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El cristianismo primitivo y el EstadoLa Atalaya 1996 | 1 de mayo
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Pagan al César lo que le es “debido”
Jesús proporcionó la fórmula que regiría la conducta del cristiano frente al Estado romano, o mejor dicho, frente a todo otro gobierno, al decir: “Paguen a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios”. (Mateo 22:21.) Había un marcado contraste entre este consejo dado a los seguidores de Jesús y la actitud de muchos judíos nacionalistas que odiaban la dominación romana e impugnaban el pago de impuestos a una potencia extranjera.
Más tarde, Pablo dijo a los cristianos que habitaban en Roma: “Hay, por lo tanto, razón apremiante para que ustedes estén en sujeción, no solo por causa de esa ira, sino también por causa de su conciencia. Pues por eso ustedes también pagan impuestos; porque ellos [las “autoridades superiores” gubernamentales] son siervos públicos de Dios que sirven constantemente con este mismo propósito. Den a todos lo que les es debido: al que pide impuesto, el impuesto; al que pide tributo, el tributo”. (Romanos 13:5-7.) Si bien los cristianos no eran parte del mundo, estaban obligados moralmente a ser ciudadanos honrados y a cumplir con sus deberes fiscales, pagando así al Estado los servicios prestados. (Juan 17:16.)
¿Se limitaban las palabras de Jesús al pago de impuestos? Dado que él no definió exactamente qué es del César y qué es de Dios, se dan casos dudosos en los que hay que decidir según el contexto o según el entendimiento que se tenga de toda la Biblia. En otras palabras: a fin de determinar qué debe pagarse al César, el cristiano ha de recurrir a veces a su conciencia iluminada por los principios bíblicos.
Cuidadoso equilibrio entre dos demandas enfrentadas
Muchas personas tienden a olvidar que después de que Jesús mandó que se pagaran las cosas que competen al César, añadió: “Pero [paguen] a Dios las cosas de Dios”. El apóstol Pedro mostró qué es prioritario para los cristianos. Inmediatamente después de recomendar sumisión al “rey”, o emperador, y a sus “gobernadores”, exhortó: “Sean como personas libres, y, sin embargo, tengan su libertad, no como disfraz para la maldad, sino como esclavos de Dios. Honren a hombres de toda clase, tengan amor a toda la asociación de hermanos, estén en temor de Dios, den honra al rey”. (1 Pedro 2:16, 17.) El apóstol señaló que los cristianos son esclavos de Dios, no de ningún gobernante humano. Aunque deben mostrar la honra y el respeto debidos a los representantes del Estado, han de hacerlo en el temor de Dios, cuyas leyes son supremas.
Unos años antes, Pedro había indicado claramente que la ley de Dios tiene preeminencia sobre la del hombre. Cuando el Sanedrín judío, organismo administrativo al que los romanos habían otorgado autoridad civil y religiosa, ordenó a los seguidores de Jesús que cesaran de enseñar en el nombre de Cristo, Pedro y los demás apóstoles contestaron con respeto y firmeza a la vez: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres”. (Hechos 5:29.) Evidentemente, los primeros cristianos tuvieron que mantener un cuidadoso equilibrio entre la obediencia a Dios y la sumisión apropiada a las autoridades humanas. Tertuliano lo expresó así a principios del siglo III: “Si todo es del César, ¿qué le queda a Dios?”.
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Dios y el CésarLa Atalaya 1996 | 1 de mayo
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Dios y el César
“Sin falta, entonces, paguen a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios.” (LUCAS 20:25.)
1. a) ¿Qué posición elevada ocupa Jehová? b) ¿Qué debemos a Jehová que nunca podremos tributar al César?
AL DAR dicha instrucción, Jesucristo no tenía la menor duda de que los mandatos de Dios a sus siervos están muy por encima de toda exigencia del César, es decir, el Estado. Nadie mejor que Jesús conocía la veracidad de la oración del salmista a Jehová: “Tu gobernación real es gobernación real para todos los tiempos indefinidos, y tu dominio [soberanía]a dura por todas las generaciones sucesivas”. (Salmo 145:13.) Cuando el Diablo le ofreció la potestad sobre todos los reinos de la tierra habitada, Jesús respondió: “Está escrito: ‘Es a Jehová tu Dios a quien tienes que adorar, y es solo a él a quien tienes que rendir servicio sagrado’”. (Lucas 4:5-8.) La adoración nunca podría tributarse al “César”, tanto si se trataba del emperador romano como de cualquier otro gobernante humano o del mismo Estado.
2. a) ¿Qué posición relativa ocupa Satanás con respecto a este mundo? b) ¿Con el consentimiento de quién ocupa Satanás dicha posición?
