Capítulo 9
¿Quién gobernará el mundo?
1-3. Relate el sueño y las visiones que tuvo Daniel en el primer año del reinado de Belsasar.
LAS apasionantes profecías de Daniel nos hacen retroceder ahora al primer año de Belsasar, el rey de Babilonia. A pesar de su prolongado destierro en esa ciudad, la integridad de Daniel a Jehová no se ha debilitado. Ya con más de 70 años, el fiel profeta tiene “un sueño y visiones de su cabeza sobre su cama” que lo asustan terriblemente (Daniel 7:1, 15).
2 “¡Pues vea! —exclama Daniel—, los cuatro vientos de los cielos estaban agitando el vasto mar. Y cuatro enormes bestias estaban saliendo del mar, y cada una era diferente de las otras.” ¡Qué bestias más impresionantes! La primera es un león alado, y la segunda, semejante a un oso. Luego sigue un leopardo con cuatro alas y cuatro cabezas. La cuarta bestia tiene una fuerza descomunal, grandes dientes de hierro y diez cuernos. De entre estos se levanta un cuerno “pequeño” con “ojos como los ojos de un hombre” y “una boca que estaba hablando cosas grandiosas” (Daniel 7:2-8).
3 A continuación, las visiones de Daniel dirigen nuestra atención a los cielos. El Anciano de Días se sienta en su glorioso trono como Juez del Tribunal celestial. ‘Hay mil millares que siguen ministrándole, y diez mil veces diez mil que siguen de pie directamente delante de él.’ Tras condenar a las bestias, les quita su gobernación y destruye a la cuarta de ellas. El gobierno permanente de “los pueblos, grupos nacionales y lenguajes” se otorga a “alguien como un hijo del hombre” (Daniel 7:9-14).
4. a) ¿A quién acudió Daniel para obtener información confiable? b) ¿Por qué es importante para nosotros lo que Daniel vio y oyó aquella noche?
4 “En cuanto a mí, Daniel —dice el profeta—, mi espíritu estaba angustiado dentro de mí a causa de ello, y las visiones mismas de mi cabeza empezaron a asustarme.” Por lo tanto, solicita “información confiable acerca de todo esto” a un ángel, quien le da, en efecto, “la interpretación misma de los asuntos” (Daniel 7:15-28). Lo que Daniel vio y oyó aquella noche nos interesa profundamente, pues señala a sucesos mundiales futuros que se extienden hasta nuestros días, cuando “alguien como un hijo del hombre” recibiría la gobernación sobre todos “los pueblos, grupos nacionales y lenguajes”. Con la ayuda de la Palabra y el espíritu de Dios, nosotros también podemos comprender el significado de esas visiones proféticas.a
CUATRO BESTIAS SALEN DEL MAR
5. ¿Qué simboliza el mar azotado por el viento?
5 Daniel dijo que “cuatro enormes bestias estaban saliendo del mar” (Daniel 7:3). ¿Qué simbolizó el mar azotado por el viento? Muchos años después, el apóstol Juan vio a una bestia salvaje de siete cabezas que salía del “mar”. Ese mar representó a “pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas”, es decir, a la enorme cantidad de personas que viven alejadas de Dios. Así pues, el mar constituye un símbolo adecuado de esas masas de la humanidad apartadas de Jehová (Revelación [Apocalipsis] 13:1, 2; 17:15; Isaías 57:20).
6. ¿Qué representan las cuatro bestias?
6 “En cuanto a estas enormes bestias —dijo el ángel de Dios—, porque son cuatro, hay cuatro reyes que se pondrán de pie desde la tierra.” (Daniel 7:17.) El ángel dijo claramente que las cuatro bestias que Daniel vio eran “cuatro reyes”, lo que indica que representan a potencias mundiales. Pero ¿cuáles?
7. a) ¿Qué dicen ciertos comentaristas de la Biblia en cuanto al sueño y visión de Daniel sobre las cuatro bestias y el sueño del rey Nabucodonosor sobre una imagen inmensa? b) ¿Qué representaron cada una de las cuatro partes metálicas de la imagen?
7 Los comentaristas de la Biblia suelen relacionar el sueño y visión de Daniel sobre las cuatro bestias con el sueño de Nabucodonosor acerca de una imagen inmensa. Por ejemplo, The Expositor’s Bible Commentary afirma: “El capítulo 7 [de Daniel] corre paralelo al capítulo 2”. The Wycliffe Bible Commentary señala: “Es un hecho generalmente aceptado que esta sucesión de cuatro dominaciones gentiles [...] es la misma [en el capítulo 7 de Daniel] que en el capítulo 2”. Las cuatro potencias mundiales representadas por los cuatro metales del sueño de Nabucodonosor fueron el Imperio babilónico (la cabeza de oro), Medopersia (el pecho y los brazos de plata), Grecia (el vientre y los muslos de cobre) y el Imperio romano (las piernas de hierro)b (Daniel 2:32, 33). Veamos cómo esos reinos corresponden a las cuatro enormes bestias que Daniel vio.
FEROZ COMO UN LEÓN, VELOZ COMO UN ÁGUILA
8. a) ¿Cómo describió Daniel a la primera bestia? b) ¿A qué imperio representó la primera bestia, y en qué sentido se comportó como un león?
8 Las bestias que Daniel contempló eran impresionantes. A una de ellas la describió así: “La primera era como un león, y tenía las alas de un águila. Seguí contemplando hasta que sus alas fueron arrancadas, y fue alzada de la tierra y se le hizo pararse sobre dos pies justamente como un hombre, y se le dio el corazón de un hombre” (Daniel 7:4). Esta bestia representó a la misma gobernación que la cabeza de oro de la imagen inmensa, la potencia mundial babilónica (607-539 a.E.C.). Depredadora como un “león”, Babilonia devoró con ferocidad a las naciones, incluido el pueblo de Dios (Jeremías 4:5-7; 50:17). Como con las alas de un águila, el “león” avanzó en veloz ofensiva (Lamentaciones 4:19; Habacuc 1:6-8).
9. ¿Qué cambios sufrió la bestia semejante a un león, y con qué consecuencias?
9 Con el tiempo, a este singular león le ‘arrancaron’ las alas. Hacia el final del reinado de Belsasar, Babilonia perdió su rapidez de conquista y la supremacía que, como un león, había ejercido sobre las naciones. Su velocidad no era superior a la de un hombre, que se desplaza con dos pies. Puesto que se le dio “el corazón de un hombre”, también se volvió débil. Sin “el corazón del león”, ya no pudo comportarse como el rey “entre las bestias de un bosque” (compárese con 2 Samuel 17:10; Miqueas 5:8). Otra enorme bestia la desbancó.
VORAZ COMO UN OSO
10. ¿A qué línea de gobernantes simbolizó el “oso”?
