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‘Vayan y hagan discípulos’La Atalaya 2004 | 1 de julio
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‘Vayan y hagan discípulos’
“Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra. Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos.” (MATEO 28:18, 19.)
1, 2. a) ¿Qué misión les confió Jesús a sus discípulos? b) ¿Qué interrogantes relacionados con el mandato de Jesús analizaremos?
CIERTO día de primavera del año 33 E.C., los discípulos de Jesús se habían congregado en un monte de Galilea. Su Señor resucitado estaba a punto de ascender al cielo, pero antes tenía que darles un mensaje importante. Iba a confiarles una misión. ¿Cuál sería? ¿Cómo la tomaron sus discípulos, y cómo nos atañe a nosotros?
2 Las palabras de Jesús se hallan en Mateo 28:18-20: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra. Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren!, estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas”. Jesús mencionó cuatro abarcadoras expresiones —“toda autoridad”, “todas las naciones”, “todas las cosas” y “todos los días”—, las cuales plantean significativos interrogantes relacionados con su mandato: por qué, dónde, qué y cuándo. Analicémoslos uno por uno.a
“Toda autoridad me ha sido dada”
3. ¿Por qué debemos obedecer el mandato de hacer discípulos?
3 En primer lugar, ¿por qué debemos obedecer el mandato de hacer discípulos? Jesús declaró: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra. Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos”. La expresión “por lo tanto” destaca una razón de gran importancia por la cual hemos de acatar esta orden: Jesús, su emisor, posee “toda autoridad”. ¿Qué aspectos abarca tal autoridad?
4. a) ¿Cuál es el alcance de la autoridad de Jesús? b) ¿Cómo debe influir en nuestra actitud ante el mandato de hacer discípulos el que entendamos la autoridad de Jesús?
4 Jesús ejerce autoridad sobre su congregación, y ha estado al mando del Reino de Dios desde 1914, año en que quedó establecido (Colosenses 1:13; Revelación [Apocalipsis] 11:15). En su posición de arcángel comanda un ejército celestial de millones de ángeles (1 Tesalonicenses 4:16; 1 Pedro 3:22; Revelación 19:14-16). Su Padre lo ha facultado para acabar con “todo gobierno y toda autoridad y poder” que se oponga a los principios justos (1 Corintios 15:24-26; Efesios 1:20-23). La potestad de Cristo no se limita a los vivientes, pues es “juez de vivos y [también] de muertos” y posee el poder divino de resucitar a quienes se han dormido en la muerte (Hechos 10:42; Juan 5:26-28). Sin lugar a dudas, un encargo proveniente de Aquel a quien se le ha conferido tal autoridad debe considerarse de la máxima importancia. Por tanto, respetamos y obedecemos de buena gana el mandato de Cristo de ‘ir y hacer discípulos’.
5. a) ¿Cómo obedeció Pedro el mandato de Jesús? b) ¿Qué beneficio le reportó a Pedro obedecer a su Instructor?
5 Al principio de su ministerio terrestre, Jesús enseñó de forma impactante a sus discípulos que reconocer su autoridad y obedecer sus mandatos les reportaría beneficios. En cierta ocasión dijo a Pedro, que era pescador: “Rema hasta donde está profundo, y echen sus redes para la pesca”. Pedro estaba convencido de que no había peces, de modo que respondió: “Instructor, toda la noche nos afanamos y no sacamos nada”. Aun así, Pedro añadió humilde: “Pero porque tú lo dices bajaré las redes”. Por haber acatado el mandato de Cristo, recogió “una gran multitud de peces”. Asombrado, Pedro “cayó a las rodillas de Jesús, y dijo: ‘Apártate de mí, porque soy varón pecador, Señor’”. En cambio, Jesús respondió: “Deja de tener miedo. De ahora en adelante estarás pescando vivos a hombres” (Lucas 5:1-10; Mateo 4:18). ¿Qué lección encierra este relato?
6. a) ¿Qué indica el relato de la pesca milagrosa sobre el tipo de obediencia que espera Jesús? b) ¿Cómo imitamos a Jesús?
