CAPÍTULO 4
¿Quiénes son los seres vivientes de cuatro caras?
IDEA PRINCIPAL: Estudio detallado de los seres vivientes y lo que aprendemos de ellos
1, 2. ¿Por qué a veces Jehová utiliza medios visuales para enseñarles verdades profundas a sus siervos en la Tierra?
REUNIDOS en la cocina, alrededor de la mesa, unos padres están estudiando la Biblia con sus niños. Para ayudarlos a entender una enseñanza bíblica, el padre les hace unos dibujos muy sencillos. Y las sonrisas y los comentarios animados de los niños demuestran que lo está consiguiendo. Con palabras y dibujos, ayuda a sus pequeños a captar conceptos acerca de Jehová que serían difíciles de entender para niños de su edad.
2 Del mismo modo, Jehová se ha valido de medios visuales para ayudarnos a nosotros —sus hijos terrestres— a captar realidades invisibles que de otra forma no podríamos comprender. Por ejemplo, a fin de explicarle al profeta Ezequiel verdades profundas acerca de él mismo, Jehová le mostró una visión llena de imágenes asombrosas. En el capítulo anterior estudiamos una de esas imágenes. Centrémonos ahora en un aspecto específico de esa visión espectacular y descubramos por qué entender su significado nos puede acercar más a Jehová.
“Había algo parecido a cuatro seres vivientes”
3. a) De acuerdo con Ezequiel 1:4, 5, ¿qué vio el profeta en esta visión? (Vea el dibujo del principio). b) ¿Qué revela sobre Ezequiel la forma en que describe lo que vio?
3 Lea Ezequiel 1:4, 5. Ezequiel cuenta que “había algo parecido a cuatro seres vivientes” con características de ángel, de ser humano y de algunos animales. Fíjese en lo cuidadoso que es Ezequiel al describir lo que ve. Dice que “había algo parecido a” seres vivientes. A medida que usted lea toda la visión del capítulo 1 de Ezequiel, se dará cuenta de que el profeta usa constantemente expresiones como “algo parecido a”, “algo así como”, “era como” y “alguien que parecía” (Ezeq. 1:13, 24, 26). Es obvio que Ezequiel comprendió que solo estaba viendo representaciones o imágenes de realidades invisibles que existen en los cielos.
4. a) ¿Cómo se habrá sentido Ezequiel al ver la visión? b) ¿Qué sabía Ezequiel sobre los querubines?
4 Ezequiel debió quedar impresionado con las escenas y los sonidos de la visión. Los cuatro seres vivientes parecían “brasas ardientes” y “se movían como relámpagos”, a gran velocidad. El sonido que hacían sus alas era “como el ruido de aguas caudalosas” y el que ellos hacían al moverse era “como el de un ejército” (Ezeq. 1:13, 14, 24-28; vea el recuadro “Ezequiel observa ‘a los seres vivientes ’”). En una visión posterior, Ezequiel se refirió a esos cuatro seres vivientes como “querubines”, una clase de ángeles muy poderosos (Ezeq. 10:2). Puesto que Ezequiel creció en una familia de sacerdotes, sin duda sabía que los querubines tienen mucha relación con la presencia de Jehová y que están al servicio de Dios (1 Crón. 28:18; Sal. 18:10).
“Cada uno tenía cuatro caras”
5. a) ¿Cómo reflejan los querubines y sus cuatro caras la grandeza del poder y la gloria de Jehová? b) ¿Por qué nos trae a la mente el significado del nombre de Dios esta parte de la visión? (Vea la nota).
5 Lea Ezequiel 1:6, 10. Ezequiel vio que cada querubín tenía cuatro caras: una de hombre, una de león, una de toro y una de águila. Estas cuatro caras debieron enseñarle mucho sobre la extraordinaria grandeza del poder y la gloria de Jehová. ¿Por qué decimos eso? Es interesante que los cuatro rostros sean de criaturas que representan majestad, fuerza y poder. El león es un majestuoso animal salvaje, el toro es un imponente animal doméstico, el águila es una poderosa ave y el hombre es la obra maestra de las creaciones terrestres de Dios, la que domina a todos los demás seres vivos del planeta (Sal. 8:4-6). Con todo, Ezequiel vio en esta visión que esas cuatro poderosas creaciones de Dios —representadas en las caras de cada querubín— estaban debajo del trono de Jehová, el Soberano Supremo. ¡Qué forma tan acertada de reflejar que Jehová puede usar su creación para cumplir su propósito!a De hecho, refiriéndose a Jehová, el salmista escribió: “Su majestad está por encima de la tierra y del cielo” (Sal. 148:13).
6. ¿Qué pudo haber ayudado a Ezequiel a entender lo que representaban las cuatro caras?
6 Algún tiempo después de recibir la visión y de reflexionar en lo que había visto, Ezequiel quizá recordó que algunos siervos de Dios de épocas anteriores habían hecho comparaciones con animales. Por ejemplo, el patriarca Jacob comparó a su hijo Judá con un león y a su hijo Benjamín con un lobo (Gén. 49:9, 27). ¿Por qué? Porque el león y el lobo representan características o cualidades que reflejaban la personalidad de estos hombres y de sus descendientes. Así que, teniendo presente esto que Moisés escribió por inspiración divina, Ezequiel tal vez llegó a la lógica conclusión de que las caras de los querubines también representaban cualidades o virtudes muy importantes. ¿De qué cualidades se trata?
