La lucha por la dominación mundial... ¿quién ganará?
“EL OBJETIVO principal de los soviéticos es obligarnos a abandonar la I.D.E. [la Iniciativa de Defensa Estratégica (la “Guerra de las Galaxias”)]. Creo [...] que el señor Gorbachov comprende que no tenemos ninguna intención de hacerlo.” Así habló el presidente norteamericano Reagan después de la conferencia de Ginebra en noviembre de 1985.
Como usted sabe, la rivalidad entre estas superpotencias ha continuado todo el año desde que se celebró dicha conferencia. Pero hay muchas naciones aliadas o simpatizantes con estas superpotencias, formándose así el Oriente (grupo de naciones principalmente comunistas) y el Occidente (grupo principalmente capitalista). Esto se convierte en una lucha por la dominación mundial. De modo que a usted le atañe. Además, aunque viva en un país no aliado, la carrera armamentista perpetúa la amenaza de que llegue a haber una superguerra, poniendo así en peligro su futuro.
Usted, por lo tanto, debería interesarse en los resultados que pueda traer esta lucha por el poder. ¿Habrá una solución pacífica? Si no, ¿quién ganará? El que usted sepa la respuesta puede afectar su futuro.
Cómo comenzó esta lucha
Muchos libros de historia moderna indican que la rivalidad actual entre el Oriente y el Occidente comenzó poco después de terminar la II Guerra Mundial. No obstante, la historia bíblica señala que esa rivalidad es la continuación de una lucha por tomar el mando del mundo, lucha que comenzó hace casi 2.300 años.
Si usted ha leído la historia de la antigua Grecia, sabe que Alejandro Magno convirtió esta nación en un imperio. Esto lo había predicho el profeta bíblico Daniel. Exactamente según indicaba la profecía, después que el “rey poderoso” murió en 323 a.E.C., el imperio fue finalmente “dividido hacia los cuatro vientos”, es decir, entre cuatro de sus generales. (Daniel 11:2-4.) De estos, Seleuco I Nicátor tomó control de Siria y Mesopotamia, territorios al norte y este de Judá, tierra natal de Daniel. Ptolomeo Lago, otro general griego, se apoderó de Egipto y Palestina, lo que lo situaba al sur y oeste del territorio dominado por Seleuco Nicátor. Sus ubicaciones relativas los convirtieron respectivamente en “el rey del norte” y “el rey del sur”. (Daniel 11:5, 6.)
El “norte” y el “sur” se convirtieron en términos simbólicos de las naciones poderosas que desempeñaban algún papel proféticoa. A través de los siglos, son varias las naciones que han asumido el papel de estos dos “reyes”; pero tales naciones siempre han encajado con los equivalentes proféticos. Siempre han sido conocidas por su rivalidad, mientras que han estado ocupando territorios que, por lo general, se encuentran relativamente al norte y al sur unos de otros.
En la actualidad esos papeles corresponden a las designaciones de “Oriente” y “Occidente”. Estas designaciones también son simbólicas, ya que los territorios se traslapan unos a otros. Las designaciones bíblicas de “norte” y “sur” son términos simbólicos igualmente apropiados, a pesar de circunstancias territoriales similares.
El dios del “rey del norte”
Mirando atentamente hacia “el tiempo del fin”, Daniel dijo que “el rey del norte” se ‘ensalzaría sobre todo dios’ sin ‘dar consideración’ al “Dios de sus padres”. En su lugar, daría gloria “al dios de las plazas fuertes [...] por medio de oro [...], plata [...], piedra preciosa y [...] cosas deseables” antes de que ‘llegara hasta su mismo fin’. (Daniel 11:35-39, 45.)
Por ser principalmente ateo, el actual “rey del norte” niega la existencia de Dios y con frecuencia ha suprimido la religión. Para ejercer su influencia a nivel internacional, depende más de los armamentos y del militarismo que de otros medios. De modo que hace mucho uso de sus recursos financieros para ‘dar gloria’ “al dios de las plazas fuertes”. En comparación, aunque el moderno “rey del sur” también glorifica los armamentos y el militarismo, reconoce a otros dioses, y muchos de entre su pueblo están muy envueltos en la religión.
La lucha del día moderno por el poder
Señalando hacia acontecimientos de nuestro día, la profecía dice: “En el tiempo del fin el rey del sur se envolverá con [el rey del norte] en un empuje, y contra él el rey del norte se lanzará como tempestad con [equipo militar]; y [el rey del norte] ciertamente entrará en los países e inundará y pasará adelante”. (Daniel 11:40.)
Probablemente usted esté al tanto de que desde la II Guerra Mundial la ideología y el control del “rey del norte” han ganado mucho terreno, a pesar de las guerras que se han peleado para impedírselo. Cuánto logrará avanzar al ‘entrar en los países, e inundarlos y pasar adelante’, todavía queda por verse; pero el moderno “rey del sur” ha tratado de obstaculizar la invasión que aquel hace al llamado mundo libre. De modo que estos antagonistas se envuelven en “un empuje” que ahora se ha convertido en una acelerada carrera armamentista y espacial. Entretanto, se acusan uno al otro de querer gobernar al mundo.
Daniel dice además: “Él [el rey del norte] verdaderamente gobernará sobre los tesoros escondidos [...] y sobre todas las cosas deseables de Egipto. Y los libios y los etíopes irán en sus pasos”. (Daniel 11:43.) Puede que esto se refiera a los recursos naturales; y el moderno “rey del norte” tiene control sobre territorios abundantes en recursos minerales, incluso el petróleo. También tiene una gran influencia sobre territorios que están fuera de su dominio pero que contienen valiosos recursos naturales. Todos nosotros tenemos razones para vigilar con interés hasta dónde llegará su influencia económica y si obtendrá mayor control de estos recursos.
¿Quién ganará?
¿Qué refrena a estos reyes de entrar abiertamente en una guerra final? Un factor principal es que mutuamente tienen pavor del poder destructor de sus armas nucleares. Prefieren negociar tratados, aunque rara vez los respeten. Es tal como Daniel predijo: “En una misma mesa una mentira es lo que seguirán hablando. Pero nada tendrá éxito, porque el fin todavía es para el tiempo señalado”. (Daniel 11:27.)
Así que, con toda probabilidad, usted desea saber qué sucederá finalmente. ¿Lograrán con el tiempo negociar una paz duradera? O, ¿vencerá uno al otro? De acuerdo con la profecía de la Palabra de Dios, la respuesta a ambas preguntas es: ¡No! ¿Por qué? Porque un tercer rey los vencerá y obtendrá el dominio sobre el mundo. De modo que habrá un cambio de gobernación... ¡y será pronto!
[Nota a pie de página]
a Por ejemplo, la expresión “tiene que ponerse de pie en la posición suya” se refiere a desempeñar el papel del “rey del norte”. (Daniel 11:20, 21.)
[Ilustración en la página 4]
EL PODER MILITAR DE LOS BLOQUES Y NACIONES PRINCIPALES
Armas nucleares
50.000
Personal militar
11.913.000
Barcos de guerra
1.350
Bombarderos y aviones de caza
20.100
Tanques
95.800