Capítulo 19
Jehová profana el orgullo de Tiro
1, 2. a) ¿Qué clase de ciudad era la antigua Tiro? b) ¿Qué profetizó Isaías respecto a Tiro?
ERA “de perfecta hermosura” y abundaba en “riquezas de todo género” (Ezequiel 27:4, 12, Martín Nieto, 1992). Su enorme flota surcaba el mar hacia lugares remotos. Llegó a ser “muy gloriosa en el corazón del alta mar”, y con sus “cosas valiosas” hizo “ricos a los reyes de la tierra” (Ezequiel 27:25, 33). Tal era en el siglo VII a.E.C. la importancia de Tiro, ciudad fenicia enclavada en el extremo oriental del Mediterráneo.
2 Sin embargo, le esperaba la destrucción. Unos cien años antes de que Ezequiel la describiera, Isaías había predicho la caída de esta fortaleza fenicia y el lamento de quienes dependían de ella. También profetizó que, transcurrido algún tiempo, Dios se interesaría en la ciudad y le permitiría recuperar su prosperidad. ¿Cómo se cumplieron las palabras del profeta? ¿Y qué aprendemos de lo que le ocurrió a Tiro? Entender con claridad lo que provocó su caída y las razones de tales sucesos fortalecerá nuestra fe en Jehová y sus promesas.
“¡Aúllen, naves de Tarsis!”
3, 4. a) ¿Dónde se hallaba Tarsis, y qué relación tenía con Tiro? b) ¿Por qué tendrán razón para ‘aullar’ los navegantes que comercian con Tarsis?
3 Tras el encabezamiento “la declaración formal de Tiro”, Isaías proclama: “¡Aúllen, naves de Tarsis!, porque ha sido despojada violentamente para que no sea puerto, para que no sea lugar donde entrar” (Isaías 23:1a). Se cree que Tarsis era una zona de España, en el Mediterráneo occidental, lejos de Tiro.a Ahora bien, los fenicios eran marinos expertos que contaban con barcos grandes y en buen estado. Según algunos historiadores, ellos fueron los primeros en observar la relación entre la Luna y las mareas, así como en aplicar la astronomía a la navegación. De ahí que la gran distancia entre Tiro y Tarsis no representara ningún obstáculo para ellos.
4 En la época de Isaías, la lejana Tarsis es un gran mercado para Tiro, tal vez la principal fuente de la riqueza que poseyó durante parte de su historia. España tiene ricos yacimientos de plata, hierro, estaño y otros metales (compárese con Jeremías 10:9; Ezequiel 27:12). Las “naves de Tarsis”, probablemente barcos de Tiro que comercian con esa región distante, tendrán razón para ‘aullar’ al lamentarse por la destrucción de su puerto de origen.
5. ¿Dónde se enterarán de la caída de Tiro los marinos de las naves procedentes de Tarsis?
5 ¿Cómo se enterarán de la caída de Tiro los marinos que se hallen en el mar? Isaías contesta: “Desde la tierra de Kitim les ha sido revelado” (Isaías 23:1b). Probablemente, la expresión “la tierra de Kitim” se refiere a la isla de Chipre, situada a unos 100 kilómetros al oeste de la costa fenicia, donde hacen su última escala antes de arribar a Tiro los barcos procedentes de Tarsis que viajan hacia el este. Por tanto, cuando los navegantes fondeen allí, sabrán de la caída de su estimado puerto de origen. Será un golpe muy duro para ellos. Consternados, ‘aullarán’ desconsoladamente.
6. ¿Qué relación existe entre Tiro y Sidón?
