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Al borde del ArmagedónLa Atalaya 1984 | 15 de febrero
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Al borde del Armagedón
POR aproximadamente cuatro milenios y medio, dos grandes organizaciones han estado siguiendo un derrotero que culminará en un choque. El impacto que se producirá lanzará al mundo en la guerra más devastadora de la historia. La Biblia la llama “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso”. Pero quizás sea mejor conocida por el nombre de sonido ominoso... Armagedóna. (Revelación 16:14, 16.)
Esta guerra no siempre se ha conocido por ese nombre. Pero en dicha guerra estarán envueltas las dos descendencias mencionadas en Génesis 3:15, donde leemos: “[Yo, Dios,] pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu descendencia y la descendencia de ella. El te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón”.
Gradualmente, Jehová Dios reveló que el verdadero poder tras la serpiente, a quien aparentemente se dirigieron las palabras citadas arriba, era una criatura invisible, de la región de los espíritus, que llegó a ser ‘llamada Diablo y Satanás’ (Revelación 12:9). Su “descendencia” —tanto celestial como terrestre— es una organización poderosa que ejerce un control mortífero sobre todo el mundo (Juan 8:44; Efesios 6:12; Hebreos 2:14). La verdadera “mujer” a quien se refiere Jehová Dios es su fiel organización celestial parecida a esposa (Gálatas 4:26). Ella también tiene una “descendencia”, o prole, y ésta llega a ser objeto de la hostilidad de la organización de Satanás el Diablo.
Por qué tiene que llegar la guerra
Al engañar a nuestros primeros padres, haciéndoles creer que podían gobernarse a sí mismos, Satanás trastornó el pacífico Paraíso en el que vivía el hombre (Génesis 3:1-6). Él dio a entender que Dios era un gobernante egoísta e incapaz, cuyas leyes y principios imponían restricciones innecesarias y crueles. El Soberano del universo no podía tolerar para siempre dicha calumnia contra su nombre y reputación. El que lo hiciera lo habría hecho parecer impotente, y con el tiempo todo el universo se habría arruinado.
Por consiguiente, Dios tenía que tomar medidas en pro de sí mismo a fin de no permitir que su nombre fuera profanado para siempre, y para vindicar su soberanía universal. (Compare con Isaías 48:11, 12.) La derrota de la organización de Satanás en Armagedón resultará en que se quite el oprobio del incomparable nombre de Dios, Jehová (Salmo 83:18). Además, puesto que la guerra contra Satanás también resultará en una gran cantidad de muertes entre los humanos, la guerra de Dios destruirá la organización terrestre, o el sistema de cosas, de Satanás. Ésta será la “grande tribulación” que Jesús predijo en Mateo 24:21, 22 y de la cual alguna “carne” se salvará. El que el hombre se aventurara a ser independiente ya ha resultado en que se esté “arruinando” la Tierra mediante las guerras, la contaminación del ambiente y así por el estilo. Pero el Armagedón va a “causar la ruina de los que están arruinando la tierra” (Revelación 11:18). Por medio de eliminar a las personas arruinadoras, Dios abrirá el camino hacia el Paraíso.
Pero ¿cuándo y cómo se efectuará la guerra de Dios? Muchos creen que estallará en el Oriente Medio, especialmente en vista de lo que sucedió allí el 14 de mayo de 1948. En aquel día Israel se declaró una nación... lo cual aparentemente representaba el triunfo de un pueblo que por siglos había sufrido la dispersión, la persecución y hasta el genocidio. Y aunque al principio la posición de esta pequeñísima nación parecía insignificante, ella se ha mantenido firme por más de tres décadas en el turbulento Oriente Medio. Muchos ven en el nacimiento del Israel moderno la intervención divina y una señal segura de que el Armagedón está cerca.
Es cierto que no todos los teólogos comparten esta convicción. “A mí me parece que es una pérdida de tiempo —dice un clérigo presbiteriano— tratar de aplicar los símbolos y sucesos de hoy a las profecías [bíblicas] y tratar de atribuirlos a personas específicas.” No obstante, muchos libros, películas y evangelistas que tienen programas de televisión están promoviendo la opinión popular de que el Oriente Medio es el lugar donde en el futuro se peleará la guerra del Armagedón.
Pero ¿realmente se peleará el Armagedón en el Oriente Medio? En realidad, ¿cómo se peleará esta “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso”? ¿Qué sucesos la precederán? ¿Cómo puede alguien sobrevivir al Armagedón? Y ¿qué sucederá después de aquella gran guerra?