10 “¡Pues vea! —dijo Daniel—, otra bestia, una segunda, y esta era como un oso. Y de un lado estaba levantada, y había tres costillas en su boca entre sus dientes; y esto era lo que le decían: ‘Levántate, come mucha carne’.” (Daniel 7:5.) El “oso” representó al mismo rey que el pecho y los brazos de plata de la gigantesca imagen: la línea de gobernantes medopersas (539-331 a.E.C.), que comenzó con Darío el medo y Ciro el Grande y finalizó con Darío III.
11. ¿Qué significa el hecho de que el oso simbólico estuviera levantado de un lado y tuviera tres costillas en la boca?
11 El oso simbólico estaba ‘levantado de un lado’, tal vez preparado para atacar y someter a otras naciones a fin de mantener su dominación mundial. Es posible, también, que con esa postura se pretendiera indicar que el linaje de reyes persas prevalecería sobre el único rey medo, Darío. Las tres costillas que el oso llevaba entre los dientes podrían referirse a las tres direcciones en las que extendió sus conquistas. El “oso” medopersa se dirigió primero hacia el norte y se apoderó de Babilonia en 539 a.E.C. Después se desplazó hacia el oeste, y tras cruzar Asia Menor, invadió Tracia. Por último, avanzando hacia el sur, conquistó Egipto. Puesto que en ocasiones se emplea el número tres como un símbolo de intensidad, las tres costillas pudieran asimismo destacar el hambre insaciable de conquista del oso simbólico.
12. ¿Qué sucedió cuando el oso simbólico obedeció el mandato “Levántate, come mucha carne”?
12 El “oso” arremetió contra las naciones en respuesta a las palabras: “Levántate, come mucha carne”. Conforme a la voluntad divina, Medopersia devoró a Babilonia, colocándose en una situación propicia para prestar un valioso servicio al pueblo de Jehová. Y así lo hizo (véase el apartado “Un monarca tolerante”, en la pág. 149). Por medio de Ciro el Grande, Darío I (Darío el Grande) y Artajerjes I, Medopersia liberó a los judíos cautivos en Babilonia y les ayudó a reconstruir el templo de Jehová y las murallas de Jerusalén. Con el tiempo, Medopersia llegó a contar con 127 distritos jurisdiccionales; Asuero (Jerjes I), el esposo de la reina Ester, “reinaba desde la India hasta Etiopía” (Ester 1:1). Sin embargo, otra bestia estaba por surgir.
VELOZ COMO UN LEOPARDO ALADO
13. a) ¿Qué simbolizó la tercera bestia? b) ¿Qué se puede decir de la velocidad de la tercera bestia y de sus dominios?
13 La tercera bestia era “como un leopardo, pero tenía cuatro alas de una criatura voladora en la espalda. Y la bestia tenía cuatro cabezas, y se le dio gobernación en realidad” (Daniel 7:6). Igual que el vientre y los muslos de cobre —la sección correspondiente en la imagen del sueño de Nabucodonosor—, este leopardo con cuatro alas y cuatro cabezas simbolizó la línea de gobernantes macedonios, o griegos, que comenzó con Alejandro Magno. Con la agilidad y rapidez de un leopardo, Alejandro atravesó Asia Menor, se desvió hacia el sur para invadir Egipto y luego prosiguió hasta el límite occidental de la India (compárese con Habacuc 1:8). Sus dominios fueron más extensos que los del “oso”, pues comprendieron Macedonia, Grecia y el Imperio persa (véase el apartado “Un joven rey conquista el mundo”, en la pág. 153).
14. ¿Cómo llegó a tener cuatro cabezas el “leopardo”?
14 El “leopardo” llegó a tener cuatro cabezas tras la muerte de Alejandro, acaecida en 323 a.E.C. Cuatro de sus generales acabaron sucediéndole en las distintas secciones de su imperio: Seleuco se quedó con Mesopotamia y Siria; Tolomeo dominó Egipto y Palestina; Lisímaco gobernó sobre Asia Menor y Tracia, y Casandro, sobre Macedonia y Grecia (véase el apartado “Un reino inmenso se divide”, en la pág. 162). Pero entonces se presentó una nueva amenaza.
UNA BESTIA ESPANTOSA Y DIFERENTE
15. a) Describa a la cuarta bestia. b) ¿Qué simbolizó la cuarta bestia, y cómo aplastó y devoró cuanto halló a su paso?
15 Daniel calificó a la cuarta bestia de “espantosa y terrible y extraordinariamente fuerte”. Añadió: “Y tenía dientes de hierro, grandes. Estaba devorando y triturando, y lo que quedaba lo estaba pisoteando con sus pies. Y era una cosa diferente de todas las otras bestias que habían sido antes de ella, y tenía diez cuernos” (Daniel 7:7). Esta temible bestia nació cuando Roma alcanzó el rango de potencia política y militar. Una tras otra, se hizo con las cuatro secciones en que se dividió el Imperio griego en el período helenístico; en el año 30 a.E.C., ya se había erigido en la siguiente potencia mundial de las profecías bíblicas. Subyugando con su poderío militar cuanto halló a su paso, el Imperio romano se fue expandiendo hasta abarcar las islas británicas, gran parte de Europa y toda la zona en torno al Mediterráneo, llegando incluso hasta el golfo Pérsico, más allá de Babilonia.
16. ¿Qué dijo el ángel en cuanto a la cuarta bestia?
16 Deseoso de averiguar el significado de aquella bestia “extraordinariamente espantosa”, Daniel escuchó con atención la explicación del ángel: “En cuanto a [sus] diez cuernos, de ese reino hay diez reyes que se levantarán; y hasta otro se levantará después de ellos, y él mismo será diferente de los primeros, y a tres reyes humillará” (Daniel 7:19, 20, 24). ¿Qué eran esos “diez cuernos” o “diez reyes”?
17. ¿Qué simbolizan los “diez cuernos” de la cuarta bestia?
17 Cuando Roma se hizo más próspera, y comenzó su decadencia debido al estilo de vida disoluto de la clase dominante, su poderío militar disminuyó, y a la larga ese declive se hizo obvio. El poderoso imperio acabó por fragmentarse en muchos reinos. Puesto que el número diez a menudo se emplea en la Biblia como símbolo de plenitud, los “diez cuernos” de la cuarta bestia representan a todos los reinos que surgieron a raíz de la desintegración de Roma (compárese con Deuteronomio 4:13; Lucas 15:8; 19:13, 16, 17).
18. ¿Cómo continuó ejerciendo Roma su dominio sobre Europa siglos después del derrocamiento de su último emperador?
18 Sin embargo, el derrocamiento del último emperador que gobernó en Roma, en 476 E.C., no supuso el fin de esta potencia mundial, pues Europa siguió estando durante muchos siglos bajo la dominación política, y sobre todo religiosa, de la Roma papal. El instrumento utilizado fue el sistema feudal, en el que la mayoría de la gente estaba sujeta a un señor; este, a su vez, a un rey; y todos los reyes, por su parte, reconocían la autoridad del Papa. Por lo tanto, el Sacro Imperio Romano, con el papado de Roma como centro, dirigió los asuntos mundiales durante ese largo período de la historia que se ha llamado la Edad del Oscurantismo.
