Capítulo 14
Jehová humilla a una ciudad arrogante
1. ¿A qué momento futuro apunta el libro de Isaías?
EL LIBRO profético de Isaías se escribió en el siglo VIII a.E.C. y tiene como telón de fondo la invasión asiria de la Tierra Prometida. Como ya hemos visto en sus capítulos anteriores, el profeta predice con notable exactitud el curso de los acontecimientos. Sin embargo, el libro apunta a más allá del período de la supremacía asiria. Profetiza que el pueblo del pacto divino regresará de su exilio en muchas tierras, entre ellas Sinar, donde se encuentra Babilonia (Isaías 11:11). El capítulo 13 de Isaías recoge una extraordinaria profecía cuyo cumplimiento posibilitará el retorno. Estas son sus palabras de introducción: “La declaración formal contra Babilonia que Isaías el hijo de Amoz vio en visión” (Isaías 13:1).
‘La altivez abatiré’
2. a) ¿Qué relación entabla Ezequías con Babilonia? b) ¿Qué es la “señal” que será levantada?
2 En vida de Isaías, Judá entabla relaciones con Babilonia. Tras recuperarse de una grave enfermedad, el rey Ezequías recibe la visita de unos embajadores de Babilonia que han ido a felicitarle por su restablecimiento y que, probablemente, abrigan la secreta pretensión de obtener su apoyo en la guerra que libran contra Asiria. Ezequías comete la imprudencia de enseñarles todos sus tesoros, motivo por el que Isaías le dice al rey que después de la muerte de este todas aquellas riquezas irán a parar a Babilonia (Isaías 39:1-7). Sus palabras se cumplen en el año 607 a.E.C., con la destrucción de Jerusalén y el exilio de la nación. No obstante, el pueblo que Dios ha escogido no se quedará para siempre en Babilonia. Jehová revela cómo les preparará el terreno para que regresen. Su predicción comienza así: “Sobre una montaña de rocas peladas levanten una señal enhiesta. Alcen la voz a ellos, agiten la mano, para que ellos entren en las entradas de los nobles” (Isaías 13:2). La “señal” es una pujante potencia mundial que derrocará a Babilonia de su posición de privilegio. Puesto que será alzada “sobre una montaña de rocas peladas”, podrá verse fácilmente desde lejos. Ante la orden de atacar Babilonia, la nueva potencia mundial se abrirá paso a través de “las entradas de los nobles”, las puertas de la gran ciudad, y la conquistará.
3. a) ¿Quiénes son los “santificados” que Jehová utilizará? b) ¿En qué sentido se ‘santifica’ a ejércitos paganos?
3 Jehová pasa a decir: “Yo mismo he dado la orden a mis santificados. También he llamado a mis poderosos para expresar mi cólera, a mis eminentemente alborozados. ¡Escuchen! ¡Una muchedumbre en las montañas, algo semejante a un pueblo numeroso! ¡Escuchen! ¡El alboroto de reinos, de naciones reunidas! Jehová de los ejércitos está reuniendo en formación militar al ejército de guerra” (Isaías 13:3, 4). ¿Quiénes son los “santificados” que reciben la encomienda de derribar a la altiva Babilonia? Son ejércitos de naciones aliadas, “naciones reunidas”, las cuales descienden contra Babilonia desde una lejana región montañosa. “Vienen desde la tierra lejana, desde la extremidad de los cielos.” (Isaías 13:5.) ¿En qué sentido se les ha santificado? Obviamente, no se les ha hecho santos. Son ejércitos paganos que no tienen ningún interés en servir a Jehová. Ahora bien, en las Escrituras Hebreas, el término santificado significa “apartado para el uso divino”. Jehová puede santificar a los ejércitos de las naciones y valerse de su ambición para expresar Su ira. Ya utilizó a Asiria de ese modo, y lo mismo hará con Babilonia (Isaías 10:5; Jeremías 25:9). Cuando a esta le llegue el turno, también se servirá de otras naciones para castigarla.
4, 5. a) ¿Qué predice Jehová respecto a Babilonia? b) ¿A qué tendrán que enfrentarse los que ataquen Babilonia?
