¿Quién ve al Rey del Nuevo Mundo en el templo?
“Y el santuario del templo de Dios que está en el cielo fué abierto, y el arca de su pacto fué vista en su santuario del templo. Y acontecieron relámpagos y voces y truenos y un terremoto y un gran pedrisco.”—Apo. 11:19, NM.
1. ¿En dónde es Rey Jehová? ¿Por qué es un hecho consolador?
JEHOVÁ es Rey en su templo. Él es inmortal y reinará para siempre jamás. ¡Qué hecho tan consolador es éste siendo que ha fracasado tan miserablemente el esfuerzo de la cristiandad para gobernar como rey y ese sistema religioso ahora está muerto a la vista de Dios! Sería insensatez y vanidad seguir confiando en la cristiandad para un gobierno de la tierra bueno y estable.
2. De acuerdo con Apocalipsis 11, ¿qué viene después que empieza a reinar?
2 La fuente de todo gobierno legítimo es el Gobernante Universal, Jehová Dios. Jesucristo enseñó a sus discípulos a orar por Su gobierno. Al tiempo de su establecimiento tiene que haber una visión del Gobernante Universal Supremo en su templo. Esto se nos dice claramente en La Revelación. Señala el año de 1914 y dice: “Acontecieron fuertes voces en el Cielo [donde se establece el gobierno] diciendo: ‘El reino del mundo ha llegado a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo, y él gobernará como rey para siempre jamás.’” Los fieles cristianos se representan como respondiendo a este evento de importancia sobresaliente con las palabras: “Te damos gracias, Jehová Dios, el Todopoderoso, el que eres y que eras, porque has tomado tu gran poder y has comenzado a gobernar como rey. Pero las naciones se airaron [así hicieron en 1914 y tu propia ira llegó, y el tiempo señalado. . . para traer a la ruina a los que están arruinando la tierra.” Él reina en su templo. En los días de la antigüedad él reinó sobre su pueblo escogido Israel, y en ese entonces su presencia en el templo fué representada por el arca de su pacto. Por lo tanto, ahora que ha tomado su poder para reinar sobre la tierra así como también en el cielo ha de seguir la visión de él en su templo: “Y el santuario del templo de Dios que está en el cielo fué abierto, y el arca de su pacto fue vista en su santuario del templo. Y acontecieron relámpagos y voces y truenos y un terremoto y un gran pedrisco.” —Apo. 11:15-19, NM; Sal. 99:1-3.
3. ¿Quién ve la visión del templo, y cómo sabemos esto?
3 ¿Quién ahora ve la visión del templo? La profecía de Isaías, capítulo 6, nos contesta esta pregunta. En 774 a. de J.C. el profeta tuvo una visión y él representó la clase en nuestra generación que ha visto la visión desde 1914 d. de J.C. Fué Isaías quien declaró las palabras al pueblo fiel de Dios: “Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi Siervo a quien he escogido.” El mismo Isaías fué testigo del Dios Altísimo. Por lo tanto él prefiguró a los testigos ungidos de Jehová de este día. (Isa. 43:10) Entonces, examinemos los hechos concernientes a la visión del templo que tuvo Isaías para compararlos con los hechos del día presente.
TIEMPO Y CIRCUNSTANCIAS
4. ¿Qué marcó el año cuando Isaías vió la visión?
4 “En el año que murió el rey Uzías yo ví al Señor sentado sobre un trono alto y excelso; y las faldas de su ropa llenaban el Templo.” (Isa. 6:1) La muerte de Uzías indica que el año de la visión fué 774 a. de J.C. El rey humano de Israel que por un tiempo se sentó sobre el “trono de Jehová” en Jerusalén muere por haber invadido ilegalmente el templo, pero el verdadero Rey se ve entronizado en su templo. Uzías murió en una casa separada del templo y del palacio real, como persona maldecida por Dios con la enfermedad fatal de la lepra, entre tanto que su hijo Joatam gobernó por él dentro de Jerusalén. (2 Cró. 26:21-23) De este modo el reinado del verdadero Rey Jehová en el templo compensó la muerte del rey presuntuoso que estaba bajo maldición divina.
5. ¿Fué ése el año cuando Isaías fué consagrado a su puesto profético? ¿Qué indicaciones hay acerca de esto?
