TUÉTANO, MÉDULA
Tejido vascular esponjoso y graso que ocupa las cavidades interiores de los huesos largos y de ciertos huesos planos. Hay dos clases de médula: la amarilla y la roja. En los adultos, los huesos largos y redondeados están llenos de médula amarilla o inactiva (compuesta principalmente de grasa), mientras que los huesos planos del cráneo, las costillas, el esternón y la pelvis contienen médula roja o activa. La médula roja desempeña un papel importante en la formación de la sangre, pues produce: 1) los glóbulos rojos de la sangre, que transportan oxígeno; 2) los importantes agentes coagulantes llamados plaquetas, y 3) un gran porcentaje de glóbulos blancos, que sirven principalmente para luchar contra las infecciones. Al ser productora de sangre, la médula tiene un efecto directo en la salud y el vigor de la persona. Por lo tanto, Job (21:24) alude apropiadamente a la persona bien nutrida y saludable diciendo en sentido figurado que su tuétano ‘se mantiene húmedo’.
Los israelitas al parecer utilizaban el tuétano como alimento. (Compárese con Miq 3:2, 3.) Tiene un valor nutritivo muy alto, pues es rico en proteínas, grasas y hierro. Por eso, el banquete que Jehová prepara para todos los pueblos incluye, en sentido figurado, “platos con mucho aceite, llenos de médula”. (Isa 25:6.)
En Hebreos 4:12 se compara la “palabra de Dios” a un arma que es más aguda que una espada de dos filos y que puede penetrar incluso en los motivos de una persona, hasta llegar, por decirlo así, hasta el tuétano, la parte más profunda de los huesos.