El estudio, gratificante y ameno
“Si sigues buscando esto [...,] hallarás el mismísimo conocimiento de Dios.” (PROVERBIOS 2:4, 5.)
1. ¿En qué sentido puede resultar placentera la lectura recreativa?
MUCHAS personas leen solo por placer. Si el contenido es sano, la lectura puede ser una fuente de distracción saludable. Además de su programa regular de lectura bíblica, algunos cristianos gustan de leer al azar los Salmos, los Proverbios, los Evangelios u otras secciones de la Biblia. La belleza del lenguaje y de las ideas les proporciona de por sí mucho placer. Otros escogen para su lectura recreativa el Anuario de los testigos de Jehová, la revista ¡Despertad!, relatos biográficos publicados en La Atalaya o tratados de historia, geografía o naturaleza.
2, 3. a) ¿En qué sentido puede compararse la información espiritual profunda a alimento sólido? b) ¿Qué implica el estudio?
2 Si bien la lectura por placer puede ser una forma de distracción, en el caso del estudio se requiere esfuerzo mental. El filósofo inglés Francis Bacon escribió: “Algunos libros son para probarlos, otros para devorarlos y unos pocos para masticarlos y digerirlos”. La Biblia cae sin lugar a dudas en esta última categoría. El apóstol Pablo escribió: “En lo que respecta a él [Cristo, prefigurado por el Rey Sacerdote Melquisedec] tenemos mucho que decir y difícil de explicar, puesto que ustedes se han hecho embotados en su oír. [...] El alimento sólido pertenece a personas maduras, a los que mediante el uso tienen sus facultades perceptivas entrenadas para distinguir tanto lo correcto como lo incorrecto” (Hebreos 5:11, 14). El alimento sólido debe masticarse antes de ser engullido y digerido. De igual modo, la información espiritual profunda requiere reflexión antes de ser absorbida y retenida.
3 Un diccionario define la palabra estudio como “acción de aplicar la inteligencia a aprender o comprender algo”, ya sea por medio de la lectura, la investigación u otro procedimiento. Por tanto, estudiar significa más que efectuar una lectura superficial, quizá subrayando algunas palabras. El estudio supone trabajo, esfuerzo mental y el empleo de las facultades perceptivas. Sin embargo, el hecho de que el estudio precise esfuerzo no significa que no pueda ser ameno.
Cómo hacer ameno el estudio
4. ¿Cómo puede resultar reconfortante y gratificante el estudio de la Palabra de Dios, según el salmista?
4 La lectura y el estudio de la Palabra de Dios pueden ser reconfortantes y estimulantes. El salmista declaró: “La ley de Jehová es perfecta, hace volver el alma. El recordatorio de Jehová es fidedigno, hace sabio al inexperto. Las órdenes de Jehová son rectas, hacen regocijar el corazón; el mandamiento de Jehová es limpio, hace brillar los ojos” (Salmo 19:7, 8). Las leyes y los recordatorios de Jehová nos reavivan el alma, realzan nuestro bienestar espiritual, nos aportan un sentimiento interior de gozo y hacen que nuestros ojos brillen con una clara visión de los maravillosos propósitos de Jehová. Todo ello es muy agradable.
5. ¿De qué maneras puede reportarnos gran placer el estudio?
5 Normalmente disfrutamos de nuestro trabajo cuando observamos sus buenos resultados. Del mismo modo, para que el estudio sea ameno debemos utilizar sin demora el conocimiento recién adquirido. Santiago escribió: “El que mira con cuidado en la ley perfecta que pertenece a la libertad, y persiste en ella, este, por cuanto se ha hecho, no un oidor olvidadizo, sino un hacedor de la obra, será feliz al hacerla” (Santiago 1:25). La aplicación personal inmediata de lo que aprendemos produce gran satisfacción. También nos reporta gran felicidad buscar información con el propósito específico de contestar una pregunta que se nos haya planteado en la obra de predicar o enseñar.
Cultivemos anhelo por la Palabra de Dios
6. ¿Cómo expresó el escritor del Salmo 119 su cariño por la palabra de Jehová?
