CAPÍTULO 9
“Cristo es el poder de Dios”
1-3. a) ¿Qué situación aterradora vivieron los discípulos en el mar de Galilea, y qué hizo Jesús? b) ¿Por qué se dice que “Cristo es el poder de Dios”?
LOS discípulos estaban aterrados. Mientras cruzaban el mar de Galilea, los sorprendió una gran tormenta. Algunos de ellos eran pescadores con mucha experiencia, así que seguramente no era la primera vez que estaban en medio de una tormenta en aquel lago (Mateo 4:18, 19).a Pero, en este caso, “una fuerte tempestad de viento” hacía que las olas se levantaran con furia. Aunque hacían todo lo posible por controlar la barca, sus esfuerzos eran inútiles. “Las olas golpeaban tanto la barca que ya estaba a punto de llenarse de agua”. A pesar de todo el alboroto, Jesús estaba profundamente dormido en la parte de atrás, pues estaba muy cansado después de un largo día de predicación. Los discípulos, que vieron de cerca la muerte, lo despertaron y le rogaron: “¡Señor, sálvanos! ¡Nos vamos a morir!” (Marcos 4:35-38; Mateo 8:23-25).
2 Pero Jesús, que no tenía miedo porque sabía que podía calmar aquella tempestad, “reprendió al viento y le dijo al mar: ‘¡Silencio! ¡Cállate!’”. Ambos obedecieron al instante, la tempestad se detuvo y “todo quedó completamente tranquilo”. Los discípulos “sintieron un temor enorme y se decían unos a otros: ‘¿Quién es este hombre en realidad?’”. No podían creer que un hombre pudiera regañar al viento y al mar como quien regaña a un niño malcriado (Marcos 4:39-41; Mateo 8:26, 27).
3 Pero Jesús no era un hombre cualquiera. Jehová usaba su poder de formas extraordinarias para ayudar a Jesús y para que él, a su vez, ayudara a los demás. Con razón, el apóstol Pablo escribió por inspiración: “Cristo es el poder de Dios” (1 Corintios 1:24). ¿De qué maneras demuestra Jehová su poder mediante Jesús? ¿Y qué efecto tiene este poder en nosotros?
El poder del Hijo unigénito de Dios
4, 5. a) ¿Para qué recibió Jesús autoridad de Jehová? b) ¿Qué le dio Jehová a su Hijo unigénito para que pudiera ser un obrero experto?
4 Pensemos en cuánto poder tenía Jesús antes de venir a la Tierra. Jehová usó “su poder eterno” para crear a su Hijo unigénito, a quien más tarde se le conoció como Jesucristo (Romanos 1:20; Colosenses 1:15). Durante la creación, le dio mucha autoridad, pues usó a su Hijo para crear todas las cosas. La Biblia dice sobre Jesús: “Todas las cosas llegaron a existir por medio de él, y sin él no llegó a existir ni siquiera una sola cosa” (Juan 1:3).
5 Nuestra mente no alcanza a comprender todo lo que implicaba aquella tarea. Imagínese la cantidad de poder que se necesitaba para crear millones de ángeles poderosos, así como el universo con sus miles de millones de galaxias y la Tierra con todos sus seres vivos. Para que esto fuera posible, Jehová le dio a su Hijo la fuerza más poderosa que puede haber: el espíritu santo de Dios. ¡Cuánto debió disfrutar el Hijo de Dios de ser el “obrero experto” que Jehová utilizó para crear todo lo demás! (Proverbios 8:22-31).
6. ¿Qué poder y autoridad recibió Jesús después de su muerte y resurrección?
6 ¿Podría Jehová darle a su Hijo aún más poder y autoridad? Después de su muerte y resurrección, Jesús mismo dijo: “Se me ha dado toda la autoridad en el cielo y en la tierra” (Mateo 28:18). Así es, Jehová le dio la capacidad y el derecho de gobernar todo el universo. Como “Rey de reyes y Señor de señores”, tiene permiso para destruir “todo gobierno y toda autoridad y poder” que se oponga a su Padre, ya sea en el cielo o en la Tierra (Apocalipsis 19:16; 1 Corintios 15:24-26). “Dios no dejó nada que no estuviera sometido a él” (Hebreos 2:8). El único que no está bajo la autoridad de Jesús es su Padre, Jehová (1 Corintios 15:27).
7. ¿Por qué podemos estar seguros de que Jesús nunca abusará del poder que Jehová le ha dado?