6 La consternación también se abatirá sobre los pobladores del litoral fenicio. Dice el profeta: “Callen, habitantes de la tierra costeña. Los mercaderes de Sidón, los que atravesaban el mar... ellos te han llenado. Y sobre muchas aguas ha estado la semilla de Sihor, la cosecha del Nilo, su renta; y llegó a ser la ganancia de las naciones” (Isaías 23:2, 3). Los “habitantes de la tierra costeña” —los vecinos de Tiro— guardarán silencio, absolutamente asombrados ante tan desastrosa caída. ¿Quiénes son “los mercaderes de Sidón” que “han llenado” a estos habitantes haciéndolos ricos? Tiro fue en sus inicios una colonia de la ciudad portuaria de Sidón, ubicada a solo 35 kilómetros al norte. En sus monedas, Sidón se llama a sí misma la madre de Tiro. Aunque ha eclipsado por su riqueza a su fundadora, Tiro sigue siendo “hija de Sidón”, y sus habitantes aún se consideran sidonios (Isaías 23:12). De modo que la expresión “los mercaderes de Sidón” posiblemente se refiera a los comerciantes de Tiro.
7. ¿De qué forma han distribuido riqueza los comerciantes sidonios?
7 Dedicados al comercio, los prósperos mercaderes sidonios cruzan el mar Mediterráneo. Transportan a muchos lugares la semilla, o grano, de Sihor, el brazo más oriental del río Nilo, en la región egipcia del delta (compárese con Jeremías 2:18). “La cosecha del Nilo” incluye asimismo otros productos de Egipto. La venta e intercambio de tales mercancías es muy rentable para estos marinos, y también para las naciones con las que negocian. Los comerciantes sidonios llenan Tiro con sus ganancias. ¡Con razón les afligirá la desolación de esta!
8. ¿Cómo reaccionará Sidón ante la destrucción de Tiro?
8 A continuación, Isaías dirige a Sidón estas palabras: “Avergüénzate, oh Sidón; porque el mar, oh tú, fortaleza del mar, ha dicho: ‘No he tenido dolores de parto, y no he dado a luz, ni he criado a jóvenes, ni educado a vírgenes’” (Isaías 23:4). Tras la destrucción de Tiro, el sector de la costa donde se alzaba la ciudad se verá yermo y desolado. El mar parecerá clamar angustiosamente, como una madre que ha perdido a sus hijos y se halla tan trastornada que niega haberlos tenido. Sidón se avergonzará de lo que le ocurra a su hija.
9. ¿Qué otros sucesos provocaron una consternación comparable a la que causará la caída de Tiro?
9 En efecto, la noticia de la destrucción de Tiro provocará una pesadumbre generalizada. Dice Isaías: “Justamente como ante el informe relativo a Egipto, así mismo estará la gente con dolores fuertes ante el informe sobre Tiro” (Isaías 23:5). El dolor de los afligidos podrá compararse al que produjo el informe sobre Egipto. ¿A qué informe se refiere el profeta? Es posible que al del cumplimiento de su anterior “declaración formal contra Egipto”b (Isaías 19:1-25). O también podría ser el de la destrucción del ejército del Faraón en tiempos de Moisés, un informe que causó consternación en muchos lugares (Éxodo 15:4, 5, 14-16; Josué 2:9-11). Sea como fuere, el informe de la destrucción de Tiro sumirá en un dolor profundo a sus oyentes, a quienes se les dice que huyan y se refugien en la lejana Tarsis y que proclamen ruidosamente su pesar: “Pasen a Tarsis; aúllen, habitantes de la tierra costeña” (Isaías 23:6).
Alborozada “desde sus tiempos primitivos”
10-12. ¿Qué puede decirse de las riquezas, antigüedad e influencia de Tiro?
10 Tiro es una ciudad antigua, como nos recuerda Isaías cuando pregunta: “¿Es esta su ciudad que estuvo alborozada desde días de mucho tiempo atrás, desde sus tiempos primitivos?” (Isaías 23:7a). La próspera historia de Tiro se remonta cuando menos al tiempo de Josué (Josué 19:29). Con los años, la ciudad ha adquirido renombre por la manufactura de objetos de metal, artículos de vidrio y tintes de color púrpura. Las vestiduras de púrpura tiria se venden a precios elevadísimos, y la nobleza se disputa los costosos tejidos que allí se fabrican (compárese con Ezequiel 27:7, 24). Tiro es también un centro mercantil para las caravanas que viajan por tierra y un gran almacén para productos de importación y exportación.