2 Jesús no negó el derecho de Satanás a disponer de los reinos del mundo, y más tarde lo llamó “el gobernante de este mundo”. (Juan 12:31; 16:11.) A fines del siglo I, el apóstol Juan escribió: “Sabemos que nosotros nos originamos de Dios, pero el mundo entero yace en el poder del inicuo”. (1 Juan 5:19.) Ello no quiere decir que Jehová haya renunciado a su soberanía en la Tierra. Recordemos que cuando Satanás ofreció a Jesús el poder sobre los reinos políticos, le dijo: “Te daré toda esta autoridad [...] porque a mí me ha sido entregada”. (Lucas 4:6.) Satanás ejerce autoridad sobre los reinos del mundo únicamente porque Dios lo consiente.
3. a) ¿Qué posición ocupan los gobiernos de las naciones delante de Jehová? b) ¿Por qué puede decirse que la sujeción a los gobiernos mundanos no significa someterse a Satanás, el dios de este mundo?
3 De igual manera, el Estado ejerce su autoridad solamente porque Dios, como Gobernante Soberano, se lo permite. (Juan 19:11.) En este sentido puede decirse que “las autoridades que existen están colocadas por Dios en sus posiciones relativas”. Comparada con la autoridad soberana y suprema de Jehová, la del Estado es mucho menor. Sin embargo, las autoridades civiles son ‘ministros de Dios’, “siervos públicos de Dios”, por cuanto prestan servicios necesarios, velan por el mantenimiento de la ley y el orden y castigan a los que obran mal. (Romanos 13:1, 4, 6.) Los cristianos, pues, deben entender que por el hecho de que Satanás sea el gobernante invisible de este mundo, o sistema, no están sometiéndose a él cuando reconocen que deben sujeción relativa al Estado; más bien, están obedeciendo a Dios. Todavía en este año de 1996 el Estado político forma parte del “arreglo de Dios”, un orden temporal cuya existencia Dios permite y el cual sus siervos terrenales han de aceptar como tal. (Romanos 13:2.)
Los siervos de Jehová de antaño y el Estado
4. ¿Por qué permitió Jehová que José se hiciera prominente en el gobierno de Egipto?
4 Jehová consintió que algunos de sus siervos de la época precristiana ocuparan importantes cargos públicos. Por ejemplo, en el siglo XVIII a.E.C. José fue constituido primer ministro de Egipto, el segundo del reino después de Faraón. (Génesis 41:39-43.) Los sucesos ulteriores evidenciaron que Jehová maniobró los asuntos con el fin de que José sirviera de instrumento para preservar la ‘descendencia de Abrahán’ y llevar a término Sus propósitos. Cabe indicar, además, que José fue vendido como esclavo en Egipto y que vivió en una época en que los siervos de Dios no disponían ni de la Ley mosaica ni de “la ley del Cristo”. (Génesis 15:5-7; 50:19-21; Gálatas 6:2.)
5. ¿Por qué se mandó a los desterrados judíos que “buscaran la paz” de Babilonia?
5 Siglos después, Jehová inspiró al fiel profeta Jeremías para que exhortara a los judíos deportados a Babilonia a que se sometieran a los gobernantes de la ciudad, e incluso a que rogaran por la paz de ella. La carta que les mandó decía: “Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel, a todos los desterrados [... :] [‘]busquen la paz de la ciudad a la cual los he hecho ir en destierro, y oren a Jehová a favor de ella, porque en la paz de ella resultará haber paz para ustedes mismos’”. (Jeremías 29:4, 7.) El pueblo de Jehová tiene siempre motivos para ‘buscar la paz’ propia y la de la nación donde viven, a fin de gozar de libertad para adorar a Jehová. (1 Pedro 3:11.)
6. Pese a que desempeñaron altos cargos en el gobierno, ¿de qué maneras rehusaron Daniel y sus tres compañeros transgredir la Ley de Jehová?
6 Durante su exilio en Babilonia, Daniel y otros tres fieles judíos cautivos se sometieron a la educación del Estado y desempeñaron elevados cargos públicos. (Daniel 1:3-7; 2:48, 49.) No obstante, incluso durante su preparación, adoptaron una postura firme en cuestiones alimentarias que pudieran haberles hecho transgredir la Ley dada por su Dios, Jehová, mediante Moisés. Por ello fueron recompensados. (Daniel 1:8-17.) Cuando el rey Nabucodonosor erigió una estatua representativa del Estado, parece ser que los tres compañeros hebreos de Daniel se vieron obligados a asistir a la ceremonia inaugural con sus colegas de la Administración pública; no obstante, rehusaron ‘caer y adorar’ el ídolo estatal. De nuevo, Jehová premió su integridad. (Daniel 3:1-6, 13-28.) Asimismo hoy los testigos de Jehová respetan la bandera de la nación donde viven, pero de ningún modo le rinden homenaje. (Éxodo 20:4, 5; 1 Juan 5:21.)
7. a) ¿Qué excelente postura adoptó Daniel a pesar de la elevada posición que tenía en el gobierno de Babilonia? b) ¿Qué cambios hubo en tiempos cristianos?
