¿Amamos en sumo grado los recordatorios de Jehová?
“Mi alma ha guardado tus recordatorios, y los amo en sumo grado.” (SALMO 119:167.)
1. ¿Dónde, en especial, encontramos muchas referencias a los recordatorios de Jehová?
JEHOVÁ desea que sus siervos gocemos de verdadera felicidad. Para ello, claro está, debemos andar en la ley de Dios y acatar sus órdenes. Con este fin nos da recordatorios. Este término aparece con cierta frecuencia en las Escrituras, en especial en el Salmo 119, cuya composición tal vez se deba a Ezequías, a la sazón joven príncipe de Judá. El hermoso cántico se abre así: “Felices son los que en su camino están exentos de falta, los que andan en la ley de Jehová. Felices son los que observan sus recordatorios; con todo el corazón siguen buscándolo” (Salmo 119:1, 2).
2. ¿Qué relación tienen los recordatorios divinos con la felicidad?
2 ‘Andar en la ley de Jehová’ consiste en adquirir conocimiento exacto de su Palabra y ponerlo por obra en nuestra vida. Puesto que somos imperfectos, necesitamos recordatorios. Esta palabra traduce un vocablo hebreo con el que se indica que Dios nos trae a la memoria su ley, sus órdenes, sus disposiciones reglamentarias, sus mandatos y sus estatutos (Mateo 10:18-20). Para no perder la felicidad es indispensable seguir observando sus recordatorios, pues nos ayudan a evitar las trampas espirituales que desencadenan calamidades y desdichas.
Seamos fieles a los recordatorios de Jehová
3. Basándonos en el Salmo 119:60, 61, ¿qué confianza tenemos?
3 Los recordatorios divinos eran muy queridos para el salmista que cantó: “Me apresuré, y no me dilaté en guardar tus mandamientos. Las mismas sogas de los inicuos me cercaron. Tu ley no olvidé” (Salmo 119:60, 61). A nosotros nos fortalecen para soportar la persecución, pues la afrontamos sabiendo que nuestro Padre celestial puede cortar las ataduras restrictivas que nos imponen los enemigos. A su tiempo, él nos libera de tales trabas para que prediquemos el Reino (Marcos 13:10).
4. ¿Qué actitud debemos tener hacia los recordatorios divinos?
4 A veces Jehová nos recuerda las cosas para corregirnos. Debemos apreciar esta disciplina tanto como el salmista, que oró a Dios: “Tus recordatorios son aquello con lo que estoy encariñado, [...] he amado tus recordatorios” (Salmo 119:24, 119). Nosotros disponemos de más recordatorios que el escritor de este salmo. Los centenares de citas de las Escrituras Hebreas que aparecen en las Escrituras Griegas no solo repasan las instrucciones que Jehová dio a su pueblo bajo la Ley, sino también Sus propósitos para la congregación cristiana. Agradecemos la instrucción que nos da Dios cuando ve oportuno traer a nuestra memoria diversos aspectos de sus leyes. En efecto, cuando nos ‘apegamos a los recordatorios de Jehová’, evitamos que se nos tiente a cometer pecados que nos granjearían la desaprobación del Creador y la infelicidad (Salmo 119:31).
5. ¿Cómo llegaremos a amar en sumo grado los recordatorios de Jehová?
5 ¿Cuánto afecto debemos tener a lo que Jehová nos trae a la memoria? “Mi alma ha guardado tus recordatorios, y los amo en sumo grado”, cantó el salmista (Salmo 119:167). Les tendremos tal cariño si los aceptamos como consejos de un Padre que nos quiere mucho (1 Pedro 5:6, 7). Para nosotros son indispensables, y los querremos aún más si examinamos cómo nos benefician.
Por qué necesitamos los recordatorios divinos
6. ¿Cuál es una razón por la que necesitamos los recordatorios de Jehová, y qué nos ayudará a traerlos a la memoria?