6 Jesús no encomendó a Pedro, Andrés y los demás apóstoles la misión de “ser pescadores de hombres” sino hasta después de capturar aquella gran cantidad de peces (Marcos 1:16, 17). Es obvio que no esperaba de ellos obediencia ciega, pues les había dado una razón convincente para que le obedecieran. Tal como se produjeron resultados sorprendentes por haber acatado su mandato de bajar las redes, si acataban el de ‘pescar hombres’, también habría grandes bendiciones. Los apóstoles reaccionaron con gran fe. El relato termina diciendo: “Volvieron a traer las barcas a tierra, y abandonaron todo y le siguieron” (Lucas 5:11). Hoy día imitamos a Jesús cuando animamos a los demás a participar en la obra de hacer discípulos. No les exigimos que hagan lo que les decimos, sino que les damos razones convincentes para que obedezcan el mandato de Jesús.
Razones convincentes y motivos adecuados
7, 8. a) ¿Cuáles son algunas razones bíblicas para predicar el Reino y hacer discípulos? b) ¿Qué texto bíblico en especial lo impele personalmente a no cesar de predicar? (Véase la nota.)
7 Predicamos el Reino y hacemos discípulos porque reconocemos la autoridad de Cristo. Pero ¿de qué otros argumentos bíblicos podemos valernos para incitar a los demás a las buenas obras? Reparemos en los comentarios que hacen Testigos fieles de diversos países y en los textos bíblicos que los avalan.
8 Roy, bautizado en 1951: “Cuando me dediqué a Jehová, prometí servirle para siempre, y estoy decidido a cumplir mi palabra” (Salmo 50:14; Mateo 5:37). Heather, bautizada en 1962: “Al reflexionar en todo lo que Jehová ha hecho por mí, la gratitud que siento me impulsa a servirle fielmente” (Salmo 9:1, 9-11; Colosenses 3:15). Hannelore, bautizada en 1954: “Cada vez que salimos al ministerio, contamos con el apoyo de los ángeles, lo cual es un gran privilegio” (Hechos 10:30-33; Revelación 14:6, 7). Honor, bautizada en 1969: “Cuando llegue el día de juicio de Dios, no quiero que nadie de mi vecindario acuse a Jehová o a sus Testigos de negligencia y diga que no se le avisó” (Ezequiel 2:5; 3:17-19; Romanos 10:16, 18). Claudio, bautizado en 1974: “Cuando predicamos, estamos ‘bajo la mirada de Dios’ y ‘en compañía con Cristo’. ¡Es fantástico! En el ministerio, tenemos la compañía de nuestros mejores Amigos” (2 Corintios 2:17).b
9. a) ¿Qué revela el relato de la pesca extraordinaria sobre el motivo adecuado para obedecer a Cristo? b) ¿Cuál es la motivación apropiada para obedecer a Dios y a Cristo hoy día, y por qué?
9 El relato de la extraordinaria pesca también destaca la importancia de tener el motivo adecuado para obedecer a Cristo: el amor. Cuando Pedro dijo: “Apártate de mí, porque soy varón pecador”, Jesús no se apartó de él, ni tampoco lo condenó por algún pecado (Lucas 5:8). Ni siquiera lo recriminó por pedirle que se alejara de él, sino que le respondió con cariño: “Deja de tener miedo”. El temor malsano no habría sido la motivación apropiada para obedecer a Cristo. Jesús, más bien, les dijo a Pedro y a sus compañeros que se convertirían en útiles pescadores de hombres. Hoy día, nosotros tampoco nos valemos del miedo ni de otros sentimientos negativos, como la culpa o la vergüenza, para obligar a los demás a sujetarse a Cristo. Lo que hace que el corazón de Jehová se regocije es la obediencia sincera que nace del amor que sentimos por él y por Cristo (Mateo 22:37).
“Hagan discípulos de gente de todas las naciones”
10. a) ¿Qué parte del mandato de Jesús de hacer discípulos presentaba un gran desafío para sus seguidores? b) ¿Cómo respondieron los discípulos al mandato de Jesús?
10 El segundo interrogante que se plantea tocante al mandato de Cristo es: ¿dónde se llevaría a cabo esta labor de hacer discípulos? Jesús mandó a sus seguidores: “Hagan discípulos de gente de todas las naciones”. Antes de que Jesús emprendiera su ministerio, se aceptaba a las personas de las naciones que acudían a Israel para servir a Jehová (1 Reyes 8:41-43). Jesús mismo había predicado principalmente a los judíos, pero ahora les ordenaba a sus seguidores que fueran a gente de todas las naciones. Así es, el banco pesquero de sus discípulos, es decir, el territorio donde predicaban, se había limitado a una pequeña “laguna” —los judíos—, pero estaba a punto de ampliarse a todo el “mar” de la humanidad. Aunque este cambio presentó un gran desafío para sus discípulos, obedecieron con gusto sus instrucciones. Menos de treinta años después de la muerte de Jesús, el apóstol Pablo escribió que las buenas nuevas se habían predicado no solo a los judíos, sino en “toda la creación que está bajo el cielo” (Colosenses 1:23).
