Escenas de la Tierra Prometida
¡Visite la tierra, visite las ovejas!
MILLARES de cristianos han creído que una visita a la Tierra Prometida, al escenario mismo de los sucesos bíblicos, les ayudaría a entender la Biblia, que entonces se les haría más significativa. Y precisamente así ha sido.
Sea que usted la haya visitado literalmente o lo haya hecho mediante el estudio de libros y artículos sobre aquella tierra, ¿qué diría de una visita a las ovejas? ¿Se pregunta ahora qué tienen que ver las ovejas con la Tierra Prometida? La realidad es que las ovejas eran tan importante parte de la vida de los tiempos bíblicos que en cierto sentido una visita a la Tierra Prometida estaría incompleta si no incluyera a las ovejas.
Las fotografías que ve aquí pueden ser parte de su visita, pues las ovejas que se ven en esta región hoy son muy similares a las que eran comunes en tiempos bíblicosa. La cola ancha de ellas contiene mucha grasa. (Levítico 7:3; 9:19.) Por lo general su lana gruesa es blanca. Pero recuerde que en el gran rebaño de Jacob había ‘ovejas moteadas y con manchas de color, y ovejas morenas oscuras’. (Génesis 30:32.)
Ese mismo relato ilustra que se consideraba rico al hombre que tenía un rebaño grande. (Génesis 30:43.) De Job leemos: “Su ganado llegó a ser siete mil ovejas y tres mil camellos y quinientas yuntas de reses vacunas y quinientas asnas [...] Llegó a ser el más grande de todos los orientales”. (Job 1:3; 42:12.) Recuerde también que Nabal tenía 3.000 ovejas y 1.000 cabras. ¿De qué posición social cree usted que disfrutaba él en los días de David, y de cuánta influencia? (1 Samuel 25:2.) Pero ¿por qué, precisamente, constituía riqueza considerable el tener un gran rebaño?
Esto se debía a que las ovejas proveían de productos valiosos a su pastor o dueño. La lana misma era un recurso que se le renovaba al dueño. Proverbios 31:13, 21, 22 nos ayuda a ver que una esposa sabia e industriosa podía utilizar aquella lana para hacerle ropa a su familia o preparar prendas de vestir que podía vender. (Job 31:20.) La lana era un importante artículo comercial. Esto lo indica el comentario de que cierto rey de Moab “se hizo ganadero de ovejas, y pagó al rey de Israel cien mil corderos y cien mil carneros sin esquilar”. (2 Reyes 3:4.) Sí, eran ovejas “sin esquilar”; su lana abundante aumentaba su valor.
Los carneros podían tener cuernos impresionantes, como los de la fotografía a la derecha. ¿Le recuerda esto que para anunciar el Jubileo se usaba un cuerno de carnero? (Levítico 25:8-10.) Aquellos cuernos se usaban para dar señales de alarma o dirigir maniobras bélicas. (Jueces 6:34; 7:18, 19; Joel 2:1.)
Se puede comprender que el que tuviera un rebaño de ovejas tendría una fuente segura de alimento, pues las ovejas estaban entre los animales limpios que los israelitas podían comer. (Deuteronomio 14:4.) La carne (de cordero) se podía hervir o asar. El cordero asado era un elemento central de la Pascua anual. (Éxodo 12:3-9.) Las ovejas eran también una fuente regular de leche, usada para beber y para hacer queso. (1 Samuel 17:17, 18; Job 10:10; Isaías 7:21, 22.)
Ninguna visita a las ovejas estaría completa si no se observara el vínculo estrecho que existe entre el rebaño y su pastor. El pastor fiel cuidaba a sus ovejas. Como mencionó Jesús, ellas reconocían la voz de su pastor y le obedecían cuando él las llamaba por nombre. (Juan 10:3, 4.) Si una oveja se perdía, el atento pastor la buscaba. Cuando la hallaba, quizás la cargaba de vuelta al rebaño sobre los hombros. (Lucas 15:4, 5.)
David hizo referencia a su experiencia personal con un rebaño al asemejarse a una oveja cuyo Pastor era Jehová. Tal como a las ovejas se las defendía de los animales que las atacaban, así David recibía protección. Las ovejas podían seguir la guía del pastor que con interés las cuidaba. Si se lastimaban, él les vendaba las heridas y quizás les untaba aceite que las aliviaba. ¡Qué contraste hay entre esa atención y las acciones egoístas de los líderes de Israel, descritas en Ezequiel 34:3-8!
La Biblia contiene muchas referencias proféticas y figurativas a ovejas. Por eso, el que usted visite las ovejas de la Tierra Prometida o se familiarice con ellas puede darle un entendimiento más profundo de frases como “rebaño pequeño”, “el Cordero de Dios” y “otras ovejas”. (Lucas 12:32; Juan 1:36; 10:16.)
[Nota a pie de página]
a La fotografía de arriba, de ovejas en el desierto de Judea, puede examinarse en el Calendario de los Testigos de Jehová para 1992.
[Reconocimiento en la página 24]
Pictorial Archive (Near Eastern History) Est.
[Reconocimiento en la página 25]
Garo Nalbandian