6 El compositor del Salmo 119, quizá Ezequías cuando todavía era un joven príncipe, expresó el cariño que sentía por la palabra de Jehová. En lenguaje poético, dijo: “En cuanto a tus estatutos, mostraré tenerles cariño. No olvidaré tu palabra. También, tus recordatorios son aquello con lo que estoy encariñado [...]. [...] Mostraré tener cariño a tus mandamientos que he amado. Vengan a mí tus misericordias, para que siga viviendo; porque con tu ley estoy encariñado. He ansiado tu salvación, oh Jehová, y con tu ley estoy encariñado” (Salmo 119:16, 24, 47, 77, 174).
7, 8. a) ¿Qué significa ‘tenerle cariño a la Palabra de Dios’, según una obra de consulta? b) ¿Cómo podemos demostrar que amamos la Palabra de Jehová? c) ¿Cómo se preparó Esdras antes de leer la Ley de Jehová?
7 Un diccionario de las Escrituras Hebreas explica de la siguiente manera la palabra que se traduce por “tener cariño” en el Salmo 119: “El uso en el versículo 16 es paralelo a los [verbos] que se traducen por alborozarse [...] y por meditar [...]. La secuencia es: alborozarse, meditar, tener cariño [...]. Esta combinación puede indicar que la reflexión con propósito es el medio por el cual llegamos a tener cariño a la palabra de Yavé. [...] El significado incluye un elemento emotivo”.a
8 En efecto, el amor a la Palabra de Jehová debe proceder del corazón, el asiento de las emociones. Deberíamos disfrutar meditando sobre los pasajes recién leídos. También es necesario que nos detengamos a pensar en las ideas espirituales profundas y nos concentremos en ellas. Eso requiere reflexión sosegada y oración. Tenemos que preparar el corazón para la lectura y el estudio de la Palabra de Dios, como lo hizo Esdras. De él se dijo: “Esdras mismo había preparado su corazón para consultar la ley de Jehová y para ponerla por obra y para enseñar en Israel disposiciones reglamentarias y justicia” (Esdras 7:10). Reparemos en el triple propósito por el que Esdras preparó su corazón: estudiar, poner por obra lo aprendido y enseñar. Deberíamos seguir su ejemplo.
El estudio como acto de adoración
9, 10. a) ¿De qué maneras demostró el salmista interés intenso por la Palabra de Jehová? b) ¿Qué significa el verbo hebreo que se traduce por “interesarse intensamente”? c) ¿Por qué es importante considerar el estudio de la Biblia como “un acto de adoración”?
9 El salmista dijo que se interesaba intensamente por las leyes, los mandamientos y recordatorios de Jehová: “En tus órdenes ciertamente me interesaré intensamente, y ciertamente miraré atento a tus sendas. [...] Alzaré las palmas de las manos a tus mandamientos que he amado, y ciertamente me interesaré intensamente en tus disposiciones reglamentarias. ¡Cómo amo tu ley, sí! Todo el día ella es mi interés intenso. He llegado a tener más perspicacia que todos mis maestros, porque tus recordatorios me son de interés intenso” (Salmo 119:15, 48, 97, 99). ¿Qué quiere decir ‘interesarse’ por la Palabra de Jehová?
10 El verbo hebreo que se traduce por “interesarse intensamente” también significa “meditar, reflexionar”, “repasar un asunto mentalmente”. “Se usa con referencia a la reflexión silenciosa sobre las obras de Dios [...] y la palabra de Dios.” (Theological Wordbook of the Old Testament.) El sustantivo “interés intenso” hace referencia a “la meditación del salmista”, “su estudio amoroso” de la ley de Dios como “un acto de adoración”. Considerar el estudio de la Palabra de Dios como parte de nuestra adoración lo convierte en un asunto mucho más serio. Por lo tanto, debe realizarse a conciencia y con el beneficio de la oración. El estudio es parte de nuestra adoración y lo efectuamos para mejorarla.
Profundicemos más en la Palabra de Dios
11. ¿Cómo revela Jehová pensamientos espirituales profundos a su pueblo?
11 El salmista exclamó con reverencia y admiración: “¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos” (Salmo 92:5). Y el apóstol Pablo habló de “las cosas profundas de Dios”, los pensamientos profundos que Jehová revela a su pueblo “mediante su espíritu” que obra en la clase del esclavo fiel y discreto (1 Corintios 2:10; Mateo 24:45). La clase del esclavo suministra con diligencia nutrición espiritual para todos: “leche” para los nuevos y “alimento sólido” para las “personas maduras” (Hebreos 5:11-14).
