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“Hallar una perla de gran valor”La Atalaya 2005 | 1 de febrero
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“Hallar una perla de gran valor”
“El reino de los cielos es la meta hacia la cual se adelantan con ardor los hombres, y los que se adelantan con ardor se asen de él.” (MATEO 11:12.)
1, 2. a) ¿Qué disposición poco común destacó Jesús en una de sus parábolas acerca del Reino? b) ¿Qué dijo Jesús en la parábola de la perla?
¿HAY algo que usted valore tanto que daría todos sus bienes o sacrificaría todo lo que tiene por conseguirlo? Aunque la gente habla de perseguir con empeño muchos objetivos, como el dinero, la fama, el poder o una buena posición social, es raro que una persona encuentre algo tan deseable que esté dispuesta a renunciar a todo para obtenerlo. Jesucristo hizo referencia a esta admirable característica tan poco común en una de sus numerosas y estimulantes parábolas acerca del Reino de Dios.
2 Se trata de una ilustración que dio a sus discípulos en privado y que mucha gente conoce como la parábola de la perla de gran precio. He aquí lo que dijo Jesús: “El reino de los cielos es semejante a un comerciante viajero que buscaba perlas excelentes. Al hallar una perla de gran valor, se fue y prontamente vendió todas las cosas que tenía, y la compró” (Mateo 13:36, 45, 46). ¿Qué quería enseñar Jesús con esta ilustración? ¿Y cómo nos benefician sus palabras?
El gran valor de las perlas
3. ¿Por qué eran tan valiosas en tiempos antiguos las perlas excelentes?
3 Desde tiempos antiguos, la gente ha otorgado gran valor a las perlas como objetos ornamentales. Según cierta obra, el escritor romano Plinio el Viejo consideraba que las perlas ocupaban el “lugar principal y más elevado de todas las cosas preciosas”. A diferencia del oro, la plata y muchas gemas, las perlas se obtienen de seres vivos. Es bien conocido que ciertos tipos de ostras convierten materias irritantes —diminutos fragmentos de piedra, por ejemplo— en relucientes perlas envolviéndolas en capas sucesivas de una sustancia llamada nácar. En la antigüedad, las mejores perlas provenían principalmente del mar Rojo, el golfo Pérsico y el océano Índico, lugares distantes de la tierra de Israel. Sin duda, esa es la razón por la que Jesús se refirió a “un comerciante viajero que buscaba perlas excelentes”. Hallar ejemplares realmente valiosos exigiría mucho esfuerzo.
4. ¿Cuál es el punto central de la parábola de Jesús acerca del comerciante viajero?
4 Aunque las perlas finas siempre han sido muy costosas, es obvio que no es su valor monetario lo que constituyó el punto central de la parábola de Jesús. Él no solo asemejó el Reino de Dios a una perla de gran valor, sino que centró la atención en “un comerciante viajero que buscaba perlas excelentes” y en su reacción al encontrar una. A diferencia de un tendero común, el comerciante o tratante de perlas sería un especialista en la materia, alguien con un ojo experto y con la sensibilidad necesaria para percibir las cualidades estéticas y los matices que hacen extraordinaria una perla. Reconocería su autenticidad en cuanto la viera y no se dejaría engañar por mercancía falsa o de mala calidad.
5, 6. a) ¿Qué llama la atención acerca del comerciante de la parábola de Jesús? b) ¿Qué revela sobre el comerciante viajero la parábola del tesoro escondido?
5 Hay algo más acerca de este hombre que llama la atención. Un comerciante normal averiguaría primero el valor que tendría la perla en el mercado a fin de determinar cuánto pagar por ella para obtener beneficios. Quizás analizaría también si le sería posible venderla con prontitud. En otras palabras, le interesaría sacarle un rápido rendimiento, no quedarse con ella. Pero este no era el caso del comerciante de la parábola de Jesús. Su interés no era monetario ni material, como se ve en el hecho de que estuvo dispuesto a sacrificar “todas las cosas que poseía” —posiblemente todas sus pertenencias y propiedades— a fin de adquirir lo que había estado buscando.