7 ¿Debería preocuparnos la posibilidad de que Jesús abuse del poder? Claro que no, pues ama mucho a su Padre y nunca haría nada que le desagradara (Juan 8:29; 14:31). Además, sabe que, aunque Dios es todopoderoso, jamás abusa del poder. Ha visto muchas veces que Jehová busca oportunidades “para mostrar su fuerza a favor de los que le sirven con un corazón completo” (2 Crónicas 16:9). Y, al igual que su Padre, él nos ama, así que podemos estar seguros de que siempre usará su poder para nuestro bien (Juan 13:1). Jesús ha demostrado que nunca usa mal su poder. Veamos de qué formas lo usó cuando estuvo en la Tierra y por qué lo usó así.
“Poderoso en [...] palabras”
8. Después de su bautismo, ¿qué cosas podía hacer Jesús, y cómo utilizó el poder que Dios le dio?
8 Por lo que sabemos, mientras iba creciendo en Nazaret, Jesús no hizo milagros. Sin embargo, todo cambió cuando se bautizó en el año 29 de nuestra era. Tenía unos 30 años (Lucas 3:21-23). La Biblia dice que “Dios lo ungió con espíritu santo y poder” y que “fue por la tierra haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el Diablo” (Hechos 10:38). La expresión “haciendo el bien” indica que Jesús usaba su poder para ayudar a los demás. A partir de su bautismo, cuando Dios lo ungió con espíritu santo, “demostró ser un profeta poderoso en acciones y palabras” (Lucas 24:19).
9-11. a) ¿Dónde solía enseñar Jesús, y qué tenía que lograr? b) ¿Por qué quedaban impactadas las multitudes con la manera de enseñar de Jesús?
9 ¿En qué sentido fue Jesús poderoso en palabras? Pensemos en esto: muchas veces él enseñaba al aire libre. Podía ser en la orilla de un lago, en las laderas de las montañas, en las calles o en los mercados (Marcos 6:53-56; Lucas 5:1-3; 13:26). Quienes estaban allí podían marcharse si no les interesaba lo que Jesús decía. Y, como lo que él enseñó se escribió tiempo después, los que tenían interés debían grabar sus palabras en la mente y el corazón. Por eso, al enseñar, Jesús tenía que captar la atención de las personas y ayudarlas a entender y recordar lo que escuchaban. Pero lograr todo esto no era un problema para él. Veamos, por ejemplo, su Sermón del Monte.
10 Una mañana, a principios del año 31 de nuestra era, una multitud se reunió en una ladera cerca del mar de Galilea. Algunos venían de Judea y Jerusalén —a 100 o 110 kilómetros (60 o 70 millas) de distancia—; otros, del norte, de la región costera de Tiro y Sidón. Muchos enfermos se acercaron a Jesús para tocarlo, y él los curó a todos. Después, se puso a enseñarles (Lucas 6:17-19). Cuando Jesús terminó de hablar, todos estaban impactados con lo que habían escuchado. ¿Por qué?
11 Un hombre que escuchó el Sermón del Monte escribió años más tarde: “Las multitudes estaban impactadas con su manera de enseñar porque les enseñaba como una persona con autoridad” (Mateo 7:28, 29). Todos podían ver la autoridad con la que Jesús hablaba, pues les enseñaba lo que Jehová quería transmitirles y apoyaba con la Palabra de Dios todo lo que decía (Juan 7:16). Jesús hablaba de forma muy clara y nadie podía negar que lo que decía era cierto. Además, quienes lo escuchaban se sentían motivados a hacer lo que él enseñaba. Los ayudaba a entender la verdadera causa de los problemas y a analizar qué clase de personas eran. Les dijo cómo podían ser felices y les enseñó a orar, a buscar el Reino de Dios y a construirse un buen futuro (Mateo 5:3-7:27). Su mensaje llegó al corazón de quienes tenían hambre de justicia y verdad. Por eso estuvieron dispuestos a renunciar a sí mismos y dejarlo todo por seguirlo (Mateo 16:24; Lucas 5:10, 11). ¡Qué poderosas eran las palabras de Jesús!
“Poderoso en acciones”
12, 13. ¿En qué sentido era Jesús “poderoso en acciones”, y qué distintos tipos de milagros hizo?
12 Jesús también era “poderoso en acciones” (Lucas 24:19). En los Evangelios encontramos más de 30 milagros de Jesús, y todos los hizo con “el poder de Jehová” (Lucas 5:17).b Esos milagros beneficiaron a miles de personas. Pensemos tan solo en dos ocasiones en las que Jesús alimentó a mucha gente. Una vez fueron 5.000 hombres, y otra, 4.000. Si además contamos a las mujeres y a los niños, serían muchos miles más (Mateo 14:13-21; 15:32-38).