5 Isaías no fué llamado o consagrado para el servicio profético en ese año. Los cinco capítulos precedentes de su profecía manifiestan que él había estado actuando como profeta antes de ese año memorable. Los “días de Uzías” en que profetizó Isaías han de haber sido días, quizás años antes de su muerte, porque Isaías escribió registros acerca del reinado de Uzías. (2 Cró. 26:22) Esto también es verdad en cuanto a la clase moderna de Isaías, un resto de la cual todavía existe en este día. El apóstol Pablo escribió su carta a los hebreos aproximadamente en 61 (d. de J.C.) y en ese tiempo él ya menciona la clase de Isaías, en Hebreos 2:13, 14. Él allí cita las palabras de Isaías 8:18, donde el profeta dice: “¡Miren! Yo y los hijos jóvenes que Jehová me dió.” (NM) Pablo luego manifiesta que Jesús llegó a ser la cabeza de esta clase de Isaías mediante el descender del cielo para llegar a ser carne y sangre lo mismo que estos hijos dados por Dios, sus seguidores. De hecho, las Escrituras cristianas griegas aplican a Jesús y a sus discípulos del primer siglo la comisión que Isaías recibió en el templo y que él registró en Isaías 6:9, 10. Esto prueba que la clase de Isaías existió en el primer siglo y que ésta cumplió en parte la profecía ya diecinueve siglos antes de nuestro día.
6. ¿Con quién tiene que ver el cumplimiento final de la visión? ¿Cuándo?
6 Pero el cumplimiento final de la profecía de Isaías tiene que ver con el resto de los testigos ungidos de Jehová, la clase de Isaías de nuestro día. Aconteció después que Jehová empezó a gobernar en 1914 por medio de entronizar a su Hijo Jesucristo como Rey con una vara de hierro para despedazar a las naciones de este mundo en la batalla venidera del Armagedón. Más tarde, en 1918, Jehová llegó a su templo por medio de enviar a su Rey, el prometido “Ángel del Pacto”, para juzgar allí a todos los que profesan ser de la casa de Dios. (Mal. 3:1; 1 Ped. 4:17) Por esto los hechos manifiestan que la visión del templo aconteció en 1919.
7. ¿Cómo vino a ser herido Uzías con la plaga que lo mató?
7 ¿Qué, pues, sucedió en 1919 que puede compararse con la muerte del rey Uzías? Uzías era un rey de la línea de David y había efectuado gran prosperidad en Israel durante un reinado largo. Dios había inspirado al rey David para que dijera que Él levantaría un gobernante semejante al antiguo Melquisedec, el rey de Salem. Igual que Melquisedec, este gobernante de la línea de David sería sacerdote y también rey sobre el “trono de Jehová”. Sería el Mesías o Cristo, por medio de quien todos los pueblos de la tierra serían bendecidos con un gobierno perfecto. Uzías, inflado de orgullo después de una prosperidad tan larga, presumió añadir a su puesto real los deberes del sumo sacerdote de Israel, como si fuera de la línea de Melquisedec. Presumió ser el Mesías o Cristo, a quien Jehová había jurado en la profecía de David, en el Salmo 110:4: “Juró Jehová, y no se arrepentirá: ¡Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec!” Uzías entonces fué peor que Coré y sus 250 compañeros rebeldes que desafiaron a Moisés y a Aarón y presumieron quemar incienso a Jehová como lo hacían el sumo sacerdote y sus hijos, porque Coré y sus hombres eran de la tribu de Leví, igual que Moisés y Aarón. (Núm. 16:1-40; Éxo. 30:1-10, 34-38; Judas 11, 12; Núm. 18:7) De modo que Jehová hirió a Uzías con lepra, y él ya no podía asistir al templo o sentarse sobre el trono. Las profecías mencionan un terremoto en los días de Uzías, pero no podemos saber con seguridad si esto aconteció al tiempo de su acto sacrílego o no.—Amós 1:1; Zac. 14:5; también Antigüedades judaicas por Josefo, libro 9, capítulo 10, § 4.
8. ¿Qué clase una vez prosperó como Uzías, y hasta cuándo?
8 De igual manera el clero religioso de la cristiandad parecía prosperar en el favor divino hasta 1914 d. de J.C. En ese año terminaron los tiempos señalados para que las naciones mundanas gobernaran la tierra. Jehová Dios entonces tomó su poder para gobernar la tierra como Rey e instaló a su Hijo sobre el trono. De modo que surgió la pregunta, ¿Quién es el Mesías que gobernará la tierra? ¿Quién cumplirá las predicciones benditas concernientes al Mesías? El clero de la cristiandad asumió desempeñar el papel del Mesías, siendo que rechazó el mensaje del Reino proclamado por el resto de los testigos de Jehová.
9, 10. (a) ¿Cómo trató el protestantismo de desempeñar el papel del Mesías? (b) ¿Cómo lo hizo el catolicismo?