4 Aunque Babilonia todavía no es la potencia mundial dominante, Jehová mira hacia el futuro, hacia el tiempo en que lo será, y hace una proclamación; mediante Isaías predice su caída: “¡Aúllen, porque el día de Jehová está cercano! Como despojo violento de parte del Todopoderoso vendrá” (Isaías 13:6). En efecto, la jactancia de Babilonia se tornará en un aullido lastimero. ¿Por qué? A causa del “día de Jehová”, el día en que Jehová ejecute su sentencia contra ella.
5 Pero ¿cómo es posible que Babilonia termine despojada? Cuando llegue el momento que Jehová ha fijado para ello, dará la impresión de que la ciudad está a salvo. Los ejércitos invasores tendrán que enfrentarse primero con la barrera natural que presenta el río Éufrates, que discurre por el centro de la ciudad, constituye su fuente de agua potable y alimenta un foso protector. Después se encontrarán con las recias murallas dobles, en apariencia inexpugnables. Además, Babilonia estará bien abastecida de alimento. El libro Daily Bible Illustrations (Ilustraciones bíblicas para cada día) dice que Nabonido, el último rey de Babilonia, “había hecho supremos esfuerzos por abastecer de provisiones la ciudad, y se calculaba que había suficiente [comida] almacenada como para sustentar a sus habitantes durante veinte años”.
6. ¿Qué reacción inesperada se producirá durante el predicho asalto a Babilonia?
6 Sin embargo, las apariencias engañan. Dice Isaías: “Por eso todas las manos mismas caerán, y el entero corazón mismo del hombre mortal se derretirá. Y la gente se ha perturbado. Convulsiones y dolores de parto mismos se apoderan; están con dolores como una mujer que está dando a luz. Se miran unos a otros con asombro. Sus rostros son rostros inflamados” (Isaías 13:7, 8). Cuando los ejércitos conquistadores invadan la ciudad, la tranquilidad de sus habitantes se convertirá en un dolor tan repentino e intenso como el de una mujer que da a luz. Su corazón se derretirá de miedo. Quedarán paralizados, con las manos caídas, incapaces de defenderse. Con sus rostros “inflamados” por el temor y la angustia, se mirarán con asombro, preguntándose cómo ha podido caer su gran ciudad.
7. ¿Qué “día de Jehová” se acerca, y con qué consecuencias para Babilonia?
7 Y sin embargo, caerá. Babilonia tiene que enfrentarse a un día de ajuste de cuentas, un “día de Jehová” verdaderamente doloroso. El Juez Supremo expresará su cólera y dará su merecido a los pecadores babilonios. La profecía añade: “¡Miren! Viene el mismísimo día de Jehová, cruel tanto con furor como con cólera ardiente, a fin de hacer de la tierra un objeto de pasmo, y para aniquilar a los pecadores de la tierra de en medio de ella” (Isaías 13:9). El porvenir de Babilonia es muy sombrío. Es como si el Sol, la Luna y las estrellas se oscurecieran. “Porque las mismísimas estrellas de los cielos y sus constelaciones de Kesil no despedirán su luz; el sol realmente se oscurecerá al salir, y la luna misma no hará brillar su luz.” (Isaías 13:10.)
8. ¿Por qué decreta Jehová la caída de Babilonia?
8 ¿Por qué le espera semejante destino a esta ciudad altiva? Jehová dice: “Ciertamente demostraré indisputablemente sobre la tierra productiva su propia maldad, y sobre los inicuos mismos el propio error de ellos. Y realmente haré cesar el orgullo de los presuntuosos, y la altivez de los tiranos abatiré” (Isaías 13:11). Por la crueldad con que Babilonia ha tratado al pueblo de Dios, Jehová derramará su cólera sobre ella. Todo el territorio sufrirá debido a la maldad de los babilonios. Estos tiranos orgullosos ya no desafiarán a Jehová.
9. ¿Qué le espera a Babilonia en el día de juicio de Jehová?
