Parte 2
Existencia prehumana
35, 36. (a) ¿A qué existencia se refiere Juan 1:1, y qué hombre fue el primero en llamar atención a ésta? (b) ¿Cómo fue Jesús un hombre que vino después de Juan y sin embargo que existió antes que él, y a qué se refirió el que Juan lo llamara el Cordero de Dios?
EL APÓSTOL Juan abrió su narración, diciendo: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios.” Con esto él no quiso decir el principio del ministerio público de Jesús en la Tierra hace diecinueve siglos. Quiso decir que la Palabra o Verbo tuvo una existencia prehumana, mucho antes de que ‘llegara a ser carne’ en la Tierra. Juan hace claro esto en toda su narración. Más de un mes después de haberse bautizado Jesús en el río Jordán, Juan el Bautista llamó atención a Jesús y a su vida anterior, diciendo: “¡Vean, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo! Este es aquel de quien dije: Detrás de mí viene un hombre que se me ha adelantado, porque existió antes de mí. Ni siquiera yo le conocía, pero la razón por la cual yo vine bautizando en agua fue para que él fuera hecho manifiesto a Israel.”—Juan 1:29-31.
36 Juan el Bautista nació como seis meses antes de que la Palabra ‘llegara a ser carne’ o naciera como el Hijo de la virgen judía. Por esa razón Juan dijo con referencia a Jesús: “Detrás de mí viene un hombre.” Pero ahora, debido a lo que le pasó a Jesús después que Juan lo bautizó, Juan podía llamar a Jesús “un hombre que se me ha adelantado.” De modo que cuando Juan dijo de Jesús: “Existió antes de mí,” Juan debe haber querido decir que Jesús tuvo una existencia prehumana. Juan también señaló al hecho de que Jesús había de llegar a ser un sacrificio a Dios, porque en el antiguo Israel los sacerdotes judíos sacrificaban diariamente corderos a Dios. Para que Jesús como el “Cordero de Dios” quitara el pecado del mundo, su sangre tendría que fluir en sacrificio, porque sin el derramamiento de la sangre de una víctima inocente no se podía obtener de Dios perdón de pecados.—Heb. 9:22.
37. ¿Por qué pudo Jesús hablar a Nicodemo acerca de cosas celestiales?
37 En varias ocasiones Jesús mismo testificó de su propia existencia en el cielo antes de llegar a ser carne en la Tierra. Así, Jesús pudo hablar acerca de “cosas celestiales,” porque, como le dijo Jesús al gobernante judío Nicodemo, “ningún hombre ha subido al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre.”—Juan 3:12, 13.
38. ¿Cómo, al hablar acerca del maná, testificó Jesús de su existencia previa en el cielo?
38 Jesús habló de sí mismo como maná simbólico procedente del cielo y dijo a los judíos: “Moisés no les dio el pan del cielo, pero mi Padre sí les da el verdadero pan del cielo. Pues el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.” “He descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad de aquel que me envió.” “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan vivirá para siempre; y, de hecho, el pan que yo daré es mi carne a favor de la vida del mundo.” “También el que me come, aun ése vivirá a causa de mí. Este es el pan que descendió del cielo.” Muchos judíos murmuraron ante esos dichos de Jesús, y por lo tanto él los sorprendió aun más cuando dijo: “¿Esto los hace tropezar? ¿Qué, por consiguiente, si contemplaran al Hijo del hombre ascendiendo a donde estaba antes?”—Juan 6:32, 33, 38, 51, 57, 58, 61, 62.
39, 40. (a) En otra ocasión Jesús se describió como siendo ¿de dónde? (b) Así pues, ¿qué pudo pedirle Jesús a Dios en oración?