19. Según cierto historiador, ¿cómo difirió Roma de los imperios que la precedieron?
19 Es innegable que la cuarta bestia era “diferente de todos los demás reinos” (Daniel 7:7, 19, 23). El historiador H. G. Wells escribió tocante a ello: “El nuevo poderío [...], el poderío romano, representaba en varios respectos algo distinto de los grandes imperios que hasta entonces prevalecieran en el mundo civilizado. [...] Incorporó [...] casi todos los [pueblos] griegos del mundo, y su población fue menos fuertemente [camita] y semita que la de ninguno de los imperios anteriores. [...] En ese sentido fue en la historia un modelo nuevo [...]. El Imperio romano fue un progreso: un progreso original y no previsto, ya que el pueblo romano se encontró comprometido, sin casi darse cuenta de ello, en un vasto experimento administrativo”. Pero la cuarta bestia habría de crecer aún más.
UN CUERNO PEQUEÑO ALCANZA LA SUPREMACÍA
20. ¿Qué dijo el ángel respecto al brote de un cuerno pequeño en la cabeza de la cuarta bestia?
20 Daniel dijo: “Seguí considerando los cuernos, y, ¡mire!, otro cuerno, uno pequeño, salió entre ellos, y hubo tres de los primeros cuernos que fueron arrancados de delante de él” (Daniel 7:8). Respecto a este brote, el ángel le explicó: “Otro se levantará después de [los diez reyes], y él mismo será diferente de los primeros, y a tres reyes humillará” (Daniel 7:24). ¿Quién es este rey, cuándo surgió y a qué tres reyes humilló?
21. ¿Cómo se convirtió Gran Bretaña en el simbólico cuerno pequeño de la cuarta bestia?
21 Examinemos el curso de los acontecimientos. En el año 55 a.E.C., el general romano Julio César invadió Britania, pero no pudo establecer un verdadero asentamiento. En 43 E.C., el emperador Claudio emprendió una conquista del sur de Britania que sería más permanente. Después, en 122, el emperador Adriano inició la construcción de un muro que se extendía desde el río Tyne hasta el golfo de Solway y que señalaba el límite septentrional del Imperio romano. A principios del siglo V, las legiones romanas abandonaron la isla. Un historiador explicó: “En el siglo XVI, Inglaterra era una potencia secundaria. Su riqueza era escasa en comparación con la de los Países Bajos, y tenía muchos menos habitantes que Francia. Sus fuerzas armadas (incluida su flota) eran inferiores a las de España”. Gran Bretaña, un reino sin importancia en aquel tiempo, constituía el simbólico cuerno pequeño de la cuarta bestia. Pero la situación iba a cambiar.
22. a) ¿Cuáles fueron los tres cuernos de la cuarta bestia a los que el cuerno “pequeño” derrotó? b) ¿En qué se convirtió Gran Bretaña?
22 En 1588, Felipe II de España envió la Armada Invencible contra Gran Bretaña. Tras adentrarse en el canal de la Mancha, aquella escuadra de 130 barcos, con más de veinticuatro mil hombres a bordo, se vio derrotada ante la flota británica, y posteriormente sucumbió víctima de los vientos adversos y las violentas tempestades atlánticas. Según cierto historiador, a raíz de aquel suceso “la supremacía naval pasó definitivamente de España a Inglaterra”. En el siglo XVII, la flota mercante holandesa era la mayor del mundo, pero Gran Bretaña logró imponerse merced a sus florecientes colonias de ultramar. Durante el siglo XVIII, las luchas entre británicos y franceses en Norteamérica y la India desembocaron en el Tratado de París, firmado en 1763. Según el escritor William B. Willcox, este acuerdo “reconoció la nueva posición de Gran Bretaña como la potencia europea predominante fuera de Europa”. La aplastante victoria sobre Napoleón I de Francia, en 1815, vino a confirmar la supremacía de Gran Bretaña. Por tanto, los “tres reyes” a los que esta potencia humilló fueron España, los Países Bajos y Francia (Daniel 7:24). De ese modo, Gran Bretaña se erigió en el mayor imperio colonial y comercial del planeta. En efecto, el cuerno “pequeño” había crecido hasta convertirse en una potencia mundial.
23. ¿En qué sentido ‘devoró toda la tierra’ el cuerno “pequeño”?
23 El ángel le dijo a Daniel que la cuarta bestia, o cuarto reino, ‘devoraría toda la tierra’ (Daniel 7:23). Esas palabras se cumplieron en la provincia romana que una vez se llamó Britania. Convertida más tarde en el Imperio británico, ‘devoró toda la tierra’, pues llegó un momento en que dominó una cuarta parte tanto de la superficie del planeta como de la humanidad.
24. Según cierto historiador, ¿en qué difirió el Imperio británico de todos los demás?
24 Tal como el Imperio romano difería de las potencias mundiales anteriores, el rey representado por el cuerno “pequeño” también ‘sería diferente de los primeros’ (Daniel 7:24). El historiador H. G. Wells señaló que el Imperio británico constituía una “combinación política absolutamente única y sin precedentes en la Historia del mundo. Primeramente, y como eje de todo el sistema, estaba la ‘República coronada’ del Reino Unido [...]. Ningún organismo ni individuo se había imaginado jamás al Imperio británico como un todo homogéneo. Era, en realidad, una simple amalgama, hecha por acumulación, absolutamente distinta de todo lo que hasta ahora haya podido merecer el nombre de ‘Imperio’”.
25. a) ¿Quiénes componen el cuerno pequeño simbólico en su última etapa? b) ¿Por qué puede decirse que el cuerno “pequeño” tiene “ojos como los ojos de un hombre” y “una boca que [habla] cosas grandiosas”?
25 El cuerno “pequeño” no sería solo el Imperio británico. En 1783, este reconoció la independencia de sus trece colonias americanas. Estados Unidos de América, aliado más tarde con Gran Bretaña, salió de la II Guerra Mundial convertido en la nación más poderosa de la Tierra. Puesto que aún mantiene fuertes vínculos con aquel país, la consiguiente potencia mundial binaria angloamericana constituye el ‘cuerno con ojos’. Sin duda, es observadora y sagaz. También ‘habla cosas grandiosas’, pues dicta la política de la mayor parte del mundo y actúa como su portavoz o “falso profeta” (Daniel 7:8, 11, 20; Revelación 16:13; 19:20).
EL CUERNO PEQUEÑO SE OPONE A DIOS Y A LOS SANTOS
26. ¿Qué predijo el ángel en cuanto al habla y las acciones del cuerno simbólico para con Jehová y sus siervos?
26 Daniel siguió explicando su visión: “Seguí contemplando cuando aquel mismo cuerno hizo guerra contra los santos, y prevalecía contra ellos” (Daniel 7:21). Respecto a este “cuerno”, o rey, el ángel de Dios predijo: “Hablará hasta palabras contra el Altísimo, y hostigará continuamente a los santos mismos del Supremo. Y tendrá intención de cambiar tiempos y ley, y ellos serán dados en su mano por un tiempo, y tiempos y la mitad de un tiempo” (Daniel 7:25). ¿Cómo se cumplió esta parte de la profecía, y cuándo?