11. ¿Qué ampliación de los “bancos pesqueros” ha tenido lugar desde principios del siglo XX?
11 En épocas más recientes, el territorio de predicación ha sido objeto de una ampliación semejante. A principios del siglo XX, los “bancos pesqueros” abarcaban solo unos pocos países. Sin embargo, los seguidores de Cristo de entonces copiaron el ejemplo de los cristianos del siglo primero y, con denuedo, expandieron el territorio donde predicaban (Romanos 15:20). En la primera mitad de los años treinta se hacían discípulos en aproximadamente cien países. En la actualidad, la pesca se ha extendido a 235 países (Marcos 13:10).
“De todos los lenguajes”
12. ¿Qué reto se destaca en la profecía de Zacarías 8:23?
12 Hacer discípulos de todas las naciones es un reto no solo geográfico, sino lingüístico. Jehová predijo mediante el profeta Zacarías: “En aquellos días sucederá que diez hombres de todos los lenguajes de las naciones asirán, sí, realmente asirán la falda de un hombre que sea judío, y dirán: ‘Iremos con ustedes, porque hemos oído que Dios está con ustedes’” (Zacarías 8:23). En el cumplimiento mayor de esta profecía, el “hombre [...] judío” representa al resto de cristianos ungidos, y los “diez hombres” simbolizan a la “gran muchedumbre” (Revelación 7:9, 10; Gálatas 6:16).c Habría integrantes de esta gran muchedumbre de discípulos de Cristo en muchas naciones, los cuales hablarían un sinfín de idiomas, como señaló Zacarías. ¿Se observa en la historia moderna del pueblo de Dios ese aspecto del discipulado? Sin lugar a dudas.
13. a) ¿Qué cambios han tenido lugar entre el pueblo de Dios de la actualidad? b) ¿Cómo ha respondido la clase del esclavo fiel ante la creciente necesidad de alimento espiritual en diversos idiomas? (Véase el recuadro “Publicaciones para los invidentes”.)
13 En 1950, el inglés era el idioma materno de alrededor de 3 de cada 5 testigos de Jehová de todo el mundo. En 1980, la proporción había cambiado a unos 2 de cada 5, y actualmente se ha reducido a 1 de cada 5 Testigos. ¿Cómo ha reaccionado la clase del esclavo fiel y discreto ante esta pluralidad lingüística? Suministrando alimento espiritual en más idiomas que nunca (Mateo 24:45). Por ejemplo, en 1950 nuestras publicaciones se editaban en noventa lenguas, pero hoy este número ha ascendido a unas cuatrocientas. ¿Ha producido resultados el hecho de haber dirigido la atención a las diversas comunidades lingüísticas? Sí. Cada semana, más de cinco mil personas ‘de todas las lenguas’ se hacen discípulos de Cristo (Revelación 7:9). El aumento es incesante; en algunos países, las “redes” están logrando una muy buena pesca (Lucas 5:6; Juan 21:6).
¿Podemos participar en un ministerio gratificante?
14. ¿Cómo podemos ayudar en nuestro territorio a quienes hablan un idioma extranjero? (Véase el recuadro “Haciendo discípulos mediante el lenguaje de señas”.)
14 En muchos países occidentales, la llegada de inmigrantes ha traído consigo el desafío de hacer discípulos de gente de ‘toda lengua’ (Revelación 14:6). ¿Cómo podemos ayudar en nuestro territorio a quienes hablan un idioma extranjero? (1 Timoteo 2:4.) Para ello debemos emplear, por decirlo así, los utensilios de pesca adecuados. Podemos ofrecerles publicaciones en su lengua y, si es posible, hacer que un Testigo que hable su idioma los visite (Hechos 22:2). Prestarles esta ayuda es ahora más fácil, pues muchos Testigos han aprendido otro idioma para ayudar a los extranjeros a hacerse discípulos de Cristo. Según los informes, participar en este ministerio es una experiencia muy gratificante.