39 Así pues, más tarde, cuando Jesús habló a los judíos incrédulos en cuanto a irse, dijo: “Ustedes son de las regiones de abajo; yo soy de las regiones de arriba. Ustedes proceden de este mundo; yo no procedo de este mundo.” “Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque de Dios salí y estoy aquí. Tampoco he venido de modo alguno de mi propia iniciativa, sino que Ese me envió.” (Juan 8:23, 42) Por esa razón Jesús pudo orar a Dios y decir a oídos de sus fieles apóstoles:
40 “Padre, glorifícame al lado tuyo con la gloria que tenía al lado tuyo antes de que el mundo [de la humanidad] fuera. Además yo ya no estoy en el mundo, pero ellos están en el mundo y yo vengo a ti. Padre Santo, vigílalos debido a tu propio nombre que me has dado a mí, para que ellos puedan ser uno así como somos nosotros. . . . Deseo que, donde yo esté, ellos también estén conmigo, para que vean mi gloria que tú me has dado, porque tú me amaste antes de la fundación del mundo.”—Juan 17:5, 11, 24.
41. ¿De qué, por lo tanto, habló y dio testimonio El que vino de arriba?
41 Arriba en el cielo Jesús, como la Palabra o Verbo o Logos, había tenido gloria al lado de su Padre y había sido amado por el Padre. Esto fue antes de que el mundo fuera. El apóstol Juan oyó esas palabras de Jesús, y por eso Juan podía correctamente comentar como sigue: “El que de arriba viene está por encima de todos los demás. El que es de la tierra es de la tierra y habla de cosas de la tierra. El que del cielo viene está por encima de todos los demás. Lo que ha visto y oído, de esto da testimonio.” (Juan 3:31, 32) No hay duda de que Jesús tuvo vida prehumana. Como la Palabra o el Verbo había estado con Dios “en el principio.”
LO QUE LO LLAMARON JUDÍOS CREYENTES
42. ¿En quién creían los doce antes de que Jesús los llamara a ser apóstoles, y por lo tanto, ¿qué preguntas surgen en cuanto a esto?
42 Cuando estuvo en la Tierra, Jesucristo llamó y escogió doce apóstoles. Estos eran todos judíos por nacimiento y fueron criados en la religión de los judíos o en el judaísmo de modo que creyeran en un solo Dios, Jehová. (Gál. 1:13, 14, Val) ¿Les habló Jesús como Maestro acerca de una Trinidad? ¿Los convirtió él a creer en una Trinidad de la cual él mismo fuera la Segunda Persona o “Dios Hijo”? ¿Llegaron los apóstoles y otros discípulos a considerar a Jesús como “Dios Hijo” y a llamarlo así? ¿Qué lo llamaron? Veamos lo que informa Juan.
43, 44. Después que Juan bautizó a Jesús, ¿de qué hecho dio testimonio Juan acerca de él?
43 Después que Jesús se bautizó, Juan el Bautista presentó a Jesús sus propios discípulos. Dios envió a Juan a bautizar, y Dios le dijo a Juan qué esperar. Entonces, ¿cómo se refirió Juan a Jesús ya bautizado al presentarle a los judíos que eran los propios discípulos de Juan?
44 Para hallar la respuesta leamos Juan 1:32-34: “Juan también dio testimonio, diciendo: ‘Vi el espíritu descendiendo del cielo como una paloma, y permaneció sobre él. Ni siquiera yo lo conocía, pero El mismo que me envió a bautizar en agua me dijo: “Quienquiera que sea sobre quien tú veas descendiendo el espíritu y permaneciendo, éste es el que bautiza en espíritu santo.” Y lo he visto y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.’”
45. ¿A quién esperaba Juan que viniera a él a bautizarse, y qué, por lo tanto, negó Juan que él fuera?
45 Juan el Bautista mismo estuvo lleno de espíritu santo desde el vientre de su madre. ¿Dio Juan testimonio de que Jesús fuera Jehová o de que Jesús fuera Dios? ¡No! Juan el Bautista dijo a sus propios discípulos: “Este es el Hijo de Dios.” Juan no dijo “Dios Hijo,” sino “el Hijo de Dios,” que es una expresión que significa algo completamente diferente. Juan no esperaba que Jehová Dios viniera a él a ser bautizado en agua. Juan esperaba al que habría de llegar a ser el Cristo, el Mesías, o Ungido, el que Dios ungiría con espíritu santo. Y por lo tanto Juan no dejaba que nadie pensara que él mismo era Cristo. Dijo a sus discípulos: “Ustedes mismos me dan testimonio de que dije: Yo no soy el Cristo, pero, he sido enviado delante de aquél. . . . Ese debe seguir aumentando, pero yo debo seguir menguando.” (Juan 3:28-30) Por lo que Juan vio sabía que Jesús era el Cristo, el Ungido de Dios.