11 Además, la ciudad es fuerte en sentido militar. L. Sprague de Camp señala: “Aun sin ser especialmente belicosos —eran comerciantes, no soldados—, los fenicios defendían sus ciudades con arrojo y tenacidad. Estas cualidades, aunadas a su poderío naval, impidieron que los tirios sucumbieran a manos del ejército asirio, el más potente de su época”.
12 Verdaderamente, Tiro deja una profunda huella en el mundo mediterráneo. “Sus pies la llevaban lejos para residir como forastera.” (Isaías 23:7b.) Los fenicios viajan a lugares distantes y establecen puestos comerciales y puertos de escala, algunos de los cuales crecen y se convierten en colonias. Por ejemplo, Cartago, en la costa septentrional de África, es una colonia tiria. Andando el tiempo, superará a la misma Tiro, y su influencia en el Mediterráneo rivalizará con la de Roma.
Se profanará su orgullo
13. ¿Por qué surge la pregunta en cuanto a quién se atreve a dictar sentencia contra Tiro?
13 En vista de la antigüedad y riqueza de Tiro, la pregunta que a continuación se formula es pertinente: “¿Quién es el que ha dado este consejo contra Tiro, la que otorga coronas, cuyos mercaderes eran príncipes, cuyos comerciantes eran los honorables de la tierra?” (Isaías 23:8). ¿Quién se atreve a hablar contra la ciudad que ha colocado a individuos influyentes en puestos de gran autoridad en sus colonias y otros lugares, convirtiéndose así en “la que otorga coronas”? ¿Quién se atreve a hablar contra la metrópoli cuyos mercaderes son príncipes y cuyos artesanos son gente honorable? Maurice Chehab, que fue director de antigüedades del Museo Nacional de Beirut (Líbano), afirmó: “Entre los siglos IX y VI a.E.C., Tiro mantuvo una posición de importancia comparable a la que Londres ocupó a principios del siglo XX”. Por lo tanto, ¿quién se atreve a hablar contra la ciudad fenicia?
14. ¿Quién dicta sentencia contra Tiro, y por qué?
14 La respuesta inspirada provocará consternación en Tiro. Dice Isaías: “Jehová de los ejércitos mismo ha dado este consejo, para profanar el orgullo de toda hermosura, para tratar con desprecio a todos los honorables de la tierra” (Isaías 23:9). ¿Por qué dicta Jehová sentencia contra esta próspera y antigua ciudad? ¿Es porque sus habitantes adoran al dios falso Baal? ¿Se debe a la relación de Tiro con Jezabel (la hija de Etbaal, rey de Sidón y también de Tiro), quien se casó con el rey Acab de Israel y masacró a los profetas de Jehová? (1 Reyes 16:29, 31; 18:4, 13, 19.) La respuesta a ambas preguntas es no. Se condena a Tiro por su arrogante orgullo: se ha enriquecido a costa de otros pueblos, entre ellos los israelitas. En el siglo IX a.E.C., mediante el profeta Joel, Jehová dijo a Tiro y a otras ciudades: “A los hijos de Judá y a los hijos de Jerusalén los han vendido a los hijos de los griegos, con el propósito de alejarlos de su propio territorio” (Joel 3:6). ¿Puede Dios pasar por alto el que Tiro haya considerado al pueblo que ha entrado en un pacto con Él como simple mercancía?
15. ¿Cuál será la reacción de Tiro cuando Jerusalén caiga ante Nabucodonosor?
