-
“Manténte en expectación”Vivamos muy pendientes del día de Jehová
-
-
Puede que algunos cristianos miren con cierto desinterés la situación existente en tiempos de Miqueas, Sofonías y Habacuc. Tal vez digan: “Es que todo eso ocurrió hace tanto tiempo...”. Ahora bien, ¿qué lecciones encierran para nosotros aquellos sucesos? Ya hemos visto que Pedro nos anima a los cristianos a distinguirnos por nuestros “actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa”. A renglón seguido, el apóstol subraya algo más: la necesidad de estar “esperando y teniendo muy presente” el día de Jehová (2 Pedro 3:11, 12). Por eso, es preciso que vivamos “teniendo muy presente” ese día, sí, “en expectación” de su llegada.
9. ¿Por qué conviene mantener un espíritu vigilante?
9 Sea que uno lleve sirviendo a Jehová algunos años o muchas décadas, debe preguntarse: “¿Mantengo un espíritu ‘vigilante’ y ‘una actitud de espera’ como la de Miqueas?” (Romanos 13:11). Cierto, somos humanos y nos gustaría conocer cuándo vendrá el fin, cuánto tiempo falta para que llegue. Pero no hay manera de averiguarlo. Recordemos lo que dijo Jesús: “Si el amo de casa hubiera sabido en qué vigilia habría de venir el ladrón, se habría quedado despierto y no habría permitido que forzaran su casa. Por este motivo, ustedes también demuestren estar listos, porque a una hora que no piensan que es, viene el Hijo del hombre” (Mateo 24:43, 44).
-
-
“Manténte en expectación”Vivamos muy pendientes del día de Jehová
-
-
¿VIVIMOS “EN EXPECTACIÓN”, O DESPREOCUPADAMENTE “SATISFECHOS”?
11. A diferencia de Miqueas y Oseas, ¿qué actitud tuvieron sus contemporáneos?
11 Los profetas que vivieron cuando se acercaba la ejecución de los juicios de Jehová —primero contra Israel y luego contra Judá— nos dejaron otra lección. Aunque Miqueas se mantuvo “vigilante” y en “actitud de espera”, muchos de sus contemporáneos revelaron con su comportamiento una disposición diferente. Se volvieron “odiadores de lo que es bueno y amadores de la maldad”. El profeta les advirtió de lo que iba a sucederles a menos que cambiaran: “Clamarán a Jehová por socorro, pero él no les responderá” (Miqueas 3:2, 4; 7:7).
-