Sepamos cómo es el Creador
“Yo mismo haré que toda mi bondad pase delante de tu rostro, y ciertamente declararé el nombre de Jehová delante de ti.” (ÉXODO 33:19.)
1. ¿Por qué merece honra el Creador?
EL APÓSTOL Juan, escritor del último libro de la Biblia, recogió esta profunda declaración sobre el Creador: “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas” (Revelación [Apocalipsis] 4:11). Como se mostró en el artículo anterior, los hallazgos de la ciencia moderna a menudo añaden razones por las que creer en el Creador de todas las cosas.
2, 3. a) ¿Qué necesita aprender la gente sobre el Creador? b) ¿Por qué no es razonable ver al Creador personalmente?
2 Aceptar la existencia del Creador es importante, pero no lo es menos saber cómo es él, es decir, que es una persona real, con una personalidad y caminos que nos atraen. Sin importar cuánto sepamos de él, ¿no nos beneficiaría aumentar ese conocimiento? Para ello no es necesario encontrarnos con él personalmente, como cuando conocemos a otros seres humanos.
3 Jehová ha formado también a las estrellas, como nuestro Sol, que no es más que una estrella de tamaño mediano. ¿Pensaríamos en siquiera acercarnos al Sol? Desde luego que no. La mayoría de las personas se guardan incluso de mirarlo directamente o de exponer la piel a sus intensos rayos por mucho tiempo. La temperatura de su núcleo es de 15.000.000 de grados centígrados. Cada segundo, este horno termonuclear transforma unos cuatro millones de toneladas de materia en energía. Solo una pequeña cantidad de ella llega a la Tierra en la forma de calor y luz, pero es suficiente para mantener toda la vida del planeta. Estos datos elementales deberían convencernos del imponente poder del Creador. Bien pudo Isaías escribir sobre “la abundancia de energía dinámica [del Creador], porque él también es vigoroso en poder” (Isaías 40:26).
4. ¿Qué pidió Moisés, y cómo le respondió Jehová?
4 Aun así, ¿sabíamos que unos meses después de que los israelitas salieran de Egipto, en el año 1513 a.E.C., Moisés rogó al Creador: “Hazme ver, por favor, tu gloria”? (Éxodo 33:18.) Si recordamos que Dios formó hasta el Sol, podemos entender por qué le dijo a Moisés: “No puedes ver mi rostro, porque ningún hombre puede verme y sin embargo vivir”. El Creador permitió que Moisés se resguardara en un lugar del monte Sinaí mientras Él ‘pasaba’. Luego Moisés quedó expuesto a la “espalda” de Dios, esto es, a algún tipo de resplandor residual de la gloria, o presencia, del Creador (Éxodo 33:20-23; Juan 1:18).
5. ¿Cómo satisfizo el Creador la petición de Moisés, y qué probó esto?
5 El deseo de Moisés de conocer mejor al Creador no quedó insatisfecho. Dios pasó por delante de Moisés y le dijo, evidentemente hablando por medio de un ángel: “Jehová, un Dios misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y verdad, que conserva bondad amorosa para miles, que perdona error y transgresión y pecado, pero de ninguna manera dará exención de castigo” (Éxodo 34:6, 7). Estas palabras indican que conocer mejor al Creador no implica ver ninguna forma física, sino comprender de manera más plena cómo es él: su personalidad y sus características.
6. ¿Por qué puede decirse que nuestro sistema inmunológico es maravilloso?
6 Un modo de conseguirlo es percibiendo las cualidades de Dios a través de su creación. Pensemos en nuestro sistema inmunológico. La revista Investigación y Ciencia dijo en un número dedicado a la inmunidad: “Desde antes del nacimiento hasta el instante de la muerte, el sistema inmunitario permanece en estado de continua alerta. Una cohorte de moléculas y células [...] nos protege de parásitos y agentes patógenos. Sin tales defensas, no podríamos sobrevivir”. ¿Cuál es el origen de este sistema? Un artículo de esa misma revista decía: “El maravilloso conjunto de células que, en hábil interacción mutua, defienden el cuerpo ante virus y bacterias tiene su origen en unas cuantas [células] precursoras que aparecen alrededor de las nueve semanas de la concepción”. La madre pasa al feto en desarrollo un grado de inmunidad. Más tarde, al darle el pecho, también le suministra células inmunológicas y otras sustancias que benefician al recién nacido.
7. ¿Qué podemos examinar sobre nuestro sistema inmunológico, y a qué conclusión nos lleva ese examen?