15 El transcurso de cien años no hará que Tiro cambie. En 607 a.E.C., cuando el ejército del rey Nabucodonosor de Babilonia destruya Jerusalén, Tiro se alegrará y dirá: “¡Ajá! ¡Ha sido quebrantada, las puertas de los pueblos! La tendencia ciertamente será hacia mí. Seré llena... ella ha sido devastada” (Ezequiel 26:2). La ciudad se regocijará con la expectativa de beneficiarse de la destrucción de Jerusalén. Ya sin la competencia de la capital de Judá, esperará aumentar sus operaciones comerciales. Jehová tratará con desprecio a los que a sí mismos se proclaman “honorables” y con orgullo toman partido por los enemigos de Su pueblo.
16, 17. ¿Qué será de los habitantes de Tiro tras la caída de la ciudad? (Véase la nota.)
16 Isaías prosigue con la condena de Jehová contra Tiro: “Atraviesa tu país como el río Nilo, oh hija de Tarsis. Ya no hay astillero. Él ha extendido su mano sobre el mar; ha hecho que se agiten reinos. Jehová mismo ha dado un mandato contra Fenicia, para aniquilar sus fortalezas. Y él dice: ‘No debes volver a alborozarte nunca, oh oprimida, la virgen hija de Sidón. Levántate, pasa a Kitim misma. Aun allí no resultará en descanso para ti’” (Isaías 23:10-12).
17 ¿Por qué se llama a Tiro la “hija de Tarsis”? Tal vez porque, tras la derrota de Tiro, Tarsis será la más poderosa de las dos.c Los habitantes de la desolada ciudad serán dispersados como las aguas de un río desbordado que inundan las llanuras cercanas. El mensaje de Isaías dirigido a la “hija de Tarsis” subraya la gravedad de lo que le ocurrirá a Tiro. Jehová mismo extiende la mano y da el mandato. Nadie puede alterar el desenlace.
18. ¿Por qué se llama a Tiro “la virgen hija de Sidón”, y cómo cambiará su situación?
18 Isaías también llama a Tiro “la virgen hija de Sidón”, para indicar que nunca antes la han capturado y forzado conquistadores extranjeros y que aún es independiente (compárese con 2 Reyes 19:21; Isaías 47:1; Jeremías 46:11). Ahora, en cambio, va a ser aniquilada, y algunos de sus habitantes buscarán refugio en la colonia fenicia de Kitim. Sin embargo, al haber perdido su poder económico, no hallarán descanso allí.
Los caldeos la despojarán
19, 20. ¿Quién conquistará Tiro según la profecía, y cómo se cumple esta?
19 ¿Qué potencia política ejecutará la sentencia de Jehová contra Tiro? Isaías proclama: “¡Miren! La tierra de los caldeos. Este es el pueblo —Asiria no resultó ser dicho pueblo— la fundaron para los frecuentadores del desierto árido. Han erigido sus torres de asedio; han desnudado las torres de habitación de ella; uno la ha puesto como ruina desmoronadiza. Aúllen, naves de Tarsis, porque su fortaleza ha sido despojada violentamente” (Isaías 23:13, 14). Serán los caldeos quienes conquisten Tiro, no los asirios. Levantarán sus torres de asedio, arrasarán las casas y convertirán la fortaleza de las naves de Tarsis en un montón de ruinas.
20 Tal como estaba profetizado, Tiro se rebela contra Babilonia no mucho después de la caída de Jerusalén, y Nabucodonosor pone sitio a la ciudad. Creyéndose inexpugnable, Tiro resiste. Las cabezas de los soldados babilónicos ‘quedan calvas’ durante el asedio por el rozamiento de sus yelmos, y sus hombros ‘se pelan por la frotación’ de cargar los materiales utilizados en la construcción de las obras de asedio (Ezequiel 29:18). El sitio resulta costoso para Nabucodonosor, pues aunque destruye la ciudad que está en el continente, el despojo se le escapa de las manos. La mayor parte de las riquezas de Tiro han sido trasladadas a una pequeña isla situada a unos 800 metros de la orilla. Al carecer de una flota de barcos, el rey caldeo no puede tomar la isla. Tiro se rinde después de trece años, pero sobrevivirá para ver el cumplimiento de otras profecías.
