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Servicio sagrado en este “tiempo del fin”La Atalaya 1980 | 15 de agosto
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se apareció a unos 500 de sus discípulos en una montaña de “Galilea de las naciones” y les mandó: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren! estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión [syntelia] del sistema de cosas.” (Mat. 28:19, 20; 4:15; 1 Cor. 15:6) Desde el fin de los “tiempos de los gentiles” en 1914 hemos estado viviendo en la “conclusión del sistema de cosas.” Por eso, todos nosotros los discípulos dedicados y bautizados de Jesucristo resucitado e investido de pleno poder estamos bajo las órdenes de efectuar este “servicio sagrado” que él nos ha impuesto. Hasta el fin de esta “conclusión del sistema de cosas” tenemos que hacer eso, sin aflojar la mano jamás.
21. (a) A los que pueden entrar en la Nueva Jerusalén celestial, ¿qué privilegios se les otorgarán? (b) A los de la “grande muchedumbre” que resulten fieles hasta el fin de la “grande tribulación,” ¿qué favores se les otorgarán?
21 Acerca de los 144.000 israelitas espirituales a quienes se admite en la ciudad celestial, la Nueva Jerusalén, está escrito: “Y ya no habrá ninguna maldición. Pero el trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad, y sus esclavos le rendirán servicio sagrado [latreuein]; y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.” (Rev. 22:3, 4) En cuanto a los fieles y obedientes que componen la “grande muchedumbre” sin número, a ellos se les bendecirá con “salvación” de la “grande tribulación” con la cual terminará este “tiempo del fin,” y bajo el reino milenario del Cordero de Dios continuarán “rindiendo [a Dios] servicio sagrado” en los atrios terrestres de su templo espiritual. “Y Dios limpiará toda lágrima de sus ojos.”—Rev. 7:9-17.
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Porque se adhieren a la Palabra de DiosLa Atalaya 1980 | 15 de agosto
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Porque se adhieren a la Palabra de Dios
La honradez y el apegarse a la Palabra de Jehová Dios, la Biblia, remuneran de diferentes maneras. Esto se muestra claramente en la siguiente experiencia de África del Sur:
A principios de los años setenta, un testigo de Jehová de la población de tez oscura estableció un negocito. Inmediatamente dio empleo a compañeros cristianos. Cuando aprendió que el tabaco es peligroso para la salud, y que los cristianos no deben usarlo ni venderlo, este hombre se deshizo de todo el tabaco que había en su tienda. Los dueños de tiendas vecinas se rieron de él, y dijeron que iba en camino a la bancarrota, pues el tabaco era el producto de mayor venta en sus negocios.
Sin embargo, para sorpresa de sus vecinos, con el tiempo el Testigo amplió su negocio. Este negocio no solo llegó a ser mayor que el de ellos, sino que se convirtió en el principal supermercado de aquella zona, y llegó a incluir servicios de cafetería, restaurante y un surtidor de gasolina. Esos acontecimientos, allá en 1976, preocuparon a los dueños de negocios del vecindario, y éstos preguntaron al Testigo cómo había logrado aquello en tan poco tiempo, mientras que ellos habían estado luchando durante años por lograr alguna ganancia y ampliar sus actividades comerciales.
El Testigo explicó que sus empleados cristianos eran confiables y no le quitaban ni un dulce... no porque temieran al patrono, sino porque temían a Jehová Dios. Además, señaló que los precios de su negocio armonizaban con las estipulaciones de la Junta de Control de Precios y que su local siempre estaba limpio.
Desde entonces, en casi todas las tiendas de ese pueblo hay empleados que son Testigos, y es común que a los que buscan trabajo se les pregunte: “¿A qué religión pertenece?” Y se prefiere a los testigos de Jehová como empleados. ¿Por qué? Porque se adhieren a la Palabra de Dios y tienen la reputación de ser confiables y fieles.
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