6 Para casi cualquier comerciante, lo que hizo el protagonista de la parábola sería una insensatez. Ningún negociante sagaz se aventuraría en una empresa tan arriesgada. Pero aquel comerciante tenía un código de valores muy distinto. Su recompensa no estaba en las ventajas económicas, sino en el gozo y la satisfacción de poseer algo de un valor incomparable. Esta idea se expone claramente en una ilustración paralela que Jesús expresó en estos términos: “El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que un hombre halló y escondió; y por el gozo que tiene, va y vende cuantas cosas tiene, y compra aquel campo” (Mateo 13:44). En efecto, el gozo de descubrir y poseer aquel tesoro era suficiente para motivar al hombre a sacrificar todo lo que tenía. ¿Hay personas así hoy día? ¿Existe algún tesoro por el que merezca la pena hacer un sacrificio semejante?
Los que apreciaron su gran valor
7. ¿Cómo demostró Jesús que apreciaba profundamente el inmenso valor del Reino?
7 Al relatar la parábola, Jesús estaba hablando del “reino de los cielos”. Él mismo apreciaba profundamente el enorme valor del Reino, hecho del que los Evangelios ofrecen un elocuente testimonio. Después de su bautismo en el año 29 E.C., “comenzó a predicar y a decir: ‘Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado’”. Durante tres años y medio enseñó a las muchedumbres las verdades sobre el Reino. Recorrió todo el país, “viajando de ciudad en ciudad y de aldea en aldea, predicando y declarando las buenas nuevas del reino de Dios” (Mateo 4:17; Lucas 8:1).
8. ¿Qué hizo Jesús para demostrar lo que logrará el Reino de Dios?
8 Jesús también llevó a cabo muchos milagros —como curar enfermos, alimentar a los hambrientos, controlar las fuerzas de la naturaleza y hasta resucitar muertos—, demostrando así lo que logrará el Reino de Dios (Mateo 14:14-21; Marcos 4:37-39; Lucas 7:11-17). Por último, probó su lealtad a Dios y al Reino entregando su vida, muriendo como mártir en un madero de tormento. Tal como el comerciante dio gustoso todo lo que tenía por la “perla de gran valor”, Jesús vivió y murió por el Reino (Juan 18:37).
9. ¿Qué disposición poco común manifestaron los primeros discípulos de Jesús?
9 El Hijo de Dios no solo centró su propia vida en el Reino, sino que además reunió a un pequeño grupo de seguidores que también apreciaban profundamente el gran valor de ese gobierno divino. Uno de ellos fue Andrés, originalmente un discípulo de Juan el Bautista. Al oír a este dar testimonio de que Jesús era “el Cordero de Dios”, Andrés y otro discípulo de Juan —muy probablemente uno de los hijos de Zebedeo también llamado Juan— se presentaron de inmediato ante Jesús y se hicieron creyentes. Pero ahí no terminó el asunto, ya que, acto seguido, Andrés fue a buscar a su hermano Simón y le dijo: “Hemos hallado al Mesías”. En rápida sucesión, tanto Simón (que llegó a ser conocido como Cefas, o Pedro) como Felipe y su amigo Natanael aceptaron asimismo a Jesús como el Mesías. De hecho, Natanael se sintió impulsado a decirle: “Tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel” (Juan 1:35-49).
Incitados a actuar
10. ¿Cómo reaccionaron los discípulos cuando Jesús los llamó algún tiempo después de su primer encuentro?
10 La emoción que sintieron Andrés, Pedro, Juan y los demás cuando hallaron al Mesías pudiera compararse a la que sintió el comerciante al encontrar la perla de gran valor. ¿Qué harían ahora? Los Evangelios no nos dicen mucho en cuanto a lo que hicieron tras su primer encuentro con Jesús. Al parecer, la mayoría regresó a sus quehaceres cotidianos. Pero entre seis meses y un año después, Jesús fue a donde estaban Andrés, Pedro, Juan y el hermano de este, Santiago, en su negocio de pesca a orillas del mar de Galilea.a Al verlos, les dijo: “Vengan en pos de mí, y los haré pescadores de hombres”. ¿Cómo reaccionaron a tal invitación? El relato de Mateo dice de Pedro y Andrés: “Abandonando en seguida las redes, le siguieron”. En cuanto a Santiago y Juan, leemos: “Dejando en seguida la barca y a su padre, le siguieron”. El Evangelio de Lucas añade que “abandonaron todo y le siguieron” (Mateo 4:18-22; Lucas 5:1-11).