“Tendrá que volver a su alquiler”
21. ¿De qué manera es “olvidada” Tiro, y por cuánto tiempo?
21 Isaías pasa a profetizar: “En aquel día tiene que ocurrir que Tiro tiene que ser olvidada setenta años, lo mismo que los días de un rey” (Isaías 23:15a). Una vez que los babilonios destruyan la ciudad continental, la insular será “olvidada”. En cumplimiento de la profecía, durante “los días de un rey” —el Imperio babilónico—, la ciudad insular no será una potencia económica. Por medio de Jeremías, Jehová incluye a Tiro entre las naciones designadas para que beban el vino de Su furia, y dice: “Estas naciones tendrán que servir al rey de Babilonia setenta años” (Jeremías 25:8-17, 22, 27). Es verdad que la Tiro insular no está sometida a Babilonia durante setenta años completos, pues el Imperio babilónico cae en 539 a.E.C. Aparentemente, los setenta años representan el período en que el dominio de esa potencia se encuentra en su apogeo y su dinastía de reyes se jacta de haber alzado su trono por encima de “las estrellas de Dios” (Isaías 14:13). Diversas naciones llegan a estar bajo su autoridad en distintos momentos. Pero cuando pasen setenta años, tal dominación se hará añicos. ¿Qué le sucederá a Tiro entonces?
22, 23. ¿Qué le sucederá a Tiro cuando deje de estar bajo el dominio de Babilonia?
22 Isaías continúa: “Al fin de setenta años le sucederá a Tiro como en la canción de una prostituta: ‘Toma un arpa, da la vuelta por la ciudad, oh prostituta olvidada. Esmérate en tocar las cuerdas; haz muchas tus canciones, para que seas recordada’. Y al fin de setenta años tiene que ocurrir que Jehová dirigirá su atención a Tiro, y ella tendrá que volver a su alquiler y cometer prostitución con todos los reinos de la tierra sobre la haz del suelo” (Isaías 23:15b-17).
23 Tras la caída de Babilonia en 539 a.E.C., Fenicia pasa a ser una satrapía del Imperio medopersa. El monarca persa, Ciro el Grande, es un mandatario tolerante. Bajo esta nueva gobernación, Tiro reanudará sus antiguas actividades y se afanará por recuperar su posición de centro comercial mundial, tal como una prostituta olvidada que ha perdido su clientela recorre la ciudad, toca el arpa y entona sus canciones para atraer nuevos clientes. ¿Tendrá éxito Tiro? Sí. Jehová se lo concederá. Con el tiempo, la isla se hará muy próspera, tanto que a finales del siglo VI a.E.C., el profeta Zacarías dirá: “Tiro procedió a construir un antemural para sí, y a amontonar plata como polvo, y oro como el fango de las calles” (Zacarías 9:3).
“Su ganancia [...] tiene que llegar a ser cosa santa”
24, 25. a) ¿Cómo se santifican las ganancias de Tiro? b) ¿Qué profecía inspira Jehová respecto a Tiro pese a la ayuda que esta presta al pueblo de Dios?
24 Las siguientes palabras proféticas son sorprendentes. “Su ganancia y su alquiler tiene que llegar a ser cosa santa a Jehová. No será acumulado, ni puesto en reserva, porque su alquiler llegará a ser para los que moran delante de Jehová, para que coman hasta quedar satisfechos y para que se cubran con elegancia.” (Isaías 23:18.) ¿Cómo se santifican las ganancias materiales de Tiro? Jehová dirige los acontecimientos para que se utilicen en armonía con su voluntad: para que su pueblo coma hasta quedar satisfecho y se vista. Esto sucede tras el regreso de los israelitas del destierro en Babilonia, cuando Tiro los ayuda proveyéndoles madera de cedro para la reconstrucción del templo y reanuda las operaciones comerciales con la ciudad de Jerusalén (Esdras 3:7; Nehemías 13:16).