7 La dinastía neobabilonia cayó bajo el dominio medopersa, y Daniel recibió un alto cargo público bajo el nuevo régimen. (Daniel 5:30, 31; 6:1-3.) Sin embargo, Daniel no permitió que su posición elevada lo llevara a violar su integridad. Se negó a obedecer cuando la ley civil le ordenó rendir culto al rey Darío en vez de a Jehová, lo que le valió ser echado al foso de los leones; pero Jehová lo rescató. (Daniel 6:4-24.) Todo esto ocurrió, claro está, en tiempos precristianos. Una vez establecida la congregación cristiana, los siervos de Dios llegaron a estar “bajo ley para con Cristo”. Muchas de las cosas que eran lícitas bajo el sistema judío debían mirarse entonces desde otro ángulo, tomando como base las nuevas relaciones de Jehová con su pueblo. (1 Corintios 9:21; Mateo 5:31, 32; 19:3-9.)
La actitud de Jesús frente al Estado
8. ¿Qué episodio muestra que Jesús estaba resuelto a no intervenir en política?
8 Cuando Jesucristo estuvo en la Tierra, fijó normas más elevadas para sus seguidores y rehusó por completo intervenir en asuntos políticos y militares. Después de haber alimentado milagrosamente a millares de personas con unos pocos panes y dos pescados pequeños, los judíos quisieron prenderlo para proclamarlo rey en sentido político; mas Jesús los esquivó y se retiró enseguida a las montañas. (Juan 6:5-15.) Tocante a este episodio, The New International Commentary on the New Testament (Nuevo comentario internacional al Nuevo Testamento) dice: “Los judíos de la época abrigaban intensos deseos nacionalistas, y sin duda muchos de los que presenciaron el prodigio creyeron haber encontrado un líder acreditado por Dios, el idóneo para capitanearlos en contra de los romanos. Así que se resolvieron a hacerlo rey”. El libro añade que Jesús “rechazó de plano” este ofrecimiento de liderazgo político. Cristo no apoyó ninguna insurrección de los judíos contra la dominación romana. De hecho, predijo cuáles serían las consecuencias de la revuelta que tendría lugar después de su muerte, a saber, males inefables para los habitantes de Jerusalén y la destrucción de la ciudad. (Lucas 21:20-24.)
9. a) ¿Cómo describió Jesús la relación que existe entre su Reino y el mundo? b) ¿Qué instrucción dio Jesús a sus seguidores sobre sus relaciones con los gobiernos del mundo?
9 Poco antes de su muerte, Jesús dijo al representante especial del emperador romano en Judea: “Mi reino no es parte de este mundo. Si mi reino fuera parte de este mundo, mis servidores habrían peleado para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero, como es el caso, mi reino no es de esta fuente”. (Juan 18:36.) Hasta que su Reino acabe con la dominación de los gobiernos políticos, los discípulos de Cristo imitan su ejemplo: obedecen a las autoridades establecidas, pero no interfieren en sus empresas políticas. (Daniel 2:44; Mateo 4:8-10.) Jesús formuló una pauta para sus discípulos cuando dijo: “Paguen a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios”. (Mateo 22:21.) Anteriormente, en el Sermón de la Montaña, había dicho: “Si alguien bajo autoridad te obliga a una milla de servicio, ve con él dos millas”. (Mateo 5:41.) El contexto indica que Jesús estaba ilustrando el principio de sumisión espontánea a las exigencias legítimas, ya en las relaciones humanas, ya en los requerimientos gubernamentales que se conformen a la ley divina. (Lucas 6:27-31; Juan 17:14, 15.)
Los cristianos y el César
10. Según un historiador, ¿qué postura escrupulosa mantuvieron los primeros cristianos frente al César?
10 Estas breves pautas regirían las relaciones entre los cristianos y el Estado. En su obra The Rise of Christianity (La aparición del cristianismo), el historiador E. W. Barnes escribió: “En los siglos posteriores, siempre que el cristiano tuviera dudas sobre sus deberes para con el Estado, acudiría a la enseñanza perentoria de Cristo. Pagaría los impuestos: aunque la carga tributaria fuera pesada —se hizo intolerable antes del desplome del Imperio occidental—, el cristiano la soportaría. Aceptaría asimismo toda otra obligación impuesta por el Estado, siempre y cuando no se le exigiera dar a César las cosas que fueran de Dios”.
11. ¿Qué aconsejó Pablo a los cristianos sobre el trato que debían a los gobernantes mundanos?
11 En consonancia con este principio, el apóstol Pablo exhortó a los cristianos de Roma poco más de veinte años después de la muerte de Cristo: “Toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores”. (Romanos 13:1.) Y aproximadamente diez años más tarde, poco antes de su segundo encarcelamiento y martirio en Roma, escribió a Tito: “Continúa recordándoles [a los cristianos cretenses] que estén en sujeción y sean obedientes a los gobiernos y a las autoridades como gobernantes, que estén listos para toda buena obra, que no hablen perjudicialmente de nadie, que no sean belicosos, que sean razonables, y desplieguen toda apacibilidad para con todos los hombres”. (Tito 3:1, 2.)