9 El catolicismo y el protestantismo pretendían estar en línea para el reino de Dios. Sus clérigos actuaban como gobernantes religiosos y pretendían ser los señalados para establecer el Reino y para cumplir la oración, “Venga tu reino,” mediante el tratar de convertir el mundo a Cristo. En 1914 las naciones de la cristiandad participaron en guerra global para la dominación del mundo. El clero de la cristiandad les dió su apoyo. Se hicieron sirvientes de los gobernantes políticos de este mundo y no del Cristo entronizado en los cielos. De modo que bendijeron los ejércitos que realmente estaban luchando contra el dominio de la tierra por el Mesías. Hacia fines de esa primera guerra mundial se propuso la Sociedad de las Naciones y temprano en 1919 el Concilio Federal de las Iglesias de Cristo en América publicó esta declaración: “El tiempo ha llegado para organizar el mundo para verdad, rectitud, justicia y humanidad. Con este fin nosotros como cristianos recomendamos con ahinco el establecimiento de una Sociedad de las Naciones Libres en la venidera Conferencia de Paz. Dicha Sociedad no es sencillamente un expediente para conseguir paz; es más bien la expresión política del reino de Dios en la tierra. La Sociedad de las Naciones tiene sus raíces en el evangelio. Semejante al evangelio, su objetivo es ‘Paz sobre la tierra, buena voluntad para con los hombres.’ Semejante al evangelio, su llamamiento es universal. Los muertos heroicos habrán muerto en vano a menos que de la victoria vengan un nuevo cielo y una nueva tierra, donde moren la justicia.—2 Pedro 3:13. La iglesia puede dar un espíritu de buena voluntad, sin el cual ninguna Sociedad de las Naciones podrá perdurar.”
10 De parte del catolicismo, el entonces papa de Roma trató de usar al emperador alemán y su máquina militar como la “espada de la iglesia” para allanar el camino para la restauración del Santo Imperio Romano. Para adelantar sus propias ambiciones mesiánicas, el papa en 1929 hizo un tratado con el dictador fascista Mussolini mediante el cual se restauró al papa el poder temporal sobre la tierra y la Ciudad del Vaticano fué hecha un estado político. Si el papa hubiese apreciado que Jehová Dios ya estaba gobernando por medio de su Mesías verdadero desde 1914, él no hubiera buscado poder temporal. Se hubiera unido al Mesías reinante más bien que a los gobernantes políticos mundanos. Debido a que el papa se inclinó hacia los Aliados teutónicos en la Primera Guerra Mundial el Tratado de Londres fué firmado por la Gran Bretaña, Francia, Rusia e Italia en 1915, privando al papa de cualquier acción diplomática teniendo que ver con la paz o con los asuntos que surgieran de la guerra.
11, 12. Entonces ¿qué presumió ofrecerle el clero a Dios, y cómo?
11 Habiendo alcanzado el colmo de su prosperidad en 1914, porque ella nunca ha tenido prosperidad desde ese entonces, el clero de la cristiandad presumió ofrecer incienso a Dios en su templo. Los testigos de Jehová entonces actuaron como el sumo sacerdote Azarías y sus ochenta sacerdotes que resistieron el acto blasfemo del rey Uzías echándolo fuera del templo después que fué herido. De modo que los testigos de Jehová señalaron hacia el reino de Dios por su verdadero Mesías y protestaron contra el curso seguido por el clero y dieron a saber que era prostitución espiritual. El clero conspiró para matar a este resto del “sacerdocio real” de Dios y asumir para sí mismo los deberes de dicho sacerdocio. (1 Ped. 2:9) Usando la guerra mundial para suprimir el testimonio que el resto estaba dando concerniente al Reino, el clero mató a los “dos testigos” de Jehová en cumplimiento de Apocalipsis 11:3-10. Usaron la bestia de guerra, no una bestia de paz, para quitar del camino a los testigos del Reino. (Apo. 11:7; 13:1-3) Semejante al hombre rico de la parábola de Jesús, la clase del clero se vestía de púrpura real y ahora trataba de exhibir el lino sacerdotal de la justificación de sí mismo, en medio de toda su prosperidad mundanal. (Luc. 16:19-31) Pero cuando asumieron ofrecer incienso a Dios en su templo, no obraron como el apóstol Pablo que ofreció el verdadero incienso correctamente.