15, 16. a) ¿Qué ejemplos ilustran lo gratificante que resulta ayudar a los que hablan otro idioma? b) ¿Qué preguntas tocante al servicio en el campo de habla extranjera podríamos plantearnos?
15 Tomemos dos ejemplos de los Países Bajos, donde la predicación organizada del Reino se realiza en 34 idiomas. Un matrimonio de Testigos se ofreció para predicar a los inmigrantes que hablan polaco. Tuvieron tan buenos resultados que el esposo decidió reducir su jornada laboral para dedicar un día más a la semana a dar clases de la Biblia a las personas interesadas. Poco después, entre los dos dirigían más de veinte cursos bíblicos a la semana. Ellos comentan: “Nuestro ministerio nos hace muy felices”. Quienes hacen discípulos sienten auténtico gozo cuando las personas que oyen las verdades de la Biblia en su idioma expresan agradecimiento. Por ejemplo, durante una reunión en vietnamita, un hombre de edad se puso de pie y pidió la palabra. Emocionado hasta las lágrimas, dijo a los Testigos: “Gracias por el empeño que ponen en aprender mi complicada lengua. Estoy sumamente agradecido por las muchas cosas maravillosas de la Biblia que estoy aprendiendo a mi edad”.
16 No es de extrañar, pues, que los que sirven en las congregaciones de habla extranjera se sientan muy recompensados. Un matrimonio de Gran Bretaña dijo: “El ministerio en el campo de habla extranjera ha sido una de las experiencias más emocionantes que hemos tenido en los cuarenta años de servicio del Reino”. ¿Podríamos adaptar nuestras circunstancias para participar en este apasionante ministerio? Joven, si todavía asistes a clases, ¿has pensado en estudiar otro idioma a fin de prepararte para este tipo de ministerio? Si así lo haces, puedes tener la oportunidad de disfrutar de una vida gratificante repleta de bendiciones (Proverbios 10:22). ¿Por qué no conversas de ello con tus padres?
Variemos los métodos
17. ¿Cómo podríamos llegar a más personas del territorio de nuestra congregación?
17 Como es lógico, las circunstancias de la mayoría de nosotros no nos permiten echar las “redes” en territorios de lengua extranjera. No obstante, tal vez pudiéramos hablar con más personas en el territorio de nuestra congregación que con las que logramos hacerlo ahora. ¿De qué manera? Variando, no el mensaje, sino los métodos. Cada vez más personas viven en edificios de alta seguridad, y muchas otras no están en casa cuando vamos a predicarles a su domicilio. Por ello, quizá tengamos que lanzar nuestras “redes” a diferentes horas y en diversos lugares. Así imitaremos a Jesús, quien procuró hablar con su prójimo en cualquier lugar (Mateo 9:9; Lucas 19:1-10; Juan 4:6-15).
18. ¿Qué buenos resultados ha producido predicar dondequiera que haya gente? (Véase el recuadro “Haciendo discípulos entre los comerciantes y empresarios”.)
18 Predicar dondequiera que haya gente se ha convertido en un método importante para hacer discípulos en algunas partes del mundo. Los publicadores experimentados se han concentrado no solo en predicar de casa en casa, sino también en otros lugares, como aeropuertos, oficinas, tiendas, estacionamientos, paradas de autobuses, calles, parques, playas y cualquier otro sitio donde haya gente. En Hawai, por ejemplo, una buena cantidad de los Testigos recién bautizados escucharon por primera vez la verdad fuera de su hogar. Lo cierto es que cuando variamos nuestros métodos, logramos cumplir a plenitud con el mandato de Jesús de hacer discípulos (1 Corintios 9:22, 23).
19. ¿Qué interrogantes serán tema de análisis en el artículo siguiente?
19 En la misión de hacer discípulos que Jesús encomienda, no solo se incluyen detalles que contestan por qué y dónde debemos realizarla, sino que también indican sobre qué tenemos que predicar y hasta cuándo hemos de continuar haciéndolo. Estos dos últimos interrogantes que plantea la misión que nos encargó Jesús serán tema de análisis en el artículo siguiente.
[Notas]
a Se examinarán los dos primeros interrogantes en este artículo, y los dos restantes, en el próximo.
b Se hallan más razones para predicar en Proverbios 10:5; Amós 3:8; Mateo 24:42; Marcos 12:17, y Romanos 1:14, 15.
c Para una explicación más amplia del cumplimiento de esta profecía, véase La Atalaya del 15 de mayo de 2001, pág. 12, y el libro Las profecías de Isaías, una luz para toda la humanidad, vol. 2, pág. 408, publicaciones editadas por los testigos de Jehová.