9 Añade Jehová: “Haré al hombre mortal más raro que el oro refinado, y al hombre terrestre más raro que el oro de Ofir” (Isaías 13:12). Sí, la ciudad quedará despoblada, desierta. Él prosigue diciendo: “Por eso haré que el cielo mismo se agite, y la tierra se mecerá y moverá de su lugar ante el furor de Jehová de los ejércitos y ante el día de su cólera ardiente” (Isaías 13:13). “El cielo” de Babilonia, su multitud de dioses y diosas, estará agitado; no podrá ayudar a la ciudad en ese momento crucial. “La tierra”, el Imperio babilónico, caerá derribada, pasará a la historia como una potencia extinta más. “Tiene que suceder que, como una gacela ahuyentada y como un rebaño sin nadie que lo junte, se dirigirán, cada cual a su propio pueblo; y huirán, cada cual a su propia tierra.” (Isaías 13:14.) Todos los extranjeros que apoyaban a Babilonia la abandonarán y huirán, esperando establecer nuevas relaciones con la potencia mundial vencedora. Por último, Babilonia sufrirá los padecimientos de una ciudad conquistada, los mismos que ella, en sus días de gloria, provocó a tantas otras: “Todo el que sea hallado será traspasado, y todo el que sea atrapado en la barrida caerá a espada; y sus mismos hijos serán estrellados ante sus ojos. Sus casas serán saqueadas, y sus propias esposas serán forzadas” (Isaías 13:15, 16).
El instrumento divino de destrucción
10. ¿A quiénes utilizará Jehová para derrotar a Babilonia?
10 ¿De qué potencia se valdrá Jehová para provocar la caída de Babilonia? Él mismo lo revela con unos doscientos años de antelación: “Aquí voy a despertar contra ellos a los medos, que consideran la plata misma como nada, y que, respecto al oro, no se deleitan en él. Y sus arcos harán añicos hasta a los jóvenes. Y al fruto del vientre no le tendrán piedad; su ojo no sentirá lástima por los hijos. Y Babilonia, la decoración de reinos, la hermosura del orgullo de los caldeos, tiene que llegar a ser como cuando Dios derribó a Sodoma y Gomorra” (Isaías 13:17-19). La espléndida ciudad de Babilonia caerá, y los ejércitos de la montañosa y lejana Media serán el instrumento que Jehová utilizará para lograrlo.a Con el tiempo, Babilonia quedará tan desolada como las depravadas ciudades de Sodoma y Gomorra (Génesis 13:13; 19:13, 24).
11, 12. a) ¿Cómo se convierte Media en potencia mundial? b) ¿Qué rasgo insólito de los ejércitos de Media menciona la profecía?
11 En tiempos de Isaías, tanto Media como Babilonia están bajo el yugo asirio. Aproximadamente un siglo después, en 632 a.E.C., Media y Babilonia se alían y conquistan Nínive, la capital de Asiria, lo que da paso a que Babilonia se convierta en la potencia mundial predominante. Poco se imagina esta que, unos cien años después, Media la destruirá a ella. ¿Quién sino Jehová Dios podría hacer una predicción tan audaz?
12 Al revelar cuál será el agente destructor que ha escogido, Jehová dice que los ejércitos de Media “consideran la plata misma como nada, y que, respecto al oro, no se deleitan en él”, algo insólito tratándose de aguerridos soldados. El biblista Albert Barnes señala: “Realmente pocos han sido los ejércitos invasores a los que no ha alentado la expectativa del botín”. ¿Son los ejércitos de Media como Jehová predice? En efecto. Fijémonos en este comentario de la obra The Bible-Work, de J. Glentworth Butler: “A diferencia de la mayoría de las naciones que han guerreado en el transcurso de la historia, los medos, y en especial los persas, no pensaban tanto en el oro como en la conquista y la gloria”.b En vista de esa actitud, no sorprende que al liberar a los israelitas del exilio en Babilonia, el mandatario persa Ciro les restituyera miles de vasos de oro y plata que Nabucodonosor se había llevado del templo de Jerusalén (Esdras 1:7-11).
13, 14. a) Pese al escaso interés de los guerreros medos y persas en el botín, ¿por qué puede calificárseles de ambiciosos? b) ¿Cómo supera Ciro las defensas de las que tanto alardean los habitantes de Babilonia?
13 Pese a su escaso interés en el botín, los medos y los persas son ambiciosos. No piensan quedar por detrás de ninguna otra nación en la escena mundial. Además, Jehová les pone en el corazón el “despojo violento” (Isaías 13:6). De ahí que estén decididos a conquistar Babilonia armados con sus fuertes arcos, con los que disparan flechas que ‘hacen añicos’ a los soldados enemigos, los hijos de las babilonias.