12. Dé un ejemplo de “las cosas profundas de Dios” que ha explicado la clase del esclavo.
12 Para comprender tales “cosas profundas de Dios” es necesario estudiar su Palabra con oración y reflexionar sobre ella. Por ejemplo, se ha publicado una clara explicación de cómo Jehová puede ser justo y, a la vez, misericordioso. La misericordia no atenúa la justicia divina; al contrario, es una expresión conjunta de la justicia y del amor de Dios. Cuando Jehová juzga a un pecador, determina primero si puede tenerle misericordia sobre la base del sacrificio redentor de su Hijo. Si el pecador no se arrepiente o es rebelde, la misericordia no está justificada y Dios permite que la justicia siga su curso. En cualquier caso, él siempre es fiel a sus elevados principiosb (Romanos 3:21-26). ‘¡Oh la profundidad de la sabiduría de Dios!’ (Romanos 11:33.)
13. ¿Cómo demostramos que apreciamos “la gran suma” de verdades reveladas hasta la fecha?
13 Nos emociona, como al salmista, el hecho de que Jehová comparta muchos de sus pensamientos con nosotros. David escribió: “Para mí, ¡cuán preciosos son tus pensamientos! Oh Dios, ¡hasta cuánto llega la gran suma de ellos! Si yo tratara de contarlos, son más que hasta los granos de arena” (Salmo 139:17, 18). Aunque nuestro conocimiento actual representa solo una fracción muy pequeña de los innumerables pensamientos que Jehová revelará a lo largo de la eternidad, agradecemos profundamente “la gran suma” de preciosas verdades espirituales que se nos ha revelado hasta ahora y la oportunidad de profundizar cada vez más en la suma, o sustancia, de la Palabra de Dios (Salmo 119:160, nota).
Se requiere esfuerzo e instrumentos eficaces
14. ¿Cómo recalca Proverbios 2:1-6 que el estudio de la Palabra de Dios requiere esfuerzo?
14 El estudio profundo de la Biblia precisa esfuerzo, como se desprende claramente de una lectura cuidadosa de Proverbios 2:1-6. Fijémonos en los verbos activos que el sabio rey Salomón usó para recalcar que el conocimiento, la sabiduría y el discernimiento divinos solo se consiguen con esfuerzo. Escribió: “Hijo mío, si recibes mis dichos y atesoras contigo mis propios mandamientos, de modo que con tu oído prestes atención a la sabiduría, para que inclines tu corazón al discernimiento; si, además, clamas por el entendimiento mismo y das tu voz por el discernimiento mismo, si sigues buscando esto como a la plata, y como a tesoros escondidos sigues en busca de ello, en tal caso entenderás el temor de Jehová, y hallarás el mismísimo conocimiento de Dios. Porque Jehová mismo da la sabiduría; procedentes de su boca hay conocimiento y discernimiento”. En efecto, para que el estudio sea gratificante es preciso investigar y profundizar, como si se buscara un tesoro escondido.
15. ¿Qué ilustración bíblica subraya la necesidad de seguir buenos métodos de estudio?
15 Se requieren asimismo buenos métodos de estudio para que este nos enriquezca espiritualmente. Salomón escribió: “Si un instrumento de hierro se ha embotado y alguien no ha amolado su filo, entonces empleará con esfuerzo sus propias energías vitales” (Eclesiastés 10:10). Si un obrero utiliza un instrumento cortante desafilado o no lo usa con habilidad, desperdicia sus energías y su trabajo es de ínfima calidad. De igual modo, los beneficios del tiempo que dedicamos a la preparación pueden variar mucho, dependiendo de nuestros métodos de estudio. El estudio 7 del libro Guía para la Escuela del Ministerio Teocrático contiene consejos muy prácticos para mejorar nuestra manera de estudiar.c
16. ¿Qué sugerencias prácticas nos ayudan a profundizar en el estudio?
16 Cuando un artesano se prepara para realizar su trabajo, lo primero que hace es escoger las herramientas que va a necesitar. De igual modo, cuando nos ponemos a estudiar, debemos seleccionar de nuestra biblioteca personal los instrumentos de estudio que vamos a necesitar. Si recordamos que estudiar supone trabajo y requiere esfuerzo mental, también adoptaremos una postura apropiada. Para mantenernos mentalmente alertas, lo mejor es que nos sentemos en una silla delante de una mesa o de un escritorio, en vez de acostarnos en la cama o sentarnos en un cómodo sillón. Después de un rato de concentración, quizá sea provechoso estirarse un poco o salir para tomar aire fresco.