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‘Enséñenles a observar todas las cosas que yo les he mandado’La Atalaya 2004 | 1 de julio
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‘Enséñenles a observar todas las cosas que yo les he mandado’
“Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos [...], enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.” (MATEO 28:19, 20.)
1. ¿Qué conversación entabló el discípulo Felipe con un etíope?
EL ETÍOPE había acudido a Jerusalén para adorar a Jehová, el Dios a quien amaba. Por lo visto, también tenía en alta estima Su Palabra inspirada. En el camino de regreso, cuando leía en su carro los escritos del profeta Isaías, vino a su encuentro un discípulo de Cristo llamado Felipe, que le preguntó: “¿Verdaderamente sabes lo que estás leyendo?”. El hombre repuso: “¿Realmente, cómo podría hacerlo, a menos que alguien me guiara?”. Felipe, entonces, ayudó a este sincero estudiante de las Escrituras a hacerse discípulo de Cristo (Hechos 8:26-39).
2. a) ¿Por qué era importante la respuesta del etíope? b) ¿Qué interrogantes relacionados con la misión de hacer discípulos analizaremos en este artículo?
2 Fijémonos en las palabras del etíope: “[¿]Cómo podría hacerlo, a menos que alguien me guiara?”. Así es, necesitaba guía, es decir, alguien que lo orientara. En sí, este comentario ejemplifica la importancia de una de las claras instrucciones que dio Jesús cuando mandó hacer discípulos. ¿A cuál nos referimos? Sigamos el análisis de sus palabras en el capítulo 28 de Mateo y hallaremos la respuesta. El artículo anterior contestó los interrogantes de por qué y dónde, y el presente se centrará en otros dos interrogantes también relacionados con el mandato de hacer discípulos; a saber: qué y cuándo.
“Enseñándoles a observar todas las cosas”
3. a) ¿Cómo llega alguien a hacerse discípulo de Jesucristo? b) ¿Qué hay que enseñar para hacer discípulos?
3 ¿Qué hemos de enseñar para hacer discípulos de Cristo? Jesús mandó a sus seguidores: “Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado” (Mateo 28:19, 20). Por tanto, tenemos que enseñar lo que Cristo ordenó.a Ahora bien, ¿qué hará que la persona acepte los mandatos de Jesús, se haga su discípulo y nunca deje de serlo? De la cuidadosa selección de palabras que hizo Jesús se desprende un factor clave. Él no dijo: “Enséñenles todas las cosas que yo les he mandado”, sino: “[Enséñenles] a observar todas las cosas que yo les he mandado” (Mateo 19:17). ¿Qué implica esto?
4. a) ¿Qué significa observar una orden? b) ¿Qué ejemplo ilustra cómo enseñamos a observar los mandatos de Cristo?
4 Observar una orden significa acatarla, obedecerla o guardarla. ¿Cómo enseñamos al prójimo a observar, u obedecer, las cosas que Cristo mandó? Pues bien, pensemos en cómo se enseña a los estudiantes de una escuela de conductores. En clase, el instructor seguramente explica las normas de circulación; sin embargo, para enseñar a los aprendices a obedecer estas leyes, tiene que guiarlos mientras conducen el automóvil y procuran poner en práctica lo que han aprendido en la teoría. De igual modo, cuando alguien estudia la Biblia con nosotros, le enseñamos los mandatos de Cristo; pero también hemos de guiarlo a medida que se esfuerza por aplicar en su vida y en el ministerio las normas cristianas (Juan 14:15; 1 Juan 2:3). Por lo tanto, para cumplir a plenitud con el mandato de hacer discípulos, tenemos que ser maestros y guías. Así imitaremos el modelo que nos marcaron tanto Jesús como Jehová (Salmo 48:14; Revelación 7:17).
5. ¿Por qué es posible que un estudiante de la Biblia dude en obedecer el mandato de Cristo de hacer discípulos?
