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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1994 | 15 de agosto
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Si la raíz se daña, el resto del árbol sufre las consecuencias. (Compárese con Mateo 3:10; 13:6.) En consonancia con esta realidad, Malaquías escribió: “El día que viene ciertamente los devorará —ha dicho Jehová de los ejércitos—, de modo que no les dejará raíz ni rama mayor”. (Malaquías 4:1.) La idea queda patente: cortamiento o destrucción completa. Los padres (las raíces) serían cortados o aniquilados, al igual que sus descendientes (las ramas mayores).a De este modo se resalta la responsabilidad del padre y la madre respecto a sus hijos menores de edad; el futuro perdurable de un hijo menor podría verse determinado por la situación en que se hallan los padres delante de Dios. (1 Corintios 7:14.)
La fraseología de Isaías 37:31 y Malaquías 4:1 indica que las ramas mayores (al igual que el fruto de las ramas secundarias) reciben la vida de las raíces.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1994 | 15 de agosto
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a Un antiguo epitafio fenicio emplea un lenguaje parecido. Dice de quien profanara la tumba: “No tenga raíz debajo ni fruto encima”. (Vetus Testamentum, abril de 1961.)
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