12 Pablo escribió: “Dios . . . siempre nos guía en una procesión triunfante en compañía con el Cristo y hace que el olor del conocimiento de él sea perceptible en todo lugar por medio de nosotros. Porque somos para Dios grato olor de Cristo entre los que están siendo salvados y entre los que están pereciendo; a estos últimos un olor proviniendo de muerte para muerte, a los anteriores un olor proviniendo de vida para vida. ¿Y quién está adecuadamente capacitado para estas cosas? Nosotros; porque no somos vendedores ambulantes de la palabra de Dios como muchos hombres, sino debido a la sinceridad, sí, como enviados de Dios, a la vista de Dios, en compañía con Cristo, estamos hablando.” (2 Cor. 2:14-17, NM) El clero ofreció incienso, no del conocimiento de Jehová y de su reino mediante Cristo, sino de propaganda llena de política mundana y prometiendo bendiciones mesiánicas por medio de una alianza de naciones.
13. ¿Desde cuándo han sido heridos y atormentados como Uzías? ¿Cómo?
13 Debido a esto ha venido sobre ellos la plaga de Dios. Se pone de manifiesto que están maldecidos y condenados a una muerte vergonzosa. En Israel el rey leproso Uzías fué echado fuera del templo por el fiel Azarías y sus ochenta sacerdotes. Semejante al hombre rico en la parábola de Jesús él murió en cuanto a sus privilegios y fué sometido a tormentos. Como la gran sima mantenía al hombre rico lejos del seno de Abrahán, así la plaga del rey Uzías lo mantenía lejos del santo templo y del real “trono de Jehová”.a En 1918 el clero de la cristiandad tuvo éxito en matar a los “dos testigos” de Jehová a fines de la Primera Guerra Mundial. Debido a este acto contumaz tan notorio contra el reino de Dios mediante Cristo ellos fueron heridos por Dios con una plaga espiritual que causará su muerte. Manifestaron que eran sucios a la vista de él, adúlteros espirituales con este mundo, y por eso enemigos de Dios. Desde ese entonces han continuado en ese estado maldecido. Han sido rechazados del servicio de Dios en su templo y no tienen ninguna esperanza sólida para un lugar con Cristo Jesús en el reino celestial.—Sant. 4:4; 2 Cor. 6:14-18.
EFECTO DE LA VISIÓN
14. ¿Cuándo y cómo murieron? ¿Pero cómo fué favorecido entonces el resto?
14 Así como se predijo en Apocalipsis 11:11, 12, el resto ungido de los testigos de Jehová fué revivificado de la condición muerta a la cual fué forzado por el enemigo. Dios no permitió que fueran destruídos durante la Primera Guerra Mundial. Los revivificó mediante su espíritu en 1919. Pero el clero religioso murió en cuanto al servicio verdadero de Dios, así como el hombre rico en el Hades. Fué en ese entonces que el resto percibió la visión tocante al servicio de la posguerra para Dios en su templo. Isaías, prefigurándolos, dijo: “Ví al Señorb sentado sobre un trono alto y excelso; y las faldas de su ropa llenaban el Templo.” (Isa. 6:1) Así como se demuestra por una comparación de la profecía bíblica y los hechos de la historia, Jehová Dios representado por su Ángel del pacto, su Rey, vino al templo en 1918. Ese fué “el tiempo señalado para que principie el juicio por la casa de Dios”. (1 Ped. 4:17, NM) Por lo tanto, el resto y también la cristiandad que pretende ser la casa de Dios fueron traídos al templo. Pero la cristiandad no percibió la visión; se manifestó estar leprosa debido a su pecado de rebeldía contra el Reino. En cuanto a los del resto ungido, ellos discernieron con mayor aprecio que Jehová Dios ahora estaba reinando mediante su Rey entronizado Jesucristo. La ira que expresaron las naciones peleando la Primera Guerra Mundial y persiguiendo a los testigos del reino de Dios fué prueba de ese hecho. De modo que reconocieron que ya era tiempo de juicio para ellos. “Jehová está en su santo Templo; Jehová tiene en el cielo su trono; sus ojos ven, sus párpados prueban a los hijos de los hombres.” (Sal. 11:4) Su trono alto y excelso indica que él es la Autoridad Suprema del universo, el Soberano y Juez legítimo de todos.
15. ¿Por quién fué atendido en el templo? ¿Por qué era esto muy propio?
