SELLO
Utensilio que servía para realizar una impresión, habitualmente sobre arcilla o cera, con la que se indicaba a quién pertenecía un objeto, se autorizaba un documento o se cerraba un acuerdo. En la antigüedad los sellos consistían en una pieza de material duro (piedra, marfil o madera) con letras o dibujos grabados en negativo. Estaban hechos de diversas formas, como, por ejemplo, conos, cubos, cilindros, escarabajos y cabezas de animales. (Con respecto a los anillos de sellar, véase ANILLO.) Los que tenían forma cilíndrica por lo general medían entre 2 y 4 cm. de longitud. El cilindro tenía grabada la superficie curva, y cuando se pasaba por la arcilla húmeda, producía una impresión continua en relieve. Los sellos en forma de cilindro solían estar agujereados de extremo a extremo, gracias a lo cual se podían suspender de una cuerda.
Entre los temas representados en los sellos egipcios y mesopotámicos se encuentran los símbolos religiosos, plantas, animales y escenas cotidianas. En el sello babilonio “La tentación” (Museo Británico), se observa un árbol y un hombre sentado a un lado, y al otro, una mujer, detrás de la cual está una serpiente erguida. Los sellos por lo general llevaban el nombre y la posición de su propietario. Por ejemplo, un sello encontrado en Palestina dice: “Que pertenece a Shema, el ministro de Jeroboam”. (Diccionario Bíblico Arqueológico, de C. Pfeiffer, 1982, pág. 599.)
Las impresiones de sellos podían indicar propiedad o autenticidad y evitar que se violasen las cosas que estuviesen selladas, como documentos, bolsas, puertas y hasta tumbas. (Job 14:17; Da 6:17; Mt 27:66.) Cuando el profeta Jeremías compró un campo, se selló la copia de la escritura que llevaba las firmas de los testigos, pero la segunda copia se dejó sin sellar. Es posible que para sellarla se doblara, se le atara una cuerda y luego se le pusiera un pedazo de cera u otra sustancia blanda sobre la cuerda, haciendo una impresión sobre este material blando con un sello. Si con el tiempo surgía alguna pregunta en cuanto a la exactitud de la copia abierta, podía presentarse la escritura que se había sellado delante de testigos. (Jer 32:10-14, 44.) La persona a la que se confiaba el sello del rey podía emitir decretos oficiales, marcándolos como auténticos con la impresión del sello. (1Re 21:8; Est 3:10, 12; 8:2, 8, 10.) El que una persona pusiera su sello en un documento significaría que aceptaba los términos contenidos en él. (Ne 9:38; 10:1.) Se han hallado numerosas asas de jarras antiguas con impresiones de sellos sobre ellas. Es posible que estas impresiones de sellos mostraran a quién pertenecían los jarros y su contenido, o quizás indicaran la cantidad o calidad del contenido.
Uso figurado. Los mismos usos de los sellos proveen la base para varias expresiones figurativas que se hallan en la Biblia. Se predijo que el Mesías “[imprimiría] un sello sobre visión y profeta”. Esto es así porque, al cumplir las profecías, el Mesías las marcaría como auténticas e inspiradas por Dios. (Da 9:24; compárese con Jn 3:33.) En el sentido de marca de posesión o propiedad, Abrahán recibió la circuncisión como un “sello” de la justicia que tenía. (Ro 4:11.) Como el apóstol Pablo había ayudado a muchos cristianos corintios a hacerse creyentes, ellos fueron un sello que confirmaba la autenticidad de su apostolado. (1Co 9:1, 2.) Se dice que los cristianos del primer siglo fueron “sellados” por medio de espíritu santo, que es una prenda anticipada de su herencia celestial. (Ef 1:13, 14; 4:30.) El sello significa que son posesión de Dios (2Co 1:21, 22) y muestra que verdaderamente están en vías de recibir la vida celestial. El libro de Revelación indica que la cantidad sellada finalmente es de 144.000. (Rev 7:2-4; 9:4.)
La Biblia habla de algo que está cerrado, escondido o secreto como si estuviera sellado. Los mensajes proféticos estaban ‘sellados’ durante el tiempo que no se entendían. (Da 12:4, 9; Rev 5:1; 22:10; compárense con Isa 8:16; 29:11.) Y se dice que Jehová ‘pone un sello en derredor de las estrellas’, queriendo decir, posiblemente, que las esconde de la vista con nubes. (Job 9:7.)