Identificación gradual de “las autoridades superiores”
12. a) ¿Cuál creía Charles Taze Russell que era la postura apropiada del cristiano frente a las autoridades gubernamentales? b) Con respecto a servir en el ejército, ¿qué diversas posturas adoptaron los cristianos ungidos durante la I Guerra Mundial?
12 Ya para el año 1886, Charles Taze Russell había escrito en El plan divino de las edades: “Ni Jesús ni los Apóstoles se entrometieron en ninguna manera con los gobiernos terrenales. [...] enseñaron a la Iglesia a obedecer las leyes y a respetar a los que se encontraban ejerciendo autoridad, a causa de su oficio [...]; enseñaron que se pagaran las contribuciones, y que no se opusiera ninguna resistencia a las leyes establecidas, excepto cuando estuvieren en pugna con las leyes divinas. (Hech. 4:19; 5:29; Rom. 13:1-7; Mat. 22:21). El Señor, los Apóstoles y la Iglesia primitiva se sometieron a las leyes, aun cuando estuvieron separados y no tomaron parte alguna en los gobiernos de este mundo”. El mismo libro identificó correctamente a “las autoridades superiores”, o “las potestades superiores”, mencionadas por el apóstol Pablo, como las autoridades estatales humanas. (Romanos 13:1, Versión Valera, 1909.) En 1904 el libro The New Creation (La nueva creación) afirmó que los verdaderos cristianos ‘deben contarse en la actualidad entre la gente más observadora de las leyes; no son agitadores ni contenciosos ni criticones’. Algunos entendieron que esto suponía someterse de manera absoluta a los poderes existentes, aun hasta el grado de servir en las fuerzas armadas durante la I Guerra Mundial; otros, sin embargo, consideraron que tal acto contravenía a las palabras de Jesús: “Todos los que toman la espada perecerán por la espada”. (Mateo 26:52.) Obviamente se precisaba un entendimiento más claro de lo que significaba la sumisión cristiana a las autoridades superiores.
13. ¿Qué cambio en el entendimiento de la identidad de los poderes superiores se presentó en 1929, y qué beneficios trajo?
13 En 1929, en un momento en que las legislaciones de varios países empezaron a prohibir la libre práctica de los mandatos de Dios o a exigir el cumplimiento de ordenanzas vedadas por la ley divina, se llegó a la conclusión de que los poderes superiores tenían que ser Jehová Dios y Jesucristo.b Tal fue el entendimiento de los siervos de Jehová durante el período crucial anterior a la II Guerra Mundial y durante la misma, y siguió siéndolo hasta adentrada la Guerra Fría, con su equilibrio de terror y su preparación militar. Visto desde el momento actual, hay que decir que este punto de vista, que exaltó la supremacía de Jehová y su Cristo, contribuyó a que el pueblo de Dios se mantuviera completamente neutral durante este difícil período.
Sumisión relativa
14. ¿Cómo se arrojó en 1962 más luz sobre Romanos 13:1, 2 y varios pasajes relacionados?
14 En 1961 se finalizó la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, cuya preparación requirió un estudio exhaustivo de las lenguas del texto bíblico. La traducción precisa de los términos utilizados no solo en el capítulo 13 de Romanos, sino, además, en pasajes como Tito 3:1, 2; y 1 Pedro 2:13, 17, puso de manifiesto que el término “autoridades superiores” no aludía a Jehová, la Autoridad Suprema, ni a su Hijo Jesús, sino a las autoridades gubernamentales humanas. A mediados de 1963 (finales de 1962 en inglés) se publicaron algunos artículos en La Atalaya que explicaron con exactitud el capítulo 13 de Romanos y proporcionaron una visión más clara de la que se tenía en tiempo de C. T. Russell. Estos artículos indicaron que la sumisión cristiana a las autoridades no puede ser absoluta; debe ser relativa, condicionada a no crear un enfrentamiento entre los siervos de Dios y la ley divina. Otros artículos de números posteriores de La Atalaya recalcaron este importante punto.c
15, 16. a) ¿A qué postura equilibrada condujo el nuevo entendimiento del capítulo 13 de Romanos? b) ¿Qué preguntas quedan por contestar?
15 Esta clave para el entendimiento correcto del capítulo 13 de Romanos ha hecho posible que el pueblo de Jehová concilie el respeto que debe a las autoridades políticas con una postura inflexible respecto a los principios bíblicos fundamentales. (Salmo 97:11; Jeremías 3:15.) Le ha permitido obtener el punto de vista correcto de su relación con Dios y con el Estado, y ha posibilitado que paguen al César las cosas del César sin dejar de pagar a Dios las cosas de Dios.
