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¡Se restaura el Paraíso!Las profecías de Isaías, una luz para toda la humanidad I
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El pueblo de Jehová se regocija
17. ¿Cómo ha consolado la profecía de Isaías a los judíos fieles durante su largo destierro?
17 El capítulo 35 de Isaías finaliza con una nota alegre: “Los mismísimos redimidos por Jehová volverán y ciertamente vendrán a Sión con clamor gozoso; y habrá regocijo hasta tiempo indefinido sobre la cabeza de ellos. Alborozo y regocijo alcanzarán, y el desconsuelo y el suspirar tendrán que huir” (Isaías 35:10). Los judíos cautivos que han buscado consuelo y esperanza en esta profecía durante el destierro quizá se han preguntado cómo se cumplirá cada uno de sus detalles. Probablemente no han entendido muchos aspectos de la profecía. Aun así, no han dudado ni por un momento de que “volverán y ciertamente vendrán a Sión”.
18. ¿En qué sentido el desconsuelo y los suspiros de la nación desterrada se tornan en alborozo y regocijo una vez restaurada su tierra?
18 Por lo tanto, en el año 537 a.E.C., unos cincuenta mil hombres (incluidos más de siete mil esclavos), junto con mujeres y niños, emprenden el viaje de cuatro meses hasta Jerusalén, con plena confianza en Jehová (Esdras 2:64, 65). Apenas unos meses después reconstruyen el altar de Jehová, como primer paso de la reedificación total del templo. La profecía de Isaías, pronunciada doscientos años antes, se ha cumplido. El desconsuelo y los suspiros de la nación durante el cautiverio en Babilonia se tornan en alborozo y regocijo una vez restaurada su tierra. Jehová ha cumplido su promesa. ¡Se ha restaurado el Paraíso, tanto literal como espiritual!
El nacimiento de una nueva nación
19. ¿Por qué debe indicarse que la profecía de Isaías tiene solo un cumplimiento limitado en el siglo VI a.E.C.?
19 Es evidente que el cumplimiento del capítulo 35 de Isaías en el siglo VI a.E.C. es limitado. Las condiciones paradisíacas de las que disfrutan los judíos repatriados no perduran. Con el tiempo, las enseñanzas religiosas falsas y el nacionalismo contaminan la adoración pura, y los judíos vuelven a desconsolarse y a suspirar en sentido espiritual. Finalmente, Jehová los rechaza como pueblo suyo (Mateo 21:43). Por ser desobedientes de nuevo, su regocijo no es permanente. Todo ello señala un nuevo y mayor cumplimiento del capítulo 35 de Isaías.
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¡Se restaura el Paraíso!Las profecías de Isaías, una luz para toda la humanidad I
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La proclamación de las buenas nuevas del Reino de Dios constituyó un clamor gozoso. Siete semanas después de su muerte y resurrección, el glorificado Jesús fundó la congregación cristiana, un Israel espiritual compuesto de judíos y no judíos, todos ellos redimidos con su sangre derramada, engendrados como hijos espirituales de Dios y hermanos de Jesús, y ungidos con espíritu santo (Hechos 2:1-4; Romanos 8:16, 17; 1 Pedro 1:18, 19).
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Pero más importante es el hecho de que los amantes de la justicia abandonaron la religión falsa y llegaron a disfrutar de un paraíso espiritual dentro de la congregación cristiana (Isaías 52:11; 2 Corintios 6:17). Como en el caso de los judíos que regresaron de Babilonia, estas personas entendieron que debían tener una actitud positiva y valerosa (Romanos 12:11).
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