25 Pese a ello, Jehová inspira otra declaración formal contra Tiro. Con respecto a la nuevamente próspera ciudad insular, Zacarías profetiza: “¡Mira! Jehová mismo la desposeerá, y al mar ciertamente derribará su fuerza militar; y en el fuego ella misma será devorada” (Zacarías 9:4). Sus palabras se cumplen en el mes de julio del año 332 a.E.C., cuando Alejandro Magno demuele a la orgullosa señora del mar.
Evitemos el materialismo y el orgullo
26. ¿Por qué condenó Jehová a Tiro?
26 Jehová condenó a Tiro por su orgullo, una característica que él desprecia. Los “ojos altaneros” figuran entre las siete cosas que Jehová odia (Proverbios 6:16-19). Pablo vinculó el orgullo con Satanás el Diablo, y en la descripción que hace Ezequiel de la orgullosa Tiro vemos elementos que describen al propio Satanás (Ezequiel 28:13-15; 1 Timoteo 3:6). ¿Por qué se hizo orgullosa Tiro? Dirigiéndose a ella, Ezequiel dice: “Tu corazón empezó a ser altivo debido a tu riqueza” (Ezequiel 28:5). La ciudad se dedicó al comercio y a acumular dinero. Sus logros en el campo económico la hicieron insoportablemente altanera. Mediante Ezequiel, Jehová dijo “al caudillo de Tiro”: “Tu corazón se ha hecho altivo, y sigues diciendo: ‘Yo soy un dios. En el asiento de dios me he sentado’” (Ezequiel 28:2).
27, 28. ¿En qué trampa pueden caer los seres humanos, y cómo lo ilustró Jesús?
27 Las naciones —y también los individuos— pueden caer en el orgullo y adoptar un punto de vista torcido de las riquezas. En una de sus parábolas, Jesús indicó lo sutil que puede ser esta trampa. Habló de un hombre rico cuyos campos produjeron mucho. Complacido, planeó construir graneros mayores para almacenar sus productos, regocijándose con la idea de gozar de una vida larga y llena de comodidades. Pero sus sueños no se realizaron. Dios le dijo: “Irrazonable, esta noche exigen de ti tu alma. Entonces, ¿quién ha de tener las cosas que almacenaste?”. En efecto, el hombre murió, y las riquezas no le sirvieron para nada (Lucas 12:16-20).
28 Jesús concluyó la parábola con las palabras: “Así pasa con el hombre que atesora para sí, pero no es rico para con Dios” (Lucas 12:21). Ser rico no era malo en sí mismo, y tener una buena cosecha no era ningún pecado. El error de aquel hombre fue convertir aquellas cosas en las prioridades de su vida. Depositó toda su confianza en las riquezas. Al pensar en el futuro, no tuvo en cuenta a Jehová Dios.
29, 30. ¿Qué advertencia dio Santiago en cuanto a confiar en uno mismo?
29 Santiago recalcó el mismo hecho de forma muy contundente cuando dijo: “Vamos, ahora, ustedes los que dicen: ‘Hoy o mañana iremos a tal ciudad y allí pasaremos un año, y negociaremos y haremos ganancias’, cuando el caso es que ustedes no saben lo que será su vida mañana. Porque son una neblina que aparece por un poco de tiempo y luego desaparece. En vez de eso, deberían decir: ‘Si Jehová quiere, viviremos y también haremos esto o aquello’” (Santiago 4:13-15). A continuación, Santiago indicó la relación que existe entre la riqueza y el orgullo: “Ustedes se glorían en sus alardes llenos de presunción. Todo ese gloriarse es inicuo” (Santiago 4:16).
30 Negociar tampoco constituye un pecado. El pecado es el orgullo, la arrogancia, la confianza en uno mismo que las riquezas pueden engendrar. Un antiguo proverbio dice sabiamente: “No me des ni pobreza ni riqueza”. La pobreza puede hacer muy amarga la vida. Pero las riquezas pueden hacer que una persona “niegue [a Dios] y diga: ‘¿Quién es Jehová?’” (Proverbios 30:8, 9).