15 Isaías describe la visión de Jehová entronizado en su templo: “Encima de él había serafines, cada uno teniendo seis alas, con dos de las cuales se cubría la cara, con dos se cubría los lomos, y con dos revoloteaba.” (Isa. 6:2, UTA) Siendo tiempo de juicio, era muy propio que Jehová estuviera atendido por serafines, porque el nombre de estas criaturas espirituales significa “llameantes; ardientes”. Esta cualidad refleja que “Jehová tu Dios es un fuego devorador, Dios celoso es”, es decir, para con sus enemigos. (Deu. 4:24; 9:3; Heb. 12:29) Se había acercado el tiempo para la ejecución de su juicio como si fuera con fuego así como también la purificación de su fiel resto como si fuera con fuego. Los serafines eran muy respetuosos de la persona de Jehová. Percibiendo su santidad agudamente, ellos se cubrían la cara y los miembros inferiores con sus alas, así como se cubrían los oficiales en las cortes orientales de mucha dignidad en los tiempos antiguos en la presencia del rey. Debido a que estaban tan cerca del Soberano del Universo trataban de hacerse aun más imperceptibles para no distraer de la gloria personal de éste. Pero allí estaba Isaías, una criatura inferior a los ángeles, contemplando al Dios Altísimo con los ojos abiertos de par en par. Para nosotros ahora es un pensamiento solemne reflexionar que Jehová Dios está en su templo de juicio atendido por estos serafines llameantes. Es ocasión solemne, aterradora y de gran dignidad.
16. ¿Cuál es el significado de lo que están diciendo los serafines?
16 “Y el uno clamaba al otro, diciendo: ¡Santo, santo, santo es Jehová de los Ejércitos, toda la tierra está llena de su gloria!” (Isa. 6:3) Al clamar estas palabras de la santidad de Dios continuamente, estos serafines se parecían a las cuatro criaturas vivientes que vió Juan en la visión que él tuvo de Jehová sobre el trono celestial. “Y en cuanto a estas cuatro criaturas vivientes, cada una de ellas respectivamente tiene seis alas; están llenas alrededor y por debajo de ojos. Y no tienen descanso día y noche mientras dicen: ‘Santo, santo, santo es Jehová Dios, el Todopoderoso, que era y que es y que viene.’” (Apo. 4:1-8, NM) El decir ellos “santo” tres veces da mucho énfasis a esta cualidad. Pone de manifiesto que el Todopoderoso Dios está dedicado inherentemente a la justicia, incapaz de hacer algo incorrecto. Esta cualidad santa lo vindica en contra de todas las falsas acusaciones que Satanás el Diablo ha lanzado contra Jehová Dios. Por esta razón su templo tiene que ser un lugar limpio y santo y los que desean servirle allí también tienen que ser santos con una devoción piadosa a favor de lo que es recto, puro y bueno. Por esa razón, también, la tierra sobre la cual Él ha tomado su gran poder para reinar mediante Cristo tiene que hacerse un lugar santo. La tierra es el estrado de sus pies, y tiene que hacerse gloriosa, porque fué con sentido profético que los serafines clamaban el uno al otro, “Toda la tierra está llena de su gloria.”
17. ¿Cómo se llenará la tierra de su gloria? ¿Con qué resultado?
17 Los serafines ahora están diciendo estas palabras en el templo. De modo que este mundo impío no puede seguir para siempre. Los ojos de Jehová son demasiado puros para contemplar con aprobación la religiosidad hipócrita de la cristiandad. Su santidad lo distingue de los dioses falsos de las naciones mundanas. La mundanalidad del dominio de Satanás no le puede tocar ni ensuciar. En más de 230 lugares de las Escrituras él es llamado “Jehová de los Ejércitos”. Sus poderosos ejércitos son semejantes a él en su devoción sincera a la justicia, de modo que él bien puede usarlos para ejecutar sus juicios contra toda la injusticia de este mundo. Esta tierra todavía no está llena de su gloria, pero sí estará llena como resultado de la venidera “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso”. Así como le dijo a Moisés: “Toda la tierra se llenará de la gloria de Jehová.” (Apo. 16:14-16, NM; Núm. 14:21, AN) Su esplendor majestuoso se hallará en toda parte de la tierra, y todos los vivientes conocerán que él es Rey. “¡Porque la tierra estará llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar! Jehová empero está en su santo Templo: ¡guarde silencio delante de él toda la tierra!” (Hab. 2:14, 20) Uno de los grandes resultados de este conocimiento será que los habitantes de la tierra ya no se dañarán ni se destruirán los unos a los otros, como hacen ahora en este mundo impío. (Isa. 11:9) Ahora mismo en medio de la obscuridad de este mundo los testigos de Jehová están recibiendo la luz de Su gloria desde el templo y están reflejando el glorioso conocimiento de Dios a la gente que está sentada en las tinieblas y que anhela la luz.—2 Cor. 3:18; 4:6, NM.
LIMPIEZA DE LABIOS
18. ¿Qué efecto tiene la proclamación de la santidad de Dios?