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El Armagedón... ¡preludio del Paraíso!La Atalaya 1984 | 15 de febrero
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El Armagedón... ¡preludio del Paraíso!
ISRAEL. Este nombre se menciona frecuentemente en círculos religiosos cuando se considera la gran guerra de Dios. ¡No es de maravillarse, entonces, que los ojos de muchas personas estén enfocados en el Oriente Medio! Pero el apóstol Pablo, hebreo de nacimiento, escribió: “No todos los que provienen de Israel son realmente ‘Israel’. [...] Es decir, los hijos en la carne [los judíos naturales] no son realmente los hijos de Dios”. La nación judía perdió el privilegio de ser el “Israel” de Dios al rechazar a Jesucristo como el Mesías (Romanos 9:6-8; Mateo 21:43). De hecho, el profeta hebreo Moisés había advertido que resultarían consecuencias horribles si los israelitas naturales seguían un derrotero de desobediencia a Jehová Dios. (Deuteronomio 28:58-68.)
¿Quiénes, entonces, constituyen el “Israel” al que se refirió Pablo? Él mismo lo explicó: “Es judío el que lo es por dentro, y su circuncisión es la del corazón por espíritu” (Romanos 2:28, 29). Las profecías acerca del Armagedón no aplican principalmente a cierta región del Oriente Medio, sino a una situación mundial.
El camino que lleva al Armagedón
Las guerras mundiales, los terremotos, las escaseces de alimento, el aumento del desafuero... Jesús indicó que tales condiciones constituirían una “señal” de su “presencia” invisible y de “la conclusión del sistema de cosas”. Como se ha probado bíblicamente muchísimas veces en esta revista, hemos estado viviendo en los últimos días de este sistema de cosas desde el año culminante de 1914. Una prueba adicional de esto es el cumplimiento actual de las siguientes palabras de Jesús: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:3-14). Los miembros del verdadero “Israel de Dios” han encabezado esta predicación en 205 países. Por lo tanto, “el fin” debe estar muy cerca.
Pero ¿cómo viene “el fin”? Se puede tejer un cuadro bastante completo con los hilos de profecía que se encuentran esparcidos por toda la Biblia.
Considere el siguiente ejemplo: Conforme a la profecía de Daniel, el “rey del norte” comunista y su rival no comunista, el “rey del sur”, actualmente están enfrascados en una lucha por la dominación mundial. ¿Qué seguirá? Daniel previó que el “rey del norte” comunista se apoderaría a la fuerza de valiosos recursos materiales, simbolizados por el “oro”, “la plata” y “todas las cosas deseables”. (Daniel 11:40-43.)a
No obstante, de algún modo los líderes mundiales llegarán a un acuerdo. Exclamarán: “¡Paz y seguridad!” (1 Tesalonicenses 5:1-3). Pero la euforia que resultará de esto será rápidamente desbaratada. Los líderes políticos, hartos de la intromisión de la religión mundana, se unirán para aniquilarla... rápida y decididamente. Pero Jehová Dios mismo es quien se ocupa de que esta parte sumamente reprensible de la organización de Satanás, la religión falsa, sea devastada. (Revelación 17:1-18.)
En cambio, el “Israel” verdadero sobrevivirá, pero no por medio de ser levantado de la escena terrestre en un arrobamiento, como afirman algunos predicadores modernos. El profeta Ezequiel indica lo que sucederá, al citar primero las siguientes palabras de Satanás (a quien aquí se llama Gog): “Vendré sobre los que están sin disturbio [el pueblo de Jehová], que moran en seguridad”. Impulsado por su odio obsesivo para con la “mujer” de Dios, Satanás atacará a los cristianos verdaderos (Ezequiel 38:2, 11, 12). Entonces la confrontación, predicha hace siglos, llegará a su punto culminante.
En respuesta al ataque de Gog, Jehová obrará en defensa de Su pueblo. Éste será preservado para santificar el santo nombre de Dios. Y esto ocurrirá debido a que Jehová mismo habrá provocado el Armagedón. (Ezequiel 38:18-23.)
‘Al lugar llamado Har–Magedón’
En el libro bíblico de Revelación se predijo que “expresiones inspiradas inmundas” habrían de ‘salir a los reyes de toda la tierra habitada, para reunirlos a la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso’. Aguijoneados por propaganda de inspiración satánica, los “reyes” serían reunidos “en el lugar que en hebreo se llama Har–Magedón [”el monte de Megido”].” (Revelación 16:13-16.)