13 Jesús hizo muchos tipos de milagros. Tenía autoridad sobre los demonios y los expulsaba sin dificultad (Lucas 9:37-43). También controlaba los elementos naturales. Por ejemplo, pudo convertir el agua en vino (Juan 2:1-11). En otra ocasión, los discípulos “vieron a Jesús caminando sobre el mar”. ¡Cuánto se asombrarían! (Juan 6:18, 19). Además, podía curar cualquier enfermedad: desde los defectos físicos hasta las enfermedades crónicas y las mortales (Marcos 3:1-5; Juan 4:46-54). Curó a las personas de distintas maneras: a unas las sanó a distancia y a otras las tocó directamente (Mateo 8:2, 3, 5-13). Unos recuperaron la salud de inmediato, y otros, de forma gradual (Marcos 8:22-25; Lucas 8:43, 44).
“Vieron a Jesús caminando sobre el mar”.
14. ¿En qué circunstancias demostró Jesús que podía resucitar a los muertos?
14 Pero el poder que Jesús tenía para resucitar a los muertos era todavía más impresionante. La Biblia habla de tres resurrecciones que él hizo. En la primera, unos padres recuperaron a su hija de 12 años; en la segunda, una viuda a su único hijo, y, en la tercera, dos mujeres a su querido hermano (Lucas 7:11-15; 8:49-56; Juan 11:38-44). Jesús pudo resucitarlos sin importar las circunstancias de cada caso. Por ejemplo, a la niña de 12 años la levantó poco después de morir, cuando aún estaba en la cama en la que había muerto. Al hijo de la viuda lo debió resucitar el mismo día de su muerte, cuando todavía estaba en la camilla funeraria. Y Lázaro llevaba cuatro días en la tumba para el momento en que Jesús le devolvió la vida.
Usa el poder con altruismo, responsabilidad y consideración
15, 16. ¿Qué indica que Jesús usó el poder con altruismo?
15 Imagínese que un gobernante tuviera el poder de Jesús. ¡Cuántos abusos podría cometer! Normalmente, los gobernantes humanos son egoístas, orgullosos y codiciosos. Así que usan su poder para hacerles daño a otros. Pero Jesús se negó a hacer eso. “Él no cometió ningún pecado” (1 Pedro 2:22).
16 En vez de usar su poder para su propio beneficio, Jesús siempre lo usó con altruismo, pensando en los demás. Por ejemplo, cuando tuvo hambre, no quiso convertir las piedras en panes (Mateo 4:1-4). Además, tenía muy pocas cosas, y eso demuestra que no usó su poder para hacerse rico (Mateo 8:20). Por otro lado, en cada milagro, gastaba parte de sus fuerzas. Jesús podía sentir que salía poder de él hasta cuando curaba a una sola persona (Marcos 5:25-34). Pero él permitía que las multitudes lo tocaran para recuperar la salud (Lucas 6:19). ¿Verdad que fue muy altruista al usar su poder?
17. ¿Cómo demostró Jesús que usaba su poder de forma responsable?
17 Jesús usó el poder de forma responsable. Nunca lo usó para impresionar a otros o llamar la atención (Mateo 4:5-7). Por ejemplo, cuando Herodes le pidió por pura curiosidad que hiciera un milagro, Jesús se negó (Lucas 23:8, 9). Él no iba por ahí hablando de su poder; es más, muchas veces les decía a quienes curaba que no se lo contaran a nadie (Marcos 5:43; 7:36). No quería que la gente pusiera su fe en él por informes sensacionalistas (Mateo 12:15-19).
18-20. a) ¿Qué motivaba a Jesús a usar su poder para ayudar a la gente? b) ¿Qué siente usted al ver cómo curó Jesús a un sordo?
18 Jesús, que era tan poderoso, no se parecía en nada a los gobernantes desconsiderados, totalmente insensibles a las necesidades y al sufrimiento de los demás. A él le importaba la gente. Así que, cuando veía a alguien sufrir, se conmovía profundamente y se sentía impulsado a ayudarlo (Mateo 14:14). Pensaba en los sentimientos y necesidades de la gente, y lo demostraba por la forma tan amorosa de usar su poder. El relato de Marcos 7:31-37 es un buen ejemplo de esto.