5 Enseñar a observar las instrucciones de Jesús incluye ayudar a los demás a obedecer el mandato de hacer discípulos. Quizás esto intimide a algunos estudiantes de la Biblia, ya que es muy poco probable que hayan recibido esta preparación de sus anteriores guías espirituales, aun cuando hayan sido miembros activos de una iglesia de la cristiandad. Varios líderes religiosos admiten con franqueza que tales iglesias son un fracaso a la hora de enseñar a sus fieles a evangelizar. En un comentario sobre el mandato de Jesús de ir por el mundo y hacer discípulos de gente de toda clase, el biblista John R. W. Stott señaló: “Haber pasado por alto las implicaciones de este mandato es la mayor falta de los cristianos evangélicos en el campo de la evangelización actual. [...] Tendemos a proclamar nuestro mensaje de lejos. A veces parecemos la persona que grita consejos desde la orilla a un hombre que está ahogándose. No nos tiramos al agua para salvarlo. Tememos mojarnos”.
6. a) ¿Cómo podemos copiar el ejemplo de Felipe cuando ayudemos a un estudiante de la Biblia? b) Cuando un estudiante empieza a predicar, ¿cómo podemos demostrar nuestro interés por él?
6 Si algún estudiante de la Biblia pertenecía a una confesión religiosa cuyos miembros ‘temían mojarse’, quizá le suponga un reto superar el miedo al agua, por decirlo así, y cumplir con el mandato de hacer discípulos. Va a necesitar nuestro apoyo. Por ello, debemos ser pacientes y darle la instrucción y la dirección necesarias para que crezca su entendimiento y se sienta movido a actuar, tal como el etíope se sintió motivado hasta el punto de querer bautizarse por lo que aprendió de Felipe (Juan 16:13; Hechos 8:35-38). Además, nuestro deseo de enseñar a los estudiantes de la Biblia a observar el mandato de hacer discípulos nos impulsa a estar a su lado para guiarlos cuando empiecen a predicar el Reino (Eclesiastés 4:9, 10; Lucas 6:40).
“Todas las cosas”
7. ¿Qué mandamientos estarían incluidos en la expresión “observar todas las cosas”?
7 No hemos de limitarnos a enseñar a los nuevos a hacer discípulos. Jesús nos ordenó que les enseñáramos a “observar todas las cosas”, lo que incluye, sin duda alguna, los dos grandes mandamientos: amar a Dios y al prójimo (Mateo 22:37-39). ¿Cómo se puede enseñar a un nuevo discípulo a obedecer estos mandamientos?
8. ¿Qué ejemplo ilustra cómo se le puede enseñar a un nuevo discípulo el mandamiento de amar?
8 Volvamos al ejemplo del aprendiz de conductor. Al circular por las calles, el estudiante no solo aprende de los consejos del instructor que va a su lado, sino también de observar a otros conductores. Tal vez el instructor le haga fijarse en cierto automovilista que cortésmente deja que otro vehículo se incorpore al fluir del tráfico, o en otro conductor que pone las luces cortas para no cegar a los que transitan en dirección opuesta, o aun en otro que se ofrece para asistir a un conocido cuyo vehículo se ha averiado. Estos casos enseñan al aprendiz lecciones importantes que conviene que tenga presentes cuando esté al volante. De igual modo, un nuevo discípulo que viaja por el camino de la vida aprende no solo de su maestro, sino también de los buenos modelos que ve en la congregación (Mateo 7:13, 14).
9. ¿Cómo aprende el nuevo discípulo lo que significa obedecer el mandamiento de amar?
9 Tal vez un estudiante de la Biblia observe a una madre sola que hace todo lo posible por asistir al Salón del Reino con sus niños pequeños. Quizás vea a una persona deprimida que pese a su lucha con la enfermedad nunca falta a las reuniones, a una viuda mayor que lleva consigo a otras ancianas a las reuniones de congregación, o a un adolescente que colabora en la limpieza del Salón del Reino. Es posible que se fije en un superintendente que es ejemplar en la predicación, aunque en la congregación tenga muchas responsabilidades. O quizás conozca a un Testigo minusválido que, incluso confinado en casa, es una fuente de ánimo para cuantos lo visitan. Puede que observe a un matrimonio haciendo grandes cambios en su vida para atender a sus padres ya ancianos. Al ver a estos cristianos cariñosos, serviciales y dignos de confianza, el nuevo discípulo aprende con casos reales lo que significa obedecer el mandamiento de Cristo de amar a Dios y al prójimo, especialmente a los hermanos en la fe (Proverbios 24:32; Juan 13:35; Gálatas 6:10; 1 Timoteo 5:4, 8; 1 Pedro 5:2, 3). Así, todos los integrantes de la congregación cristiana pueden y deben ser maestros y guías (Mateo 5:16).