6 Una razón es que somos olvidadizos. “Por lo general, tendemos a olvidar cada vez más información con el paso del tiempo —dice The World Book Encyclopedia—. [...] Es probable que alguna vez no hayamos logrado recordar nombres u otros datos pese a tenerlos ‘en la punta de la lengua’. [...] Esta pérdida temporal de la memoria es frecuente y se denomina fallo en la recuperación de datos. Los científicos la comparan a la búsqueda de un objeto fuera de su sitio en una habitación abarrotada de cosas. [...] Un buen método para recordar algo es estudiarlo mucho después de que creamos saberlo a la perfección.” Así pues, el estudio diligente y la repetición nos ayudarán a traer a la memoria los recordatorios de Dios y a obedecerlos por nuestro propio bien.
7. ¿Por qué necesitamos más que nunca los recordatorios divinos?
7 Hoy los necesitamos más que nunca, pues la maldad alcanza máximos históricos. Si les prestamos atención, nos haremos perspicaces y no dejaremos que nos entrampen los malos caminos del mundo. “He llegado a tener más perspicacia que todos mis maestros —señaló el salmista—, porque tus recordatorios me son de interés intenso. Me porto con más entendimiento que hombres de más edad, porque he observado tus propias órdenes. De toda senda mala he restringido mis pies, con el propósito de guardar tu palabra.” (Salmo 119:99-101.) Al obedecer los recordatorios divinos nos apartaremos de “toda senda mala” y evitaremos ser como las masas, que “mentalmente se hallan en oscuridad, y alejadas de la vida que pertenece a Dios” (Efesios 4:17-19).
8. ¿Qué nos permitirá estar mejor preparados para superar las pruebas de la fe?
8 También los necesitamos porque nos fortalecen para aguantar el sinnúmero de pruebas que afrontamos en este “tiempo del fin” (Daniel 12:4). Sin ellos nos haríamos ‘oidores olvidadizos’ (Santiago 1:25). Así pues, valiéndonos de las publicaciones del “esclavo fiel y discreto” debemos aplicarnos al estudio de la Biblia, tanto a nivel individual como en la congregación, pues contribuirá a que nuestra fe supere las pruebas (Mateo 24:45-47). Tales disposiciones espirituales nos permitirán ver qué debemos hacer para agradar a Jehová cuando nos hallemos en situaciones críticas.
Las reuniones son fundamentales
9. ¿Quiénes son las “dádivas en hombres”, y cómo ayudan a sus hermanos en la fe?
9 Nuestra necesidad de recordatorios divinos se satisface en parte en las reuniones cristianas, donde nos instruyen los hermanos nombrados. El apóstol Pablo escribió que cuando Jesús “ascendió a lo alto se llevó cautivos; dio dádivas en hombres”. Luego agregó que Cristo “dio algunos como apóstoles, algunos como profetas, algunos como evangelizadores, algunos como pastores y maestros, con miras al reajuste de los santos, para obra ministerial, para la edificación del cuerpo del Cristo” (Efesios 4:8, 11, 12). Estamos muy agradecidos de que tales “dádivas en hombres” —los ancianos nombrados— traigan a nuestra atención los recordatorios de Jehová cuando nos reunimos para adorarle.
10. ¿Cuál es el punto principal de Hebreos 10:24, 25?
10 La gratitud por las disposiciones divinas nos impulsará a asistir todas las semanas a nuestras cinco reuniones de congregación. Pablo subrayó esta necesidad cuando escribió: “Considerémonos unos a otros para incitarnos al amor y a las obras excelentes, sin abandonar el reunirnos, como algunos tienen por costumbre, sino animándonos unos a otros, y tanto más al contemplar ustedes que el día se acerca” (Hebreos 10:24, 25).
11. ¿Qué beneficios aporta cada una de las reuniones semanales?
11 ¿Valoramos los beneficios de las reuniones? El estudio semanal de La Atalaya nos fortalece la fe, nos ayuda a obedecer los recordatorios de Jehová y nos vigoriza para resistir “el espíritu del mundo” (1 Corintios 2:12; Hechos 15:31). En la Reunión Pública, los conferenciantes nos instruyen con información tomada de la Palabra de Dios, lo que incluye recordatorios de Jehová y maravillosos “dichos de vida eterna” de Jesús (Juan 6:68; 7:46; Mateo 5:1–7:29). Nuestras técnicas docentes se pulen en la Escuela del Ministerio Teocrático. La Reunión de Servicio cumple el inestimable cometido de ayudarnos a mejorar la presentación de las buenas nuevas de casa en casa, en las revisitas, en los estudios bíblicos y en otras facetas del ministerio. Por su parte, el Estudio de Libro de Congregación, al realizarse en grupos pequeños, nos brinda más oportunidades de ofrecer comentarios, que en muchos casos aluden a los recordatorios divinos.