11. ¿A qué se debió, seguramente, la inmediata reacción de los discípulos a la invitación de Jesús?
11 ¿Fue la inmediata respuesta de los discípulos una decisión repentina? En absoluto. Aunque regresaron a su negocio de pesca familiar después de su primer contacto con Jesús, es obvio que lo que habían visto y oído había dejado una profunda huella en su mente y corazón. En el transcurso de casi un año debieron de reflexionar bastante sobre ello. Pero entonces llegó el momento de tomar una decisión. ¿Serían como el comerciante cuyo corazón estaba tan emocionado por el descubrimiento de aquella perla inapreciable que, como dijo Jesús, “se fue y prontamente” hizo lo necesario para comprarla? Sí. Lo que habían visto y oído había tocado su corazón, y comprendieron que había llegado el momento de actuar. Por consiguiente, como nos dice el relato, abandonaron todo sin dudarlo y se hicieron seguidores de Jesús.
12, 13. a) ¿Cómo reaccionaron muchos de los que oyeron a Jesús? b) ¿Qué dijo Jesús de sus fieles discípulos, y qué dan a entender sus palabras?
12 ¡Qué distintos fueron estos hombres fieles de otros que se mencionan después en los Evangelios! Muchas personas a las que Jesús curó y alimentó simplemente siguieron con su vida normal (Lucas 17:17, 18; Juan 6:26). Algunas incluso presentaron excusas cuando Jesús las invitó a que lo siguieran (Lucas 9:59-62). En marcado contraste, él dijo más tarde en cuanto a sus discípulos fieles: “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora el reino de los cielos es la meta hacia la cual se adelantan con ardor los hombres, y los que se adelantan con ardor se asen de él” (Mateo 11:12).
13 ¿Qué da a entender la expresión ‘adelantarse con ardor’? Es la traducción de un verbo griego que, según el Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo, de Vine, sugiere “un empeño esforzado”. El erudito Heinrich Meyer se refiere a este versículo con el siguiente comentario: “Así se describe ese esfuerzo y esa lucha ansiosa e irresistible en pos del reino mesiánico que se acerca [...]. Tan ansioso y enérgico (ya no calmado y expectante) es el interés con respecto al reino”. Al igual que el comerciante viajero, estas pocas personas reconocieron enseguida lo que de verdad era valioso y con gusto dejaron todo lo que tenían por causa del Reino (Mateo 19:27, 28; Filipenses 3:8).
Se unen más personas a la búsqueda
14. ¿Cómo preparó Jesús a los apóstoles para la predicación del Reino, y cuál fue el resultado?
14 A medida que Jesús efectuaba su ministerio, capacitó a otras personas para que buscaran el Reino y les ayudó a hacerlo. Primero seleccionó a doce de sus discípulos, a quienes comisionó para ser apóstoles, es decir, enviados suyos. A estos les dio instrucciones detalladas para llevar a cabo su ministerio y les advirtió de las dificultades y obstáculos que afrontarían (Mateo 10:1-42; Lucas 6:12-16). Durante los siguientes dos años, aproximadamente, acompañaron a Jesús en sus giras de predicación por todo el país, lo que les permitió disfrutar de una estrecha relación con él. Oyeron sus enseñanzas, presenciaron sus obras poderosas y observaron su ejemplo (Mateo 13:16, 17). Aquello sin duda les impresionó hasta el grado de que, como el comerciante viajero, emprendieron la búsqueda del Reino con celo y entrega.
15. ¿Cuál dijo Jesús que era la verdadera razón que tenían sus seguidores para regocijarse?