27. a) ¿Quiénes son “los santos” a quienes el cuerno “pequeño” persigue? b) ¿Cómo intentó “cambiar tiempos y ley” el cuerno simbólico?
27 “Los santos” a quienes el cuerno “pequeño” —la potencia mundial angloamericana— persigue son los seguidores de Jesús ungidos por espíritu que viven en la Tierra (Romanos 1:7; 1 Pedro 2:9). Al inicio de la I Guerra Mundial, este resto de ungidos llevaba muchos años advirtiendo públicamente de que en 1914 concluirían “los tiempos señalados de las naciones” (Lucas 21:24). Cuando la guerra estalló ese año, se hizo patente que el cuerno “pequeño” no había hecho caso de ese aviso, pues siguió hostigando a los “santos” ungidos. La potencia mundial angloamericana llegó al punto de oponerse a que estos cumplieran el mandato (o “ley”) de Jehová según el cual sus Testigos debían predicar las buenas nuevas del Reino en toda la Tierra (Mateo 24:14). De modo que el cuerno “pequeño” intentó “cambiar tiempos y ley”.
28. ¿Cuál es la duración de “un tiempo, y tiempos y la mitad de un tiempo”?
28 El ángel de Jehová se refirió a un período profético de “un tiempo, y tiempos y la mitad de un tiempo”. ¿Cuánto duraría ese período? Los comentaristas de la Biblia generalmente coinciden en que esta expresión significa tres tiempos y medio, es decir, la suma de un tiempo, dos tiempos y medio tiempo. Puesto que los “siete tiempos” de la locura de Nabucodonosor fueron siete años, los tres tiempos y medio son tres años y medioc (Daniel 4:16, 25). La Sagrada Biblia de Bover-Cantera, 1947, dice así: “Serán entregados en su poder por un año, dos años y medio año”. La Biblia de América dice: “Por un período de tres años y medio”. El pasaje de Revelación 11:2-7 menciona el mismo plazo, e indica que los testigos de Dios predicarían vestidos de saco durante 42 meses, o 1.260 días, y luego se les daría muerte. ¿Cuándo empezó y terminó ese período?
29. ¿Cuándo y cómo empezaron los tres años y medio proféticos?
29 La I Guerra Mundial fue un tiempo de pruebas para los cristianos ungidos, quienes hacia fines de 1914 esperaban ser objeto de persecución. De hecho, el texto del año que se eligió para 1915 fue precisamente la pregunta de Jesús a sus discípulos “¿Podéis beber de mi copa?”, basada en Mateo 20:22 según la Versión del Rey Jacobo. Por lo tanto, aquel pequeño grupo de Testigos predicaron “vestidos de saco” a partir de diciembre de 1914.
30. ¿Cómo hostigó a los cristianos ungidos la potencia mundial angloamericana durante la I Guerra Mundial?
30 Conforme se extendió la fiebre bélica, los cristianos ungidos afrontaron más oposición. Algunos fueron encarcelados. Otros, como Frank Platt, en Inglaterra, y Robert Clegg, en Canadá, sufrieron torturas a manos de autoridades crueles. El 12 de febrero de 1918, la Confederación de Canadá, parte del Imperio británico, proscribió el séptimo tomo de Studies in the Scriptures (Estudios de las Escrituras) —que acababa de publicarse con el título The Finished Mystery (El misterio terminado)— y los impresos de la serie Mensuario de los Estudiantes de la Biblia. El mes siguiente, el Departamento de Justicia estadounidense declaró ilegal la distribución del séptimo tomo, lo que dio lugar a registros domiciliarios, confiscación de publicaciones y detenciones de siervos de Jehová.
31. ¿Cuándo concluyó el período de “un tiempo, y tiempos y la mitad de un tiempo”, y con qué suceso?
31 El hostigamiento de los ungidos de Dios alcanzó su punto culminante el 21 de junio de 1918, cuando, sobre la base de acusaciones falsas, se impusieron largas condenas de prisión a J. F. Rutherford, presidente de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract, y a otros miembros destacados de esta. En su pretensión de “cambiar tiempos y ley”, el cuerno “pequeño” realmente acabó con la predicación organizada (Revelación 11:7). Por lo tanto, el predicho período de “un tiempo, y tiempos y la mitad de un tiempo” concluyó en junio de 1918.
32. ¿Por qué puede decirse que el cuerno “pequeño” no acabó con “los santos”?
32 Sin embargo, el hostigamiento a que les sometió el cuerno “pequeño” no acabó con “los santos”. Tal como se profetizó en el libro de Revelación, tras un breve período de inactividad los cristianos ungidos revivieron y se reactivaron (Revelación 11:11-13). El 26 de marzo de 1919 se puso en libertad al presidente de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract y a sus compañeros, y con el tiempo se les exoneró de los cargos falsos presentados en su contra. Sin perder un instante, el resto ungido empezó a reorganizarse para reanudar sus actividades. Ahora bien, ¿qué le esperaba al cuerno “pequeño”?
EL ANCIANO DE DÍAS PRESIDE EL TRIBUNAL
33. a) ¿Quién es el Anciano de Días? b) ¿Qué eran los “libros que se abrieron” ante el Tribunal celestial?
33 Tras describir a las cuatro bestias, Daniel dirige su mirada a un escenario celestial, donde contempla al Anciano de Días sentándose en su trono resplandeciente en funciones de Juez. El Anciano de Días no es otro que Jehová Dios (Salmo 90:2). Mientras el Tribunal celestial toma asiento, Daniel ve ‘libros que se abren’ (Daniel 7:9, 10). Puesto que la existencia de Jehová se remonta al pasado infinito, conoce toda la historia humana como si estuviera escrita en un libro; ha observado el curso de las cuatro bestias simbólicas y puede juzgarlas a todas con conocimiento de causa.
34, 35. ¿Qué le espera al cuerno “pequeño” y a las demás potencias semejantes a bestias?
34 Daniel prosigue: “Seguí contemplando en aquel tiempo debido al sonido de las palabras grandiosas que el cuerno estaba hablando; seguí contemplando hasta que la bestia fue muerta y su cuerpo fue destruido y fue dado al fuego ardiente. Pero en cuanto a las demás bestias, sus gobernaciones fueron quitadas, y hubo un alargamiento de vida que se les dio por un tiempo y sazón” (Daniel 7:11, 12). El ángel explica a Daniel: “El Tribunal mismo procedió a sentarse, y finalmente le quitaron su propia gobernación, para aniquilarlo y destruirlo totalmente” (Daniel 7:26).