“Hasta la conclusión del sistema de cosas”
10. a) ¿Hasta cuándo seguiremos haciendo discípulos? b) ¿Qué modelo nos puso Jesús tocante a cumplir con nuestra labor?
10 ¿Hasta cuándo hemos de seguir haciendo discípulos? Hasta la conclusión del sistema de cosas (Mateo 28:20). ¿Lograremos cumplir con este aspecto de la misión? La congregación mundial está decidida a hacerlo. En años anteriores, hemos dedicado con mucho gusto tiempo, energías y recursos a buscar a quienes están “correctamente dispuestos para vida eterna” (Hechos 13:48). Actualmente, los testigos de Jehová destinamos un promedio mundial superior a tres millones de horas al día a predicar el Reino y hacer discípulos. Lo hacemos porque seguimos el modelo de Jesús. “Mi alimento —dijo él— es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra.” (Juan 4:34.) Ese es también nuestro sincero deseo (Juan 20:21). No queremos limitarnos a empezar la labor que se nos ha encomendado, sino terminarla (Mateo 24:13; Juan 17:4).
11. ¿Qué les ha sucedido a algunos hermanos cristianos, y qué pregunta debemos plantearnos?
11 Nos apena, sin embargo, ver que algunos de nuestros hermanos se han debilitado espiritualmente y han aminorado el paso o han dejado por completo de obedecer el mandato de hacer discípulos. ¿Hay alguna manera de ayudarlos a que vuelvan a reunirse con la congregación y a hacer discípulos? (Romanos 15:1; Hebreos 12:12.) El modo como ayudó Jesús a sus apóstoles cuando experimentaron cierta debilidad nos indica qué podemos hacer hoy día.
Manifestemos interés
12. a) ¿Qué hicieron los apóstoles de Jesús justo antes de que él muriera? b) ¿Cómo trató Jesús a sus apóstoles, aunque habían manifestado serias flaquezas?
12 Al final del ministerio terrestre de Jesús, cuando su muerte era inminente, los apóstoles “lo abandonaron y huyeron”. Como él había predicho, fueron “esparcidos cada uno a su propia casa” (Marcos 14:50; Juan 16:32). ¿Cómo trató Jesús a sus compañeros espiritualmente débiles? Poco después de su resurrección dijo a algunos de sus seguidores: “¡No teman! Vayan, informen a mis hermanos, para que se vayan a Galilea; y allí me verán” (Mateo 28:10). Aunque los apóstoles habían manifestado serias flaquezas, Jesús no dejó de llamarlos “mis hermanos” (Mateo 12:49). No los consideraba casos perdidos. Así, Jesús fue misericordioso y perdonador, igual que Jehová (2 Reyes 13:23). ¿Cómo podemos imitar a Jesús?
13. ¿Cómo debemos considerar a quienes se han debilitado espiritualmente?
13 Debemos demostrar interés sincero por quienes han aminorado el paso o han dejado de participar en el ministerio. Aún recordamos los actos de amor que estos hermanos realizaron en el pasado, tal vez durante décadas (Hebreos 6:10). Sinceramente, los echamos de menos (Lucas 15:4-7; 1 Tesalonicenses 2:17). ¿Cómo podemos expresarles nuestro interés, entonces?
14. ¿Cómo podemos, en imitación de Jesús, ayudar a un hermano que se ha debilitado?
14 Jesús dijo a los descorazonados apóstoles que fueran a Galilea y lo verían. Por decirlo así, los invitó a una reunión especial (Mateo 28:10). Igualmente hoy, aunque tengamos que hacerlo varias veces, animemos a los débiles en sentido espiritual a que asistan a las reuniones de la congregación cristiana. En el caso de los apóstoles, la invitación surtió efecto, pues “los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús les había ordenado” (Mateo 28:16). ¿No es verdad que nos sentimos felices cuando los que se han debilitado también responden favorablemente a nuestras cordiales invitaciones y vuelven a asistir a las reuniones cristianas? (Lucas 15:6.)
15. ¿Cómo podemos seguir el ejemplo de Jesús cuando un hermano débil asista a las reuniones?