18 La proclamación de la santidad del Dios del justo nuevo mundo es muy poderosa. Causa un sacudimiento, perturbando la complacencia que tienen en sí mismas las criaturas que confían en su propia justicia. Con la proclamación de los serafines resonando en sus oídos el profeta Isaías dice: “Y los cimientos de los umbrales se conmovieron con la voz del que clamaba; y la Casa se llenó de humo.” (Isa. 6:4) Esto trastornaría a cualquiera que cruzara el umbral para acercarse a Dios. Haría que se preocupara por la condición de su corazón. Afortunadamente, tenemos un precursor que ha entrado al gran templo de Dios por nosotros, a saber, Cristo Jesús, el gran Sacerdote Rey parecido a Melquisedec. (Heb. 6:19, 20) La justicia de su sacrificio compensa nuestras imperfecciones y nuestro estado pecaminoso. No obstante tenemos que examinar nuestros corazones para cerciorarnos que están santos en su devoción a la verdad y a la justicia. Los que son de la casa de Dios tienen que hacer esto especialmente.
19. ¿Qué denota el llenarse la casa de humo?
19 El llenarse la casa o templo de humo denota la presencia del Dios viviente con una gloria hacia la cual las criaturas humanas no pueden acercarse. Es semejante a cuando Moisés estableció el tabernáculo de adoración en el desierto en el monte Sinaí: “Entonces la nube cubrió el Tabernáculo de Reunión, y la gloria de Jehová llenó la Habitación.” Siglos más tarde cuando el rey Salomón dedicó el templo en Jerusalén y los sacerdotes llevaron el arca del pacto al Lugar Santísimo, “la nube llenó la Casa de Jehová: y no podían los sacerdotes estar allí para ministrar, a causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la Casa de Jehová.” (Éxo. 40:34, 35; 1 Rey. 8:10, 11) Más tarde el apóstol Juan tuvo una previsión de nuestro tiempo y vió el santuario del templo en el cielo y a siete ángeles salir de él con siete plagas de juicio para derramarlas sobre la humanidad después de 1918 (d. de J.C.). Él dice lo que sucedió: “Y el santuario se llenó de humo debido a la gloria de Dios y debido a su poder, y nadie era capaz de entrar al santuario hasta que las siete plagas de los siete ángeles fueron terminadas.” (Apo. 15:5-8, NM) Seguramente éste es un Dios que pronto hará que aun los científicos de esta edad electrónica con todo el poder atómico que han soltado queden pasmados a causa de sus gloriosos juicios. No olvidemos nunca que él está en el templo para juzgar.
20. ¿Con qué propósito se dejó que Isaías viera esto? ¿Qué efecto tuvo?
20 Para el Isaías de la antigüedad, era como si fuera el sumo sacerdote de Israel mirando detrás de la cortina interior del templo y viendo la gloria de Dios. A Isaías se le dió el privilegio de ver esto para que fuera impresionado y para que apreciara la bajeza de su condición a la vista de Dios. Asimismo la abertura de los ojos de entendimiento del resto de la clase de Isaías en esta generación para que contemplara cosas correspondientes también fué con la mira de impresionarle que le faltaba mucho para llegar a la gloria divina. Pero ¿fué herido Isaías con una plaga mortífera como le sucedió a Uzías debido a que presenció este espectáculo tan glorioso en el Lugar Santísimo del templo de Dios? No; aunque no era un sacerdote de la tribu de Leví. Él había presenciado esta visión, no porque era presuntuoso, sino porque era de fiel corazón. Él nos dice qué efecto tuvo: “Entonces yo dije: ¡Ay de mí, pues soy perdido! porque soy hombre de labios inmundos, y en medio de un pueblo de labios inmundos habito; por cuanto mis ojos han visto al Rey, a Jehová de los Ejércitos.”—Isa. 6:5.
21, 22. (a) ¿De qué sintió peligro Isaías y por qué? (b) Correspondientemente, ¿cómo se sintió el resto? ¿Por qué estaba en peligro?
21 Isaías luego se dió cuenta de su condición natural. Sintió que ahora sería destruído debido a su condición indigna. En el caso de los del resto en 1919, ellos ya no se sentían muy seguros de su condición salvada, de haber hecho ‘segura su vocación y elección’. Todavía no estaban listos para “marcharse” a la gloria celestial, sino que todavía tenían una obra que desempeñar para probar su fidelidad. Podían haber sido destruídos en ese año crítico, si Jehová no hubiera acortado los días de la tribulación mundial por causa de sus escogidos sino al contrario hubiera seguido sin interrupción la guerra comenzada en el cielo contra la organización de Satanás hasta su completa destrucción.