7 Tenemos buena razón para concluir que nuestro sistema inmunológico es superior a cualquier prestación que pueda ofrecer la medicina moderna. Por lo tanto, preguntémonos: “¿Qué indica esto en cuanto a Aquel que lo ideó y suministró?”. Este sistema, que ‘empieza a aparecer unas nueve semanas después de la concepción’ y puede ya proteger al recién nacido, ciertamente refleja sabiduría y previsión. Pero ¿nos enseña este sistema algo más en cuanto al Creador? ¿Qué pensamos, la mayoría, sobre Albert Schweitzer y otros profesionales de la medicina que dedicaron la vida a atender a los desfavorecidos? Normalmente atribuimos buenas cualidades a estas personas humanitarias y compasivas. ¿Qué debemos concluir, entonces, en cuanto al Creador, que ha dotado de un sistema inmunológico tanto a ricos como a pobres? Es evidente que Dios se distingue por su amor, imparcialidad, compasión y justicia. ¿No concuerda esto con la descripción del Creador que Moisés oyó?
El Creador revela cómo es él
8. ¿De qué manera especial se nos revela Jehová?
8 Pero hay otro modo de conocer mejor al Creador: por medio de la Biblia. Este es particularmente importante porque hay cosas acerca de él que la ciencia y el universo no pueden revelarnos de ninguna manera, y otras, que la Biblia explica mucho mejor. Un ejemplo de ello es el nombre personal del Creador. Solo la Biblia revela tanto el nombre del Creador como su significado. En los manuscritos hebreos de la Biblia su nombre aparece unas siete mil veces escrito con cuatro consonantes que se pueden transliterar por YHWH o JHVH, y que en español suele pronunciarse Jehová (Éxodo 3:15; 6:3).
9. ¿Qué significa el nombre personal del Creador, y qué podemos concluir de su significado?
9 Para conocer mejor al Creador tenemos que entender que no es solo una “Primera Causa” abstracta ni un vago “Yo soy”. Así nos lo indica su nombre personal. Este es una forma del verbo hebreo que significa “llegar a ser” o “resultar ser”a (compárese con Génesis 27:29; Eclesiastés 11:3). El nombre divino significa “Él hace que llegue a ser”, y pone de relieve que Dios tiene propósitos y actúa en consecuencia. Al conocer y usar su nombre podemos entender mejor que él cumple las promesas y actúa para que su propósito se realice.
10. ¿Qué importante conocimiento obtenemos del relato de Génesis?
10 La Biblia es la fuente del conocimiento de los propósitos y de la personalidad de Dios. El relato de Génesis revela que en un tiempo la humanidad estaba en paz con Dios y tenía la perspectiva de disfrutar de una vida larga y con sentido (Génesis 1:28; 2:7-9). En armonía con el significado de su nombre, podemos estar seguros de que Jehová terminará con el sufrimiento y la frustración que han afligido a la humanidad desde hace mucho tiempo. Leemos acerca del cumplimiento de su propósito: “La creación fue sometida a frustración, no por su propia elección, sino por la voluntad de Aquel que la sometió, con la esperanza de que también ella misma será liberada [...] e introducida en la gloriosa libertad de los hijos de Dios” (Romanos 8:20, 21, Nueva Versión Internacional, 1985).
11. ¿Por qué debemos examinar los relatos bíblicos, y cuáles son los detalles de uno de ellos?
11 La Biblia también nos ayuda a conocer mejor al Creador porque revela cómo actuó y reaccionó cuando trató con el Israel antiguo. Veamos el ejemplo de Eliseo y Naamán, el jefe militar de los enemigos sirios. Al leer el relato en el capítulo 5 de 2 Reyes vemos que una muchacha israelita cautiva dijo que Naamán podía curarse de la lepra en Israel con la ayuda de Eliseo. El jefe militar se dirigió allí esperando que el profeta agitase las manos en un rito místico de curación. No obstante, Eliseo le dijo al sirio que se bañara en las aguas del río Jordán. Aunque los subordinados de Naamán tuvieron que convencerlo para que obedeciera, cuando lo hizo se curó. Naamán le ofreció a Eliseo regalos valiosos, pero este los rechazó. Posteriormente, un siervo de Eliseo corrió tras Naamán y con engaño consiguió algunos presentes, pero fue herido con lepra por su falta de honradez. Este es un fascinante relato humano del cual podemos aprender.
12. ¿Qué nos enseña acerca del Creador el relato de Eliseo y Naamán?