17, 18. Dé ejemplos de cómo podemos emplear los buenos instrumentos que tenemos para el estudio.
17 Tenemos a nuestra disposición mucho material de estudio sumamente valioso. La obra más importante es la Traducción del Nuevo Mundo de la Biblia, que ahora está disponible, completa o en parte, en 37 idiomas. La edición normal de la Traducción del Nuevo Mundo tiene remisiones y una “Tabla de los libros de la Biblia” que indica el nombre del escritor de cada uno de ellos, el lugar donde se escribió y el tiempo que abarca. También hay un índice de palabras bíblicas, un apéndice y varios mapas. En algunos idiomas existe una versión de letra grande de esta Biblia, conocida como Biblia con referencias. Esta versión cuenta con las características supracitadas y otras muchas, como numerosas notas a pie de página, que también tienen su índice. ¿Aprovechamos plenamente lo que se ha publicado en nuestro idioma para ayudarnos a profundizar en la Palabra de Dios?
18 Otro instrumento de gran valor son los dos tomos de la enciclopedia bíblica Perspicacia para comprender las Escrituras. Si se ha publicado esta obra en un idioma que conocemos, debería acompañarnos siempre en nuestras sesiones de estudio. Contiene información general sobre muchos temas bíblicos. Otra herramienta igualmente útil es la publicación “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”. Cuando empezamos a leer un nuevo libro de la Biblia, es conveniente examinar el estudio correspondiente de la obra “Toda Escritura”, donde se presenta su marco geográfico e histórico, además de un resumen del contenido del libro bíblico en cuestión y su valor para nosotros. Otra ayuda recientemente añadida a las muchas que tenemos en forma impresa es el programa informático Watchtower Library, que ahora puede conseguirse en nueve idiomas.
19. a) ¿Por qué nos ha suministrado Jehová instrumentos prácticos para el estudio de la Biblia? b) ¿Qué se necesita para leer y estudiar bien la Biblia?
19 Jehová ha suministrado todos estos instrumentos por medio del “esclavo fiel y discreto” para que sus siervos terrestres ‘busquen y hallen el mismísimo conocimiento de Dios’ (Proverbios 2:4, 5). Los buenos hábitos de estudio nos permiten conocer mejor a Jehová y disfrutar de una relación más estrecha con él (Salmo 63:1-8). En efecto, el estudio supone trabajo, pero es un trabajo ameno y gratificante. Sin embargo, toma tiempo, y quizá pensemos: “¿De dónde puedo sacar el tiempo para dar a mi lectura de la Biblia y el estudio personal la atención que merecen?”. La pregunta se contestará en el último artículo de esta serie.
[Notas]
a New International Dictionary of Old Testament Theology & Exegesis, vol. 4, págs. 205-207.
b Véase La Atalaya del 1 de agosto de 1998, pág. 13, párr. 7. Como tarea de estudio bíblico pueden repasarse ambos artículos de estudio de ese número, así como los artículos “Justicia” y “Misericordia” de la enciclopedia bíblica Perspicacia para comprender las Escrituras, editada por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.
c Editado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc. Si este manual no existe en su idioma, se puede encontrar consejo práctico sobre métodos de estudio en estos números de La Atalaya: 15 de agosto de 1993, págs. 13-17; 15 de mayo de 1986, págs. 19, 20.
Preguntas de repaso
• ¿Cómo podemos hacer gratificante y ameno nuestro estudio personal?
• ¿Cómo podemos demostrar “cariño” e “interés intenso” por la Palabra de Jehová, al igual que el salmista?
• ¿Cómo muestra Proverbios 2:1-6 que el estudio de la Palabra de Dios requiere esfuerzo?
• ¿Qué prácticos instrumentos para el estudio nos ha suministrado Jehová?
[Ilustración de la página 14]
La reflexión serena y la oración nos ayudan a cultivar amor por la Palabra de Dios
[Ilustraciones de la página 17]
¿Utilizamos a plenitud los instrumentos de estudio de los que disponemos para profundizar más en la Palabra de Dios?