35 Por decreto del Gran Juez, Jehová Dios, el cuerno que profirió blasfemias contra él y que hostigó a sus “santos” correrá la misma suerte que el Imperio romano, el cual persiguió a los primeros cristianos. Su gobernación no perdurará, ni tampoco la de los “reyes” de menor importancia que, a modo de cuernos, salieron del Imperio romano. Sin embargo, ¿qué sería de los gobiernos que se originaron en las potencias semejantes a bestias que lo precedieron? Tal como se predijo, se les alargó la vida “por un tiempo y sazón”. Los territorios que en su día dominaron han seguido habitados hasta este mismo día. Irak, por ejemplo, ocupa el lugar en el que estuvo enclavada la antigua Babilonia, y Persia (Irán) y Grecia aún existen. Los restos de esas potencias mundiales forman parte de las Naciones Unidas. Esos reinos también perecerán cuando la última potencia mundial sea aniquilada. “La guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” borrará de la existencia a todos los gobiernos humanos (Revelación 16:14, 16). Pero entonces, ¿quién gobernará el mundo?
UNA GOBERNACIÓN DURADERA A LAS PUERTAS
36, 37. a) ¿A quién se refiere la expresión “alguien como un hijo del hombre”, cuándo se presentó este ante el Tribunal celestial, y con qué fin? b) ¿Qué se instauró en 1914 E.C.?
36 “Seguí contemplando en las visiones de la noche, y, ¡pues vea! —exclamó Daniel—, con las nubes de los cielos sucedía que venía alguien como un hijo del hombre; y al Anciano de Días obtuvo acceso, y lo presentaron cerca, aun delante, de Aquel.” (Daniel 7:13.) Cuando estuvo en la Tierra, Jesucristo se refirió a sí mismo con la expresión “el Hijo del hombre”, que indicaba su parentesco con la humanidad (Mateo 16:13; 25:31). Ante el Sanedrín, el tribunal supremo de los judíos, dijo: “Verán al Hijo del hombre sentado a la diestra del poder y viniendo sobre las nubes del cielo” (Mateo 26:64). Por consiguiente, aquel que en la visión de Daniel obtuvo acceso a Jehová Dios, más allá del alcance de los ojos humanos, fue Jesucristo una vez resucitado y glorificado. ¿Cuándo tuvo lugar este acontecimiento?
37 Dios efectuó con Jesucristo un pacto para un Reino, al igual que había hecho con el rey David (2 Samuel 7:11-16; Lucas 22:28-30). Cuando en 1914 E.C. se cumplieron “los tiempos señalados de las naciones”, el heredero real de David, Jesucristo, pudo con todo derecho recibir la autoridad del Reino. El relato profético de Daniel pasa a decir: “A él fueron dados gobernación y dignidad y reino, para que los pueblos, grupos nacionales y lenguajes todos le sirvieran aun a él. Su gobernación es una gobernación de duración indefinida que no pasará, y su reino uno que no será reducido a ruinas” (Daniel 7:14). Así pues, el Reino Mesiánico fue instaurado en el cielo en 1914. No obstante, hay otras personas a quienes también se concedería autoridad para gobernar.
38, 39. ¿A quiénes se otorgará el gobierno eterno del mundo?
38 “Los santos del Supremo recibirán el reino”, dijo el ángel (Daniel 7:18, 22, 27). Jesucristo es el santo principal (Hechos 3:14; 4:27, 30). Los demás “santos” que gobiernan son los 144.000 cristianos fieles ungidos por espíritu, quienes también heredan el Reino junto con Cristo (Romanos 1:7; 8:17; 2 Tesalonicenses 1:5; 1 Pedro 2:9). A fin de que reinen con Cristo en el monte Sión celestial, se les resucita como espíritus inmortales (Revelación 2:10; 14:1; 20:6). Por lo tanto, Cristo Jesús y los cristianos ungidos resucitados serán quienes gobiernen el mundo de la humanidad.
39 Respecto al gobierno del Hijo del hombre y los demás “santos” resucitados, el ángel de Dios dijo: “El reino y la gobernación y la grandeza de los reinos bajo todos los cielos fueron dados al pueblo que son los santos del Supremo. Su reino es un reino de duración indefinida, y todas las gobernaciones servirán y obedecerán aun a ellos” (Daniel 7:27). ¡Cuántas bendiciones recibirá bajo ese Reino la humanidad obediente!
40. ¿Cómo puede beneficiarnos prestar atención al sueño y a las visiones de Daniel?
40 Daniel no entendió por completo el extraordinario cumplimiento de las visiones que Dios le dio. Dijo: “Hasta este punto es el final del asunto. En cuanto a mí, Daniel, mis propios pensamientos siguieron asustándome muchísimo, de modo que mi expresión misma cambió en mí; pero el asunto mismo lo guardé en mi propio corazón” (Daniel 7:28). Nosotros, en cambio, vivimos en el tiempo en que podemos entender cómo se han cumplido sus visiones. Prestar atención a esta profecía fortalecerá nuestra fe y nos reafirmará en la convicción de que el Rey Mesiánico de Jehová gobernará el mundo.
[Notas]
a Para una mayor claridad y a fin de evitar repeticiones, en el examen versículo a versículo de las visiones descritas en Daniel 7:1-14 incluiremos las explicaciones que se hallan en Daniel 7:15-28.
b Véase el capítulo 4 de este libro.
c Véase el capítulo 6 de este libro.
¿QUÉ HA APRENDIDO?
• ¿Qué simbolizan cada una de las ‘cuatro enormes bestias que salieron del mar’?
• ¿Qué representa el cuerno “pequeño”?
• ¿Cómo hostigó el cuerno pequeño simbólico a “los santos” durante la I Guerra Mundial?
• ¿Qué le espera al cuerno pequeño simbólico y a las demás potencias semejantes a bestias?
• ¿Cómo le ha beneficiado prestar atención al sueño y las visiones de Daniel sobre las “cuatro enormes bestias”?
[Apartado de las páginas 149 a 152]
UN MONARCA TOLERANTE
UN ESCRITOR griego del siglo V a.E.C. lo recordó como un monarca tolerante y ejemplar. La Biblia lo llama el “ungido” de Dios y “un ave de rapiña” que llegaría “desde el naciente” (Isaías 45:1; 46:11). El hombre de quien se dijeron esas palabras fue el monarca persa Ciro el Grande.
Ciro emprendió el camino a la fama hacia 560/559 a.E.C., cuando sucedió a su padre Cambises I en el trono de Anshan (Anzán), una ciudad o distrito de la antigua Persia que por entonces era un protectorado del rey medo Astiages. Ciro se rebeló contra la autoridad meda y, debido a la deserción de las tropas de Astiages, venció a este sin dificultad. Tras ganarse la lealtad de los medos, tanto estos como los persas lucharon unidos bajo su mando. Así surgió el reino medopersa, que con el tiempo se extendería desde el mar Egeo hasta el río Indo (véase el mapa).
Con el poderío combinado de los medos y los persas, Ciro se dirigió en primer lugar al conflictivo sector occidental de Media, donde Creso, rey de Lidia, había ampliado sus dominios invadiendo territorio medo. Tras rebasar el límite oriental del Imperio lidio, en Asia Menor, Ciro derrotó a Creso y tomó su capital, Sardis. Luego subyugó las ciudades jónicas y anexionó toda Asia Menor al Imperio medopersa. De esa forma, se convirtió en el rival más importante de Babilonia y su rey, Nabonido.