22 Isaías 12:1 indica que Jehová estaba enojado con el resto de sus testigos a causa de su temor y fracaso durante la Primera Guerra Mundial. Entonces si él hubiera actuado de acuerdo con su disgusto podía haber sido desastroso para ellos. Eran de “labios inmundos” como Isaías. “El temor de Jehová es limpio” (Sal. 19:9); pero ellos habían permitido que el temor de los hombres y de las organizaciones humanas afectara sus labios y que silenciara su mensaje hasta cierto grado. Ellos no estaban exaltando la santidad de Jehová ni estaban llenando toda la tierra con el conocimiento de su gloria, como estaban haciendo los serafines. El resto habitaba por la mayor parte en la cristiandad, la cual, aunque profesaba ser la casa de Dios, era de labios inmundos e hipócritas. Debido a su contacto con ella el resto tenía muchas manchas y todavía estaba infectado con muchas de sus tradiciones y prácticas. Sobre esta base el resto de los escogidos de Dios podía haber sido destruído junto con el mundo en aquel tiempo cuando principió el juicio por la casa de Dios. Pero acortando los días de la tribulación contra la organización de Satanás dió lugar para la liberación de ellos y también para la liberación de todas las otras ovejas que desde entonces se han juntado al redil del Pastor Propio.—Mat. 24:21, 22; Juan 10:16, NM.
23. ¿Qué controversia se quiso impresionar aquí sobre el que vió la visión? Porque la visión es en el templo, ¿qué se indica?
23 El hecho de que el reino de Jehová ya se ha establecido es lo que hace tan seria la situación para la clase de Isaías. Esta tenía que ser impresionada con el hecho de su establecimiento y luego era necesario aclararle enérgicamente cuáles eran sus obligaciones. Esto se indica por el clamor de congoja de Isaías: “Por cuanto mis ojos han visto al Rey, a Jehová de los Ejércitos.” El rey leproso de Israel murió, pero allí sobre su trono estaba el Rey santo y viviente de toda la tierra en su templo de juicio. Por eso no es tiempo para lamentar al rey Uzías muerto ni a su contraparte moderna. Es tiempo para adorar, servir y anunciar al Rey viviente y verdadero, atendido por sus huestes de serafines, querubines y ángeles. Es tiempo para decir: “Alaben a Jah, porque Jehová nuestro Dios, el Todopoderoso, ha empezado a gobernar como rey.” (Apo. 19:6, NM) El gobierno de la tierra pertenece, no al hombre, sino a Jehová Dios, y él reina en santidad. La dominación de la tierra es una parte de la controversia acerca de la soberanía universal. Toda la humanidad ahora tiene que enfrentarse con esta controversia, y se hizo que el resto viera que éste es el punto supremo en cuestión. Siendo que es en el templo donde Jehová se presenta como Rey, esto manifiesta que está interesado en la adoración del Dios verdadero. Él Rey es Dios, y Dios es el Rey. Por eso su reino es teocrático y es el único gobierno legítimo para todos los hombres, y tiene que poner en vigor la verdadera adoración en la tierra.
MEDIOS DE LIMPIEZA
24. ¿Los miembros de qué cuerpo necesitaban limpieza? ¿Por qué se dió énfasis a ellos?
24 Hoy reconocemos con gratitud cómo se llevó a cabo la limpieza de la clase moderna de Isaías por medio de la bondad inmerecida de Jehová. “Y voló, a donde yo estaba, uno de los serafines, y traía en su mano un ascua encendida, que con las tenazas había tomado de sobre el altar; y con ella me tocó la boca, diciendo: ¡He aquí, ésta ha tocado a tus labios! ¡ya ha sido quitada tu iniquidad, y está perdonado tu pecado!” (Isa. 6:6, 7) Para que la clase de Isaías fuera restaurada al favor del Rey sus labios tenían que ser limpiados. “En cuanto a aquel que ama la pureza de corazón, por la gracia de sus labios, el rey será su amigo.” (Pro. 22:11) El mensaje que esos labios hablaran tenía que ser puro, intransigente, libre de todo temor al hombre y de las tradiciones religiosas y de las filosofías humanas y de todo elogio egoísta de los hombres. Fué necesario que Dios cumpliera su promesa de dirigir “a las gentes un lenguaje puro [literalmente, un labio puro], para que todas ellas puedan invocar el nombre de Jehová, para servirle con un consentimiento”. (Sof. 3:9, AN) Habían de ser testigos de que Jehová es el Soberano Universal y por eso habían de ofrecerle el “sacrificio de alabanza, esto es, el fruto de labios que públicamente declaran su nombre”. (Heb. 13:15, NM) Estaba implicada aquí la falta de predicadores embajadores, profetas, proclamadores Por esa razón se dió énfasis a la condición de los labios. En ese tiempo casi todos los del resto se estaban ofreciendo voluntariamente para distribuir tratados gratuitos de la Biblia, varios centenares de ellos eran publicadores precursores de tiempo cabal, los ancianos electivos de las congregaciones eran principalmente los conferenciantes públicos y muchos sólo asistían a las reuniones. Pero ahora todos tenían que ser testigos activos con sus labios limpios del temor.