15 Además de los doce apóstoles, Jesús “designó a otros setenta y los envió de dos en dos delante de sí a toda ciudad y lugar adonde él mismo iba a ir”. También les habló de las pruebas y penalidades que les esperaban y les indicó lo que debían decir a la gente: “El reino de Dios se ha acercado a ustedes” (Lucas 10:1-12). Aquellos 70 discípulos regresaron rebosantes de alegría y le presentaron este informe: “Señor, hasta los demonios quedan sujetos a nosotros por el uso de tu nombre”. Pero Jesús les reveló, quizá para sorpresa de ellos, que el celo que tenían por el Reino se vería recompensado con un gozo aún mayor. Les dijo: “No se regocijen a causa de esto, de que los espíritus queden sujetos a ustedes, sino regocíjense porque sus nombres hayan sido inscritos en los cielos” (Lucas 10:17, 20).
16, 17. a) ¿Qué dijo Jesús a sus apóstoles fieles la última noche que estuvo con ellos? b) ¿Por qué impartirían gozo y confianza las palabras de Jesús a los apóstoles?
16 Finalmente, la última noche que Jesús estuvo con los apóstoles, el 14 de nisán del año 33 E.C., instituyó lo que llegó a conocerse como la Cena del Señor y les mandó que conmemoraran aquel suceso. En el transcurso de la noche, dijo a los once discípulos que se quedaron con él: “Ustedes son los que con constancia han continuado conmigo en mis pruebas; y yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino, para que coman y beban a mi mesa en mi reino, y se sienten sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel” (Lucas 22:19, 20, 28-30).
17 ¡Cuánta alegría y satisfacción debieron de sentir los apóstoles cuando oyeron aquellas palabras de Jesús! Se les ofrecía el mayor honor y privilegio que pudiera tener un ser humano (Mateo 7:13, 14; 1 Pedro 2:9). Al igual que el comerciante viajero, habían renunciado a muchas cosas para seguir a Jesús y buscar el Reino. Pero ahora se les aseguraba que aquellos sacrificios no habían sido en vano.
18. ¿Quiénes, aparte de los once apóstoles, se beneficiarían gracias al Reino?
18 Los apóstoles que estuvieron con Jesús aquella noche no serían los únicos en beneficiarse gracias al Reino. Jehová quiso que un total de 144.000 personas fueran incluidas en aquel pacto del Reino, a fin de gobernar con Jesucristo en el glorioso Reino celestial. Además, el apóstol Juan contempló en visión a “una gran muchedumbre, que ningún hombre podía contar, [...] de pie delante del trono y delante del Cordero, [...] dic[iendo]: ‘La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero’”. Estos son los súbditos terrestres del Reino (Revelación [Apocalipsis] 7:9, 10; 14:1, 4).b
19, 20. a) ¿Qué oportunidad tienen personas de todas las naciones? b) ¿Qué cuestión se analizará en el próximo artículo?
19 Poco antes de que Jesús ascendiera al cielo, ordenó a sus fieles seguidores: “Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren!, estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas” (Mateo 28:19, 20). De modo que habría personas de todas las naciones que se harían discípulos de Jesucristo. Su más ferviente anhelo, como en el caso del comerciante con la perla, sería también alcanzar el Reino, ya fuera su galardón celestial o terrenal.
20 Las palabras de Jesús indicaron que la labor de hacer discípulos perduraría hasta “la conclusión del sistema de cosas”. Pues bien, ¿quedan hoy día personas como el comerciante viajero, dispuestas a darlo todo por buscar el Reino de Dios? En el próximo artículo se analizará esta cuestión.
[Notas]
a Es posible que Juan, el hijo de Zebedeo, siguiera a Jesús después de aquel primer encuentro y presenciara algunos de sus actos, lo que le permitiría escribir el vívido relato que hace de ellos en su Evangelio (Juan, capítulos 2-5). Está claro, sin embargo, que regresó al negocio de pesca de su familia por algún tiempo antes de que Jesús lo llamara.
b Para más información, véase el cap. 10 del libro El conocimiento que lleva a vida eterna, editado por los testigos de Jehová.
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En busca de la “perla de gran valor” hoy díaLa Atalaya 2005 | 1 de febrero
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En busca de la “perla de gran valor” hoy día
“Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio.” (MATEO 24:14.)