46. Después que Juan le pasó sus discípulos a Jesús, ¿qué muestra si ellos cambiaron de opinión o no acerca de lo que Juan dijo que Jesús era?
46 Juan el Bautista enseñó a sus discípulos y se los pasó a Jesucristo para que lo siguieran como el “Hijo de Dios.” ¿Cambiaron de opinión acerca de Jesús estos discípulos después de oírlo y observarlo y estar con él? ¿Qué lo llamaron estos discípulos, desde el primero hasta el último? Cuando Jesús se encontró por primera vez con Natanael y lo asombró por su poder de presciencia, “Natanael le contestó: ‘Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres Rey de Israel.’” (Juan 1:49) En 1 Juan 4:15; 5:5, el apóstol dice: “Cualquiera que confiesa que Jesucristo es el Hijo de Dios, Dios permanece en unión con ése y él en unión con Dios.” “¿Quién es el que vence al mundo sino el que tiene fe en que Jesús es el Hijo de Dios?” En 2 Juan 3 él habla de “paz de Dios el Padre y de Jesucristo el Hijo del Padre.”
47. ¿Qué dijo Marta que era lo que creía de Jesús, y qué dijeron sus enemigos que era la razón por la cual Jesús merecía morir según la ley de ellos?
47 Antes de resucitar a Lázaro, que había estado muerto por cuatro días, Jesús le preguntó a Marta la hermana de Lázaro si ella creía lo que él acababa de decir. Respondiendo, Marta dijo: “Sí, Señor; he creído que tú eres el Cristo el Hijo de Dios, El que viene al mundo.” (Juan 11:27) Notable aun es el testimonio de los enemigos sedientos de sangre de Jesús. Cuando el gobernador romano quiso pasar a los judíos el trabajo desagradable de la ejecución puesto que él mismo no había hallado falta en Jesús, los judíos le contestaron al gobernador: “Nosotros tenemos una ley, y de acuerdo con la ley él debería morir, porque se hizo el hijo de Dios.” (Juan 19:7) Así, todos, Juan el Bautista, los apóstoles de Jesús, Marta la hermana de Lázaro, y hasta los enemigos concordaron en su testimonio de que Jesús era “el Hijo de Dios.” ¡No Dios mismo!
48, 49. (a) ¿Qué comparación hizo Juan en cuanto a pasar gozosamente sus discípulos a Jesús? (b) ¿Con quién espera casarse la Novia?
48 Cuando Juan el Bautista explicó por qué él tenía que menguar en cuanto a tener discípulos pero Jesús debería aumentar el número de seguidores bautizados, Juan representó a Jesús como un novio. Juan dijo: “El que tiene la novia es el novio. Sin embargo, el amigo del novio, cuando está allí y lo oye, tiene mucho gozo a causa de la voz del novio. Por lo tanto este gozo mío se ha hecho pleno.” (Juan 3:29) Juan tuvo mucho gozo en pasar discípulos bautizados a Jesucristo.
49 Puesto que Jesús es el Novio, hablando simbólicamente, entonces todo el grupo de sus seguidores bautizados y ungidos debe ser su Novia. La esperanza de éstos es unirse al Señor Jesucristo como Novio de ellos en el cielo. No están esperando casarse con Dios, lo cual sería el caso si Dios fuera una Trinidad. Tampoco están esperando casarse con alguna Persona particular de tal Trinidad, a saber, la Segunda Persona de la Trinidad, el llamado Dios Hijo. No pueden imaginarse el casarse con una Trinidad o aun con una tercera parte de esta Trinidad. Las Santas Escrituras inspiradas no enseñan tal cosa, ¡como alguien que se casara con hermanos siameses!
50. ¿Con quién se casa el Novio, y cuántos muestra el Apocalipsis?
