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¿Enseña usted como Jesús?La Atalaya 1994 | 15 de octubre
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Ahora bien, los milagros no eran lo único que las convocaba; muchos también acudían buscando la curación espiritual que Jesús dispensaba mediante su enseñanza. Observe la reacción popular después de escucharle dar el famoso Sermón del Monte: “Cuando Jesús terminó estos dichos, el efecto fue que las muchedumbres quedaron atónitas por su modo de enseñar;
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¿Enseña usted como Jesús?La Atalaya 1994 | 15 de octubre
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Llegaba al corazón con su enseñanza
3. ¿Qué diferencias había entre la manera como daban su mensaje Jesús y los escribas y fariseos?
3 La diferencia entre la enseñanza de Jesús y la de los escribas no estribaba tan solo en el contenido —las verdades de Dios, en vez de pesadas tradiciones orales de origen humano—, sino también en la manera de impartirse. Los escribas y fariseos eran arrogantes, duros y altivos, y reclamaban títulos honoríficos, mientras que menospreciaban a la gente común, llamándolos “malditos”. Jesús, por el contrario, era manso, amable, bondadoso, compasivo y condescendiente, y se apiadaba de ellos. No solo les enseñaba con términos correctos, sino que le brotaban del corazón palabras llenas de gracia que calaban hondo en sus oyentes. Atraía a la gente con su alegre mensaje, al grado que iban de madrugada al templo para oírle, estaban pendientes de él y lo escuchaban con gusto. Acudían a raudales para oírle y se iban diciendo: “Jamás ha hablado otro hombre así”. (Juan 7:46-49; Marcos 12:37; Lucas 4:22; 19:48; 21:38.)
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