1, 2. a) ¿Qué creían los judíos de la época de Jesús respecto al Reino de Dios? b) ¿Qué hizo Jesús para ayudar a la gente a entender correctamente lo que es el Reino, y cuáles fueron los resultados?
CUANDO Jesús estuvo en la Tierra, el Reino de Dios era un tema de mucho interés entre los judíos (Mateo 3:1, 2; 4:23-25; Juan 1:49). Al principio, sin embargo, la mayoría no comprendía el alcance y la autoridad que tendría, ni el hecho de que sería un gobierno celestial (Juan 3:1-5). Incluso algunos seguidores de Jesús no entendían del todo qué era el Reino de Dios ni lo que tenían que hacer para recibir la bendición de gobernar con Cristo (Mateo 20:20-22; Lucas 19:11; Hechos 1:6).
2 Al ir pasando el tiempo, Jesús enseñó con paciencia muchas lecciones a sus discípulos —como la parábola de la perla de gran valor que se analizó en el artículo anterior— para señalarles la importancia de esforzarse por alcanzar el Reino celestial (Mateo 6:33; 13:45, 46; Lucas 13:23, 24). Lo que oyeron debió de calarles muy hondo, pues en poco tiempo se hicieron proclamadores infatigables y valerosos de las buenas nuevas del Reino, llevándolas hasta zonas distantes de la Tierra, como atestigua claramente el libro de Hechos (Hechos 1:8; Colosenses 1:23).
3. Refiriéndose a nuestra época, ¿qué dijo Jesús en cuanto al Reino?
3 ¿Qué se puede decir de nuestros tiempos? El mensaje de las bendiciones del Paraíso terrestre bajo el Reino se está llevando a millones de personas. En su gran profecía acerca de “la conclusión del sistema de cosas”, Jesús especificó: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:3, 14; Marcos 13:10). También explicó que esta monumental tarea se llevaría a cabo a pesar de dificultades y obstáculos gigantescos, incluso de persecución. No obstante, dio esta garantía: “El que haya aguantado hasta el fin es el que será salvo” (Mateo 24:9-13). Todo esto exige la misma abnegación y dedicación que manifestó el comerciante de la parábola de Jesús. ¿Hay personas hoy en día que demuestren tal fe y celo en la búsqueda del Reino?
El gozo de descubrir la verdad
4. ¿Qué efecto tiene la verdad del Reino en la gente hoy día?
4 Al comerciante de la parábola de Jesús lo desbordó la alegría cuando se dio cuenta de que había encontrado “una perla de gran valor”. Aquel gozo lo impulsó a hacer todo lo que estaba a su alcance por adquirirla (Hebreos 12:1). De igual modo, hoy la verdad acerca de Dios y de su Reino atrae a la gente y la motiva. A este respecto, son muy oportunas las observaciones del hermano A. H. Macmillan, quien en el libro Faith on the March (La fe en marcha) se refirió a su búsqueda personal de Dios y de Su propósito para la humanidad. Él escribió: “Lo que yo he encontrado, lo encuentran miles de personas todos los años. Y son personas como usted y como yo, de todas las edades, nacionalidades, razas y condiciones sociales. La verdad no hace distinción: atrae a todo tipo de personas”.
5. ¿Qué excelentes resultados presenta el informe del año de servicio 2004?
5 Estas palabras son muy ciertas, pues las buenas nuevas del Reino de Dios impulsan año tras año a cientos de miles de personas sinceras a dedicar su vida a Jehová para hacer Su voluntad. El año de servicio 2004 no fue una excepción. En esos doce meses (de septiembre de 2003 a agosto de 2004), 262.416 personas simbolizaron públicamente su dedicación a Jehová mediante el bautismo en agua. Esto tuvo lugar en 235 países, en los cuales los testigos de Jehová dirigen 6.085.387 estudios bíblicos semanalmente para llevar la vivificante verdad de la Palabra de Dios a personas de toda clase social y ocupación, procedentes de muchas naciones, tribus y lenguas (Revelación 7:9).
6. ¿A qué se puede atribuir el constante aumento que ha habido a lo largo de los años?