50 Jesucristo el Novio no se casa con toda la familia humana que consta de miles de millones de personas, sino solo con un número limitado tomado de la familia humana. En Apocalipsis el apóstol Juan tuvo, una visión del Novio y la Novia juntos en el local celestial de gobierno, llamado el monte Sion, según se prefiguró por el monte Sion de Jerusalén donde el rey David gobernaba. Juan dice: “Y yo vi, y ¡mire! el Cordero de pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil teniendo su nombre y el nombre de su Padre escrito en sus frentes. . . . Y cantan como si fuera un nuevo cántico ante el trono y ante las cuatro criaturas vivientes y las personas de mayor edad; y nadie pudo aprender ese cántico aparte de los ciento cuarenta y cuatro mil, que se han comprado de la tierra. Estos son los que no se contaminaron con mujeres; en realidad, son vírgenes. Estos son los que persisten en seguir al Cordero no importa dónde vaya. Estos fueron comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero.”—Apo. 14:1-4.
51. ¿Cómo es virgen, marcada en la frente y comprada la clase de la Novia?
51 Así, a la clase de la Novia se le representa como una clase virgen, personas que no se han contaminado con personas u organizaciones que son culpables de adulterio espiritual por hacerse amigas de este mundo inmoral. Tienen el nombre de su Novio y el de su Padre escrito en sus frentes, pero no tienen ningún otro nombre, ningún nombre de alguna tercera Persona de una Trinidad llamada Dios Espíritu Santo. La clase de la Novia de 144,000 miembros ha sido sacada de la Tierra para el cielo, sí, sacada de entre la humanidad de carne y sangre para vida eterna como criaturas espirituales. ¿Cómo? Al ser comprados por el sacrificio de su Novio, “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.”
52. ¿Cómo es la clase de la Novia como “primicias para Dios,” y qué significa este hecho para la humanidad en general?
52 Son como primicias o primeros frutos que los israelitas sacaban de sus cosechas y ofrecían a Jehová Dios por medio de sus siervos del templo, como en el día de Pentecostés cuando el sumo sacerdote presentaba a Dios dos panes de trigo con levadura “como primicias maduras para Jehová.” (Lev. 23:15-20) Puesto que los de la clase de la Novia son solo “primicias para Dios y para el Cordero,” debe haber un número mucho mayor de personas de la humanidad que serán salvadas para disfrutar de vida eterna, no en el cielo, sino en la Tierra. ¿Por qué? Porque el Cordero de Dios quita el “pecado del mundo” y no meramente el de su clase de la Novia.—Juan 1:29; 1 Juan 2:1, 2.
53, 54. Según Apocalipsis 19:6-9, ¿de quién son las bodas, a quién pertenece la Novia, y para quién es la cena de bodas?
53 El apóstol Juan no nos deja dudas en cuanto a con quién se casa en el cielo la clase de la Novia, la congregación cristiana ungida. En Apocalipsis 19:6-9, Juan escribe: “Y oí como si fuese el estruendo de una gran multitud, y como si fuese el estruendo de muchas aguas, y como si fuese el estruendo de poderosos truenos, que decían: ¡Aleluya; porque reina el Señor Dios Todopoderoso! ¡Regocijémonos, y cantemos con júbilo, y démosle gloria! porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella le fué dado que se vistiese de lino fino blanco, resplandeciente y puro: porque el lino fino blanco es la perfecta justicia de los santos. Y él me dijo: Escribe: ¡Bienaventurados aquellos que han sido llamados a la cena de las bodas del Cordero! Y díjome: Estas son verdaderas palabras de Dios.”—Mod.
54 Las bodas son las del Cordero de Dios, no las bodas del Señor Dios Todopoderoso. La Novia es la Novia del Cordero de Dios, no la Novia de Dios Todopoderoso. La cena de bodas es la del Cordero de Dios; y las parábolas proféticas de Jesús indican que es su Padre, el Señor Dios Todopoderoso, quien prepara la cena de bodas para el Cordero, su Hijo.
55. Apocalipsis 19:11-16 identifica al Cordero de Dios como siendo ¿quién? y, por lo tanto, ¿la Novia de quién llegan a ser los 144,000?