En realidad no existe ninguna montaña que lleve este nombre. Es cierto que en tiempos bíblicos se pelearon muchas batallas cerca de una ciudad llamada Megiddo o Megido. Pero no hay, ni nunca ha habido, una montaña allí... se trata tan solo de un montículo. Tampoco podrían aglomerarse todos los ejércitos del mundo en la llanura de Esdrelón, debajo de Megido, como algunos se imaginan. Aunque la palabra “Har–Magedón” aparentemente se deriva de Megido, su verdadero sentido yace en el significado de la palabra, es decir, “montaña de la formación de tropas”. Todo esto muestra que el Armagedón no es un lugar, sino más bien una situación: el reunirse o formarse el mundo en tropas contra Jehová Dios y Su pueblo.
En ese momento, Jehová mismo entrará en la batalla. ‘Estando todavía vivas’, o en funcionamiento, las organizaciones políticas serán destruidas (Revelación 19:20). ¡Estallará el pánico a medida que se derrumbe la autoridad gubernamental! Entonces los habitantes de la Tierra experimentarán un terror indescriptible a medida que Jehová desate su arsenal de armas sobrenaturales (Ezequiel 38:18-23; Zacarías 14:12, 13). “Y los muertos por Jehová ciertamente llegarán a estar en aquel día desde un extremo de la tierra hasta el mismísimo otro extremo de la tierra.” (Jeremías 25:33.)
Jesucristo, la “descendencia” principal de la “mujer” u organización celestial de Dios, dirigirá los justos ejércitos angelicales a la victoria. Satanás será derrotado y lanzado en un “abismo” de restricción, donde quedará encerrado por mil años (Revelación 20:1-3). Y el pueblo de Jehová habrá experimentado la protección divina y habrá sido preservado a través de la gran guerra de Dios. (Mateo 24:21, 22, 37-39.)
Después... ¡un Paraíso pacífico!
Sin duda, la consecuencia inmediata del Armagedón será que el planeta quedará asolado. La tarea de restaurar la Tierra a un estado de Paraíso parecerá enorme. Pero esto se logrará bajo la dirección del gobierno celestial de Dios. Con el tiempo, toda la Tierra será tan hermosa como lo fue el primer hogar del hombre, el jardín de Edén, y los humanos justos “hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz”, la cual reinará por el globo terrestre. (Salmo 37:11.)
Poco a poco, la Tierra llegará a ser un Paraíso en el que los seres humanos disfrutarán de muchas bendiciones espirituales y materiales. ¡Pues, ‘la tienda de Dios estará con la humanidad’! Además, a medida que los seres humanos sigan las instrucciones del gobierno celestial, Dios “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor” (Revelación 21:1-4). Una condición de perfección gloriosa reemplazará la enfermedad, la tristeza y hasta la muerte.
¿Un lugar de seguridad?
Por lo tanto, el sobrevivir al Armagedón y entrar en el Paraíso pacífico debería ser de sumo interés para usted. Pero no se puede hallar la seguridad entre las muchas sectas religiosas del mundo, incluso las de la cristiandad. Éstas no se conforman a la declaración de Jesús de que los seguidores de él “no son parte del mundo” (Juan 17:16). Dichas sectas tampoco predican las “buenas nuevas del reino” (Mateo 24:14). Las llamadas religiones cristianas están divididas en centenares de sectas y no despliegan el amor que Jesús dijo que distinguiría a sus seguidores verdaderos. (Juan 13:35.)
¿Dónde, entonces, se encuentra el lugar de seguridad? Está con el verdadero “Israel de Dios” (Gálatas 6:16). Estos cristianos ungidos no están esparcidos entre las muchas sectas de la cristiandad, sino que forman parte de una organización unida. Más de 2.000.000 de personas, que esperan sobrevivir a “la grande tribulación”, se asocian con los seguidores ungidos de Jesús (Revelación 7:9, 14). Estos adoradores organizados de Dios ‘invocan el nombre de Jehová’ y tienen la perspectiva de ‘escapar salvos’ (Joel 2:32). Sí, los del verdadero “Israel” no solo invocan el nombre divino, sino que también llevan este nombre como testigos de Jehová. Ellos gustosamente le ayudarán a aprender más acerca de cómo sobrevivir la gran guerra de Dios, con la esperanza de vida eterna en un Paraíso de paz.
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