6 ¿Cómo se logró todo esto? Sin duda, Jehová atrae a las personas correctamente dispuestas (Juan 6:65; Hechos 13:48). Sin embargo, no hay que olvidar la abnegación y el trabajo incansable de quienes han entregado su vida entera a la búsqueda del Reino. A los 79 años, el hermano Macmillan escribió: “Mi esperanza en lo que revela el mensaje de la Biblia no ha menguado desde que leí por primera vez las promesas para la humanidad enferma y moribunda. En aquel momento me propuse investigar más a fondo las enseñanzas bíblicas a fin de ayudar a otras personas que como yo quieren conocer al Dios todopoderoso, Jehová, y su espléndido propósito para la humanidad”.
7. ¿Qué experiencia es representativa del gozo y el entusiasmo de quienes encuentran la verdad de la Biblia?
7 Ese anhelo se ve también hoy día en los siervos de Jehová. Pongamos por caso a Daniela, de Viena (Austria), quien dijo: “Desde pequeña, Dios ha sido mi mejor amigo. Siempre quise saber su nombre, porque decirle sencillamente ‘Dios’ me parecía demasiado impersonal. Tuve que esperar hasta los 17 años, cuando los testigos de Jehová llamaron a mi puerta y me explicaron todo lo que deseaba saber acerca de Dios. ¡Por fin había encontrado la verdad, y era maravillosa! Estaba tan emocionada que empecé a predicar a todo el mundo”. Su entusiasmo no tardó en provocar la burla de sus compañeros de clase. Daniela relata: “Para mí, sin embargo, era como ver cumplirse las profecías bíblicas, porque había aprendido que Jesús dijo que se odiaría y perseguiría a sus seguidores por causa de su nombre. Me sentía feliz y al mismo tiempo asombrada”. En poco tiempo dedicó su vida a Jehová, se bautizó y comenzó a trabajar para alcanzar la meta del servicio misional. Después de casarse, Daniela y su esposo, Helmut, empezaron a predicar a las comunidades africanas, chinas, filipinas e indias de Viena. Actualmente son misioneros en el sudoeste de África.
No se rinden
8. ¿Cuál es una manera gratificante en la que muchos han demostrado amor a Dios y lealtad a su Reino?
8 No hay duda de que el servicio misional es una de las maneras como los siervos de Jehová de hoy día demuestran amor a Dios y lealtad a su Reino. Al igual que el comerciante de la parábola de Jesús, quienes emprenden este servicio están dispuestos a viajar a sitios distantes por causa del Reino. Por supuesto, estos misioneros no viajan para hallar las buenas nuevas del Reino, sino para llevárselas a personas de lugares remotos con el fin de enseñarles y ayudarles a hacerse discípulos de Jesucristo (Mateo 28:19, 20). En muchos países pasan por dificultades fuera de lo común, pero su aguante tiene abundantes recompensas.
9, 10. ¿Qué emocionantes experiencias tienen los misioneros que sirven en lugares tan distantes como la República Centroafricana?
9 Pensemos en la República Centroafricana, donde la asistencia a la Conmemoración de la muerte de Cristo el año pasado fue de 16.184 personas: siete veces la cantidad de publicadores del Reino. Puesto que muchas regiones del país no tienen electricidad, la gente suele realizar sus tareas diarias fuera de casa, a la sombra de un árbol. Así que es normal ver a los misioneros efectuar su labor del mismo modo: dirigiendo estudios bíblicos bajo algún árbol que dé buena sombra. Aparte de que en el exterior hay más luz y hace más fresco, hay otra ventaja. A los centroafricanos les gusta mucho la Biblia, y hablar de temas religiosos es tan común como en otras culturas hablar de los deportes o el tiempo. Muchas veces, los transeúntes sencillamente se acercan y se unen al estudio.
