Los jóvenes preguntan...
¿No son las bromas pesadas diversión inofensiva?
FUE solo una broma. Los muchachos que la hicieron se morían de la risa. Habían unido varios bidones vacíos, habían puesto aletas en uno de los extremos y lo habían pintado de blanco. En su costado habían escrito las letras “C.C.C.P.” (iniciales del alfabeto cirílico que significa Unión Soviética). Entonces colocaron esto cerca de la casa de un señor llamado Ted. La mañana siguiente este hombre llamó alarmado a la policía para informarle que al lado de su casa había caído un mísil soviético. Pero mientras él hablaba excitado con uno de los oficiales que había venido a investigar el caso, la broma se convirtió en una tragedia. Ted se desmayó y fue hospitalizado en condición crítica.
Es cierto que no todas las bromas pesadas terminan en que una persona tenga que ser hospitalizada, pero imagínate cómo te sentirías si tú fueras el responsable por tal desgracia... solo porque querías un poco de diversión. Las bromas pesadas son muy comunes entre los jóvenes, quienes, en su mayoría, no ven nada malo en ellas y las consideran muy divertidas. Pero ¿es esto realmente cierto?
“Como un loco”
El libro bíblico de Proverbios fue escrito “para dar sagacidad a los inexpertos, conocimiento y capacidad de pensar al joven”. (Proverbios 1:1-4.) Uno de sus dichos sabios tocante a las bromas pesadas, dice: “Tal como alguien demente que anda disparando proyectiles ardientes, flechas y muerte, así es el hombre que ha embaucado a su semejante y ha dicho: ‘¿No lo hice por broma?’”. (Proverbios 26:18, 19.) La palabra “demente” se refiere a alguien loco. La Versión Popular dice que es “como un loco”.
¡Imagínate el daño que una persona trastornada mentalmente podría causar a la vida y a la propiedad al disparar flechas, algunas hasta con puntas ardientes! “Un loco” tal vez no comprenda a cabalidad la seriedad de sus acciones. Ha perdido su juicio. De manera similar, los que ‘embaucan’ a otras personas quizás no tengan realmente la intención de causar daño. Sin embargo, esto no sirve de consuelo a la persona que sufre una herida física o emocional debido a tales bromas. Entonces, ¿por qué hay quienes gastan tales bromas a otras personas?
El proverbio dice que la excusa de algunos es: “¿No lo hice por broma?”. De modo que, comúnmente se hace por diversión, para disipar el aburrimiento o para captar la atención de otras personas. También, según el libro Childstress! (¡Tensión infantil!), por Mary Susan Miller, las bromas pesadas se alistan como una de las “defensas neuróticas” que emplean algunos niños y adultos como reacción a la tensión nerviosa. Y otras personas gastan bromas para desquitarse, pues ellas mismas han sido víctimas de otras bromas. Claro, al continuar el ciclo de la tontedad, el joven simplemente se rebaja al nivel del instigador. La acción sabia sería la de no gastar bromas pesadas.
Cómo dejar de hacerlas
Pregúntate: “¿Me gustaría que alguien me hiciera algo semejante?”. Jesús dijo: “Por lo tanto, todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual manera tienen que hacérselas a ellos”. (Mateo 7:12.) La Biblia nos anima a tener sentimientos de compañeros y a ser tiernamente compasivos, y nos insta a no pagar daño por daño. (1 Pedro 3:8, 9.) El desarrollar estas cualidades bondadosas no solo hará que te abstengas de gastar bromas pesadas a otros, sino que también hará que otras personas te aprecien o te estimen. El bromista tal vez consiga divertirse, pero tú conseguirás amistades.
Además, tienes que tener cuidado en cuanto a la clase de personas con quienes te asocias. “No me he sentado en el grupo íntimo de los que gastan bromas”, dijo el profeta Jeremías. (Jeremías 15:17.) Es muy fácil dejar que nuestros compañeros influyan en nosotros. Evita a los que tienen la reputación de bromistas.
“Yo anhelaba que los jóvenes con quienes me asociaba en la escuela me aceptaran, pues así tendría con quién divertirme”, confesó Debbie, al reflexionar sobre los años difíciles de su adolescencia. Al explicar por qué hizo algunas cosas necias o tontas, dijo: “Porque era divertido, todo tenía que ser divertido. No pensaba en cómo esto afectaría mi futuro ni en que algún día evocaría el pasado y pensaría en el daño causado”. Aquellas payasadas no contribuyeron a que ella fuera feliz. Sucedió tal como dice Proverbios 14:13: “Aun en la risa el corazón puede estar con dolor”. Finalmente ella vio la tontedad de su derrotero en la vida y tomó la decisión de vivir en armonía con los principios bíblicos. La felicidad verdadera de la cual ella disfruta ahora es muy superior a la diversión pasajera de las bromas pesadas.
De modo que, ¿son las bromas pesadas una forma de diversión inofensiva? La Biblia y un sinnúmero de tristes experiencias dicen: “No”. No permitas que la “diversión” estorbe tu esfuerzo por alcanzar metas excelentes en la vida. “El imprudente goza con su necedad; el inteligente corrige sus propios pasos.” (Proverbios 15:21, Versión Popular.)
[Fotografía en la página 13]
El bromista tal vez consiga divertirse, pero ¿quién conseguirá amistades?