55 Pocos versículos después, en Apocalipsis 19:11-16, el apóstol Juan identifica al Cordero de Dios como siendo la Palabra o Verbo, pues Juan ve al Cordero cabalgando a batalla contra los enemigos de su Padre. Juan lo describe, diciendo: “Vestía una ropa rociada de sangre; y su nombre es el Verbo de Dios. . . . Y en su vestidura y sobre su muslo tiene este nombre escrito: Rey de los reyes, y Señor de los Señores.” (Mod) Así que sus 144,000 fieles seguidores llegan a ser la Novia del Verbo de Dios, no la Novia de Dios.
56, 57. En Apocalipsis 21, ¿entre quiénes vemos que se hace una diferencia en conexión con la clase de la Novia, y cómo?
56 Otra vez se muestra a los casados en la visión que se da después, que Juan describe, diciendo: “Vi también la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, descendiendo del cielo desde Dios y preparada como una novia adornada para su esposo. Y vino uno de los siete ángeles que tenían los siete tazones que estaban llenos de las últimas siete plagas, y habló conmigo y dijo: ‘Ven acá, te voy a mostrar la novia, la esposa del Cordero.’ De modo que me llevó bajo el poder del espíritu a una grande y elevada montaña, y me mostró la santa ciudad Jerusalén descendiendo del cielo desde Dios y teniendo la gloria de Dios. . . . El muro de la ciudad también tenía doce piedras de fundamento, y en ellas los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero. Y no vi templo en ella, porque Jehová Dios el Todopoderoso es su templo, también el Cordero lo es. Y la ciudad no necesita sol ni luna que brillen sobre ella, porque la gloria de Dios la iluminaba, y su lámpara era el Cordero.”—Apo. 21:2, 9-11, 14, 22, 23.
57 Siempre se nos muestra que se hace una diferencia entre el Cordero y el Señor Dios Todopoderoso, y que es con el Cordero que la Novia de 144,000 miembros se casa. Es esposa del Cordero lo que ella llega a ser. Si hubiera tal cosa como la Trinidad, entonces los 144,000 no podrían evitar casarse con Dios en una de sus Personas y así llegar a ser uno con Dios. Pero la Biblia no enseña esto.
IDENTIFICACIÓN PROPIA
58. En su discurso a Nicodemo, ¿quién afirmó Jesús que él era?
58 Para provecho de la clase de la Novia Juan el Bautista identificó al Novio como el Cordero de Dios. ¿Cómo, sin embargo, se identificó el Novio mismo a su clase de la Novia y a otros? ¿Qué relación afirmó él que tenía con Dios? ¿Alegó alguna vez ser más que lo que Juan el Bautista declaró que él era, a saber, el Hijo de Dios? En contestación escuche primero estas muy amadas palabras de Jesucristo a Nicodemo: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios á su Hijo al mundo para que condene al mundo, mas para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; mas el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en el nombre del unigénito Hijo de Dios.”—Juan 3:16-18, Val.
59. Después que Jesús curó al hombre que nació ciego, ¿quién confesó el hombre creer que Jesús era?
59 En cierta ocasión Jesús curó a un hombre que era ciego de nacimiento. Según varias versiones de la Biblia, Jesús después le dijo: “¿Crees tú en el Hijo de Dios?” El hombre contestó: “¿Quién es, Señor, para que crea en él?” Jesús respondió: “Y le has visto, y el que habla contigo, él es.” Jesús no le pidió al hombre que creyese que él, Jesús, era más que el Hijo de Dios. El hombre confesó creer solo eso.—Juan 9:35-37, Val; Mod; TA; HA; VA; Dy; Lamsa; Murdock.
60. Antes de resucitar a Lázaro, ¿quién dijo él que había de ser glorificado, y después de eso quién dijo Marta que ella creía que Jesús era?
60 Antes de ir al pueblo de Betania para bien de su amigo enfermo Lázaro, Jesús dijo a sus apóstoles: “Esta enfermedad no es con muerte como objetivo, sino que es para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por medio de ella.” Antes de que Jesús llegara a la tumba donde Lázaro ahora yacía muerto, Marta la hermana de Lázaro confesó que creía lo que Jesús afirmaba que él era, como dijo ella: “Sí, Señor; he creído que tú eres el Cristo el Hijo de Dios, El que viene al mundo.”—Juan 11:4,27.