Por fin se preparó para una confrontación con la poderosa Babilonia, y a partir de ese momento intervino en el cumplimiento de las profecías bíblicas. Casi dos siglos antes, Jehová había expresado, por medio del profeta Isaías, que Ciro sería el gobernante que derrocaría a Babilonia y liberaría a los judíos del cautiverio. En virtud de ese nombramiento por anticipado, las Escrituras lo llaman el “ungido” de Jehová (Isaías 44:26-28).
Cuando Ciro llegó a Babilonia en 539 a.E.C., se encontró ante una empresa colosal. Rodeada de enormes murallas y de un foso profundo y ancho inundado por las aguas del Éufrates, la ciudad parecía inexpugnable. A su paso por Babilonia, el río estaba flanqueado por dos muros altos como montañas y con enormes puertas de cobre. ¿Cómo podría Ciro tomar la ciudad?
Más de un siglo antes, Jehová había predicho “una devastación sobre sus aguas” y que estas ‘tenían que secarse’ (Jeremías 50:38). En fiel cumplimiento de la profecía, Ciro desvió el caudal del río Éufrates varios kilómetros al norte de Babilonia. A continuación, sus tropas avanzaron por el lecho del río, subieron la cuesta que llegaba hasta el muro y entraron sin dificultad en la ciudad, pues las puertas de cobre se habían quedado abiertas. Como “un ave de rapiña” que se abalanzara veloz sobre su presa, este gobernante que llegó “desde el naciente” (es decir, desde el este) conquistó Babilonia en una sola noche.
Para los judíos cautivos en Babilonia, la victoria de Ciro supuso la liberación que por tanto tiempo habían esperado y el fin de los setenta años de desolación de su tierra natal. Podemos imaginarnos la emoción que debieron sentir cuando Ciro hizo pública una proclama que les permitía regresar a Jerusalén y reconstruir el templo. Además, Ciro les restituyó los utensilios sagrados del templo que Nabucodonosor se había llevado a Babilonia, les otorgó permiso real para importar madera del Líbano y destinó fondos de la casa del rey para financiar las obras (Esdras 1:1-11; 6:3-5).
En líneas generales, Ciro trató de manera humanitaria y tolerante a los pueblos que conquistó, y es posible que su religión tuviera que ver con ello. Al parecer, seguía las enseñanzas del profeta persa Zoroastro y adoraba a Ahura Mazda, dios al que se atribuía la creación de todo lo bueno. En su libro The Zoroastrian Tradition, Farhang Mehr escribe: “Zoroastro presentó a Dios como la perfección moral. Enseñó que Ahura Mazda no es vengativo, sino justo, y que, por tanto, no hay que temerle, sino amarle”. Es posible que la creencia en un dios con sentido de la moral y la justicia moldeara los valores de Ciro y lo inclinara hacia la magnanimidad y la rectitud.
No obstante, el rey toleró mal el clima de Babilonia. Los tórridos veranos le resultaban insoportables, así que la ciudad apenas fue algo más que la capital de invierno, si bien conservó su condición de ciudad real del imperio y de foco religioso y cultural. De hecho, tras la conquista de Babilonia, Ciro no tardó en regresar a la capital de verano, Ecbátana, situada a más de 1.900 metros sobre el nivel del mar y al pie del monte Elvend, donde los fríos inviernos se alternaban con suaves veranos más de su agrado. Asimismo construyó un elegante palacio que le servía de retiro en la anterior capital, Pasargada (cerca de Persépolis), a 650 kilómetros al sudeste de Ecbátana.
Ciro pasó a la historia como un conquistador valiente y un monarca tolerante. Sus treinta años de reinado finalizaron en 530 a.E.C., cuando murió en una campaña militar, y su hijo Cambises II le sucedió en el trono de Persia.
¿QUÉ HA APRENDIDO?
• ¿Cómo demostró Ciro el persa que era el “ungido” de Jehová?
• ¿Qué valioso servicio prestó Ciro al pueblo de Jehová?
• ¿Qué trato dispensó Ciro a los pueblos que conquistó?
[Mapa de la página 149]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
IMPERIO MEDOPERSA
MACEDONIA
Menfis
Jerusalén
Babilonia
Ecbátana
Susa
Persépolis
EGIPTO
ETIOPÍA
INDIA
[Ilustración de la página 150]
Tumba de Ciro (Pasargada)
[Ilustración de la página 151]
Bajorrelieve del palacio de Ciro (Pasargada)
[Apartado de las páginas 153 a 161]
UN JOVEN REY CONQUISTA EL MUNDO
HACE unos dos mil trescientos años, un general de algo más de 20 años de edad y rubios cabellos estaba de pie a la orilla del mar Mediterráneo. Tenía los ojos fijos en una ciudad enclavada en una isla, a poco menos de un kilómetro de la costa. Sus habitantes le habían negado la entrada, por lo que, encolerizado, se había determinado a conquistarla. ¿Su plan de ataque? Construir un terraplén hasta la isla y movilizar sus fuerzas contra la ciudad. Las obras del terraplén ya habían comenzado.
Sin embargo, un mensaje del poderoso monarca del Imperio persa interrumpió al joven general. Ansioso por obtener la paz, el gobernante persa le hizo una oferta extraordinaria: 10.000 talentos de oro (el equivalente actual de más de 2.000.000.000 de dólares), la mano de una de sus hijas y el dominio de todo el sector occidental del Imperio persa. Todo ello a cambio de la familia del rey, a la que el general había capturado.
El caudillo que se enfrentó a la disyuntiva de aceptar o rechazar la oferta fue Alejandro III de Macedonia. ¿Admitiría el canje? “Fue un momento trascendental para el mundo antiguo —afirma el historiador Ulrich Wilcken—. De hecho, las repercusiones de su decisión se dejarían sentir durante toda la Edad Media y hasta nuestros días, tanto en Oriente como en Occidente.” Pero antes de averiguar la respuesta de Alejandro, examinemos los acontecimientos que condujeron a ese momento crucial.
LA FORJA DE UN CONQUISTADOR
Alejandro nació en Pella (Macedonia), en 356 a.E.C. Su padre fue el rey Filipo II, y su madre, Olimpia, la cual enseñó a Alejandro que los reyes macedonios eran descendientes de Hércules, hijo del dios griego Zeus. Según Olimpia, su hijo tenía por antepasado a Aquiles, el héroe de la Ilíada, el poema de Homero. Condicionado por sus padres hacia un destino de conquistas y laureles propios de un rey, el joven Alejandro mostró poco interés en otros asuntos. Cuando le preguntaron si participaría en una carrera en los Juegos Olímpicos, replicó que lo haría, pero tan solo si tuviera a reyes por competidores. Su ambición era superar los logros de su padre y conquistar la gloria con sus propias hazañas.