Cualidades de Jehová y de su familia celestial
7, 8. ¿Con qué virtudes se han relacionado muchas veces las cuatro caras de los querubines?
7 ¿Con qué virtudes relacionaron al león, al águila y al toro los escritores bíblicos anteriores a Ezequiel? Veamos las siguientes expresiones tomadas de la Biblia: “El hombre más valiente, el que tiene un corazón como de león” (2 Sam. 17:10; Prov. 28:1). “El águila se eleva” y “sus ojos miran muy lejos, en la distancia” (Job 39:27, 29). “La fortaleza del toro produce una cosecha abundante” (Prov. 14:4). De acuerdo con estos versículos, la cara del león valiente representa la justicia; la del águila, una sabiduría que ve más allá de lo evidente, y la del toro, un poder extraordinario. Esto es lo que muchas veces se ha explicado en nuestras publicaciones.
8 ¿Y qué podría representar “la cara de un hombre”? (Ezeq. 10:14). Tiene que tratarse de una cualidad que se pueda representar con seres humanos —criaturas hechas a la imagen y semejanza de Dios—, y no con animales (Gén. 1:27). Dicha cualidad —que en la Tierra es exclusiva de los seres humanos— se destaca en estos mandatos de Dios: “Ama a Jehová tu Dios con todo tu corazón”, y “ama a tu prójimo como te amas a ti mismo” (Deut. 6:5; Lev. 19:18). Cuando obedecemos estos mandatos mostrando amor puro, sin egoísmo, reflejamos el amor de Jehová. De hecho, el apóstol Juan escribió: “Nosotros amamos porque él nos amó primero” (1 Juan 4:8, 19). Así que “la cara de un hombre” representa el amor.
9. ¿Quiénes tienen las cualidades representadas en las cuatro caras de los querubines?
9 ¿Y quiénes tienen esas cualidades? Las caras son de los querubines, de modo que las cualidades son de todos aquellos a los que representan los querubines de la visión: las fieles criaturas espirituales que componen la familia celestial de Jehová (Apoc. 5:11). Y, así como la vida de los querubines proviene de Jehová, las cualidades de ellos también provienen de él (Sal. 36:9). En consecuencia, los rostros de los querubines representan cualidades propias de Jehová (Job 37:23; Sal. 99:4; Prov. 2:6; Miq. 7:18). ¿Cuáles son algunas maneras en las que Jehová demuestra estas sobresalientes cualidades?
10, 11. ¿De qué maneras nos beneficiamos ahora de la forma en que Jehová demuestra sus cuatro virtudes fundamentales?
10 Justicia. Jehová es el Dios que “ama la justicia” y por eso “no trata a nadie con parcialidad” (Sal. 37:28; Deut. 10:17). De ahí que, sin importar nuestra posición social o el ambiente en que hayamos crecido, todos tenemos la oportunidad de convertirnos en sus siervos y seguir siéndolo, así como de recibir bendiciones por la eternidad. Sabiduría. Dado que “tiene un corazón sabio”, Jehová nos ha regalado un libro repleto de “sabiduría práctica” (Job 9:4; Prov. 2:7). Seguir los sabios consejos de la Biblia nos ayuda a afrontar los problemas del día a día y a llevar una vida con sentido. Poder. Jehová es “muy poderoso” y emplea su espíritu santo para darnos “el poder que va más allá de lo normal”. Este espíritu nos da las fuerzas que nos hacen falta para sobrellevar las dificultades, por graves o preocupantes que sean (Nah. 1:3; 2 Cor. 4:7; Sal. 46:1).
11 Amor. Puesto que Jehová es el Dios que está “lleno de amor leal”, él nunca abandona a sus siervos fieles (Sal. 103:8; 2 Sam. 22:26). Es cierto que pudiéramos sentirnos tristes al ver que los problemas de salud o los achaques de la edad no nos dejan hacer todo lo que hacíamos antes en el servicio a Jehová. Pero, aun así, nos reconforta saber que Jehová tiene muy presente todo lo que el amor nos impulsó a hacer por él en el pasado (Heb. 6:10). Está claro que ya nos estamos beneficiando muchísimo de la forma en que Jehová demuestra su justicia, sabiduría, poder y amor, y en el futuro nos seguiremos beneficiando de estas cuatro virtudes fundamentales.
12. ¿Qué hay que admitir sobre nuestra capacidad para comprender las cualidades de Jehová?
12 Por supuesto, hay que admitir que nuestra comprensión de las cualidades de Jehová es muy limitada, apenas conocemos “los bordes de sus caminos” (Job 26:14). “No está a nuestro alcance entender al Todopoderoso”, pues “su grandeza supera toda comprensión” (Job 37:23; Sal. 145:3). Por eso reconocemos que las cualidades de Jehová no tienen límite, ni en número ni en alcance, y no pueden separarse unas de otras (lea Romanos 11:33, 34). De hecho, la propia visión de Ezequiel confirma que eso es cierto (Sal. 139:17, 18). ¿Qué detalle de la visión destaca esa importante verdad?