10 En cierta ocasión en que un misionero dirigía un estudio bíblico al aire libre, un joven que vivía al otro lado de la calle se acercó y le dijo que aún no lo habían visitado, así que el misionero debía hacerlo y enseñarle el mensaje de la Biblia a él también. El hermano, por supuesto, accedió encantado, y el joven está progresando a buen ritmo. La policía de ese país suele parar a los Testigos en la carretera, pero no para multarlos ni darles citaciones, sino para pedirles los últimos números de las revistas La Atalaya y ¡Despertad! o para darles las gracias por algún artículo que les gustó.
11. Pese a las dificultades, ¿qué opinan de su servicio unos misioneros de experiencia?
11 Muchos de los que emprendieron la obra misional hace cuarenta o cincuenta años siguen con su fiel servicio. ¡Qué ejemplo de fe y perseverancia para todos nosotros! Durante los pasados cuarenta y dos años, cierto matrimonio de misioneros ha servido en tres países. El esposo dice: “Ha habido dificultades. Por ejemplo, tuvimos que luchar treinta y cinco años con la malaria. Pero nunca hemos lamentado nuestra decisión de ser misioneros”. Su esposa añade: “Siempre hemos tenido muchas razones para estar agradecidos. El ministerio del campo nos produce mucho gozo, y es fácil comenzar estudios bíblicos. Cuando los estudiantes asisten a las reuniones y llegan a conocerse unos a otros, es como estar en una reunión familiar”.
Consideran que “todas las cosas son pérdida”
12. ¿Cómo se manifiesta el aprecio sincero por el valor del Reino?
12 Cuando el comerciante viajero encontró una perla de gran valor, “se fue y prontamente vendió todas las cosas que tenía, y la compró” (Mateo 13:46). Esa disposición a renunciar a lo que pudiera considerarse valioso caracteriza a los que aprecian de verdad el valor del Reino. El apóstol Pablo, quien estaría con Cristo en la gloria del Reino, dijo: “Considero también que todas las cosas son pérdida a causa del sobresaliente valor del conocimiento de Cristo Jesús mi Señor. Por motivo de él he sufrido la pérdida de todas las cosas y las considero como un montón de basura, a fin de ganar a Cristo” (Filipenses 3:8).
13. ¿Cómo demostró su amor por el Reino un hombre de la República Checa?
13 Del mismo modo, hoy muchas personas están dispuestas a hacer grandes cambios en su vida a fin de obtener las bendiciones del Reino. Por ejemplo, en octubre de 2003, un hombre de 60 años, director de una escuela de la República Checa, encontró el libro El conocimiento que lleva a vida eterna, utilizado para estudiar la Biblia. Después de leerlo, se comunicó de inmediato con los testigos de Jehová de su localidad para solicitar un curso bíblico. Progresó rápidamente en sentido espiritual y enseguida comenzó a asistir a todas las reuniones. Aunque anteriormente quería presentarse como candidato a alcalde y luego a senador, optó por algo muy distinto: hacerse proclamador del Reino. Él mismo comentó: “He podido dejar muchas publicaciones bíblicas en manos de mis alumnos”. En julio de 2004 simbolizó su dedicación a Jehová mediante bautismo en agua en una asamblea de distrito.
14. a) ¿A qué han motivado las buenas nuevas del Reino a millones de personas? b) ¿En qué preguntas podríamos meditar?
14 Millones de personas de todo el mundo han respondido de modo parecido al escuchar las buenas nuevas del Reino. Han salido de este mundo perverso, han desechado la vieja personalidad, se han apartado de sus anteriores compañías y han renunciado a sus aspiraciones mundanas (Juan 15:19; Efesios 4:22-24; Santiago 4:4; 1 Juan 2:15-17). ¿Por qué han hecho todo esto? Porque valoran las bendiciones del Reino de Dios más que cualquier cosa que pueda ofrecer este viejo sistema. ¿Es usted del mismo parecer respecto a las buenas nuevas del Reino? ¿Lo motivan a efectuar los cambios necesarios para poner su vida, valores y objetivos en sintonía con lo que Jehová requiere? Si así lo hace, recibirá abundantes bendiciones, ahora y en el futuro.
La cosecha va llegando a su culminación
15. ¿Qué se profetizó que haría el pueblo de Dios en los últimos días?
