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CreaciónPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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Durante el Día Segundo, Dios hizo una expansión causando que ocurriera una división “entre las aguas y las aguas”. Algunas aguas permanecieron sobre la tierra y otras, en gran cantidad, fueron elevadas muy por encima de la superficie terrestre, de manera que entre ambas llegó a haber una expansión. A esta Dios la llamó Cielo, aunque tan solo con relación a la tierra, pues no se dice que las aguas suspendidas sobre la expansión abarcaran a las estrellas u otros cuerpos del espacio exterior. (Gé 1:6-8; véase EXPANSIÓN.)
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CreaciónPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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Después de exponer lo conseguido durante cada uno de los seis días de actividad creadora, en cada caso aparece la declaración: “Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana”, un día primero, segundo, tercero, etc. (Gé 1:5, 8, 13, 19, 23, 31.) Puesto que cada día creativo duró más de veinticuatro horas, como se explica más adelante, esta expresión no alude a una noche y un día literales, sino que debe entenderse en sentido figurado. Durante la tarde, las cosas serían indistintas, pero por la mañana podrían distinguirse con claridad. En el transcurso de la “tarde” o principio de cada uno de los períodos o “días” creativos, ningún observador angélico sería capaz de distinguir el propósito de Dios para ese día en particular, a pesar de que Él lo conociese perfectamente. Sin embargo, con la llegada de la “mañana”, habría plena luz con respecto a lo que Dios se había propuesto para ese día, pues entonces ya se habría realizado. (Compárese con Pr 4:18.)
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