Cuatro caras, cuatro alas, cuatro lados
13, 14. ¿Qué representan las cuatro caras de los querubines? ¿Y cómo llegamos a esa conclusión?
13 Los querubines que Ezequiel vio en la visión no tenían una cara, sino cuatro. ¿Qué quiere decir eso? Recordemos que la Palabra de Dios usa a menudo el número cuatro para transmitir la idea de algo que es abarcador o completo (Is. 11:12; Mat. 24:31; Apoc. 7:1). Es interesante que en esta visión en particular, Ezequiel mencione el número cuatro nada menos que once veces (Ezeq. 1:5-18). ¿A qué conclusión nos lleva esto? Así como los cuatro querubines representan a todas las criaturas espirituales fieles, las cuatro caras de los querubines vistas en conjunto representan o abarcan todas las cualidades de Jehová.b
14 Para entender por qué las cuatro caras de los querubines no representan solamente cuatro cualidades, pensemos en lo que ocurre con las cuatro ruedas de la visión. Cada rueda es asombrosa, pero las cuatro ruedas —vistas en conjunto— forman algo más que cuatro asombrosas ruedas: son la base en la que se apoya el carro. De manera parecida, las cuatro caras —vistas en conjunto— forman algo más que cuatro asombrosas cualidades: son la base de la maravillosa personalidad de Jehová.
Jehová está cerca de todos sus siervos leales
15. ¿Qué tranquilizadora lección aprendió Ezequiel en la primera visión que recibió?
15 En su primera visión, Ezequiel aprendió una lección muy importante y tranquilizadora que tenía que ver con su relación con Jehová. ¿Cuál fue? Esa lección la extraemos al principio del libro que escribió el profeta. Primero dijo que estaba “en la tierra de los caldeos”, y luego, refiriéndose a sí mismo, añadió: “Allí la mano de Jehová vino sobre él” (Ezeq. 1:3). Ezequiel no dijo que había recibido la visión en Jerusalén, sino allí, es decir, en Babilonia.c Entonces, ¿qué le enseñó esto a Ezequiel? Que, aunque él era un pobre exiliado al que habían alejado de Jerusalén y su templo, no se encontraba lejos de Jehová y de su adoración. El hecho de que Jehová se apareciera a Ezequiel en Babilonia le demostró que para darle adoración pura a Dios lo importante no era el lugar donde él estuviera ni el puesto que ocupara. Lo que de veras importaba era lo que tenía en el corazón y su deseo de servir a Jehová.
16. a) ¿Qué reconfortante garantía nos da la visión de Ezequiel? b) ¿Por qué se siente usted impulsado a servir a Jehová con todo el corazón?
16 Y a nosotros, ¿qué garantía nos da la animadora lección que aprendió Ezequiel? Nos garantiza que, si servimos a Jehová con todo el corazón, él seguirá cerca de nosotros sin importar dónde vivamos, lo agobiados que estemos o la situación en la que nos encontremos (Sal. 25:14; Hech. 17:27). Movido por el gran amor leal que le tiene a cada uno de sus siervos, Jehová no nos da por perdidos enseguida (Éx. 34:6). De modo que siempre podemos contar con el amor leal de Dios; nunca estaremos fuera de su alcance (Sal. 100:5; Rom. 8:35-39). Además, esta impactante visión de la santidad de Jehová y su incomparable poder nos recuerda que él se merece nuestra adoración (Apoc. 4:9-11). Estamos muy agradecidos de que Jehová usara estas visiones para ayudarnos a entender algunas verdades importantes sobre él mismo y sus virtudes. Cuanto mejor conocemos las atractivas cualidades de Jehová, más cerca nos sentimos de él, y esto nos impulsa a alabarlo y servirle con todo nuestro corazón y todas nuestras fuerzas (Luc. 10:27).
17. ¿Qué preguntas se responderán en los próximos capítulos?
17 Pero, por desgracia, para la época de Ezequiel la adoración pura estaba contaminada. ¿Cómo había pasado eso? ¿Qué hizo Jehová? ¿Y qué aprendemos de lo que sucedió en el pasado? Estas preguntas se responderán en los próximos capítulos.
a La descripción que Ezequiel hace de estos seres nos trae a la mente el nombre de Dios, Jehová. Consideramos que este nombre significa “él hace que llegue a ser”, y una de las ideas que este incluye es que Dios hace que su creación haga o llegue a ser lo que sea necesario para cumplir su propósito (vea el apéndice A4 de la Traducción del Nuevo Mundo).
b A lo largo de los años, nuestras publicaciones han analizado unas cincuenta cualidades de Jehová (en la entrada “Jehová” del Índice de las publicaciones Watch Tower, vea el apartado “Cualidades por nombre”).
c Un comentarista bíblico explica que la expresión allí es “una palabra que, por sí sola, captura mejor que cualquier otra lo asombroso del momento”. Y añade: “¡Dios estaba allí, en Babilonia! ¡Qué consuelo!”.