12, 13. ¿Cómo han demostrado aprecio por las reuniones cristianas los siervos de Dios de cierta nación asiática?
12 Al asistir con constancia a las reuniones de congregación, repasamos los mandatos de Dios y recibimos ayuda para mantener la fortaleza espiritual a pesar de los conflictos bélicos, los apuros económicos y otras situaciones que someten a prueba nuestra fe. La importancia de las reuniones era patente para unos setenta cristianos de cierta nación asiática, a quienes desplazaron de sus hogares y obligaron a vivir en plena selva. Decididos a seguir congregándose con asiduidad, regresaron a su ciudad, desolada por la guerra, desmontaron los restos del Salón del Reino y lo reconstruyeron en la jungla.
13 Tampoco han perdido el celo los siervos de Jehová que llevan años soportando la contienda en otra región del mismo país. Al preguntársele a un anciano de la zona cuál había sido el factor que más había contribuido a mantener unidos a los hermanos, respondió: “En diecinueve años no hemos suspendido nunca las reuniones. A veces los bombardeos y otras dificultades impidieron que llegaran algunos, pero nunca las cancelamos”. Estos amados hermanos aprecian sin duda la importancia de no “abandonar el reunirnos”.
14. ¿Qué aprendemos de la costumbre que Ana mantuvo hasta la vejez?
14 Ana, viuda de 84 años, “nunca faltaba del templo”, razón por la que estuvo presente cuando llevaron allí a Jesús poco después de nacer (Lucas 2:36-38). ¿Hemos tomado la firme resolución de no perdernos las reuniones? ¿Hacemos todo lo posible por asistir a todas las sesiones de las asambleas? La útil información espiritual que nos brindan es una muestra palpable del cuidado que dispensa nuestro Padre celestial a su pueblo (Isaías 40:11). Tales ocasiones fomentan el gozo y nos permiten demostrar con nuestra presencia que apreciamos sus recordatorios (Nehemías 8:5-8, 12).
Los recordatorios de Jehová nos diferencian
15, 16. ¿De qué manera influye en nuestra conducta la observancia de los recordatorios de Jehová?
15 La observancia de los recordatorios divinos nos distingue de este mundo perverso. Por ejemplo, nos libra de la inmoralidad sexual (Deuteronomio 5:18; Proverbios 6:29-35; Hebreos 13:4). Nos ayuda a vencer la tentación de recurrir a mentiras, prácticas deshonestas o incluso robos (Éxodo 20:15, 16; Levítico 19:11; Proverbios 30:7-9; Efesios 4:25, 28; Hebreos 13:18). También nos impide tomar venganza, abrigar rencor o calumniar al prójimo (Levítico 19:16, 18; Salmo 15:1, 3).
16 Cuando hacemos caso a los recordatorios de Dios, nos mantenemos santos, es decir, apartados para el servicio divino. Ciertamente, es vital permanecer separados de este mundo. Al orar a Jehová durante la última noche de su vida terrestre, Jesús hizo esta súplica a favor de sus discípulos: “Yo les he dado tu palabra, pero el mundo los ha odiado, porque ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo. Te solicito, no que los saques del mundo, sino que los vigiles a causa del inicuo. Ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo. Santifícalos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad” (Juan 17:14-17). Tengamos siempre en alta estima la Palabra de Dios, la cual nos aparta para darle a él servicio sagrado.
17. ¿Qué pudiera sucedernos si pasamos por alto los recordatorios de Jehová, y qué debemos hacer para que esto no ocurra?
17 Los siervos de Jehová deseamos seguir siendo aptos para su servicio. Si pasáramos por alto sus recordatorios, podría dominarnos el espíritu de este mundo, que se difunde en buena parte de sus conversaciones, publicaciones, actividades recreativas y conductas. Además, no queremos volvernos amadores del dinero, presumidos, altivos, desagradecidos, desleales, feroces, testarudos, hinchados de orgullo ni amadores de placeres más bien que amadores de Dios, por citar solo algunos vicios de quienes viven alejados de Dios (2 Timoteo 3:1-5). Dado que estamos muy adentrados en los últimos días de este sistema malvado, supliquemos con constancia la ayuda de Jehová para seguir observando sus recordatorios y así ‘mantenernos alerta conforme a su palabra’ (Salmo 119:9).