19 En aquella ocasión, grandes multitudes buscaron a Jesús y le llevaron muchos enfermos, y él los curó a todos (Mateo 15:29, 30). Sin embargo, se fijó en un hombre en particular. Era sordo y tenía dificultades para hablar. Seguramente, Jesús se dio cuenta de que el hombre estaba especialmente nervioso o tal vez avergonzado. Con cariño, se lo llevó aparte a un lugar tranquilo, lejos de la multitud. Allí le explicó con señas lo que iba a hacer: “Puso sus dedos en los oídos del hombre y, después de escupir, le tocó la lengua” (Marcos 7:33).c A continuación, miró al cielo y suspiró profundamente. Al hacer todo esto, era como si Jesús le estuviera diciendo: “Lo que estoy a punto de hacer por ti es gracias al poder de Dios”. Después dijo: “Ábrete” (Marcos 7:34). Entonces, el hombre pudo oír y hablar con normalidad.
20 Cuando Jesús usaba el poder que Dios le había dado para curar a los enfermos, tenía muy en cuenta los sentimientos de ellos. ¿Verdad que eso es muy conmovedor? Nos llena de confianza saber que Jehová ha elegido a un gobernante tan considerado y cariñoso para ser el Rey de su Reino.
Un adelanto de lo que Jesús hará
21, 22. a) ¿Qué demuestran los milagros que hizo Jesús? b) Puesto que Jesús domina las fuerzas de la naturaleza, ¿qué podemos esperar que ocurra durante su reinado?
21 Los milagros que hizo Jesús son solo un adelanto de las cosas maravillosas que hará cuando gobierne la Tierra. Demuestran que en el nuevo mundo de Dios él volverá a hacer milagros, y los hará por todo el planeta. ¿Qué cosas emocionantes logrará?
22 Entre otras cosas, Jesús reparará todo el daño que se le ha causado a la Tierra y le devolverá su armonía perfecta. No olvidemos que demostró que domina las fuerzas de la naturaleza cuando calmó una tormenta. Así que estamos seguros de que durante su reinado no sentiremos la amenaza de tifones, terremotos, erupciones volcánicas y otros desastres naturales. Y, como Jesús es el obrero experto que usó Jehová para crear la Tierra y sus seres vivos, él sabe a la perfección cómo está hecho nuestro planeta y cómo utilizar sus recursos sin dañarlo. Durante su gobierno, la Tierra entera se convertirá en un paraíso (Lucas 23:43).
23. ¿Qué hará Jesús para cubrir nuestras necesidades personales?
23 ¿Y qué hará Jesús para cubrir nuestras necesidades personales? Él pudo darles de comer a miles de personas a partir de unos pocos alimentos. Así que estamos seguros de que, durante su gobierno, el hambre desaparecerá de la Tierra. En efecto, habrá comida en abundancia para todo el mundo (Salmo 72:16). Además, como podía curar cualquier enfermedad, sabemos que les devolverá la salud a todas las personas para siempre (Isaías 33:24; 35:5, 6). Y las resurrecciones que fue capaz de hacer son prueba de que, como Rey celestial, resucitará a los millones y millones de personas que estén en la memoria de su Padre (Juan 5:28, 29).
24. Cuando pensemos en el poder de Jesús, ¿qué debemos tener presente, y por qué?
24 Cuando pensemos en el poder que tiene Jesús, tengamos presente que él imita a su Padre a la perfección (Juan 14:9). La manera en que Jesús usa el poder nos muestra con claridad cómo lo usa Jehová. Por ejemplo, pensemos en la ternura con que Jesús trató a un leproso. Cuando el hombre le preguntó si quería limpiarlo de su enfermedad, Jesús se conmovió, lo tocó y le dijo: “Yo quiero” (Marcos 1:40-42). Cuando leemos relatos como este, es como si Jehová nos dijera: “Así es como yo uso mi poder”. ¿No nos motiva esto a alabar al Dios todopoderoso y darle gracias por utilizar su poder con tanto amor?
a En el mar de Galilea, es muy común que de repente se produzcan tempestades. Como el lago está a unos 200 metros (700 pies) por debajo del nivel del mar, el aire es mucho más cálido que en las áreas más altas que lo rodean. Esto hace que el clima sea muy inestable. Desde el norte, los fuertes vientos que vienen del monte Hermón bajan muy rápido por el valle del Jordán. Por eso, de un momento a otro se pasa de la calma a la tempestad.
b La Biblia habla de cierta ocasión en la que “toda la ciudad” fue a verlo y “curó a muchas personas” (Marcos 1:32-34). En los Evangelios hay más casos como este, que indican que Jesús hizo muchos milagros en una sola ocasión.
c En esa época, muchas personas creían que la saliva era un remedio para curar enfermedades. De hecho, este uso aparece en ciertos escritos rabínicos. Es posible que Jesús escupiera tan solo para transmitirle al sordo la idea de que iba a sanarlo. Lo que está claro es que Jesús no usó su saliva como remedio natural.