61. Al enviar un mensaje a la congregación de Tiatira, Jesús habló de sí mismo diciendo que era ¿quién?
61 Aun en el cielo Jesús glorificado habla de sí mismo como el Hijo de Dios. En Apocalipsis 2:18, al enviar un mensaje a la congregación cristiana de la ciudad de Tiatira, el glorioso Jesús le dice a Juan: “Al ángel de la congregación de Tiatira escribe: Estas son las cosas que dice el Hijo de Dios, . . . Y al que venza y que observe mis hechos aun hasta el fin le daré autoridad sobre las naciones, y pastoreará a la gente con una vara de hierro de modo que sean quebrantadas como vasijas de barro, así como yo he recibido de mi Padre.”—Apo. 2:18, 26, 27.
62. En oración, Jesús habló de estar ¿en qué relación con Dios?
62 Sobre la base de esta relación a Dios, Jesús se dirigió a Dios como un hijo lo haría y oró: “Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu hijo, para que tu hijo te glorifique a ti, así como le has dado autoridad sobre toda carne, para que, con respecto a todo el número que le has dado, él les dé vida eterna. Esto significa vida eterna, el que ellos adquieran conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú has enviado, Jesucristo.” (Juan 17:1-3) Así, Jesús no afirmó ser “el único Dios verdadero.”
63. ¿Por qué querían apedrear a Jesús los judíos, y qué citó Jesús de los Salmos para mostrar si estaban justificados o no al querer eso?
63 Al decir esto, ¿no nos estamos olvidando de Juan 10:31-39, según lo cual los judíos querían apedrear a Jesús por decir: “yo y el Padre somos uno”? No, no lo estamos olvidando. Los judíos, quienes creían en el un solo Dios cuyo nombre es Jehová, allí querían apedrear a Jesús. ¿Por qué? No porque él enseñara tal cosa como una Trinidad y que él fuera una tercera parte de ella, sino porque habló de sí mismo como el Hijo de Dios, el Hijo del Dios de ellos, Jehová. Jesús les dijo mientras tenían las piedras en las manos: “Muchas buenas obras, de parte de mi Padre, les he mostrado; ¿por cuál de ellas me apedrean?” Los judíos replicaron: “No es por buena obra que te apedreamos, sino por blasfemia, porque tú, un hombre, te haces dios.” (Torrey) Jesús entonces refirió a los judíos a sus propias Santas Escrituras, al Salmo 82:6, y dijo: “¿No está escrito en su ley: He dicho: Sois dioses? Si Dios dijo, que aquellos a quienes hablaba eran dioses (y la escritura no puede ser anulada), ¿acusáis vosotros de blasfemia al que el Padre consagró y envió al mundo, porque dije: Soy el Hijo de Dios? Si no hago las obras de mí Padre, no me creáis; pero si las hago, aun si no me creéis a mí, creed las obras, para que percibáis y entendáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.”—Torrey.
64. (a) ¿Qué afirmó Jesús allí que él era? (b) ¿Quiénes fueron aquellos a quienes el Salmo 82 se dirigió como “dioses”?
64 El argumento mismo de Jesús aquí prueba que él no alegó ser Dios. Si él hubiese afirmado que era Dios, entonces los judíos hubieran tenido razón al apedrearlo por blasfemia. Pero Jesús afirma que él alegó ser menos que Dios. Para probar esto, Jesús les citó del Salmo 82, los versículos Sal 82:1, 2, 6, 7 (Val) del cual dicen: “Dios [Elohim] está en la reunión de los dioses; en medio de los dioses [elohim] juzga. ¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente, y aceptaréis las personas de los impíos? . . . Yo dije: Vosotros sois dioses [elohim], e hijos todos vosotros del Altísimo. Empero como hombres moriréis, y caeréis como cualquiera de los tiranos.” En este salmo el Dios Altísimo habla a jueces injustos de la Tierra, meros hombres, y los llama “dioses,” o elohim en hebreo, y les dice que corrijan su práctica jurídica. Debido a que esos jueces no cumplen bien su deber, se hace necesario que el Dios Altísimo se levante y juzgue a los pueblos de la Tierra.
65. A pesar de ser “dioses,” ¿qué les pasará a esos jueces, y por la muerte de quién fueron responsables “dioses” judíos de esa clase?
