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Cómo fortalecer el vínculo del matrimonioLa Atalaya 1993 | 15 de agosto
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Los fariseos adujeron que Moisés había contemplado el divorcio al prescribir que se diera a la esposa “un certificado de despedida”.
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Cómo fortalecer el vínculo del matrimonioLa Atalaya 1993 | 15 de agosto
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El divorcio en la Ley mosaica
En el tiempo en que se dio la Ley mosaica, las relaciones matrimoniales se habían deteriorado tanto que Jehová, por causa de la dureza del corazón de los israelitas, hizo la concesión del divorcio. (Deuteronomio 24:1.) Dios no tenía la intención de que los israelitas se aprovecharan de esa ley para divorciarse de sus esposas por faltas insignificantes, como se desprende claramente de su mandato de amar al prójimo como a uno mismo. (Levítico 19:18.) La exigencia misma de escribir un certificado de divorcio obraba como medida disuasoria, pues, para escribirlo, el esposo que procuraba el divorcio tenía que consultar a los hombres debidamente autorizados a resolver esas cuestiones, quienes, a su vez, harían todo lo posible para que la pareja se reconciliara. No, Dios no promulgó esta ley para dar al hombre un supuesto derecho a divorciarse de su esposa “por toda suerte de motivo”. (Mateo 19:3.)
Sin embargo, los israelitas con el tiempo pasaron por alto el espíritu de la Ley y se aprovecharon de esta cláusula para divorciarse a su antojo. En el siglo V a.E.C. estaban traicionando a las esposas de su juventud, divorciándose de ellas por toda suerte de motivo. Jehová dijo con firmeza que odiaba el divorcio. (Malaquías 2:14-16.) Este fue el marco en que Jesús condenó el divorcio que los israelitas practicaban en su día.
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