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Los orgullosos y los humildesLa Atalaya 1987 | 15 de enero
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Por último, Jesús extiende esta atractiva invitación: “Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. Tomen sobre sí mi yugo y aprendan de mí, porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga es ligera”.
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Los orgullosos y los humildesLa Atalaya 1987 | 15 de enero
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El yugo suave que ofrece Jesús es uno de dedicación completa a Dios, el poder servir a nuestro compasivo y misericordioso Padre celestial. Y la carga ligera que ofrece Jesús a los que vienen a él es la de obedecer los requisitos de Dios para vida, Sus mandamientos, los cuales no son gravosos.
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