25. ¿Cómo se llevó a cabo la limpieza, y por qué con medios apropiados?
25 La visión de Isaías manifiesta que nuestra limpieza no vino por medios humanos, sino por medios seráficos o sobrehumanos. Los humanos, siendo ellos mismos inmundos, no podían efectuar la limpieza tan necesaria. El usar Jehová un serafín nos hace recordar que, cuando el Lázaro de la parábola murió en cuanto a su condición mendiga, fué llevado por los ángeles a la posición del seno de Abrahán. Las tenazas de oro que usó el serafín para coger la piedra caliente o ascua encendida se habían tomado del portalámparas de oro en el compartimiento santo del templo. (1 Rey. 7:49; 2 Cró. 4:21; Éxo. 25:38; 37:23; Núm. 4:9) De modo que eran parte del equipo de iluminación. Para limpiar nuestros labios respecto a lo que dicen y al modo de decirlo tenía que haber un esclarecimiento espiritual, así como se simbolizó por el portalámparas de oro. El ascua encendida que fué aplicada a los labios no se tomó de un fuego ordinario, sino del fuego debajo del altar de sacrificio en la corte del templo, fuego que nunca debería apagarse. (Lev. 6:12, 13) El altar representa el sacrificio de Cristo. De modo que el ascua encendida vino del lugar apropiado para purgar los labios como si fuera con fuego. Representó el mensaje limpiador, el cual destruye las tradiciones y los preceptos de los hombres e imparte denuedo, celo, de modo que el mensaje del Reino llega a ser como fuego ardiente en los huesos de uno. Dijo Jesús: “Ustedes ya están limpios a causa de la palabra que yo les he hablado.” (Juan 15:3, NM) En armonía con esto, cuando Jehová comisionó a Jeremías como su profeta, extendió su mano y tocándole los labios le dijo: “He aquí que pongo mis palabras en tu boca.”—Jer. 1:9; Isa. 51:16.
26. ¿Cuál era el pecado del resto, cómo fué cubierto, y con qué fin fué limpiado?
26 Cualquier impureza de labios en estos días después de 1914 cuando Jehová empezó a gobernar como Rey es incorrecta y es pecado. Por esto cuando el serafín tocó los labios de Isaías con el ascua encendida dijo: “¡He aquí, ésta ha tocado a tus labios! ¡ya ha sido quitada tu iniquidad, y está perdonado tu pecado!” O, según la traducción de Rótherham (en inglés) que manifiesta de una manera más amplia el significado de las palabras del serafín, “Y tu pecado [será] cubierto por propiciación.” El pecado del resto fué cubierto por el sacrificio propiciatorio de Jesús, representado por el altar de donde tomó el serafín el ascua ardiente. De modo que, en vez de ser herido con una maldición mortífera como el presuntuoso rey Uzías, el resto fué perdonado benignamente por medio de Cristo a causa de su arrepentimiento y no fué destruído. La limpieza de sus labios no se hizo para prepararlos para marcharse inmediatamente a su morada en el cielo. Se hizo para prepararlos para un servicio terrenal durante el tiempo más crítico de la historia humana. De modo que fueron preservados para que usaran sus labios limpiados con libertad de palabra en este día de juicio.—1 Juan 4:17, 18, NM.
27. Entonces ¿cuál debe ser el curso del resto de aquí en adelante?
27 ¡Qué agradecidos podemos estar de esta limpieza! Nos ha hecho diferentes de toda la cristiandad, la cual va de mal en peor en cuanto a la inmundicia de sus labios. No nos conviene sufrir una recaída, mediante el ceder otra vez al temor de las criaturas, sino al contrario seguir adelante hacia la perfección del conocimiento, la fe y la habilidad para el servicio. Nuestra “iniquidad” o maldad de aquel tiempo ha sido quitada por el mensaje real de Dios para este “tiempo del fin”, porque ha servido como un correctivo de lo que pensamos y decimos. Este es el resultado bendito de nuestra visión de él en su templo y de nuestra humillación ante su gloriosa faz.
[Notas]
a Véanse los artículos sobre la parábola del hombre rico y Lázaro en La Atalaya del 1 y 15 de julio de 1951.
b Unos 105 manuscritos hebreos leen Jehová en este versículo en vez de Adonái. Este es uno de los 134 lugares donde los soferim hebreos cambiaron el nombre Jehová en el texto primitivo para que leyera Adonái, Mi Señor, para que no dijera Isaías que vió a Jehová Dios.