran resucitados. Esto nos trae a una parte conmovedora del cumplimiento de la profecía, y se continúa en lo siguiente.