16 Ahora bien, ¿qué son, exactamente, las cosas del César? ¿Qué exigencias legítimas puede hacer el Estado al cristiano? Estas preguntas se analizarán en el siguiente artículo.
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Paguemos al César las cosas del CésarLa Atalaya 1996 | 1 de mayo
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Paguemos al César las cosas del César
“Den a todos lo que les es debido.” (ROMANOS 13:7.)
1, 2. a) Según Jesús, ¿cómo deben equilibrar los cristianos sus deberes con Dios y con el César? b) ¿Cuál es la principal preocupación de los testigos de Jehová?
SEGÚN Jesús, hay cosas que debemos a Dios y otras que debemos al César, es decir, el Estado. Dijo: “Paguen a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios”. Con esta sentencia, Jesús confundió a sus enemigos y resumió perfectamente la actitud equilibrada que debemos tener tocante a nuestras relaciones con Dios y el Estado. No es raro que su auditorio ‘se maravillara de él’. (Marcos 12:17.)
2 Por supuesto, la principal preocupación de los siervos de Jehová es pagar a Dios las cosas de Dios. (Salmo 116:12-14.) Pero no por ello se olvidan de que Jesús dijo que debían dar ciertas cosas al César. Su conciencia enseñada por la Biblia requiere que analicen bajo oración hasta dónde pueden llegar al dar al César lo que este pide. (Romanos 13:7.) Muchos juristas de tiempos modernos reconocen que la potestad del Estado tiene límites y que los pueblos y gobiernos de todas partes están sometidos a la ley natural.
3, 4. ¿Qué interesantes comentarios se han hecho sobre la ley natural, la ley revelada y la ley humana?
3 El apóstol Pablo aludió a esta ley natural cuando escribió respecto de la gente del mundo: “Lo que puede conocerse acerca de Dios está entre ellos manifiesto, porque Dios se lo ha puesto de manifiesto. Porque las cualidades invisibles de él se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por las cosas hechas, hasta su poder sempiterno y Divinidad, de modo que ellos son inexcusables”. Si los incrédulos observaran la ley natural, esta incluso movería sus conciencias. Por eso, Pablo añadió: “Siempre que los de las naciones que no tienen ley hacen por naturaleza las cosas de la ley, estos, aunque no tienen ley, son una ley para sí mismos. Son los mismísimos que demuestran que la sustancia de la ley está escrita en sus corazones, mientras su conciencia da testimonio con ellos”. (Romanos 1:19, 20; 2:14, 15.)
4 El célebre jurista inglés del siglo XVIII William Blackstone escribió: “Esta ley de la naturaleza [ley natural], por ser contemporánea del género humano y haber sido dictada por Dios mismo, desde luego se impone a toda otra ley. Es obligatoria en todo el globo terráqueo, para todos los países y en todo tiempo: ninguna ley humana que la contravenga tiene validez”. Luego, refiriéndose a la “ley revelada”, tal como aparece en la Biblia, afirmó: “Sobre estos dos fundamentos, a saber, la ley de la naturaleza y la ley de la revelación, descansan todas las leyes humanas; lo cual quiere decir que ninguna ley humana debe contradecirlas”. Esta aserción armoniza con lo que Jesús dijo de Dios y de César en Marcos 12:17. Evidentemente hay campos donde Dios impone límites a las exigencias del César al cristiano. El Sanedrín invadió uno de tales campos al ordenar a los apóstoles que dejaran de predicar a Jesús, por lo que ellos respondieron correctamente: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres”. (Hechos 5:28, 29.)
“Las cosas de Dios”
5, 6. a) En vista de que el Reino de Dios nació en 1914, ¿qué deben tener muy presente los cristianos? b) ¿Cómo evidencia el cristiano que es ministro?
5 Los cristianos han tenido que asegurarse de no dar al César lo que pertenece a Dios en especial desde el año 1914, cuando Jehová Dios, el Altísimo, empezó a gobernar como rey mediante el Reino mesiánico de Cristo. (Revelación [Apocalipsis] 11:15, 17.) Hoy más que nunca, la ley de Dios pide a los cristianos ‘que no sean parte del mundo’. (Juan 17:16.) Estando dedicados a Dios, el Dador de la Vida, tienen que demostrar claramente que ya no se pertenecen a sí mismos. (Salmo 100:2, 3.) Como escribió Pablo, “pertenecemos a Jehová”. (Romanos 14:8.) Además, los cristianos son ordenados ministros de Dios al momento de su bautismo, lo que los faculta para repetir las palabras de Pablo: “Dios [...] nos ha capacitado adecuadamente para ser ministros”. (2 Corintios 3:5, 6.)
