El alcohol y la carretera... ¿qué se puede hacer?
EL PUEBLO de Southampton, estación balnearia turística del estado de Nueva York, le ha declarado la guerra al hábito de conducir en estado de embriaguez. ¿En qué consiste el plan de acción? En un programa para ‘designar conductores’. ¿Cómo funciona este programa? Su objetivo es que, cuando un grupo de personas participe en una actividad social, los que viajan en un mismo automóvil designen quién será el conductor esa noche. En muchos bares y restaurantes de la ciudad se distribuye un distintivo que ha de llevar el conductor escogido, en el que figura la inscripción “Conductor Designado”.
¿Qué se hace luego? Según explicó Patricia Neumann —concejal de Southampton y una promotora de la campaña— a un corresponsal de ¡Despertad!: “La persona que lleva el distintivo tiene derecho a que se le sirvan gratuitamente bebidas sin alcohol durante toda esa noche, con la condición de que sea quien conduzca y lleve a los demás a casa al terminar la jornada”.
Pero eso no es todo cuanto el pueblo hace. La concejal Neumann añadió: “Cada semana, el periódico local publica en un lugar destacado el nombre, edad y dirección de cualquier persona que haya sido arrestada por conducir en estado de embriaguez”. ¿Cuáles han sido los resultados? Ella dijo: “Como hemos colocado barricadas para interceptar el paso de conductores en estado de embriaguez, cada vez hemos ido deteniendo a menos y menos conductores. Creo que estas tres medidas —las barricadas, la publicación del nombre del infractor en el periódico y la campaña para designar un conductor— han sido de gran ayuda”.
Eso es lo que un pueblo ha hecho. Naturalmente, con esfuerzo como este se puede lograr reducir la cantidad de víctimas, pero no elimina totalmente el problema. Entre tanto, ¿qué puede hacer usted para protegerse a sí mismo y a su familia? Varias cosas.
Tenga un punto de vista responsable respecto a beber y conducir
Un proverbio bíblico dice: “El vino es burlador, el licor embriagante es alborotador, y todo el que se descarría por él no es sabio”. (Proverbios 20:1.) De esas palabras se deduce que uno ha de tener una actitud responsable respecto al empleo de bebidas alcohólicas, de tal modo que uno jamás tenga que sentirse arrepentido por lo que hizo bajo el efecto del alcohol.
Esto no sugiere que la Biblia está a favor de la prohibición del alcohol. En ningún momento se condena en ella el uso moderado del mismo. (Salmo 104:15; 1 Timoteo 3:2, 3, 8.) Pero, como se mostró en el artículo anterior, uno no tiene que estar completamente borracho para que sus aptitudes como conductor se vean perjudicadas. Por lo tanto, un cristiano debe ser cauteloso respecto a la bebida antes de sentarse al volante. En definitiva, ¿por qué ha de asumir uno el riesgo de mezclar la bebida y la conducción?
Tal vez se pueda aprender una lección del consejo que se les daba a los reyes en tiempos bíblicos. Proverbios 31:4 dice: “No es para los reyes [cuando estaban en el ejercicio de sus deberes] beber vino, ni para los altos funcionarios decir: ‘¿Dónde hay licor embriagante?’”. ¿Por qué esta abstinencia? El siguiente versículo Pr 31:5 explica: “Para que uno no beba y se olvide de lo que está decretado y pervierta la causa de cualquiera de los hijos de la aflicción”. ¿Qué se infiere de este consejo? Que bien puede haber ocasiones en las que abstenerse del alcohol sea preceptivo, sobre todo si uno tiene que ejercer actividades que influyen directamente en la vida de otras personas. (Véase también Levítico 10:8, 9.)
Considere además las palabras de la Biblia que se hallan en Romanos 14:21: “Es bueno no comer carne, ni beber vino, ni hacer cosa alguna por la cual tu hermano tropiece”. Puede haber ocasiones en las que un cristiano tendrá que restringirse del alcohol por consideración al punto de vista particularmente sensitivo de otras personas. Por lo tanto, ¿no indicaría esto fuertemente que el cristiano debe evitar mezclar la bebida y la conducción, demostrando así consideración, no solo por el punto de vista de otros, sino por sus propias vidas?
Otro aspecto de la cuestión radica en el ejemplo que damos, particularmente a los jóvenes. Si usted es padre, tiene razón de más para ser precavido. Antes de aconsejar a sus hijos adolescentes sobre el riesgo de beber y conducir, asegúrese de que su ejemplo respalde su consejo. La filosofía de ‘haz lo que yo digo, no lo que yo hago’, por lo general, no da resultado con los hijos. A menudo, ellos se fijan más en lo que usted hace que en lo que dice. (Compárese con Proverbios 20:7.)
Cuando usted es el anfitrión
La hospitalidad verdadera implica mucho más que servir a sus invitados comida y bebida. Cuando usted invita a alguien a su casa, asume la responsabilidad de crear el ambiente apropiado para la ocasión. También tiene la responsabilidad moral de velar por la seguridad de ellos.
En algunos lugares hasta existen leyes por las que se podría culpar a quienes sirven bebidas alcohólicas a personas que están visiblemente borrachas, si estas tuvieran algún accidente. Al recomendar la promulgación de tales leyes, la Comisión Presidencial del Gobierno de los Estados Unidos sobre la Conducción en Estado de Embriaguez indicó: “Estas leyes dan cuerpo, implícitamente, a la necesidad de responsabilizar al que vende o al que sirve la bebida, sea este una entidad comercial o un particular. [Tales] leyes también refuerzan el principio por el que se reconoce que la responsabilidad de evitar que personas en estado de embriaguez conduzcan puede recaer en otros”.