31. ¿Qué preguntas conviene que se haga el cristiano?
31 Vivimos en un mundo en el que muchos han caído víctimas de la avaricia y el egoísmo. El clima comercial que nos rodea hace que se conceda mucha importancia a la prosperidad económica. Por tanto, conviene que el cristiano se examine para cerciorarse de que no esté cayendo en la misma trampa que Tiro, aquella ciudad comercial. ¿Dedica tanto tiempo y energías a los intereses materiales que, en realidad, se ha vuelto un esclavo de las riquezas? (Mateo 6:24.) ¿Siente envidia de los que quizá tengan más o mejores posesiones que él? (Gálatas 5:26.) Si resulta que es rico, ¿piensa con orgullo que merece más atenciones o privilegios que los demás? (Compárese con Santiago 2:1-9.) Si no lo es, ¿está ‘resuelto a ser rico’ cueste lo que cueste? (1 Timoteo 6:9.) ¿Se halla tan ocupado con los negocios que apenas deja un pequeño rincón en su vida para servir a Dios? (2 Timoteo 2:4.) ¿Está tan ansioso por conseguir riquezas que pasa por alto los principios cristianos en sus actividades comerciales? (1 Timoteo 6:10.)
32. ¿Qué advertencia dio Juan, y cómo podemos obrar en armonía con ella?
32 Prescindiendo de cuál sea nuestra situación económica, siempre debemos poner el Reino en primer lugar. Es esencial que nunca olvidemos las palabras del apóstol Juan: “No estén amando ni al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él” (1 Juan 2:15). Es verdad que para subsistir tenemos que valernos del sistema económico del mundo (2 Tesalonicenses 3:10). Hacemos “uso del mundo”, pero no lo usamos “a plenitud” (1 Corintios 7:31). Si amamos demasiado los bienes materiales —las cosas del mundo—, ya no amamos a Jehová. Ir en pos del “deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno” es incompatible con hacer la voluntad de Dios.d Y es esto último lo que conduce a la vida eterna (1 Juan 2:16, 17).
33. ¿Cómo pueden los cristianos evitar la trampa en la que cayó Tiro?
33 Tiro cayó en la trampa de poner la búsqueda de posesiones delante de todo lo demás. Prosperó en sentido material, se hizo muy orgullosa y por su orgullo fue castigada. Su ejemplo sirve de advertencia a naciones e individuos de hoy día. Cuánto mejor es seguir la exhortación del apóstol Pablo a los cristianos “de que no sean altaneros, y de que cifren su esperanza, no en las riquezas inseguras, sino en Dios, que nos proporciona todas las cosas ricamente para que disfrutemos de ellas” (1 Timoteo 6:17).
[Notas]
a Algunos entendidos afirman que Tarsis era Cerdeña, una isla del Mediterráneo occidental, también lejos de Tiro.
b Véase el cap. 15 de esta obra, págs. 200-207.
c La expresión “hija de Tarsis” también podría referirse a los habitantes de Tarsis. Cierta obra de consulta dice: “Los naturales de Tarsis pueden ahora viajar y comerciar tan libremente como el Nilo cuando sus aguas fluyen en todas direcciones”. No obstante, el acento se pone en las drásticas repercusiones de la caída de Tiro.
d “Exhibición ostentosa” es una traducción de la palabra griega a·la·zo·ní·a, que se define como “presunción impía y vana que confía en la estabilidad de las cosas terrenales” (The New Thayer’s Greek-English Lexicon).
[Mapa de la página 256]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
EUROPA
ESPAÑA (Posible ubicación de TARSIS)
MAR MEDITERRÁNEO
CERDEÑA
ÁFRICA
CHIPRE
EGIPTO
ASIA
SIDÓN
TIRO
[Ilustración de la página 250]
Tiro quedaría sometida a Babilonia, no a Asiria
[Ilustración de la página 256]
Moneda con la efigie de Melqart, la principal deidad de Tiro
[Ilustración de la página 256]
Modelo de un barco fenicio