15 ¿Cómo hemos de reaccionar cuando un cristiano débil asiste al Salón del Reino? Pues bien, aunque la fe de sus apóstoles se había debilitado temporalmente, ¿qué hizo Jesús cuando los vio en el lugar que les había dicho? “Jesús se acercó y les habló.” (Mateo 28:18.) No se quedó mirándolos de lejos, sino que fue hasta ellos. ¡Qué aliviados debieron de sentirse al ver que Jesús tomaba la iniciativa! Hagamos nosotros lo mismo: tomemos la iniciativa y demos una afectuosa bienvenida a los débiles que hacen el esfuerzo de regresar a la congregación cristiana.
16. a) ¿Qué aprendemos de cómo trató Jesús a sus discípulos? b) ¿Cómo podemos adoptar el modo como Jesús veía a los débiles? (Véase la nota.)
16 ¿Qué más hizo Jesús? Primero anunció: “Toda autoridad me ha sido dada”. Luego, encomendó una misión: “Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos”. Y por último, formuló una promesa: “Estoy con ustedes todos los días”. Pero ¿notamos lo que no hizo? No regañó a los discípulos por sus errores y dudas (Mateo 28:17). ¿Tuvieron buen efecto sus palabras? Sí. No pasó mucho tiempo antes de que los discípulos volvieran a ‘enseñar y declarar las buenas nuevas’ (Hechos 5:42). Si imitamos a Jesús en el modo de ver y de tratar a los débiles, es posible que también se produzcan resultados animadores en nuestra congregación (Hechos 20:35).b
“Estoy con ustedes todos los días”
17, 18. ¿Por qué nos vigorizan las palabras de Jesús: “Estoy con ustedes todos los días”?
17 “Estoy con ustedes todos los días.” Estas palabras finales de la misión que Jesús encomendó vigorizan a cuantos se esfuerzan arduamente por cumplir con su mandato de hacer discípulos. Sea cual sea la oposición que los enemigos desaten contra la predicación del Reino y sean cuales sean las calumnias que lancen contra nosotros, no hay razón para temer. ¿Por qué no? Porque nos respalda nuestro Caudillo, Jesús, poseedor de ‘toda autoridad en el cielo y sobre la tierra’.
18 La promesa de Jesús —“estoy con ustedes todos los días”— es asimismo fuente de gran consuelo. Mientras hacemos lo posible por obedecer el mandato de Cristo de hacer discípulos, experimentamos tanto días alegres como desdichados (2 Crónicas 6:29). Hay quienes atraviesan momentos de dolor y tristeza tras la muerte de un ser querido (Génesis 23:2; Juan 11:33-36). Algunos sobrellevan la vejez, época en la que la salud y las fuerzas fallan (Eclesiastés 12:1-6). Otros afrontan períodos de depresión (1 Tesalonicenses 5:14). Y una cantidad cada vez mayor de nosotros padecemos penurias económicas. Sin embargo, pese a estas dificultades, tenemos éxito en el ministerio porque Jesús está con nosotros “todos los días”, incluidos los días más amargos de nuestra vida (Mateo 11:28-30).
19. a) ¿Qué instrucciones contiene la misión de hacer discípulos que Jesús encomendó? b) ¿Qué nos capacita para llevarla a cabo?
19 Como hemos visto en este artículo y en el precedente, la misión de hacer discípulos que Jesús encomendó es muy abarcadora. Nos dijo por qué y dónde realizarla; también indicó qué enseñar y hasta cuándo hacerlo. Obviamente, llevar a cabo esta gran misión es un desafío, pero con la autoridad de Cristo como aval y teniéndolo a él de nuestro lado, no cabe duda de que lo lograremos.
[Notas]
a Cierta obra de consulta afirma que Jesús dijo “bautizándolos [...] enseñándoles”, no ‘bautizándolos y enseñándoles’. Por consiguiente, el mandato de bautizar y enseñar no alude “en rigor [...] a dos actos sucesivos”, sino que “la enseñanza es un proceso continuo que tiene lugar antes [...] y después del bautismo”.
b Se dan más detalles sobre el modo de ver y de ayudar a los débiles en La Atalaya del 1 de febrero de 2003, págs. 15-18.
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‘Enséñenles a observar todas las cosas que yo les he mandado’La Atalaya 2004 | 1 de julio
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a Cierta obra de consulta afirma que Jesús dijo “bautizándolos [...] enseñándoles”, no ‘bautizándolos y enseñándoles’. Por consiguiente, el mandato de bautizar y enseñar no alude “en rigor [...] a dos actos sucesivos”, sino que “la enseñanza es un proceso continuo que tiene lugar antes [...] y después del bautismo”.
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