18. ¿Qué acciones tomaremos si observamos los recordatorios divinos?
18 Pero los recordatorios de Jehová no se limitan a advertirnos de lo que debemos evitar. Si los observamos, nos harán pasar a la acción, nos impulsarán a tener confianza absoluta en Jehová y a amarle con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas (Deuteronomio 6:5; Salmo 4:5; Proverbios 3:5, 6; Mateo 22:37; Marcos 12:30). También nos moverán a amar al semejante (Levítico 19:18; Mateo 22:39). Manifestaremos de forma especial el amor a Dios y al prójimo al hacer la voluntad divina y enseñar el vivificante “conocimiento de Dios” (Proverbios 2:1-5).
La obediencia a los recordatorios de Jehová significa vida
19. ¿Cómo demostramos que es práctico y provechoso observar los recordatorios de Jehová?
19 Si hacemos caso de los recordatorios de Jehová y ayudamos a otras personas a obedecerlos, nos salvaremos nosotros y quienes nos escuchen (1 Timoteo 4:16). ¿Cómo demostramos que es práctico y provechoso observarlos? Conduciéndonos según los principios bíblicos. De este modo, quienes estén “correctamente dispuestos para vida eterna” dispondrán de pruebas de que el proceder que indica la Palabra de Dios es, sin duda, el mejor (Hechos 13:48). También verán que “Dios verdaderamente está entre [nosotros]” y se sentirán motivados a unírsenos en la adoración al Señor Soberano Jehová (1 Corintios 14:24, 25).
20, 21. ¿Qué podremos hacer gracias a los recordatorios y al espíritu de Dios?
20 Si continuamos estudiando las Escrituras, aplicando lo que aprendemos y aprovechando a plenitud los medios espirituales que nos brinda Jehová, llegaremos a amar en sumo grado sus recordatorios. Si los obedecemos, nos ayudarán a vestirnos de “la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad” (Efesios 4:20-24). Gracias a ellos y a Su santo espíritu demostraremos amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad y autodominio, cualidades muy diferentes de las del mundo que domina Satanás (Gálatas 5:22, 23; 1 Juan 5:19). Por consiguiente, agradezcamos que Jehová nos traiga a la memoria sus requisitos, sea mediante el estudio individual de la Biblia, los ancianos nombrados o las reuniones y asambleas.
21 La observancia de los recordatorios de Jehová nos permite regocijarnos aunque suframos por causa de la justicia (Lucas 6:22, 23). Acudimos a Dios para que nos salve de las situaciones más amenazadoras, algo de suma importancia en este momento en que se va reuniendo a las naciones para “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har–Magedón (Revelación 16:14-16).
22. ¿Qué resolución debemos adoptar tocante a los recordatorios de Jehová?
22 Para recibir el don inmerecido de la vida eterna, debemos amar en sumo grado los recordatorios de Jehová y obedecerlos de todo corazón. Así pues, adoptemos la actitud del salmista que cantó: “La justicia de tus recordatorios es hasta tiempo indefinido. Hazme entender, para que siga viviendo” (Salmo 119:144). Demostremos la misma resolución que reflejan sus palabras: “Te he invocado. ¡Oh [Jehová,] sálvame! Y ciertamente guardaré tus recordatorios” (Salmo 119:146). Sí, demostremos de palabra y obra que amamos en sumo grado los recordatorios de Jehová.
¿Qué respuesta daríamos?
• ¿Cómo veía el salmista los recordatorios de Jehová?
• ¿Por qué necesitamos los recordatorios divinos?
• En lo que respecta a los recordatorios divinos, ¿qué función desempeñan nuestras reuniones?
• ¿Cómo nos diferencian del mundo los recordatorios de Jehová?
[Ilustración de la página 15]
El salmista amaba en sumo grado los recordatorios de Jehová
[Ilustraciones de las páginas 16 y 17]
Como Ana, ¿tenemos la firme resolución de no faltar a las reuniones?
[Ilustración de la página 18]
La obediencia a los recordatorios de Jehová nos distingue como personas limpias y aptas para servirle