14 Las fortificaciones de la ciudad no intimidan a Ciro, el caudillo de los ejércitos medopersas. La noche del 5 al 6 de octubre del año 539 a.E.C., este ordena desviar el caudal del río Éufrates. Cuando su nivel desciende, los invasores penetran a hurtadillas en la ciudad caminando por el lecho del río, con el agua hasta los muslos. Toman desprevenidos a los habitantes de Babilonia, y la ciudad cae (Daniel 5:30). Jehová Dios inspira a Isaías para que profetice todos estos acontecimientos, con lo que no deja ninguna duda de que Él los está dirigiendo.
15. ¿Qué futuro le espera a Babilonia?
15 ¿Hasta qué grado quedará destruida Babilonia? Escuchemos la declaración de Jehová: “Nunca será habitada, ni residirá por generación tras generación. Y allí el árabe no asentará su tienda, y no habrá pastores que dejen que sus rebaños se echen allí. Y allí los frecuentadores de regiones áridas ciertamente se echarán, y sus casas tendrán que estar llenas de búhos reales. Y allí tienen que residir los avestruces, y demonios mismos de forma de cabra irán brincando por allí. Y chacales tienen que aullar en sus torres de habitación, y la culebra grande estará en los palacios de deleite exquisito. Y la sazón para ella está próxima a llegar, y sus días mismos no serán postergados” (Isaías 13:20-22). La aniquilación total: ese es el destino de la ciudad.
16. ¿Qué confianza nos infunde el estado actual de Babilonia?
16 Tal devastación no se produjo de inmediato en el año 539 a.E.C. Sin embargo, hoy podemos ver claramente que todo cuanto Isaías profetizó respecto a Babilonia se ha cumplido. Babilonia “es, desde hace siglos, escenario de una extensa desolación, un montón de ruinas”, dice cierto comentarista bíblico. Y añade: “Es imposible contemplar la escena sin recordar la exactitud con que se han cumplido las predicciones de Isaías y Jeremías”. Obviamente, ningún contemporáneo de Isaías pudo predecir ni la caída de Babilonia ni su posterior desolación. Tengamos en cuenta que la ciudad sucumbió ante los medos y los persas unos doscientos años después de escrito el libro, y que su definitiva despoblación se produjo siglos más tarde. ¿No fortalecen estos hechos nuestra fe en que la Biblia es la Palabra inspirada de Dios? (2 Timoteo 3:16.) Además, puesto que tantas profecías de Jehová se cumplieron en el pasado, podemos tener plena confianza en que las profecías bíblicas que aún no se han realizado lo harán cuando llegue el momento que Dios ha fijado para ello.
“Descanso de tu dolor”
17, 18. ¿Cómo beneficiará a Israel la derrota de Babilonia?
17 La caída de Babilonia supondrá un alivio para Israel. Significará liberación del cautiverio y la oportunidad de regresar a la Tierra Prometida. Por lo tanto, Isaías pasa a decir: “Jehová mostrará misericordia a Jacob, y con certeza todavía escogerá a Israel; y realmente les dará descanso sobre su suelo, y el residente forastero tiene que unirse a ellos, y tienen que adherirse a la casa de Jacob. Y los pueblos realmente los tomarán y los llevarán a su propio lugar, y la casa de Israel tiene que tomarlos para sí como posesión sobre el suelo de Jehová, como siervos y como siervas; y tienen que llegar a ser los apresadores de aquellos que los tenían cautivos, y tienen que tener en sujeción a aquellos que los obligaban a trabajar” (Isaías 14:1, 2). En este pasaje, “Jacob” hace referencia a Israel en conjunto, a las doce tribus. Jehová mostrará misericordia a “Jacob” permitiendo el regreso de la nación. Con ella irán miles de extranjeros, muchos de los cuales servirán a Israel como esclavos del templo. Algunos israelitas incluso tendrán autoridad sobre sus antiguos captores.c
18 La angustia de vivir en el exilio habrá desaparecido. En su lugar, Jehová dará a su pueblo “descanso de [su] dolor y de [su] agitación y de la dura esclavitud en la que [fue] hecho esclavo” (Isaías 14:3). Una vez liberado de las cadenas literales de la esclavitud, Israel ya no padecerá el dolor ni la agitación de vivir entre quienes adoran a dioses falsos (Esdras 3:1; Isaías 32:18). El libro Lands and Peoples of the Bible (Tierras y pueblos de la Biblia) dice al respecto: “Las características de los babilonios se vieron reflejadas en sus dioses, incluso sus peores defectos. Eran cobardes, borrachos y necios”. Escapar de un ambiente religioso tan degenerado constituiría un auténtico alivio.