El filósofo griego Aristóteles se hizo cargo de la educación de Alejandro cuando este contaba 13 años de edad y le inculcó la afición por la filosofía, la medicina y la ciencia. El grado en que sus doctrinas filosóficas moldearon el pensamiento de Alejandro es incierto. “No es aventurado afirmar que hubo pocas cosas que ambos pudiesen ver desde el mismo ángulo —señaló Bertrand Russell, filósofo del siglo XX—. Las opiniones políticas de Aristóteles estaban basadas en la ciudad estado de los griegos, que ya se encontraba en proceso de desaparición.” La noción de la pequeña ciudad estado independiente no debió parecerle atractiva a un príncipe ambicioso que deseaba levantar un gran imperio centralizado. Tampoco el precepto aristotélico de convertir en esclavos a quienes no eran griegos, pues Alejandro concebía la idea de un imperio en el que floreciera la igualdad entre vencedores y vencidos.
Sin embargo, sí es muy probable que Aristóteles le infundiera el interés por la lectura y el estudio. Alejandro fue un ávido lector durante toda su vida, y sentía una especial pasión por las obras de Homero. Según cuentan, se sabía de memoria cada uno de los 15.693 versos de la Ilíada.
La educación que le impartió Aristóteles se vio truncada de repente, pues en 340 a.E.C., a la edad de 16 años, volvió a Pella para gobernar Macedonia en ausencia de su padre. El príncipe heredero se destacó de inmediato por sus hazañas militares. Para satisfacción de su padre, sofocó enérgicamente la sublevación de la tribu tracia de los medas, tomó al asalto su principal ciudad y puso a esta el nombre de Alejandrópolis en honor a sí mismo.
SE LANZA A LA CONQUISTA
Alejandro heredó el trono de Macedonia a los 20 años de edad, tras el asesinato de Filipo, en 336 a.E.C. En la primavera de 334 a.E.C. entró en Asia por el Helesponto (ahora el estrecho de los Dardanelos) y se lanzó a una campaña de conquistas con un ejército pequeño, pero eficiente, de 30.000 soldados de infantería y 5.000 de caballería, al que acompañaban ingenieros, topógrafos, arquitectos, científicos e historiadores.
La primera victoria de Alejandro sobre los persas tuvo como escenario el río Gránico, en el extremo noroeste de Asia Menor (la actual Turquía). Aquel invierno conquistó la zona occidental de la península. La segunda batalla decisiva contra los persas tuvo lugar el otoño siguiente, en Isos, en el extremo sudeste de Asia Menor, donde el poderoso monarca persa Darío III salió al encuentro de Alejandro con un ejército de alrededor de medio millón de hombres. Darío, excesivamente confiado, llevó consigo a su madre, su esposa y otros miembros de su familia para que presenciaran lo que debía haber sido una victoria espectacular. Pero los persas no se esperaban el repentino y vehemente ataque de los macedonios. Las fuerzas de Alejandro aplastaron al ejército persa, y en su huida Darío abandonó a su familia en manos de su oponente.
En vez de perseguir a los fugitivos persas, Alejandro se dirigió hacia el sur bordeando el Mediterráneo y conquistando las bases de la poderosa flota persa. La ciudad insular de Tiro, sin embargo, resistió el asalto. Decidido a conquistarla, Alejandro comenzó un asedio de siete meses, durante el cual le llegó la ya mencionada oferta de paz de Darío. Los términos de esta eran tan ventajosos que se dice que Parmenio, consejero de confianza de Alejandro, dijo: “Yo, si fuera Alejandro, aceptaría”. Pero el joven general respondió: “Yo también, si fuera Parmenio”. Alejandro no quiso negociar, prosiguió el asedio y, en julio del año 332 a.E.C., demolió a aquella orgullosa señora del mar.
Tras perdonar a Jerusalén, que se rindió a él, siguió avanzando hacia el sur y conquistó Gaza. Egipto, cansado del dominio persa, lo acogió como su libertador. En Menfis, Alejandro ofreció sacrificios al toro Apis, lo que le granjeó las simpatías de los sacerdotes egipcios. Además, fundó la ciudad de Alejandría, que posteriormente rivalizaría con Atenas como foco cultural y que todavía lleva su nombre.
A continuación, se volvió hacia el nordeste y atravesó Palestina en dirección al río Tigris. Su tercera batalla importante contra los persas se libró en el año 331 a.E.C., en Gaugamela, no muy lejos de las ruinas de Nínive, donde los 47.000 hombres de Alejandro se impusieron a un ejército persa reorganizado de al menos doscientos cincuenta mil soldados. Darío huyó, y más tarde sus propios hombres lo asesinaron.
Eufórico con la victoria, Alejandro se volvió hacia el sur y tomó la capital de invierno de los persas, Babilonia, y luego las capitales de Susa y Persépolis, apoderándose del inmenso tesoro persa y quemando el gran palacio de Jerjes. Por último, una capital más, Ecbátana, cayó en su poder. El veloz conquistador subyugó a continuación el resto de los dominios persas y avanzó hacia el este hasta el mismo río Indo, en el actual Paquistán.
Al otro lado del Indo, en la región limítrofe de la provincia persa de Taxila, Alejandro encontró un temible rival en el monarca indio Poros, contra quien sostuvo, en junio de 326 a.E.C., su cuarta y última batalla de importancia. El ejército de 35.000 soldados de Poros contaba con 200 elefantes que aterrorizaron a los caballos de los macedonios. Tras una lucha feroz y sangrienta, los efectivos de Alejandro prevalecieron. Poros se rindió y se convirtió en su aliado.
Habían pasado más de ocho años desde que el ejército macedonio entrara en Asia, y los soldados acusaban el cansancio y la nostalgia. Extenuados por la encarnizada batalla contra Poros, querían volver a casa. Aunque reacio al principio, Alejandro acabó doblegándose a los deseos de sus hombres. Grecia ciertamente se había convertido en la potencia mundial, y las colonias que se establecieron en las tierras conquistadas favorecieron la propagación del idioma y la cultura griegos por todo el imperio.
EL HOMBRE TRAS EL CAPARAZÓN
El aglutinante que mantuvo unido al ejército macedonio a lo largo de los años de conquista fue la personalidad de Alejandro. Tras las batallas solía visitar a los heridos y examinar sus lesiones, elogiaba a los soldados por sus hazañas valerosas y los honraba con donaciones según sus logros. En cuanto a los caídos en combate, disponía un entierro espléndido para ellos, y los padres e hijos de los difuntos quedaban exentos de todo impuesto y servicio. Organizaba juegos y torneos para que los soldados se divirtieran después de las batallas, y en cierta ocasión hasta otorgó una licencia a los hombres recién casados para que pasaran el invierno en Macedonia con sus esposas. Ese tipo de gestos le ganaron el afecto y la admiración de sus soldados.
Respecto al matrimonio de Alejandro con la princesa bactria Roxana, el biógrafo griego Plutarco escribió: “Fue una cuestión de amor [...], pero también le pareció que era un enlace que no desentonaba [con el] resto de sus proyectos previstos. En efecto, los bárbaros se entusiasmaron, porque esta boda estrechaba las relaciones, y llegaron a sentir vivo afecto por Alejandro, porque se había mostrado el hombre de mayor templanza en temas de amor y no había accedido a acercarse a Roxana, que fue la única mujer por quien quedó rendido de amor, antes de que se celebraran las bodas”.