6 El apóstol Pablo también escribió: “Glorifico mi ministerio”. (Romanos 11:13.) No cabe duda de que debemos copiar su ejemplo. Tanto si somos ministros de tiempo completo como si no, tengamos en cuenta que es Jehová mismo quien nos ha asignado nuestro ministerio. (2 Corintios 2:17.) Siendo que algunas personas pueden cuestionar nuestra postura, es preciso que todo cristiano dedicado y bautizado esté pronto a suministrar prueba contundente y positiva de que es en verdad ministro de las buenas nuevas. (1 Pedro 3:15.) Además, su conducta da prueba de su ministerio. Como ministro de Dios ha de abogar por la sana moral y practicarla, defender la unidad familiar, ser honrado y observar la ley y el orden. (Romanos 12:17, 18; 1 Tesalonicenses 5:15.) Las cosas más importantes en la vida del cristiano son su relación con Dios y el ministerio que él le ha asignado. No puede renunciar a ellas a instancias del César, pues es obvio que se cuentan entre las “cosas de Dios”.
“Las cosas de César”
7. ¿Qué reputación tienen los testigos de Jehová en cuanto al pago de impuestos?
7 Los testigos de Jehová saben que deben “sujeción a las autoridades superiores”, esto es, los dirigentes gubernamentales. (Romanos 13:1.) Por consiguiente, su conciencia educada por la Biblia les permite satisfacer las exigencias legítimas del César, o el Estado. Los verdaderos cristianos, por ejemplo, figuran entre los contribuyentes más ejemplares de la Tierra. El periódico alemán Münchner Merkur informó lo siguiente de los testigos de Jehová: “Son las personas más honradas y puntuales en el pago de impuestos de la República Federal”. En Italia, el periódico La Stampa comentó: “No hay ciudadanos más leales: no tratan de evitar el pago de los impuestos ni procuran lucrarse evadiendo leyes inconvenientes”. Los siervos de Jehová lo hacen “por causa de su conciencia”. (Romanos 13:5, 6.)
8. ¿Se circunscribe lo que debemos al César solo al pago de impuestos?
8 ¿Se circunscriben las “cosas de César” solo al pago de impuestos? No. Pablo incluyó otras, como el temor y la honra. En su Critical and Exegetical Hand-Book to the Gospel of Matthew (Manual crítico y exegético del Evangelio de Mateo), el erudito alemán Heinrich Meyer escribió: “Por [las cosas del César] [...] no hemos de entender meramente el impuesto civil, sino todo aquello a lo que el César tenía derecho en virtud de su legítimo regir”. El historiador E. W. Barnes, en su obra The Rise of Christianity (La aparición del cristianismo), comentó que el cristiano pagaría los impuestos que debiera y “aceptaría asimismo toda otra obligación impuesta por el Estado, siempre y cuando no se le exigiera dar al César las cosas que fueran de Dios”.
9, 10. ¿Qué pudiera hacer que el cristiano dudara si pagar lo que debe al César o no, pero qué factores debe tener en cuenta?
9 ¿Qué cosas pudiera reclamar el Estado sin invadir el ámbito de lo que le corresponde a Dios por legítimo derecho? Algunos han pensado que es admisible dar dinero al César bajo la forma de impuestos y nada más. Ciertamente les incomodaría dar al César cualquier cosa que les consumiera el tiempo que pudieran emplear en actividades teocráticas. No obstante, si bien es cierto que debemos ‘amar a Jehová nuestro Dios con todo el corazón, alma, mente y fuerzas’, también lo es que él cuenta con que pasaremos tiempo en actividades ajenas al servicio sagrado. (Marcos 12:30; Filipenses 3:3.) Por ejemplo, al cristiano casado se le aconseja dedicar tiempo a complacer a su cónyuge. No hay nada de malo en tales actividades, a pesar de que el apóstol Pablo las llama “las cosas del mundo”, no “las cosas del Señor”. (1 Corintios 7:32-34; compárese con 1 Timoteo 5:8.)
10 Además, Cristo autorizó a sus seguidores a “pagar” impuestos, lo que indudablemente supone invertir tiempo dedicado a Jehová, puesto que toda nuestra vida está dedicada a él. Si el impuesto promedio sobre la renta en un determinado país es del 33% (en algunos países es mayor), esto significa que el empleado medio paga anualmente al fisco el equivalente a cuatro meses de salario. Dicho de otro modo, al final de su vida laboral, el empleado medio habrá pasado cerca de quince años trabajando para ganar el dinero de los impuestos exigidos por “César”. Considere también el asunto de la escolaridad. La legislación de casi todo país exige que los padres envíen sus hijos a la escuela por una cantidad mínima de años, la cual varía de un país a otro. En la mayoría de los países, la escolaridad obligatoria abarca un período de tiempo considerable. Aunque es verdad que dicha educación suele ser útil, es el César quien determina cuántos años de su vida debe emplear el niño estudiando, y los padres cristianos acatan su decisión.
El servicio militar obligatorio
11, 12. a) ¿Qué exigencia hace el César en muchos países? b) ¿Cómo consideraban el servicio militar los primeros cristianos?