19. ¿Qué se requiere para que Israel obtenga el perdón de Jehová, y qué aprendemos de ello?
19 Sin embargo, la misericordia de Jehová no es incondicional. El pueblo debe mostrar que siente remordimiento por su maldad, la cual ocasionó el severo castigo divino (Jeremías 3:25). Si confiesan sus pecados de manera franca y sentida, Jehová los perdonará (véase Nehemías 9:6-37; Daniel 9:5). El mismo principio es aplicable actualmente. “No hay hombre que no peque”, así que todos necesitamos que Jehová se apiade de nosotros (2 Crónicas 6:36). Puesto que es un Dios misericordioso, nos anima a confesarle los pecados, arrepentirnos y dejar de practicar el mal para que seamos sanados (Deuteronomio 4:31; Isaías 1:18; Santiago 5:16). Dar tales pasos no solo nos ayuda a recobrar su favor, sino que también nos consuela (Salmo 51:1; Proverbios 28:13; 2 Corintios 2:7).
Un “dicho proverbial” contra Babilonia
20, 21. ¿Cómo se regocijan los vecinos de Babilonia cuando esta cae?
20 Más de cien años antes de que Babilonia sea la potencia mundial preeminente, Isaías predice cómo reaccionará el mundo ante su caída. Proféticamente, ordena a cada uno de los israelitas liberados de Babilonia: “Tienes que levantar este dicho proverbial contra el rey de Babilonia y decir: ‘¡Cómo ha cesado el que obligaba a otros a trabajar, cómo ha cesado la opresión! Jehová ha quebrado la vara de los inicuos, el bastón de los que gobernaban, el que golpeaba a los pueblos en furor con un golpe incesantemente, el que sojuzgaba a las naciones en consumada cólera con una persecución sin restricción’” (Isaías 14:4-6). Babilonia se ha ganado a pulso la reputación de conquistadora, de opresora que convierte a la gente libre en esclavos. Por tanto, resulta muy adecuado que su caída se celebre con un “dicho proverbial” dirigido principalmente contra la dinastía babilónica, una dinastía que, iniciándose en Nabucodonosor y terminando en Nabonido y Belsasar, ha presidido los días de gloria de la gran ciudad.
21 ¡Qué distinto será cuando caiga! “Toda la tierra ha entrado en descanso, ha quedado libre de disturbio. La gente se ha puesto alegre con clamores gozosos. Hasta los enebros se han regocijado también a causa de ti, los cedros del Líbano, diciendo: ‘Desde que has yacido, no sube contra nosotros ningún cortador de leña’.” (Isaías 14:7, 8.) Los gobernantes de Babilonia consideraban a los reyes de las naciones circundantes como árboles que podían cortarse y utilizarse para sus propios fines. Pues bien, esos días terminaron. El leñador babilonio ha talado su último árbol.
22. ¿Cómo afecta al Seol, en sentido poético, la caída de la dinastía babilónica?
22 Tan asombrosa es la caída que el propio sepulcro se estremece: “Aun el Seol debajo se ha agitado a causa de ti a fin de venir a tu encuentro a tu llegada. A causa de ti ha despertado a los que están impotentes en la muerte, a todos los caudillos de la tierra semejantes a cabras. Ha hecho que todos los reyes de las naciones se levanten de sus tronos. Todos ellos se expresan y te dicen: ‘¿A ti mismo también se te ha hecho débil como nosotros? ¿A nosotros se te ha hecho comparable? Al Seol ha sido bajado tu orgullo, el estruendo de tus instrumentos de cuerda. Debajo de ti, las cresas están extendidas como lecho; y gusanos son tu cubierta’” (Isaías 14:9-11). Se trata, desde luego, de una impactante imagen poética. Es como si la sepultura común de la humanidad despertara a todos aquellos reyes que han precedido en la muerte a la dinastía babilónica para que reciban a la recién llegada. Se mofan de la impotente Babilonia, que yace en un lecho de cresas, no en un diván costoso, y está cubierta de gusanos, no de lujosas prendas de lino.
“Como un cadáver pisoteado”
23, 24. ¿A qué extremo llega la arrogancia de los reyes de Babilonia?