12 La narración muestra de manera atractiva que el Magnífico Creador del universo no es demasiado elevado para observar con favor a una muchacha, lo que contrasta con la norma de muchas culturas actuales. También prueba que el Creador no favorece únicamente a una raza o nación (Hechos 10:34, 35). Es asimismo de interés que él no espera que la gente se valga de mistificaciones para curar, como algunos “sanadores” del pasado y del presente; antes bien, demostró una sabiduría maravillosa, pues supo cómo curar la lepra. También demostró perspicacia y justicia al no permitir que el engaño tuviera éxito. De nuevo, ¿no concuerda todo ello con la personalidad de Jehová, cuya descripción Moisés oyó? Aunque es un relato bíblico breve, podemos aprender mucho de él sobre cómo es el Creador (Salmo 33:5; 37:28).
13. Ilustre cómo podemos aprender lecciones valiosas de los relatos bíblicos.
13 Otros relatos sobre la actuación desagradecida de Israel y la respuesta de Dios prueban que a Jehová verdaderamente le importa lo que hacemos. La Biblia dice que los israelitas lo pusieron a prueba una y otra vez, haciéndole sentirse herido y causándole dolor (Salmo 78:40, 41). Así pues, el Creador tiene sentimientos y le importa lo que hacen los seres humanos. También podemos aprender mucho de los relatos bíblicos sobre personajes conocidos. Cuando se escogió a David para que fuera rey de Israel, Dios le dijo a Samuel: “El simple hombre ve lo que aparece a los ojos; pero en cuanto a Jehová, él ve lo que es el corazón” (1 Samuel 16:7). Sí, el Creador se fija en lo que somos interiormente, no en la simple apariencia externa. ¡Qué alentador!
14. ¿Qué podemos hacer para beneficiarnos mientras leemos las Escrituras Hebreas?
14 Antes del tiempo de Jesús se escribieron 39 libros de la Biblia, y es necesario leerlos. No hay que hacerlo solo para conocer la historia y los relatos bíblicos. Si realmente queremos saber cómo es el Creador, debemos meditar sobre esas narraciones y preguntarnos: “¿Qué revela este episodio sobre su personalidad? ¿Cuál de sus cualidades sobresale en el relato?”.b Esto puede ayudar aun a los escépticos a ver que la Biblia es de origen divino, lo que supone una base para llegar a conocer mejor a su amoroso Autor.
Un Gran Maestro nos ayuda a conocer al Creador
15. ¿Por qué debería ser instructivo lo que Jesús hizo y enseñó?
15 La gente que duda de la existencia del Creador o que tiene una idea vaga de Dios tal vez sepa poco de la Biblia. Quizá nos hayamos encontrado con personas que no saben si Moisés vivió antes o después que Mateo, y que no conocen prácticamente nada de lo que Jesús hizo y enseñó. Esta realidad es muy triste porque el Gran Maestro, Jesús, puede enseñarnos mucho acerca del Creador. Como había tenido una estrecha relación con Dios, pudo revelar cómo es nuestro Creador (Juan 1:18; 2 Corintios 4:6; Hebreos 1:3). Y lo hizo. De hecho, en una ocasión dijo: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre también” (Juan 14:9).
16. ¿Qué ilustra la interacción de Jesús con una samaritana?
16 Analicemos el siguiente ejemplo. En una ocasión Jesús habló con una samaritana cerca de Sicar cuando se detuvo para descansar del viaje. Comunicó a esta mujer verdades profundas, centrándose en la necesidad de “[adorar] al Padre con espíritu y con verdad”. Los judíos de aquel tiempo evitaban a los samaritanos. Sin embargo, Jesús reflejó la disposición de Jehová de aceptar a los hombres y mujeres sinceros de todas las naciones, tal como vimos en el caso de Eliseo y Naamán. Debe tranquilizarnos el hecho de que Jehová esté por encima de la hostilidad religiosa de miras estrechas que impregna a este mundo. También podemos observar el hecho de que Jesús estuvo dispuesto a enseñar a una mujer, y en este caso a una mujer que vivía con un hombre que no era su esposo. En vez de condenarla, la trató con dignidad, de una manera que en verdad pudiera ayudarla. Después, otros samaritanos escucharon a Jesús y llegaron a esta conclusión: “Sabemos que este hombre es verdaderamente el salvador del mundo” (Juan 4:2-30, 39-42; 1 Reyes 8:41-43; Mateo 9:10-13).
17. ¿A qué conclusión lleva el relato de la resurrección de Lázaro?