11 Otra exigencia del César en algunos países es el servicio militar obligatorio. En el siglo XX, la mayoría de las naciones lo han instituido en tiempo de guerra, y algunas en tiempo de paz. En Francia, a este deber se le denominó durante muchos años el impuesto de sangre, por cuanto los varones jóvenes tenían que estar dispuestos a ofrendar su vida por el Estado. ¿Es el servicio armado algo que la conciencia de los que están dedicados a Jehová les permite prestar? ¿Cómo consideraban el asunto los cristianos del siglo I?
12 Si bien los primeros cristianos se esforzaban por ser ciudadanos modelos, su fe les impedía quitar la vida a otros o sacrificar la suya propia por el Estado. The Encyclopedia of Religion declara: “Los padres de la iglesia primitiva, entre ellos Tertuliano y Orígenes, aseveraron que a los cristianos les estaba prohibido quitar la vida humana, principio este que les impedía servir en el ejército romano”. En su libro The Early Church and the World (La iglesia primitiva y el mundo), el profesor C. J. Cadoux escribe: “Al menos hasta el reinado de Marco Aurelio [161-180 E.C.], ningún cristiano se hizo soldado después de su bautismo”.
13. ¿Por qué no coincide el parecer sobre el servicio militar de la mayor parte de la cristiandad con el de los primeros cristianos?
13 ¿Por qué no son del mismo parecer hoy día los fieles de las iglesias de la cristiandad? Esto se debe a un cambio radical que tuvo lugar en el siglo IV. La obra católica A History of the Christian Councils (Historia de los concilios cristianos) explica: “Muchos cristianos, [...] bajo el dominio de los emperadores paganos, tenían escrúpulos religiosos con relación al servicio militar, y rehusaban rotundamente tomar las armas o bien desertaban. El sínodo [de Arles, del año 314 E.C.], en consideración a los cambios introducidos por Constantino, formuló la obligación que tienen los cristianos de ir a la guerra, [...] y esto porque la Iglesia se halla en paz (in pace) bajo un príncipe amigo de los cristianos”. Desde entonces, como consecuencia del abandono de la doctrina de Jesús, el clero de la cristiandad ha animado a sus rebaños a servir en los ejércitos de las naciones, aunque algunos individuos se han declarado objetores de conciencia.
14, 15. a) ¿Con qué base piden exención del servicio militar los cristianos de algunos países? b) Donde no existe dicha exención, ¿qué principios bíblicos ayudarán al cristiano a decidir correctamente sobre el servicio militar?
14 ¿Están obligados los cristianos modernos a seguir a la mayoría en este respecto? No. Si un cristiano dedicado y bautizado vive en un país donde se dispensa del servicio militar a los ministros religiosos, puede acogerse a tal concesión porque en realidad es un ministro. (2 Timoteo 4:5.) Algunas legislaciones, entre ellas la de Estados Unidos y Australia, otorgan dicha exención incluso en tiempo de guerra; y en tiempo de paz, muchas naciones que mantienen el servicio militar obligatorio dispensan a los testigos de Jehová por ser ministros religiosos. De este modo pueden seguir ayudando a la gente con su servicio público.
15 Ahora bien, ¿qué hará el cristiano que vive en un país donde no se exime a los ministros religiosos? Entonces deberá tomar una decisión personal siguiendo los dictados de su conciencia educada por la Biblia. (Gálatas 6:5.) Tomará en cuenta la autoridad del César sin dejar de sopesar cuidadosamente lo que debe a Jehová. (Salmo 36:9; 116:12-14; Hechos 17:28.) Recordará que la marca del cristiano genuino es el amor que le tiene a todos sus hermanos en la fe, incluidos aquellos que viven en otros países o son de otra tribu. (Juan 13:34, 35; 1 Pedro 2:17.) Tampoco olvidará los principios bíblicos contenidos en pasajes como Isaías 2:2-4; Mateo 26:52; Romanos 12:18; 14:19; 2 Corintios 10:4, y Hebreos 12:14.
El servicio civil
16. En algunos países, ¿qué tipo de servicio no militar exige el César que realicen los objetores al servicio armado?
16 Sin embargo, hay países donde el Estado, aun cuando no exime del servicio militar a los ministros religiosos, sí reconoce que algunas personas pueden objetar a él. Muchos de estos países cuentan con disposiciones para no obligar a los objetores de conciencia a participar en el servicio armado. En algunos lugares se les pide que presten un servicio civil, como labores de utilidad comunitaria, el cual es considerado un servicio nacional no militar. ¿Puede el cristiano dedicado efectuar tal servicio? Una vez más, el cristiano dedicado y bautizado debe tomar su propia decisión fundada en su conciencia educada por la Biblia.
17. ¿Existe algún precedente bíblico del servicio civil no militar?