Es evidente que, haya o no una ley que lo prohíba, cuando usted sirve bebidas alcohólicas a sus invitados, asume la responsabilidad de mantener su uso bajo control. (Repase, por favor, el cuadro de la página 10 “Sea un anfitrión responsable”.)
Lo que los gobiernos hacen
A medida que aumenta la concienciación pública respecto a los riesgos que existen en beber y conducir, los gobiernos han incrementado sus esfuerzos por controlar el problema. He aquí lo que algunos han hecho:
Elevar la edad mínima para beber alcohol: ¿Contribuye esto en algo? Considere lo que ocurrió en los Estados Unidos y en Canadá hace algunos años, cuando se rebajó la edad mínima autorizada para beber. El Instituto Asegurador para la Seguridad en Carreteraa explicó en un informe: “Un estudio realizado en varios estados de la unión y provincias canadienses, en los que la edad mínima para beber se redujo de 21 años de edad a 18, mostró que se habían experimentado aumentos en el número de accidentes mortales”. Pero a partir de 1976, algunos lugares donde la edad mínima había sido rebajada, volvieron a elevarla. ¿El resultado? El mismo informe explica: “Cuando la edad mínima se elevó hubo una correspondiente disminución en el número de accidentes mortales entre conductores punibles”.
Se aprueban leyes más severas: En algunos lugares, las personas que conducen en estado de embriaguez se enfrentan a multas muy elevadas, a suspensiones del permiso de conducir por períodos extensos y a encarcelamiento cuando son reincidentes. ¿Son estas leyes severas la respuesta? En Alcohol Health and Research World (El mundo de la investigación sobre la cura del alcohol) se dijo: “Las muertes por accidentes de tráfico en Gran Bretaña disminuyeron en un 23% como resultado de la Ley de 1967, tan extensamente anunciada, sobre la Seguridad en Carretera, que permitía a la policía requerir del conductor una prueba de alcoholemia. La aprobación de una ley similar a esta en el Canadá resultó en una disminución del 8%”.
No transcurrió mucho tiempo, cuando en ambos países estos resultados se habían casi disipado. ¿Por qué? El informe añadió: “Porque los conductores, a quienes la publicidad les había convencido de que estaban ante un nuevo y mayor riesgo de ser detenidos, se dieron cuenta por experiencias posteriores de que el riesgo no era en realidad tan amenazante”. En otras palabras, las leyes severas dan resultado solo si se aplican con la misma severidad. Como se dijo en la Biblia hace mucho tiempo: “Porque al no ejecutarse en seguida la sentencia para castigar la maldad, se provoca que el hombre solo piense en hacer lo malo”. (Eclesiastés 8:11, Versión Popular.)
Es evidente que no existen soluciones fáciles al mortífero problema de beber y conducir. Los gobiernos se esfuerzan por atajarlo, pero cada persona tiene que poner de su parte. Antes de beber para luego conducir, deténgase y piense. Piense en su propia vida. Piense en las vidas de quienes van con usted. Y piense en el dolor que experimentan quienes ven truncada la vida de sus seres queridos por un conductor que iba bebido. Como dijo Shirley Ferrara respecto a su hijo Jeff: “Es horrible morir a los veintinueve años de edad, cuando se está en la plenitud de la vida. Sí, realmente es horrible”.
[Nota a pie de página]
a El informe “Efecto del aumento de la edad mínima autorizada para beber en los accidentes mortales en carretera” fue publicado en el Journal of Legal Studies, volumen XII (enero, 1983).
[Ilustración en la página 9]
En muchos lugares, los conductores que van bebidos se encaran a multas elevadas, suspensión del permiso de conducir y encarcelamiento
[Ilustración en la página 11]
¿Por qué asumir el riesgo de mezclar la bebida y la conducción?
[Recuadro en la página 10]
Sea un anfitrión responsable
Si usted sirve bebidas alcohólicas a sus invitados, ¿qué puede hacer para mantener la situación controlada? He aquí algunas recomendaciones:
● Si su invitado ha de regresar a casa conduciendo, no se retenga de recomendarle que se cuide contra toda bebida alcohólica
● Limite la cantidad de alcohol que sirva
● Ofrezca también bebidas sin alcohol
● Si es posible, sirva algo de comer para acompañar la bebida. Recuerde que la comida disminuye la absorción de alcohol
● No insista en que otros beban
● Si alguien ha bebido demasiado, entonces no le permita bajo ningún concepto conducir. Busque un medio seguro de llevarle a casa
[Recuadro en la página 12]
Cómo protegerse de un conductor bebido
¿Cómo puede protegerse usted y proteger a su familia del conductor que ha bebido demasiado? Le ayudará llevar atado el cinturón de seguridad y mantener una distancia prudencial entre su automóvil y otros vehículos. Además, esté pendiente del conductor que va bebido. Distánciese del conductor que:
● Hace giros muy abiertos
● Invade el centro de la calzada o la línea continua que separa los carriles
● Casi choca contra otro objeto o vehículo
● Va abriéndose paso entre otros vehículos o regateando
● Se sale de la carretera
● Va muy despacio
● Detiene la marcha en el carril mismo sin causa aparente
● Se pega demasiado a otros vehículos
● Va frenando de modo errático
● Invade el carril contrario
● Hace señales incoherentes
● Reacciona tarde a las señales del tráfico
● Gira abruptamente o en dirección prohibida
● Acelera y desacelera repentinamente
● Lleva las luces apagadas de noche
Basado en la publicación The Visual Detection of Driving While Intoxicated (Cómo detectar a simple vista al conductor que va embriagado), por Anacapa Sciences, Inc. Preparado para la Administración Nacional para la Seguridad del Tráfico en Carretera (E.U.A.), Washington, D.C.