23 Isaías prosigue con su dicho proverbial: “¡Oh, cómo has caído del cielo, tú, el resplandeciente, hijo del alba! ¡Cómo has sido cortado a tierra, tú que estabas incapacitando a las naciones!” (Isaías 14:12). El orgullo egoísta impulsa a los monarcas de Babilonia a ensalzarse por encima de los reyes vecinos. Ejercen su poder y autoridad con arrogancia, como una estrella que brilla con intensidad en el cielo del amanecer. La conquista de Jerusalén por parte de Nabucodonosor, una hazaña que Asiria no pudo lograr, constituye un especial motivo de orgullo. La declaración proverbial pone en labios de la orgullosa dinastía babilónica las siguientes palabras: “A los cielos subiré. Por encima de las estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré sobre la montaña de reunión, en las partes más remotas del norte. Subiré por encima de los lugares altos de las nubes; me haré parecer al Altísimo” (Isaías 14:13, 14). ¿Podría haber mayor desvergüenza?
24 En la Biblia, a los reyes del linaje de David se les asemeja a estrellas (Números 24:17). De David en adelante, aquellas “estrellas” gobernaron desde el monte Sión. Una vez que Salomón construyó el templo de Jehová en Jerusalén, el nombre Sión pasó a designar a la entera ciudad. Bajo el pacto de la Ley, todo varón israelita estaba obligado a viajar a Sión tres veces al año, por lo que se convirtió en “la montaña de reunión”. Con su determinación de subyugar a los reyes de Judá y luego desarraigarlos de aquella montaña, Nabucodonosor manifiesta su intención de elevarse por encima de tales “estrellas”. En vez de atribuir el mérito de su victoria sobre ellas a Jehová, en realidad se coloca con arrogancia en el lugar de este.
25, 26. ¿Qué vergonzoso final tiene la dinastía babilónica?
25 A la orgullosa dinastía babilónica le espera un serio revés. Babilonia no se alzará, ni mucho menos, por encima de las estrellas de Dios. Jehová declara algo muy distinto: “Al Seol se te hará bajar, a las partes más remotas del hoyo. Los que te ven fijarán su mirada aun en ti; harán un examen minucioso hasta de ti, y dirán: ‘¿Es este el hombre que estuvo agitando la tierra, que estuvo haciendo mecerse los reinos, que hizo que la tierra productiva fuera como el desierto y que derribó sus mismísimas ciudades, que no abrió el camino hacia casa siquiera a sus prisioneros?’” (Isaías 14:15-17). La ambiciosa dinastía bajará al Hades (Seol), tal como cualquier ser humano.
26 ¿Qué será, pues, de la nación que conquistó reinos, arrasó campos de labor y derribó un sinnúmero de ciudades? ¿Qué será de la potencia mundial que hizo cautivos y nunca les permitió volver a su tierra? La dinastía babilónica ni siquiera tendrá un entierro digno. Dice Jehová: “Todos los otros reyes de las naciones, sí, todos ellos, han yacido en gloria, cada uno en su propia casa. Pero en cuanto a ti, tú has sido arrojado sin sepultura para ti, como un brote detestado, vestido de muertos atravesados por la espada que bajan a las piedras de un hoyo, como un cadáver pisoteado. No llegarás a unirte con ellos en un sepulcro, porque arruinaste tu propia tierra, mataste a tu propio pueblo. Hasta tiempo indefinido la prole de los malhechores no será nombrada” (Isaías 14:18-20). En el mundo antiguo, ser privado de un entierro honorable era una vergüenza para un rey. Por tanto, ¿qué puede decirse de la dinastía real de Babilonia? Es verdad que sus reyes probablemente reciben sepultura con honores, pero la dinastía imperial de descendientes de Nabucodonosor queda repudiada “como un brote detestado”. Es como si la arrojaran en una tumba anónima, como un simple soldado de a pie caído en combate. ¡Qué humillación!
27. ¿En qué sentido sufrirán por el error de sus antepasados las generaciones futuras de babilonios?
27 El dicho proverbial concluye con las últimas órdenes para los medos y persas conquistadores: “Preparen ustedes un tajo para los propios hijos de él a causa del error de los antepasados de ellos, para que no se levanten y realmente tomen posesión de la tierra y llenen de ciudades la haz de la tierra productiva” (Isaías 14:21). Babilonia caerá para siempre, y su dinastía gobernante será desarraigada. No resurgirá nunca. Las generaciones futuras de babilonios sufrirán a causa del “error de [sus] antepasados”.