65 El que se les llame “dioses” no salvará a estos jueces; tampoco el que se consideren ‘hijos del Altísimo’ o hijos de Dios. Eso no les da inmortalidad. Todavía son mortales y morirán exactamente como los otros hombres. Caerán en muerte exactamente como otros tiranos judiciales de la Tierra, y esto por la ejecución del juicio de Dios. La palabra de Dios vino contra ellos en juicio adverso. Fueron dioses humanos como éstos, entre los judíos, quienes hicieron que Jesús recibiera muerte a manos de los romanos.—Éxo. 22:28, Val; TA.
66, 67. ¿Qué no afirmó ser Jesús, y qué no les dijo a los judíos acerca de su Padre y de sí mismo?
66 Jesús les dijo a los que querían apedrearlo que él no había afirmado ser Dios o un dios, aunque el Salmo 82:6 había llamado a algunos hombres, a algunos jueces israelitas, “dioses.” Jesús había estado hablando a los judíos acerca de que Dios era su Padre, lo que querría decir que él, Jesús, era el Hijo de Dios. Jesús les dijo: “Nadie las arrebatará [a mis ovejas] de mi mano. Lo que mi Padre me ha dado es algo mayor que todas las otras cosas, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.”
67 Después que Jesús dijo eso, su mismo argumento que siguió probó que él no estaba afirmando que era Dios, ni estaba diciendo que él y su Padre celestial eran un solo Dios, un Dios trinitario en que él y su Padre fueran dos Personas junto con una tercera Persona, “Dios Espíritu Santo.” Jesús no dijo: Yo y el Padre y el Espíritu Santo somos uno. No mencionó a ningún “Espíritu Santo.”—Juan 10:28-30.
68. Usando Salmo 82:6, ¿cómo probó Jesús que él no afirmaba ser Dios por decir: “Yo y el Padre somos uno”?
68 Jesús arguyó que su declaración: “Yo y el Padre somos uno,” no significaba que él afirmaba ser Dios. ¿Por qué? Porque Jesús les dijo a aquellos judíos que él se estaba llamando menos que Dios su Padre. Les dijo a aquellos judíos que su propia ley en el Salmo 82:6 llamaba “dioses” a los hombres contra los cuales venía en crítica la palabra de Dios, y que los judíos no podían anular este texto que daba el título de “dioses” a jueces humanos; tampoco podían negar que este texto decía esto, y no podían sacar este texto de las Escrituras inspiradas. Y sin embargo, cuando Jesucristo, que ejecutó tantas obras maravillosas y buenas entre los judíos, habló acerca de Dios como su Padre y habló de sí mismo como meramente el Hijo de Dios, dijeron que él blasfemaba y estuvieron dispuestos a apedrearlo como blasfemador. Aun así él era más que aquellos hombres a quienes el Salmo 82 habla llamado “dioses,” porque él, Jesús, era el que el Padre celestial había santificado y enviado al mundo. Si no era blasfemia el que Asaf compusiera un salmo en que llamara “dioses” a jueces humanos de Israel, entonces era mucho menos blasfemia el que Jesús hablara de sí como meramente el Hijo de Dios y no como un dios.—Salmo 82, sobrescripto.
69. (a) En la materia tomada hasta ahora de los escritos de Juan, ¿qué no hemos hallado acerca de Jesucristo? (b) ¿Por qué se invita al lector a unirse a nosotros en la consideración de más materia de los escritos de Juan?
69 Así, ni una sola vez en la materia anterior tomada de los escritos de Juan hemos hallado que Jesucristo se llamara Dios a sí mismo o que dejara que otros hablaran de él como Dios. Pero, ¡ah! dirán los trinitarios, todavía no se han considerado todos los textos pertinentes de los escritos de Juan, textos que seguramente probarían que Jesús sí habló de sí mismo como si fuera Dios y dejaba que se dirigieran a él como Dios, y éstos probarían que las muchas traducciones de la Biblia están en lo correcto al vertir Juan 1:1 de modo que diga: “Y el Verbo era Dios.” Por lo tanto, en las siguientes tres partes de este artículo sobre “El Verbo” trataremos esos textos. Únase el lector a nosotros en la consideración de éstos.