17 Parece ser que en tiempos bíblicos existía el servicio obligatorio. Un libro de historia dice: “Además de los impuestos y gravámenes que pesaban sobre los habitantes de Judea, existía también la corvea [trabajo no remunerado exigido por las autoridades públicas]. Se trata de una institución antigua en Oriente, perpetuada por las autoridades helenísticas y romanas. [...] También el Nuevo Testamento cita ejemplos de corvea en Judea, lo que demuestra su amplia difusión. En conformidad con esta costumbre, los soldados presionaron a Simón de Cirene para que cargara la cruz [madero de tormento] de Jesús (Mateo 5:41; 27:32; Marcos 15:21; Lucas 23:26)”.
18. ¿Con qué tipos de servicio comunitario no religioso ni militar suelen cooperar los testigos de Jehová?
18 De igual manera, en algunos países el Estado o las autoridades locales exigen a los ciudadanos que presten diversos tipos de servicio comunitario. En ocasiones se trata de una tarea específica, como cavar pozos o construir carreteras. En otras se trata de tareas regulares, como trabajar semanalmente en el mantenimiento de carreteras, escuelas u hospitales. Cuando el servicio civil en cuestión va en interés de la comunidad y no tiene conexión con la religión falsa ni resulta de algún modo objetable a su conciencia, los testigos de Jehová a menudo cumplen con él. (1 Pedro 2:13-15.) Esto generalmente ha dado un excelente testimonio y a veces ha silenciado a los que acusan falsamente a los Testigos de anarquistas. (Compárese con Mateo 10:18.)
19. ¿Qué debe hacer el cristiano si el César le pide prestar un servicio nacional no militar por un período de tiempo?
19 ¿Qué hay del caso en que el Estado pide al cristiano que durante cierto tiempo preste un tipo de servicio nacional bajo la administración civil? Una vez más, este debe tomar su propia decisión basada en su conciencia educada. “Todos estaremos de pie ante el tribunal de Dios.” (Romanos 14:10.) El cristiano que se vea ante tal exigencia del César debe examinar el asunto y meditar en ello junto con oración.a También es prudente que hable con otros cristianos maduros de la congregación. Luego le toca tomar una decisión personal. (Proverbios 2:1-5; Filipenses 4:5.)
20. ¿Qué preguntas y principios bíblicos ayudarán al cristiano a razonar sobre el servicio civil nacional no militar?
20 Al efectuar su investigación, el cristiano debe tomar en cuenta varios principios bíblicos. Pablo dijo que debemos ‘ser obedientes a los gobiernos y a las autoridades como gobernantes, estar listos para toda buena obra, ser razonables y desplegar toda apacibilidad para con todos los hombres’. (Tito 3:1, 2.) Conviene asimismo que el cristiano examine el trabajo civil propuesto. De aceptarlo, ¿podrá mantener la neutralidad cristiana? (Miqueas 4:3, 5; Juan 17:16.) ¿Lo involucrará con la religión falsa? (Revelación 18:4, 20, 21.) ¿Le impedirá cumplir con sus deberes cristianos, o le impondrá límites excesivos al respecto? (Mateo 24:14; Hebreos 10:24, 25.) Por otra parte, ¿le será posible seguir adelantando en sentido espiritual, quizás hasta participando en el ministerio de tiempo completo, mientras presta el servicio exigido? (Hebreos 6:11, 12.)
21. Sea cual sea la decisión que tome un hermano tocante al servicio civil nacional no militar, ¿cómo debe verlo la congregación?
21 ¿Qué pasaría si las respuestas honradas del cristiano a las anteriores preguntas lo llevaran a concluir que el servicio civil nacional es una “buena obra” que puede realizar en obediencia a las autoridades? Tal es su decisión delante de Jehová. Los ancianos nombrados y demás hermanos deben respetar del todo su conciencia y seguir viéndolo como un cristiano ejemplar. No obstante, si otro cristiano cree que no puede prestar el servicio civil, su postura debe asimismo respetarse. Ha de vérsele también como un cristiano ejemplar y brindársele apoyo amoroso. (1 Corintios 10:29; 2 Corintios 1:24; 1 Pedro 3:16.)
22. Independientemente de la situación a la que nos enfrentemos, ¿qué seguiremos haciendo?
22 Como cristianos que somos, no dejaremos de rendir “al que pide honra, dicha honra”. (Romanos 13:7.) Respetaremos el orden y procuraremos ser ciudadanos pacíficos y observantes de la ley. (Salmo 34:14.) Incluso podremos orar “respecto a reyes y a todos los que están en alto puesto” cuando estos funcionarios deban tomar decisiones que afecten nuestra vida y labor cristianas. Como resultado de pagar al César las cosas del César, esperamos seguir “llevando una vida tranquila y quieta con plena devoción piadosa y seriedad”. (1 Timoteo 2:1, 2.) Ante todo, seguiremos predicando las buenas nuevas del Reino como la única esperanza para la humanidad, pagando escrupulosamente a Dios las cosas de Dios.
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