28. ¿Cuál fue la causa del pecado de los reyes de Babilonia, y qué aprendemos de ello?
28 La sentencia que se pronuncia contra la dinastía babilónica encierra una valiosa lección para nosotros. La causa del pecado de aquellos reyes fue su desmesurada ambición (Daniel 5:23). Sedientos de poder, querían dominar a otros seres humanos (Isaías 47:5, 6). Y ansiaban recibir gloria de los hombres, algo que en justicia solo corresponde a Dios (Revelación [Apocalipsis] 4:11). Sirva esto de advertencia a cuantos tienen autoridad, incluso en la congregación cristiana. La ambición y el orgullo egoísta son características que Jehová no tolerará, ni a individuos ni a naciones.
29. ¿De qué fue reflejo el orgullo y la ambición de los gobernantes babilonios?
29 El orgullo de los gobernantes babilonios fue reflejo del espíritu del “dios de este sistema de cosas”, Satanás el Diablo (2 Corintios 4:4). Él también está sediento de poder y anhela ensalzarse por encima de Jehová Dios. Igual que sucedió con el rey de Babilonia y los pueblos a los que subyugó, la ambición impía de Satanás ha acarreado miseria y sufrimiento a toda la humanidad.
30. ¿Qué otra Babilonia se menciona en la Biblia, y qué disposición ha demostrado?
30 Por otra parte, el libro de Revelación habla de una segunda Babilonia: “Babilonia la Grande” (Revelación 18:2). Esta organización, el imperio mundial de la religión falsa, también ha manifestado una disposición orgullosa, opresiva y cruel. Por consiguiente, cuando llegue el momento que Dios ha estipulado, ella también deberá enfrentarse a un “día de Jehová” y sufrir destrucción (Isaías 13:6). Desde 1919 ha resonado este mensaje por toda la Tierra: “¡Babilonia la Grande ha caído!” (Revelación 14:8). Esta sufrió una caída cuando no pudo retener cautivo al pueblo de Dios, y pronto será destruida por completo. Acerca de la antigua Babilonia, Jehová ordenó: “Páguenle conforme a su actividad. Conforme a todo lo que ha hecho, háganle a ella. Porque es contra Jehová contra quien ha obrado presuntuosamente, contra el Santo de Israel” (Jeremías 50:29; Santiago 2:13). Babilonia la Grande recibirá una sentencia similar.
31. ¿Qué le ocurrirá pronto a Babilonia la Grande?
31 Por lo tanto, la declaración final de esta profecía no solo es aplicable a la Babilonia de la antigüedad, sino también a Babilonia la Grande: “Ciertamente me levantaré contra ellos [...]. Y ciertamente cortaré de Babilonia nombre y resto y descendencia y posteridad [...]. Y ciertamente la haré posesión de puercos espines y estanques de agua llenos de cañas, y ciertamente la barreré con la escoba de la aniquilación” (Isaías 14:22, 23). Las desoladas ruinas de la antigua Babilonia son una muestra de lo que Dios pronto hará con Babilonia la Grande. ¡Qué consuelo para los amantes de la adoración verdadera! Y también es un estímulo para impedir a toda costa que aniden en nosotros las características satánicas del orgullo, la arrogancia o la crueldad.
[Notas]
a Aunque Isaías solo menciona por nombre a los medos, contra Babilonia se aliarán Media, Persia, Elam y otras naciones más pequeñas (Jeremías 50:9; 51:24, 27, 28). Los países vecinos emplean el término “el medo” para referirse a medos y a persas por igual. Además, en la época de Isaías, Media es la potencia predominante. Persia no ocupará esa posición sino hasta el reinado de Ciro.
b Parece, sin embargo, que posteriormente los medos y los persas desarrollaron una verdadera pasión por el lujo (Ester 1:1-7).
c Por ejemplo, Daniel fue nombrado alto funcionario en Babilonia durante el mandato de los medos y los persas. Unos sesenta años después, Ester llegó a ser reina consorte del rey persa Asuero, y Mardoqueo, primer ministro de todo el Imperio persa.
[Ilustración de la página 178]
Tras su caída, Babilonia será frecuentada por los animales del desierto
[Ilustraciones de la página 186]
Lo mismo que la Babilonia antigua, Babilonia la Grande se convertirá en un montón de ruinas