17 Veamos otra ilustración de cómo podemos aprender del Creador al familiarizarnos con lo que Jesús hizo y enseñó. Pensemos en la ocasión de la muerte de Lázaro, el amigo de Jesús. Este había demostrado previamente el poder que tenía de devolver la vida a los muertos (Lucas 7:11-17; 8:40-56). Pero, ¿cómo reaccionó al ver llorar a María, la hermana de Lázaro? Jesús “gimió en el espíritu y se perturbó”. No fue indiferente ni altivo; más bien, “cedió a las lágrimas” (Juan 11:33-35). Esta no fue tan solo una reacción emocional. Jesús actuó de manera positiva: resucitó a Lázaro. Podemos imaginarnos cómo ayudó este suceso a los apóstoles a entender los sentimientos y acciones del Creador. También debe ayudarnos a nosotros y a otras personas a entender la personalidad y los caminos del Creador.
18. ¿Cómo debe verse el estudio de la Biblia?
18 No hay por qué avergonzarnos de estudiar la Biblia y aprender más acerca del Creador. La Biblia no es un libro anticuado. Alguien que la estudió y tuvo una relación estrecha con Jesús fue Juan. Posteriormente escribió: “Sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado capacidad intelectual para que adquiramos el conocimiento del verdadero. Y estamos en unión con el verdadero, por medio de su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y vida eterna” (1 Juan 5:20). Observemos que emplear la “capacidad intelectual” para adquirir conocimiento “del verdadero”, el Creador, puede llevarnos a “vida eterna”.
Cómo ayudar a otras personas a aprender acerca de Él
19. ¿Qué se ha hecho para ayudar a los escépticos?
19 Algunas personas necesitan muchas pruebas para creer que existe un Creador compasivo que se interesa por nosotros y entender cómo es él. Hay millones y millones de personas que aún son escépticas o cuya opinión sobre el Creador no armoniza con lo que la Biblia dice. ¿Cómo podemos ayudarlas? En las asambleas internacionales y de distrito de los testigos de Jehová de 1998 y 1999 se presentó un nuevo y eficaz instrumento en muchos idiomas: el libro ¿Existe un Creador que se interese por nosotros?
20, 21. a) ¿Cómo podemos utilizar bien el libro Creador? b) Relate experiencias sobre la probada eficacia del libro Creador.
20 Esta es una publicación que aumentará nuestra propia fe en el Creador y nuestra comprensión de su personalidad y sus caminos. ¿Por qué? Porque el libro ¿Existe un Creador que se interese por nosotros? se ha preparado especialmente con tales objetivos en mira. La pregunta “¿Qué puede dar más sentido a su vida?” es un motivo recurrente en toda la obra. El contenido se presenta de modo que resulte interesante incluso para las personas de educación elevada y, a su vez, explora deseos que son comunes a todos nosotros. Contiene información persuasiva y fascinante para los lectores que dudan de la existencia del Creador. El libro no presupone que el lector crea en Dios. A los escépticos les interesará mucho la exposición de recientes descubrimientos y conceptos científicos. Esta información también fortalecerá la fe de personas que ya creen en Dios.
21 Al estudiar este nuevo libro veremos que una parte de él presenta una síntesis de la historia bíblica en la que se destacan aspectos de la personalidad divina, a fin de ayudar a los lectores a conocer mejor a Dios. Muchos que ya lo han leído han comentado cómo ha sido cierto en su caso (véase el artículo siguiente, págs. 25, 26). Que también sea así en nuestro caso cuando estudiemos este libro y lo usemos para ayudar a otras personas a conocer mejor al Creador.
[Notas]
a Cuando era editor jefe de la revista The Catholic Biblical Quarterly, el erudito jesuita M. J. Gruenthaner dijo que es aplicable a este verbo lo que dijo sobre otro verbo relacionado, esto es, que “nunca comunica la idea de existencia en sentido abstracto, sino que siempre expresa ser o llegar a ser de manera fenoménica, por ejemplo, manifestándose concretamente”.
b Cuando los padres cuentan los relatos bíblicos a sus hijos pueden ayudarles planteándoles preguntas como estas. Así los jóvenes se familiarizarán con Dios y también aprenderán a meditar sobre su Palabra.
¿Lo aprendimos?
◻ ¿Cómo llegó Moisés a conocer mejor a Jehová en el monte Sinaí?
◻ ¿Por qué nos ayuda el estudio de la Biblia a saber cómo es Dios?
◻ ¿Qué podemos hacer para acercarnos más al Creador cuando leemos la Biblia?
◻ ¿De qué manera pensamos utilizar el libro Creador?
[Ilustración de la página 20]
¿Qué nos dice nuestro sistema inmunológico sobre el Creador?
[Ilustración de la página 21]
Sección de los Rollos del Mar Muerto, con el Tetragrámaton (el nombre de Dios en hebreo) destacado
[Reconocimiento]
Cortesía de Shrine of the Book, Israel Museum (Jerusalem)
[Ilustración de la página 23]
¿Qué aprendemos de la reacción de Jesús cuando vio llorar a María?