Alejandro también respetaba los matrimonios ajenos. Aunque la esposa de Darío fue su cautiva, se encargó de que se le dispensara un trato honorable. Así mismo, cuando oyó que dos soldados macedonios habían abusado de las esposas de unos extranjeros, ordenó que fueran ejecutados si se les declaraba culpables.
Tal como Olimpia, su madre, Alejandro era muy religioso. Ofrecía sacrificios antes y después de las batallas y consultaba con sus adivinos el significado de ciertos agüeros. También visitó el oráculo del dios Amón, situado en Libia, y en Babilonia cumplió con las indicaciones de los caldeos en cuanto a ofrecer sacrificios, en particular al dios babilónico Bel (Marduk).
Aunque comía con moderación, con el tiempo se dio a la bebida. Bajo los efectos del vino, hablaba sin cesar y alardeaba de sus hazañas. Uno de sus hechos más funestos fue el asesinato de su amigo Clito en un arrebato de cólera en plena borrachera. No obstante, se sintió tan culpable por ello que estuvo tres días en cama, sin comer ni beber, hasta que sus amigos lograron por fin convencerlo de que comiera.
Andando el tiempo, las ansias de grandeza de Alejandro provocaron otros actos deplorables. Comenzó a prestar oído a denuncias falsas y a imponer los castigos más severos. Por ejemplo, cuando lo indujeron a creer que Filotas estaba implicado en un atentado contra su vida, mandó que tanto él como su padre, Parmenio, su antiguo consejero de confianza, fueran ejecutados.
LA DERROTA DE ALEJANDRO
Poco después de su regreso a Babilonia, Alejandro contrajo la malaria, de la que no se recuperó. El 13 de junio de 323 a.E.C., a la edad 32 años y 8 meses, sucumbió al más implacable de los enemigos, la muerte.
Fue tal como ciertos sabios indios le dijeron una vez: “Rey Alejandro, cada hombre es dueño tan sólo del suelo que pisa. Tú eres un hombre como los demás, sólo que sientes un gran afán por todo tipo de novedades, y eres tan presuntuoso que has venido desde tu patria contra esta tierra procurando no pocos problemas y causándolos a los demás. El caso es que cuando, al cabo de muy poco tiempo, mueras, ocuparás sólo la tierra que basta para que tu cuerpo reciba sepultura”.
¿QUÉ HA APRENDIDO?
• ¿En qué contexto creció Alejandro Magno?
• ¿Qué campaña emprendió poco después de heredar el trono de Macedonia?
• Mencione algunas de sus conquistas.
• ¿Qué puede decirse de su personalidad?
[Mapa de la página 157]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
CONQUISTAS DE ALEJANDRO
MACEDONIA
Babilonia
EGIPTO
Río Indo
[Ilustración de la página 153]
Alejandro
[Ilustración de la página 154]
Aristóteles y su pupilo Alejandro
[Ilustración a toda plana de la página 156]
[Ilustración de la página 158]
Medalla que, según se cree, representa a Alejandro Magno
[Apartado de las páginas 162 y 163]
UN REINO INMENSO SE DIVIDE
LA BIBLIA predijo que el imperio de Alejandro Magno se desmembraría o dividiría, “pero no [pasaría] a su posteridad” (Daniel 11:3, 4). En cumplimiento de esta profecía, catorce años después de la muerte repentina de Alejandro, acaecida en 323 a.E.C., su hijo legítimo Alejandro IV y su hijo ilegítimo Heracles (Hércules) habían sido asesinados.
En el año 301 a.E.C., cuatro de sus generales ya se habían erigido en gobernantes del vasto imperio que su caudillo había levantado. El general Casandro se hizo con el dominio de Macedonia y Grecia; Lisímaco consiguió Asia Menor y Tracia; Seleuco I Nicátor recibió Mesopotamia y Siria, y Tolomeo Lago (Tolomeo I) obtuvo Egipto y Palestina. Del gran imperio de Alejandro surgieron, por tanto, cuatro reinos helenísticos, o griegos.
De los cuatro, el de Casandro fue el más efímero; pocos años después de su ascenso al poder, quedó sin descendencia masculina, y en 285 a.E.C., Lisímaco tomó posesión de la sección europea del Imperio griego. Cuatro años después, el propio Lisímaco cayó en una batalla contra Seleuco I Nicátor, con lo que este último obtuvo el dominio de la mayoría de los territorios asiáticos. Seleuco dio inicio a la línea de reyes seléucidas sirios. Así mismo, erigió Antioquía de Siria y la convirtió en su nueva capital. Aunque Seleuco fue asesinado en 281 a.E.C., la dinastía que fundó continuó en el poder hasta 64 a.E.C., cuando el general romano Pompeyo hizo de Siria una provincia de Roma.
La más duradera de las cuatro secciones del imperio de Alejandro fue la correspondiente al reino tolemaico. Tolomeo I se proclamó rey en 305 a.E.C. y se convirtió en el primero de los reyes o faraones macedonios de Egipto. Hizo de Alejandría la capital e inmediatamente emprendió en ella un programa de expansión urbanística. Una de sus mayores construcciones fue la renombrada Biblioteca de Alejandría. Para dirigir esta gran obra, Tolomeo mandó traer de Grecia al destacado erudito ateniense Demetrio de Falero. Se dice que en el siglo I E.C., la biblioteca albergaba un millón de pergaminos. La dinastía tolemaica siguió gobernando en Egipto hasta que cayó ante Roma en 30 a.E.C., año en que esta última arrebató a Grecia el papel de potencia mundial dominante.
¿QUÉ HA APRENDIDO?
• ¿Cómo se fragmentó el vasto imperio de Alejandro?
• ¿Hasta cuándo siguió gobernando en Siria la dinastía de reyes seléucidas?
• ¿Cuándo llegó a su fin el reino tolemaico de Egipto?
[Mapa de la página 163]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
FRAGMENTACIÓN DEL IMPERIO DE ALEJANDRO
Casandro
Lisímaco
Tolomeo I
Seleuco I
[Ilustraciones de la página 162]
Tolomeo I
Seleuco I
[Ilustraciones de la página 139]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
POTENCIAS MUNDIALES DE LAS PROFECÍAS DE DANIEL
La imagen inmensa (Daniel 2:31-45)
Cuatro bestias salen del mar (Daniel 7:3-8, 17, 25)
BABILONIA, desde 607 a.E.C.
MEDOPERSIA, desde 539 a.E.C.
GRECIA, desde 331 a.E.C.
ROMA, desde 30 a.E.C.
POTENCIA MUNDIAL ANGLOAMERICANA, desde 1763 E.C.
MUNDO DIVIDIDO POLÍTICAMENTE, en el tiempo del fin
[Ilustración a toda plana de la página 128]
[Ilustración a toda plana de la página 147]