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LavanderoPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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Álcali. En hebreo la palabra para álcali es né·ther, un carbonato sódico al que también se conoce como natrón. Para distinguirlo del “álcali vegetal”, se le llama “álcali mineral”. El natrón es carbonato sódico natural, y en el ámbito comercial, se le conoce como sosa comercial o sal sosa. En Proverbios 25:20 se alude a su efervescencia cuando se mezcla con un ácido débil. Aunque en algunas traducciones se le llama “nitro”, no se debe confundir con el nitro moderno, que puede ser nitrato potásico o sódico.
Este álcali es un limpiador muy eficaz, bien solo o como componente del jabón. Este hecho añade fuerza a las palabras de Jehová en cuanto al grado de la pecaminosidad de Israel: “Aunque hicieras el lavado con álcali y tomaras para ti grandes cantidades de lejía, tu error ciertamente sería una mancha delante de mí”. (Jer 2:22.)
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LavanderoPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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Lejía. La palabra hebrea bo·ríth, que se traduce “lejía” (en algunas traducciones, “jabón”), se refiere a un “álcali vegetal” distinto del né·ther, el llamado álcali mineral. La diferencia no dependía de la composición química, sino, más bien, de dónde se obtenía. En Jeremías 2:22 aparecen las dos palabras en el mismo versículo. Químicamente la lejía de tiempos bíblicos era carbonato sódico o carbonato potásico, dependiendo de si las cenizas de las que se obtenía eran de la vegetación que crecía cerca del mar en suelo salino o de la vegetación que crecía en el interior. Se separaban los productos químicos de las cenizas por lixiviación con agua. Esta lejía es diferente del producto químico actual llamado “lejía”, el hidróxido potásico, que es muy cáustico.
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