15 El salmista escribió: “Tu pueblo se ofrecerá de buena gana en el día de tu fuerza militar”. Entre los que se han ofrecido se cuentan la “compañía de hombres jóvenes justamente como gotas de rocío” y “un ejército grande” de “mujeres que anuncian las buenas nuevas” (Salmo 68:11; 110:3). ¿Cuál ha sido en estos últimos días el resultado de la diligencia y abnegación del pueblo de Jehová, compuesto de hombres y mujeres, jóvenes y ancianos?
16. Dé un ejemplo de cómo los siervos de Dios están esforzándose por ayudar a otras personas a aprender el mensaje del Reino.
16 En la India, cierta precursora (proclamadora del Reino de tiempo completo) se preguntaba cómo se podría ayudar a los más de dos millones de sordos de aquel país a saber acerca del Reino (Isaías 35:5). Decidió matricularse en un instituto de Bangalore para aprender el lenguaje de señas. Allí pudo transmitir la esperanza del Reino a muchos sordos y formar grupos para estudiar la Biblia. En cuestión de unas semanas, más de una docena de personas asistían a las reuniones en el Salón del Reino. Posteriormente, en una boda, la precursora conoció a un joven sordo de Calcuta que tenía muchas preguntas y estaba muy interesado en saber más acerca de Jehová. El problema era que el joven tenía que regresar a Calcuta, a unos 1.600 kilómetros [1.000 millas], para comenzar su formación universitaria, y allí no había Testigos que dominaran el lenguaje de señas. Tras mucho esfuerzo, el joven logró convencer a su padre para que le permitiera cursar sus estudios en Bangalore a fin de seguir con sus clases de la Biblia. Progresó espiritualmente y al cabo de un año dedicó su vida a Jehová. A su vez, él ha dirigido estudios de la Biblia a varios sordos, entre ellos un amigo de la infancia. Actualmente, la sucursal de la India está efectuando los planes necesarios para que muchos precursores aprendan el lenguaje de señas y ayuden en ese campo.
17. Comente lo que le haya parecido particularmente animador del informe del año de servicio 2004 que se halla en las páginas 19 a 22.
17 En las páginas 19 a 22 de esta revista se halla el informe mundial de la labor que los testigos de Jehová han efectuado en el ministerio durante el año de servicio 2004. Dedique unos momentos a examinarlo y vea por usted mismo la evidencia de que por toda la Tierra el pueblo de Jehová está intensamente ocupado en buscar la “perla de gran valor”.
Siga “buscando primero el Reino”
18. ¿Qué información no incluyó Jesús en la parábola del comerciante viajero, y por qué?
18 Volviendo a la parábola del comerciante viajero, observamos que Jesús no dijo nada en cuanto a cómo iba a subsistir aquel hombre después de haber vendido todos sus bienes. Hay quien, siendo realista, pudiera preguntar: “¿Cómo se las arreglaría para conseguir comida, ropa y un techo, ahora que se había quedado sin nada? ¿De qué provecho le sería la perla preciosa?”. Estas serían preguntas razonables desde un punto de vista carnal, pero ¿acaso no instó Jesús a sus discípulos: “Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de Dios, y todas estas otras cosas les serán añadidas”? (Mateo 6:31-33.) La idea principal de la parábola es la necesidad de demostrar nuestra total devoción a Dios y celo por el Reino. ¿Aprendemos nosotros algo de ello?
19. ¿Cuál es la lección principal de la parábola de la perla de gran valor?
19 Sea que hayamos aprendido las maravillosas buenas nuevas hace poco o llevemos décadas buscando el Reino y proclamando sus bendiciones, debemos seguir haciendo del Reino el centro de nuestro interés y atención. Atravesamos tiempos difíciles, pero tenemos razones sólidas para creer que lo que perseguimos es real e incomparable: como la perla que encontró el comerciante. Los acontecimientos mundiales y el cumplimiento de las profecías bíblicas aportan prueba convincente de que vivimos en “la conclusión del sistema de cosas” (Mateo 24:3). Imitemos a aquel comerciante, demostrando celo de corazón por el Reino de Dios y regocijándonos con el privilegio de proclamar las buenas nuevas (Salmo 9:1, 2).
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